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René Lourau es, junto con Georges Lapassade, el Us caret socio. Ars so lot pit ‘ender una teoria geupsta de a pedagogia al mismo tiempo (que introducen dimensiGn institucoval en la educacion- "Hl movimiento nalista en Francia ea la déca: dade log Sesena, deriva hacia diferentes teritrios. Por ejem- foe pice etna on pegs, cs Gary y Fe Guattaro hacia ed sociopsicoanalisis de J. Men Towra y Lapassade iasuguran ya método de interven. Guviogal que dcoominan "socoass pero ll Soho ands instacional no se reduce a eta aida una meadbe de ellos el presente to, ex el cal se inleta plan. erie pckegemenes de una let dels implica de los Tegal en es eS nba dea rears Ia genta en ia mayerta de les abajos, queda are yada el texto aeadesio como algo insube- imsdal'y presledble que bo sfecta al resulado final de ain vesgacion a deste, oextrs-exto, comprendera los diferentes siveles de implicai6n, elre ots la relacia con el objeto de ‘Estudio, con fa insituciéa de investigacion y coo la demanda Social, Esta vez se Vala de una intervenciGe” que cada inves ‘ador debe hacer sobre la bra que constmye para no trmi- ‘nar diienda: "No existe sino lo que quedé escrito. Fernando M. Gonssler el diario | de investigacion magverbile implicacios René Lourau D.R © 1989 Méridlens Kllncaleck 103 Boulevard Saint Michel Parle 75005 Prancla DR © 1989 Unwersidad de Guadalajara Departamento Béltodal Tngtnuto Teenolégico ‘Aparado postal 4010 ‘Guadalajara, México 44430 {sapreso y hecho en Medco Printed and made in Mexico 1SBN968-995-133-1 HI diarlo de a bordo esté abt ‘pare decir la werdad con respec- 0 al tiempo (el capitin Mac Whire a su segundo), Joseph Conrad, Typboon, 1903 El diario de investigacién Materiales para una teoria de la implicaci6n René Lourau Traducido del francés por Emmanuel Carballo Villasehior 1. La inquietante intimidad del extra-texto ADVERTENCIA ‘Cuando el diario de a bordo revela los aspectos ms secreros de la implicaci6n del investigador con su objeto de estudio, normalmente lene que esperar durante laryo tiempo ef acceso 2 la existencia editorial: es el caso de los diarios de Malinowski, de Ferenczi, de ‘Witugenstein Los diarios de viaje al Africa excritos en lx década de fos treinta por Gide y Leits, se centran tanto sobre los efectos del colonialismo Como sobse las condiciones que posibilian la investigacion 0, més precisamente, la busqueda des mismo. ‘En clencias sociales, los diarios de campo son casi siempre diarios de investigacion: si describen el tan problemtico contexto del desc brimtento, es siempre con Ia sistematizicion Hogkea final en mente Margaret Mead, G, Condominas, Jeanne FavretSaada (con la ayuda Ge Josée Contreras), Ph, Bernoux, D. Motte). Goux nos ofrecen unt paseo desde el Pacifico hasta Vietnam, del comz6n de la campinia Eercana a Paris a las fibicas de fos suburbios de Lyon, asi como et viejo paisaje industrial del este de Francia {i sistematizacion final de los resultados de una investigacion (en epistemologia, el contexto do justifleactém interfierefrecuentemen- te con los azires del descubrimiento: es Jo que nos muestea la ‘cecrtura extrv-textual de las mujeres del CERT, yla de Edgar Morin; también a del autor de este libro, desde ef momento en que cede una pequeta parte de su propio diario de investigacién; autocensurado y Sin embargo un poco “demasiado intimo”. —"iDemasiado intimo'", exclamé la sefiora Malinowsta, guardando bajo llave ef diario que su finado esposo, célzbre etndlogo, encerrara veinte afos atris en una maleta "—"iDemasiado intimo, obsceno, sin interés, perjudicial ala mae ‘gen de! Filésofo'", exclamaron a coro, ante los cuademnos “secret0s" Ge Wittgenstein, sus ejecutores testamentaris (ia palabra “testamen- tario” stle sobrando en ocasiones). ‘La intimidad nos inquiewa cuando surgeen una obra que no le ha conlerido nunca una existencis Cientifca, Sin embargo, se le clasifica Spare, se le relega a un extre-texto evenuualmente publicable por separado, ms tarde. La autocensura forma parte del trabajo det diarista, antes, durante o después de la redacci6n, La censura de 10s hherederos y de los cjecutores, de la insttucion cientifica y de ta insuitucién editorial : El intertexto intimista 3010 ¢s soportabis en minima unis demo del texto oficial destinado a acunar un nombre de autor, Siese nombre no aparece todavia en la fista de ls grandes venas, puede pasar. Michel Leis, con el apoyo de un lector inteligente de fas ediciones Gallimard llamado André Malraux, publica en 1934, a pesar de la hostilidad comprensible de los dems miembros de la niin Dakar Djibuti, su diacio de misin,frectuentemente muy inte imo, Gide, quien en 1925 redacta en Afric. un diario més que nada “externo”, publica sin comptejos sus cuademnos de viaje en forma de panileto ancicolonialisia, La relacion entree! texto (I) y el exua-texto (ET) es muy variable, sta relacion hace posible la increible riqueza dela literatura daris a, yase trate deun diario de campo, de investigtci6n, intimo, externo ‘oven general, de un diario de escritor. Las posiciones espectivas det Todel-T producen, por la transformacién de dos elementos, por el juego de Ia preseneia/ausencia, de Ia contigailad/no-contigiad, tle, una especie de hipertexto invisible, que debe construire! lector B investigador. Electos de sobreposiciin, de ilusion Optica, de anamor- losis, de intercambio entre la figura y el fondo, de holograms, de fjeada al abismo... Cast todos los diarstas de mi muestra insertan un ‘diario de diario”, una reflexiOncritca diigida a su actividad diaristica al diarismo en general, sobre el que teorizan sin concesiones. Witt- ggenstein forma con sus cuademos un diario flos6fico y un diario. ‘menos flos6fico,intimo, Jeanne Favret lleva la paradoja hasta lograr, para su muy personal diario de campo, la firma mancomunada de la ‘amiga que laayadéa "hacerlo publicable”:a veces resulta convenicnte Gelegar nucstras pulsiones superyéicas. Poco tempo despues de haber publieado uno de esos libros torales que le son caractcristicos, [Edgar Morin presenta el diano de la redaccion de uno de ellos. ‘El periodo transcurrido ertre la apariciGn de la obra (1965) y 18 aparicion del diario de campo (1957) es muy notable en Georges ‘Condominas; rarisimo ejemplo de un diario precursor. A prineipios de los afos setenta, las mujeres del CERFI agregan a su Informe de Investigaci6n una serie de relatos acerca de las relaciones del equipo de trabajo, particularmente las relaciones entre hombres y mujeres ‘Bemoux y Motte, en sus diaris de campo, aunque més discretos, no Cierran 10s ojos ante las impiicaciones de 1a insélita posicién del ‘Sociblogo semiclandestino en una fabrics Jean-Paul Goux, investigan~ do también en un paisaje Industrial —pero en el pasado— permite Que su diario derive hacia un universo algo imaginario. Es el inico, ‘dentro de mi muestra, que in‘egra el diario en el libro, al principio ‘del libro. En cuanto a Margaret Mead, su invencién es el diario retroulimentado: rellexiones e campo enviadas epistolarmente a diversas coreesponsales. Al final de su carrera, retine sus Letters from the field, que el lector puede abordar entoncts como si fueran un dian, S¢ uata del diario inmodiatamente instrumentalizado, el anti- poda de los cuademos mantenidos en secreto o al menos no publi- ‘eados por el autor. "No més impedimentos paral ET, quese deja conquistar de golpe por una esentura mas y mids oficial, endomingada, crecientemente ‘extratextual: negacion de la regacién Esta variedad en las relaciones entee T y BT, mayor todavia si ‘considero el universo de las dencias sociales, ¢ indiscutiblemente si se toman en cuenta los wniversos de los demis tipos de diarios, da lugar a dos tipos de: cuestiones: por una parte, la cuestion del “i eee e eee eee eee eee eee ee exira-texto diaristico en general; porotra, lade su empleocen clenclas sociales. Ambos puntos serin sucesivamente examinacios. No es posible comprendet el fendmeno cel darimo en ciencias sociales (amplind, en mi macs, pars incutea Ge yal inci Cable” Rlsfo Wiagensteln) sin colocarloenel context el darsmo en general. Por que? Porque, diarsina “Therap (Ge esetor Frolesional ono) 6 un soporte de experimeniacion de Is exrtsesY Porque el dscuno de as Gencas sociales consist em primer lap, En tanto que “juego del lengua, en extablocer una Gert elacn con a exreua "com, con 1s lengajen natures" lo nd hos ode fs poblaciones exmidadas Heaqufuno de os nvees de ads deb que en otra parte llamo implicaciones secundarias': ta celaci6n con el informe final, transmi- sible yo publeabe, derecho de entada 4a ciodadela cena, es Ge tal modo Interioczada en sus normas nsunuonales Que Hoge fasta determina retroactivamente los prosdoentes de west: Win de rccoleoriom de dates Nos stone dea. "Noee ss aque quievover"layque agregar "No veosinaloquequerocarbir nau elacién con a inminicén de imestiactn,uniersiata, pavocinadora, edtonal,cte-~ ls escrito em cencas socaes so Constryen un extanto,sechazando en la medida de lo pesible las impleaiones ms inamas Acambo, a ayara de los ders genetoo tienen un derio margen de Uberad y una especie de antoriacion tics para bajar sobre elsgniGcante, ea espera de acoralae 0 jnumo, Lacan haintentado ecorrer esta misra va enlo ques ecite 1 Larelici6ncoa eLinforme de laiavestigacinylaelacin con el paradigm ‘de lx misma consiruyen Seguin yo implicacianes secundarias, al No tet suscepes deans pore ivetzadoc nda 0 cletno) en et fnomento misono en que tte produce un 220 de Investigacion, Las Implicaciones primacias comprenden: a) la reacion con el objeto de ‘studio; b) a rlacidncon tainstwueion y, primeramente, con a insuclon ‘Ge investigation, «)laelacign Gon el patrociiey con ei mandato socal, Este exquema cs desarollado 0 puesto‘en perspectiva por diversos textos actualmente publiados y owos en prensa, 5 a la escrirura te6rica sobre su trabajo préctico. Pero su texto, despro- Visto de extra-texto, frecuentemente parece aquejado de,torticolis, pues se esfuerza por enviar :I lecior a ese extra-icxto ausente: Ins Implicaciones del te6rico en relacién al sexo, al dinero, al poder; de hecho, y en relacién a todo a material de su, trabajo prictico, estas implicaciones rara vez salen z la luz piblica.” Los diversos tipos de diarios se esfuerzan por desalojar tanto las particularidades de la vida ‘exterior como la subjetividac del autor. Por lo tanto, intimista no ‘significa Gnicamente narcisista, aurorreferencial, autobiogsético. AL igual que la intimidad del narrador, la escritura diaristica revela la intimidad de las cosas, de lis relaciones sociales, su “inguictante ‘extraiea".¥ no solamente en el diario de Kafla, 0 en sus produccio~ fnes noveladas, Asimismo, 1o que eventualmente aparece frente al autor y/o al eventual lector es la inquietante intimidad de Ia investi- sgaci6n, del teabajo de creacién. ‘Los manuscritos intimos de los escritores grandes © pequefios, hiperproductores de obras 0 al contrario, sin obra, ofrecen algunos cGjemplos de “diario total”, enel sentido en que se puede aplicar esta formula al diary de Malinowild, Los diarios de Gide, Musil, Virginia Wolty Anais Nin, son monuncnies nacrativos —megalitoc-- erigidos ‘en el tiempo, a lo largo de una época entera. En ellos encontramos €l Universo real del escritor, universo mds 0 menos amplio, mas 0 menos limitado; encontramos la sutjetividad, Ia sexualidad, las miserias, 10 cotidiano, encontramos Ia reflexi6n sobre la escrinuca diaristica, et diario del diario y, como lo he sugerido, la teoria del diario; encontea- ‘mos por fin, ¥ sobre todo, el diario de investigacién del creador, su taller si no en permanente acuvidad, al menos permanentemente abierto al pablico, con sus interrupciones “inexplicables” entre dos fechas ("La pausa también forma parte det ritmo” hace notarel diarista Stefan Zweig). El lector toma la posicion del mirén fascinado por las 2 La correspondencia entre Freud y su amigo Fliess, considerada freeventemente como el verdadero andllsis (@) del fundador det psicoandlisis, funciona como extra texto del discurso ofcial reusiano, Eso Sato que sugiere Wladimir Granoff, a penste ele féminin, Pacis, ‘de Minuit, 1976. Panticularmente, ver p. 50. 16 palas mecénicas, los martillazos, fos movimientos lentos y precisos de Ta gria gigantesca, el estruendo de la revolvedora de cemento, 10s “obreros revoloteando entre los andamiajes, las misteriosas inscripelo- fnes en el permiso de construccién, 4 veces colocado junto a un permis de demoticién algo borroso. ‘a relacion entre este tipo de diaric, cuyo campo de investigacion se mucstra a cielo abierto, y por otra parte los diarios del etndlogo y del socidlogo, exigiria un estudio profundo. Me he dejado, iay!, @) evar porel placer de descubrir sin tregua, durante cinco afios, diarios 'y més diarios, desde los mds intimos rasta Jos mis “externos”. '¥ no Jos he leido todos! Nia Green, ni a Mann, nia Jinger. Gusdorf lama “externoe”a los diarios que hacen ta erénica de tuna época o de wn suceso, @rolongacién del diario de a bordo ‘muritimo? Posiblemente, pero el diario de a bordo stricto sensu es, ‘holo olvidemos, producto del patrocinio, de la consigna buroeritca emarada de las compafiis armadons.o de Ia autoridad milita: instrumento de control, eventualmense prueba incriminatoria, como lacaja negra de los aviones. Los dacios de viaje entran en la categoria de emterioridad, llevada a veces hasta Ia entrega de ta redacciém a Segundas manos, Igual que como sucede en Tifon de Conrad, donde ef segundo y no cl capitan es quien redacta el diariv de x bois, Montaigne y muchos otcos viaeros de antafio hacen redactar todo su diario, o por lo menos una parte, a un sirvientesecretario (Montaigne, fen sus Ensayos, lamenta no haber llevado, como lo hicera su pactre, tun verdadero diario de su vida) . Estadio intermedio entree diario por ‘elegaci6n y el cuaderno ultrintino encerrado en un cajéa: él dictado del dlario'a un amanuense (Ferenczi, ver mas adelante), 0.8 tuna grabadora (ver mis adelante, e! joven psiquiatra en Drécula). ‘Mucho ances de la era del diario intimo, algunos buenos burgue- ‘ses mantuvieron durante afos un diario no necesariamente domést- ‘co como el del padre de Montaigne, pero que constituye una crénica ‘ucemadamente rica de su época, visa desde el lugar que ocupaban én la sociedad: Simon Forman y Pierre de I'Bstole en el siglo XVI, Dangeau en 10s siglos XVI y XVIII, el notario Barbier durante Ia Regenciay et reinado de Luls XV, dejron a los fururos historadores erdaderas minas de informaciéa sobee la vida cotdiana, politica, w econdimica, intelectual. Barbie: Se converte en eindgrafo de los Sactamentos, del jansenismo paclamentario y popular, de las corien- {es subserréneas que conducen 1789. Tos grandes sucesos —revoluciones, guerras—estimulan la icbre taratcn, Es muy instructive contronias, respecio ala revolucion de 848, cl diario de Tocqueville ylas Choses ewes de Vicor Hugo. Léon Bloy y Romain Rolland en 1914-1918, Sartre y Queneau en 39-40, hacen eco de 1os mismcs suceses: los dos primeros como testigos de bandos radicalmente opuestos, los otros dos como actores () de 1a “guerra boba’. Result interesinte, para conocer a los inelecruales dde la época, compararlos con los personajes de los Journalters de JJouhandeau, un poco menos hiséricos que los diarios dé Léon Bloy ‘aparecidos veinte afios antes. ‘Tos cuademnos de Vitor Serge narran los afios 1936 y 1944. Un. ano menos crucial, excepro para si mismo, ¢s el que relata Le6n Trotsky en su diario: 1935, Ouo recucnto del exilo, salpicado de pocmas-diario, es el pertencciente a Miguel de Unamuno, De Fuente- ventura a Parfs, escrito a principios de siglo. Denis de Rougemont, ‘Gurante la enis (a primers), eseribe el Journal d'un intellectuel en ‘Bémage, un bellisimo diario total, Los diarios de prisién no son frecuentes. cltemos el diario de presidio (1895-96) del capitan Dreytus Yel del paicoanalista alemdn John Ritemeister, escrito en una prisién paz, hasta su ejecucion en 1943, Podemos clasificar también como diario externo a los cuademnos de investigacion de Emile Zola, publicados en una prestigiosa colec- can de antropologia: su redaction blanca, impersonal es a antipoda Gel intimismo, alas fururas novelas naturalistas se nutirén entonces del dlarismo? £0 bien det informe, de a escrtura toulmente referida SIcontexto deserio, “Informe” puro c hiperrealista, o se consttuirén ‘enaus dusiones Optica? (Estée “verdadero” diario tan cerca de fal? 1 El also dian (intimo, en general) muy pronto se conviri6 en ceficte procedimiento neveléso, hasta el punto de ser utiizado an hoy dia. Manusorito bailado en una botella la novela fintéstica de agar Allan Poe, se define primero como una breve autobiografia, juego como ef diario de un nutrago sdbiamente ievado por fuerzas mnistelosas a bordo de un barco fantasma, mismo que a su vezsufrird nds adelante un horrible nauiragio. En esas cicunstancias apocalip tucas, el tiempo necesario para redactar el diario llega a ser tan improbable que adquiere un aspecto inmuterial, lo que se relaciona también con la conexién entre diacismo y temporalidad, Rimbaud escribe a los dieciseis afios Lin coeur sous une soutane, Intimités d'un séminariste con anotaciones cotidianas verdaderas- falsas, mientras que el ndufrago de Poe no mencionaba sino vagamen- te los dias y las horas. Guy de Maupassant éscribe Le Horla, en su segunda version, en forma de diario. Influido por el doctor Charcot, el novelista escribe et vyerdadero-filso diario de su propia locurs. ‘Dracula, a no muy conocida novela del joven ilandés Bram Stoker, es una composicién muy sofisticada para la época (Gnes det siglo XDQ. Diversos personajes, incluido el principal (ademas de Drdcula),escriben diatios. La intriga se desarrolla inicamente a través dc la yuxtaposicin y el iatercambio de anotaciones. El psiquiatra anteriormente mencionado registra su diario en rollos de graméfono: fen nuestros dias el diario seria escrito directamente en una compu tadoral El autor, que no aparece nunca como narrador, utiliza tam ign el procedimiento de Ia correspondencia y del envio de telegramas. Estamos lejos del manuscrito hallado en una botella, y cerca de la muy real malcta vicja malinowsiiana. Victor Segalen nos nfrece en Le fils du clef un diario escrito por poder, sobre el joven y viltimo emperador de China, puesto bajo stricta vigilancia por su madre, la emperatriz regenta. Este diario de gran intimidad fue redactado por el “analsta secreso” y transmitido a fa emperateiz por el jefe de Ios eunuces. Sefalemos de paso que Scgaten utili el verdadero diario para escribir su Essa! sur Vexotts- ‘me, weorizaci6n anticipada de las implicaciones del observador en cl ‘objeto observado. Mas cerea de nosotros, las ejercicios de estilo novelesco ponen, cen juegoal falso diario, entre otcas técnicas como la correspondencia, fos documentos en bruto, las confesiones, etc. Citemos: La conscience dle Zeno, de Walo Svevo (1938), cuyo tilde capitulo, Ueulado “Psicoa- flisis" observa un formato de diario, Le: sept couleurs, de Brasillach (939); Les ouvres completes de Sally Mara, de R. Queneau (1962); Les béttses, de Jacques Laucent (1971); le dlable en fete, de Bernard Hensy-Lévy (1984), Slel “diario de Eduardo”, en Les faux monnayeurs de Gide ocupa tun lugar aparte, por su calidad de técnica consciente de indagacion 1° intima, novelas como The golden notebook (1962), de Doris Lessing, cen camblo, reducen el procedimiento del falso diario a ta puesta en ‘eacena de los narradores cruzados, un paco como en las antiguas “novelas de cajones” (Manon Lescaut es uno de los “eajones” de las Mémotres d'un bomme de qualité). Les carnets de Jeanne, novela ‘erética de Pierre Lampety (1975), y Le coeur des choses (1984) del ‘cindlogo Robert Jaulin retoman el procedimiento del diatio escrito para un amigo. Seria demaslado prolijo explorar todas las variedadies Gc fatso diario y las vertiginotss combinaciones que se permiten en Ia perspectiva de la llusi6n Spica... del lector. El siglo XX conoci6, en Francia, una presencia desmesurada del género:Journal d'une femme de chambre (Misbeau), el Journal de Salavin, de G. Dubamel, Bar- nabootb, son journal tntime, Je Valery Larbaud, elfournal d'un curé de campagne, de Bernanos, ex. La Nausée de Sartre, concebida como tl Baso diario de Antoine Roquentin, olrecia por ese procedimiento ‘su célebre y novedosa percepci6n sobre la vida, que alimentaria Ia ‘moda existencialista, En cuan‘o alJournal de Z, de Vassilis Vassilikos (1966), Jes el verdadero, el filso, el verdadero-falso 0 el falso-verda- dero diario del escritor duramte el periodo en que redact6 la novela, mis tarde convertida en pelinila femora? Hay que hacer notar que [pesea los efectos hiperrealists de “informe” (como falsos errores de fechas, frases truncas, etc), laficciOn del diario simulado, por efectos {del enrarecimiento 0 la desaparicion de los registros y de las fechas, ‘dejaa vecesal lector en un estado de débiladhesiénal stmulacro. Para cl autor disimulado detés de un narrador intimista fcticio, més importante que hacer crefble su ficciOn es producir un cierto efecto de “confdencias de almohads”, por el tono amortiguado, manitico, obseso, Ta corrupcién del diarismo intimista por la,literarura no dene nada de extrafio si pensamcs que el género novelesco ya se habia alimentado con la corrupcién del género epistolar (las Lettres persa- nas de Montesquicuy La nouvelle Héloise, de Rousseau) ysobre todo, de manera mAs general, con la corrupcién del rivwal cristiano de fa confesién. ‘Existe una continuldad entre las comupciones de la confesi6n, de Ia correspondencia y del diaro. Este iltimo, en dicho sentido, merece ‘el comentario desdefiogo de Pierre Réverdy en Le Hore de mon bord (que se pretende un antidiario): lel diario se ha convertido en “et confesionario de los ate0s”! Podemos sorprendernos también con i capacidad de corrupcion, ‘con la reversibilidad de una escritura que garecia adherirse @ lo que Gescribe, !La almohada se presta también alas falsas confidencias! La serenueidad, a sinceridad, palabras que ye pronunciaria con prectur Non teferidasal diarismo, no tienen gran cosa que hacer aqut. Se trata de un asunto diferente: Henry Miller parece haberlo percibido 4 la perfeceién cuando habla del diario de su focima amiga Anais Nin: “Hay She considerar, pucs, al diario inimo no como un espejo dea verdad pars sustracrse a la obsesion por la verdad™* Paradojicamente, al Rberar al relato del narrador obsesionante, omnisciente, la téenica del faiso diario hace entracal lector “al corazér.de las cosas”, para retomar ta expresi6n de Jaulin. No hemos salido pues de la“inquietante ineimidad”: cl falso diario nds bien aumentaria nuestra inquictud. Esta es inmediata, y aparcoe Gesprovista de pantallas protectoras en € caso de los darios intimos cn arntido estrieto: a menudo es el caso de los cuademos de personas muy jovenes, adolescentes que inician su carrera de diaries. ‘ina infima parte de esta produccién (apsus: Ihabia escrito “pro texién”, scl), aparentemente alejada del proyecto literario (fhum!), thos es conocida, Entre lus mis cotizadas del “hit parade”, citemos: Eugenie de Guérin (1805-1848) Journal: 1834-1840; dato cru zado con el de su querido hermano Maurice. ‘Mane Bashkirtseff (1860-1884); foumal: 1873-1884. ‘Ana Frank (1929-1945); Journal: 1942-1944. Katherine Mansfield (1888-1923); Journal: 19141922. Karen Horney (1885-1952); Journal d’adolescence: 1899-191. Marie y Ana empiezan su diario a Ia edad de wece aos y 10 mantienen hasta su muerte, una a los quince y lz otra.a los veinticut- ns Un euademo, desaparccido, precedia al primes cuaderno conock 3 Heney Miller, “in Exe tolique" en Demanche apris la guerme, tf Bdlidons du Chéne, 1935. 2 do de Eugénie, Iniciado a los veintinueve afios, mientras que el de Katherine fue iniciado a los veintiseis, El sufrimiento, el abandono, la ‘enfermedad, la proximidad dela muerte marcan la mayor parte de las ‘veces a estas redacciones intimistas. _Existen también los “diarlos e--—~nles" de enfermedad, de sufri- :miento, de agonia, Mon coeur mis a nu, de Baudelaire, ino €s acaso. ‘una confesin angustiada, cuyo signo pareciera ser el autoescarnio? Optum, fournal d'une déstnioxication permite a Cocteau describir las alternancias del sufrimiento y de la salud. El diario de Luis It de Baviera, recientemente traducido y comentado desde un punto de ‘vista psicoanalitico, es a tal grado delirante que se podria tomar por ria imitacion de ese falso diario que es el Diario de un loco, de Gogol, © de algunos pasajes del diario escrito por el analista secreto del ‘emperador de China visto por Segalen. Notese a ese respecto que el tema del Gran Monarca (el emperador de China, Luis XIV 0 Carlos V) juega un papel primordial en los diarios de los esquizofrénicos, ya ‘sean verdaderos o falsos, Arquetipos? Resulta claro, en todocaso, que eldiério de tog reyes ese! vinion lugar donde puede mostrarsela locura ‘que se cree rey. Con La Doulow (juego de palabras referido 2 Lamalou-les-Bains, ciudad de aguas termales del sur de Francia), Alphonse Daudet muestra cOmo puede hacer su “clinica subjetiva” (Segalen). Registro atroz, Ilevado entre 1887 y 1895. La muerte ~ Ia liberacion— ocurre. cen 1897. Proust, en un articulo publicado antes de su muerte, con- signd su entusiasmo por Daudet: “Obra de arte, guerrero vencedor dela enfermedad” to que le permite hablar de su propia enfermedad, “con la cabeza volteada hacia el muro”. Fl diarlo del novelista Cesare Pavese €3 digno de su bello titulo, Floficto de vivir. Ese diario, ala vez tan profesional y tan intimo, del hombre herido (por la eyaculacién precoz), lo acompafia hasta la vispera del programado suicidio. Lejournal d'un médectn malade es dictadoensulecho de agonia, por René Allendy, médico psicoanalista, entre febrero y julio de 1942. Allendy, de cierta fama, amigo de Artaud y de Anais Nin, con una rica produccion de obras psicoanaliticas, muere casi solo, perturbado por Jas maquinaciones del ségimen de Vichy. Observa, intenta descubrir su destino, sabe y no sabe que lo espera a muerte, ‘Paul Jury escandaliza con su “Diasio de un curs", publicado en Les temps modernes, sximero 110, marzc de 1955. ‘Existen diversas ediciones de diarios de pacientes psicoanaliza- dos; especialmente numerosas son las de quienes tuvieron Ia suerte de ser analizados por Freud: el antro>6logo Kardiner, 0 Smiley Blanton, cuya viuda se asusta ante la pesibilidad de la aparicion de “un material de naruraleza tan intima” (de abi los cortes). Anais Nin relata su anilisis con Allendy. Marie Bonaparte prohibié la publica- ‘in de su diario de andlisis con Freud. Raymond Queneau narra su andlisis en verso en Chéne et chien. Mis recientemente, otro psicoanalista nos entrega su extra-texto: Phillipe Leprince escribid y quiso publicar el Journal de sa mort, 1a ‘ceOniea de la insoportable agonia de su mujer, atacada por ol c&ncer. El moriria poco después. Mas que la demallada recuperacién de ese lango grito de dolor, sefialemos aquia importancia del diario det orra, ‘menos en el sentida de los diarios de viaje escritos por el sirviente-se- cretario, que en el sentido del verdadero diario por delegacion; un ejemplo tpico seria el de Stanislaus Joyce, hermano menor del gran James. Respecto a ese Diary of Dublin, el autor del prefacio subraya Tos efectos eurnbinadlos de fa autoccnourty de la censura paratextwal, Ia de los editores que organizaron el texto para su publicacion: “EL ‘diario que presentamos ha sido precedido por otro diario, destruido ‘yvoluntariamente en 1903, y seguide de un tercero, escrito en Trieste, {imposible de publicar”. El Diary que Stanislaus escribi6, en parte para alimentaral genial Jamesen cuantoa materiales novelescos,es de alguna manera dirigido ‘a control remoto por quien no lo esctibe. E célebre diario de los Goncourt fue coescrito por los dos hermanos. E! diario de Jeanne Favret recibi6, como ya se ha dicho, la colaboracién de una amiga. En fa Universidad de Parfs VIII, departamento decienciasde la educaci6n, Patrick Boumard prolonga la wécniea del “diario institucional”, inven- tada por Rémi Hess, con la del “diario institucional colectivo", cruza- miento de 10s diarios centrados alrededor del “campo” de trabajo (donde encontramos los experimentos de Edgar Morin y de sus ‘equuipos de lovestigadores en Plazevet y Orléans). Este breve panorama de algunos tipos de diarismo ofrece, espero, 2B ‘una idea de la combinatoria de los ET en relacion a los T. En cuanto il fendmeno de los diarios de campo, de investigacion y de estudio Dulizados en clencias sociales, se pone en evidencia el necesario desbordamiento intimista como lapsus permanente, derrama impre- fneditada de lo que no hay que decir, revelador del pan cotidiano del investigador: los actos fallidos de Iz investigacién. m1 La tendencia at desbordamiento intimista del diario oon.sendencia Nicnuifes” lo hace uno de los soportes mi lleibles para la.nuces serton baque cxige cl anilsis de! invojucramiento del investiga, Stllomseradon, del investigado=pracicame, del educador, det Cra. peuel y —-porqué no de muchos otros profesionales. incision en la escena universitariay Gentifica de fa escrivura ‘ecuntenal presagi una criss. Desde hice ya tiempo los textos Srnopeiicos exin contaminadcs por los ET. Asu manera, ino sucede caer con el texo paicoanaiidco? El prologolsta de Devereux, en De tengotee 3 la méthode, se preguntaba sobre la subversin de las eee) comporamicnto por Yo sutobiogréfico, Otros han tenido Sere Ses pars Cncomrat ua fonsera sida ence ol text. antro- orozicey a Bean. Mls hizo nota un poco péridamente que a Pein sociologia Fancesa se hullaba mucho mejor representada por Sietres novelisas que por nuestros especalisias en clencis soci ree A lo que yo afadisia una pregunta falsamente ingenva: por que eos Rpclitvas eaperan llegar a una etapa avanzada de su currera aes ertsogames, bajo la muy sospectosn forma de “memoras” (6908 ear sarod, algunos clementos mas o menos duciicados del *cémo Se hace Ia investignci6n"? th desbordmiento diaristco-intimista no es un fentmeno seeun- ano, Express In dindmica de toda descripcin centrada en Yo que cee cceeur del acto deinvesigacion, entendido és como prbetica Sool eminentemente cuestonadora, problemitica Desbordamicn- seertgo de contaminacion. Con que? (Con las reaciones sociales SGncretse que organizan (y son organizadas por) el acto de investigay Soar iCon el fancionamiento real de fa intelligentsia? ‘Con las fewer deblidades de los “sabios"? (Con sus cuerpos? éCon su 24 pasion por escribir, ser publicados, sce admirados, existe en el mer- ado cultural 0ideolbgico? {Con su tendencia frecuentemente incon- fesa por ia eseritura, la creaci6n, la literatura? {er pefcticay la relativa difusion del BT prueban que el desborda- miento intimista no deja de tener relacion con ta pérdida de leglimi- {dad del discurso intimista: sy implosion epistemol6gica actual puede tener quizd un nexo con las frimeras explosiones aromicas de losafios 40 1a implosidn actual se Tiga igualmente. la deriva de las biotécni- ‘as, prolongacién “natural” de muchas ots aventuras en psicologéa experimental o en otras disciplinas. El “iodo Lo que es posible es bueno", inversion diabélica de la base ética de toda civilizacion excepto la nuestra—, puede resistir la regla de oro del “progreso ientifico”? “iNo tocari", es el santo y sev de la ciencia “positva”, es edi, sagrada, Tocar es arriesparse & ser sumergido en las tinieblas exeriores, en la acusaci6n de oscurantisno. La teorfa de Ia impiica- ion, para intentar escapar a esa iste suerte, esté obligada a jugaren Gos tableros: colocarse resueltamente de! lado del ET, del reverso del ecorado, yal mismo tiempo construls, para tramar el diflogo, objetos \ deapariencia cientifica: la tora del exievtexto (endeula con Gérard / Genettey con a narratologia); Inobjetivacn del dacsmo, fenémneno/| cextremadamente vigoroso, desconcertante, yen particular el darismo| Como moda Je wwuiwulacién de datos y moda de ecerisara capex de transformar el viejo sonsonete de las ciencias sociales y humans. Estaba lejos de ser evidente para mi el valor de los diarios al principio de una investigacin que se queria a modo de verificacion. Verifcacion, dentro de diversas coreientes y diversas disciplinas, del trabajo subterrineo del paradigma “implicaciona!”, cuya controvert Gacxistencia me parecia decisva paca elacontecer cabtico del andlisis instcucional ‘Como quiers que sea, las “técnicas” del andlisis de implicacion no cstaban toulmente por inventar, Exstar la dialéctica, la fenomeno- fogia, existia cl cuestionamieno psicomnaliico; existia Devereux; cxistin también, en el andlisis institucional, as implicaciones en la SituaciGn de intervenci6n socioanaltica Oe otro tipo. Al menos hacia falta formular, en un Lenguaje que no fue simple dialecto de subde- sarrollados, ess intuiciones sobre un andlisisinstirucional del saber. ‘Que el diarismo no esti exeato de conteadicciones en cuanto 25 ta amenaza de su instrumentalizacion (de su lastiuctoraliza Cowal peneniizase en un senor marginal dentro de la cudadela Senufly, aparece con toda daridad junio con la tendencia que Senomunaré pominalista absoku”paralacualconstnuye ane 1080 daa ren mls chcarde Objetvar lo eslunacienca mds exacia que fas cencis sociales instivaides : TL eferencialidad, considenida como relacién puramente “ac vat" conc context, desplaz ala historia que preven estiuir por ihirodzzeioa de la eserturn darstca o cereana al informe (8 tenn). Baste confusion entec historia y iacronia como sucesin de hecho. Ti posrulado de fo local ( por fo tanto de lo partculas, det camped ante tox) sustitaye 1 espacio, al context mundial lattado y mundialzante , por nto, aqui ambien, ala temporal dad, alacontecer contractor. eerste Ge Is inlferencia exnometodoligica desplaza 4 la ido, lo maginano, a la seribildad odava mas brsalmente de wees incentivon hacer el caesianismo'y el posivsmo. Muerte a To intmnof iProhibido asocar! Excepro "a wuld persona, cosa rua want cast precsamoe ahi que se tata de una elecion personaly ‘no una necesidad cientiBica’.* Tr fewsona resulta expullnda dos veces en este peyuecto peje de toca emomerodologia consagrad a los diarios. El nominalismo SEabtavo slvda las contradiocones verdaderamentefecundas que el weerhuter de esta coriente losdfica produ durante la Edad Media Jape as prlabeasy Je cosa, de idetsy de ealicades, dela concep ‘Mitincia y de la obsenaion, del adento y del afuers, de lo Sibjetboy de loobjetve, del representarydel estaraht Las paradojas see Como ta del nominatismo que termina por dat 2 luz al Cinpiremo, micntas el realism HlosGica pretend coniiscar la ex fedeneia de lo veal Ola parndoja de la subjeuvidad como citer de Srna "A catablecer el balance de los grandes debates del siglo XIV, un hustortador dela losofaresumeast a stuacién heredada port Edad 14 Yves Lecesf, “Btnologia en Pars Vil: ceferencialidad, diarios, narraciones, ‘casi diarios’,en Pratiques dejormation, No.9, 1985 Universidad de Pari wn. 26 Media a ta flosoffa curopes: “Después, como antes, el ‘contenido’ de lasctentia, del's-ber’ 0 dela ‘cienca’ sige siendo 10 ‘universal’, per0 ahora con ef matiz de que este iltimo es comprendido como "repre- sentaci6n’, unido al sujeto, por oposicion al ‘mundo exterior’ que subsist afuera, y que es igualmente relnterpretado en cuanto a su referencia con la realidad, es decir relacionado ahora con las cosas singulares ‘reales’ y no con cualquier res 0 substantiae universalis imposiblemente representadas en este mundo exterior Giertamente, esas conclusiones no tienen verdadero significado sino a la luz del extenso debate a que disron lugar, difel de reschar fen pocas palabras. Retengamos solamente esto: aquellos debates sobre la realidad o la no-realidad de las ideas, de los universales, en particulas de fas ideas que servian de fundamento a a fe, 21 instiou- i6a ectesifstica romana, desembocan en fa primera revolucion cien- tia y culrural, En efecto, la teologia como disciplina reina guardiana de la insdtucién, cederd su lugar la flosofia natural. La revolucién {de marrases descritaen dos tiempos enel pasaje ctado. Por una parte, el surgimiento del sujet como foco de las representaciones y no ya como lugar de ia Jusion, delimitado por las verdades reveladas. Por ‘otra, laapariciGn de cosas singulares, reas, en lugar de as categorias abstractas, finalisas y teol6gieas I sureimiento del sujeto —el cual seré de nuevo desplazado Gurame la segunda revolucién clentifiea de inicios del siglo XVI, concieme al investigador, af observador Del curtesianismo al posit. vismo y del postivismo ai empirismo l6gico de Popper, asistimos al mismo rechazo de ia persona. {No es acaso un rechazo similar al que amenaza a las pesquisas emomerodol6picas, especialmente cuando proponen la necesidad de una escrturs referencal, por ejemplo, o Ge preferencia diaristica? a cuestién de una teora de la personalidad perdida en la expe- siencia de los diaros intimos ccupa ur. lugar central en el vasto y ‘excelente estudio del socislogo-demégrufo Alain Girard en Le our- nial intime. Giracd presenta una hipotess en cuanto al desarrollo del daarismo en la cultura occidental” La hipétesis es que el inuimismo 3 Rupreche Paqué, Le starut parisien des noménalistes, Beta, 1970, te. PLUE, 1985. 6 Aisin Gieaed, be ournal insime, Pati, PLLE., 1963. acompaiia la gran incertidumbre que nace al final del siglo XVIII con fn revolucion francesa (preferiia, por mi parte, como Godechor, hablar de la “gran revoluciGa”, periodo que va de 1776, con la sublevaci6n de los colonos en América, a 1848 en Europa). Se produ- ‘ceuna disyuntiva entre el destino individual y el colectivo; segtin Mills, ‘de esta disyuntiva debe ocupa'se la sociologia, o més bien, ta imagi- fnacion sociolégica, Ante la amplivud de los cambios, el hundimiento Ge las estrucruras imaginarias que la contrarreforma y la monarquia Sbsoluta habjan poco mis o menos reconstruido después de la crisis ‘de los “universales", ya mencicnada aqui, asistimos ala invenciGn de! individuo stomizado frente al Estado 0, para decirlo mejor, del indi- yiduo que no obtiene ya su existencia abstracta mils que de esa Ihiperinsttucion detentadora en lo sucesivo de todo lo sagrado, a la {que en otro lugar llamé “el Estado-inconsciente”,’ El individuo bur- gués es tan Imaginario com® lo era et antiguo slervo det rey. Esta Bccién, de algin modo subs:nada para la clase en ascenso por la acumulici6n de eiqueza y de poder, produce una especie de catéstrofe ten la imagen del yo: soy oficialmente libre, igual y fraterno, y sin fembargo pessisten la instituciin, el poder econémico y politico, las “opresiones. ‘Quien soy, dénde soy, cudndo soy? iEn ml vida privada Geen la vida pablica” UAlienado de la mércancia, del dincro, de 1a instirucion? a teoria marctana y marxista de In alienacion ha intentado analizar 16 que Hegel denominaba conciencia desdichada, 10 que Lefebvre y Guterman llamaban conciencia mistificada, lo que un dise{pulo de Lukacs, Gabel, llama la falsa conciencia: todo el material tntimista y, en general del diarismo, contaminado por la allenacién! Pero hay que ic atin mAs lejos que Girard y que la vicja idea de Ia “crisis dc la conciencia europea”. La nueva teoria de la persons que se busca fen ef diarismo es inseparable de una ruptura temporal, de una mutacin comparable a los grandes trastornos del clima en el orden {geol6gico. El sometimlento de la redacci6n de un diario a los ritmos 7. René Loureau, 1'Etat-Inconscent, Paris, Editions de Minuit, 3978. 3 Es to que sugiere involuniariamente Hisabeth Anscombe, cjecutort fexamentaria de Wingenstain, al condenar Ia publicacion de tos Guademos secretos del filéacfo por relacionarse a "un tiempo privado sin ‘Sclncion.-* con Wiixgenstela el hombre pablico. 28 circadianos (altemancia de los dias y las noches) indica la bésqueda de un grado cero de la temporalidad, con el fin de enar et vacio ‘dejado por la desaparicion de los grandes ritmos tradicionales, tanto los de la naturaleza (chilizacion ageo-pastoral) como los “convencio- pales 0 de “institucién” (recurrencias, velocidades, duraciones mar- ‘cadas porla trascendencla). Ala atomizacién del lempo corresponde fa historizaci6n del individuo como referencia Gnica Esloque formula George Steiner:? “la historizacion de lo individual es en efecto la gran verdad y el gran legado de la revolucion francesa”. Ea una meditacién sobre la revoluciGn a partir de la permanencia durante milenios det ‘mito de Antigona, Steiner expresa come sigue lo que podria lamarse ct aspecto temporal de la alienaci6n: “El tiempo habia cambiado ‘efectivamente (..). Las temporalidades internas, el ordenamiento del recuerdo, del instante, y mds que nada del porventr en virtud det ‘cual mantenemos un control sobre nuestro yo, todo eso se habia alterada" (subrayado del autor). 1 pasado ya no garantiza nada. Ese! futuro el que nos determina. No como regulacién biol6gica, a wavés de la muerte y sus antiguos significados religiosos (ya no existe un discurso coherente sobre la muerte, como lo confirman Jos diversos diarios de agonia antes mencionados). Ese futuro que se convierte en la nica ¢ inquietante ‘ausalidad es una mina de informacién que nos escapa absolutamen- te, una oscuridad que induce un nueve uscuranuisinL. Uno de los sintomas menos discivtos de esa alteracién de la temporalidad, que define no solo el "malestar de la civilizacién” sino también, épor qué no?, un inmenso y apasionante programa de investigaci6n sociolégica 0 “psicohistbrica”, ¢s la inquietante intimi- ‘dad del diarismo como extra-texto del acontecer, del negativo, del ‘deamna de la persona confrontada con su innombrable, con su inena- rable. Agosto de 1987. 9 George Stciner, Ler antigones, 1984, tf. Paes, Gallimard, 1986. 2. La implicaci6n y sus diarios secretos El diario total de Bronislaw Malinowskt’ Las condiciones proplas del trabajo ‘einogedfico consisten sobre todo (..) en conarse de la soctedad de lor ‘lances mantenorse lo mds postble fen estrecho contacto con Tos indie. ‘nas, le que no puede bacerse sino se Consigue acampar en aus aldeas. Es ‘mary agradable contarconun dom. Gilio temporal en casa de alain reel dente blanco, para un caso de enfermedad 0'de cansancio de ta ‘ida sadigena {..} Borgue el indige- ‘na norsun compaflera normal para el Blanco. Maunowse, Argonautas, 1922 ‘Noes malo tampoco que en este tipo de trabajo el etndgrafo abandone ‘algunas veces su camara, su bloc de nnotas. su ldptx para unirse alo que ‘pasa {..} Luego de esas inmersiones ‘ena vida indigena—que be llevado ‘@ cabc en muchas ocaslones no slo or el estudio en sf mismo, sino por 1a necesidad de compaiita bumana food Maumomsn, Argonaueas, 1922 1 B.Matinowski Journal d’einograpbe, 1914-1918, uf. Bdidons du Seuil, 198s 33, ‘Bn la aldea, permanesco sontado un ‘momento sobre el pitabile. He pod do echarme una muchacha bonita ‘enel laura, Maunowsna, Dlarto, Jucves 19 de abil de 1918 fi ario de Nainowaseconpone de dos paris na, chad de Sette de 191s apono 1915, yla tr deoctubre de 29178 uo 1918 7 otal lege x su campo de caidas las def cosa de la Ges Henan ee ena Haren tin a ae omni hep de casloga en Inpaterca. Tet corre cldplonn cremate prs rokaor Gsiem) aon ee oxprendide por a decaracion de goer. Bran tc mantenido en sccreto, Be descubler a. su mutts cn 2948 So segunda apes pata bao lave asia 1960, LuegO Boe etnies per el polucoirancoamercano Norbert it goy cosborudb de Hens irebe, olen vie exe Garett xaos Unos Hao aparece en 1967 soe a a tbe ur sen oj te trm.Ex seas lcs on 1385, ecdemos cvs fechas: Tpit isy Torrie: aca del dao. ; pit ibd es mamnide en screto durante ee perodo por ss 1942-1960: el diario es mantenido en secreto por la segunda eno e Matnonst misma que noe alla impteada de ning cee ne tjcbones semtmentaisyseraiesconeniis en e siamo Cha conusjomacimoni con Nalnowsks en 1935; lps tsposamonb en 229 "Seo 1967 wadvocton de Guterman Bea cotias a eapers pn a eaducion ances; apace at a tos Sesto eadocon nes, 43 fos espe aeaeec til aur 67 afoe dspace de concuidocl dato sesttnen ss cbr malinowsiana ya Sa Malinowsk 0 to Moose conjunto de obras de emologaaparcsas ba 34 nombre de este autor, ¥ con relacion ale cual el diary funciona como su extratexto, a De este conjunto-cuerpo, destaco una muestra que comprende los textos mds conocidos, al menos en traduccion francesa: 1922, Les argonautes du Pacifique Occtdental, ws. fr. Galllmasd, coleccién “La especie humana”, drigida por Michel Leiris, 1963, 1927, La sexualité ot sa répression dans les sociétés primitives, tr. fe Payor, 1932. 1929, La vie sexuelle des sauvages duu N.W. de la Mélanéste, ws. ff. Payor, 1950. Moeurs et coutumes des Mélanésters (recopilacion de articules), Payot, 1933; retomados bajo el titulo Trofs essats sur la vie sociale des primitifs, tr. ff. Payot, 1934 1935, Les fardins de coratl, te {. Maspero, 1974, 1944, Une théorle sctontifique de laculture, ue. fr. Maspero, 1968, Para muchos aficionados € incluso especialistas, el texto M. se basta a si mismo. Bueno o malo, monumento bien conservado 0 en ruinas, Malinowski “el inventor” de la Kula permanece, entre otros grandes ancestros, como el que, segtin a formula de Claval, dio “el «Cul paso? Proponer el trabajo de campo ante todo? ZE] método de observacién participante? da teoria funcionalista de fa cultura? Qué es entonces lo que hoy por hoy mis nos interesa? or apasionante que todo esto nos pueda parecer, dificilmente podria provocar hoy en dia alguna emocién epistemologica a un investigador que conozca su implicaci6n en dicha actividad. Recordemos en forma répida los wes: méritos corrlentemente atribuidos aM, ET campo. Si Malinowski, sibdivo del imperio austro-hiingaro, pas6 tanto tempo con sus “salvajes” gracias a la primera guerra ‘smundial, podemos imaginar que si és hubiera durado diez afios ‘nabria obligado a Malinowski a una estancia mucho mas prolongada fen el marco de sus “estudios al aire libre". A menos que lo hubiese S 2 Paul Claval, Les myibés Jondateurs der sciences srctales, Pars, PLU, 1980, 35 Aas ae aaa casi al socidlogo que imagina Jack London en Al sur de fa grieta: la ee eee ee a Ure aera autocriticas, recetas concretas, pedagdgicas. Abstrayéndonos de! dia- Si are a ces atone nor nr pele treks etch erelerotra Se eee sh spies re ntons nrg Oke mt Sea RISE met cae ees ts ee ee eens dor-mislonersy administrador, coo naj crtneamente con prep ror peer er fe ts aca sages a ena iccetea ones nistradores coloniales, confeso o no. een eee ee eee enone So eee eee ec eane eee ee ees Dorion epee weer inoonen La observactin partctpante: en los extudios de campo ola Mbt cbnerador abel de ago complen. Fasano shut ‘ido, el especuiculo que sel ofece sets incomprensibie sl algunos Conccimientos previon, un Inéaprete, informgatcs, yA vec Una ies ings no senate {Qué es observar, en el contexto dela invest 2 ts imposible, parsddtamente Cooter ura cee distancia spe to de un objeto por naruraleza ya demasiado lejano,exteanjero. _Brertonces ano nervene a cde» vet a metodologia aprendida y su epstemologa, implicit oevidente. Con finde lograt el necesario dizanclamiento (es decir un mximo de objevidad) en el sentido de a procuceiin de datos y de interpret Giones, ransmisbles al menos en el contexto de aquellos que se 36 pallan en posicion de juzgar, de regir nuestea carrera, el investigador debe también efectuar wn camino inverso 2! del distanclamiento: un ‘paso adelante, un paso atris, Debe conseguir ef maximo de familiar Gad posible entre sf mismo y cl campo de estudio. Familiaridad significa percepei6n pasiva y construcei6n activa de relaciones de contigiided entre el investigador y 14s cosas 0 tas fgentes, Aqui, el sabto debe aprender todo lo que pueda de individuos aon costumbres més extrafas todavia que ls de los habitantes de los ‘barrios bajos en su propio pais. No me exticnde aqui sobre 1a nocion de contigdidad, que pasd ‘de Ia semidtica de Peirce a la etnometodctogia (Iq referenctalidad) Subrayemos por el momento —y esto ayuda a comprender el famnoso método de la observacién participante, cura paternidad se atribuye Malinowski que Ia perrurbacion introducida en el discurso oficial dela ciencia —en su “contexto de justificacién’— no es despreciable, ‘La perturbaci6n es ésta: {a Gencia positiva apunta idealmente hacia la construceién de objetos de conocimiento perfectamente istintos de 103 objetos reales, tales como las circunstancias det Suleidio, las desventajas escolares de Los hijos de obreros, los compor- tamlentos dc los funcionarios, la experiencia que cada quien tiene del gmor, de la enfermedad, etc. Los objetos de conocimiento son repre Senticiones, Geciones, simulacros, metiras de los objetos reales, Sontras coun dimes, sega ciertas opininnes, s6lo sirven para ngafar al investigador, No sera discutido aquf el problema de Sabet Grins metiforas “cientficas” son més "verdaderas” 0 “reales” que los SObjews mismos de la realidad, promoxidos al rango de sombras enguiosas. Después de todo, nuestro co-ega Abelard dejé una parte [preciosa de si mismo en un debate parecido. ‘Micnieas que la accién positiva valoriza la construccién de una metifora “erudita” sobre la experiencia ral, a investigacion ctnogri- lca —apostando por fuerza a la contigadad como criterio para una fobservacién mas minuciosa— opt por una vision no ya metaférica, Sino metonimica, del conocimiento en su primer e indispensable cardio, Claro esti, el exndgrafo no tienesino una urgencia: transfor. masse en etnologo, en el antropblogo que alimenta su diario, sus fetus, las publicaciones de otros, con teorizaciones proplas, para produit la metifora de una realidad en la cual, posiblemente, estuvo, Thmerso algiin tiempo. Los hechos no existen. Hay que consteulstos 37 Yor eemplo, en e caso de Nalinows,estaria ls construcion aa eon tcc int cine et Side ue 7 ain hea pecan de Seignobos, 500 ies undone eapren porn etn en ptt nn cl eid ecm oa A ete nsec, qc aca uno dens vin cnn deerme var cero ce ernacne eats 2a a see Set eccrine Seca nernereaee nce Soa eee ene SS Soiree Sela pa a es coe oe eg eee areca capes Siege Seas cece ene ee ae aeons Rarwtnisees Sees spe eta oh eae ge easton Pegi ea a te Sen ws icy w pac icine tate ie a eta tnn mm peng renuncia a mtb er 7 ee Sateen ap lrerenerepaees aun “literaria”, a la Victor Segalen. ce pore ae woieemaniear sia ae ales aje anteriormente clado, la expresi6n: “comparece en ca ne nip dina neee lane ctinanapacn eee Scceremnhcserete tamer ace ne cece aearet 38 blest defames fuera lasedaceén de un iano ocusiquier ozo ero equivalente? [El método functonalista: aetiesguémonos en este momento A alejarnos, al menos en apariencia, de la cvestin del diasis ‘Malic aed waorico,y ademas t6rico impugnad, ‘ene algo que ver 28 aornciabre angustiado, obsestonado por él sex0, con problemas &® oe sanagura postiza y con su faja para las nernias, que Compares en carne y hueso ante los trobriandescs? el tonto M. es la negacin absolula del diario, mismo @ve == educa a su muy modesta yefimera insteamentaliad de Extes 92x59 ree poce como e1 famoso boriquin de farmacia de Malinowse? ee comprender, al menos esquemiticamente, 1o que Ray 60 Jucgo en la batalla te6riea en Ta que jet tncionalismo”, debemos considers las dos exteapolaciones oe ts llevadas 2 Cabo a partic de Ja consigiidad como base de la observacion participante. vi primera extapolacion pertenece al campo de 1 instrument onsite en transport la contigildad alcampo de la clasicacion oe oreetno observados 0 por observar: todo dato no sblo hace sees, eet otros para ser comprendido c interpretado, sino quc a mismo snc ata hipoteucament ie aparicn de un conjunto de dies, a anifesacion global aparece postulada como explicacion de ‘G cual dato obrenido o por obtencr. Mentlas que todo Gato debe ser “cruzado" con OOS, que Yoo informaci6n requiere una serie casi infnita de contevinformacione® | ‘Ceontra” nel sentido de “contra pruebs"), que solocl conoesmiene | ffobal de una sociedad permite, por recurrence 5 PAS mis | Te.que pure llanarse método de conocimiento,” Stel sa tndlo que consiste en desmontac y montar de nuevo todo el moLor witgnl posce una apariencia mds abstraca que eleaderno, Ia chars, 45 Henri Lefebee,cuyaoriginlidad ex reconocida por Sarre cn A CA Hea elon dlalécrica, ha hecho surgi este metodo *regreslvoPeORrS, Se jeaeclcampo dela sociologsa ral. Ver. Lefebwre, “Perapes irs acess sola rural Cahices internat. dé socio, 3953, retomado en ‘Dur raral a Parbab, Pais, Anhrop0s, 1979. 39 los ojos, os ofdos, a nari, piel ta boca de obsennador, no por cllocs menos una piesa del apurato de obwerracn, yx que ademds Se su cuerpo y de su instrumentos,no puede evar Uiizat tambien todo To que le pasa por a cabeza. = Es ciferencee iso e a segunda exrapolacin, Enel momento en que, armado con mu "sparse", exclamaa su manert “IES es 10 {que pereibo', tal ve sucha, oscuramente, con ta magica carrera académica que prepara (Malinowski también es vstado por el fantas- made a toma del poder en a insitucion cent), pero no podemos 2zmar que nos imponga, 0 aun que imponga a aus “Objetoe" una teorla general de la culture, de la economia, de la sociedad. Es Oto momento de su pricica el que convoca cuando nos quiere hacer Compartir su vision “Tuncionalsta” del mundo. Toque era, metodologicamente una hip6tsis crecientemente en ‘onstrucein ante el observador, ante el recolector de datos que collate con thie generals todavia viruales, resulta ser algo muy disinto, Al confunci s aparato te observacion con ef objeto ‘bscrvado, el filo des descubsimienta conclinforme de resultados, leontesto del descubrimiento con el contexto dea jusiicalon, e ‘orden de ia invesigacion con el orden de la expostciin, propecia sobre la realidad social que sibemoe contradicocis ¢ ireaciona, a acci6n totallzadora, estructundora, que tan tl le habia sido para desembroliar ia institucion miologica dela Kula, asi como la simbo- logia poderosa de Ia econonia agricola, o bien la sexvalidad “no cedipica” de sus querdos y detstados “sivas” Sabemos como, en nucsts mivlogia habia, se ha erigido fa coposicién ente el univers “funcional” y el universo “poctieg™ La esa mental de Malinowsii podria scr escrta spoydndose ch la linghistea de Jacobson, como un movimiento invero al que este timo se refiere cxando defi la funcin potica St consideramos Jos dos ejes del lenguaje: je de contgtidad,o je sintagmatico, en las aboci,yeje de simlarad, oejeparadgmasico, en las ordena- das, la fncién pods (ya que an se tata de un modelo mds © ‘menos funcionalisal) consise en proyectar el eje paradigmdtico sobre el eje sinagmstico. Dicho de otro modo, 10s elementos del Jenguaje.n asoclacin de cont gudad pare forma los fendmenos los siniagmas, son contaminados por el elemento de selection, de simi landad, paradigmatic, Las elaciones entre as pals las fase, los 40 Dblancos gréficos, erc., Hlegan a ser portadoras de significados. Los sonidos y os ritmos, equivalen a las proposiciones logicas que ofrece cl lenguaje habitual. Todo se relaciona segin el principio de la recurrencia: relaciones cuyo objetivo no es describie lo real sino por el contrario, negarto, subyertirlo en taco momento. Inversamente, si proyectamos el eje de contigiidad sobre el cje de similaridad (la abscisa sobre la ordenada), Is prosa del mundo nos Pareceré tan fluida como un teatado de I6gica formal. El sintagma ‘contamina al paradigma, la asociacion invade a la seleccién, la conti- Billdad devora a fa similaridad. Todo explica todo: la minima cleccién, a minima decision entra en contigtidad con otras clecciones, con ‘otras decisiones. No hay mds elecciGn, no hay més decision: hay una estructura que emite sus radiaciones, un sistema que funciona. Bs et Universo “funcional”, donde todo esi en su lugar, pues no hay lugar Para nada que no sea ese universo (Incluidos sus componentes imaginarios, armoniosa y pragméticamente ligudos a las pricticas ‘econémicas, etc), BI texto Mf, en su calidad de mensaje “funcionalist", es cuestio- ‘nado por la comunidad cientifica. Lo que aqui me interesa sobre todo, (65 que cuestiona al diario de campo y viceversa. Desde su primers ‘edici6n, el diario toma “ilegible” al texto . cuando se le separa de su violento y poético extra-texto: inos hemos percatado de que Mali- owaki, en su campo de trabajo, estaba tan obsesionado por sus actividades forogrificas como por sus actividades de diarista, ya que obtener buenas fotos era muy importance para éP 2Y noes iguaimente notable que largos parrafos del diario se consagren a descripciones det paisaje, principalmente de los cielos crepusculares, en forma {idéntica a! diario del pintor Delacroix? Su universo interior es mucho mas romdntico que “funcional” Ahora bien, es este individuo, y no el profesor Malinowski, autor del Imponente y frégil edifcio conocido camo texto M. quien, en pleno contexto del descubrimiento nos dice: “ieso es lo que pereibul” Flextra-texto Extractexto, en el sentido técnico del término, son las fotos, didujos, planos y glosarios que ilustran el texto Mf, principalmente-en ‘Sus grandes momentos que son Los Aygonautas y Los Jardines. El a diasio a su vez, en su calidad de extra-texto del texto M, es viegen (al ‘menos en Ia traduccion francesa) de toda “llustracion grifica”, cuyo valor subrayaba Van Gennep ea relacién con el trabajo de campo: luna permanencia prolongada, un equipo de observadores repartién. dose el trabajo y controléndose unos a otros, y una buena técnica de anotacion (..). Hay que decie que Ia owografia, el cine y los aparatos de registro sonoro han modificado toulmente esta técnica (..)" (Recuento de dos libros de Griaule sobre los Dogos, Mercure do France, No. 984, 15 de junio de 1939). “Diario de Emégrafo": esn indicacion paratexmual ¢s tan poco. aclacatoria como el tinslo de ls edicién americana: “Un diario en el sentido estricio de! véemino.” En el primer caso, ef editor (0 el grupo editor) quiere que su Producto no arriesgue ser colocado en algin anaquel perdido: por ‘cjemplo el de los diarios intimos. El paratexto “diario de emndgrafo” seduce en la medida de lo posible la distancia entre el Ty el ET: se ‘rata de un trabajo de Malinowski validado por el posterior texto AL (enel proceso real) pero anterior (en el proceso editorial). La ausen- ‘cia, en Ia portada de la edicién francesa, del pacatexto temporal (fechas indicando Jos afios lejanos en que el diario fue escrito) contribuye a esconder ta originalidad del E.T. En cl segundo casu, x la inversa, Ia esencia del diario de etndgrafo ¢s abandonada por otra esencia, la del “diario”. Lo que puede rem {mos a una lectura més abiert, menos especializads, y hacemos aceptar de mejor grado la cohabitacion del “diario intimo” con el “diario de exndgrafo” (D.E). Pero, ‘qué ¢s un verdadero diacio, un diario “en el sentido estricto de: término”? Los dos titulos paratextuates implican, cada uno 2 su manera, la cexistencia de dos Malinowsid, ambos con igual continuidad en et tempo y coherencia: por una parte (D.E), un Malinowski etnégrafo 8610 eso durante toda su vida (sin embargo, su formacioa Inlclal no fue emogrifica; incluso después de su larga estancia en el territorio ‘de oceania no volvi6 a hacer estudios de campo en el sentido de ‘Permanencias prolongadas), Pot otra parte (A diary in the strict sense of the term), cxistiria un Malinowski modelo del redactor de diarios, incluidos et intimisea y el especialista. Pero entonces, épor qué haber hecho a un lado el primer diario, escrito en polaco, so pretexto de 2 (que pertenecia a una época anterlor a la correra de etégealo? Exteasia contradicciéa. Contradicci6n que se profundiza pero que se aclara de golpe si ‘medimos la importancia del paratexto en negativo: quisiera ahora hablar de la censura operada por el grupo editor. Se trata de pasajes cuya importncla cuantitativa (@una palabra? Diez lincas?) y cualicaiva (la relucion entre tal o cual notacién exdtica ¥ el contexto restringido del pirrafo o de la pigina, y también et Cconteato general de los grandes temas del diario) se hallan més alld de las posibilidades de evaluacién del lector. Llamaremos a esta censura el paratext> del demasiado (demasia- do intimo; Jpor qué no demasiado politica, demasiado apolitico, demasiado racista, etc”). En este caso, “demasiado intimo” es paradd. 4ic0 para un diario “en el sentido estricw del término", Nos resta esperar que esos pasajcs suprimidos sean la ocasi6n para una futura ‘edici6n aparte, un poco como los “diarios secretos” de Wittgenstein, 10s “diarios particulares” de Léautaud, 0 los “cuadernos secretos” de Anais Nin... Encontré diversas censuras, indicadas por cuatro puntos suspen- ‘ivos, en unas cincuenta paginas. Dado qu: con frecuencia encontra- ‘mos dos o tres indicaciones de censura por pigina, estimo que hay alrededor de setenta pasajes censurados en el diario. Un estudio ‘esuidistico preciso, en el género de las enumeraciones de Alain Girard. respecto a los diarios intimos, nos apartara demasiado de nuestros Snes: exigiria, para cada secuencia ausente, una hipdtesis hitchcoc- ‘kiana a partir del contexto inmediato (secuencia anterior, secuencia siguiente). Ademds hay que agradecer at grupo editor-eensor haber revelado honestamente la existencts del “cemasiado intimo”. Asimis- ‘mo, una nota al principio de fa segunda parte del libro (1917) sehala ‘que “sc han omitido” la mayorta de los pasajes del diario retrospectivo. Gepticmbre-oerubre 17) consistentes sobre todo en “anotaciones de sociologia teérics, 0 en disefos y planes para fuuros articulos” Después de la intimidad, he aqui que se hace @ un lado la teorfa ‘demasiado te6rica, quizd, Pero ese respec, 10s darios de Witigens- tein, cuando no son “secrer0s". En cuanto al contexio general del Diano, sugiere que la mayorta, si no Ia casi toualidad de las secuencias censuradas nos remiten a fantasias créticas de diversos tipos, 0 a no'as sabre la masturbacion % actividad narcisista, autista, quid relacionada de algiin modo con | prictica auto-contemplativa del diarista, pero ciertamente también, con la posicién y otras implicaciones del observador en un contexto colonial, como se verd en el caso de Leiris. El verdadero contexto, ino seria ef caso de la intervencén de un intelectual blanco entre los ‘negros? Un blanco que escribe en cuadernos cosas sobre ellos y sobre 41, cosas de blanco, para lograr hacersc un nombre de blanco, alld en, las antipodas, en el coraz6n del Imperio, que se apropié de estas tierras a las que llama virgenes, tierras-espejo gracias a las cuales ef ‘mito europe de Ia “civilizacion"” se construye frente al mito-por-con- raste de los “salvajes". Malinowski es uno de esos a quienes se paga (250 libras por afio) para que, junto a los misioneros a quienes detesta, a los comerciantes y sdministradores cuya presencia rara vez aprecia, nos offezra el espejoen cuestién, @or qué es necesario que mezcle en el espejo magico, junto con Jas im4genes esperadas del exotismo y el salvajismo, su propia imagen de hombre salvajemente extranjero para los demds y para si mismo? Se toma acaso por Veldzquezy otros artistas barrocos que introducen, al pintor en el cuadro? Lacontradicci6n entree! E.T. esperado (D.E.) yl ET. inesperado (Giario intimo o D.L), obliga ainterrogarse sobre este efecto intertex- ‘ual al interior del E-T. (Cul de los dos diarios tmaginarios, el D.E..0 ‘el D4. es intertexto del otro? {Cudl es el verdadero E.T. de las obras. de Malinowski? O mejor atin: Los Argonautas, Los Jardines, Sexualt- dad y répresién, exc, tienen que ver con el D.E., con el D.l, 0 con los dos a fa vez? dNo hay sino dos intertextos en este E.T.-diatio? Aqui la marratologia nos invitaria a exponer el problema de las instancias reales 0 imaginarias que forman el origen de un texto, ‘Tomando, a la manera de Gérard Genette, el ejemplode Marcel Proust. (aun cuando Genette rechaza un poco la segunda instancia), tendre- 1) El narrador: personsje mundano, enfermo, escritor veleidos0, area sus recuerdos bajo et tulo de En busca del tempo perdido, 2) Bl ausor implicado: el nacrador-ezcritor, emproblemado pot s ‘reaci6n, expone al lector sus dificultades y sus tors literatas 3) El autor “real: Marcel Proust, exyo nombre no se menciona jamés en En busca del dempo perdido, aun evando el *pintor” se “4 halla permanentemente “en el cuatro” (por ejemplo, en el timo, ‘Yolumen, El empo recobrado, a eabellers todavia negra del nace. dor éno es la del sefior Marcel Proust, al Igual que la del pintor en clevatro Las Meninas es la de Velisqued’). Por fo que toca al Diario de Malinowski, y pese a que is interferen- cias entre las tres instancias estén eos de hallarse presents, podeia- ‘mos proponer el siguiente esquem, 1) Bl narrador: l esnoprafo, redacando wn diario de campo, 2) El autor implicado, exponiendoen su diario de investigacion sus reocupaciones de etndlogo, de filbsofo, de escrito. 3) Bl autor “real” del diaco itime. Regresemos al intertexto. La lectura del Diario no permite descu- bri ta existencia de dos textos en interaccién. Ciertamente, seria posible, con tjerasy pegamento, reconstituic un diario principalmen- te emogrifico y un diario principalmerte intimo. Bl precio seria 1a negacién del diario en su calidad de texto inscrito en el porvenir. Y sta tentativa misma estarfa destinada a facaso, ya que la parte intima apareceria desligada de todo contexto, completamente intl, mien- ‘as que la parte etnogrifica seria amputada de eso que describe al acto de investigaci6n: los proyectos, ddas, acciones del observador, el problema de sus contactos con los informantes, etc. Todo aquello que no por ser intimo ¢s menos profesional. | linea divisioria entre los dos tipos de diario no puede ser marcada definitivamente. No existe el dentro y el fuera en el relato etnogrifico, No existe el dentro y el fuera en la clencia, salvo en funci6n de una Iinea divisoria imaginania, no dada sino construida eventualmente por el autor, eventwalmente por el lector, eventual- mente por el grupo editor implicado en la instieucion clentifica (10 que ha permitido diversas censuras: la nea no era muy clara en ‘cuanto al “no demasiado intimo” y el “demasiado fntimo"), ‘Aparte las anotaciones censurudas ydesconocidas por nosotros, ‘cuya anulacion nos invita a imaginar que se refieren a la sexualidad @ porqué no al racismo, exc 7), podems asignar a la intmidad los relatos de suefios. Son unos quince, y en general no han sulrido la censura del grupo editor. “Autocensur? Ciertamente, m&xime que estos relatos de suenos son en realidad muy cortes. Adentds, los 45 relatos de suefios tienen detecho a un poco mds de tolerancla por ‘parte del censor, ya que ef diarista es menos “responsable” de sus

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