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10 pasos para ser un 'Polvazo'

El buen sexo está lejos de ser esos tenues temblores de placer que muchos hombres les
hacen sentir a sus parejas. Para satisfacerlas hay que ir más al fondo.

Hasta hace muy poco tiempo satisfacer sexualmente a una mujer no era una preocupación
significativa para casi ningún hombre. Por muchos años se pensó que ellas estaban relegadas a ser un
objeto del placer y de los deseos sexuales masculinos, y por eso mismo sólo servían de amantes
sumisas, esposas abnegadas, tías solteronas o monjas beatas. Sin embargo, la revolución sexual de
los 60 acabó tanto con la actitud pasiva y con muchas inhibiciones femeninas frente a la sexualidad,
así como con la monarquía absoluta que los hombres gozaban en la cama.
Después de muchos años de insatisfacción y sometimiento silencioso, este acontecimiento reivindicó el
derecho fundamental de la mujer a disfrutar plenamente del placer sexual. Ese cambio —y el hecho
indiscutible de que las respuestas sexuales femeninas son mucho más intensas y complejas que las
masculinas— hizo que ellas se adueñaran de su sexualidad, comenzaran a exigir y a tener un mayor
control de la relación, e introdujeran la idea de que el orgasmo es un asunto que atañe a ambos por
igual.
No obstante, la búsqueda de la satisfacción mutua en el sexo también trajo consigo algunos
inconvenientes, en especial para los derrocados dictadores del llamado sexo fuerte. En los últimos
años a los tipos nos ha tocado pensar y esforzarnos más allá de nuestro propio placer, y hemos tenido
que ponernos en la tarea —no siempre exitosa— de conseguir la compleja satisfacción física de
nuestras compañeras de catre.
Las mujeres ahora nos califican y dividen según el desempeño sexual —podemos ser buenos o malos
'polvos'—, y para inquietud de muchos se han convencido de que nada puede compensar la profunda
insatisfacción que produce un compañero sexual inepto.
Es evidente que existen muchos hombres que nunca han llevado a sus mujeres ni a la orilla de
experimentar un orgasmo, y lo peor es que no se han dado cuenta de ello. Las eyaculaciones que
experimentan y los tenues temblores de placer que les hacen sentir a sus parejas apenas si alcanzan a
clasificar como una especie de estornudo genital, que ni siquiera se acerca al fascinante y profundo
universo de la verdadera sexualidad. En parte, esto ha ocurrido porque las mujeres y los hombres
hemos tenido interpretaciones antagónicas de la sexualidad: mientras ellas han querido que sea como
el de las películas románticas con final feliz, muchos de nosotros vivimos con la idea de que se debe
parecer a una cinta pornográfica con un desenlace que no se podría describir en estas púdicas
páginas.
Lo cierto es que muy pocos conocen los profundos límites del paraíso que significan las relaciones
sexuales rebosantes de placer, que como nadie han descrito los orientales en el Kama Sutra o El Tao
de la sexualidad. En ellos la satisfacción sexual está lejos de ser esos breves espasmos efímeros a los
que los occidentales hemos limitado las relaciones sexuales.
La cultura oriental considera que hacer el amor debe ser una experiencia mística tan profunda que el
orgasmo los debe llevar a comunicarse con el poder creativo del Universo. Su visión de la sexualidad
contrasta sin duda con lo que muchísimas parejas experimentan en nuestra cultura y con lo que el
mundo actual ofrece en televisión, cine, Internet o en las tiendas y supermercados: sexo rápido, fácil
y barato.
Algunos expertos coinciden en que esa es una de las razones por las que muchos hombres desconocen
los secretos de la excitación femenina. Para empezar, ni se imaginan que el clímax de la mujer se
origina en el cerebro y que por eso un sueño erótico, una caricia o una fantasía sexual las puede
conducir a experimentar esa fascinante sensación. No basta con conocer la anatomía ni con saberse
alguna teoría, hay que sentir y conocer la excitación de la mujer para elevarla hasta el punto
culminante: el orgasmo. Pero para que ellas lleguen hasta allá y el tipo pueda convertirse en el 'polvo'
más apetecido del Oeste femenino es indispensable conocer algunas técnicas infalibles. SoHo investigó
sobre el tema y estas son las 10 claves que debe aprender y poner en práctica para que cualquier
mujer lo desee y lo recuerde para siempre como el 'polvazo' de su vida.
1. Recomendaciones preliminares
Al hacer el amor no adopte pautas ni conductas rígidas. Esto puede hacer que se pierda el misterio,
originalidad y espontaneidad que deben caracterizar cualquier relación. Evite que el sexo se vuelva
monótono y asegúrese de no ser obvio ni predecible. La iniciativa, el ritmo y la imaginación son las
claves para seducir y satisfacer a cualquier mujer. Cada una de ellas se excita de una manera
diferente y por eso es necesario que descubra qué le gusta y cuáles son sus zonas más sensibles.
En el sexo todo está permitido de acuerdo con los gustos y preferencias de cada cual. Desde ayudas
como los vibradores, juguetes, lubricantes y cremas, hasta comidas afrodisíacas, películas
pornográficas y, lógicamente, el novedoso Viagra. En general, se le puede dar un contexto erótico a
cualquier cosa, así que utilice la creatividad para sentir placer y estimular a su pareja.
No permita que su mente divague mientras está haciendo el amor. Para evitarlo es bueno que
mantenga los ojos cerrados y que piense sólo en sus fantasías sexuales. Así el cerebro contribuye a la
maximización del placer y las fantasías eróticas permiten que la relación sea buena y divertida.
Para alcanzar la cumbre del placer sexual es indispensable que la pareja esté libre de los efectos del
alcohol o de cualquier otra droga. Estas sustancias esfuman las inhibiciones, pero al mismo tiempo
bloquean el cerebro y alteran el funcionamiento del cuerpo.
2. Dónde, cuándo, cómo y por qué
El primer mandamiento señala que el ambiente, las ganas y la confianza que existan en torno a
cualquier relación sexual son directamente proporcionales al placer que las dos personas podrán
experimentar durante el acto. Por eso debe empezar por escoger un lugar donde tengan privacidad,
sea cómodo, acogedor y sobre todo limpio. Durante el sexo las mujeres sienten el placer a través del
tacto, pero también mediante la vista, el oído, el gusto y el olfato. No abandone al azar ninguno de los
sentidos. Elija la cantidad de luz que prefiera y si le gusta hacerlo con música ponga algo que los
inspire y sea adecuado para el momento. Los olores son muy importantes porque pueden atraer o
repeler a su pareja. Aunque el aroma del cuerpo es naturalmente atractivo, no descarte la posibilidad
de usar un poco de una buena loción en el cuello, pecho, brazos y manos. El mejor momento del día
para el sexo, según varios expertos, es en la mañana. El clásico 'mañanero' es muy efectivo porque
ninguno está agotado, no se siente el estrés que se acumula durante la jornada, y a esa hora la pareja
no va a estar muy despierta ni lo van a estar sus inhibiciones. En cualquier caso, lo más importante es
que no esté cansado, que olvide el estrés y los problemas, y que vaya decidido tanto a sentir como a
darle placer a su pareja. Con humor y cariño genere un ambiente de confianza para que cada uno
pueda conocer las preferencias del otro, y no olvide utilizar el entorno con imaginación y creatividad
para excitarla y satisfacer sus deseos.
3. Antesala para subir al cielo
Para lograr que cualquier mujer experimente esa sensación de éxtasis que colma la conciencia y el
cuerpo de placer, que acelera la respiración, contrae los músculos y la hace perder la noción del
tiempo y el lugar, es necesario que usted le brinde al menos 15 minutos de excitación preliminar.
Se ha comprobado que en la medida en que el hombre más explore la piel de su pareja y más duren
las caricias previas al acto sexual, mayores son las probabilidades de que ella aumente el deseo y
extienda hacia el infinito el espacio del placer. Las respuestas sexuales de la mujer se originan en todo
el cuerpo, de los pies a la cabeza, por esa razón debe utilizar sus manos y su boca para acariciar la
zona interior de los muslos y de los brazos, la parte superior de los senos, así como el cuello, espalda,
hombros, vientre y rostro. Haga un recorrido lento y sensual por toda la geografía de su pareja, y de
esa manera estará seguro de que ella se encuentra lista física y mentalmente para la intensa
excitación que viene después. El placer y el afecto están intrínsecamente ligados para la mujer, por
eso también es importante que la haga sentir querida y respetada.
4. Si las montañas no vienen a mí...
Desde un comienzo, preste atención a las señales y al lenguaje que la mujer expresa con el cuerpo:
los movimientos, los gemidos y la intensidad de la respiración le dirán la intensidad del placer, la
ausencia de éste o el desagrado que ella está sintiendo.
Cuando descubra que la excitación previa ha surtido su efecto es momento de estimular una de las
zonas erógenas que más excitan a cualquier mujer: los senos. Primero las debe consentir y masajear
con las manos, lenta y suavemente, hasta que sienta que los pezones están erectos. Hágalo con ritmo
e imaginación. Después de unos minutos de estimulación llega el momento en que la boca debe entrar
en acción. Con los labios húmedos frote el pezón erecto, atrápelo, estírelo y pasee su lengua en círculo
trazando dibujos por los contornos del pezón. Cuando esté bien mojado, chúpelo suavemente,
succiónelo con cuidado y dele mordiscos con precaución.
(Utilice sus manos mientras tanto para consentirle la cara, el pelo o cualquier otra parte del cuerpo).
Es un juego que también le producirá excitación y servirá de paso para llevarla un eslabón más arriba
en la dirección deseada.
5. Los jardines del palacio
A la mayoría de las mujeres les encanta la agonía de la anticipación y la tortura de lo inevitable. Por
eso para ellas es muy excitante que el hombre las lleve al punto de ebullición muy lentamente y sin
acudir precipitadamente a sus órganos sexuales. Antes de lanzarse a tocar la vagina o el clítoris,
pasee su mano por los alrededores de estos órganos —que muy pocas veces son estimulados pero
producen una intensa excitación: el pliegue de la ingle, las nalgas, el pubis, la cara interna de los
muslos y las caras externas de la vulva—. Estas zonas a veces ven pasar una mano o la boca
apresurada que van directas al sexo, pero no se detienen a tantear el terreno ni a descubrir la
reacción explosiva que inevitablemente producen. No olvide que es estimulante sentir cosas nuevas y
que la experimentación mutua genera placer y aprendizaje.
6. La zona de candela
La estimulación manual de la vagina y en especial del clítoris son fundamentales para que cualquier
mujer se sitúe en la antesala del orgasmo, sensación que para ellas es muy difícil de alcanzar sólo
mediante la penetración. La versatilidad de los dedos permite tocar estos órganos de una forma más
directa y por un lapso más prolongado, y esto garantiza tanto la acumulación de estímulos como el
incremento de la excitación.
La mejor forma de estimular este mágico botón es frotando la yema de uno o varios dedos justo sobre
el clítoris, haciendo movimientos circulares en el sentido de las manecillas del reloj. La presión y
velocidad óptimas varían según la mujer, lo importante es que lo haga con ritmo y sin reacciones
bruscas. El punto y el movimiento exacto lo debe determinar mediante tanteos, es decir,
permaneciendo atento a las respuestas que ella de a cada una de sus caricias.
La estimulación del clítoris no necesariamente debe hacerse para desencadenar el orgasmo, sino para
llevarla hasta un punto donde la penetración sólo sea la estocada final que precipite la sensación de
clímax en su pareja.
La boca y la lengua —mucho más sutiles y atrevidas que el pene o cualquiera de los dedos— también
sirven para dar caricias suaves y muy placenteras en el clítoris. El sexo oral es una de las prácticas
que más excitan a las mujeres y es por esto que puede ayudar a provocar orgasmos inolvidables.
Algunos expertos de esta compleja ciencia recomiendan utilizar la técnica del alfabeto, que consiste en
dibujar las formas de las letras con la lengua sobre el diminuto órgano femenino. Es probable que al
llegar a la 'm' ella ya se haya enloquecido, pero si al terminar todas las letras esto no ha ocurrido,
puede continuar, pero con las mayúsculas.
7. Propulsión a chorro
Para ser buen 'polvo' definitivamente es importante que los hombres controlen o aprendan a postergar
la eyaculación. Las estadísticas demuestran que los hombres llegan al clímax en un promedio de entre
uno y tres minutos mientras la mujer —en condiciones óptimas de excitación— sólo alcanza ese
estado en ocho minutos. Esto puede echar a perder una actividad sexual que se había soñado por
mucho tiempo, ya que el hombre puede quedar incapacitado para satisfacer plenamente a su
compañera.
Es bueno aclarar que la eyaculación precoz no es un problema sólo del hombre sino de la pareja. A
diferencia de lo que muchos piensan, el hombre puede llegar al orgasmo sin eyacular, guardando de
paso su energía para acompañar a la mujer hasta el orgasmo. Sin embargo, esto no se logra
fácilmente y por eso es importante aprender las técnicas para retrasarla o suprimirla.
El eyaculador precoz no nace, se hace por diferentes motivos: ansiedad, estrés, relaciones traumáticas
y largos períodos de abstinencia, entre otros. Más que una enfermedad, la eyaculación precoz es un
síntoma. Por eso no es posible evitarla con cremas ni pomadas, sino aprendiendo una técnica de
control o mediante algún tratamiento médico.
La fórmula más conocida y efectiva es la de aprender a determinar las fases del coito, es decir, saber
cuándo está llegando al clímax para suspender la estimulación del pene y evitar la eyaculación.
Con un manejo adecuado de los tiempos —y teniendo un cierto control sobre el cerebro—, cada una
de las fases puede resultar intensa y emocionante para la pareja. Los ciclos sexuales del hombre y de
la mujer son muy diferentes, pero si se utiliza esta técnica acompañada de una excitación previa
adecuada, ambos pueden alcanzar el orgasmo con unos pocos minutos de actividad sexual.
8. La estocada final
La penetración es la fase más excitante de la relación y por eso marca el punto culminante de la
relación. No obstante, muchas parejas no logran llegar al orgasmo porque no logran estimular
adecuada y suficientemente las zonas más sensibles. Según Javier Gómez —médico con Máster en
Orientación y Terapia Sexual— durante esta etapa la fricción se debe concentrar entre la región del
clítoris y la parte superior de la base del pene. Cuando penetra de esta forma, el pene debe moverse
verticalmente, de arriba a abajo, antes que meterlo y sacarlo de la vagina en toda su longitud. Según
Gómez el empuje debe ser más superficial que profundo, con el objetivo de estimular lenta y
vigorosamente el clítoris. El ideal es mantener la punta casi inmóvil al interior, lo cual sirve además
para retardar la eyaculación. Luego de unos momentos puede alternar la penetración superficial y la
profunda, es decir, hacer tres o seis estimulaciones de la primera forma y luego una de la segunda.
9. Posiciones
El ángulo de penetración y de estimulación de la vagina y el clítoris cambia de acuerdo con la posición
que adopte, por lo tanto es importante encontrar una o varias formas de hacer el amor que sean
placenteras y cómodas para su pareja. Está comprobado que la simple penetración profunda en
posiciones como la de "el misionero" casi nunca la llevarán al orgasmo. A casi todas las mujeres les
gusta que el hombre tenga iniciativa y que la incite a experimentar cosas nuevas, diferentes, así que
utilice la imaginación para enloquecerla.
Las posiciones se deben ensayar de acuerdo con el ángulo de penetración, la variedad de movimientos
y sensaciones que permita la postura, el peso y el tamaño de los involucrados, el campo visual que
tenga cada uno, la utilidad que puedan tener las manos y las piernas, y la comodidad del cuerpo en
general. Existen posturas que provocan la presión del clítoris mientras la vagina es penetrada, y son
ideales para las mujeres con dificultades para llegar al orgasmo. Averigüe con ella cuáles son y
póngalas en práctica.
10. ¿Y ahora qué?
Después del orgasmo y la eyaculación, sentirá una etapa conocida como la fase refractaria: su
sensibilidad erótica disminuye, su potencia eréctil se derrumba, su deseo saciado se desvanece, y casi
sin remedio se apoderará de todo su cuerpo un cansancio manifiesto. Aunque es inevitable sentir
algunas de estas reacciones, no se debe cerrar la faena con un "gracias y hasta luego, señora". Para
ellas esta etapa suele ser solitaria, y puede resultar dolorosa si se siente abandonada. El poscoito es
importante para ellas precisamente porque tienen estrechamente ligado lo erótico con lo afectivo. Casi
cualquier mujer querrá que al terminar de hacer el amor las caricias, lejos de cesar, prosigan
indefinidamente. Un dato clave es que a muchas mujeres, al finalizar el acto, les gusta acoger el pene
y conservarlo dentro de sí, profundamente y largo rato después de la relación. Experimentan así una
sensación de estrecha proximidad y plenitud después del éxtasis sexual.
Debido a que los deseos de la mujer despiertan más lentamente que los del hombre, un solo 'polvo'
difícilmente puede satisfacerla, pero en el segundo acto sus pasiones se encontrarán mucho más
excitadas, su siguiente orgasmo será más violento y se sentirá plenamente satisfecha.

Los 10 pasos del "blow job"


En las manos de las mujeres está el más provocativo de todos los deseos masculinos: el sexo oral. Este
es un texto explícito, por su bien, déselo a quien quiera.

Muchas hablaban del tema con orgullo y otras, con sólo oír las demás
experiencias, se quedaban con la boca abierta. Sentadas en la sala de juntas 1. Whisky La fellatio
de SOHO, eran ocho mujeres que habían sido convocadas para tratar un tema encabeza la lista de deseos
candente: ¿cómo dar placer a los hombres? A todas siempre les había llamado masculinos, aunque no
la atención el tema, tanto que aplicando las técnicas estadísticas de los grupos siempre las mujeres están
focales se podría concluir que su objetivo común en la vida ha sido tener a un dispuestas, porque no están
hombre mirándolas con ojos suplicantes desde la cama y que, una vez seguras de su desempeño y
terminada la faena, les dijera "esto ha sido la experiencia de mi vida". Algunas no por moralistas. Por eso es
todavía siguen en ese empeño. como el whisky, un gusto
El asunto no era mamando gallo sino bien específico: blow job, fellatio o sexo adquirido. Claro que también
oral. Un tema que, en la era del viagra, va de la mano de Mónica Lewinsky y es un buen comienzo
Bill Clinton, y que, a pesar de todas las posiciones, conjeturas y tabúes, tomarse un trago antes,
despierta cierta sonrisa vertical, socarrona, no sólo entre las más habladoras, durante o después.
sino también en las inexpertas. Al fin y al cabo todas eran usuarias del sexo
oral.
.
Con cabeza fría Durante la reunión, el diálogo de las mujeres fue a través del
consenso. Dibujaban croquis biológicos, casi clínicos del pene, tomaban una
botella en las manos para sugerir los movimientos, no dejaban de hablar y cada
una aportaba ideas. Palabras más, palabras menos, los comentarios previos
fueron: ‹ Dicen que es como la langosta: de eso no hay en la casa‹, contaba la
usuaria casada, aunque advirtiendo que no era el caso de ella. ‹ ¿Cuándo se
2. El pene no habla, ni
supone que se siente bien? ‹ No sé de qué manera, pero el hombre lo expresa miente, ni piensa
con las piernas. Los músculos se le tensionan. ‹ No. A ellos les gusta ver que Contrariamente al mito que
se les está haciendo, pero cuando cierran los ojos e inclinan la cabeza eso ya dice "no puede salir mal",
es lo máximo. ‹ Sí, pero es muy incómodo estar mirando hacia arriba todo el cada hombre tiene sus
tiempo. ‹ A mí no me gusta, no sabe bien. ‹ No. Eso depende de los humores y propias preferencias con
hasta del pH. Hay unos dietéticos, no saben a nada. ‹ En esos casos, los respecto a la estimulación
condones con sabores arreglan el problema. Además, podrías actuar como si lo oral. A algunos les gusta que
disfrutaras. ‹ Hay que tomar el control en las manos desde el comienzo. ‹ Si es les chupen la cabeza del
en la cama, no hay que apagar la luz. ‹ Al principio, se debe coger el pene, pene, mientras que para
levantarlo y jugar con los testículos. Luego pasar la lengua, con saliva, desde otros la acción de chupar es
bien abajo. ‹ La mano debe apretar un poco. Apretar y soltar, apretar y soltar, casi dolorosa. Pero la verdad
pero todavía no subirla y bajarla. Eso hace la diferencia entre la masturbación y es que el blow job crea una
el sexo oral. ‹ La cosa no va bien si dice que esa parte la hace mejor él mismo. sensación de urgencia que
‹ Luego hay que besarle la punta, abrir la boca y chupar. Primero despacio, aumenta por segundos y
luego rápido. ‹ De vez en cuando, hasta el fondo. Hasta la garganta y tragar comienza a producir pérdida
saliva... de autocontrol mental. Para
En fin, para tocar el tema paso a paso, satisfacerlas a todas, y no hablar paja, controlarlo, se debe cerrar el
el blow job no es lo mismo que la masturbación, es más bien un masaje con las arco de las piernas, y
manos, los labios de la boca y la lengua en el pene y los testículos. Se hace por preferiblemente, respirar
puro placer sin llegar a tener una relación sexual completa, aunque también hondo y sentir el aire en el
puede ser antes, durante y después de hacer el amor. Puede hacerse cuando abdomen. Mientras tanto,
el pene está erecto, frotándolo con la mano para que se mantenga parado, o ella sostiene el pene entre
para iniciar la erección cuando está fláccido, en ese caso es mejor con la boca. las manos, lo roza con la
También se llama fellatio, mamada, sexo oral y en el kamasutra aparece como lengua al tiempo que oprime
"auparishtaka". Según el Manual práctico de sexología china, el sexo oral los lados con los labios,
aumenta los pulsos cardiacos un 100%, la tensión arterial a 160, e incluso usando también los dientes.
hasta 250 mmHg., y bien manejado, puede brindar más de un orgasmo, sin
eyaculación. En la mujer, las pulsaciones aumentan menos del 90%, no
necesariamente hay excitación, nunca llega al orgasmo, ni queda embarazada.
3.Sin rodeos La mejor insinuación es un beso al oído mientras se toma de la
mano, se lleva la otra hasta la cremallera y se desliza por encima de la ropa.
Abre los pantalones, y acompaña la incursión con un movimiento circular,
subiendo y bajando. El contacto de la lengua con el pene puede convertirse en
una masturbación con la boca, que moje y succione a intervalos el pene. Las
aproximaciones lentas y cada vez más progresivas por la base del pene y los
testículos, da pistas de qué es lo que más gusta o disgusta.
4.En la boca la cabeza y con la mano el tallo Con el extremo de los labios
cerrados sobre el glande, la boca lo besa y lo expulsa, vuelve a introducirlo y
después lo saca completo. Estas fricciones provocan impulsos en la pelvis y
contraen los cuerpos cavernosos y esponjosos de la parte interna del pene, y
elevan los testículos hacia el cuerpo, en un acto reflejo.
5.Si no es de confianza La práctica de poner el condón con la boca requiere
varios ensayos para que quede bien puesto y no se dañe con los dientes. La
técnica es como pelar mamoncillos: un pequeño mordisco a la cáscara, y para
que salga fruta, succión. En el caso del condón, la cáscara sigue entre los
dientes y el mamoncillo vendría a ser el glande. Un consejo para las mujeres:
las náuseas que pueden dar por llevarlo hasta la garganta se evitan colocando
el pene hacia un costado de la boca. Esta técnica también permite que la mujer
conserve el control. Como dijo una de las usuarias" invitadas por SOHO,
"disfrutamos más haciendo la fellatio si tenemos una sensación de mayor
control".
6.No tan rápido La calidad es más importante que la cantidad, por eso es
trascendental aminorar el ritmo y no ir tan rápido, básicamente por dos
aspectos clínicos: primero, los odontólogos consideran que una persona no
puede mantener su boca bien abierta más allá de quince minutos, tiempo
promedio de duración del sexo oral. Y, segundo, porque a partir de la primera
contracción interna de los genitales, la fuerza de los estímulos que provoca el
arco reflejo desencadena contracciones cada vez más rápidas y menos
perceptibles que estallan en el fenómeno casi simultáneo de emisión,
eyaculación y orgasmo. No funciona distraerse, sino concentrarse en la
respiración abdominal. Así con descansos, el sexo oral puede durar hasta 45
minutos.
7.No interrumpir El cambio de posiciones es necesario para darle más tiempo
a la ansiedad. El 69 es un buen recreo y una buena alternativa, para cambiar
de enfoque, pero no de tema. Otras posturas son: estirado sobre la espalda
levantando un poco las caderas, o con una almohada o un directorio (depende
del sitio donde se realice) debajo de las nalgas, y la mujer arrodillada; apoyado
sobre una base a la altura de las caderas (como los lavamanos), casi sentado,
o inclinando la silla (la de la oficina o la del carro) hacia atrás.
8.Saliva a la lata Chupar el cono ávidamente, sin que se derrita el helado y se
escurra hasta los dedos, y en todo caso antes de que estropee la ropa, es una
técnica que toda mujer aprende a dominar fácilmente. Es un asunto de
velocidad mezclado con saber lengüetear los bordes, con toda la lengua, para ir
devastando los lados. Una vez la bola de helado está reducida a un tamaño tal
que quepa en la boca, se comienza a chupar uniformemente, con lo cual va
disminuyendo cada vez, hasta quedar sólo la galleta, o cono. Con el pene
sucede idéntico, si se quiere tener un orgasmo en la boca de ella. Y al contrario
si se trata de aumentar el tamaño cuando ya está fláccido.
9.Las contracciones En el orgasmo típico, hay de ocho a 25 contracciones
musculares durante el arco reflejo. Las contracciones se sienten en la base del
pene y la última es como un espasmo que permite saber conscientemente la
venida del orgasmo, con la inevitable eyaculación. Para prolongar la faena, hay
que contar cada oleada de contracciones orgásmicas, y justo una más después
del promedio personal, relajarse, respirar pausadamente y dejar que los
músculos abdominales se distensiónen. La mujer debe dejar de succionar, para
besar y pasar la lengua por todo el pene, mientras su mano oprime los
testículos suavemente. También puede apretar el pene fuertemente, dejando la
cabeza por fuera, durante unos segundos. Si todo marcha como debiera,
quedan tres opciones: la primera, si la mujer también está preparada, insertar la
punta protuberante del glande congestionado, brillante y rojo, entre los labios
verticales de ella y deslizar la totalidad del pene rígido en la vagina. La
segunda, masturbar, mientras la lengua con bastante saliva se desliza por el
glande, hasta la eyaculación. La tercera, introducir por completo el pene en la
boca, oprimirlo como si fuera a tragárselo, soltarlo y volverlo a tomar
rápidamente, tomarlo con una mano por la base, y aumentar el ritmo hasta que
se venga dentro de la boca, y volver al punto anterior, con la técnica del cono.
10.Broche de oro El placer de la fellatio está más en la experiencia misma,
que en la eyaculación. De hecho, la eyaculación se siente igual en la boca que
en la vagina, lo diferente es chupar o copular. Para los machistas, la
eyaculación por sexo oral da sensación de poder. El blow job simboliza la
fuerza del amor de ella por él y su poder sobre ella, o ambas cosas. Otros,
consideran que "tragar" el semen degrada a la mujer y no permiten que sus
amantes lo hagan, sobre todo si son sus esposas. Cualquiera que sea la opción
tomar, un trago de licor cierra con broche de oro.

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