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Gametogénesis:

La gametogénesis es el proceso a través del cual son formados los gametos.


Los gametos masculinos son llamados espermatozoides, y su producción
ocurre en los testículos mediante un proceso conocido como
espermatogénesis. Por su parte, los gametos femeninos son
denominados óvulos y estos son producidos por medio de un proceso
denominado ovogénesis, que ocurre en su mayor parte en los ovarios.

Este artículo estudia la gametogénesis humana, comenzando por una revisión


de algunos conceptos básicos que son fundamentales para poder entender este
proceso, continuando con una discusión más específica sobre la ovogénesis y
espermatogénesis.

Conceptos básicos

Antes de poder entender el proceso de formación de los gametos, necesitamos


entender algunos conceptos básicos sobre la reproducción celular. El primero
de estos conceptos es la diferenciación entre las células diploides y las células
haploides.

El material genético presente en cada célula humana se encuentra en


los cromosomas, que están ubicados en el núcleo celular. En las células
diploides los cromosomas están organizados en pares, siendo estos
llamados cromosomas homólogos. Así, para cada información genética
presente en esas células existen dos genes, uno en cada cromosoma. Las
células haploides, por otro lado, no poseen pares de cromosomas en sus
núcleos, sino que cromosomas únicos, es decir, cada información genética de
esas células está presente solo en un cromosoma.

Las células somáticas (no reproductoras) del organismo humano son células


diploides, formadas por 23 pares de cromosomas (46 cromosomas en total).
Sin embargo, los gametos son células haploides que contienen 23 cromosomas
únicos. Para entender cómo las células diploides del cuerpo humano originan
gametos haploides es necesario conocer algunos conceptos sobre la división
celular.

Existen dos formas de división celular, la mitosis y la meiosis. En la mitosis,


una célula diploide se divide en dos células hijas idénticas, conteniendo el
mismo número de cromosomas que el número presente en la célula original.
El resultado final son dos células diploides. Por otra parte,  en la meiosis, una
célula diploide se divide en cuatro células hijas haploides. Cada uno de esos
procesos diferentes de la división celular se divide en varias fases. Sin
embargo, la discusión detallada sobre cada una de esas fases no representa el
objetivo de este artículo.

Espermatogénesis:

Los espermatozoides son las células sexuales masculinas, las cuales son
producidas mediante el proceso de la espermatogénesis. Este proceso ocurre
en los testículos e inicia con la pubertad. El estímulo inicial para la
espermatogénesis es la influencia de la hormona liberadora de gonadotrofina
(GnRH), una hormona producida por el hipotálamo, que actúa en la hipófisis,
estimulando la liberación de la hormona luteinizante (LH). La LH, a su vez,
actúa en las células de Leydig del testículo, estimulándolas para
secretar testosterona, hormona vital en la activación de las células de Sertoli,
encontradas en los túbulos seminíferos de los testículos.

Junto a las células de Sertoli, en los túbulos seminíferos, se encuentran las


células germinativas precursoras de los espermatozoides, quienes son
denominadas espermatogonias. Cuando las células de Sertoli son activadas por
la cascada hormonal, estas inducen la proliferación de las espermatogonias a
través de mitosis.

El resultado de ese proceso son dos células hijas idénticas. Una de ellas se
diferenciará en un tipo celular llamado espermatocito primario, mientras que
la otra continuará siendo una espermatogonia con potencial de iniciar el
proceso ya mencionado nuevamente. 

Los espermatocitos primarios entran entonces en la primera fase de la meiosis,


al final de la cual son denominados espermatocitos secundarios. Los
espermatocitos secundarios entonces se someten a la segunda fase de la
meiosis, lo que termina con la producción de cuatro células haploides
llamadas espermátides. Genéticamente existen dos tipos diferentes de
espermátides. Ambos tipos contienen 22 cromosomas somáticos (no sexuales)
y un cromosoma sexual del tipo X o Y (la nomenclatura para cada tipo de
espermátide es por lo tanto 23,X o 23,Y).

El proceso final de formación de los espermatozoides es


llamado espermiogénesis, y se refiere a la diferenciación de las espermátides
en espermatozoides. Durante ese proceso no ocurre ninguna división celular,
sino un proceso complejo de desarrollo, que incluye:  

La formación del acrosoma, un organelo celular parecido a un lisosoma que


contiene enzimas capaces de digerir las células de la corona radiata  y de la
zona pelúcida que envuelve los ovocitos femeninos. 

La formación del flagelo, que crece a partir de uno de los centriolos y contiene
numerosas mitocondrias alrededor de su porción proximal.

La elongación y condensación del núcleo celular.

Pérdida de la mayor parte del citoplasma, que se desprende, formando los


cuerpos residuales, que son fagocitados por las células de Sertoli.

Así, los espermatozoides están formado por tres partes:

Una cabeza, que contiene al núcleo haploide y el acrosoma.

Un cuello, que forma un puente entre la cabeza y el flagelo. 

Un flagelo, también conocido como cola, que es la parte posterior móvil de


estos gametos.

Los espermatozoides migran del lúmen de los túbulos seminíferos al


epidídimo a través de  movimientos peristálticos. En este lugar son
almacenados y continúan su proceso de maduración.

Ovogénesis
La ovogénesis, también conocida como oogénesis, se refiere a la producción de
los gametos femeninos (células sexuales femeninas), que son
llamados óvulos. Ese proceso ocurre en los ovarios, y al contrario de lo que
ocurre con los gametos masculinos, cuya formación se inicia con la pubertad, la
formación de los gametos femeninos comienza en la vida intrauterina. En este
período se da una proliferación mitótica de un grupo de células
llamadas oogonias, que son óvulos primordiales.

Las oogonias entonces se desenvuelven y sufren un importante crecimiento


celular. Es aquí cuando pasan a ser llamadas oocitos primarios u ovocitos
primarios. Tanto las oogonias como los oocitos primarios son células diploides.

Los oocitos primarios inician un proceso de división celular por meiosis, pero
ese proceso es interrumpido antes de completarse, durante la profase I de la
meiosis. Todo ese proceso ocurre aún en la vida intrauterina y al momento del
nacimiento los oocitos primarios de las mujeres se encuentran en la fase de
meiosis interrumpida. En ese momento los oocitos primarios también son
conocidos como folículos primordiales. No hay producción de nuevos oocitos
primarios después del nacimiento de las mujeres.

Después del nacimiento, la mayoría de los folículos primordiales van a pasar


por degeneración y los demás continúan en meiosis interrumpida hasta el inicio
de la pubertad. En ese momento las mujeres tienen cerca de 400.000 oocitos
primarios, de los cuales cerca de 400 madurarán cada mes, durante el ciclo
menstrual, sin embargo hay algunas excepciones a esa regla, como por ejemplo
en los casos de gemelos dicigóticos.

La próxima fase de la ovogénesis es la continuación de la primera fase de la


meiosis de los oocitos primarios. Las células hijas reciben cantidades diferentes
de citoplasma, con una célula recibiendo casi todo el citoplasma y la otra siendo
mucho más pequeña, con poca cantidad de este. La célula hija con menos
cantidad de citoplasma es llamada cuerpo polar y sufre degeneración, mientras
la célula que recibe la mayor cantidad de citoplasma es llamada ovocito
secundario. Esa es la célula que será liberada del ovario para alcanzar la tuba
uterina (trompa de Falopio).

La segunda fase de la meiosis ocurre solo cuando el ovocito secundario entra en


contacto con el espermatozoide y da origen a otro cuerpo polar y un óvulo
haploide, cuyo material genético se combinará con el del espermatozoide.

Mientras los gametos masculinos pueden poseer dos tipos diferentes de


combinación cromosómica (23,X o 23,Y), todos los gametos femeninos son de
tipo 23,X.

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