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Prefacio a la segunda edición

A menudo me han sugerido que el título de este libro debería ser algo parecido a “Una
Introducción al Análisis”, ya que se utiliza normalmente en cursos en los que los estu­
diantes ya han aprendido los aspectos mecánicos del cálculo, estos cursos son estándar
en Europa y van siendo cada vez más frecuentes en los Estados Unidos. Trece años
después, me parece que es demasiado tarde para cambiar el título, aunque si que he
considerado necesario introducir algunos cambios, aparte de corregir numerosos errores
de imprenta y otras deficiencias. Ahora existen apéndices separados para muchos temas
que antes apenas eran mencionados: coordenadas polares, continuidad uniforme, curvas
parametrizadas, sumas de Riemann y la utilización de integrales para el cálculo de lon­
gitudes, volúmenes y áreas de superficies. Unos pocos temas, como el manejo de series
de potencias, se discuten en el texto con mayor profundidad y se incluyen, además, más
problemas relativos a los mismos, mientras que otros temas, como el método de Newton
y la regla del trapecio y la regla de Simpson se han desarrollado en los problemas. En
total hay unos 160 problemas nuevos, muchos de ellos de dificultad intermedia entre la
de unos pocos problemas de rutina al comienzo de cada capítulo y la de los más difíciles
que aparecen más tarde.
La mayor parte de los problemas nuevos son obra de Ted Shifrin. Frederick Gordon
detectó algunos errores importantes en los problemas originales y aportó correcciones
no triviales, así como la elegante demostración del Teorema 12-2, que incluye dos Le­
mas y ocupa dos páginas en la primera edición. Joseph Lipman también hizo algunos
comentarios referentes a esta demostración, y propuso la utilización de la misma estra­
tegia para la demostración del último teorema en el Apéndice del Capítulo 11, el cual
no se demostraba en la primera edición. Roy O. Davies sugirió la estrategia para la reso­
lución del Problema 11-66, que anteriormente sólo era demostrado en el Problema 20-8
[21-8 en la tercera edición], y Marina Ratner, la cual propuso varios problemas intere­
santes, en particular los relativos a la continuidad uniforme y las series infinitas. A todos
ellos va dirigido mi agradecimiento, con la esperanza de que su contribución quede re­
flejada adecuadamente después del proceso de elaboración de la nueva edición.

M ic h a e l S piv a k

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