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202 Maxine Rwvaconn ¥ Riv tion: “Se dice con alguna frecuencia que la legit defensa es una especie del estado de necesidad: justifica. Esto es palmariamente inexacto. Si asf se, habria que sostener que la defensa justa parti de los caracteres y requisitos del estado de necesi Justificante, lo que no es asi. Tado lo que puede tirse en este terreno es que estado de necesidad yk tima defensa tienen entre sf un estrecho parentes debido a que ambas derivan de un hecho neces pero en lo demas son totalmente independientes, Carrara habia afirmado con exaetitud que la legit defensa es una reaecién, mientras el estado de net dad es una accidn. Las diferencias provienen, demas, de las exigencias legales diferentes: conf pacifico entre bienes, intereses o deberes en el de necesidad; agresién no legitima en la defense ta. Balanceamiento de bienes con predominio dell 0 interés de mayor valor en la necesidad que ji posibilidad de que la defensa se haga en per) bienes incluso de jerarquia mds elevada, etcetera, es, en cambio, siempre acertada la afirmacion de. cen el estado de necesidad colisionan bienes o in ses legitimos perteneciontes a sujetos inocentesy que no ocurriria en la logitima defensa (Jiménen Astia). También en el estado de necesidad justifi puede existir conflicto con una aceién no licita, ef ‘en el caso de la situacisn de peligro emergente de: acto culposo (incendio por imprudencia de la pro casa) % Op. ct pag 284, Antes do ito autores ya habia ntentado a dstneén, ea Pos rigor, Ramos, op, t,t I, pag 310. joncias entreel estado de necesidad etonen ante elas principalmente Soler, Ns Md, Crouny Frias con sus colaboredores. Pa spareee posible y conveniente distin ttn Ia primera, la situacion de necesidad queen el estado de necesidad se tata de han atural sea, de peligro param bien ents protegio. nl primer caso, i salva elon cl dalte es impucsta enelotro, ese ae para elo modiemingin ier o's poco proses “En el ca de conecion ablatse nunca con propiedad dela justif- etiva del acto, el cual conserva, sin duda al Walor antijriaico, El caso es perfectamente hal dl error, en tanto que cl verdadero Iecesidad“constituye una causa de justify ano tal tiene por efoto legitimar el hecho ioe cl noderivan responsabilidades pena- ln de cardcter dtitio"™ ie“ conconado sa por lanes Mtarel malqueloamensza,y desde estopun- ubjctivo no se podria encontrar una dif oncal entre su sttuaciony la del individuo Mle de intervencinen favor deter Manado le necnidad: ras temen un mal Ta Rianne diferencia substancial y constante entre el caso de coaceidn y el de necesidad, comprendida la ayuda a tereoros, es que el Derecho, para no castigar, en el pri- mero solo mira el temor que constrife la libre deter. minaeién de la voluntad del autor, que no autoriza a exigirle el respeto al bien ajeno; mientras que en el segundo atiende a que el autor obra para salvar un bien juridicamente provaleciente, lo que no slo lo co. loca en Ia condicién de un no insubordinado contra el orden juridico, como es el coaccionado, sino, ademas, en la de un cooperador para su mantenimiento™. Fontiin se expresa en términos muy semejantes a los de Soler. De todos modos, es interesante y puede ser stil reproducir este pairrafo: “Mientras en la conc. cidn el hecho no pierde su cardeter ilfeito, siendo su Uunico efecto el de constituir en ineulpable al coacto, sin Perjuicio de que ta culpabilidad se traslade a quien @jercid la coaccién, en la accién necesaria esta le mas {a investigacion de la culpabilidad por ausencia del elemento antijuridicidad, sin el cual la existencia del delito no es posible” Creus escribe: “También Ia coaccién nos enfrenta una situacién de necesidad, pero la misma proviene dela amenaza que tiene su origen en el hombre, micn- tras que en el estado de necesidad la situacién necesi- tada puede provenir de hechos extrafios al hombre; en el estado de necesidad la impunidad proviene de una +azén propia del hecho, en la coaceién del vieio que de- forma la voluntad del autor del hecho tipico"®. % Derecho penal argentino ct, tome pig 319. 2% Gir Tratedn de Derecho pends, cit, tame ge, 166367, & Derecho onal. pg Sab easton ayes 1s casas me susaeacin 205 eotaetecion is ieee aan shee ae eam ieee eee a ae ooo Zaffaroni eree que la segunda parte del art. 34, inc. 2, “no ge limita a amenaza humana’, por lo cual “puede haber alli vis compulaiva, eoaceién y estado de necesidad exculpante”,y no ve “ninguin obstéculo para ‘que la coaccién constituya un supuesto de necesidad justificante cuando el mal amenazado sea inferior al ‘causado (con tn eoneepto personal del injusto ello es perfectamente posible)". 5, Amplitud del estado de necesidad See eer ee eee 2 op.cit pi. 275 i ein pa Pe ea ry 198096 anf ‘ort edt, Baar, Busnce Ae, 1973, 188 Mave ne Rivacona y Rivas el necesitado™. De manera mas explicita, Soler abun- daen el mismo sentido: “La superacién que la doctrina y la codificacién modernas importan con relacién a las “anteriores consiste, precisamente, en haber extraido de disposiciones aisladas, en especial del tema del hur- to, Ia cuestién del estado de necesidad, para hacer de lla una causa genérica de justifieacion. Nuestra ley, al colocar en la Parte general la institueidn, y al no hacer istineién alguna acerea de los ‘males’ evitables, con: forme alla tendencia moderna, no debe ser interpreta- dan el sentido de que el estado de necesidad s6lo pue- de invoearse con referencia a determinados bienes, si- no que, en prineipio, os perfectamente posible con rela: cidn a todo delito, y su admision esta subordinada tan s6loa la comparacidn de bienes, conforme a la doetrina alemana, Es més; sien la legftima dofensa se refierela ley ala persona ylos derechos y, eegin nuestro modo de ver, alli se trata de verdaderos derechos subjetivos, en esto caso la expresién mal mayor no solamente abarea derechos subjetivos, sino también facultades o deberes privados o publicos o, en general, un bien cuya lesién constituya una pérdida juridica. Hsta conclusién se ve reforzada por una razéa de legislacién comparada™® Y¥ con su acostumbrada coneision y la meneién de Soler se atiene al propio criterio Creus®. Para Nui, el Cédigo argentino “sigue la misma linea del espanol de 1932", que “no establece limitacién, 4 Op, et valet, pigs, empetivamente, 278 y 379, Véase, ‘ssiminmo aes ye dei, Principve de Derec pena, ed. core ‘ida ygetualizada Hermen, Mico Boone Aiea 1989, pag 310, ‘Op. tol, pigs 65-368, Soler surefire en ete pees: fal vigo tema’ el hurto foro, on la inumerable hibogratia {uaegotean ns a Las casas ne serrate 207 respecto de lacalidad del bien ajeno ofendible por el he- cho tipico del autor”, ¥ Fontan dice que “Ia expresion ‘mal, contenida en la ley, tiene significacién amplia co- ‘mo para considerar ineluidos en el inciso toda clase de bienes euya lesién signifique un perjuicio juridico, Bx a la corriente de la moderna doctrina juridica, que se adapta perfectamente a nuestro texto legal”. Por wiltimo, para Terén, la amplia formula con que cesta previsto el estado de nécesidad en el Cédigo penal “no limita los bienes juridicos que pueden ser ampara- dos™®, ¥ Frias y us colaboradores han eserito que “en cuanto a los bienes comprendidos y susceptibles de ser salvaguardados en estado de necesidad, el Dere- ‘cho argentino consagra un elogiable eriterio de ampli- tud ilimitada’?, Con razén, pues, sentencia Armaza que “cual- quier bien juridicamente tutelado puede ser entonces protegido en situacién de necesidad; basta, inica- mente, que se preserve el mas valioso a costa del me- nos importante", 6, Elconflicto Asi como en la legitima defensa el elemento 0 re- quisito generador y basico de la institucién, sin el cual rho puede darse ni aun como incompleta, es decir, ni si- ‘quiera cabe el exceso en la defensa, es a agresién ilogi- 4 Derecho penal argentino, cit tome Ig, 320.Con el mismo pensaento Monat de Deeeh penal, pag. 18 Dorcel ts pap 298, De gal opin, con otras pa Iabrag en el Tred da Defho penal, ety tern pg. 108-169. “is Dereoho penal (publiadoa, 8 vols), Astea, Buanos Ales, 1960-198 tno, ag. $88 a Op ie pa 278 Opell pe 188, 208 DE Rvacona¥ Rivacona tima*®, en el estado de necosidad lo es el eonflicto 0 60- lisin entre bienes, 0, en su caso, intereses o deberes, en el que Ia salvacién o la integridad de un bien o un interés exige ineludiblemente el sacrificio total o par. cial del otro o de los otros, o el eumplimiento de un de- ber involucra la violacién del restante o de los restan= tes. Este conflicto es comtin allas dos manifestaciones 0 versiones del estado de necesidad, o sea, la quejustifiea ylaque exculpa, ¥ sin él ni hay ni se coneibe, no-ya slo Iaeximente propiamente tal, pero tampoco el exceso. Y, cuando el conflicto se plantea entre bienes, intereses 0 doberes de significacion desigual para el Derecho, sub> sistiendo o imponiéndose el de mayor monta segtin st sistema de valoraciones a costa del a de los menos im. portantes, o, en otras palabras, cuando se preserva el Juridicamente preponderante, que es como la ley ar- gentina prevé el estado de necesidad, éste asume lana turaleza y categoria de causa de justifieacion, Como quiera que no puede obrar contra el Dere- cho sino quien puede y debe obrar conforme a él, la agresidn ilegitima s6lo puede provenir de, y en conse- ‘cuencia la legitima defensa ejercerse contra, la activi- dad de un ser humano. En cambio, el conflieto que da lugar al estado de necesidad tanto puede ser produci- do por el hombre, inculpable o culpable, euanto por los animales o las meras fuerzas de la naturaleza™, sin interveneién humana alguna”! {8 fe one captae anterior, § HL apartado 12. ‘0 Engiobando en ella las propia neceidadesfiilgicas st bin, undo gan un exon ftanentenaerabi ns {arden estado de needa ss cumplimienta ns puede er eon {ola por a volunta del sujeto sino de una susencie decoders afar, Teoria de dele, ct, pg. 480» Tratada de Derhe peal, pt 624 expresamente Jiménez do Atta, Tratado, cit, tomo V, sit, pags 404-405; Creu, ie cits Zalfarnt, Toots dee ak 47, Actualidad 0 inminencia yentidad del peligro 6) La existanca da um confit impli a aun peligro que, pranments, se evita enusando until tron Este pligroione que esr real, fective, noua tors suposicgnun van temornivaaitplereeuer: Go ttne, puss, que exstirobjetivamente yo alo en inimaginacién de quien acton por ereer quo su da un trade denoreniied Pos consiguiots;auhadatratar do un hecho con apited para provocar el tal que se temoyyso prosura imped Si, en cambio, no existe en Ia reclidad sl cto elocttado por crorse el enleto en cata de neceidad ho eat justi endo; slo habra un seta do nocosdad putaliyo, quo, de haber aidoin- Ccitablo el error que haya impulsado a obrar, puede ser inculpable, Por otra parte;renl ses Io actual ynélo poede consderarse lo ininente, Aun cuando faa noeiones actuate nminntese never gees do mane ra muy estrecha, son conceptualments distintas. mal es actual cuando a comenzado a atividad que ade provocaro, pero el resultado lsiva no sea pro lucas por lomence no geha predudo en su fta- Tidad iaminente, cuando, sin haber principiado, de tn estado de covas dado ha de seguirse inmediata- mmente, Bn la primera stuacion, se obra para imped {quoel mal contin, yen la segunda, que se desenea done, siménes de Asda sienta en frase concisay ter- Iminante: "El peligro ha de ser real, exstente 0 bn. 8 Manual de Deepa, Parts onaral, Eig Bacon Fess 197% pap. 420-430 Trotado de Derecho penal, tomo TH, Digs 806-800 G27, Priany mo colaboradre opt p27 210 Mawes. Rivacona yRvacona rnente’; insiste “en la realidad del mal. La inminen: cia supone una probabilidad de alto grado", nla dctrna argnting, Poca eupare dos requisitos de esta inatitucin, exige on primer lager “iaactuatidad del peligro, Por tanto, noes necesaria el sarificio del bien juridicoajono el peligro ha ce Sado 0 si es un peligro remote. En el primer caso se justiticaria la matieia, en el sogundo ta ligereza, Ea Actualidad empieza y termina, conjuntamente, con peligro, Dura con aly esa con e Tales palabras ponen de relieve la posiilidad de obrar en entado de hecesidad una ver eonvertido el peligro en un mal, siempre que este mal se encuentra ain en proceso de desarrollo y no se haya consumado 0 completado, ex decir, haya conclu y pueda sr mss intense, Para Soler, on expresin muy escueta, “a actual dad inminencia del ma ques pretende evita, era tamente mismo que en case de login defence, esloqueda realmente labase dela situncion neceaea: da". Y, segiin Nuifez, “la inminencia del mal mayor 6 lo que caracerian tin stuacin eoneeta como an tstade de necesdad”y-no se puede hablar deh mal inminente por eto, dun estado de neces si Que esté configura un ato en que el mal mayors, U6 por sucederactuatmente, Esto no stl exge que el © rotado, ct, tomo V, ct i. 405, Refs de manera expronaa Jiménes de Asia, Cerezo, op. sit, pa 200, nota 3, no ere “quel intanenci del mal Supenge se ‘ests on lea rath de pratbiied saa sade: nse 98d ela Ui Op att tome kp. 98 Laseusasmesuemnescios cei one peligro de sufrir el mal sea efectivo, sino de realiza- ign inmediata”®. Fontsin escribe: “La ley argentina requiere que el mal sea inminente, es decir, actual 0 inmediato™®. Y Creus: “Elmal mayor debe ser inminente. El eoneopto de inmineneia refiere tanto a lo temporal cuanto a la probabilidad del mal. Elmal mayor debe ser efectivo y préximo, Quedan excluidas del estado de necesidad faquellas situaciones en que el mal es remoto, es decir, ‘que si'va a ocurrir [es] en un futuro indeterminado, co- ‘mo también cuando s6lo es posible eventualmente™ Zaffaroni explica que la inminencia “no debe ser entendida en el mero sentido de inmediater temporal”, sino como que algo puede ocurrir en eualquier momen: {o,sin que haya de ser dentro de un segundo". Baciga- lupo condensa la idea: “Habra peligro inminente euan- doa pérdida de un bien juridieo aparezea como segura ‘o muy probable". ¥ Frias diee, con sus colaboradores: ‘1 peligro, “eonsistente en la posibilidad o probabilidad Derecho penal argentino, cit, tomo 1, pg 928, Semejante- smente om Mon de Derecho pena ie 8, pramera ‘ita ew conformidad respect que la inminenia del mal mayer So hn i atta «Hemera a epee abe © impr de tay, Buenas Aires, 111, pg 447 12 fyatado de Dereeho penal tom I, pg. 170. Andloga- monty oma Derecho penal, pale 287 Op ct pd 101 1 Chr Tearat el dette, ci page A759 400; Manu de ere ho pene, page 422 y 40,9 ratadodle Derecho penal i, tomo {ilps 043 697 "ts iment un mal a cava mercod 2 newen tha th suet sue, deme aa lo comprende” Tvorta del deli, pa 400; y Travad, tomo I pa 62. 'u recwera Creus Deecho penal, Pare goneral, Astrea, Bue- ne Algo, 1988 pg 208, Gp et pk 2 m2 zs MANUEL ne Rvacona ¥ Rivacon de lesién para un bien 0 interés juridicamente protegi- do, debe ser, segin la ley, inminente’,o sea, de realiza- cidn inmediata y no mediata, lejana o futura, Obvia- mente, la exigencia involuera la actualidad que impli- ea un peligro en pleno desarrollo", ) Hay e6digos, como el italiano, o proyectos, co- mo el de Coll y Gémez, que requieren también que el peligro sea grave, y autores que, incluso trabajando sobre eédigos que no To exigen, consideran que efect vamente debe serlo®!. Sin embargo, Jiménez de Asia estima que no existe semejante requisito, ya que “to- dos los bienes, aun los infimos, son salvaguardables, puesto que la proporcidn (el sacrificado ha de ser asin ‘menor) pone remedio a posibles abusos"™, En la Argentina, Peco es rotundo: "No se requiere 1a gravedad del peligro; y Fontan senala: “La ley nada dice respecto a la gravedad del mal, como no sea que el que se ocasione debe ser menor que el que se quiere evitar"™, © Op.cit, pag. 27 51 Por lenplo, Anta Oneca, Derecho penal, 2 ed, anctaa y poeta al dia pordoad Julian Herndndes Gatjny Las Benge Merino Akal, Madea, 1886, pps 203 y 208, Carezo, op. cit aes Cola, Derecho onal ele, tro (Parts peer) 10 jarcelona, 1951, pag. 968; Dias Palo, ox Beta dene ‘Sida (en la Nuova Belelopa Jurdion, tomo Vill, Panciac Sets, Barcelona, 1956, ps. 904-902) pag 918 Rodriguez Deven, Deve cho penal cspanel Parte eneral [Bead reviaday puesta ia yor Aina Serrano Gre Bsns, Mac 985 ye 70,7 Ste Canter, Lecter de Derecho pena, Parte gencrallicadon 3 Vall) limo, Bosch, Barcelona 18, pags 70 380 1B rato, Nyce, pug 07 % Deresho penal, cit, ig. 287 8, Necesidad de la accién dafosa; el exceso ‘Aunque la gran mayoria de los autores se refiere este requisite denominandolo “inevitabilidad” de la aceién dafiosa o lesiva, es preferible llamarlo “necesi- dad’, por congruencia con el nombre de la institucién ¥y porgue refleja de manera més adecuada las cuestio- hes de que aqui se trata. En efecto, la “necesidad” de- nota, no sélo que el ataque al bien juridico menos im- portante es inevitable para preservar el més valioso, ‘ino también que dicho ataque no puede traspasar los limites de lo estrictamente indispensable para tal sal- vacién, De todos modos, se ha de recordar que Jimé- hez de Astia habla de la necesidad del acto lesivo™ y que Creus dice, del acto de salvacién, que “tiene que Ser necesario", precisando, con mucho acierto, que testo “no implica que haya sido efectivo —o sea, que ‘fectivamente haya evitado el mal mayor—"*”. En cuanto a la primera de las cuestiones indi das, hay penalistas que, basandose en la expresién de un Codigo que exige que el peligro no sea “evitable © fe, Tata, it amo TV pg 404y 17. Per en Le testa ta iad ‘eDerae penal cy pa 26 © lim Tinta pn dom nn gue me ica nee ur postin ecient ue teque Po na fa {iy SeSinada Seat qnese pretends como savor 13 por Heat ete metnys dps dtr medio iden ne de {iepgemintenaris salva agus Tor tl deli, pe 490, Trotado de Derecho pen tp 0% ain ue tera tad cecvamene al mayo por ex requ set ‘mualmente un moti undo de stare lo Suen cn ore (her wnor a Maw e Rwvacona¥Rivacona de otro modo", piensan que “el hecho debe ser abso- lutamente necesario para salvarse"™*", Sin embar- go, tal rigor haria a la eximente poco menos que ims posible de aplicar,y por ello se observa en la doetrina un acuerdo general en que este requisites esencial- mente relative y ha de ser apreciado por el juez no en abstracto, sino considerando la concreta stuacién del necesitado. Como comenté Groizard, “a la justicia basta para pronunciar su fallo absolutorio que el me- dio empleado sea natural, oportuno, adecuado, prus dente, beneficioso, bueno; no necesita que sea el tini- £0, el menos perjudicial, ol mejor de todos. Dificultar hasta ese punto la exencién, es casi hacer imposible clauxilio””. ¥ también Viada opina que esta exigen= cia debe ser apreciada “haciéndose cargo de cusin di- acl taliano, nu artiolo A, El expat presrbin ono texto original “ue no haya otro mate prachabley mane peed Stipgrmpea a iy Anise, Manual de Dito pena, Parte generale, ed rivedutaeaeriorata, Guth, Milano 196, pg 235 Bs ves fastellan dean dol Twa! Ange Toro, EEA Argenens, ‘Bueno Ate, 190, pg. 226m do Jorge Gucraroy Marino Ae ‘ra ein, Tins, Bogtd 1988, ae. 17 ¥romaha,cxtmando ge 4o baat “una simple nocetdad sino tna noceidad gue eaten na verdaderay propia incrtablidad, log siguiente ‘esblgde ninguna manera eoquiarel pare sree ne geek -Apsordoypare den die actalmente do may ore arscteritca, tamlin para Sains Canter, op eval ot S81 “a necenidad ha de ser abla, que tans qo lot tengr viameno peril awa and pes par es dnp die que eta expec, sung a ere Beals halla mpcta en flo utznde pore lepilede Hs tae impaled un eta de ncn me ay por ie isu roel pio fe mismo gus qu demande "El Codie ronal de 1870 concordade y eomentado, ucenre do ivadeneyra, Aad, 190, ome pa 205807 Lascammaspemsmncncay a5 ficil es en tan apurados trances obrar siempre con to- do.el acierto apetecible™”, Enla Argentina, Herrera sostuvo que “el acto ne- cesario presupone que no existe otro modio de esca~ par al peligro; de To contrario, si hay otro medio de Cvitar los dos males, es elaro que la necesidad desa- parece"; mas, quizé “con ecos de Groizard’™*, Peco fafirma que “no se requiere el medio mejor, basta con que sea atinado, oportuno. No es un coneepto rigido, sino relativo, aquilatado por las circunstancias. La necesidad, pues, se ha de valorar, no con el énimo del juzgador, fuera del peligro, sino con el énimo del ne- ‘esitado envuelto en él", Semejantemente, Frias y sus colaboradores entienden “que el autor debe ha- ber optado por la actuacién menos dafiosa para el bien lesionado, habida cuenta de las concretas posi- bilidades en que se encontraba en el momento del hecho””®, Con algtin laconismo y menor precisién, Fontan, tras distinguir Ia inevitabilidad del medio ‘empleado para alejar u obviar el peligro y la inmi- hencia del mal, establece que “el mal causado es in- evitable, cuando, eausando el amenazado cualquier otro, el mal que se trata de evitar se hubiera produci- do lo mismo"; y, en fin, para Bacigalupo, “la accién 7% Cédigo penal refrmad de 1870, 4 ed, 3 vel, Madrid, 19, gmo pa 106 pet pa 6. 12 Slime An, Tratado, cit, tomo V, eit pg. 418, 3 Lae Opty pgs. 277-278 rata de Derecho pena, agrega: ‘De ntre lomo capac dee tnceoxare” 216 ___Mavuru ne Rrvacona yRevacons no es necesaria si el peligro podia evitarse de otro ‘modo, es decir, sin lesionar el bien juridica"™ En resumen, la accién dafiosa ser4 inevitable siempre que constituya el iltimo recurso, el recurso extremo, de que disponga el sujeto, en la particular si- ‘tuacidn en que se encuentre, para resolver el eonflicto ysalvar el bien en peligro. Por eonsecuencia, ef estado ke necenidad tiene sin dua, cardeter subsidiario i ménez de Asiia, que descompone el requisito de necesi- dad del acto on otros dos a él subordinadas, a saber, “que el mal que se evita deba sobrevenir en caso de in: ‘aceidn (y, consiguientemente, cuando se trata de una jomisién, que el mal hubiera sobrevenido actuando)” y ‘que no haya otro medio de evitarlo sin producir pers iuicio”®, extrac de este Ultimo dicho eardcter subsi- diario, y dice; “En efecto, a diferencia de la logitima defensa, en que la subsidiaridad no debe, en modo al uno, ser obstaculo para el ejercicio legitimo de la de- fensa propia o ajena, en el estado de necesidad se nos plantea como requisito sine qua non. La indole del Conflicto que se produce en el estado de necesidad es entre dos bienes igualmente protegidos por el Dere- 2 On cit g.28 No satan on et pao se rete slpartialr loa expun repro del ems eegenanen ees Steumrin yal enlaae 28h speciosa sara endings tne ge ees Sic Aapatsn para ecusrIn apna cloner ee gh pleura onesie acaae tt Saran ler scion acer ne Sea ‘dir orepeler Ia agrosion antes de somensar la aceon de dence) Elaline sis nprenid esas sn ean intggmennenda btn a ee cata at, ome Vt pag 7B nie peneamiento, Las causa ppsusrateactox 2x7 cho, y no, como en aquélla, entre el interés legitimo nizacién, cuya cuantia se remite a Ia apreciacion equitativa del juez"™, Pero en la Argentina no existe ninguna disposicion semejante. Seen se ere eee ae Tesi nme cue ligro”!®1; y entonces “la indemnizacién sera debida por © cesitado, en tales easos se deberd la indemnizacién, Ls cata INCA pesca: sitada procure un beneficio al que con ello salva un. bien (.]- Tal circunstancia no torna, por cierto, ilicita Jaaccién, ya que es de la esencia del estado de necesi- dad el que con perjuicio de otro se salve un bien propio. No puede, pues, ni aun en ese caso, siempre que el inc. il art, 34 sea de aplicacién, derivarse de ese hecho tuna responsabilidad civil « titulo delictual o cuaside- Tictual, que importa la reparacién total del dafio eau- sado"™, Io cual no excluye toda indemnizacién, sino que, “siendo manifiesto que el porjudicado no tiene de- Der alguno de sacrifiear sus bienes en beneficio del n itada al monto del enriquecimiento, conforme con la disposicién del art, 907 del Cédigo civil, responsabili- dad esta que no tiene ni el origen ni el aleance de la ‘que se deriva de un delito o de un cuasidelito™™. Creus dice: “Tratandose de una causa de justifi- cacién, de la accién realizada en estado de necesidad, ho derivan consecuencias civiles de ninguna natura- Teza; el autor responde s6lo en la medida que se haya tenriquecido por el hecho tipico, conforme al principio entado por el art. 907 del Cédigo civil [.... Por su- puesto, que la indemnizacién total sera debida al Giamnificado por el tercero que ha originado la situa- tin de peligro en la cual el autor hubo de cometer el hecho tipico para salvar el bien de mayor entidad, si 1 tbidem ‘biden. Nopuede extraiar, por a ded eon que de contin rept Soler, ue tambien Tern ets tomo 1 pas. 381, vou a ext pects mismo a 90, 8 bien sada con dadosa eportuns afhbidnewenta doqueen sede cv fancean el pringiie deans. Ania 18 42 Mayu pe Rwvacoma yRivacons es que un tereero la originé y no provino de aconteci- mientos naturales", Quien estudia el tema con mayordetenimientoylo sistomatiza con mas euidado os Jiménez do Astia'™® ‘Para d, se impone distinguir “cuatro casos: 4) Cuando el estado de necesidad se causa por la propia persona que sufre sus conscevencias, es claro que no tiene derecho a indemnizacién alguna 8) Cuando se debe, de agin mod, a culpa del ne cesitado, éste debe reparar los perjueios originados a la vietima. conan mas ¢) Cuando es un tercero quien originé a situacién necesaria, éste debe la responsabilidad civil ) Cuando el estado de necesidad es consecuen- cia de un simple caso fortuito, la responsabilidad ci- vil, como tal, no puede exigirse”!" Eneste timo, que dice que es el més importante por ser el mas frecuente, subdistingue: @) aquellos arose quel delitonecesario consists en una expe- the do expeopinciin de bamnes materiales que, poral Ins pen eens por un canted de din ‘iver los cunlen, fa bolo de roperariéa yo deal eemnbildad abe qoe al que couro al roves oamice ola vctinnn, por un eupeecte coveerdimardl de aquel que al war do una co aj fo hace Cou iden do pager mas tarde loadeudedo,o bien por ill tepecie do geetin de negocion ajenoe; cosmo tte 2 Sipe Derecho pn 3 Tem pag S18. eit pas, 370-975, coro obr6 beneficiando al que se hallaba en estado de hhecesidad?™®®; y b° todos los demas, en los que “nada puede exigirse del que obra en estado de necesidad; pero aqui podria aplicarse la doctrina seguin la cual el Estado debe resarcir los datios producidos”!°17”. SIV, Onservactonns crrmicas 1. Individwalidad e independencia del estado de necesidad ‘La gravitacién de cierto pensamiento alemén, que concibe la existencia de un llamado Derecho de necesi- dud (Notreeht), noeién que se especificaria en elestado ldonecesidad y la legitima defensa, mejor denominada Gentro de este modo de entender la materia defensa hevesaria, y el empeno por adaptar y adoptar tal con- tepcion a otras Togislaciones, como la espanola ola ar- gentina, imposiblita légicamente una neta distineién {fo ambas instituciones, inclusive refiriendo Ia prime traxdlo al estado de necosidad justificativo'”?, Con se- fjuridad, el equivoco proviene, en loesencial,de perder evista la diferencia quelas separaen su raiz,asaber, {que el conflicto se da en el estado de necesidad entre dem Yarn“ anne apie pri i a ee i en aa gy Scene lated a attr Caan carr a 2 dma 4 Fe epee dimer oun slo oc i, on particule l teria de i, $1, apa tr evpra capita, § HT, apartados 4 9,y $V, aparta- i itlapartadon 193. doryen 248 Mayu Revacona y Rrvacona dos o mas bienes ointereses juridicos, igualmente pro- tegidos por el Derecho, que, sin embargo, en un mon mento determinado no pueden coexistir, mientras que nla legitima defensa entre la agresion yladefensa, o, dicho de otra forma, entre dos aeciones, la de agredie y lade defender el Derecho. En otros términos, la lesiti« ma defensa mantiene el imperio del Derecho, impic diendo su transgresién, en tanto que el acto realizado en estado de necesidad protege un bien o interés juri. ico, evitando su destruccién o deterioro, De esta diferencia radical se sigue ineluetable & irredargiiblemente que los episodios de legitima de- fensa han de ser generados por una agresién ilegitic ‘ma, 0 sea, por un acto humano, y que las situacion de estado de necesidad lo mismo pueden estar or} nadas por el obrar humano que por los seres inferio- reso las simples fuerzas naturales, v, también, queen cel estado de necesidad, ineluso el estado exeulpante de necesidad, es siempre problema fundamental la roporcién entre los bienes que coliden, y que en la le- sitima defensa no se precisa proporcionalidad alguna entre el bien agredido y el que se lesiona en su defene ‘sa oni siquiera para la doctrina més rigurosa en exi gir tal proporcionalidad pasa ésta de ser relativa ni ega a postularse que en todo caso el bien que se sa crifica tenga que ser menor que el que se salva. Elestado de necosidad posee asi, pues, una enti dad y una significacién propias, ineonfundibles y que xo comparte con ninguna otra eximente, 2 Sacrificio de cosa propia A pesar de la afirmacion general y monocorde de. ‘que el bien que se sacrifica en el estado de necesidad para salvar otro ha de ser ajeno!, conviene reflexio- ar neerea de semejante aserein ¥ matizarla, fect ¥amente, el eoneepto de ajenidad no puede ser toma, do aqui en el rigor que tiene para el Derecho civil, sino num significado mas amplio, que abarque también ‘cualquier interés legitimo sobre dicho bien por parte de una persona, natural 0 jurfdica, distinta de quien resuelve la situacién de estado de necesidad, aunque sea propio de éste, o, en otras palabras, le pertenezca en propiedad", Piénsese, si no, en que alguien, con. tl objeto de salvaguardar un bien mais valioso, haya de destruir 0 menoscabar una cosa propia que tenga farrendada a un tercero o, con idéntico propésito, haya. de incurrir en la accién deserita en el art. 562 del Co- ‘digo espanol”; y los ejemplos podrian multiplicarse. 8, Reparacién de perjuicios Bvidentemente, a teoria de Jiménez de Astia so- bre las posibles consecuencias civiles del estado de ne- cesidad' es la mas completa, ordenada y sagaz. Ca- be, empero, sintetizarla en la sencilla y obvia asevera- ‘ign de que la reparacién de los perjuicios que se cau 171 cf, an tal sentido, supra, $1, aparado 12 7 fii Agate, Nope airs on pees wai peor a desea Cir mpc ste inne wae te nen 115, Tamia sedate conanca cn a nym Cometic eh frm eplcasdl Cady pal, fcr n 82» ave re tare yaeIenconadamentey pr aaiglr mdi destruvere, attate dasa una cna propia de wtdad raalo do canker ‘inane a sustraer a tmmplimieno de hs dabees Hoga im een nsec don econ ha “Cir napeaene apart med 2ar m6 ‘i INURL DE RivacoRa Y RWACORA Lascatas pe tSTICAcION ‘La cvolucié hstricodagmatica del conceptodeantijuricidad ce ekenct penal angentin, ex el voumen coletio, de dine vse sia et ali, Beoluctn del Derecho penal ergentino (Su tt iy histario-dogmatco), Orbit, Rosato, 1969, baa eras. 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Generatidades 1.— Blestado de necsida,consagrado porel art ine 2° del Ciigo penal, conse un supueste done pune bildad se cnfgura cuando el mal mayor e evade slo cometiendo el hecho lesivo dl derecho ajo: ve eect 8ssunasituacén de peligro inmediate que na serdvaleabie Sno sucricando wn bien jriicamentsextranes Pave e Binguna manera ptr un ez utorrent poea ‘omisén de un deli, para quel actor se presents sate ta wietima y la despoe, exhibiondo ol testimonio dea reels in ugg Pat Ch 25, 2778085, BD, 117-426). 2, — Elestadode necesidad debe ser probado por quien lo alega,oal menos intentar hacerlo, sin que baste su sola ex posicion de palabra, (CNCrim. y Corr Sala TV, 2/1188, DJ, 19892-2071, dale eens amen eran pone natant eee te aah eee oe ie pare eens cael enue freee ee acer ae as cups org ce a hs cael Sa ec SUSE pe 4.— Beta de nocsiad no raion nel tera a sao por el peligro que perturba el juico, sino qu funda. mts na juntencion en la objetividad del hecho. (Cm. 3° ‘Ape La Plata, Sal i, 2/5/50, Li, 61-464 2, Conflict odisyuntiva insateables 5.— Debe abeolverse_ de Ta imputacin do dftauda- sion i ago reteradn (art. 174, ne 5% en fancn dl ar 173, ine. 2, Cadign penal sila procesnda demoré el ingreso rin Ssbraneas Featizadas como agente de la Empresa Nax tional de Tlecomunieaiones,debido a queen la forma et Ae deslviaeu atin lo bier tid cum soe tes Rares nena are 34, ‘yp puna [Cum Fed Corda, Sala Penal, 12668, BD, oot 22 MNBL be Rivacona yRrvacona 8. Requisitor: mal mayor, inminente e inevitable deotre modo, y que el agente haya sidoestrano ‘su producctin 6.— Si hubiora obrado impedide por un estado de ne: ional entre el mal eausado el que queria evitar, (CNCrim ¥ Corr, Sala VI, 7/8/81, “Acosta, A", BCNC y C, 981-1K 194), 7.— La causal de justifieacién del art, 24, ine. 9, del ‘©6digo penal supone la existencia de un peligro actual 0 in- ‘minente que es menester evaluar a la lus de eriterios relat ‘yes, loquede ningun modo significa abrirel camino del deli to para sufragar las necesidades proximas oinmediatas, ni ain para eludir un peligro meramente posible, pues siei- prees menester su actualidad o por lo menos su indudable inmediatez. (TS Neuquén, Sala Penal, 17/976, BD, 67-5121 8.— Noencuadran la provision del art. $4, ine. 3" del Cédigo ponal la conducta de quien, affontados tos hochos que pudieron asumir el eardeter de “mal mayor inminente” conel aporte de otro, comete apropiseién ilegitima posterior- ‘mente para saldar la deuda contraida.(CNFed, Crim y Corr, 25/863, ED, 7-548) 8. — Siclcondenado estuva en condiciones de soslayar l peligro que dice haber sufrdo apelando a otros recursos ‘que no fuoson los de infringir la norma del art. 134 del Co digo penal, toda vez que hubiera bastado, por ejemplo, po- ner la amenaza en conoeimionto de la autoridad correspon- diente para que ésta restableciera el orden alterado o bien rocurrira un disereto y corto retro a otro lugar, ala espera dde que se calmaran los énimos del padre dea mujer, no pue- de admitirse la justfieante del art. 34, ine. &, del Codigo pe- nal. (CNCrim. y Corr, Sala VI, 15/12/61, BD, 99-183), rt in. OS 10. been tad de nnn at 4 6: sie an Saran pons eae porae ene ana, un et inde nema wa Pe are seb nan en ioe biendo elegir entre dos mé yar el alimen- roi, debts oc aavelnenfernad drut to male evtad(ONCrim.¥ Core, Sala V, 2787, 2311 reo miscita consent y voluntaria- ord la eval mata, no pro ents ia ita y peligro dent me acted dfensa propia, nila atenuante cal cede nila enna dfenan, pus el esta de necesdad sativa de estore dela nay de atta debe sor ajeno ala que et of ye ee defiende [SCBA 6/0/64, ED, 14-286), 11, — Cuando et |. Bxtado de necesidad por grave situacién econémica nine iin ae reenter yo feos jue necesitaba para hacer jer a su 12, — Haobrado en estado de necesidad (art. 4, ine. ‘codigg penal) la mnuer au, habiendo sido abandonada por

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