Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Jesús hizo manifiesto su amor por medio de sus principios prácticos y vivos,
también nos mostró una clara forma de relación con los diversos tipos de personas
y en medio de un mundo agobiado por el maligno, sanó las dolencias de los
hombres. Y cuando hubo realizado toda su obra de amor, se dio a sí mismo para
garantizar nuestro rescate, resurrección y acceso al cielo por medio de Él, a quien
rendimos honra y gloria.
Él es la escalera que une el cielo con este mundo, es quien puede transformarnos,
tiene poder para hacerlo, Él, que venció toda tentación y pensamiento inmundo y
nos capacita hoy para vencer cualquier pecado, nos transforma de nuevo en seres
que glorifican al Eterno con sus actos.
El Espíritu santo marca la diferencia entre los sentimientos y para poderlo recibir
necesitamos acudir a Cristo tal cual somos. A medida que vallamos
relacionándonos con Él sus mandamientos se harán vivos en nosotros. Podremos
vernos externamente bien, pero necesitamos ver la naturaleza espiritual de la ley
para encontrar nuestra inmundicia. No debemos hacer de las faltas de otros una
excusa por el propio descuido del deber; el modelo es Cristo.
Somos comprados por precio carísimo, somos valiosísimos para nuestro padre
que nunca nos dejará, un padre que hasta aquí no ha ayudado y estará con
nosotros hasta el fin.