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Hegel en sus escritos referido a la “fenomenología del espíritu” desarrolla la teoría del
reconocimiento en relación con la autoconciencia, como lo describe Alejandra López en
su artículo Una lectura hegeliana del reconocimiento. Conflicto y realidad social. “para
Hegel la autoconciencia es reconocimiento” (López, 2013, 77). Hegel, asimismo,
propone que para que se dé el reconocimiento debe haber dos autoconciencias de tal
modo que ambas se relacionan entre sí. La primera autoconciencia es el sujeto que en un
principio será negado, la otra autoconciencia es la negada, esto en relación con la
dialéctica del amo y del siervo que se hará mención más adelante. Entonces para las
dos autoconciencias es necesario que se relacionen entre sí para que puedan
encontrar la verdad, “Para llegar a la verdad de la autoconciencia, se necesita que cada
una de ellas realice tanto en sí misma como en la otra la pura abstracción del ser para
sí.” (López, 2013, 78). Como el mismo autor cita a Hegel para explicar lo dicho
anteriormente.
[…] Pero, según el concepto de reconocimiento, esto sólo es posible si el otro
objeto realiza para él esta pura abstracción del ser para sí, como él para el otro,
cada uno en sí mismo, con su propio hacer y, a su vez, con el hacer del otro […].
(Hegel, 1974: 115)
En este proceso de reconocimiento Hegel examina dos momentos, primero que la
autoconciencia se pierde así misma, ya que ésta se identifica como otro, luego se viene
el otro momento donde la autoconciencia supera al otro, de tal modo que no ve al otro
diferente, sino que se ve a sí mismo en el otro. En esto se da la lucha de autoconciencias
contrapuestas, ya que hay una que se reconoce y la otra no. Alejandra López nos lo
explica así.
La primera autoconciencia (el sujeto) tiene una primera experiencia de sí misma, la
de verse como simple ser para sí independiente del mundo que aparece ante ella
como lo negativo, es el yo = yo. Esta autoconciencia se da en el nivel de la vida, de
la vida orgánica, natural, dado que aún no tiene su propio retorno; mientras que la
segunda autoconciencia, es la negación de lo biológico que solo va a poder darse si
intervienen las dos partes, las dos autoconciencias. “[…] una es la conciencia
independiente que tiene por esencia el ser para sí, otra la conciencia dependiente,
cuya esencia es la vida o el ser para otro; la primera es el señor, la segunda el
siervo […]” (Hegel, 1974: 117).
Entonces el reconocimiento en Hegel implica que cada persona busque ser reconocida.
De ello la importancia de que cada sujeto vea al otro como igual y esto implica una
lucha entre conciencias pues solo una puede llegar a la verdad de sí misma, pero
eliminando a la otra. Sin embargo, no habrá una destrucción netamente de la otra
conciencia, ya que no habría nadie quien haga posible su reconocimiento de la
conciencia ganadora. Por eso da la idea de que, aunque es una lucha a muerte, es preciso
que no se elimine. Por tanto, esta lucha es constante de que una quiera superar al otro,
pero sin llegar a la destrucción.
Como lo diría Sindy Orozco “es el reconocimiento un movimiento de doble sentido
donde las dos autoconciencias obtienen, por un lado, la independencia individual, y por
otro la independencia de la autoconciencia semejante”. Y esto con referencia a Hegel
quien ella mismo cita.
Cada extremo es para el otro el término medio a través del cual es mediado y
unido consigo mismo, y cada uno de ellos es para sí y para el otro una esencia
inmediata que es para sí, pero que, al mismo tiempo, sólo es para sí a través de
esta mediación. Se reconocen como reconociéndose mutuamente. (Hegel,
1966, p. 115).”
Bibliografía
López, Getial, Alejandra. (2013). Una lectura hegeliana del reconocimiento. Conflicto y
realidad social. Eleuthera, 9(2), 75-95. https://www.redalyc.org/articulo.oa?
id=585961838006