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5.

Desarrolle su compasión

Nada nos ayuda a construir nuestra perspectiva más que desarrollar la compasión por los demás. La
compasión es un sentimiento comprensivo. Implica la voluntad de ponerse en el lugar de otra persona,
de quitarse el foco en uno e imaginar lo que es estar en la situación de otra persona, y al mismo tiempo,
sentir amor por esa persona. Es el reconocimiento de que los problemas de otras personas, su dolor y
frustraciones, son tan reales como los nuestros, a menudo mucho peores. Al reconocer este hecho y
tratar de ofrecer ayuda, abrimos nuestro propio corazón y mejoramos en gran medida nuestro sentido
de gratitud.

La compasión es algo que puedes desarrollar con la práctica. Se trata de dos cosas: intención y acción. La
intención simplemente significa que recuerdas abrir tu corazón a los demás; amplías lo que y quién
importa, de ti mismo a otras personas. La acción es simplemente "lo que haces al respecto". Podrías
donar un poco de dinero o tiempo (o ambos) de forma regular a una causa cercana al corazón. O tal vez
usted ofrecerá una hermosa sonrisa y genuina "hola" a la gente que conoce en la calle. No es tan
importante lo que haces, sólo que hagas algo. Como nos recuerda la Madre Teresa: "No podemos hacer
grandes cosas en esta tierra. Sólo podemos hacer cosas pequeñas con gran amor".

La compasión desarrolla tu sentido de gratitud al quitarte la atención de todas las pequeñas cosas que la
mayoría de nosotros hemos aprendido a tomar demasiado en serio. Cuando te tomas tiempo, a
menudo, para reflexionar sobre el milagro de la vida —el milagro de que incluso eres capaz de leer este
libro— el don de la vista, del amor y todo lo demás, puede ayudar a recordarte que muchas de las cosas
que piensas como "cosas grandes" son realmente "cosas pequeñas" que estás convirtiendo en cosas
grandes

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