Por: Stephany, Jherikson y Juan

Análisis argumentativo:

Colombia se encuentra atravesando, desde los años 80, por una serie de cambios y
reformas a nivel constitucional con el fin de instaurar un sistema más descentralizado. De
acuerdo con el Articulo 1 de la Constitución Política de Colombia de 1991 “Colombia es
un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada,
con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista...”.
Sin embargo, hay una brecha muy grande entre como está organizado el país y si este tipo
de proceso funciona adecuadamente.
En la actualidad, se ven reflejadas las falencias que tiene el país en cuando a
administración publica se refiere. Suponemos, que al ser un estado descentralizado cada
territorio tenga un cierto nivel de independencia, que le permita tomar y ejecutar las
decisiones de mayor beneficio para su territorio, pero no es esto lo que vemos reflejado.
Basta solo con ver el manejo de presupuestos. A pesar de que son los gobernantes de las
regiones del país los que conocen de primera mano las necesidades de la gente, es el
gobierno nacional quien determina el presupuesto de ésta, cohibiéndolos de ser parte de la
adecuada planeación de estos. Es bien sabido que todo proceso o tramite constitucional
debe ser radicado en Bogotá, en lugar de tener sedes en diferentes locaciones del país o que
desde la administración regional puedan hacerse estos procesos. Llevándolo a una mayor
escala y en términos económicos, a hoy, el 76% del Producto Interno Bruto (PIB) se
produce en las grandes ciudades del país y el 80% vive en las zonas urbanas.
En conclusión, no podemos decir que el proceso de descentralización en Colombia
ha sido bueno, pues aún se encuentra en una etapa de desarrollo. Se debe generar más
inclusión en la planeación de los proyectos, presupuestos y planes por parte de los
gobernadores en lugar de ser una simple colaboración. También se deben diseñar
herramientas, leyes, métodos y procesos personalizados, ajustados a la realidad de cada uno
de los territorios, que permitan administrar mejor las condiciones para transformarlos.