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LACAN, EL FEMINISMO IFERENCIA DE SEXOS Daniele Lévy YLAD) éFeminista? éCémo no ser feminista? Yo lo fui en ciertos momentos de manera mas apremiante que en otros: cuando me enfremee con el radical desconocimiento de los hombres sobre tedo aquello que, como mujer, me parecia evidente: ellos deberian comprender.... Y con su violencia a menudo incomprensible, aparentemente descontrolada. Mas tarde, me pereaté de que mi propio desconocimiento de su légica subjetiva (deseono. cimiento de aquello que los afecta, de aquello que les ataca los nervios, de aquello con que suefian) no era menor que el suyo respecto de las mujeres. Comprendi que tambien yo, aunque de un modo completamente distinto, les endilgaba maldades... En esos momentos, el que tenia frente a mi per- dia su singularidad; ya no era Fulano, mi hermano, mi com- paiiero, era “el hombre”, “los hombres”, solo o en pandilla, Algunas reflexiones de mi madre volvian a mi memoria. Debo a Lacan el haber podido recuperar una suerte de equilibrio. Cierta suerte de equilibrio que excluye cualquier armonfa, Freud no habria bastado para eso, el psicoandlisis tampoco, El psicoandlisis me condujo a una mayor mesura en mi relacién con las mujeres y con los hombres, pero sélo gracias a Lacan puedo hablar de ello. En determinado mo- mento, Lacan tuvo esa misma virtud en el movimiento fe- Minista: hacer que se pueda hablar. Hablar de otro modo que desde el lugar de la revuelta, sin negar por ello este lugar ni idar reivindicaciones cuya legitimidad es evidente (al menos para las mujeres...) Fue, a grandes rasgos, en la dé- cada de 1970, con el seminario Auin, “Homenaje a Margueri- 89 Eseaneado con CamScanner as”, textos de algunos\o algunas de sus aly eats (Montrelay, Irigaray), Las mujeres se ponfan F blar entre si de su feminidad y de la feminidad de gy * mujeres, nO-por fuerza idéntica a aquélla. Pero no es de pi época de donde datan la rectificacion lacaniana de lag ta freudianas sobre la feminidad —y sobre la masculinidaq_ el interés renovado hacia estas cuestiones por parte de | sicoanalistas, intelectuales Y artistas que l rodeahad” io Lacan. no tenia especial simpatia por lad end una antipatia particular. No one s que el de los hombres. } coe, nistas, tampoco “miento de las mujere f que haya ejercido una influencia directa en el movimient, feminista. A través de algunas analizantes, sin duda, palabra se liberaba.... Lacan era 0 psicoanalista, y lo que e preocupaba ante todo era comprender lo que se juega en ¢| fancionamiento psiquico de sus pacientes, hombres o muje. res, para poder ayudarlos a asumirlo. Apasionado por el ps. coandlisis, le interesaba brindar indicadores sélidos a los futuros analistas sin admitir la menor concesion a los idea- C les nia las normas. Sus avanzadas provienen del incansable trabajo de conjuncion entre la “observaci6n” clinica (la clini < ca psicoanalitica presenta caracteristicas muy particulares | ylaexigencia de rigor y coherencia conceptual LY ira desde esta perspectiva como consideraba Lacan ls | historia y la evolucidn de las sociedades: la condicién que se ) ofrece en ellas al sujeto, la singularidad que autorizan, “e _ goce que hace falta para que la historia continue”. Freud se hacia la misma pregunta en sentido inverso: qué mecans | mos psiquicos hacen que cada individuo acepte alienar une par de sus deseos para incorporarse a la civilizacién? Pues Uolinconsciente|no es sensible a lo utilitario. Eu deters ihado momento de su indagacién, Lacat lan- 26, hablando de las mujeres, la expresion “goce otro”. Cie tas integrantes del movimiento femenino, que experiment ba entonces un nuevo auge, se apoderaron ue-este yocable mee Pe pebateabe Ut terreno comiin, inexplorado, un lus eee as mujeres no son como los hombres; tamper? fae? Eno que dicen que son. {Quiénes somos? {Que aon nificativo que se daba abaritae dae ao primis Tlic doiveinticinco aflos antes segundo sexo P Sis 4 Escaneado con CamScanner LACAN, LECTOR DE FREUD Decir que Lacan era psicoanali todo el psicoandlisis -teoria, price recordar, primero, que miento de lo inconsciente. L, y método— proviene del uun trabajo destinado a poner en Geitdehae psicoanalitica es consciente del psiquismo. A través aca la dimensién in- vias son siempre singulares, pete cu: harp experiencia cuyas tes, el sujeto aprende a Rabe anaes lineas son si6n inconsciente de la que hasta ahor: eee defenderse, y en vano. De ningin m 5 sélo podia intentar tomar conciencia de lo inconsciente ee Rea ng y cuyos efectos son pura BRR hear prrealizable conscientes estan inscriptos en el cues] — ae ito corresponde al ‘oce) al placer 4 or onde ripen todo Si se revelan por 19 que som fers a la felacian/can el t transportados y vueltos a jugar en ot marae ne ee , y acondicién de que el psicoanalista enema Sel made de devolver convenientemente la pelota al rea a sl modo nte. Esta experiencia tiene efectos terapéutic arene estricto: los sintomas desaparecen 0 se atenian, een indians, bs automatics de pensamento coiluata su jos. Tiene tambié: st {qui sete del sjetaconcigo mismo, con a or, con eu cuerpo y con la palabra, con el destino: al Hiberarse de cier- tas alienaciones que paralizaban su existencia sin que allo supiera, el sujeto percibe mejor, piensa y acta mie ib ‘ ea da curso a la singularidad.de su deseo y, en la medi. da de lo posible, a la alteridad. Nada de todo esto alcanza lo Pts pee el sujeto se enfrentard desde ahora , con su propia j i ia en propia manera de oa su partida en Lacan vuelve a tratar por su cuenta todo)lo que Freud en este campo del psicoandlidis,sin_exceptuar ula el conjunto a partir de lo que bien po- su metodologia: en efecto, la experiencia se xclusivamente en el plano de la palabra. Esta le permitiré hacer avanzar cuestiones que confesién, dejaba en suspense. e la palabra corresponde al fenomeno guaje, va a poner en ‘conexi6n los funda- iva, interpretacion) con (regla asociati a que se desarrollé después de Freud, a 91 Escaneado con CamScanner /\ artir de la hazana conceptual ae Fe on Sea ling kobson, quien er entonces , fue Sean en ee fescubrimientos mayores, inaugurales a. siguieron: los mecanismos jnconscientes puestos al bierto por Freud son estrictamente homn6logos a los que , linguistica descubre © aje- ne términos, i i esta estructurage.’ un lenguaje. cm ulté coanalisis permite ‘ ont ansgsto resulta qUe£l Pre aie sobre el ser humane incidencia del fend s inside Te inconscient obra odo activo ala vezenel cur poyenel Jenguaje, 0 ar que esta incidene es inmensa Y se | denis excepcion. El lenguaie & sobre lo real, ¥ esta malla, s como matriz de todo sistema simbélicy, es el elemento en e] que vivimos. Cada criatura humana debe inscribirse en élso pena de morir, en funcién de las con diciones que le preparan quienes lo acogen. Se inscribe es él, cualquiera sea el uso que haga de la palabra. La vida humana se desenvuelve, pues, en el nivel dees jntermediario forzoso, de ese orden simbélico que proyecta s alla problemati El lenguaje noes a= Jo real hacia un ma: _E] lengu uro instrumento puesto a disposicién del animal supense si (bi ‘omo todo habitat, estructura Pr a sus indigenas. Cada ser humano es, de este teatro de una causalidad doble: los funcionamientos fisiole gicos explorados por Jas ciencias se combinan con una cae salidad de distinto orden, simbélica, si se quiere, siempre y cuando demos a esta expresion el sentido que adquiere # partir de Saussure y Mauss: una combinatoria aut un sistema de circulacién e intercambio obligado. El lene je des-naturiza lo humano. Toda la experiencia humana depende de esto, la sexe dad incluso, Es aqui donde va a culminar nuestro large deo. _Ereud habia comprobado que en el plano inconsciente = 3 plano inconsciente) no habia sexualidad, y er: ne; “cone jeto que puede ser Ge , en dos tipos: i Porivadas scaneado con CamScanner Toda la sexualidad cia del falo”. este instrumento, como todo lo dem: to, as, co. seh) y mujer son seres fatlantiette: os se torna apremiante ju ‘y en que los 1 in sus teorias sexuales infantiles”, eetinrd pero siempre geniales). Se puede tener un pene y falo, ciertos hombres parecen mas bien incémo- g ica, ser te.0 deseable. e, Padra ideal disponi: eal: tros‘no es un objeto, es una La castracién ya no es, por lo tanto, una amena- 1 castigo; esta realizada desde siempre, aunque sdlo ‘sea por la trama de lenguaje por la que lo real se nos hace individuo dotado de palabra pasa a ser un Rildndo reniineia’al goce'y elajpotsa! 0A leseo no se estructura segtin la naturaleza, | os simbélicos, segun las marcas de goce en su euerpo que la historia del sujeto viene a inscribir; y se modi- Jas leyes del desplazamiento y de la combinatoria ‘a. Tales son las conclusiones generales a las que Ta experiencia, mil veces repetida, del psicoandlisis. st Sort La FUNCION FALICA Y MAS ALLA Sixes La relacién ‘a estructural da lugar a posici sex das: el hombre quiere tener el falo, la o masculinidad son actitudes_ ia del sujeto y al lugar que Je han s atria, asi como a su manera de asignacién. Seguin las circunstancias, arse ujer (“bisexu en necesariamente yreciso jve.cada cual se concise ‘embargo es preciso q| vaciones difere del cuerpo. Se trata de organi: e su desencadenamiento, de su puesta en las posibilidades y formas de la satisfaccién. 93 Escaneado con CamScanner ‘i determinad, e ellas rige de una mp OSESs ada la yy Cada une oe iva a relacion consigo mismo y con el otro, ori que un solo referente sexual, pero hay dos tipo, sexual ne yo se comunican entre si. El hombre comprende a Ja mujer, es Incapay de EpOuAnEs en su liga sin perder SU virilidad. Es precise que ella sea Otra. La my, “or, por su lado, no puede admitir que el portador de falo jen P ceptible de castracién. El : 9 sea Sus < Jahonra con st dese 2 i | surge entre ambos, no porque sean macho y hembra, sino en | virtud de que uno de ellos encuentra en el otro los signos \exteriores de sus fantasmas inconscientes. El enc ‘sexual se produce bajo el auspicio de estos signos exterig ‘de feminidad o de virilidad, que estan culturalmente deter. te y que son del orden minados ant de estarlo singularmen que del aes lant) “No hay relacién sexual” quiere decir que Ja sexualidad n es una relacion. El hombre y la mujerag son complementarios. Entre ellos las cosas no se correspon- den, no pueden ser simples. Hay sélo encuentros, felices @ jinfortunados, aprehendidos 0 evitados, mantenidos al pre- cio de tomplicados artificios y, sin embargo, vitales. Lo que perpetta estos encuentros no es lo sexual “adulto”, sino le infantil: Otro interrogante que Freud habia dejado en suspensoy que Lacan retomé, se formulaba as\ gqué quiere la mujer? ca ne Freud senalaba incluso que “la investigacion psicologi / permite responder a esta pregunta”. Lacan la recog® @ par (tir de la funcion falica y emite la hipotesis siguiente: ia) virilidad se define solo desde el interior de la problematics | filica (tenerlo o serlo), algo en el ser mujer escapa & oteed allae | yw este algo es el lugar di i ; 7 s i = . le un goce indecible, situado mas i ae aes cas caine Nome consist® | suplementario” que “no acude al lugar del fracas? sexual”, que conecta la posicién femenina —0 !& enfrent?- pipeoot loreal, referido al lugarhabitada ® ‘abandonade &® Laden eats el que nada procedente del Otre responde- Lacan encuentra un ejemplo en los mésticos, en Sante Tere este lugar, dae basta Hadewijch d’Anvers. Per 36. que logico, acarrea sae mediante un razonamiento de onde positando cada sete una especie de com ice miento personal, 4) en él, sin sardaneay eee de su men! em sable nque al Principio parezean enigmaticos, Escaneado con CamScanner eadatos dela clinica. Hay goce pulsional, puro efect quienes asimilan este goce to del uso de los senti como los recuerdos recobrados de Prue One conocer en él el goce homosexual femeni: cierto, lo que Lacan queria decir). Y RSE cs jn femenina hacia el amor (en todas sus for- | ocién por un Otro que se sostendria donde nada se | por ejemplo el saber, mientras que los hombres en into estan mas inclinados al deseo, la accion y el do- como fuere, el goce otro es contempordneo de una que se expande a toda velocidad y que parece hecha la realidad de hoy: el “no-todo”. No se puede “la mujer”, dice Lacan en 1973, porque no existe es no-toda. Hoy, pese a las pretensiones globalizado- do. Se ha hecho evidente que ningun prin- subsume ninguna clase de conjunto. Hasta las as de poder parecen adoptar el no-todo como 0 organizador. Pero si el no-todo nos ayuda a perci- | idad exterior y a ajustar tanto nuestros objetivos | e acciones, no sucede lo mismo, al parecer, con | “ realidad interior, que se encuentra como en estado A menos que este desasosiego sea el preludio de orden sexual... : scaneado con CamScanner

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