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Heredé un fantasma ans Laura Escudero 4 EL BARCO r DE VAPOR Ilustraciones ne de Cabina a TR Escaneado con CamScanner Todas las mafanas tenia por costumbre abrir la puerta de mi casa y mirar la entrada. Apenas levanta- da, cumplia puntualmente con mi ritual: asomarme, revisar el mont6én de hojas secas arremolinadas en el piso y comprobar que las cartas no aterrizaban ahi, siempre pasaban de largo. Hasta que fue distinto. Abri la puerta y vi una carta de verdad, con estam- pilla y todo. Una carta en un sobre blanco, escrita con letra cursiva prolijisima. La levanté y me fui a prepa- rar una taza de café con leche, porque dicen que las sorpresas en ayunas caen mal. Hice bien. Era una carta de la tia Dorotea. Pero eso no podia ser, porque Dorotea habia muerto diez afios atras. Es sabido que hay cartas que se demoran, pero diez aitos Escaneado con CamScanner i 5 ciones initiles era demasiado. Para no caer ¢7 especula tiles, saqué el papel y lei: —*— Mi querida sobrina nieta: rtas que dan la guelta al Sabras que hay pe | mundo, Esta no, es viafera e” © tiempo. PE Me imagino lo extranada que © a No te preacupes, no fue ibic és de tantos anos. : cael 7 ue no pensaras que la mandé yo que se pert op Nada de €s0. Estuvo guardada : ‘, alld!) misma desde el mas alld!). i ‘vos en una caja. Esperé todo ese tiempo hasta we hacer lo que te vay 4 Pe hr. crecieras y pudieras ; pedi ‘Antes de pasar @ explicarte el motivo de la dvertencias. Sé cer algunas a perfectamente que Jas malas lenguas han dicho muchas marreta, que estoy avinagrada, cosas de mi: que soy una a! que hablo sola y evito las visitas. Las peores aseguran que estoy chiflada. Es de envidiosos, no te quepa la menor duda. No les hagas caso. Te pido que Teas todo hasta el final y después te tomes cinco minutos antes de decidir. ‘Ahora si, vamos a lo que nos importa. Como te habrdn contado, nunca me casé, y tampoco tuve hijos. Igual me fue de lo mds bien, no te preocupes. Agarrate , fuerte, porque esta es la parte en que podés necesitar una silla para no caerte. carta, te quiero ha a Escaneado con CamScanner Vos sos una digna heredera del apellido Tobler y mi pariente mds cercana. El caso es que te dejo de herencia mi casa. La que hizo mi ‘papa, o sea tu bisabuelo, y donde nacimos tu abuelo y yo. Desde donde te estoy escribiendo. Estar cerrada desde mi muerte con los muebles adentro 9 todo. La tnica condicion para recibirla es que te instales a vivir en ella de inmediato. Tenés que ocuparla ermanentemente durante los préximos tres meses, sin decirle a nadie. Es un secreto. Te doy una hora para terminar de leer y armar las valijas. Después te vas 4 Rivadavia 21 y le pedis la Ilave a don Iturriaga, que es quien te hizo llegar la carta. Acordate bien: hoy mismo tenés que instalarte chau herencia. los impuestos: don Iturriaga | que las otras deudas. y dormir en Ia casa; si no, No te preocupes po’ se ocupé de pagarlos, al igua ‘Acordate de regar las plantas. Con carino, Dorotea Tobler P.D: Me encanta cémo quedan los pensamientos en el cantero del frente de casa. —*— Escaneado con CamScanner cei Fueran malas o buenas Jas lenguas que lo aja tenian razon: tia Dorotea estaba completamente chif’ vieja desquiciada da. Eran los desvarios finales de una iqué duda cabia! i : Recordé el pedido de Jos cinco minutos y detuve g impulso de arrugar el papel. Me quedé sentada por alguna misteriosa razon le hice caso— y me acordé de la casa de la tia Dorotea. att Era grande, con dos patios y también jardin, Tenia ventanales y mamparas de vidrio. Una cocina amplia ys contra la pared, una mesa de madera con cajones (de los que me gustaba sacar piolines y tapitas). Habia un sillén de terciopelo azul, sobre el que me acostaba para ver un cuadro de un paisaje con un molino, un rio y animales... Era una casa hermosa, un poco Vieja. Pero, gen qué estaba pensando? jSeguro que todo era ‘o! La pobre tia estaba delirando. un grandisimo invent Irme inmediatamente. Qué ocurrencia! Miré la cocina pequefia y comprimida, vi las man- chas de humedad en la pared, recorri mentalmente el departamento en Ja planta baja de la enorme pajarera en donde vivia, pero lo que me decidié fue el recibo de alquiler. Ultimamente, mi economia venia bastante desmejorada. Desde que habia dejado Ia facultad, la mensualidad que me enviaban mis padres era cada vez menos generosa. Y bueno... ;Qué podia perder con ir a ver? La calle Rivadavia al 21 quedaba a unas cuadras. Doy un paseo 10 Escaneado con CamScanner me saco la mufa, pensé, po ee para recibir i ot = elke ea eae tia abuela fallecida; heredar una = he sea de ian yento de una vieja loca... eo Lo del paseo no pudo ser, porque caminé muy apre- suradamente (en el fondo, tenia alguna esperanza). En cuanto a la mufa, se convirtié en impaciencia. En Rivadavia 21 habia un estudio juridico. Pude ver una placa de bronce donde estaban escritos los nombres de los asociados. Quedé paralizada al leer “Dr. Iturriaga”. En ese momento, la carta se me cay6 encima: cada palabra como gota de Iluvia, y toda junta como un diluvio que me dej6 empapada en Ja vereda. La confirmacién de las palabras de tia Dorotea me ponia nerviosa. gY ahora? No queria entrar, estaba se- gura de que alguien me ibaa decir: “{Que la inocencia te valga! Como caiste?”, o algo por el estilo. Una sefiora con aspecto de secretaria de estudio ju- ridico abrié la puerta y me pregunto si queria pasar. Como no me podia quedar en Jos escalones todo el dia, entré. Caminé hasta la oficina como por un terreno ada paso podia estallar la desilusion. carne y hueso. duda al respecto. ‘on aire de incre minado, a c: El doctor Iturriaga aparecié, en Existia de verdad, no cabia ninguna Tendria unos sesenta afios. Me miré c dulidad y dijo: —Asi que usted es Ja sobrina de | Tobler. a sefiora Dorotea Escaneado con CamScanner —Sobrina nieta —contesté. —jRecibié la carta? —Si, por eso vine. Stee El doctor Iturriaga hizo un s°?* 7 Pa ome L i } j nué diciendo: silla, se acomodé los anteojos ¥ CONUDNS lo: — La sefiora Dorotea nos de)? insitacclones preci. edan resultarle un poco entiendo que P™ ardaramos un sobre en una ez afios después, en el ani- debiamos enviarle la carta a su ‘Ana Tobler —y; mirandome presumo que se sas, aunque extrafias, Nos pidid que 84 caja fuerte. Exactamente dic versario de su muerte, sobrina nieta. Una tal. m por encima de Jos anteojos, agrego—* trata de usted. ; Como confirmacion, simplemente mostre la carta, que hasta ese momento no habia soltado. El doctor itu- rriaga esboz6 una sonrisa algo ironica y continuo: ~~ Bueno, sefiorita Tobler, no cabe duda de que su fa- milia es algo... peculiar. Sin embargo, el procedimiento es correcto y su tia Dorotea dejé todos los detalles pre- vistos. Excepto la manera de ubicarla —el hombre burlén por encima de los volvié a mirarme con gesto anteojos—. Debo confesarle que hemos tenido serias dificultades para conseguir su domicilio actual. —Hhace casi un afio que vivo en el mismo departa- mento —le dije. —Aha. Pero el contrato de alquiler est4 a nombre de su padre, que actualmente vive en... —Copenhague. Escaneado con CamScanner —Copenhague? —Si. Copenhague, Dinamarca. —Pero, no estaban en Neuquén? __Estaban. Ahora viven en Copenhague. Usted sa- be, cosas de quimicos fanaticos. Mis padres tienen una debilidad desmedida por los tubos de ensayo, asi que van adonde encuentran mas... En fin, usted iba a ex- plicarme sobre la carta de la tia Dorotea. El doctor Iturriaga, que no parecia dispuesto a re- nunciar a su interrogatorio, continudé preguntando. —{Y cémo es que usted no est con ellos? Digo... con sus padres. —Bueno, no me gusta el frio y,ademas, yo tenia que comenzar Ia universidad. —Ahh, si, si. En las universidades también busca- mos, pero... NO permanecié en ellas demasiado tiempo. jEn cual fue que la encontramos inscripta...? —En la Facultad de Medicina. Un intento desafortu- nado por continuar la tradicién cientifica de mis padres —dije rapidamente, sin querer recordar demasiado mis dudas vocacionales—. Me descomponia el olor a for- mol y, para qué se lo voy a negar, las clasificaciones de los huesos me mataban de aburrimiento... Ahora, don Iturriaga, gpor qué no vamos al grano? ¢Qué le parece si me va explicando este asuntito de la herencia de la tia Dorotea? —Muy bien, sefiorita Tobler, me imagino que algo debe saber por Ja carta. Se trata de la casa de su tia 13 Escaneado con CamScanner abuela —el abogado sacé una cnorme carpets dey , chivero—. Usted ha sido designada como hereder, Dor la sefiora Dorotea ‘ ane —Entonces, {es asi? dla me dejo ami ln Casa, ag porque si, sin nombrar a mis padres mia nadie mas? —Si, pero exige ciertos requisitos rmanianns Y este es un punto que jnsistio en dejar a Se clato, Usted quedara como tinica heredera € fa Casa y recibj. ra una modesta pensién temporal, bajo la obligaciéy inexcusable de cumplir con las condiciones expresadas en la carta y enumeradas en este documento que vwya pedirle que firme. Usted debera mudarse ahora mismo y habitar la casa de continuo durante los préximos tres meses. Por otra parte, no podra informar a nadie nin- gan aspecto del asunto durante ese tiempo. El incum- plimiento de la clausula de silencio dejara invalidada la adjudicacién de la herencia. —{Invalidada? —Eso quiere decir que si usted no habita la casa a partir del dia de hoy, o si divulga algo sobre estas cir- cunstancias extraordinarias, pierde la herencia —el doctor Iturriaga volvié a lanzarme otra de sus miradas divertidas y agreg6—: para el caso, es una suerte que su familia esté en... en... —Copenhague —apunté en un estado de agitacin incontenible—. Entonces, firmo este papel, no le digo nada a nadie y me mudo ya mismo a la casa de la tia Dorotea. Escaneado con CamScanner _Entendié bien —afirmé el abogado—, Anos voy @ darle las llaves. También le hago entrega de un sobre con la cantidad de dinero asignada para el pri- mer mes. Dentro de treinta dias tendra que venir a re- tirar una suma igual, y en ese momento acordaremos Ja fecha para la dltima entrega. Ahora, por favor, me firma este recibito, y caso cerrado, Esta noche, un escri- bano va a pasar a certificar que ha tomado posesion del inmueble, y dentro de los tres meses le entregaré la es- critura. {Qué le parece? —Perfecto. Me parece perfecto. (Qué mas podia decir? Nadie dijo nada de una bro- ma ni del estado mental de la tia. Nada. —Ah... una altima observaci6n, seforita Tobler: la sefiora Dorotea dijo que tal vez tuviera alguno que otro inconveniente, pero que no se dejara intimidar ante la primera dificultad —advirtié el abogado. —Le aseguro que no. Agarré el sobre con las Ilaves, vi que tenia la direc- cién de la casa escrita en el frente, y me fui. Ahora que estaba en el baile habia que bailar, qué tanto. Para qué andar con vueltas. Yo no soy una chica remilgada. Con un reciente pero interesante sentido practico, decidi que iria en busca de mi nueva morada. La tia Dorotea podria haber estado rematadamen- te loca, pero si me queria regalar su casa, qué podia hacer yo...? 15 i Escaneado con CamScanner Armé mi mochila de campamento Con Velocidag : { estaba yo, pre de un rayo. A la media hora, ant = a ee como para irme de vacaciones 2 °@ 7 @ Dorotea, Me tomé el 50 hasta el barrio Los Bulevares, deg, : : i cla. dida a conquistar m1 heren Escaneado con CamScanner Dial Primera etapa: comienzo de la misién La exploracién del Himalaya fue un poroto al lado de lo que me esperaba. La de la tia Dorotea no era una casa: era una selva tropical impenetrable. Desde afuera se veian plantas exdticas que se empujaban para ver cual seacercaba mas a la vereda, como monstruos herbiceos. Unos frutos gordos y coloridos pendian peligrosamente, a punto de caer sobre la cabeza de cualquier peat6n. 4Cémo habian permitido que semejante engendro vegetal germinara en medio de un barrio tan, tan... barrio? En la mitad habia un port6n que se abria hacia la marafia verde. Al intentar entrar, comprobé que el muro arbéreo impedia el paso hacia el interior. El pa- norama era desalentador. 17 Escaneado con CamScanner a haber cruzado esa yer; “ id. a Cty inaceptable, No me podia dar por A = < eC] aa ensar. Habla que organ; Me senté en la vereda P ican fs | Baniza, ritorio. Desplegué un papel y escrip, entos indispensables; Volverme sin siquicr’ la conquista del ter en él una lista de instrum' a) un machete; b) una brijula; c) botas y guantes protectoress d) repelente de insectos. ; Las cosas no iban a ser faciles, necesitaba ayuda, B tiempo corria y yo tenia que pasar la noche alli, en esq jungla. . ‘Afortunadamente, acerté a pasar un vecino de apa. riencia amigable que me pregunt6 de buenas maneras si pretendia entrar a esa casa. Yo, ni lerda ni perezosa, le contesté que si, pero que sola no podria. El vecino result6 Iamarse Mario, y daba la increible casualidad de que era guia scout y, por lo tanto, tenia en su casa (que, jvaya coincidencia!, estaba en la esquina) un machete, una brijula, repelente, y hasta una lupa yun hacha, que segiin su vastisima experiencia también harian falta. Y,ademis de todo, era tan pero tan amable, que esta- ba dispuesto a ayudarme. Apenas Ileg6 con su mochila pusimos manos a la obra. Lo primero que hicimos fue decidir que abriria- mos un sendero en linea recta desde el portén hasta di- visar alguna pared 0 teja. Al principio los resultados 18 Escaneado con CamScanner fueron aceptables, pero después del primer tramo lo: jas 5 el ada : S troncos, las hojas y las enredaderas se volvicron tay : an inerincados, que el avance se hizo muy lento, y hasta legamos @ pensar que estabamos dando vueltas en circulos. Por suerte, teniamos la brdjula. Soportamos nubes de mosquitos, hormigas colora- das, arafias del tamafio de una mano, y hasta creimos ver una serpiente deslizandose por el tronco de un cei- bo. Pero seguimos. Estabamos muy concentrados en los machetazos y hachazos cuando escuchamos el arrullo de palomas. Mario paré las orejas y dijo: —Por ahi debe estar el techo: las palomas buscan Jas tejas para dormir. Menos mal que estaba Mario. Viramos hacia el Oeste, desde donde venian los tuidos y aleteos. Con renovadas energias, seguimos abriendo camino. Final- mente, cuando el cielo estaba violeta y amenazaba la noche, aparecié 1a galeria. Unas baldosas casi enterra- das habian impedido el avance de la selva. Linterna en mano, llegamos hasta la puerta de roble macizo. Estaba cruzada por cadenas herrumbradas, candados, pasado- res, pestillos y cerraduras. Yo no tenia intencién de abrirlos, No se veia casi nada y, ademas, quién sabe lo que encontraria adentro. Con ayuda de Mario, armé mi carpa ight, prendi una vela dentro de un frasco va- cio y desenrollé mi bolsa de dormir. Mario se despidio: —Tené cuidado, esta casa tiene mala fama. 19 Escaneado con CamScanner gAquése habria referido? Fama de qué? Otro dia le preguntaria. Aunque, en realidad, yo estaba total- mente decidida a habitarla. Los ruidos de la noche eran muchos y misteriosos. Alguien, golpeando las manos desde afuera, me salvé de mi propia imaginaci6n. Con pasos agigantados, atravesé M1 pOcos segundos el sendero que nos habia Ile- vado todo el dia abrir. Era el escribano en persona. Me miré comoa un extraterrestre, sacd unas fotos y se fue. jya esta? ¢Eso iba a ser todo? (Qué tal si me tomaba el 50 y me acostaba a dormir en mi departamentito htimedo pero civilizado, sin un pastito, puro cemento? No podia hacerlo: era un riesgo y, ademas, un acto cobarde. Entré, me meti en el igha y aseguré todos los cierres. Saqué mi bloc de hojas y escribi: Aqui hay gato encerrado, 0 algo peor. La hipstesis sobre la locura de la tia ya no se sostiene, O por lo menos no alcanza. Apagué la vela y me dormi. Estaba exhausta. 21 Escaneado con CamScanner Dia2 A dia siguiente me despert6 la voz de Marito (creo que a esta altura ya podia decirle asi). Entr6 has- ta donde estaba Ja carpa con el termo, el mate y unos bizcochos. ‘Ademés, en su mochila de scout traia una caja de he- rramientas. Me senté en el piso para tomar Jos mates que Mari- to me cebaba, amargos y calientes, pero bué... Miré la galeria. Un poco me acordaba de ese lugar, cuando ibamos a visitar a la tia Dorotea. La volvi a ver en mi memoria. Era grande, muy grande, como una cancha de fatbol, y siempre estaba lustrada. Unos mace- tones con geranios rojos se apostaban en las esquinas... Miré los pedazos de maceta y me miré las ufas, cortitas,al ras del dedo. Y pensé en las horas que habia pasado en ese lugar deshojando flores y pegandome 23 Escaneado con CamScanner Dorotea, que siempr, e con jabén los pétalos. ¥ en la tia a chica coqueta te le decia a mi mami: “Dejala, ¢6 U mo la tia”. ; i i a FO} iSime viera ahora! Despeinad on : ee arrugada, con la bolsa de dormir pegada ne Ae ee manchadas con savia pegajos* 7 rdaderg mugre. : Mis manos de manicura estaban en el mismo lugar nios: el olvido. - no era tan grande. Parecia una cueva, rodeada de enredaderas Y plantas locas. Miré a Marito y estuve a punto de preguntarle sobre la mala fama de la casa. Pero no pude. Mi compafiero se levan- a. t6 enérgicamente y puso manos ala obr que los gerai : Ahora, esa galeria Segunda etapa: conquista del interior ulo por vencer fue la entrada. En el manojo habia por lo menos diez Ilaves. Quisimos empezar por los candados pero no pudimos, porque no abrian. Estaban tan rojos de herrumbre, que se nos desgranaban entre los dedos. Ahi només, Marito abri6 su caja de lata Hena de herramientas, perfectamente ordenadas por tamafio y color. Sacé cuidadosamente una sierra pequefiita y empezé a cortar la cadena. Mientras tanto, yo probaba las Ilaves en cada cerradu- ra. Cuando salt6 el primer pestillo, festejamos con E| primer obstac 24 Escaneado con CamScanner nos mates. Al rato tenfiamos la puerta abierta... su- uestamente, porque todavia no nos animabamos a girar el picaporte. —jLas veces que tuve ganas de hacer esto! —dijo Marito—. {De chico que miro la casa y me quiero meter...! "Bueno —le dije—, esta es tu oportunidad. Me miré burlonamente, como si me refregara el miedo por la cara, pero no me importé: yo sabia que él también tenia lagartijas en la panza. El picaporte gird con dificultad. Tendria que acor- darme de aceitarlo. Me pareci6 que abrir esa puerta era un poco como abrir la caja de Pandora. Correr un velo de misterio... y de peligros. Sacar afuera cosas con las que tal vez no sabria después qué hacer. La curiosidad me carcomia. Yo era Pandora. Abri- mos despacito. No aparecié ningtin monstruo, por el momento. Nos miramos sin hablar, para darnos fuerza. Antes de entrar, tuvimos que despejar las cortinas de telara- Aas, Estaba oscuro. Senti un olor a encierro que en el fondo, alld en las tiltimas particulas olfativas, percibi como familiar, Me di cuenta de que esa ya era mi casa, y me recibia a mi, su duefia. Levanté la vista por unos segundos y me estremect bajo la mirada de alguien. Era Marito, desde el espejo grande que colgaba sobre la pared del frente. Cuando 25: Escaneado con CamScanner : ra, vi el sill mis pupilas se acomodaron a la penumb avi el silly de terciopelo azul yelcuadron . anci : E : 5 de distancia y me tirg ntonces, salté esos metro: jicida d,en medio d, encima del sill6n. Diun grit efe : : : la nube de polvo que me envolvi’ nas. Hicimos entrar sii is Y comenzé el show de las P* 1 y de aire. 4 de so! le aire. Al- luz a raudales, la casa s¢ er ie las a e , gunas plantas las bloqueaba™ f abriendo cielo. despejando ene alle Grenia tap Estaba la mesa flo largo co” _ on! piolin en el caj6n!), ‘sus camas, Placares querosén, la ién un bafio enorme empotrados, con bafiera. Marito m: piramide egipcia abierta —Pensé que todo se i ra la luz —me dijo. Lo miré con ganas de mi casa, de mis recuerdos, Ja veinte veces, sola. Se dio cuenta y anunci6 que ya se iba. Antes, me dijo: —Vuelvo a la tarde y te traigo un sol de noche. No debe funcionar ninguno de los foquitos. Pero después vas a tener que llamar a Ernesto, el electricista de acd a itas Y rollos de las estufas a jraba todo como si hubiera entrado a una pierta luego de milenios. ba a desintegrar cuando le die- de que se fuera; queria disfrutar de mis ganas de recorrer- Ja vuelta. jQué practicidad, este Marito! Ni se me hubiera ocurrido pensar en esas cosas. Sabia que don Iturriaga 26 Escaneado con CamScanner rendria que haberse encargado de que todo estuviera en orden..- (Habria gas? Me queria dar un baiio, Me fuia la cocina. Miré la otra puerta, con todas las cerraduras. Espié por el vidrio y vi la casilla para las rrafas de gas €n el lavadero... Bueno, lo que alguna yer habia sido el lavadero, que ahora estaba convertido en otro desborde vegetal. Por el momento, decidi dejar- la cerrada. Abri la canilla. Estaba completamente muda. Bus- ué la llave de paso, la encontré a un costado y la movi. Un solo de quena salié por el pico de la canilla, arm6- nico, herrumbrado... y seco. jn qué lugar estaria la Ilave principal? Me acordé de que suelen ser redondas como el timdn de un barco acostumbran estar afuera. Sali a la galeria del frente, y nada. Necesitaba encontrarla. Machete en mano, arremeti contra el yuyaje que crecia pegadoa la pared. Me deslicé hacia adelante como por un tanel. La encontré en la esquina final, casi contra la me- dianera, detras de una puertita de hierro. Desenrosqué con suavidad, dando tiempo al reencuentro circular entre la canilla y su rosca. Sali de la jungla y me meti en Ja cocina justo a tiem- po para escuchar las toses de los cafios por toda la casa, hasta que por fin el pico escupid un chorro rojo y viejo. Tuve suerte, me dijo Marito después: él hubiera ase- gurado que las cafierias estaban todas tapadas. 27 Escaneado con CamScanner Después de un rato, el fondo de la pileta se cubrig de un mar transparente. Pero... no solo con agu: dad de polvo. En el almacén un gordo bigotudo, me ven? : See ce y que hacian oe pla 7 4 mas cosas, TU ee foot aecemame : i ia. 2 bles para la fe gua. Baldes de latén y olas de b a oe estaba tomando forma. El escobillén ne anne y techos, desmontando del a Metal eoeaae obra de ingenieria textil realizada por las arafias. : hasta que a valito sobre los colchones, hasta qi Bailé el carna vo de diez afios. Plu- dejé de salir por completo el pol mereé con energia bélica todos los muebles con sus adornos y adornitos. Saqué una montajia de tierra, toda recolectada a escobillon y pala. Entonces, con mas tranquilidad, abri un ropero. La prolijidad de la tia Dorotea era ejemplar: habia bolsas apiladas Lenas de s4banas y toallas (todas bordadas a mano), pafiuelos, una caja con jabones de jdiez afios atras! Hacia un costado, una cabeza de telgopor, parada sobre un pie de madera torneado, sostenia una peluca. No pude dominar el impulso y me la probé. Me miré en el espejo del bafio. Quedaba bastante parecida a la tia Dorotea. Comparé mi imagen con una foto, y si, a se Jimpia semejante aNtigiie. de enfrente, don Baldacg; «4 nos bidones Ilenos de 28 Escaneado con CamScanner éramos. De todos modos, esperaba no tener que us; nunca semejante accesorio: era la cosa més es Miré la bafiera al fondo del bafio y me ne Heng. Entibié el agua calentando una olla sobre fueguito improvisado en la galeria. Me meti y senti to do mi cuerpo blando, estaba bien. Era una sensacién de libertad indescriptible. Respiré profundamente y miré ara arriba. Justo encima de la bafiera, el techo se que- braba y subia bruscamente sobre el rectangulo. Como Ja torre de un castillo. Por una banderola en el vértice, el sol entraba naranja y de costado. Me quedé un buen rato, Cuando tuve todas las manos arrugadas sali, me pusela toalla y vialgo en el piso. Algo que esquivé a mi pie, un algo gordito... Y apareci6 Stravinsky. Asi le puse a mi sapo. Era mio, porque todo lo que estaba alli era mio. Stravinsky era bastante feo y malhumorado. Croaba mirandome fijo, como para echarme. Porque él vivia alli desde hacia tiempo, se ve. Tenia todo el derecho a quedarse en ese lugar que le habia costado tanto conquistar, bien lo imaginaba yo. Debié de haber entrado por la cafieria y salido al bafio por el resumidero. Muy chiquito tuvo que haber sido para pasar por esos agujeros. Sin duda, habia pagado derecho de piso por ese hogar detras del inodoro. Le puse “Stravinsky” por Jo afinado. Nunca antes habia escuchado a un sapo con tan armonioso croar. 29 Escaneado con CamScanner te ota VEZ EN tU Tinga, n, Bueno, Stravinsky, esconde : rece demasiado practic 0 que est por venir Marito y P! para entender tu presencia. Apenas me vesti, escuc ¢ un golpe en Ja puerta, Mj querido vecino, el umbral, cargaba dos ga. rrafas, una con sol de noche y Jaotra con un quemador Es verdad!, algan dia tendria que cocinar. Por el io. conformamos con unos sandwiches. bajo. La casa estaba mucho me- s dias irfa acostumbrandose al mento, nos Marito elogid mt tra jor, y con el correr de lo: mundo nuevamente- : La mision “conquista” marchaba exitosamente. cesion de insectos intent6 en- Con la noche, una pro nten tanas. Cerramos todos los vidrios. Mi despidid y eché Lave a la puerta. La me enroscaban en el trar por las vent nuevo amigo s¢ jungla escondia sonidos que s¢ cuerpo, y quise mantenerlos lejos. Durante la cena, Mario me habia aclarado la cuestion de la mala fama: segin los vecinos, la casa guardaba un misterio. Saqué mi papel y anoté: Cosas que incluyen misterio: 1. Un asesinato. 2. Una maldicién. 3. Un tesoro enterrado (mi favorita). : Al dia siguiente pensaria en las opciones con mayor : a podria anotar cuidadosamente , para evitar sorpresas desagradables. 30 Escaneado con CamScanner Saludé a Stravinsky, que se acurrucé sobre la loza, y me acosté. La cama era comoda, pero no podia dormirme. Ha- bia algo dando vueltas por el ambiente. Sentia una compafiia extraiia. Empecé a pensar en la tia Dorotea. X gj su espiritu estaba conmigo? Senti escalofrios. ;Y gi esa era SU cama? {Y si se acostaba a mi lado? Me le- yanté, encendi el sol de noche y vi que todo estaba en su lugar. Es mi imaginacién que me pone zancadillas, pensé, me duermo, me duermo, apago (apagué) y me dormi. Soné con la tia Dorotea envuelta en una mortaja transparente, atravesando paredes y acariciando gatos negros. 31 Escaneado con CamScanner Dia 3 Hoy la casa est radiante, Stravinsky... Mira los manojos verdes por la ventana... Pero, gsabés qué? Hay que desenredar un poco esa marafia despeinada. Porque la tia Dorotea me dijo bien clarito, en la carta, que queria pensamientos en los can- teros del frente. Y no queremos que se inquiete, jno? Por las dudas... Creo que antes de empezar a trabajar deberiamos tener una idea clara del estado de las cosas. Voy a hacer un relevamiento del terreno... Después de una exploraci6n exhaustiva, V reporte. Stravinsky escuché sin inmutarse, por lo que deduje que coincidia con mis observaciones. olvi con el 33 Escaneado con CamScanner —*k— sorios adyact Informe del estado de los gerritortos A)GCoNIes ala casa de la tia Dorotea 1 frente) fe ne ci drboles, enredadera dara ok cone cl ‘r dulce (j : ilcae hormigas y mosquitos com? para ace ad (ne : a eh!), Pero me Tlevé una increible sorpresa: “ny sr ndes matas de margaritas. gSeran recontratataranietas de las que plantaba Dorotea? Zona Norte (al costado) = Selva intrincada, Se divisan criaturas exoticas (sospecho tan tanto de noche provienen de aque los ruidos que nos asus! estos lados), Por las dudas, no entré. Al | fondo, un bananero prodigioso oculta un loro: lo vi de lejos y lo escuché. Dejé unas hojas de lechuga y zanahoria. ¢Comerdin eso? Zona Oeste (del lavadero para atrds) Regién peligrosa, oscura y himeda. Parece ser tierra de es- teros y pantanos. Hay que caminar con muchisimo cuidado, ih a arenas movedizas (aunque a vos esos lugares fee 7 eee si no, atrds del inodoro). Sos- 34 Escaneado con CamScanner Bueno, Stravinsky, espero que te haya quedado claro el panorama. En verdad, quedaba mucho trabajo por hacer. En el Javadero encontré pala, pico, rastrillo y una m ae ye no debia servi. Comencé por la galeria. Como si fuera un trabajo de arqueologia. Con la paciencia de un relojero, ir qui- tando las capas del tiempo sobre las cosas, para poder verlas, para descubrirlas. Con la pala, saqué las montafas de tierra y pasto e habian comenzado a invadir la galeria. Después, baldazos de agua y escoba removieron lo que quedaba, hasta que apareciO el piso rojo. En eso estaba cuando Ilegé Ernesto. Apenas lo vi, me di cuenta de quién era. Venia con un mameluco azul y manchado, como corresponde. En sus manos Ilenas de nudos traia una enorme valija de cuero gastado. Ernesto tenia como cincuenta afios y co- nocia a todos los vecinos del barrio. Primero me dijo que Marito lo habia mandado, y después me conté que no era la primera vez que venia a trabajar a la casa. Mientras sacaba cables, cambiaba fusibles y enros- caba foquitos nuevos, soltaba cataratas de palabras. Dijo que la tia Dorotea siempre habia tenido mu- chos problemas. Parece que en el dltimo tiempo los desperfectos se repetian a cada rato. A lo mejor, habia on cosa a instalacin nueva, porque esa que es- abia hecho su padre, alla por el afto cuarenta. 35 Escaneado con CamScanner eto, a al le parecig Pero, aunque no queria ser indiscr esa Casa NO tenian que muchas cosas que pasaban ¢P explicaci6n, y por mas cable nuev que se pusiera.., Ahi cambié de tema. Traté de sacarle mas; Pero no hubo caso. Después me hablo de los vecinos- Deun lado vivia una chica con sus tres haijos. Nueva en : barrio. Un poco diferente. Se Jamaba Eugenia, ¢19 ied ia: parecia ser el problema: n° era trabajo para an (pensé que me gustaria conocer a Eugenia). EI sefior del otro lado, don Pedro, ese si que er fan OPO eae hablaba con nadie. Y estaban la sefiora Juana y don Ro- mero, macanudos Jos dos. Todos los jueves, ély los dems “muchachos” se juntaban en Jo de Baldacci para jugar al truco, Dia sagrado. jRomero? Por supuesto que iba. Y asi, describid a cada vecino de la cuadra. Hasta que enroscé la Gltima lamparita. Cuando le tocaba a la casa de la esquina, en la que yo tenia un interés espe- cial, cerré Ja boca: ni una palabra acerca de Marito, ni de con quién vivia. Nada. Después, me pidi6 Jas Ilaves para abrir la puerta de la cocina que daba al lavadero. Por suerte, habia sepa- rado del manojo las que ya habiamos usado en la puerta del frente. Renegé un rato y abrio. Afuera, re- vis6 la conexion del gas, mientras hablaba del clima: que era increible la humedad de los diltimos tiempos, css Iluvias molestas, el efecto invernadero y no sé ae ‘as cosas mas. Fi a A dar al sefior ee dijo que me iba a many las garrafas. Que esperara 36 Escaneado con CamScanner neta roja y dejara, con toda confianza, ¢ don Nicolas hiciera el cambio, que era muy i. ae tey nome iba a cobrar demasiado. Ben- Volvié a meter todo en el valijon y se fue diciendo ue ante cualquier cosa lo llamara, que ningiin proble- ma. Su casa era la de rejas negras, justo a la vuelta. Don Nicolas lleg6 enseguida, toc6é bocina y entré con la enorme garrafa. La puso en la casilla, revis6 y abrié la lave. Don Nicolas era muy distinto de Ernesto. No hablaba, solo hacia un ruido, algo asi como “jem”. Mas o menos este fue nuestro didlogo: — {Usted es el sefior del gas? —Jem. — {Lo mand6 don Ernesto? una camio —Jem. — {Usted conocié a la tia Dorotea? —Jem. Al final, me dirigié una palabra par: to era. Yo ya me habia dado por vencida: a este sefior no podria sacarle una frase completa. En realidad, ya me estaba acostumbrando a hablar sola 0 con mi sapo, asi que... Cuando se fue, prendi todas las luces de la casa y pu- se miisica. Después cociné una olla de arroz a Ja valen- ciana, por si Marito se aparecia. Corté la cebolla finita, la puse al fuego sobre la cocina viejisima. Seguramente era de la época de mis bisabuelos; tenia dos hornallas y un horno pequefio y se paraba sobre cuatro patas. a decirme cuan- 37 _—_—— Escaneado con CamScanner ue cenia ganas de haby, ar Lo esperaba a Marito por ga yj mientras charlaba con no vino.Com - nto desde el bafio, ym, con alguien, pero Stravinsky, que escuchaba ate! fui a la cama. ida ; ida. dormi ensegu! : vn sea che un ruido muy extrafio me des. a media . : ja veni a Pa cue , ¥ parecia venir del perto. Era co: 6 por Ja espalda. Estaba casi se. living, Un frio me corrio p' “a Dorotea. Cerré | ura de que era el espiritu de a8 oe d ae puerta de mi habieacion y 2, la ae ioe nu En alga momento Jogré conciliar el suefio de nuevo, Escaneado con CamScanner Dia4 Au estaba, instalada en mi nuevo hogar, con un sapo como compafiero, un amigo que ya no venia a vi- sitarme y un misterio escalofriante por resolver. Pero no me ibaa entregar a la nostalgia. Decia mi abuelo que con el trabajo se olvidan las penas, asi que puse manos a la obra. Con la pala y el pico logré sacar la mayoria de las plantas que se amon- tonaban contra la verja. Cuando pude despejar un metro, dejé la tierra preparada, me fui al vivero y compré un mont6n de pensamientos que planté en una hilera perfecta, jus- to al frente de 1a casa. Ya estaba. La tia no se podria quejar: cumpli con su deseo. Eso si, dejé la mata de margaritas asomarse por un costado. Me parecia re- cordar que era asi como tenia Dorotea Ja casa, en sus buenos tiempos. 39 Escaneado con CamScanner Marito no volvié a visitarme Esto del secreto er, terrible, no poder hablar con nadie. cosas para masticar sola, Extrafana amigos. a Stravinsky resultaba una buena compafiia en estas a callado, 7° interrumpia y eran demasiada bastante a tis circunstancias. Escuchab: : miraba con esos ojotes QUE aban verds era impres a de entendimiento. Menos mal que tenia ee Sapo Me lavé las manos Y me sentéen Ja soe eomeds Era un lugar que me daba un poco de an 10. ff ruidos de Ja noche parecian salir de alli. Mire ‘ a ro y me tranquilicé. Si Ja tia Dorotea me habia elegido Pare de- jarme su casa, seguramente 10 queria hacerme dano. Desplegué mi bloc y taché de la lista las cosas que in- cluian un misterio: un tesoro enterrado, aunque me hubiera gustado, no podia ser; una maldici6n y un cri- men... parecian poco probables. En realidad, cada vez estaba mas convencida de la presencia de la tia Dorotea. GCOmo habia olvidado anotar Ja mas antigua y tipica causa de un misterio? jUN FANTASMA! Todas Jas evidencias apuntaban en esa direcci6n. Casi todos los fenémenos ocurrian de noche. Pero, gqué queria el fantasma de la tia Dorotea? ;Por qué me habia mandado la carta? jEsperaba algo de mi? Anoté estas preguntas y Jevanté la vista de la hoja, cep jr ca eps por alin ao ln, Parecia un museo de reli- Escaneado con CamScanner uias familiares. No era extrafio que el fantasma de Ja tia Dorotea hubiera elegido ese lugar. Ademas del cua- dro, habia un monton de objetos que.pertenecian a la familia desde hacia un siglo, por lo menos. Habian ve- nido con mis bisabuelos desde Zurich. Me detuve en una foto color sepia dentro de un marco ovalado. Era el retrato del bisabuelo Federico, con sus bigotes blan- cos; estaba parado detras de la bisabuela Lina. Yo no Jos conoci, y mi abuelo hablaba muy poco de ellos. En realidad, hablaba muy poco de todo. Habia adoptado este pais. Desde muy joven se fue a trabajar al campo como administrador de estancias. Oscar Tobler, un suizote que vistié toda su vida con bombachas de gau- cho. Sabia jugar a la taba y le encantaba el asado. No le importo nunca el pasado glorioso de la familia ni las tradiciones alpinas. Era un gaucho de las pampas, y le cantaba al ombi. Pero la tia Dorotea no. Para ella, las cosas fueron di- ferentes. Cuid6 esa casa como el tiltimo bastion de la herencia Tobler. Por ese lado st podia entender su carta ysu preocupacién por dejar la casa en mis manos. La tia respeté las tradiciones a rajatabla, y podria asegurat que fue a la Iglesia Metodista Episcopal hasta el alti- mo de sus dias. En medio de la pared habia un plato de madera con la bandera de la Confederacién Helvética. Y sobre el modular, en un lugar de privilegio, estaba el reloj, ese que mi bisabuelo habia traido de Zurich. Llegé con él 41 Escaneado con CamScanner en el mismo barco, y también se quedo aqui defin, i vamente, Yo siempre lo habia mirado Con un inter, , especial. Era como una caja de madera CON curyag redondeces, Bonito, sobrio. Los nameros romanos, bronce, igual que Jas agujas- Me acordé fs que algun, vez, cuando era muy chica, habia descubierto que po, el lado de atras tenia una puerta. Parecia una casa de mufiecas. Me acerqué cuidadosamente, lo di vuelta : lo abri. Algo que siempre habia querido hacer. Unaire frio salid desde adentro, una rafaga veloz Se me puso la piel de gallina. Lo cerré de golpe. Pensé que ahi debia estar Dorotea. Junté coraje y Ja Ilamé con un susurro: —Doorooteeeaaa. .. f pero nada. Volvi a abrir la puerta del ningan soplido espectral. Viel 0 inmediato a la magia. Esperé un rato, reloj. Ningtin viento, mecanismo, me fascind el acces Todas las piezas de bronce tenian una simpleza perfecta, despojada. Ocupaban tan poco lugar... Hubiera sido excelente para jugar a las mufiecas. Hacia un costado de la caja habia una extrafia Ilavecita. Me di cuenta de que entraba exactamente en un hueco. Era para dar cuerda. Con un sentimiento de triunfo, lo puse en hora y escuché las campanadas. El sonido era ancestral, lim- pio, sin estridencias. Me parecié que el coraz6n de la casa habia empeza- do a latir nuevamente, con un pulso viejo y nuevo. La casa habia despertado de su letargo de diez aftos. Ese 42 Escaneado con CamScanner debia ser el plan de tia Dorotea. Ahora ya podria des- cansar en paz, YO me ocuparia de todo. Terminé ese dia con tranquilidad, no tenia miedo. cin embargo, por la noche el espectro de la tia volvié a despertar. Por lo menos, eso fue lo que pensé cuando me Jevanté para ir al bafio y vi una vela flotando por el pasillo. —jTia Dorotea! —grité. La vela cayé al piso y un alarido desgarré la noche. El eco terminé en el living, como siempre. Estaba bastante enojada con la tia: jhacerme esto! Yo habia puesto todo mi empefio en cumplir su voluntad, y ella, empecinada en darme esos sustos de espanto. {Qué queria? Divertirse a costa mia? —jO me dejas de molestar, o me mando mudar de act y te quedas sola como un hongo hasta que la casa se te venga abajo! ;Me entendiste? —y cerré, dando un portazo. 43 Escaneado con CamScanner Diaé Tempranisimo, como el sol, llegé Marito. No tuve tiempo de preguntar por qué no habia venido antes. Me dijo que cargara agua en el termo, preparara el mate y me abrigara. Cerramos la casa con tres Laves. Era la pri- mera vez que salia desde mi Iegada. Que salia de verdad. Respiré el aire frio de la mafiana y caminé por el barrio. Los Arboles tenian las hojas doradas y el cielo se alumbraba de a poquito. Ni me interesaba adénde me llevaba Marito. “Ya vas a ver”, me habia dicho. Caminamos por un pasaje de tierra que partia en dos elcoraz6n de una cuadra. Fuimos juntando palitos y ra- mas, hasta que desembocamos en una avenida. Enton- = Marito se fue hasta un quiosco azul lleno de diarios a Fevistas apilados y expuestos uno al lado del otro. Sa- lud6 a un seftor que tenia las botamangas del ntalén gas del pa 45 Escaneado con CamScanner . jaron unas frases sujetas con broches. Intercambiaron' _ 7 breve, a : : e esel OF i y expeditivas. Mi amigo me wi meni: 7 thi , ina dé Ja casi 8 Tobler a nueva vecin: . : ler que te conté, | apa de Marito, me saly ‘ 1 p El hombre, que resulté ser ct PAE” me dé con amabilidad y s¢ excuso diciendo que tenia que hacer el reparto, que 7° falta 72 tl oe en. cuentro, mates de por medio. iis a cuantos diarios en Un@ bici ye A mn a ai sacé un par de sillitas desplega ri ‘ ae “ mos una fogata co? Ja lefia que habs Tol 7 i" 0. E] calor nos subi pot Jas manos. Sent! € olor de hu era interesante, como aticas. Marito de maderas arom: se rid: “El tinico aroma que pueden tener esos palitos » No me imp i ¥ 6. El fuego crujia cor esa pis de perro ortd. El fueg jia con un encanto nuevo. Mas tarde par una camioneta y un muchacho bajé Jade diarios de la capital. Marito los puso en una debajo de los otros estantes. 1 cord6n de la vereda a veces gritabamos: una pi pequefia repisa, Después, nos paramos sobre € extendiendo el brazo con el diario; “La Voz! jLa Voz!” Estuvimos riéndonos del viento que arrugaba todo, y nos sentamos en las sillas a tomar mate al lado del fuego. De vez en cuando, un auto sé detenia y Marito Ilevaba el diario corriendo, se ponia las monedas en el bolsillo y volvia. Leimos uno, empe- a aeons, mediodia, comimos unos ee ‘a hechos por Amanda, la mama 46 4 Escaneado con CamScanner Pasaron otras Cosas. Pequefias cosas sin importancia. De esas que quedan prendidas en los pensamientos,dan- do yueltas como moscas. Cosas que me hicieron sentir del barrio. Una sefiora que pasaba con la bolsa de hacer las com- ras me abrazo y me dijo lloriqueando: __-Mira vos, sobrina nieta de Dorotea, tantos afios, wien diria... Un sefior me miré y dijo: _ Una Tobler... con mirarte nomas. {No estaras en Jacasa...? Y con Marito nos pasamos toda la siesta entibiando- nos al sol, leyendo historietas y charlando. En un mo- mento, casi le cuento Jo del fantasma. Pero me acordé de que era un secreto y me callé. No queria imaginar- me las consecuencias de un enojo de la tia Dorotea. Volvimos a casa por la tarde, Me quedé con el calor- cito de la fogata en el coraz6n. jCéomo te explico, Stravinsky? Hoy fue un dia dife- rente. Tendrias que salir de vez en cuando, no sabés lo que te perdés. Podés hacer una pequefia visita a tus pa- rientes de la canilla del patio. Pero no te vayas @ entu- siasmar, te estoy hablando de una visita temporal, nada permanente. Mira que sos mi compafiero en esta aven- tura misteriosa. Mira que la casa es de los dos, asi que el fantasma también. {Vos la viste alguna ves la tia Do- rotea? {Qué pensas? (Serd asi siempre, transparente, 0a veces se la podra ver? Me imagino que ¢so de la sabana 47 Escaneado con CamScanner 1 blanca es cosa de los dibujos animados-- No me saldys con esa burrada, porque n° le a cener PINGUN re jero pensar IU< tendrg peto. Ya que es un espectro, I recursos mas dignos. 4 asomando i : ta 49 Por | “Mira, Stravinsky! (El oso se i : jMira, ky! j mos @ abrirle... Pobre ventana! {Tendra hambre! é Creo que Je gustaron las zana, Je un poco. Vieng esta todo apachurrado. 7 horias y 1a lechuga--- vamos 4 rae ea bien tener mas compaiia, jejo,asi no nO Os tan desprotegidos cuando pasa ¢ ee qCémo lo vamos 2 Jlamar? Porque si aca, con nosotros, vamos 2 tener que onerle un nombre. A ver... gqué te parece “Greenaway”? Suena importante, creo quees el nombre de un director de cine..- Si no, se va a poner celoso cuando sepa t nombre ilustre. Ima- ginate si Je ponemos “Pancho”, va a pensar que lo que- remos menos. Ademas, “ een’ eS “verde” en inglés, jno? Miralo, justito para él. Bienvenido, Greenaway, bienveni do. Escaneado con CamScanner Dia 10 Atuera estaba fresco. La casa me parecia mas gran- dey deshabitada. Necesitaba hablar con alguien que me contestara, alguien que me hiciera sentir acompa- jada. Puse la pava para hacer un café. Negro y fuerte, para calentarme por dentro. Y se me ocurrié que era un dia especial para comer algo rico, hacerme algunos mimos. La tia Dorotea solia hacer unos postres suizos que me encantaban, Seguro que tendria un recetario guar- dado por algin lugar. En el cajén de la mesa de Ja cocina habia visto una libreta, Busqué entre los ovillos de piolin y las tapitas. La encontré. En la portada decia “Recetas”. jPerfecto! Abri, dispuesta a elegir, pero no entendi ni una pa- labra. Me di cuenta de que estaban escritas en aleman. iQué vieja fandtica! {Por qué esa mania conservadora? 49 Escaneado con CamScanner cuviera algo que ver on pensaba que una may, que una Apfel. iSi son Como si el gusto de la comida el idioma. Estoy segura de que zana no tenia el mismo sabor . ' exactamente la misma Cos? -— Ahora, yo tenia unas ganas ve 7 mere una torta y no habia forma de ace eo menos que alguien entendiera aleman.-- 1 i Stravinsky pj -Quié 4s en la casa me 2 Greenaway, claro.-. ZQuién mas AS podria dar? En ese momento s¢ me ocurri6. Una idea teme. eee a Dorotea! Nin- raria ilumind la tarde bastante gris.jLa ti guna otra persona podria hacerlo mejor. Ella misma Jas habia escrito, con su letra cursiva parejita; y, por habia hecho esos postres miles de veces. La tinica cuestiOn por resolver Pero eso se definiria so- otra part te, Me dispuse a Iamarla. era la manera de comunicarme. bre la marcha, pense. Abri la puerta del livin resto de la casa. Me acerqué al reloj suizo y dije: —Tia Dorotea, necesito que me ayudes. Nada. El tictac del reloj retumbando contra el techo. —Sé perfectamente que me estas escuchando, jsali! —dije en voz un poco mas alta. Ni viento, ni soplido. —Tiita querida, por favor, gme podés ayudar? Esperé un rato, con la mirada fija en el reloj. —Mira, tia Dorotea: me parece bien lo del secreto, Pero, ¢por qué entre nosotras? Somos grandes y 10s conocemos. Ya pisaste el palito varias veces. Ya me di g. Estaba mas fresco que el 50 Escaneado con CamScanner e estds, y también de cémo... Digamos, de cuenta de qui . poco consistente, para ser sutiles... una manera.- Hice una nueva pausa. —jNo seas hipécrita! ;Ya sé que estas escondida en ese reloj! jAyudamel! —grité repentinamente, de ma- nera bastante poco diplomiatica. Me arrepenti enseguida. (Qué tal si los fantasmas también tenfan miedo de las personas? ;Y si le daba vergiienza 0 timidez salir a plena luz del dia? Hice un ultimo intento. Te diste cuenta, tifta, de que hoy es un dia verda- m4 deramente helvético? Esta fresquito... ideal para prender un lindo fuego y hacer un exquisito... Rote Griitze —deletreé con dificultad el titulo de una de las paginas de la libreta. Las agujas del reloj giraron unas vueltas, y el sopli- do circulé por toda la habitaci6n. jHabia resultado! La tia daba muestras de presencia. Asi que continué. —Y como no sé hablar en aleman, alguien va a te- ner que ayudarme a leer estas riquisimas recetas... Mir vos, qué horrible descuido lo del idioma... Pero decime: gcomo iba a saber la importancia de hablarlo, sini siquiera me podia imaginar que ibas a regalarme esta casa? Mucho menos, que tendria que retomar to- da la tradicién alpina. Fijate que, de todos modos, la a a me encanta. Asi que vas 7 tener que pet aoe debilidades en el caracter. Pequefias le ignorancia en un espiritu torneado por 51 Escaneado con CamScanner soy ‘Tobler des ta del pic. Jino me a étie se |; el rigor helvético- I lk 7 del pelo ha Un remo . ;Me queria a udar Sn ¢Me que 2 un pequehe detalle. {No habré aly —Tia, hay + yn poco mis... fluids ny f deco! jearnos UP PP + BUdamentey Ne contest. gra, parecia que no. ° ms f] Aa . La libreta con Jas recetas flov6 en dir « que deduje 1° aba dispucsta a ayucarme, me acerqué al recetario sus la cocina, : ‘ve. fo comé con suavidad (nada opus er en VOZ alta: Jibreta de | : 5 may ANG, Onala Pucr. esti resistencia) — Rote Griitee. En ese instante, vi cémo la cuchara de madera venia beza. Cerré los ojos, no tenia tiem- en direccion a mi cal po de esquivarla. Se detuvo en seco a unos milimetros de mi cara, para posarse suavemente sobre mis labios. Me relajé. La tia me estaba haciendo una sefia de silencio. Claro, se debe haber espantado con mi pronunciacién. Esta bien —le dije—, ensefiame como decirlo. 6 sobre unos La cuchara se clev6 por el aire y se poso dibujos de frutillas y grosellas estampadas sobre un ta- rro. Sefialé una y otra vez. —Esté bien, ya entiendo, no podés hablar. ;Vamosa a una especie de “digalo con mimica’? a _ se movi6 afirmativamente. oe a me querés decir es que ese rote Griitze...S¢ n frutillas, o algo asi. 52 — Escaneado con CamScanner La cuchara volvié a afirmar. —Y esas son frutas que 1° tenemos... Otro “si”. —Entonces, busquemos siasmadisima con la “charla”. +> Jou dedos in Las hojas pasaron rapidamente bajo fos dedos invis. bles de tia Dorotea. La libreta s© detuvo en una paging delante de mis 0j05- yO ert sible de decir!... Espero que —jPero esto es impo: - hacerlo sea mas facil que Jeerlo —dije—- Z-w-e-t-s-c-h- e-n-k-u-c-h-e-n — intenté leer letra por letra. Miré toda la palabra: Zwetschenkuchen. Tia Dorotea —dije—, no estoy dispuesta a comer una cosa que tenga semejante nombre. Seguro que me indigesto, con esa cantidad de consonantes juntas... La libreta volvié a correr las hojas y me mostré: —Frankfurter Kranz —dije con bastante mis segu- ridad—. Bueno, esta me parece razonable. Mostré con el dedo la primera palabra de una lista. Entonces, la heladera se abrid y un paquete de mante- ca floté hacia mi. — Este es el ingrediente que dice aca? La cuchara de madera contesté que si. Esto me estaba gustando. Hasta me habia encarifiado con el fantasma. Después de todo, éramos de la familia. lo inne a siguiendo el orden de Ia lista, me habia provisto limentos indispensables de los que is sucesivas incursiones por el otro postre! —dije, enty, 54 Escaneado con CamScanner macen de Baldacci) salian de sus refugios para hac una fila delante de mi. Sobre la mesa, claro. “ Entonces, sefialé el parrafo que continuaba y la tia Dorotea volvié al ataque. Se trajo varios utensilios més, en unos yuelos torpes y dubitativos, lo cual me extrafié, Pero bueno, tantos aftos de inactividad, pobre tia, ae jada en esa caja de madera, sola y abandonada. Estaba realmente fuera de estado. Golpeé con el filo de la cu- chara un huevo, que cayé en una olla de lat6n. Herido en su corazon amarillo y con restos de cascara, el po- bre huevo fue sometido a unos golpes frenéticos de la cuchara de madera. —Espera! —grité, intentando salvarlo de su desti- noen la basura—. Ahi dice que hay que batir huevos? La cuchara hizo el gesto afirmativo, salpicandome con restos de clara. Fui hasta el aparador, saqué un bols y una batidora manual y le dije: —{le acordas, tia? Se hacia asi. Me resultaba bastante raro estar dandole clases de reposteria a la tia Dorotea, Ja mas experta cocinera que yo habia conocido. La que endulzé mi nifiez, la culpa- ble de mi debilidad por los postres. De todas maneras, aquella tarde logramos un en- tendimiento nuevo. Con una sincronizacion digna de destacar, la tia oficié de ayudante de cocina. Yo sefialaba en la libreta y ella me pasaba la taza de aziicar, las nue- ces, la crema. Y resulté emocionante poner el molde en 55 Escaneado con CamScanner : dabe el horno. Si la hubiera podido ver, le daba un abrazy ala tia. a No sé en qué momento se volviO a Tefugig dentro del reloj. iY claro! Debia estar as ala pobre, cae és de tanto po. trabajo despe neada lend la casa en e Ja torta rec : M: 7 oe 7 to en el momento de sacarla del horn, arito lego just Si lo hubiera planeado, no me habria salido mejor, dado y saqué un juego de tg Pusimos un mantel bor “ de porcelana. Un am Ina postal de biente perfecto. a. Me encanté rincipios de siglo, salvo por nuestra Lop: ants ; radeci a la tia con un murmullo di- con semejante alo, y se lo ag : Sedo ue saqué la bandeja dep ata del mueble del reloj orta riquisima y duré La frankfurter Kranz era una t como tres tazas de té, suficiente para una charla soste- nida como de cuatro horas. Cuando la noche cayé del todo, decidimos dar por terminada la merienda, que a esa hora ya podia ser cena. jAaah, muchachos! Mis queridos compajfieros, hoy ha sido una tarde mas que agradable. A vos, Greenaway, gte gustar la frankfurter Kranz? Mira... parece que si. A vos, Stravinsky, ni te la muestro: ya sé que tenés gus- tos carnivoros: exclusivamente mosquitos y arafias. Les tengo que confesar que la tia Dorotea parece set un fantasma bastante piola. ;Pueden creer que cocina- ae eee a ie manera de decir... Hay qué pobre hizo su aporte, a pesar de sus 56 Escaneado con CamScanner ‘ el horno. Si la hubiera podido ver Je daba un abray, ala tia. No sé en qué momento sé yolvid para su TeFupiy dentro del reloj. ;Y claro! Debia estar agotada la Pobre : é nto tiempo, con semejante trabajo después de ta! Aa P ; El aroma de la torta recien hornea 0 1a casa de sacarla del horn. i 6 justo en el momento : no, Marito Llegé justo me habria salido mejor. : : IL do, no A 5 Si lo hubiera planea [ bordado y saqué un juego deg Pusimos un mante U; de porcelana. Un ambiente perfecto. Una postal de principios de siglo, salvo por nuestra ropa. Me encanté deci a la tia con un murmullo dj. regalo, y se lo agra . pea Cuando saqué la bandeja de p' lata del mucble del reloj. Hees : La frankfurter Kranz era una torta riquisima y duré como tres tazas de té, suficiente para una charla soste- nida como de cuatro horas. Cuando la noche cayé del todo, decidimos dar por terminada la merienda, quea esa hora ya podia ser cena. jAaah, muchachos! Mis queridos compaiieros, hoy ha sido una tarde mas que agradable. A vos, Greenaway, gte gustara la frankfurter Kranz? Mira... parece que st A vos, Stravinsky, ni te la muestro: ya sé que tenés gus- tos carnivoros: exclusivamente mosquitos y arafias. Les tengo que confesar que la tia Dorotea parece set un fantasma bastante piola. ;Pueden creer que cocina mos juntas? Bueno, es una manera de decir... Hay que reconocer que la pobre hizo su aporte, a pesar de sus 56 Escaneado con CamScanner oblemitas de olvido. {Sera que la pérdida de memo- ria sigue avanzando con la edad, después de... ya sa- en? {No se imaginan la torpeza que mostr6 para batir unos huevos! Espero que no me escuche, a ver si se ofende y terminamos con esta excelente relaci6n... me- jor cambiemos de tema. 2A que no adivinan quién vino después? Siii, adivinaron: Marito. Tomamos el té y me cont6 unas COSas: «- Estudia en la universidad. 7A que no ge imaginan qué? Les voy a dar unas pistas: parece que el chico quiere seguir la linea del negocio familiar, pero... cambiando el Angulo de la informacién, como dicen por ahi. jAdivinan? Si, estudia periodismo. Imaginen que, con tanto tiempo metido entre diarios y revistas..., vamos a ser sinceros, jes un chico informa- do! Me cont que trabaja en el quiosco desde los diez afios, y no ha dejado de leer los diarios ni un solo dia. La verdad, jme impresion6! Ya sé que a ustedes también les cae bien mi amigo... Ahora me voy dormir. Chau, Stravinsky, Green- away... Antes de apagar la luz, saludo a la tia, que estu- vo macanuda, y de paso le recomiendo prudencia en sus Paseos nocturnos. 57 Escaneado con CamScanner Dia 14 Conoci a la vecina y me cay6 muy bien. Me levanté temprano, sali a hacer unas compras y cuando volvia la vi. Estaba abriendo un port6n impro- visado, empujaba el alambrado hasta unos ganchos en un poste. Me acerqué y la saludé. Le conté que yo me habia mudado hacia unos dias a la casa de al lado. —jLa casa de al lado! —dijo, sorprendida—. Me parecié que el jardin estaba cambiando, aunque los vecinos insisten en atribuir cualquier cosa que pase ahi a una presencia misteriosa. Vaya con el secreto de la tia Dorotea!, pensé, lo sabe todo el barrio. Eugenia tenia una casa preciosa, Ilena de cuadros, tincones con esculturas, cosas mexicanas (me contd que habia vivido durante un tiempo en México) y tres chicos inquietos. 59 Escaneado con CamScanner Nos tomamos unos mates, escuchamos buena mis. ca y me volvi para casa. Desde cod dia, a Visitas se hicieron frecuentes. La arquitectura parecia ser ung profesién interesante. Veia a Eugenia pensar casas com quien arma rompecabezas. / De vez en cuando me quedaba con los chicos mien. tras ella se iba a una obra. Son muy divertidos. Jugg. bamos geniales partidos de fatbol. A veces incluiamos a Rufus, su gato, y a Frida, su perra peluda. Una vez, intentamos poner a Stravinsky en un arco, pero tenia un problemita de reaccion (jera tan lento!). Los dias que venian a casa le dejaba bien claro a la tia Dorotea que tenia terminantemente prohibido ha- cer acto de presencia. Ademas de ser una apasionada descubridora de ob- jetos de arte, Eugenia era una gran lectora y tenia una biblioteca nutrida, de la que yo podia sacar lo que qui- siera. Se lo agradecia enormemente. Los dias se hacian largos y cada vez me pesaba ms el aislamiento al que me veia confinada por el capricho de la tia Dorotea. Durante aquellas noches en compaiiia de Stravinsky y Greenaway, lo mejor que me podia pasar era tener un buen libro entre las manos. 60 Escaneado con CamScanner Dia 19 Hoy vino Mario... y me dejé triste. Me dijo que las cosas ya no eran como antes, que ahora yo preferia la compaiiia de “esa sefiora” y sus “nifiitos molestos”. jNi- ftitos molestos! Ni siquiera los conocia. Dijo que yo ya no tenia tiempo para charlar con él, que no le pedia ayuda... Todo, porque cuando Llegé estaba sacando los yuyos del fondo con los chicos. {Qué te parece, Stravinsky? jAcaso vos te sentiste desplazado cuando vino Greenaway? jzEh?! No, no pongas esos ojitos de victima, Stra- vinsky, que mi intencién de ninguna manera fue darte una idea. Estoy enojada, muy rabiosa, ademas de triste! (Qué ridiculo! Un muchacho grande, hacer escenas de celos a estas alturas, jy a mi, que casi no cruzo la esquinal... Todo, por esa idea loca del secreto. La tia Dorotea es el 61 Escaneado con CamScanner plar de fantasma desquiciado que Cono%4 - cro, la vieja... Ina excentricidad de espectto 1" : Una a del caso. Stravinsky. es que Marito di 10 : : oe olver ¥ eso es lo que me entristece, nou : primer ejem que 62 Escaneado con CamScanner Dia 20 Que puedo hacer? Me levanteé con esta mezcla de sentimientos aturdiéndome. Por mas que intento pen- sar en otra cosa, vuelvo a lo mismo. Y dale, y dale... Marito y esa explosion que no entiendo. Sigo enojada y rabiosa. Me quiero sacar esa imagen de la cabeza. (Qué puedo hacer? Para, pajarraco loco! {Qué hacés revoloteando por ahi? Fijate la cantidad de tierra que desparramas por todas partes... |Quedate quicto de una buena vez! ...A menos que esa sea tu idea... Claro! El loro me habia dado una buena idea. Esa biblioteca —si es que se podia lamar asi, cosa bastante dudosa— jamas habia sido visitada por un plumero, por lo menos desde que yo vivia aqui. Parecia una especie de estante empotrado en las alturas. Le pedi a Eugenia una escale- Tay me subi. Era un trabajo que sin duda me distraeria. k 63 Escaneado con CamScanner Tenia que hacer equilibrio en el escal6n, sostene, d enia «iar sin cacrme. Jimpiar sin caer plumero jen en me di cuenta de que el polvo acy, enas ae son afi Pa tenia mucho mas de diez aiios. Seguramente, mula la tia Dorotea, 2 los ochenta, no se ponia a hacer esas a tia ” 4 crobacias: Empecé con el plumero. iS esraces tanta a : Z ia. e caia como Iluvia. a 9 como pocos loros, plumereab, ay, guap' ¢ con — desde el fondo. Yo no podia llegar hasta ¢| angulo de la pared, asi que agradect la ayuda. Pero pa- rece que mi amigo se entusiasmo Y puso demasiada energia en el movimiento, porque, de repente, algo pa- recido a un terremoto ocurrié alla arriba. Un derrum- be de libros, revistas, diarios viejos y hojas sueltas fuea parar con estrépito sobre el piso. No recuerdo bien cémo fue. Solamente sé que me salvé de una caida horrible; Stravinsky, que miraba desde abajo, sufrié una lesién en un dedo de la pata izquierda. Después de asistir al pobre sapo y dejar a cada bicho en su lugar, me fui a ver el mont6n desparramado sobre el Piso. Habia unos carpetones enormes con secciones de diarios viejos. Mas que viejos. El nombre de mi bi- sabuelo figuraba en la portada. Eran suplementos cul- ere hpi Parece que los coleccion6 ony con direcciones fi py Lambién encontré unas tes Porque los apellidos fan de mfmes Ce comp a eran tan impronunciables com™ 64 Escaneado con CamScanner | Escaneado con CamScanner las tortas de la tia Dorotea). Los timp : ae ea Podi, y los iba apilando sobre la mesa 7 aie Casi habj, terminado. Quedaban unos ros lel afo del Moi un ejemplar polvoriento del Fausto de Goethe, Le sacudi la tierra y lo abri. . En ese momento senti la conocida y extrafia Sensa. cién que me provocaba la presencia de la tia Dorotea, Era dificil de describir, algo como una tensi6n en ¢| ambiente. El ejemplar estaba en castellano, y habja sido publicado por la editorial Iberia, de Barcelona, en 1946, Lo separé del resto, por curiosidad y por simpatia con la tia. Busqué el escobillén y Ja pala para barrer un poco el polvo. Estaba a punto de terminar cuando vi algo caido hacia un costado, casi parado contra la pared. Era un libro distinto. Me acerqué. En realidad, no era un li- bro, sino una carpeta viejisima. La tomé con suavidad y soplé sobre la superfi . A mi soplido se sumé otro. Era la tia Dorotea (estaba segura), que seguia paso a paso mis descubrimientos. Miré las tapas amarrona- das. Se parecia a las carpetas que yo habia usado en la escuela, pero archienvejecida. En el frente, arriba, de- cla “Carp eta”; luego, dentro de un circulo, estaba ¢! aruba Rivadavia Parecia la reproducci6n de un ribrica an a con tramas en color sepia. Abajo, : bjt deat mney cng ni iene de la tapa, | ca). Y Po Ultimo, alla en los confines » Jas palabras Perteneciente a”. En traZ 66 Escaneado con CamScanner cuidadosos, hechos con una pluma, se completaba: Dorotea Tobler, Colonia Suiza. EC.C.A. Me conmovié ver esa letra apretada y antigua, de ca- ligrafia enrulada. La tia Dorotea estaba ahi, al lado mio, la sentia. Me imaginé la emocién de la pobre, pensé en las lagrimas que debian estar surcando esas mejillas transparentes. (,O no tendria mejillas? ;O no tendria lagrimas?) Por las dudas, dije suavecito su nombre unas cuantas veces, para consolarla. —Doorooteeeaaa, Doorooteeeaaa, Doorooteeeaaa... Un chillido bastante espantoso me raspé los oidos. Qué horrendo el agradecimiento de la tia. Por las dudas, decidi abstenerme de dar nuevas muestras de carifio. Volvi mi atencién a la carpeta. El lomo estaba ata- do con una cinta amarillenta; mirandola bien, com- prendi que en alguna época habia tenido los colores de la escarapela. La cinta daba vueltas por delante y por detras, y terminaba en un nudo. También por el otro extremo habia unos mojfios abrochados con botones metilicos, herrumbrados, que terminaban en unas ti- ras. Desaté los nudos con la misma emocién con que habia atravesado el umbral de la casa unos dias atras. Tenia la sensacién de estar entrando en otro lugar misterioso. Habia tres hojas rayadas, amarillentas y manchadas. La primera, vacia. La segunda, con la siguiente inscrip- cién (todo con la misma letra cursiva dibujada con pluma): 67 Escaneado con CamScanner La Familia Tobler de Ziivich Homenaye, 626-1926 Estudios Histéricos Del: Dr, Werner Gane: Ziirich. Y la tercera repetia e808 datos, y agregaba: Copia de Ja Traduccién hecha por mi Y dedicada: A Dorothea Tobler. Cordoba, Por: Federico Tobler: Baradero, diciembre 192 9, jAhora podia entender a la tia Dorotea! ¢Como no ibaa estar con la mirada puesta en el pasado? (Qué he. rencia! Y ahora estaba en mis manos... Algo que habia comenzado en 1626 tenia que ver conmigo... De golpe, trescientos ochenta afios se me cayeron de un estante empotrado. Estaba desconcertada. Pude ver que las hojas estaban numeradas en el én- gulo superior, y un prélogo presentaba a Johann Jacob Tobler como el iniciador del linaje. Parecian haberle adjudicado el Burgerr eicht (vayaa saber qué cuernos era eso) de Zurich en el afio 1626. Por alli empezaba la his- toria familiar, aunque yo creo que estos suizotes, const mania perfeccionista, podrian haberse remontado has- ta algtin primate prehistérico. . Seguia un desfile cronolégico de todos los person e en fortunadaments, sono el timbre; det h el ejemplar de Fausto y salia abrir 68 Escaneado con CamScanner Dia 21 (Como estas, Stravinsky? {Te ducle mucho ese de- do? Hoy no te escuché croar. (Te dije alguna vez que sos cl sapo mis creativo que conozco? Logras unas to- nalidades guturales... Afuera serias la envidia de todos los sapos machos. No habria sapita que se resistiera a tus conciertos, Aunque, a decir verdad, no sé si eso sca bueno. Sobre todo, si te interesa alguna en especial... porque, pobre, tendria que vérsclas con los fantasmas de tus admiradoras, Estoy monotematica, ;no? No puedo evitarlo. Por lo menos, ella tendria una buena razon para estar celosa... No como otros, que de buenas a primeras encuentran una raz6n para cnojarse, aunque sea inventada... total. ie conté que ayer vino Mario? Si, el que tocé el tim- bre era él, Se vino a disculpar. ;Y sabés qué, Stravinsky? No le pude decir nada. {Qué le iba a contestar?... De 69 Escaneado con CamScanner | veras, creo que estuvo muy mal. Me quedé ahi, contra el marco de la puerta, mirando el piso, N; i je que pasara. jAcaso no me habia amenazad, Con no iba a venir mas? Esa fue una cosa muy fea, . EJ solamente dijo que venia a pedirme Perdén y segui con los ojos pegados al piso. Entonces, en E Medi, de ese silencio pesado como plomo, dio media y, Uclta , se fue. 4 ; Creo que hice lo que debia. Pero no sé... Me sient, bastante mal. 70 Escaneado con CamScanner Dia 22 Marito volvié al dia siguiente. Cuando abri la puer- ta, vi asomar un banderin blanco. Se me escapé una sonrisa: era una rendicién amigable. Traia unas masas vienesas, asi que nos sentamos en la galeria. Con el mantel y las tazas. El dia estaba tibio y las palabras nos devolvieron la calidez perdida. Marito me explicé que el dia de la pelea habia sido dificil para él. Parece que las cosas se complicaron en el quiosco... Fue de esos dias en los que uno anda como rabioso con todo, me dijo, esos que no se terminan de digerir. Sabia de qué me estaba hablando. Yo le conté de mi hallazgo, de la carpeta con la his- toria familiar. De los trescientos ochenta afios surgidos de un hueco en la pared. La tarde fue cayendo; de golpe, sentimos frio y en- tramos. Ya habiamos logrado instalarnos en un clima 71 Escaneado con CamScanner | de confianza, asi que decidi hablarle de... la tia Dorotes Porque, en realidad, en la carta ella me habia pedid, que mantuviera en secreto lo de fa casa, pero de fy fantasma no habia dicho ni una palabra. Ademis, tra demasiado para guardarmelo. Semejante secreto ya no me cabia adentro. Asi que mejor lo contaba de : poquito y tranquilamente. Al principio, Marito me miraba con cierta incredy. lidad; después, a medida que avanzaba en detalles, fue entusiasmandose. —jLa quiero ver! —dijo. Le expliqué que no me parecia prudente, la pobre se mostraba tan vulnerable. Teniamos que darle un tiempo. Me despedi de Marito con la promesa de enfrentarlo a las evidencias del fantasma. Estaba contenta de seguir contando con mi amigo; y la verdad, era un amigo muy especial... Escaneado con CamScanner Dia 24 M. levanté muy temprano. Abri las ventanas y pude ver el sol asomandose entre los lazos flexibles de las retamas. La conquista del territorio circundante marchaba con éxito. Lentamente, los delirios vegetales iban transmutandose en siluetas reconocibles, con canteros, césped y macetas. El cafio roto habia sido de- finitivamente arreglado por don Ernesto. De manera que el pantano habia dado lugar a una preciosa alfom- bra salpicada de violetas y nacar. Pensé que era otro hermoso paisaje para tomar el té con Marito. Una manera de sellar definitivamente la paz. ZY qué mejor que una exquisitez suiza para com- pletar la escena? Era algo que ya habia funcionado... Necesitaba la ayuda de la tia Dorotea. Busqué la li- breta de recetas en el cajén de la mesa y me paré delan- te del reloj. 73 Escaneado con CamScanner —Tia Doorooteeeaaa... iT iifaaal!! —con Mi ent nacién mas amable, convoqué su presencia, segura que me ayudaria. Pero nada respondié a mi llamado. —Tia Dorotea, quisiera que me ayudaras a h; uno de esos postres tan ricos... Como el otro dia, acordas? Mira, aca tenés la libreta que... La tia debia estar de muy mal humor, porque revo! la libreta contra la ventana. Después, el soplo helad colé por todos los rincones. En una carrera loca, se fil entre los muebles y, en el torbellino que armé, la atropellada derribé dos floreros (que por suerte eran tante feos). Yo solamente atinaba a mirar el descont Después de unos minutos, la tormenta parecié amaii El vendaval terminé con una lapicera flotando en el ai Lo tomé como una invitacién. Me paré frente objeto suspendido, con Ia intencién de seguirlo. La parecia estar mas calmada. En estas condiciones, tenderse seria mas facil. Segui la trayectoria flotante de la lapicera, que t miné en mi habitacién, sobre el escritorio. Justo lante de mi bloc de hojas, el cual, como era de esper se abrid, Con trazos rapidos y una letra dificil de leer, escrib /Basta de decirme tia Dorothea!, (No lo aguanto mas! . Me quedé helada. Esa no se parecia en nada la p' lijisima letra de Ja tia: era una complicaci6n gti una excentricidad de escritura. 74 Escaneado con CamScanner Tenia Ja vista fija sobre el papel, y puedo asegurar que alos pocos instantes las letras desaparecieron sin que yo hiciera absolutamente nada. Si el fantasma no era la tia Dorotea, gquién era, en- tonces? No me atrevia a preguntarlo. De repente, me sentia ante un desconocido. Me sentia victima de un engaiio... Todo este tiempo creyendo que vivia con el espectro de la tia Dorotea, y venir a enterarme de que no era ella. Aunque no podia echarle Ja culpa al fantasma: en realidad, yo jamas habia preguntado. Y ahora era mo- mento de hacerlo. —Si no sos la tia Dorotea —pregunté—, entonces, gquién sos? No soy la tia Dorothea, volvié a escribir. Soy Georg Christobal Tobler. Claro, pensé, Tobler tenia que ser, para vivir asi apol- tronado en esa caja de reloj. Ademis, el tipo leia aleman a la perfeccién. Eso era algo que habia comprobado. Me costaba imaginar que el fantasma fuera de otra persona. Habia vencido el miedo recordando a la tia Dorotea, su cabello blanco y esa mirada dulce. Lo ha- bia neutralizado con el consuelo de conocerla. La cabeza me daba vueltas. Tenia mil preguntas para hacer. Lancé las primeras como quien escupe un caro- zo amargo. Si el fantasma no era la tia Dorotea, {por qué me habia mandado esa extrafia carta? {Por qué su insistencia en que todo fuera un secreto? 75 Escaneado con CamScanner Ella sabia de mi existencia, vivimos Juntos mds dy 50 arios. Fue su modo de qyudarme, ME Fespondig la lapicera, y las palabras s¢ borraron a los pocos segundos. . —jAyudarte a qué? —pregunte- Es muy largo de explicar. escribi6. _ Bueno, entonces decime por qué estas acd, vivien do en esas condiciones dentro de un reloj. Es una larga historia, volvié a escribir. —le dije—: st tenés mas de trescien. —Me imagino ros afios, como los otros tipos de la carpeta... 248 arios, para ser exactos. —Perd6én —le contesté—, cierto que ustedes son fanaticos de la exactitud. Soy Georg Christobal Tobler, repitio, y necesito tu ayuda. Buscé en la pagina 27 del estudio historico de Ganz. La lapicera se asent6 con suavidad sobre el bloc ea blanco. Sin pensarlo demasiado, fui a buscar la carpeta.Set- tia los dedos torpes. Finalmente, encontré la pagina 2. Lef esa traduccién que mi bisabuelo habia hecho tenta y tantos afios atras. Un titulo subrayado hacia mitad de la pagina decia: : Georg Christobal: Hermano de mi bisabuelo Es decir, se trataba del tio bisabuelo de mi bisabuel® Continué la lectura con bastante dificultad: lace cwritura era complicada, en todo sentido. Tal vee™ Escaneado con CamScanner pisabuclo Federico no manejara bien el castellano, Es to fue lo que lei: Inteligente, vivaz y de risuenia juventud: ast lo testifican las correspondencias que mantenia con Joh. K. Lavather en Ziirich. Admiraba y amaba a su maestro, estudiaba mucho, era ligero, divertido, totalmente contrario al cardcter Paterno yaun de los antepasados. Adelantaba pronto en su estudio (mas se dijo muchas veces, resulta que: ‘pronto arriba, pronto abajo”). Nacié en el 1757 en Ermattingen, y terminé sus estu- dios en 1777. En vez de interesarse por la obtencién de un Pastorado, como sus antecesores, resuelve emprender diversos viajes, que lo ocupan por seis arios. Primero se fue a Basilea, donde tomé cargo de Instructor Escolar, en la familia Burkhard-Forkart, descubriendo cudn diferente es el pensamiento conservador basileo del ziiricher. Deja Basilea y acepta el mismo cargo en to de Diodati, en Ginebra; tampoco le satisface su circulo de agui; pero en esta estadia recibe de visita al poeta Johann Wolfgang Goethe, en 1779. (jVaya con el tio Georg!) El poderoso adalid de la Poesia Alemana lo ve luego en Estrasburgo, en la casa de la muy nombrada por su belleza Dama de Branconi, que hasta a Goethe impresionaba la hermosa marquesa. Consideremos al joven de Ziirich, tam- bién de bella presencia y de inteligencia nada vulgar. No tardé la marquesa en solicitarle ser su Lectorista Educante, 'o que produjo entre ambos un acercamiento. Una noche Escaneado con CamScanner oscura desaparecié Tobler del Palacio Branconi, sin q, cio y sin despedirse, viajando directamente a Weima, a residencia del poeta Goethe. En su larga estadia con dle a tor, prodijose una estrecha amistad entre ambos, Lavathy el comin amigo de ellos, ofrecé referencias. : detallada enumeracién g, Aqui continuaba una episodios referidos 2 Ja amistad de Tobler con Goeth, Terminaba diciendo: La traduccion del otros textos de Séfocles ; fueron trabajos muy difictles, que realizados por Goethe. Un dia, el propio Goethe x do tal cosa. Afirmando que el tra eG. Tobler y que lo habia ecto griego al aleman de Die Natur; creian dioa publicidad negan ductor no podia ser otro qu en Weimar unos dias antes de... La historia se interrumpia asi, bruscamente. La pagi na amarillenta y manchada mostraba los renglones desnudos. La hoja siguiente comenzaba con otro miem- bro del linaje Tobler. {Que pasé en Weimar, unos dias aquella traduccién? Nadie me habia este pasado glorioso en Ja familia. A consideraran tan glorioso... 0 no lo conocieran. Miré el ejemplar de Fausto y me imaginé a GoetheY al tio Georg (decidi Hamarlo asi; ya que viviamos juntos consideré que podia tomarme ciertas confianzas, per més fantasma de escritor que fuera y amigos célebr* que tuviera), Las cosas habian cambiado. En unos ie antes, después de leer unas cuantas palabras, coat i después de hacet hablado antes de menos que 9° 0 Escaneado con CamScanner

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