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JEAN-BAPTISTE SAY

Nacido en Francia, fue uno de los principales exponentes de la Escuela Clásica de


economistas. Admirador de la obra de Adam Smith, e influenciado por otros
economistas franceses como Turgot, Say ganó reconocimiento en toda Europa con su
Tratado de Economía Política publicado en el siglo XIX.

 Ley de los Mercados

La célebre Ley de los Mercados es su contribución más famosa. Bautizada


posteriormente como Ley de Say, constituye un elemento central de la economía
clásica (al ser aceptada por Ricardo y Mill como una de las contribuciones más
significativas al pensamiento económico).

Su esencia es que, antes de poder demandar bienes hay que haber producido otros
bienes para intercambiarlos por los bienes deseados (lo que implica una relación
causa-efecto de la oferta hacia la demanda), y su conclusión es que no pueden existir
períodos prolongados de sobreproducción y subconsumo si el mercado no sufre
interferencias.

Las contracciones de la actividad productiva se deberán entonces, o bien a


alteraciones como las malas cosechas o las guerras, o a medidas de los gobiernos
que influyan negativamente en la actividad económica, como subidas en los aranceles.
Thomas Malthus y Sismondi, luego reivindicados por Keynes, rechazaron la ley
argumentando la posibilidad de atesoramiento, que podría conducir al subconsumo.
Say y otros clásicos respondieron aseverando que el atesoramiento era un fenómeno
de importancia marginal.

Contrariamente a Smith y a los economistas clásicos ingleses como David Ricardo,


Say se oponía firmemente a la teoría del valor trabajo, considerando que el
fundamento del valor está en la utilidad que los distintos bienes reporten a las
personas. Esta utilidad puede variar en función de la persona, del tiempo y del lugar.
La concepción de Say es, por lo tanto, que el valor es subjetivo.

Otro aspecto importante en el que difiere de la escuela inglesa es en la crítica a las


teorías ricardianas de la distribución de la renta, que tienen un sesgo marcadamente
pesimista, con predicciones de un estado estacionario de estancamiento. Say,
considera que estas teorías no tienen carácter científico, y que su rigor lógico se ve
contrapesado por su dependencia de una cadena de supuestos poco realistas.

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