- Carnes magras de ave, pescado, res y otras (molidas).
- Leche y productos lácteos. - Huevos en cualquier forma, excepto crudos. - Cereales precocidos o harinas finas cocinadas. - Sopas, cremas y pasta de leguminosas coladas (sin cáscara). - Vegetales cocidos en papillas o bien picados. - Pan o galletas blandas. - Mantequilla, margarina, aceite vegetal.