- Alumno: Ángel Pereira.

- Tema: Esquema.

- Sección: C.
 Los desastres y el medio ambiente están intrínsecamente vinculados. Lo que
Los desastres y el medio ambiente llamamos "desastres de origen natural" son eventos extremos que ocurren
naturalmente dentro de un ecosistema.

Los ecosistemas son típicamente muy resilientes. Muchos de ellos han

apoyado las necesidades humanas de manera sostenible durante miles de
Impactos Humanos sobre los
años. Sin embargo, la industrialización, el crecimiento demográfico, y la
ecosistemas:
gestión no sostenible de los recursos naturales han debilitado en gran
medida muchos ecosistemas – en algunos casos más allá de los límites de
reparación.

Tala de árboles.
Degradación del medio ambiente, provocado por la actividad humana, ha
La influencia
también contribuido a un incremento en la frecuencia e intensidad de los La excavación
humana sobre
desastres de origen natural. Mediante la explotación de los múltiples bienes de las dunas.
¿Por qué considerar los desastres de
y servicios ofrecidos por los ecosistemas, los seres humanos han dañado y
el medio ambiente? origen natural.
destruido sin darse cuenta los servicios de protección que estos ofrecen. El drenaje de
humedades.

Los ecosistemas en zonas propensas a desastres suelen ser muy

Desastres de origen natural dañan
valiosos ecosistemas
resilientes. Sin embargo, la degradación ambiental extensa expone a los
ecosistemas a un daño mayor frente a huracanes, maremotos,
inundaciones u otros fenómenos extremos. Este ciclo de degradación
ambiental y daños por desastres, destruirán eventualmente la
capacidad de un ecosistema para proporcionar servicios críticos de
producción (tales como las tierras cultivables y agua potable) y servicios
de protección (estabilización del suelo o barreras costeras).

Luego de un desastre, la obra de salvar y reconstruir las vidas

Los esfuerzos de respuesta que
impactan negativamente en el medio
ambiente
normalmente eclipsa las preocupaciones ambientales. Sin embargo, la
evidencia de desastres recientes muestra que, sin evaluación de los
impactos ambientales, las iniciativas de ayuda y recuperación ponen a
menudo más estrés en ecosistemas debilitados, creando sin advertir
nuevos problemas y aumentando la vulnerabilidad de las personas
afectadas ante desastres futuros