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LOUIS CORMAN EL TEST DEL DIBUJO DE LA FAMILIA EN LA PRACTICA MEDICO - PEDAGOGICA G3 HR PR eg ay ss ae %* MORENO 972 + BUENOS AIRES: Titulo de 1a edicién original: LE TEST DU DESSIN DE FAMILLE dans la pratique médico-pédagogique Publicada por Presses Universitaires de France, Parfs (©, 1961) Traduccién de Iris Acacla Ibéfiez Todos los derechos reservados por ©, 1967. EDITORIAL KAPELUSZ, S.A. Buenos Aires, Hecho el depésito que establece Ia ley 11.723. Publicado en junio de 1967. LIBRO DE EDICION ARGENTINA ~ Printed in Argentina Le INDICE {] INTRODUCCION © 6 1 eee EL DIBUJO DEL NINO, EXPRESION DE SU INTELIGENCIA Y¥ SU AFECTIVIDAD . eet ee eee El dibujo como test de inteligencia . 2... El dibujo como test de personalidad. . . . Proyeccién y simbolismo Psicoanélisis Sete Ubidays Dibuja una familia . NUESTRO METODO PERSONAL. TECNICA DEL TEST . LA INTERPRETACION . I. El plano grafico eed ae eee Il. El plano de las estructuras formales . IM. El plano del contenido . i IV. Interpretacién psicoanalitica . EL DIBUJO DE UNA FAMILIA, CLINICAMENTE . I. Roglas de interpretacién . IL, Mecanismos de defensa . a) Valorizacién del personaje principal . b) Desvalorizacién eee ©) Relacién a distancia . @) Simbolos animales . LOS CONFLICTOS DEL ALMA INFANTIL EXPLORADOS POR EL DIBUJO DE UNA FAMILIA . aeeeereeeegetee eee A, Los CONFLICTOS DE RIVALIDAD FRATERNA . a) Reacciones manifiestamente agresivas . Pha, 13 13 14 15 16 16 7 19 25 25 32 AL 44 49 49 53 54 55 56 56 59 60 61 b) Reacciones agresivas indirectas . 1, Eliminacién del rival . 2. El dibujo con un nifio solamente . 3. El dibujo sin nifio . “ 4, Desvalorizacién del rival . c) Las reacciones agresivas asumidas por un animal . d) Las reacciones dopresivas 1, Eliminacién de si mismo . 2. Desvalorizacién de si mismo 2) La reaceién regresiva y Ia identificacién con un bebé f) Conclusiones . a) La relacién edipica 1, Identificacién con el padre del mismo sexo 2. Acercamiento con el padre del sexo opuesto La rivalidad edipica . b) Los conriicros EpfPicos . 4. Celos de Ia pareja . 2. Desvalorizacién del padre del mismo sexo 3. Eliminacién del padre del mismo sexo « 4, Agresividad contra el padre del mismo sexo 8, Agresividad simbolizada por un animal ©) El complejo de Edipo - 4, Inhibicion . 2. Relacién a distancia . 3. Aislamiento . d) 1. En nifias 2. En varones ©) Conclusiones . 6. CONCLUSIONES . BIBLIOGRAFIA El conflicto de E ipo a la Pho. 63 63 65 66 67 70 78 83 88 97 98 4101 102 104 108 109 wt 114 w7 120 124 125 125 134 136 137 144 149 151 155 8 ) = 8@ emarnts WO Lo ary us 0 dak Yor) sgt — COCHEA, = 32 aaa cuore dab s <0 coming @ er ona palols oo ~ INTRODUCCION Com pai o dg tog ae Com (294 0 do Uva En la practica paidopsiquidtrica, muchos de fos problemas que deben resolver el médico y el psicdlogo son originados en dificultades de adaptacién del nifio a su medio familiar, Ta primera parte de Ia vida de un nifio ~y se sabe que es la més importante— transcurre, efectivamente, en el seno de st familia, Con sus padres, hermanos y hermanas realiza sus primeras experioncias de adaptecion, y, a veces, mantiene conflictos con ellos, De modo due, como veremos, los trastornos psicégenos que se producen en la esfera afectiva o en Ia esfera intelectual siempre estén relacionados ya con los conflictos edipicos, ya con los de rivalidad fraterna, No siempre aparece esto claramente en la simple entrevista en que se nos describen los trastornos, Porque lo que se hace notar es el efecto, mientras que Ja.causa,.mas. profunda, a, menudo permanece oculta, : Esa causa profunda, efectivamente, en muchos.casos-es-incons- siente., No la conocen ni los padres ni siquiera el nitio, pues lad penutas de-la-educacién. imponen una prohibicién-a-una parte ‘de nuestra personalidad y ocultan con un disfraz-decoroso nuestros pen: samientos_y_ sentimientos mas veridicos,.Con sdélo preguntar no po- dremos descubrir las motivaciones profundas de los trastornos de adaptacién, En especial, para descubrir un conflicto grave entre el nifio y algiin miembro de su familia, habr4 que llevar al nifio a que hos revele sus sentimientos més intimos y la forma en que, en el in- consciente, vive sus relaciones con esa persona,ty ) Destaquemos, con igual sentido, la protijidad Nevada hasta la minuciosidad con que algunos sujetos ejecutan su dibujo. El sector de la pagina,!ocupado por el dibujo, tiene también una significacién grafica referida a las nociones clasicas sobre el simbo- | lismo del espacio. En efecto, junto a nifios que utilizan toda la pa- gina, hay otros que se limitan a una parte reducida de ella. El sector inferior de la pagina corresponde a los instintos primor- , diales de conservacién de la vida, fegién electiva de los cansados, ° los neuréticos asténicos y los deprimidos. _sofiadores e idealistas. FI sector superior es el de la expansién imaginativa, regién de los} El sector de 1a izquierda es el dél pasado, el de los sujetos que regresan hacia su infancia. El sector de 1a derecha es el del porvenir. : Recomendamos, sin embargo, ser prudentes en Ia interpretacién de este simbolismo del espacio, pues sdlo adquiere su verdadera sig- nificacién cuando se lo corrobora por medio de otros elementos. Por otra parte habra que recordar siempre que los sectores blan- cos, aquelios en que no hay dibujo, no son por ello sectores vacios sobre los cuales no haya nada que decir; son zonas de prohibicidn, que se deberdn interpretar consecuentemente. Por ejemplo, los suje- tos que dibujan solamente en Ia parte inferior de la hoja, los algo deprimidos 0 los asténicos, son sujetos a los cuales les estan vedados toda expansién, todo impulso hacia arriba y toda imaginacién (por una censura exterior o interior). Asi, el dibujo de Jacques, un nifio de 12 afios, el menor de entre trece hermanos, ocupa un espacio redu- cido, totalmente abajo, en la mitad izquierda de Ja p4gina (fig. 3). Contrariamente a fo que ese dibujo parece indicar, el nifio posee una buena inteligencia y tiene éxito en la escuela, Por otra parte, suprime en el test.a todos sus hermanos y hermanas y se identifica con una niiiita de 2 afios (el “microbio” de la derecha), con el espe- rado comentario de que “cuando se es solo, lo miman mas”. Ese deseo de ser hijo Gnico para poder gozar de una dicha no enturbiada, Jo expresa también con fuerza en su test de Ia aldeat donde declara vivir solo con su madre y hasta Iega a generalizar y decir que todas 1 Puedo consultarse, acerca del fest de fa aldea, su técnica e interpretacién, 1a obra de Roger Mucchielli, EI juego del mundo y ol test de Ia aldea imaginaria. (Buenos Aires, Editorial Kapelusz, 1964.) 238 Fic. 3, Inhibicién y astenia, las familias de esa aldea tienen un solo hijo. Pero ese deseo no esté exento de culpabilidad, de un temor ansioso de ser rechazado como demasiado egoista y, en el test PN, el héroe es el-menos bueno, por- que siempre quiere mamar; aunque es el més feliz por ser siempre mimado,. Sus preocupaciones orales exclusivas nos muestran también que no Iegé al estadio edipico y que le esta vedada toda rivalidad con el padre, lo que nos explica la sujecién interior que o mantiene en el sector izquierdo inferior, Los que limitan su dibujo a la mitad izquierda de 1a hoja no sélo Son sujetos que “regresan”, sino sujetos ante quienes se han cerrado Jas puortas del porvenir (representadas por el sector de la derecha) ¥ por ello han debido retroceder. Asi es Loic, de 15 afios, quien di- buja inicialmente un tronco de Arbol en medio de la pagina (fig, 4), coloca luego a la izquierda al padre, al hijo y a la madre, en ese orden, para terminar, a la derecha, con un camino limitado por r- boles. Resulta, pues, que coloca a su familia (es hijo “inico) en un 29 bi FIG. 4, Refugio en el pasado. plano regresivo y en actitud inmédvil (“los estén fotografiando”). El Arbol, con su tronco macizo y su follaje sin importancia, parece obs- truir el camino que va hacia la derecha, Clinicamente, Loic es regre- sivo: sigue siendo nifio, pasivo, sin iniciativa, muy apegado a sus padres, de los que no quiere separarse; rechaza el esfuerzo y la afir- macién de si mismo. Dicho de otro modo, como lo demuestra su dibujo, desea permanecer alli, en ese statu quo, escoltado y protegido por sus padres, Es més, también ha renunciado a toda rivalidad viril, y es licito preguntarse si el Arbol que obstruye Ja ruta del porvenir no es aqui simbolo de un poder castrador. Le-derecha y la izquierday Hay que observar también, mientras el sujeto dibuja, si su figura se construye de izquierda a derecha, lo que constituye el movimiento progresivo natural, o de derecha a iz- quierda, que es un movimiento regresivo. En este caso habra que préepitntarse, ante todo, si el nifio es zurdo.~Por ejemplo, el sujeto de Ja figura 5 comenzé el dibujo por Ja madre, a 1a derecha, luego colo- sola d Ape, 30 De pond own ors ond (oenivA) ese Omd\on Oracles as omacy Gro mang vblia Ion cé, en este orden, al hijo de 12 afios, que lo representa, al padre, y por tiltimo a la nifflita de 6 meses en su cuna, ¥ bien, Pierre-Yves es unzurdo contrariado.: Si el sujeto es de predominio derecho, el movimiento de derecha a izquierda indica una fuerte tendencia regresiva de la personalidad que puede tener consecuencias patolégicas. El sujeto de la figura 6 es un muchacho de 17 ajios aquejado de esquizofrenia, es decir de una afeccién mental que acarrea, siempre, un retroceso hacia el esta- dio oral. Dibujé primeramente al padre en el centro; luego, hacia Ja izquierda, la madre, el muchacho, la nifiita y el perrito, Observemos al pasar, de acuerdo con Zazzo, que cuando un su- jeto con predominio derecho representa personajes de perfil, gene- ralmente los hace mirar hacia 1a izquierda, mientras que cuando la mano izquierda dibuja los perfiles miran hacia la derecha (véase fig. 11). Pero esto no es constante, y hay demasiadas excepeiones para que se lo tenga por regia. 4h a z ei Fis. §, Dibuje de ua zurde. piensa jneca land ) we Mater bodes \ai tiablanntl? 4B HB Ae olueel barco Loe” i yo ee a gue di pes \a porionar mas Signe fedtyg ark el : ey (ec O70 itencnie 05 tardy ¢ farcddo. Sivmpieee. di eorbario e. cagieon Fic. 6. Regreso al pasado. (Dibujo de un esquizofrénico.) II, EL PLANO DE LAS ESTRUCTURAS FORMALES Dijimos, al empezar, que la forma en que cada nifio dibuja un “monigote” expresa su propio esquema corporal. Pero esta visi6n interior del propio cuerpo no se construye sino poco a poco, parale- Jamente con el progreso de la edad. A.' De ello resulta que el grado de perfeccién del dibujo es testi- go de la madurez del que dibuja, y puede constituir una medida de su grado de desarrollo. Por lo cual Florence Goodenough ided su test del monigote. Conviene mencionar, dentro de esa misma orien- tacién, los estudios de Karen Machover y los de Jacques Thomasi sobre nifios de La Reunién (17). ‘Aqui intervienen 1a manera en que se dibuja cada parte del cuer- po, la btisqueda de los detalles, las proporciones de las diferentes partes entre si y el agregado de ropas u otros adornos. Pero, como vimos, corresponde formular resetvas al test de Good- 32 enough, y en eso concordamos con K. Machover, su alumna Ada Abraham y Juliette Boutonier, cuando.declagan que ta forma en que esté ejecutado el dibujo del monigote no depende sélo del grado de inteligencia, pues en ella influyen igualmente factores afectivos y el equilibrio de 1a personalidad total. Se observa normalmente que ciertos nifios aparecen, en el test de Goodenough, muy inferiores a lo que valen en verdad. Para ello es necesario y suficiente que in- tervengan factores afectivos de inhibicién, Podria alegarse que en el test del monigote se toma la precau- cién de decir: “Dibuja un hombre, Jo més hermoso que puedas’, con Ia esperanza de que esa indicacién ponga al nifio en las mejores condiciones posibles para que rinda el maximo. Y se podria objetar, en cambio, que durante un primer examen, sin un enfoque previo y con Ja inevitable agitaci6n de una consulta rapida, la invitacién de dibujac una familia, que se le formula al nifio, con todas Jas resonan- cias afectivas subterréneas que eso puede abarcar, seria suficiente para inhibirlo. FIG, 7, Dibujo de inhibicién, 33 Habré que tener mucha prudencia cuando se quiera apreciar la inteligencia de un nifio a través de un dibujo de une familia, de acuerdo con las normas de Goodenough. Dos casos deben interesarnos especialmente. El primero es el de los nifios muy inhibidos, que reducen el dibujo del monigote a un palido esquema sin densidad ni vida. Se han visto ejemplos en las figuras 2 y 3. He aqui otro caso, muy notable, de un muchacho de 11 afios y medio, Jean-Francois, quien, en una primera consulta, cuando se fo invité a dibujar una familia, traz6é con gran inhibicién las siluetas esquematicas de la figura 7 como lo hhubiese hecho un nifio de 465 afios, Una semana después, ante la misma indicacién, realizaba el retrato mucho més vivo, con numerosos detalles, reproducido en Ja figura 8, no sin agregar, Ievado por su impulso, una pequefia familia de patos. (EI mismo sujeto de la Fig. 7.) Fic. 8, Dibujo de expansién. 34 BRRRRIRMER El segundo caso es el de los nifios disiéxicos, Con irecuencia se ha sefialado la mediocridad de sus dibujos, mencionandose: 1%, que a menudo son mal lateralizados, ya procedan de sujetos con predo- derecho o de zurdos que hayan sido més o menos contrariados; sufrir trastornos del esquema corporal; 3%, que hay en tmuchos de entre ellos oposicién afectiva a lo que se quiere que hagan, De tal manera, tampoco en este caso podria deducirse de Ja jmediocridad del dibujo, una mediocridad de 1a inteligencia. Es a veces elocuente la contraprueba: Ja mejoria de la dislexia trac apa- rejado un mejoramiento del dibujo. He aqui el caso de Didier, dis: léxico de 9 afios y medio, cuyo dibujo es una sucesién estereotipada de pequefios monigotes, dignos, a lo sumo, del lapiz de un nifio de 5 aiios, ‘Tres afios més tarde, Didier, que fue sometido a una reedu- cacién con buen éxito, hace el dibujo siguiente (figs. 9 y 10), Aun teniendo en cuenta Ja madurez que pudo adquirir en esos tres afios, resulta considerable y muy significativa la diferencia entre los dos dibujos. minio 29, que suelen B. En el dibujo de una familia cuenta, por otra parte, la estruc- ture formal del grupo de personas representadas, sus interacciones inmévil o animado, en que acttian. La mayor parte de estos elementos forman parte del contenido, que estudiaremos mas adelante, Conviene, sin embargo, examinar aqui un elemento formal, el cual ha sido objeto de penetrantes ana fisis por parte de F, Minkowska (11). Como se ha visto, ella opone dos tipos extremos: el sensorial y el racional. No podemos seguirla en su asimilacién de esos dos tipos de aprehensién de la realidad con dos estados patolégicos: para esta autora el sensorial seria epi- leptoide y el racional esquizoide, Esta asimilacién, a nuestro parecer, carece en todo caso de utilidad on Ia practica médico-pedagégica, y, por nuestra parte, Ja oposicién de I’. Minkowska nos parece muy justa desde otro punto de vista. jal es, para nosotros, esponténeo, muy vital y, mente sensible al ambiente, al mo- Se observard igualmente la impor- 1 dinamismo de reciprocas y el marco, EI tipo sensor: den- tro del grupo familiar, principal vimiento y al calor de Jos fazos. tancia de las Iineas curvas que también expresan él la vida. En el tipo racional, en cambio, 1a espontaneidad ha sido inhibida, ~al menos en parte~ por censuras, lo que hizo lugar'a una regla de cierto rigor, egando a la reproduccién estereotipada y ritmica de per- sonajes de escaso movimiento, aislados unos de otros, pero con fre. cuencia dibujados con un cuidado extremo del detalle preciso, Aqui, las Iineas rectas y los angulos predominan sobre las curvas, Al ver el caracter més vivo de los dibujos del primer tipo se estaria tentado de decir que proceden de sujetos més inteligentes que los otros; es un error que cometimos a veces, antes de llegar a com- prender la significacién de los dibujos del tipo racional. Volyamos a colocar los trabajos de los nifios en su contexto habitual y recorde- mos que la frescura y Ia espontaneidad de los dibujos de los peque- ios tienden a desaparecer en Ia edad escolar, ¢Por qué? Pues bien, en parte porque la escuela en general otorga, para la cultura artistica de los nifios, una formacién deplorable, debido a que frectientemente concibe Ia obra de arte como copia servil y hace desempefiar a la regla y a la goma un papel demasiado grande; ésta es Ia parte nega- tiva de la formacién escolar. Pero, por otro lado, dando acceso al pensamiento racional y a la disciplina del espiritu, la escuela susti- tuye el capricho con la norma y favorece el espiritu cientifico en detrimento del sentido artistico, lo que se puede considerar (salvo, Por supuesto, con respecto a [os artistas) como un aspecto positive de la formacién escolar, Basdndonos en 1a concepeién psicoanalitica podemos expresar 1o mismo con otros términos: a la edad escolar corresponde el desarro- No de las formaciones reaccionales del yo, que substituyen el capricho instintivo por medio de Ja regla y hacen prevalecer el orden, la exac- titud, el ritmo y Ia profijidad. Cuando esas formaciones reaccionales son muy desarrolladas, imponen al nifio la rigidez de la regia estricta y le impiden dejarse llevar por su espontaneidad. Entonces, el nifio Se esmeraré mucho en un dibujo de copia que deba reproducir con exactitud, y si se lo invita a realizar un dibujo libre, se sentira des- valido, pues su regla interior le prohibe precisamente 1a libertad, Aunque no Iegue a negarse a ejecutar Io que le pedimos, produciré con esfuerzo un dibujo de figures rfgidas trazadas con esmero y minuciosidad, Cuando se ve, uno junto a otro, un dibujo sensorial y un dibujo tacional, se tiene la impresién de que fueron realizados por persona- lidades muy diferentes, hasta completamente opuestas, Pero eso dista 37 de ser seguro, pues para crear diferencias basta con introducir varia- ciones en la defensa del yo. Es probable que el mismo nifio, al pasar de la edad de la espontaneidad a la edad de las formaciones reaccio- nales, produzca sucesivamente los dos tipos de dibujos. Cabe desta- car como muy notable que eso puede observarse también en parejas de mellizos, En ese caso tenemos Jas condiciones ideales para la experimentacién, con un minimo de variables, es decir, igual estruc~ tura mental y fisica, igual ambiente educativo ¢ igual pasado. Tuvi- mos asi dos parejas de mellizos verdaderos, una de varones, la otra de nifias, on las cuales sélo existian leves diferencias manifiestas a través de un grado de madurez intelectual y afectiva evidentemente superior en uno de los mellizos. En estas dos. parejas hallamos Ja misma oposicién entre un nifio racional y otro sensorial en el dibujo de una familia. He aqui los dibujos de la pareja de varones, Christian y Michel, de once afios de edad (figs. 11 y 12). Fille, Fic. 11, Dibujo de tipo racional. 38 FIG, 12, Dibujo de tipo sensorial. Christian nos dibujé una familia en posicién de “firme”, sin fondo y sin vida, Michel, en cambio, realizé un dibujo muy vivo y que, a primera vista, parece indicar un nivel de inteligencia superior al de su hermano. Pero lo cierto es lo contrario, Ambos estén en el mis- mo grado escolar, que Christian sigue discretamente, mientras que Michel se encuentra entre los peores alumnos. Por otra parte, Chris- tian tiene mds personalidad: es paciente, asiduo en su labor escolar y demuestra mas audacia e iniciativa que su hermano, aparece me- nos franco y mas personal. Michel es més nervioso, més abierto, espont4neo, irritable, mAs vivaz e inestable; siempre se deja guiar por su hermano, Se advierte muy bien que la rigidez del dibujo de Christian de- pende de su yo, que es més rigido, que impone reglas severas a su espontaneidad vital y la inhibe, Mientras que el mayor valor estético del dibujo de Michel se debe a que posee una personalidad mas 39 flexible, més 14bil, que no acepta someterse a una regla, como ocu- tre a menudo con los temperamentos de artistas. habré que pensar siempre en la intensidad cre- En consecuencia, d de ciente de las formaciones reaccionales del yo después de Ia eda 8 6 9 afios, frente a las exigencias de 1a adaptacién escolar. Por otra parte, en Ja apreciacién del valor intelectual de los nifios, el psicdlogo no debe dejatse Wevar por su propia personalidad. En efecto, si él pertenece al tipo del artista y ha salvaguardado su libre tendra tendencia a sobrevalorar el tipo sensorial. Por espontaneidad, formaciones reaccionales sobrevaloraré el el contrario, si tiene fuertes tipo racional, Por iiltimo, corresponde observar que los dibujos de estos me- Hlizos nos presentan situaciones extremas, mientras que por lo general las tendremos intermedias, con caracteristicas sensoriales y racio- nales al mismo tiempo. He aqui un ejemplo, tomado de entre mu- chos (fig, 13). F1G, 13, Dibujo mixto: racional-sensorial. 40 UL EL PLANO DEL CONTENIDO El dibujo de una familia ocupa, entre los tests proyectivos, un jugar muy especial, Por un lado —aun teniendo en cuenta que, en nuestra técnica, la invitacién a dibujar una familia (y no su familia) otorga al sujeto una relativa libertad— el dibujo de una familia es un test con érdenes ¢ instrucciones precisas, De ello resulta que, mantenida Ia proyee- cién entre ciertos limites, el anAlisis interpretativo resulta facilitado. Por otra parte, a diferencia de la mayorfa de los tests de persona- lidad, tales como el T.A.T. 0 el Rorschach, donde al sujeto se lo invita a interpretar receptivamente las figuras Propuestas, aqui es esencialmente activo. Nada se le impone, fuera de los limites que le traza Ja orden inicial. Puede hacer todo Jo que guste, en Ia medida en que no se lo impidan prohibiciones interiores, En una palabra, crea el dibujo por si mismo, representa en él un mundo familiar a su modo. Se comprenderé, pues, que en el test del dibujo de una familia, la proyeccién no se realice exactamente de la misma manera que en tos otros tests proyectivos; las defensas se operan en forma més activa, las situaciones generadoras de ansiedad, Por ejemplo, son apartadas més resueltamente, y las identificaciones se rigen; de buen grado, por el principio de poderio, Se llega, pues, a pensar que el sujeto, evado més 0 menos por su imaginacién, va a crear una familia segtin su deseo, MAs aun, el hecho de actuar como creador le permitira tomar la situacién en sus manos, dominarla; y, en particular, en todos los casos en que su ver- dadera condicién familiar lo traumatiza, le causa angustia, va a tra- tar de liberarse activamente, de acuerdo con la regla de la mayor felicidad, En muchas situaciones este dominio de la realidad conduce al nifio a deformaciones de 1a situacién existente, En los casos patolé. gicos que nos interesan muy especialmente aqui, eso puede Hegar hasta la burda alteracién de los hechos, por ejemplo, negandolos lisa y lanamente, En efecto, se sabe que Ia negacién de una realidad pe- nosa es el proceso de defensa mas Primitivo, proceso que el yo —débil todavia~ del nifio utiliza. con Ia mayor frecuencia, Mas adelante daremos numerosas pruebas de ello, pero Jo ilustraremos ahora con un ejemplo significative, He aqui una nifia de 14 afios, Gisdle, que Al a la edad de § aiios por el divorcio de sus padres. Durante cuatro afios siguié viertlo a su padre quincenal- mente; después las visitas cesaron, y hoy, cuando Giséle encuentra a su padre en la calle, fo evita, Hasta llega a racionalizar esta dra- tmatica situacion familiar diciendo que ningtin hombre es capaz de hacer feliz a una mujer. La madre nos dice que acepté muy bien la separacién, Pero los diferentes tests de personalidad efectuacos nos damuestran lo contrario, Especialmente en su dibujo (fig. 14), Gisele representa al padre y la madre del brazo, transformando asi la situa- quedé muy traumatizada Fic. 14. Negacién do la separacién de los padres. ustia que cién real en Ia opuesta y suprimiendo de tal manera la ang! io de en el pasado le causé y que atin hoy le produce el divor sus padres. ‘Asi pues, todo ser desea Ia felicidad y en sus proyecciones se crea un mundo en el cual se exageran las situaciones agradables y se apar- tan las que para él son fuente de angustia. Debemos examinar, en consecuencia, cudles son Jos casos en que se produce la angustia. El psicoanéllisis nos ensefia que la angustia eg una sofial de alarma puesta en funcionamiento cada vez que apa- de provenir del exterior o rece un peligro grave. Ese peligro pue del interior. 4 EI peligro exterior amenaza al yo. Si, por ejemplo, un nifio tiene celos con respecto a su hermanito y teme ansiosamente que éste Io substituya en el afecto de sus padres, podr4 nd representar al herma- nito en su dibujo (negacién de existencia), o se situard él mismo como menor (inversidn de papeles), 0 bien ocuparé lisa y lanamente su lugar (identificacién). Si un nifio teme ser castigado por su mal- dad actual, se situaré en su dibujo como de edad muy tierna, en una época en la cual no era malo (regresién), o bien, si se trata de un varén, se representaré como una nifia buena y obediente (desplazamiento), EI peligro interior emana ya del ello, ya del super-yo. El ello es el campo de las fuerzas instintivas, principalmente la agresividad y la sexualidad, Cuando Ja intensa presién de esas fuer- zas las impulsa a proyectarse en el test, sucede que causan al sujeto una intensa angustia, contra la cual se pondrén en accién los meca- nismos de defensa habituales. El principal de esos mecanismos es la represin dle ta pulsién culpable. Entonces ésta -por ejemplo, la agresividad— es objeto de formaciones reaccionales y da lugar a los sentimientos opuestos (transformacién en lo opuesto), 0 se satisface en forma indirecta (desplazamiento), o bien se proyecta en el perso- naje que es objeto de ella, el cual, a su vez, aparece agresivo (proyec- cién, en el primer sentido freudiano de la palabra). Por ejemplo, veremos con qué frecuencia el sujeto declara que el padre o Ia madre castigan al hijo o a la hija porque éstos no son buenos, y al final del test se identifica no con el nifio que Io repre- senta, sino con el padre, el cual puede, con toda libertad y sin remor- dimientos, ser agresivo (identificacién con el agresor). Aqui la an- gustia de soportar el castigo se disipa si uno puede desempefiar el Papel activo del que castiga. Por otra parte, los nifios con muy fuertes pulsiones agresivas las satisfacen a veces por intermedio de un animal salvaje con el cual se identifican, ya 1o confiesen o no, Veremos de ello varios ejemplos. La angustia ante el super-yo es 1a angustia de culpabilidad, La autoridad de los padres, introyectada como conciencia moral, se con- vierte en el super-yo que critica, censura y castiga, incluso fuera de la presencia paterna, Mientras que la mayoria de los sujetos tienden a destacar al per 43 sonaje por medio del cual se representan, los que padecen la angustia del super-yo, en cambio, se humilJan, se disminuyen ante esa instancia censuradora, para procurarse el perdén y conservar as{ el amor de Ios poderosos, que les es indispensable para mantenerse con vida. En consecuencia, toda vez que un nifio se desvaloriza en su dibujo de una familia, ya dibujéndose pequefiito o alejado o mas abajo que los otros, ya declarandose el menos bueno o el menos feliz 0 el menos querido, padece la angustia del supet-yo. Eso puede Hevarlo incluso a suprimirse del dibujo. En otros casos, principalmente en los varo- nes, el temor de Ia castracién puede decidir al sujeto a disimular su sexo y representarse como un bebé 0 como una nifia. IV. INTERPRETACION PSICOANALITICA Inicialmente pareceria que, en un test tan realista como el del dibujo de una familia, el sujeto, invitado a dibujar personajes que existen o pueden existir, lo harfa con plena conciencia de lo que va- loriza o niega y de las relaciones personales reciprocas que establece entre los miembros de la familia por él imaginada. En cierto niimero de casos, efectivamente, ocurre asi. Se ve en- tonces que el sujeto hace prevalecer el principio de realidad, repro- duce los miembros de su propia familia, padre, madre, hermanos y hermanas en su respectivo orden de importancia, y se sittia entre ellos en su ubicacién real. De los 800 casos de nuestra estacistica, contamos cien en Jos cuales el nifio, negdndose a inventar, ha dibu- jado no una familia, sino la suya. Si esa reproduccién de la propia familia fuese perfectamente ob- jetiva, poco sacariamos de ella y nunca més de lo que se podria obtener en una entrevista de tipo consciente. Pero en la mayoria de los casos se producen alteraciones m4s 0 menos importantes, a tra- vés de las cuales se revelan los sentimientos intimos del sujeto, brin- déndonos asi material para Ja interpretacién, He aqui un ejemplo en el test de un nifio de 10 afios, Jean-Claude (fig. 15). El padre es dibujado en el centro de la pagina y valorizada con 1a representacién de sus botones, pipa y sombrero, Se notaré que luego el nifio dibujé, de derecha a izquierda, a la madre, a una nifita de 3 afios, a un varén de 16, a una nifia de 15 y a un nifio de 12, 44 Fic, 18, Factores subjetivos en el dibujo de “mi familia”. que corresponden a sus hermanos y hermanas reales; como éI tiene predominio derecho, de acuerdo con la regla antes expuesta (plano grafico) debe admitirse que presenta una marcada tendencia regre- siva que, por otra parte, la clinica confirma, Después de haber dibu- jado al nifio de 12 afios, Jean-Claude vuelve hacia la derecha y pone junto al padre a un chico de 7 afios, inmediatamente menor que él. Por fin regresa a la izquierda y se dibuja como el octavo. El con- junto representa exactamente a su familia; por otra parte, él designa a cada uno de sus hermanos y hermanas con sus verdaderos nombres. En la encuestd nos diré que el més bueno es Patrick (representado junto al padre), porque obedece a sus padres, y el mas feliz Cathe- rine, de 3 afios (al lado de la madre), porque es pequeiiita y la miman, Por la misma razén consideraré los 3 afios como edad de oro. Finalmente se identifica con Denis, ef de 12 afios, “porque siempre es el primero”, Se observard que Denis es el tinico que posee, como el padre, un sombrero. También se observard que el personaje que representa a Jean-Claude se halla claramente desvalorizado, pues fue el ultimo 45 en set dibujado y es, ademas, el mas pequefio de todos y el tinico que no tiene las piernas hechas con doble trazo. Cuando se conoce la informacién clinica;el dibujo de Jean-Claude adquiere su significado pleno, Después de los padres, 1a privilegiada es Catherine (Cather, en el dibujo), la més feliz; siguen después los otros hermanos y hermanas en el orden de edades correspondiente, con la excepeién de Patrick, el més querido por el padre en Ia reali- dad, quien de pronto es ubicado junto a éste. En cuanto a Jean- Claude, es ef peor dibujado y en ultimo término, lo que quiere decir que en la realidad ocupa el peor lugar, Sabemos Ia causa: es muy disléxico, esté atrasado en sus estudios y con frecuencia se lo com- para, en desmedro suyo, con el hermano inmediatamente mayor, con Denis, a quien le va mucho mejor. Comprendemos, pues, que su situacién le produzca angustia y que intimamente desee hallarse en el lugar de Denis. En el extremo opuesto hay casos en que todo es subjetivo. Los miembros de Ia familia dibujada no representan a los de la familia verdadera con sus caracteres propios, sino que son vistos a través de las atracciones y repulsiones experimentadas por el sujeto y por ello pueden aparecer muy deformados. En tiltimo extremo los personajes representados no tienen ninguna realidad objetiva y son la proyec- cién lisa y Ilana de las tendencias personales del sujeto. Frente a un dibujo de una familia habré que preguntarse siempre, ante todo, en qué nivel, superficial o profundo, se sittia la proyeccién. Esta preocupacién no es nueva, aunque haya sido introducida en la técnica proyectiva hace poco. Por ejemplo, en el T.A.T: de Murray se sabe que el sujeto sometido al test, ya brinda una descrip- cién fiel y objetiva de la lamina, ya se proyecta en la escena repre- sentada con sus tendencias propias, y entonces la historia que cuenta es puro reflejo de sus problemas personales. En los casos del segundo tipo, un psicoanalista norteamericano de origen huingaro, Piotrovski (18) concibié utilizar el mismo método de anilisis que para fa interpretacién de un suefio: se supone que el sujeto solo es todos los personajes de su suefio, o mas bien que esos son vistos en tanto personajes, aunque tengan una existencia real, representen las tendencias propias del que suefia, Asi una lucha entre dos personas simboliza un conflicto interior entre dos ten- dencias; si la lucha, por ejemplo, enfrenta a un hombre de edad y 46 un adolescente, es posible que represente un conflicto del super-yo y el ello. eae Del mismo modo un nifio puede proyectar sus diversas tenden- cias en los diferentes personajes de su dibujo de una familia y mien- tras mas distinta sea la familia representada de Ia familia real del sujeto, més logitimo es pensar que el mecanismo de proyeccién esté actuando. Por supuesto, en estos casos, que a primera vista son un reto para toda explicacién, Ia interpretacién psicoanalitica nos ilus- traré lo mejor posible sobre las motivaciones profundas de! sujeto. Las identificaciones serén entonces miltiples, Habra en primer término una identificacién de realidad, si el sujeto se representé a si mismo. En segundo lugar, la identificacién de deseo o de tendencia, por la cual el sujeto se proyecta en el personaje o los personajes que satisfacen mejor esa tendencia; por ejemplo, sera el padre, para po- der mandar; o la madre, para tener hijos; o el hermano mayor, para ser independiente y hacer lo que quiera; o el menor, para ser mimado. En tercer lugar existe la identificacién de defensa, generalmente con el poderoso que simboliza al super-yo; por ejemplo, si el sujeto pone en escena a un malo gue representa su propia agresividad, po- dr& identificarse con el padre o la madre o el policia que mata al malo, 47 4 EL DIBUJO DE UNA FAMILIA, CLINICAMENTE 1, REGLAS DE INTERPRETACION Si el test del dibujo de una familia es facil de aplicar, rapido y, por ello, de cémoda utilizacién en una consulta médico-pedagégica, no se podria, en cambio, brindar para su estudio, como acabamos de ver, un método exclusivo de interpretacién, porque las reglas que diri- gen el anélisis varian segtin el nivel de la proyeccién. Es decir que el dibujo de una familia, como test proyectivo, para constituir un documento vaiedero debe ser interpretado por un psi- célogo de competencia probada durante larga practica, a lo que debe agregarse una buena intuicién. Una prolongada practica es necesaria, porque haber visto muchos casos clinicos y haber comparado entre si muchos dibujos de una familia facilita en sumo grado la interpretacién de cada caso nuevo. La experiencia ajena puede compensar esto en cierta medida, y los datos estad{sticos que en seguida presentaremos proporcionaran a quienes practiquen este test una base inicial muy Util. En cuanto a {a intuicién, es indudable que algunos psicélogos po- seen, como disposicién natural, una penetracién intuitiva que a veces puede substituir a la experiencia y, en todo caso, sirve a ésta de apo- yo eficazmente. Cuando esta penetracién Hega hasta la percepcion del inconsciente, se la !lama de buen grado empatia, y se sabe que la prdctica psicoanalitica confiere esa empatia a los que se ejercitaron largamente en ella. Queda suficientemente dicho, pues, que lo admi- tido con respecto a los psicoanalistas no es aplicable, sin serias reser- vas, a los psicdlogos no psicoanalistas. No se trata, por supuesto, de fijar murallas infranqueables entre las diferentes disciplinas de la As psicologia; la interpretacién psicoanalitica, por derecho, es accesible a todos los psicdlogos, siempre que éstos estég bien informados acerca de las concepciones freudianas. Pero en la misma medida en que un psicoanalista experimentado podré descubrir en los dibujos de una familia un simbolismo muy rico y extraer de ello deducciones que conduzcan a veces muy lejos, un psicélogo principiante deber& mos- trarse prudente en sus interpretaciones y demostrar cuidadosamente Jo que anticipa, En el plano de Ia proyeccién, Hay que preguntarse siempre, en primer lugar, de qué nivel de proyeccién se trata, Por supuesto, el problema es mucho mas simple cuando el sujeto ha dibujado su pro- pia familia que cuando nos presenta. una produccién puramente imaginativa. Ante todo habr4 que interpretar siempre en el plano superficial. Para ello se comparara el dibujo de una familia con la composicién de la familia real, Por ejemplo, si falta alguno conviene preguntarse primeramente si esa persona se halla ausente en forma habitual o incluso si ha muerto, Cuando un miembro de la familia esta colo- cado a cierta distancia de los demés o se halla desvalorizade en una u otra forma, es también posible que sus vinculos reales con los otros sean flojos, por ejemplo, en caso de frecuentes ausencias. He aqui un ejemplo notable en el test de Frangoise, nifia de 8 afios, la segunda en una familia con cuatro hijos (fig. 16). Se ven Fic. 16. Los factores de realidad en el dibujo. 50 representados todos los miembros de la familia, tres de los nifios con sus nombres reales, pero la propia Frangoise falta, lo que nos invita a averiguar con quién se identifica, Abajo‘ha dibujado una cuna donde duerme una nenita de 6 meses. Frangoise vacila mucho en darse una identificacién, pero termina por decir que ella seria la nena “si no la hubiese tachado”. La encuesta nos informa que la cuna ta- chada corresponde a algo real, pues seis meses antes habia nacido una nifiita, que murié a los diez dias. Francoise, que en lineas gene- rales es muy regresiva, se ha identificado con la nena cuya muerte ta impresioné tanto, y la hace aparecer en su dibujo, aunque con un justo sentido de Ia realidad, puesto que la tacha, sacandola del nt mero de los vivos. Otro ejemplo, aquel en que el sujeto representa en su dibujo una pareja con un hijo tinico o sin hijos y, en su comentario, declara que los padres, en esa familia, no quieren hijos o quieren s6lo uno. En este caso también hay que preguntarse primeramente si la opinién expresada no es reproduccién lisa y Mana de lo que el niiio oyé decir a sus padres, Solamente si el interrogatorio sobre ese punto es ne- gativo, se podré pensar que esa opinién es una proyeccién y expresa ~entonces, subjetivamente— el pensamiento personal del nifio y su negativa a tener hermanos y hermanas. Convergencias de indicios, En segundo lugar debe recordarse siempre que un test proyectivo comtinmente brinda sélo probabi- lidades, Nos permite formular una 0 varias hipdtesis sobre la per- sonalidad del sujeto estudiado, hipdtesis que debemos demostrar des- pués. Lo conseguiremos de dos maneras: 1° Realizando otros tests de personalidad con el fin de obtener indicios convergentes. El método de convergencia de indicios, efec- tivamente, es el que mejor permite aumentar la probabilidad de un interrogatorio hasta acercarse, cada vez més, a la certeza. 2° Refiriéndonos continuamente a la clinica. No conviene —salvo con fines de pura investigacién cientifica— realizar interpretaciones ciegas, Las muestras s6lo tienen valor si se las refiere a los hechos clinicos y, especialmente, a los trastornos patolégicos por los cuales se nos consulta. Conviene, especialmente, decir aqui que el test proyectivo sdélo Tara vez aporta un criterio que permita distinguir el estado normal 5£ y el estado anormal. Las mismas tendericias instintivas, las mismas censuras y los mismos conflictos pueden observarse tanto en sujetos bien adaptados como en los inadaptados. Supongamos, por ejemplo, que un nifio suprima en su dibujo de fa familia a uno de sus hermanos. Es posible que esa supresién co- rresponda clinicamente a un odio patolégico hacia el rival, generador de graves trastornos de adaptacién a la vida familiar (lo que se de- nominé,.a veces, complejo de Cain). Pero es posible también que corresponda a un simple deseo, combatido eficazmente en la reali- dad por otras tendencias o por Ia censura del yo, y que la adapta- cién siga siendo buena, Podemos concluir, por lo tanto, que si en la vida del sujeto existe un conflicto, el test proyectivo nos ilustrara acerca de su origen y motivaciones. Pero si no hay conflicto actual, lo que el test nos revela, por interesante que sea, carece de interés clinico. Examinemos el ejemplo, muy frecuente, de identificacién con un bebé, En algunos casos ella expresa una nostalgia momentdnea o in- termitente de la edad de oro, sin influencia evidente sobre la con- ducta del sujeto. En otros, por el contrario, revela una regresién duradera, que afecta profundamente toda su personalidad. Sélo la clinica puede delimitar esos dos grupos de casos. Sin embargo, ocurre que Ia regresién se exprese en el test con tal intensidad que la sola comprobacién de las convergencias intra-test autorice a sacar conclusiones. He aqui, por ejemplo, el caso de un muchacho de 15 afios, Loic, quien, con tres semanas de intervalo, re- produce dos dibujos de una familia, idénticos, Loic representé pri- mero un nifiito en pafiales (la primera vez le atribuyé 5 meses, la segunda 8) y después a los padres y a los abuelos vueltos hacia el pequefiuelo, La primera vez no se identificé con nadie; la segunda expresé el deseo de ser el bebé, al cual considera el mds dichoso, por- que no tiene preocupaciones y vive feliz (fig. 17). Convergencias importantes dan aqui un gran valor a Ia identi- ficaci6n: 1, El bebé figura en los dos dibujos. 2, En ambos casos ocupa el primer lugar, 3. Se lo destaca, pues todos los otros miembros de la familia iran hacia él, 52 F16, 17, Identificacién regresiva de un adolescente con un bebé, 4, No tiene los rasgos de un bebé, sino tos de un adolescente, 5, Finalmente, Loic se identifica con él. La clinica nos confirma la regresién de este joven de gran inma- durez afectiva: pasivo, sin iniciativa, incapaz de ningtin esfuerzo, que vive con la nostalgia de su primera infancia y, no evelucionado se- xtalmente, se complace en Ia compafifa de nifiitas de 7 afios. Hay que aclarar que al principio fue muy mimado por la madre, pero lue- go, por la mala conducta de ésta y la disolucién del hogar, se hallé en situacién de abandono moral, casi completo. Il, MECANISMOS DE DEFENSA Hemos dicho antes que el yo se defiende de la angustia creada por una situacién exterior o interior, demasiado penosa, valiéndose de diversos mecanismos, y dimos a entender que el aspecto crea- dor del dibujo de una familia tendia a acentuar muy especialmente la defensa por medio de valorizacién y desvalorizacién. 53 a) VALORIZACION DEL PERSONAJE PRINCIPAL El hecho de destacar a uno de los personajes de la familia repre- sentada se ha mencionado ya como indicio de relaciones singular- mente significativas entre el nifio y ese personaje. Se trata, efecti- vamente, de aquel al cual el nifio considera m4s importante, al cual admira, envidia o teme y, también, muy frecuentemente, como lo sefial6 Maurice Porot, aquel con el cual se identifica consciente- mente o no, Como el niiio modela los personajes a su gusto, la valorizacién de uno de ellos es subrayada intensamente por la manera de dibujarlo, 1. El personaje valorizado es dibujado primeramente, porque el nifio piensa antes en él y le presta mayor atencién, 2, En la gran mayoria de los casos ocupa el primer lugar a la izquierda de te pégina, dado que el dibujo generalmente se cons- truye de izquierda a derecha, sobre todo cuando se tiene predomi- nio derecho. 3. Se destaca por su tamafio mayor que el de los otros persona- jes, guardando las proporciones, 4. El dibujo de ese personaje es ejecutado con mayor esmero, Sus rasgos son mas acabados, No falta ningtin detalle y por ello, si se lo considera aisladamente, segtin la escala de Goodenough, se Ie asignaré un ntimero de puntos superior al que obtengan los otros “monigotes” del dibujo, 5. Por otra parte abunda en cosas agregadas: adornos en [a ropa, sombrero, bastén, paraguas, pipa, bolso de mano, etc, 6. También puede destacarse por su colocacién junto a un po- deroso; por ejemplo, un nifio al lado de uno de los padres, el prefe- rido 0 temido, y acaso tomado de su mano. E 7. Sucede que ocupe una posicién central (en el sentido figu- rado del término), y las miradas de los otros converjan hacia él. 8. Se lo destaca también en las respuestas dadas al interrogatorio, 9. Con frecuencia es una personificacién del sujeto autor del test, sea que el nifio declare abiertamente su deseo de identificarse con él, sea que se lo irapida la intervencién de 1a defensa del yo,a 54 pesar de lo cual varios indicios convergentes nos permiten adivinar que el nifio se identifica inconscienteiente con él. b) DEsvALoRIzacion EI mecanismo de defensa mas primitivo consiste, como se sabe, en nogar la realidad a la cual uno no puede adaptarse. Tal nega- cién de lo real se manifiesta en el dibujo por la supresién lisa y ana de Jo que causa angustia. Cuando falta uno de los miembros de la familia, mientras en la realidad existe y se halla ‘presente en el hogar, puede concluirse que en Io intimo el sujeto desea su elimina- cién. El personaje suprimido es, generalmente, uno de los hermanos, y no es raro que el nifio explique esa ausencia diciendo, por ejemplo en el caso de Ia figura 20: “No tuve tiempo de poner a ta hermanita”. Puede ser también uno de los padres, y sabemos entonces que el nifilo tiene con él, sea el padre o la madre, relaciones por lo menos dificiles, También ocurre que falte ef propio sujeto, lo cual significa que en su actual situacién de edad y sexo no se halla a gusto y desearia ser otro, No se puede pensar, en efecto, que un nifio pueda aceptar no formar parte de la familia, y hay que admitir, salvo raras excep- ciones, que se ha representado con los rasgos de otro personaje cuyo lugar querria ccupar, Debemos descubrir, pues, con quién se iden- tifica el niiio. A veces la escotomizacién se produce solamente con respecto a una parte de un personaje, omitiéndose, como ocurre por lo comtin, los brazos o detalles del rostro. En lo relativo a Jos cuerpos sin brazos se sostuvo que correspondian, en el sujeto, a un sentimiento de culpa vinculado con la funcién de tomar o tocar, lo cual, efectiva- mente, es cierto en algunos casos (cotéjese fig, 65). Pero el simbo- lismo de las escotomizaciones deberd someterse a anilisis individual en cada caso, putes su sentido puede variar de un sujeto a otro. Cuando Ia desvalorizacién de un personaje no se manifiesta por su ausencia puede expresarse de muchas maneras, El personaje des- valorizado aparece: 1, Representado con un dibujo més pequefio que los demas y guardando las proporciones. 55 2. Colocado tiltimo, con frecuencia a la orilla de la pagina, como si al principio no se hubiese pensado en teservarle lugar. 3, Colocado muy lejos de los otros, o también debajo. 4, No tan bien dibujado como tos demés, o sin detalles im- portantes, 5. Sin nombre, mientras los otros Jo tienen (véase fig, 1), 6. Muy rara vez se identifica con el sujeto que realiza el test. ¢) RELACION A DISTANCIA La dificultad que el sujeto halla para establecer buenas relacio- nes con ciertas personas de Ia familia puede manifestarse en su di- bujo por una efectiva separacién: el que Io representa se encuentra lejos de otro personaje o de todos los demas (fig. 61). Hay también casos —en verdad raros, pero hemos observado al- gunos notables— en que Ia separacién est indicada més claramente por medio de un trazo que divide las diferentes partes del di- bujo (fig. 64). d) SimBoLos ANIMALES No es extrafio que el sujeto haga figurar en su dibujo animales, ya domésticos, ya salvajes, Habra’que pensar siempre que pueden ser simbolos de tendencias inconfesables que el sujeto no se atreve a asumir abiertamente. El animal doméstico puede simbolizar el ocio junto al fuego o las tendencias orales pasivas. El animal sal- vaje simboliza frecuentemente Ias tendencias agresivas del nifio, cuya violencia es tal que necesitan cubrirse con una mascara, Habr& que pensar en ella muy especialmente cuando el sujeto esta au- sente del dibujo, por haberse proyectado totalmente en su animal de identificacion, Por wiltimo, no es extrafio, tampoco, que los animalitos sean simbolos de hermanos y hermanas cuya importancia se quiere redu- cit} su representacién en forma de animales significa que no se los pone en un plano de igualdad con las personas, Puesto que la simbolizacién animal permite al nifio expresar més libremente sus tendencias, se deduce que, en ciertos casos, se obten- 56 dr& una proyeccién mejor indic4ndole que “dibuje una familia de animales”. Lo hemos hecho principalmente en casos en que la inhi- bicién, ante el test del dibujo de una familia, era muy intensa, Es- tamos convencidos de que en ese caso el nifio se identifica tanto con un animal como con un ser humano, Por otra parte ocurre que Jos animales representados tengan algunos rasgos humanos que los descubran, Fic. 18, Una familia de gatos. He aqui un ejemplo. Una nifia de 11 afios, Frangoise, ha repre- sentado una familia de gatos (fig. 18): el padre, la madre, una hija de 5 aiios, un hijo de 7; después, al final, pero muy junto a la madre, ita de 2 afios, preferida de la mamé, la més feliz, con la cual 1a nifia se identifica. Pero se advertirA que todos esos gatos tienen rostros humanos. 57 5 LOS CONFLICTOS DEL ALMA INFANTIL EXPLORADOS POR EL DIBUJO DE UNA FAMILIA Los casos que vamos a presentar para ilustrar las reglas prece- dentes satisfacen las exigencias formuladas. Por una parte, hemos aplicado el método de las convergencias de indicios para verificar las hipdtesis que el dibujo de la familia nos sugerfa. Con ese fin acudimos, sobre todo, a las Fabulas de Diiss, al test de la aldea, al C.A.T., al Blacky, al test PN y al test de la edad de oro, Por otra parte relacionamos nuestra investigacién con el pro- blema planteado por Ia psicologfa clinica, buscando que el test nos informe sobre las motivaciones dindmicas profundas de la conducta del sujeto, puesto que eso es lo que se puede esperar esencial- mente de una prueba proyectiva. En las paginas siguientes nos referimos sobre todo al contenido del test, dejando un poco en sombra sus aspectos formales (sin que, por ello, los descuidemos del todo, como se vera), Para ordenar la exposicién de nuestros casos, los hemos agrupa~ do de acuerdo al conflicto dominante que revelan. Tales conflictos en la infancia, son de dos tipos principales: Jos conflictos de rivalidad fraterna y Ios conflictos edipicos. Tanto en los primeros como en los segundos actiian las dos tendencias primordiales del ser humano: el amor y Ia agresividad, que dictan a cada cual sus atracciones y repulsiones. A decir verdad, como ha de verse, el conflicto que revela el di bujo de tna familia, hecho por un sujeto, no siempre se encuentra en primer plano en la observacién clinica, Puede suceder que a uno fo consulten por algo muy diferente, Lo que nosotros observamos 59 efectivamente, con frecuencia no es el conflicto, sino las reacciones que éste produce en el nifio, las cuales, en.un conflicto determinado, difieren segtin los casos. El interés del dibujo de una familia reside precisamente en esto: al permitirnos apreciar Ja situacién que un nifio se atribuye en me- dio de los suyos, la indole de las relaciones que mantiene “en el co- razén” con sus hermanos y hermanas y con sus padres, en muchos casos nos permite tocar con el dedo las motivaciones profundas de su conducta, muy especialmente cuando ésta es patolégica. A. LOS CONFLICTOS. DE RIVALIDAD FRATERNA La forma en que un nifio vivid en el pasado y atin vive actual- mente st rivalidad fraterna, se inscribe en su dibujo de una familia. Formulemos ante todo algunas observaciones sobre el cardcter normal o patolégico de esta rivalidad. Corresponde reconocer que cierto grado de agresividad entre hermanos rivales es normal, en cuyo caso se halla atemperada por los naturales sentimientos de afecto, Pero Ia agresividad se torna patolégica en dos casos. Por un lado cuando aumenta hasta provocar actos peligrosos. Por otro, cuando se halla inhibida por intensas censuras de los padres. Hay que considerar, efectivamente, que en el nifio bien adap- tado la reduccién de Ja rivalidad fraterna se opera de modo muy natural en un medio familiar arménico, es decir carifioso, por las compensaciones afectivas de la vida en comin, y asi, la agresividad se sublima y se socializa poco a poco. En cambio, cuando esta rivalidad fraterna es reprimida con cierta violencia, se atrinchera en posiciones anormales, conservando su primitivo car&cter de salvajismo agresivo, Entonces es patoldgica,. ya se exteriorice en manifestaciones perversas, ya se interiorice por inhibicién y suscite toda clase de manifestaciones neuréticas, ya, en fin, alternen las explosiones agresivas con las prohibiciones de la censura, Estas dos Gltimas situaciones son las que observamos con mayor €0 frecuencia en el dibujo de una familia. En efecto, es poco frecuente que en este test Ia rivalidad entre hermanos-se exprese muy abierta- mente, En la inmensa mayoria de los casos la prohibicién del yo obliga a esta rivalidad a expresarse en forma desviada mas o menos simbélica. a) REACCIONES MANIFIESTAMENTE AGRESIVAS Es totalmente excepcional que el nifio exprese sus conflictos fra- ternos en el dibujo en forma de intercambio de golpes o diversos malos tratos, o en forma de temas dramaticos, En todo caso es infi- nitamente menos frecuente que en otros tests proyectivos, y ello se debe, como dijimos, a que el sujeto en tanto crea por si mismo los personajes de su dibujo y sus acciones reciprocas, siente compro- metida su responsabilidad mucho més directamente. En cambio ocu- tre con frecuencia que durante la entrevista o interrogatorio poste- rior el nifio acuse a uno de los hermanos o hermanas representados en el dibujo de no ser bueno, de golpearlo o, por el contrario, acuse al personaje que lo representa a él de golpear a los demas, Puede apreciarse toda Ia distancia que media entre el dibujo de una familia y otras situaciones proyectivas, comparandolo, por ejem- plo, con el contenido de los temas psicodraméticos del mismo sujeto, He aqui el caso de Paul, nifio de 10 afios que desde hace algunos afios no progresa en la escuela y se muestra cada vez més rebelde en su hogar, principalmente con respecto a la madre, Cuando tenia 5 afios nacié una hermanita, y es evidente que este nacimiento fue causa de todo el desajuste. En varios de sus tests de proyeccién (el PN y el Blacky) Pablo atribuye a su héroe 5 afios, edad de la hermanita, sa es también, para él, la edad de oro, porque: “A los 5 afios los nifios no saben Jo que hacen, son tonterias”, Sabemos, por otra parte, que esté muy celoso de Ia nifiita, y dice que se la mima més que a 61; habla de ella con cierto desdén, diciendo: “Es apenas una cosita de 5 afios, tan insoportable como yo”. La situacién clinica es, pues, de las mas claras, Sin embargo no hallamos, en el dibujo de una familia hecho por el nifio, una expresién franca de su rivalidad, sino en un dibujo eje- cutado después de un psicodrama. At He aqui ese dibujo (fig. 19) con el comentario de Paul “Un nifio de 9 aiios tomé el bebé de la mamé, y ésta le dice: «<{Es demasiado! jEntrégamelo en seguida! ¢Qué hubieras dicho ti si yo te hubiese dado as{ a tu hermano mayor?» ¥ el nifio contesta: «jNo! En primer lugar, este bebé es insignificante mientras que yo hago bien mi trabajo, yo soy més interesante.» Pero después, como Fi, 19. Agresividad manifiesta en un psicoarama, no sabia qué regalo hacerle para el Dia de la Madre, va a poner al bebé en una caja con agujeritos y a dérselo a la mar, que se pon- dr contenta.” Conclusién més posesiva que agresiva, como se ve, puesto que es é1 quien da el bebé a su madre, y que tiene la ventaja de disminuir 1a culpa del muchacho ante la censura materna, La figura, como puede observarse, representa a una madre muy im. ponente y al nifio en una actitud mds humilde que agresiva. 62 b) REACCIONES AGRESIVAS INDIRECTAS ‘Tal caso es el mas frecuente, La censura Yel yo, que impide cual- quier expresién de agresividad declarada, obliga a esta tendencia a manifestarse en forma indirecta, con frecuencia por desvalorizacién del rival. 1, ELIMINACION DEL RIVAL Es el grado més intenso de esta desvalorizacién, Cuando Ia existencia de un hermano o hermana, del cual esta celoso, causa an- gustia a un nifio, éste se ve Ilevado a negar la existencia de su rival, es decir, a no hacerlo figurar en su dibujo de la familia, He aqui, por ejemplo, el caso de Maryvonne, nifia de 12 afios, (fig. 20) que se dibuja en primer lugar y después a la madre y al padre. Terminado el dibujo, dice: “No tenfa sitio para poner a mi P Fic, 20, Eliminacién de la hermana rival. OF hermanita”, excusa que intenta explicar su hostilidad apenas incons- ciente, Sabemos, en efecto, que Maryvonne fue hija tinica hasta los 8 afios, momento en que nacié una tiermanita a la cual, al principio, parecié aceptar de buen grado, pero luego Maryvonne abrigé inten- sos celos hacia ella por ser Ja preferida del padre. Su dibujo de la familia muestra claramente su deseo de ser hija tinica, Hay otro procedimiento més seguro para eliminar a un rival cuando éste ha nacido después: retornar hasta la edad en que el otro no habia nacido atin. El nifio se encuentra entonces, automatica- mente y con tranquilidad de conciencia, en su condicién de hijo tini- co. Es lo que hace Catherine, nifia de 10 afios y medio, que representa en su dibujo, después de los padres, a una nifiita de 2 afios, y declara querer ser esa pequefiita porque su madre la mima (fig. 21). Pero Catherine tiene un hermano de 8 afios, claramente preferido por los padres porque lo consideran mis inteligente y afectuoso que Ia ma- FIG. 21, Regresién a la edad del hijo tinico, 64 yor, Cuando los padres nos dicen que Catherine no tiene celos de su hermano, no les podemos creer, pues los tests PN y Blacky nos reve- laron en Ia nifia una intensa rivalidad fraterna. Pero comprendemos que esa rivalidad no se manifiesta abiertamente, pues en los tests se halla inbibida y con sentimiento de culpa, Lo cual quiere decit due, en lugar de disputar, Catherine prefiere retroceder a la edad en que no tenia hermanito, edad que ella indica también como la de ore; porque “a esa edad Ios nifios son més complacidos por Jos padres”, 2, EL DIBvUJO CON UN NINO SOLAMENTE En los dibujos anteriores figura, junto a los padres, un solo hijo, por eliminacién del tnico rival, Por supuesto, puede esperatse que siempre ocurra asi en Ios casos en que el nifio sea hijo nico verdaderamente y represente en la com- posicién su propia familia. Entre los 67 casos de hijos tinicos que contiene nuestra estadistica, se observa esta representacién 31 veces, © sea un 46 % de los casos, lo que quiere decir que, en un poco més de 1a mitad de Jos casos, los hijos tinicos agregan suplementariamente a su dibujo personajes imaginarios, Pero, en cambio, uno no imaginaria la frecuencia con que los su- jetos pertenecientes a una familia con dos hijos o més, ponen en su dibujo un solo nifio. Entre los 800 casos de nuestra estadistica eso ocurre 236 veces, 0 sea el 29% (30 % entre los varones y 25 % entre las nifias), Sefialemos, como otro hecho notable, que si se constituyen grupos por edades, comparando a nifios de 6 a 11 afios, inclusive, y de 12 a 16, se obtiene, en el primer grupo, la misma cifra en los dos sexos, es decir, el 25%. Pero en el segundo grupo hay una diferen- cia significativa entre varones y nifias: éstas mantienen la misma ci- fra de 25 %, mientras que los varones Ilegan al porcentaje, mucho més elevado, del 42 %, Mas adelante veremos qué conclusién puede sacarse de ello, Digamos simplemente aqu{ lo que ya sabemos, que eliminando a todos los hermanos y hermanas el sujeto se confiere la Situacién privilegiada del nifio que disfruta solo la ternura de los padres, De la representacién de un solo nifio podemos deducir que, en 65 primer lugar, el sujeto ha debido sufrir muy especialmente por ja presencia de sus sivales, ya soa por su cardoter susceptible y coloso, ya como consecuencia de las peculiaresscondiciones de vida en el hogar (por ejemplo, privacién de privilegios al nacer el rival, prefe- reneia de los padres hacia el otro, etc.). En segundo lugar podemos inferir que carece de madurez, en cuanto soporta mal las inevitables frustraciones de la vida en una familia numerosa, no ha sido capaz de concebir una transaccién y, por consiguiente, emplea el muy in- fantil mecanismo de defensa de la negacién, rechazando lisa y Mana- mente lo que le molesta. 3. EL pIBUJO SIN NINO Es atin més especial el que ciertos sujetos sélo hacen figurar ep su dibujo a 1a pareja de los padres. Tenemos 40 casos asi, En la entrevista posterior un pequefio ntimero de sujetos declara que esos padres querrian tener hijos, y que seguramente tendran uno, a Jo sumo dos, Pero la mayoria (tres veces més) dicen que los pacires representados no tendrAn hijos, que no Jos quieren, por causas diver- cas, esperadas, referentes a la maldad de fos hijos o a que el edugar- los cuesta caro. La distribucién de esos 40 dibujos sin nifio nos da: 35 varones y 5 nifias, es decir, siete veces mAs varones, mientras nuestra estadis- tica general abarca s6lo dos veces mas varones que nifias. Este resul- tado nos incita, ante todo, a no tomar en cuenta la interpretacién superficial que consistiria en decir que el nifio sdlo expresa en su dibujo lo que piensan y repiten con frecuencia sus propios padres: que los hijos son malos o que cuestan demasiado, y que seria prefe- rible no tenerlos; efectivamente, no se ve por qué semejante opinién no seria expresada tanto ante las nifias como ante los varones. Es. conveniente, pues, interpretar el dibujo sin nifio en forma proyectiva, y pensar que el sujeto proyecta aqui su propio deseo de no tener hijos. Por supuesto, él se identifica con uno de los padres, de su sexo, y proyecta en él su egoismo Jo més frecuentemente con el de nifio que quiere ser hijo Gnico. “Nuevamente hemos verificado aqui la diferente manera de reac: cionar de los varones y de las nifias, observada ya en el apartado anterior sobre el dibujo de la familia con un hijo Gnico. 66 Las nifias, al proyectarse, se ven, ‘con menos frecuencia que los varones, como hija tinica o como padres sin hijos, Nos inclinamos a aproximar este resultado a una comprobacién hecha frecuentemente Por nosotros: la tendencia de las nifias a hacer figurar en su dibujo muchas personas, un conjunto de hermanos y hermanas, primos y primas, camaradas, a menudo poniéndoles nombres, mientras que los varones lo hacen rara vez. Pensamos que en las nifias es m4s natural ser sociales; desean mas la presencia humana que los varones y, por consiguiente, estén mas dispuestas a aceptar a hermanos y hermanas. Pensamos también que, cerca de la pubertad, las nifias suefian con ser adultas, tener hijos, ser madres tanto o mas que ser esposas. En cambio los varones, sobre todo después de los 12 afios, reaccionan més ante el conflicto de rivalidad fraterna por medio de una bis- queda de independencia y soledad y, en su deseo de ocupar el lugar del padre, jefe de la casa, se ven primeramente como esposo, y no aceptaran hasta mucho més tarde el asumir funciones paternas, 4, DESVALORIZACION DEL RIVAL * La climinacién completa del rival o los rivales es propia de los yo inmaduros que obedecen sélo al principio del placer y no se Preocupan por Ja realidad del otro. Apenas el nifio Iega al princi- Pio de realidad, lo que se produce juntamente con la constitucién de un super-yo que controla las tendencias, semejante eliminacién del rival no puede ocurrir sin una viva angustia por culpa. Entonces 1a tivalidad fraterna se exprosa en forma mAs moderada, con una des- valorizacién y una depreciacin del rival. ¢No ocutre asi en la reali- dad clinica, y no se comprueba en muchos nifios una necesidad cons- tante de criticar, de desvalorizar verbalmente a sus rivales? Asi, una de nuestras pequefias pacientes, muy celosa de su hermanito, lo habia Mamado “Nada”, y otro, un varén, designaba a sus tres herma- nitos como “Cero, Cero, Cero”. En el dibujo de la familia esto se expresa reduciendo 1a impor- tancia del rival, desvalorizéndolo de las diferentes maneras que indi- camos antes, He aqui, por ejemplo, el caso de Michéle, de 7 aiios y medio (fig. 22), quien se dibuja primeramente, tomada de la mano de su padre, La madre es la tercera persona y, como no se le ha dejado mucho lugar, en verdad aparece més pequefia que la hijo. 67

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