La procrastinación consiste en diferir, aplazar, postergar, evadir, etc., y
se da cuando necesitamos hacer algo y aparecen otro tipo de actividades que nos hacen dejar nuestra tarea o compromiso para mas tarde o para mañana o para después. Generalmente, procrastinamos por que deseamos una recompensa inmediata sin haberla ganado, no sabemos priorizar las actividades, somos indecisos, pensamos que luego podemos hacer las cosas fácil y rápido, miedo a comenzar o por la maldita pereza. El procrastinador siempre busca excusas, anda distraído, se siente incómodo, no asume responsabilidad y se queja de la mala suerte. Para ir venciendo este peligroso virus, debemos comenzar por reconocer cuando estamos aplazando nuestros compromisos, debemos averiguar por que lo hacemos, tener conciencia del problema, evitar distracciones, planear de forma eficiente y adecuada, construir un buen ambiente de trabajo, aprender a decir no, eliminar la excusitis, tomar decisiones oportunas, manejar con eficacia el tiempo, concentrarse en una sola actividad y pasar a otra, escribir en parte visible el plan de trabajo, acudir a la tecnología, no se comprometa con lo que no puede hacer, aproveche su talento para hacer cosas que le generen felicidad y dinero, lea biografías de sus líderes o lo que le recomienden sus maestros, amigos, etc.