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Viktor E. Frankl LA IDEA PSICOLOGICA DEL HOMBRE Re 1s. 16 n 18, 6, 21, NATURALEZA E HISTORIA AvTosto Ants PURLES: La fuein social de ton sabe res liberates, ' aa he Sa Joser Pitren: Bt ovio y te vite intelectual (tercera ed as lectus (erera ed Ruisiesvo Pastmen: Hturnoniomo y Crue Geannwr Heros: fflsion y soctedad Anon! Picrine: Las tres eates dela economl VE, Feeuicen vox Gtasrnta: Da compression det hom bre desde tnt poropctinn criti en Het Fauento Stintz! Inradnocion @ Donoso Corts ison CiauesitLe: Universa antsy mendes modern, Frurentcy D.Withiiwers: Le mera det amor Basen Hoersex: Manuel de doctina sori! erstione (0 funda edsion revise» uments Vinton Tasvit: da idea pica Gatigs A. Busse: EP acomtecer tstorice. Un esto Sntoliice sobre el tema det Wisoriedor, Cantos Mino Losoose: Laberted y propiedod ASL Vuumrsa Biostar Perspectiva ction tras de Calor Returns Koster: Critics y crisis det murndo bu gud Cantos Carson: Lar mcttivics del Sen comin Onan Brexen: Magnitudes y limites dst ponsamiento Cantos, Catoosa: Metofisice de le opin ftloctna Jour Panren: Pradencia > templar Frage Diciisek: Chern » espn ow ta medicine ae tual reologe ce Jews Jost Lares tno var Ances Sav Jon do Ala 516 vejorna de be Iteia on Expat Renn Swarts: Le. geomciria elites como score fet eomocimemto Rios Guicts oe Hoa: Le conciencie evista, Exigen ‘iar pore tlre rosie ca det hombre (se os ara: a Soer Parr: Jute y Forte 31M perso fon aos ects et prsonints tain cn 2. Mone Sn Ps: Persone mane fst Saran Sac sn. TM borat ET marr datz cues es Fitosofia a! nde 2. Joe ranee:Flosie mei! y musdo moder. BJO ees ats oct El marines sn ete desc i fa td sn Puttn Tacre Ai El veto det pss Be si, Keone pra Aare y marine ¢ se, Jo en: estriol rest Se rent reatann rence (eee be. Eras Cus ge Leona Evtou Rese se Rn Cite Pans Bout vobre tested 2 Sas aati. . Rtucin ne Hino € 1, 3 ane de te Historia 9 a6 Rensnniin Lyris Concepte, Ea flosohe cera clildn 90 say: Moat Cran, Bot Se Berta. findomento» jstitcsn VIKTOR E. FRANKL LA IDEA PSICOLOGICA DEL HOMBRE SEGUNDA EDICION Titulo oxginal Des Mencteki rh ar Scene © 1959 by Victor E. ve Qe, Minton E. FRO HippokratesVerlag Gmbit © 1578 de presente etic SE, brtente sdicién, traduclda at castellano. por Shescuee Feist, nore wos hs ae by Heda Gates bs EDIGONES Ralph By SPASM), ISBN: seaziossi9 Deposito Teale M, 1.2901876 Printed in Spin 1 Impreso en Espana Closse-Orcoven, 5.1, Marince Paje 5 Madi PRESENTACION Viktor E. Frankl nacié en Viena el 26 de marzo de 1905. Es doctor en Medicina y en Filosofia. Ha sido discipule de Froud, Adler, Potzl, Gestermann, Oswald Schwars y Rudolf Alters, Su especialidad es neurolosia y psiquiatria Es catedritico en la Universidad de Viena, En 1961 fue profesor invitado en la Universidad de Harvard. Ha rea isado trece viajes a los Estados Unidos para pronunciar ‘conferencias en Arkansas, Texas, California y lowe, Trae barb ademis en un film sonoro de cardcter cientifice que, con ef titulo “La logoterapia y su genceralizacién clinica”, realizé la Universidad de Oklahoma. Ha publicado catorce obras en lengua alemana, de tas que ocho han sido traducidas al francés. Una traduccion inglesa fue elegida como el libro de! aio en Estados Unie dos. Su colaboracién en numerosas revistas # constant ‘Entre sus obras principales s¢ encuentran: Das Mens henbild der Seelenkeilkunde, Critica de la dinamica psi- coldgica (Hippokrates Verlag GmbH, Stuttgart); Theorie Sse ce cco a ae ee ‘eadicea (Bron: Dewicke Verlag, Viens 1950). (ADVERTENCIA PRELIMINAR Ofrecemos a continuacién wna reproduccién de las tres conferencias eentrales que sostuve en la Semana de Es- ccuelas Superiores de Salzburg en 1957, invitado por sus organizadores. La diccida un tanto fluida ea que me expresé venia impuesta por la heterogénea estructura del pablico que me escuchaba. Sin embargo. por razones didécticas, me hha pareeido aconsejable mantenerla intacta en la presen- te publicacién. Viktor E. FRANKL PRIMERA CONFERENCIA, El verse ante la tarea de hablar sobre Ia contribuciéa de la Psicoterapia al concepto de hombre, hoy vigente, significa estar colocado ante una alternativa, es deci, fants la necesidad de escoger entre una exposiciéa funda mentalmente histérica, 0 una exposicién fundamental: mente sistemitica, Ahora bien: esta alternativa llega @ ser realmente penosa si se tiene en cuenta que, en et caso Gque nos ocupa, por sistemstica habria de entenderse on realidad una plurisistematica; en efecto, en pocas oca- siones podria repetirse con tanta justicia, como en lo re ferente al estado actual de los conocimientos y téenicas psicoterapéuticas, aquel conocido dicho, que adaptado a rnuestzo caso sonaria asf: Quot eupite, tot systemata. En otros términos, seria un intento desmesurado el que yo pretendiese ahora dar cuenta, aunque silo fuera de los ipales sistemas psicoterapéuticos hoy en uso, press a victor Feet ates Serene epee nosprecio de sus conocimientos sobre el particy far. En vista de ello, me he decidido a tratar el oar a dems advertir que esta critica ni ha de ser limitads ‘uno de los grandes sistemas, ni tampoco se ha de : ‘en este caso Serd, pues, elaborar un denominador min moms greta ee que a to largo de mis explicaciones quede aclarado hr qué punto ha de verse el origen de los peligros y exponen inherentes a Ia Psicoterapis de hoy, en un psicolonions findmico', que en mayor 0 er aoe esament bs ts clisoe Je lane eee rapéutica, a stber: Freud, Adler, jung, Pere tenet, pilares: ol psicoandlisis, la psicolosia individual y 0s expuostos~echarles una répida ojeadas fire a ta Psoteapin en s{ misma, oe cay oy referente a su propia person: ‘ pe, * Vease mi atle: Kriticke Bemers Peycholoirmase9 “Iabrbach far Paycholpis ond Pe emattschen Patel ish £0F Payhotopie und Pasha 14 10Fs Psicotdaten DEL HONNRE n nos leg6 de auténtica ensefianza, diria, sin titubear, que Freud tiene ef mérito de haber planteado Ia pregunta SO- bre el “sentido”, preseindiendo ahora de si la formulé en cl sentido en que nosotras lo hacemos, e incluso de si ha spuesta a esta cuestion. Pero en cuanto o del espiritu de su época primeramente, en sentido dado 0 no una re gue Io hizo, estuvo bien dentro y esto en un doble aspecto material, en cuanto que Freud quedé enmaraiado en ¢l ambicate, de un lado mojigato y lascivo de otro, que do 1u poca, en la llamada cultura victoriana de minaba en st sentido for- terciopelo, y en segundo lugar, también en mal, por cuanto todas sus concepciones se basan en wt modelo mecanicista, que no por llamarte dindrmico—usar- do un eufemismo—resuita un dpice mas aprovechable. ‘Lo que primordialmente preccupibs a Freud era Megar desvelar el sentido de los que en su tiempo se lamaban ‘sintomas histéricos"—hoy diriamos sintomas neursti- cos, y esto Ie for2s a adentrarse en el terreno de 10 inconsciente en la vida psiquica, y de este modo hacer comprensible ni mis ni menos que toda una dimensién de esta realidad, El que nosotros podamos ver ahora den- to del mbito de To “inconsciente* y constatemos alli la existencia de algo mis que simples tendencias en forma de inconsciente instintivo, el que mas allé y por encima dde todas estas instancias inconscientes hayamos podido percibir la existencia de un inconsciente espiritual, de tuna espiritualidad, de una moratidad, mas ain, de una religisidad inconscientes, esto ya es otra cuestisn, ¥ m0 resta mérito a la proeza histériea que vemos en la obra yen la doctrina de Freud, a Para Freud, et sentido que tenian Se trataba no de a Ser inconscientes era. preci le snimas histo or ats écic0s, en "a0 “olvidado”, sino de sige au mis decir, de algo relegadg. alo accel rie Porque en esto que habia Hegado « ee hecho inconssiente, se desagradables 0 moles ser 0s habs alto detaerdate, Pos ‘eeridoy a stems de © mis arbaBatamon nl Intersil tan ruborne a Pecsamente ol intr nant muy presente el : ue el concept scat de mayor sen Por un lado, mientr. fwtesion gus el concepte de Life et a NceI0 de Libido acute Para el. Psicoandilisis, 1a neurosis Noy eee {35 2 una situacion de “compromises Se ec eacontads, coafcuain © en no ‘muluas eaxigencias de diversas instancige intropsigui i iquicas, Wrataba de 0S lo era reiopelo Tencia. Asi s¢ come primer término habia de te de finales de siglo, era |. aunque hemos de tener © para el gue el dmbito de to ge. a rs rsiarttes nek woken “ sia, los enfermos son “eliminados"—y no “acogidos” *— ‘© cuando un politico socialista habla, no sobre la “anti- concepecida”, sino sobre la “conjuracién de la miseria"? de Io que también yo mismo he sido testigo—, resulta eridente que en ambos casos se ha lograde imponer y aflorar a la conciencia algo que habia caido victima de la represién, o cuando menos a ello estaba condenado. Por lo que se refiere a los susiios, se ega a una situa- cidade compromiso, a causa de Is amada censura de los susfios. Es de advertir que a Max Scieler cabs el ho- nor de haber sido el primero en amar Ia atenciin sobre csste punto dlgido del psicoanalisis, es decir, sobre Ia apo- ria que representa este concepto de “censura de los sue- fios”, La aporia consiste en que la instancia, que durante el suefo inhibe, censura y sublima, no puede provenir en ‘modo alguno de los instintos, porgue éstos son justamen- te el quod u objeto de la inhibiciSn y no pueden ser en ‘consecueacia el “quien” o sujato de Ia misma. A los alum- fos quue asisten a mis clases les suelo aclarar este punto, recordiindoles que atin no se conoce el caso de un rio que hhaya construido su propia presa de contencién, Pero no solamente en lo referente a la “Genealogla de = gl fi oe fs eo rp gprs Bes beamed erties: Rte ee SOMES lg ew tee Syne susti rohpta hte ae es spe meiamhanden eran ot hirer EYE 6 cron pease les de la motivacin hus ai fs seme Is Ronen oy de, Feud epee ese iia cete fa en la Fisica de su tiempo, segiin a cual la tinica 1 Se ee eye jamin, na est de acerdo conta read El cece miento y sree son fendmenos que se resist : 4 ser aclarados solamente a base del pri ae ‘medstasis” (Charlotte Biihler, Ps sr einer ad tasis—por no hablar de la dimensi sico-r : instal lo que hace fo gue produce en unt read po, stivameneconsbds, mientras gus ena tendencine co, te 1oee psicotdatee DEL HONORE del que se acomoda 2 algo, Ia real modo negativo” (I. ¢). También Gor Sten W. Allport toma una actitud critiea y polemista frente sf vincpio de la homedstasis: "Motivation is regarded 38 a state of tenseness that leads us to seek equilibrium, cst. adjustment, satisfaction, or homeostasis. From this point aeijew personality is nothing more thant our habitual Srodes of reducing tension, This formulation, of course, 15 mrholly gonsistent with empiricism’s initial presupposition het man is by nature a passive being, capable only of feceiving impressions from, and responding to, external goals. This formal, while applicable to opportunistic od. ustments, falls short of representing the nature of propria- fe atriving, The characteristic feature of such striving is its fesistance to equilibrium: tension is maintained rather than reduced” *. ‘Alfred Adler, en oposicién a Sigmund Freud, del terreno de lo psicolégico para recurric de momento a fa Biologia, y tomar de alli su concepto de la “inferiori- dad del érgano”. Esta, en cuanto fenémeno somitico, leva como reaccién psiquica al “sentimiento de inferioridad”, ero no sélo ante Ta inferioridad orginica, sino también Ante la constitucién enfermiza, la debilidad y 1a fealdad. ‘A su vez, el sentimiento de inferioridad busca su com- jensacién, bien sea en el ambito de lo social, o lo que es To mismo en stt correlato psiquico el “sentimiento de so clabilidad"—agui se pone de manifesto como saliéndose de Ia esfera de lo bioldaico se introduce un elemento so- servar un equilibrio, dad es concebida de Becoming, Bee Conridertions for a Prychotosy of Persone: iy (New Hiaten, 1985), 40 5, ee grater emma seer jung nos ofroce del hombre. Sepin dh, es la porn se css mie a ir nes religiosas y “experi 7 ia reriensias internas™ que le presenta el nd 19 ta inea psseorsares PEL Ce ara hw mre insist te mbt Sebi par Ts PSE a a rando la rechaza y le ‘echa en cara el haber: gia de Jung cv ae eligon Los nuevos MOOS sera 2 et sentido a Ia. vida, Et dime a sc aria en si mismo, y SU Dieses Aa eg sacral ya Psicolosia cag oa an nl 2 ae pres os Lon a pone que has tc Mans Teg Were emsceunte arin 4 me 6 er A ote poli i eats eciia bilge! “Tos Argues S Beet oy ett (©. Jun. Seven sins sr a ck 9, > Be. 1D cia es recluida ‘Arquetipos se heredan 0 he", $0982) 182 ra omar (Stent 1955) 96. Ket der Payotoso EE 20 SiRTOR F. FRAN conseguido, al parccer—afirma tri come Farecer—afirma triunfante C. G. Jung» calizacién en el tronco encefilico” 0 ieee eee Tiencias, la autodestruccisin del complejo tigen, os lc probubilidad y de este modo quedaria ablerie Ike Pecie de reaccién bioligi vaueika tiles dioligica de defensa, que ha fallade todo esto co viene no olvidar gue Ne siempo, ha cliado "sta isa de aguatponne | fruto de una precision 7 on ee r conceptaal y como ‘ion hipostasiada” *. = es abstr a cuya lo. “habia sospechado lerse confirmar la idea pues que, hhive tiempo que hemos Ilegado cm el terreno de la ps acts y efficiency ¢ ala convicciin de Pssoterapia. el tradicional respeto ane Stl faera de lugar pasado de moda, auf sin mas al precepto que or. ‘Sthcitr Archiv fur nerotoie nd Piyeh Pryche, 6 (1953) 4s a wwe PsicotScies EL HONORE a centre €1 45° y 1 65 por 100 (Appell, Lhamon, Myers y Har: ey), ¥ solamente, como excepcion, se puede consignar Ur resultado positivo del 75 por 100, como ha sucedido on el tratamiento psicoterapéutico ambulstorio evade seaho por Eva Nicbauee ® en Ia Policliniea Neurolézica Je Viens, Podemos afadir mis: B, Stokvis ha conse- fruido demostrar que por fara excepcidn Tos enfermos res- fpondian favorablemente y con perfecta regularidad a st procedimiento curativo de la “unidn personal”, realizado Frediante métodos psicoterapéuticos “desveladores” y Mencubridores”. Sabemos de sobra que el nilmero de cur raciones duraderas conseguidas es independiente del mé- todo psicoterapéutico empleado en cada caso; lo tinico fgue Tos distingue entre sf es Ia duracién del tratamiento, Claro que desde el punto de vista de la medicina social no es clertamente indiferente cl que, por ejemplo, un ins tituto berlings orientado segsin el Psicoanilisis haya ne- cesitado 75 sesiones, en tanto que el tratamiento ambu- Tatorio Hevado a efecto en la Policlinica Neurolsgica de Viena, y que procede de acuerdo con tos principios de Ta Logoteraria, haya necesitado solamente ocho sesiones, por término medio, para consegvit aproximadamente los tnismos resultados, en lo que se refiere @ curaciones y mejorias esenciales (Eva Niebauer). Péro aun prescindien- do de esto, parece haberse dado el caso de que ciertos pa- cientes que estaban anotados en la lista de espera, en tna + TAs Canes 9H. J. Umea, en “Wiener Zeitschrift far ionere Megisin’ 29 940) 2 SPN goet aimsche. Woshenscril”. 67 (1955) 132 Result of prachotereme tn prychosomart dears, en Pass chosomatce, (Eakads por I Boot, 1987) 2 ston clic extant, elses extn ¥ ue por tanto no habia sido some {ios ain swingin tratamiente, Neston a experiment Isnt rection canis mene te nimero de casos notablemente mas vado que 1 de los mismos enfe Sen eed ‘ eaters gue al estaba a tat {0° En vita de este a qin nos le aurepesren ts sec de Scaltenrang, si eeu desde Imaenioen ae dtrninadas mei apt ene mina comb a seross mi v conden sy minis dc Fost mes da casos no inferior cuando menos al uellor shu seme tend a seit pra me significan ya de suyo un vere aor pliafeteat set 30 un verdadero prj pra eto Todo eto gus venios is be solamente ls meta en gue estan iando del peut ey distan- aso etiolico que 0 prkoteraia'y Poco teen eta ue tt a espn can 9 ta ‘Rormalmente se cree y feu oon iets a ate "ie de casos no preseleccionados, tratados en | ch s, Vol 30 (i986 ASLOW yA. DE HUrT Pereas, Paychiatric Quarterly, | a 1984 FStC01601CA DEL HONARE 2 ia, han logrado eliminar conflictos y traumas pia, en nuestro departamento de neuro fo tanto, sino muchos més comple|oss Joe los fogrados por un Ambulacrio de Psicotert ae mere de casos no presclecionados tampoco " ¥ he sane acarar en este sentido que nuestros cileulos esta Te os incluyendo la correspondiente carga adicional de froblemas de los enfermos en cuestién, Sea ello cot Frere, desde el momento en que Tos complejos, conflictes n hecho universal, no podemos decir sin mente patogenos. Lo que con frecuencia wetenido por patogeno es en realidad patognsmico, es de- Sr. no es propiamente Ia causa, sino més bien ef sintoma So's enfermedad. Cuando dentro del marco de una histo fia eliniea aparecen complejas, conflictos y traumas, susle on frecuencia suceder que éstos apurecen a semrejanza de fas rocas que afforan a superficie cuando hex bajamar, pero no con 1a causa de ella, No son las rocas quienes originan fs bajamar, sino que es ésta quien las hace visibles. De modo pareside se enorgullece wn anilisis sobre complzjos, fque en realidad son solo sintomas de la neurosis, es decir, iadicios de la enfermedad. El hecho de que en el caso de trate de una presin psiquica 0 de ide un stress on el sentido de Selye, es solo una raz6n de mis para lamar ta atencién Sobre el error tan extendido, y segin el cual ha de obrarse ‘como si solamente [a sobrecarga fuese lo patdgeno ¥ Ia Tie yy traumas son ul ‘nis que sean real conflictos y traumas se tuna sobrecarga, es deci Cie Joost A. Merion (Nueva. York: “Resently, Roc sehach eg eeducted na ange bexpial proved thit the patient? SEE SES OnE Steptad wade were Janta mack confit Fe nee pam the prychiaic department. C*Ameriean Souteal of Beychoreapy, 12 (0988), 42) Deracién de Ja mist ‘mismo, como sila presiéa, 2 a & Ee a] Bs Nosotros atrmamos no silo tae em € suo potigeos, sino uo LoS COMPS 20 son E,RE° Bienes, sno aus tw muchon wee 2 Pct! Fr fe ern tA Gabel rado demotrar que for prong 108 sofiaban con complejos de Pai, eonocen destacado Bidos que su relacion seq" ue sfc! tatamient, teorfas interpretatorias, El Psicoandlisis no actia, una terapéutica causal, “En. or el médica como muy conformes con sus ‘Dreams he fo 0 ior ances Becams he had” under Freese mde: Jungian treat 14 m4 wsIeOL6oIeS DEL HOMERE 2 para comprender la utilidad que pueda traerle esta bis queda del médico para dar con los complejos reprimidos ‘no ser que se le ponga en antecedentes sobre la fina id de tal indagacién—. Pero en el momento en que se le aclara esto—lo que suele suceder, dada Ia gran di fusién que han Iogrado Ios conceptos fundamentales del Psicoandlisis—y por ¢l mismo hecho de entregarse preci samente al tratamiento psicoanalitico, pone ya de mani fiesto su disposicién favorable respecto a él y da a en- tender que esti poseido de un claro estado de énimo de expectacién ante sus resultados, lo que ya comienza a dobrar en sentido de la autosugestion” (J. Berze, Paycho- therapie von Vernunft zu Vertun{t, en Festschrift zum 70. Geburtstag von Prof, Dr. Otto Pitz, editado por el pro- fesor Dr. Hubert J. Urban, Innsbruck, 1949), “El proceso ‘de sugestién comienza ya antes de que haya sido profe- rida una sola palabra", anota M. Pflanz, y “el recono- cimiento de que en casi toda terapcutica intervienen ele- mentos sugestivas, lo que también acentia Stokvis, tal ver sirva para eliminar los prejuicios que se han levan- tado contra la sugestién”. ‘Si prescindimos de este factor de la sugestisn, pode- ‘mos ver emo también desempefia un papel importante la simple oportunidad de expresarse, lo que sirve para aliviar de un peso al paciente, pues no solamente el “com: partir", sino simplemente el “comunicar” una pena equi- vale yaa quitar Ia mitad de la pena, y si hubiésemos de ‘aducir prucbas en este sentido, sirva para ello et siguien- Der Nersenaat 291958, 26 YierO8 Pee te su ie maint a Scasi6n viene 2 mi consulta una ese sail ws Para exponerme sus euitas, pero dos mis desahoga su corazin, y Perplejidad en que me e de mis colaboradores, g fon Ia adveriencia de ¢ ovbstante, ella Para no darle yo a entender le mcuentro, decido enviarla a uno te cra también norteamericans jue debe ser sometida a uns ne S€ Presenta a mi colaborador, nj ones. Pero he aqui que mis ade lante la enconteé casualmente en la calle ¥ alli pude com. Probar que la conversaci im gue hab habia sido suficiente ra } ‘del conto ae s halla, ya odo esto no ene ae poe 10 idea sobre el motivo que te A lo dicho se ha de afadie aectuar eno) eentee aftr que el Pscouiliss, eos de ‘una conver 350 de que el trata: ferapsutico. Sin asustarse ante » $© puede hablar también ade. lentro" de hombre a hombre como rmiento no falle su esta expresion tan al uso, cuadamente de un “ency Gel verdadero agente eurativ Fapdutices del Psicoandliss, sion es tnicamente objetivo ‘0 en los procedimientos te. Incluso ta Mamada transfu. lal encuentro, yen orig conaris de th pone en tela de juici " ‘ "represents una condiion na 1A ee escoUdaies BEE MoNEERE todo proceso psicoterapéutico, El que un cambio existen- cial de actitud—como Ia que directa y sistemiticamente persigue el andlisis existencial—, en cuanto tal, es decir, fen cuanto existencial, 1 mismo que la llamada transfu- sign, sobrepasan los limites de un proceso propiamente racional e intelectual, pra tocar incluso las reices de lo emocional y desencadenar, por tanto, un proceso. que abarca a todo ef hombre, es una cosa evidente. Quizd no reculte en cambio tan evidente el que un cambio existen cial de este tipo se escapa necesariamente a todo método ya toda técnica; pero sf es cosa cortiente ofr va por es- tas latitudes que dentro del dmbito de la Psicoterapia lo menos eficiente es lo que dsta tiene de métxto y de tée~ nica, y que To que en realidad da el tono es la relacin miédiconenfermo « nivel humano, Acaso se trate a veces sélo de “una buena persona y de un buen médico”: pero ‘el buen médico ha de ser capaz de hacerse exigente para con el enfermo y hay sobradas osasiones en las cusles se pone de manifiesto, eémo precisimente el abandono de luna postura de distanciamiento y prefijada 0 el valor de jntimar favorece de manera definitiva y eficaz al pacien- te y silo a partir de este instante se hace éste accesible la influencis del médico. Me da lo impresiin de que et suetio de medio sigle se ha revetads al fin como lo que era, un suofo, ol sueiio de una época que vivia de ta ile Sidn de encontrar la mecinica de la psiguis y una técnioa (que fuese cape: de curar sus afecciones; en otros térmi- nos, se ha sofiado con oftecer la aclaracién de la vida psicoanimiea a base de mecanismes y el tratamiento de = cron, FRA bs enemetite pennies pox medio de tei sy Ahora bien: existe una psicoterapiz - sseaia que recooce pot aétumade ut ce _priadiod te nny te eviootona act ants onl aka fue de etapa ssf fs le la Purdue University, en “Some Comments on a Vien tse Sl ef Pach” he ft moa S58 sot Pah mam voices 9S ie pa etn oid ne gidos en la primera infancia*; con sf Sie =? cos for. iteioo Ngpide sor arrenternor Non términos, lo importante aqui es da entrex in hacer, es dece, la entrega a la mis a elas 2 Ghy him scien Perla Tok ete Puceterais"atrentea” ha de set sempre inc ede ee ok sees a asin Saas att atad cr odo an, é Ip nto pace emabaad. y GUE, Dor tanto, ieee Isle nctapdno sani sO gat Eid un eatamiatoiecompicto.o us suson vans Sl aa, a Sis demic ae eae lin a8 a mea, Seen Bard oy Cori ito A RAS pte Ue tect fade nee, oe ————Vee - sa anes PSIEOnGaHCX DER, HOMBRE » ser aclarada para cada €280 ‘cil, En consecuenci razon en cuanto Psico- re ha de gat, que pecisamen : ae anilisis existen< en el curso de unt or ee el Psccaaliss nese * sun condo ure cll despa oo ge Ye 2 & ce eed de que Baa forrecto como psicoterapity Ge ser la condicion previa € in esos en que 1a Logoterapia y el Anal sen lo aconsejable En oposicién a J. H. R. Vanderpas ta afirmacién; “Los logoterapeutas cluso sin recurrir al Psicoanslisis”, E_K. Lederman, det Marlborough Ds} ddres, que un analisis existencial en mo. fa necesidad de! “anilisis de la Libido”. Mo, este puede ser de suma utilidad para que el Primero vee feuctuoso. Pero el punto de vista de G. R. Heyer 65 "Es preciso oponerse abiertamente a la tan 2 hipstesis de que en todo tratamiento levado sr cabo segiin la Psicologia Profunda, primero ha de tener fase de desmontaje—(analiticay que habri de smentada luego con otra segunda de construcy cign-—parte sintética—. Tales ideas son errdneas y mé- anicistas; como si primero se hubiera de descomponer fa peiguis en sus partes integrantes (“aparato anfmico” de Freud) para volver a reesteucturarla luego “de nuevo”. ‘Quien ya desde el primer instante, y ya desde la fase de critica, no tiene ante la vista, imperturbable, lo positive, €l todo en su realidad y no se acerca interiormente al fevitable aun para aquellos Existencial fue- quien aventuré pueden trabajar in- opina decididamente 1y Hospital de Lon ‘do alguno excluye antes, al contra- difun lugar una ser comple BDz sugenannte Dette Wiener Richtung in der Tifenprycho- tone, aE Bae sss en 30 VITOR . FRANKL, [Hombre con quien habla” y 2 su realidad no aparente, fe tal no aprovecha el principal resorte que ha de po ner en juego cualquier orientacién y cualquier ieee {lento del hombre. Deseripciones como ta arriba cia. Gara de las dos fases perfectamente delimitadas dan ler que sus autores no han abandonado ain la senda del freudismo ortodox =. Del mismo modo se Pronuncia el profesor doctor P, Adiel de Meyer 0. F. M.2! nolégica, elimina primero los complejos Ie as nsnc pcsniisn troe a e aces relieve a la unidad de ia vida Psiquica le ™ i edad que esté originada por el alma com: forma sustancial espiritual del hombre." zi Porqué toda reparacié ie z vie Lend, der Neuoseteee und Peyote ME -E vow Genser y DM, Senses es renss "ea ether cnet pycherg Greece, Togs APTI It Tcht son" podsaienst en morse, 0K athol tli und Psychoterapie (Viena, 1954), 19, verse claramente que no es preciso antepon LA IDEA PSICOLOGICA DEL HOMBRE a lo el mismo as mientes que ha nos viene a I pel: quien juzg6 al Psicoandlisis del siguiente modo: “Yo me he parado en el subt del edificio y no he salido de alli carta a Ludwig Binswanger. errinco y en el “parterré” It"; esto escribfa en una ente aducimos puede jer necesaria~ nilisis al tratamiento logoterapéutico: ,deciendo desde hacia trece afios de una agorafobia grave. Habja visitado a eminentes colegas de mi especialidad, haba sido una ver hipnotizada, otra sometida a narcoanilisis, y finalmente a varios electro- hocks en una clinica mental; sin embargo, todas estas Giligencias habian resultado infructuosas. Al decimoter- feet dia del tratamiento logoterapéutico Mevado a cabo tro colaborador el doctor Ko- quien a lo largo de trece aiios !—salir a En los dos casos que seguidamé mente un psicoa Judith K. venia pa bajo Ia direccién de nues ccourck, pudo la enferma: habia sido incapaz de abandonar la casa sok Ja calle sin compaiifa. Después de un tratamiento de s6lo cuatro semanas de duracién, durante las cuales estuvo internada, fue autorizada para salir de Ia Policlinica de Neurologia, libre de achaques, aun durante ¢l tiempo de ‘observacién en que fue sometida a varios reconocimien- tos periédicos; pudimos constatar, ademés, que durante teste tiempo habia reanudado las relaciones sexuales con su marido, de lo que habla sido incapaz a lo largo de ‘cuatro aos. No vayamos a caer en el error de pretender explicar la etiologia de tal neurosis a base de Ia absten- cién sexual, cuando lo que en realidad sucedi6 fue 10 contrario, es decir, que la abstencién sexual no represen- WiROR £. France 1 IDeA PsicoLéo1ck Det moses 2 encia de tal neurosis, | pece i ’ ; chet ae cer en cen was is sina um éxito qu en rau vno por tame tread de auesta terapduicg 0 oncomt | Tadudablemente que primero se ha de comenzar por Hede R. Est ener lesb goes ees sere | Pvee sr igen 9 tepesen la condiciones les de posibitidad para (a existencia espritual y personal det hombre; la equivocacién esté tan sélo en pretender localizar, de una manera tendenciosa y exclusvisa, el origen de todas las perturbaciones en le zona de 10 pst- aquieo, como continuamente se viene haciendo. Esto equi Yaldrfa a localiarlas erréneamente, puesto que no sola- mente lo psiquico, sino también lo somitico y lo noético pueden ser el origen de Ia enfermedad. ¥ el Psicoandlsis, desde el punto de vista de la etilogia, es culpable de parcalidad en dos aspectos, quiero decir, su horizonte visual esté coartado por dos antiparas, slo que no las lleva ala derecha y a la iequierda, sino una arriba y otra abajo, porque de un lado, al aferrarse a la psicogénesis, colvida la somatogénesis, y de otro la noogénesis de las alecciones neurbtcas. En primer lugar vamos con la somatogénesis. Y para ello un caso concreto: En cierta ocasién me llam6 a su Jado como consiiarius Ia doctora que estaba tratando 2 tuna joven paciente, recluida en cama en un sanatori, de ana usabe sus vestidos si ella lo viera, © inmediatamente guarde (antes sit gue | Habta sido tratada anteriormente a lo largo de cinco aios Neve. Como puede verse, aun supomerde rites Baio | por una psicoanaista de aficibn, sin haber conseguido Pulauico de la infancis 6 elie lo que el trauma | ningin resultado favorable, Cuando Ia enferma perdié fi- PatOgenos realmente, su desvelarn rer ad bubiesen sido | nalmente ia paciencia y propuso a la psicosnalista sus- to en el sentido en ender el tratamiento, respondié la otra que en modo + 9Ue To persigne Ta psico igue la psicoterapia desveladora solamente hu- alguno, dado que ¢! tratamiento propiamente atin no ha- raven u steroR FRAN bla comenzado, por cuanto durante todo este tiempo has bia tropezado siempre con la resistencia que le oponia 1a enferma, y esto Ie llevaba siempre al fracaso... Yo mismo ordené que se le pusieran inyecciones de acetato de des oxicorticosterona, y pocos meses después me enteré por mi compafiera la doctora que la trataba de que nucstra enferma se hallaba de nuevo en condiciones de trabajar Rormalmente, continuaba sus estudios en la Universidad ¥ que podia redactar ya su tesis doctoral, Se trataba de tun caso de hipofuncisn de las cipsulas supracrenales bajo 1 cuadro elinico de un sindrome de despersonalizacidn, Ast como el hipofuncionalismo de la cépaulas suprarre. nales suele ir acompaiiado, como en el caso artiba des. erito, del Uamado “sfndrome psicodinimico” (desperso. nalizacién combinada con perturbaciones en la capacidad de concentraciin y de atencidn), asi también resulta, como yo mismo he podido demosttar, que la hiperfun. cidn del troides suele ir pareja con una agorafobia, que con frecuencia se presenta como sintoma psiquico aislado Y-lo mismo que los primeros responden favorablemente al tratamiento con acetato de desoxicorticosterona sus. len responder éstos también al tratamiento con metan. sulfonate de dihidroergotamina (DHE 45), En otra ota. Sin se nos encomends el tratamiento de un caso que urante varios meses habia sido estudiado y tratado en O170§ Sitios, donde habian Megado a la conclusiOn de que S trataba de una afeccién psicégena, sobre la base de un onflieto matrimonial, con Ia agravante de que, segiin su Parceer, el marido era impotente. En realidad se trataba, sesin pudimos comprobar bastante pronto, no de une out = xs wurosis psicégena, sino simplemente de una ps ee Ty dhs, cn on ae cnt pet a se vio libre de molestias, Geral gto ce ave poset» oe eae Vino pelo oa noe eer Seen mio a ob sees Ete cn 3 cella, poe met pen, cfr de sts rset grep en psigns. St to cofito mation feast de say pitéren, bien poliamos asgurar gue € 50 no 100 ds fos casas son newdteos wer ferms en cucstiin paece desde hace cinco afos ae an pe agus de greet en pilin Fx mei dio de estan son um puoi ge 206 mE Soin maj ara env de econ le Tg igi meri ne a onan a ren wee tithes profundiaaban més am. Comenonmos po niéndole inyecciones de metan-sulfonato de dihidroergo- tamina por via parenteral; en cuanto se le admi tari mas se vio completamente iberada de sus ansie- dades y.noi6 incluso que 10s suefos horripitantes que antes le atormentaban “ahora van muy bien", “La psi- coanalista—observaba lla con ironfa-habia interpreta- do los suefios, pero ellos continuaban siendo: \herribles. Esto no quiere decir que, por ejemplo, el hiperfuncio- nalismo del tiroides Weve directamente 2 12 agorafobia: lo que sucede es que este hiperfuncionalismo trae cons 80 una predisposicion para Ia ansiedad, de ta cual pre- Gisposicién se servird luego una angustia expectante y % 7 VITOR &. FRANCE, azudizado, afianza més ain al paciente en su to se ha formado un cfroulo viciosé realm blado en el que el enfermo queda aprisionas en sus propios hilos, lo lente endic i i rl ene Ta in "_Proverbio, el deseo es el padi ata teh Salome, De la angustia expectante puede decirse ie spon pena ne ee Treg, GE modo que mientras combate—por medio de le explicar—del método de la “intencién paraddjica”, De el circulo vicioso de la ‘Neurosis. anise "eee opti + ¥ finalmente el sintoma, de este modo! {LA IDEA PSICOLOGICA DEL HOMTERE, ” arruinar su salud o ser victima de un ataque al coraz6n fo al cerebro. Por temor ante la angustia, intenta hulr de Ia angusti fen lugar de huir se mete mas dentro de ella; aqui nos pero lo hace de un modo tan paradéjico que Jas vemos con Ia tipica forma de reaccién agorafébica En este sentido, quiero decir, dentro de los distintos ti- pos de reaccién, distinguimos nosotros en la Logoterapia clinica los distintos esquemas de reaccién o neurosis reac- tivas. ‘Al igual que el ncurético angustioso reacciona a sus ac- esos de angustia con el temor a la angustia, del mismo ‘modo reacciona el neurético obsesivo ante sus accesos de obsesién, con el temor a la obsesiGn, y precisamente de cesta reaccidn nace la auténtica neurosis obsesiva, clinica- mente constatable. Estos pacientes obsesivos se atemori zan ante sus impulsos obsesivos, bien porque ven en ellos preludios o sintomas de una psicosis, bien ante el temor de poner: por obra los impulsos que les oprimen. Pero, al revés de lo que sucede con el tipo neurdtico angustioso, que por el temor a la angustia intenta huir de ella, el tipo neurético obsesivo reacciona de otro modo: por temor a la obsesién emprende Ia lucha contra ella; mientras que ¢l neurético angustioso huye de Ia angustia, el obsesivo va contra la corriente del impulso obsesivo y en muchos ca- sos de neurosis obsesiva radica en este mecanismo lo pro- Piamente patégeno, Por lo que se refiere a la constitucién del individuo, se puede constatar Ta existencia de una constitucién natural Psicépata; nos referimos a la psicopatia anancdstica, en 1a que, segia los easos, se inserta por si misma ésta o aquella * SRTOR E, PRANRL catacterigacis i cnet Ge & asiedad del paciente. Hasta qud 8 cosa del destino este nii Nn niicleo central de | tosis obsesiva, se ha al ite se ha puesto tltimamente de manifi ra le manifesto, Scasién de los resultados, a todas luces anormales, Que arrojaron los electrocncelal : logramas realizados ¢ ae tao fos en cae we eee lumi anancasmo. La psicopatia.anancistica strato de su neurosis obsesiva—no =n se ha de : i auri- | persona del paciente en su vertiente espiitua, 5 el paciente ni libre ve Ea nm brea respon a a bien tanto mas Tesponsable es de su iets a {Sarat es ano mis ponte eas som Ee mizo en cl hombre, i eld an, Vejos de ser puramente sintomitica, mee a puesto que intenciin de alae S¢ dirige, no al sinto i ie rf Psicoterapia personatista, “ IUSHIOSO del obsesivo, de suerte gu ‘Placer sexual, © bien vefle 1a 10ER FsIcoLates Det. HOMERE 2 sual. En el primer caso hace del acto sexual un progra wnat pero sucede que el placer no puede ser “intentado”, te decir, Ser objeto de un intento™, sino que ha de re- guitar, venir esponténeamente sin ser intentado directa~ mente, quiero decir, ha de derivarse en el sentido de una consecuencia. Porque cuanto mas uno se esfuerza en bus- car el placer, tanto mis se aleja del mismo. El placer ele~ yado a principio y mantenido consecuentemente como tal, fracasa en si mismo, porque a si mismo se cierra el camino. Cuanto mis ansiosamente perseguimos alec to mis dificultamos el consez tans lo, Y si antes deciamos que 1a angustia realiza aquello mismo que teme, ahora podemas decit que el deseo vivido con excesi sidad ahoga aquello mismo que tanto anbela. a lucha por el placer es la earacteristica absoluta del fesquema reactive del neurstico sexual, Vamos a ver un caso concreto. La sefiora §. se dirige a nuestra consulta a causa de su friaidad sexual, Siendo ain nif, Ia paciente fue violada por su propio padre. En nuestra interpreta- cién del hecho nos comportamos, sin embargo, como si no hubiese tenido lugar singin trauma psicosexual; a contratio, preguntames a 1 paciente sien aguella oc sién crey® haber sido perjudicada por el incesto. La ene ferma confirma nuestras sospechas y confiesa haber es tado en aquel momento influida por lecturas de indole ond inten- ia, cuyo contenido era una vulgar interpretacién el Pricoanslisis. La convicciGn a que llegd era que aque- EL plier no puede ser objeto de un intertomeon una sols excepedns cuando fe le itecta como el efecto puguice Je Una (aush comaien, ln que siceds en In embriagee, - vaRron 8, FRAME Mo “reclamaba una justa reparacién”. En una palabra, s© afianz6 en ella una ansiedad de espera. Dominada ente- Famente por esta ansiedad expectante, en cuanto legaba relaciones intimas con el varén, se ponia Ia enferma wal acecho", pues aguardaba el momento en que por fin pudiese afirmarse en su feminidad y testimoniarla, Pero Frecisamente por esto quedabs su atencién dividida en- re el hombre con quien ejecutaba el acto y ella misma. Consecuentemente se frustraba siempre el orgasmo, pues fn fa misma medida en que se esti atento al acto sexual, Se hace uno incapaz de entregarse. Tneluso ta buena coaciencia es una de esas cosas ane in ser directamente intentadas, sino que han de ‘efecto, Un hombre 20 tiene la, cuando es bue no pueder resultar siempre como un pbuena conciencia cuando él quiere tenet vrpor el deseo de tener buena conciencia~a no Sf 20S aigaios en un fariseismo—, sine que Yo tenet ‘buena capes solamente si soy bueno en una Coss, Por See conta anisma cosa “buena”, por amor de tna Perens © por Dios, por complacer a este Ser ‘eminentemente PET sonal. . TResulta que hay “efectos” que precisament 7 dep =perseguir", sino que solamente tiene IAT cuando aor ge los intenta directamente, UM buen ‘ejemplo de ello fi és rersona ¢ intenta ne ot sueRo, Canto mis se tortura wna P 6s tlammente concilior el sueno, tanto Tis & eve Meno, Otro ejemplo es ta salud: CON ‘sucede cuando Uno se preocupa demasiado 4& SY Jaivd? Pues que ya desde se Prmomento esti enfermo: eM. mismo instante pa Sree de ia enfermedad de hipocondri: te no se pur 14 toe recoedcten ont Noman “ ero sao solamente el eso de pacers tntién PIED CRTs ocees precio Srancno del Paean so también Is tendenca ocr ater de Pscologt Tada, s ean eee er cumings umn m= resupe uno no de Teme ma ine delet qe somalueie debe Ui el-cuanto mun se sera en O96 sea Ge ete mis ica exseaia rare ign intent se eta males” Aa a> 28 Senna bu eaming a ambos su mie an de dominio ere ipo de eta aitini6n ence ago # abe ese agua que sn haber soe mo oe ATS TL gon ee lis mes, dado com on ten rey sta aon gaia sci donde ci oy Reger eens its “Durante co ore rea Senor Sloman Te eens oe tots prs aa le qe rons Slomin a is satura nF, RTE a oR eo pescaente porque 1 tens cP rte ei po lets EL woo 2 Sm 38 seg Te repo aes ely an vse dt sc ae An i” Te fe coed tad abla edo ast pues, Go: riquezas y hionores co entonces. ‘Arriba deciamos: que teme; ahora dec el temor hace real aquello mismo nes que el excesivo deseo hace it Sesble aquello mismo que tanto amels- Fst situacién festeigaecha en favor 1a Logoterapiay€® Sunn Ste cs decir, a que rocura ingacir al paieate& qa intent “ vocron Erman desee 0 se proponga conseguir—es algo parad6jico— aguello mismo de lo que tanto teme, aunque sélo sea tuna fraccién de segundo. De este modo se consigue al menos frenar su carrera a la angustia expectante, Mis colaboradores Kurt Kecourek y Eva Nisbauer, direetora del Ambulatorio de Psicoterapia en la Policlinica rol6giea de Viena, han conseguide por medio de este mé- todo de a intencién paradSjica mejorar ripidamente a pacientes de edad, aquejados de una ya inveterada neu- rosis obsesiva, incluso hasta el punto de hacerse eapaces de reanudat sus. qucha 185, 0.52 PALO en O1F05 C4505 flesistir, de momento, de-pracicar la leusotomia* que 30 mismo habia preserita 3} principio, Sirva como prucba e! c1s0 de Ia seca Rosa Ly trae tada or la doctora Becker, que en ol curso de wie si entrevista queds curada, después de haber sufrdo a to largo de eeinte ofos de la continua obsesién de que se tabia olvidado de si Ia puerta quodsba cermada, A cone tinuaciin reproducimos sus palabras grabadas en cinta Iagnctofiica: “En ciera octsidn me olvidé de eevrar ta puceta, Al legar de vuelta a cass, estaba la puerta abierta, Yo me asusté mucho, A partic de entoness, cada vez que me marchaba me imaginaba que quedzba abier- ta, Siempre tengo que volver y cerciorarme. Darants ex 3B cada caso concreto se ba de diucdar si el “handicap” ue pita signifieat Is Tesoro para el pase, es menor ave ce teprsema ia mma eceomedad, Soumene en esto af fmalivg esta juruticads Is interension En fin de easrat. el ‘Selo de in medica leta sempre consea,Ineadisiemente. tne Scodsd de tenfieae sgo. ev esit Tn Ge tahapr con eh menor tril y ts de papue el these de io gue supote hacer posbles at Condlianes ba tas enaes te puede consumer » reser ta Persons Ly tore rsieotdaiey 8ee own 6 te afios he sabido siempre que mis imaginaciones ‘eran absurdas, Cada vez que volvia Ia puerta estaba, en sfecto, cerrada. A pesar de todo, yo tenia que seguir festa mania. No le he encontrado gusto a Ia vida. Ahora, desde que estuve con la doctora Becker, cada ver que siento Ia obseskin me digo: si la puseta esta abierta, abierta ha de quedar. Aunque me “limpien" la casa ¥ no ‘quede dentro ni una pieza, Entonces 12 puedo segsir mi camino.” Tres meses mas tarde: “Me va magniticamente No teng in pensamiento obsesive, No pudo Imaginarme que yo haya tenido semejantes manias. An- tes estaba del todo apenada y no podia tener ales. ‘Ahora soy feliz.” Estos resultados de un tratamiento terapéutico no de- jan finalmente de tener su valor, en orden a probar que | Mamada terapéutica breve puede ser realmente breve y buena, Tocante a la afiemacidn de que lo que aqui se lleva a efecto es una terapéutica sintomitica, 1a Logote> rapia, incluso on lo que se refiere al métogo de la inten- ign paradsjica, usada por ella. no es propiaments ha- Dlando un eratamtento sintomdtico, sino que ha de ser ‘entendida como wna terapéutica que se dirige a la actitud personal. A lo que se ha de afiadir que “los reparcs tan- tas veces expuestos, en el sentido de que en tales €asos a Ia eliminacién de ciertos sintomas ha de seguir nece- sariamente a formacidn de un sintoma de sustitucién la de otra postura interna equivecada, es una afirma- ‘eiéa que, aplicada tan universalmente, earece de todo fundamento” (J. H. Sehultz) La Polieliniea neuroldgica conserva ta grabacién mag- netofénica de lo declarado por un paciente que visité la clinica, después de haber estado a tratamiento con st director veinte aiios atris, a causa de los brutales im- pulsos obsesivos de suicidio que sufria: “Apenas me sen~ tia libre un minuto al dia del pensamiento de que me podia suicidar; pero usted, seflor profesor, me indujo a evar un revélver cargado en el bolsillo—jsemejaate ar- tefacto no hubiera podido yo ni mirarlo antes del trata smiento!—con el asegurador quitado. Luego tuve la idea fija de que si, por ejemplo, me ponia ante un escaparate, podia arrojarme contra el cristal, y usted me dijo que ime debja colocar frente al escaparate y hacor el propos sito de romperlo de un golpe: pero no salié asi. Hoy me parece todo esto un sueno, Todo ha desaparecide.” ;Y por qué habja vuelto de nucvo el paciente? Por qué habia vuelto a visitar [a clinica, es decir, a su director, después de veinte aiios? Resulté ser que fue cosa de su ‘mujer, quien Ie habia impulsado a ello a causa de un conflicto matrimonial totalmente actual; ninguna neuro- sis obsesiva, ni s{ntoma neurdtico de ninguna clase, habia aparecido durante estos veinte afios. Afortunadamente, también el conflicto matsimonial se pudo arreglar y re- solver en el curso de una sola sesisn, Creemos que no viene a cuento hablar despectivamen- te de una psicoterapia “pequeia” en oposicién a otra que si misma se llama “grande” (también Ernst Kretschmer se manifiesta decididamente contrario a tales distingos), Tal'ver pueda suceder que el sintoma contra el que se dirige la intenciGn paradéjica, pongamos por caso un sin- toma f6bico, represeate slo el primer plano sintomato- 1 nes psteatsaIes 9 égico de una ansiedad primigenia, més profunda y ane terior a &1, que Megue incluso a afectar al mismo aspectoy cexistencial del enfermo; pero la intencién paradéjica es precisamente el medio de Hegar hasta conseguir wi cam: bio profundo de actitud, que toca en Io existencial y lo- gra, digamos, la reinstauracién de una primordial cons fianza en le propia existencia, lo que constituye al fin ¥ al eabo ef punto central, el micleo, a partir det cual se puede lograr la curacién de la fobia y de la ansiedad pri rmigenia de que hablamos. Es cosa sabida que asi como la intencién paradéjica procurada mediante el tratamiento terapSutico viene a ‘ocupar el sitio que ocupaba Ta intencién forzada de una manera patégena, del mismo modo 1a también patogena hiiper-reflexi6n tiene en la diseeflexién su correlato in- cludible. Con cierta frecuencia podremos comprobar cémo para eliminar un sintoma es a veces suficiente con orien- tar de otra manera la atencién del enfermo, que estaba como enfocada y concentrada sobre tal sintoma. Mientras que Ia intencién paradgjica pone al enfermo en situacién tal que es capaz de mirar con ironfa su propia neurosis", 5 No quetemos desir que Ia t€enca terapéutica de Ia intencion paraddjicn convierta sstemicamenie en Iz prdctca cliiea una Eipstens tesiea de Gonbon W_ Attrosr, que ice ass "The neu fofie who Tearas to laugh at himell may te on the way to sl ‘maagement, perhaps to-cure” (The Irdividual ond his Religion. A Prychelogieal Interpretation, Nueva York, 986, pag. 92) Clr. Ma iigmbo “El mejor medio pa sear al emote ef de retae aa por medio de a disefleién se pone en condiciones de Jgnorar los sintomas. En el Diario de un cura de aldea, de Tevmanos, se encuentra esta bella sentencia: "Es més (i> Gi de To que se piensa cf odiarse; ta gracia eonsiste en Snberse olvidar.” Puen bien: del mismo modo podemos rosotros aplicar esta sentencia a nuestro caso y decir €n tate sentido—lo que mis de un ncurotico debiera de te- free muy en cuenti—: mucho mis importante que me ospresiarse a si mismo 0 sobreestimarse seria el ol arse completamente de si mismo, Naturalmente gue nuestros enfermos no deben seguir para ello el ejemplo dde Kant, quien en cierta ocasion tuvo que despedir Un feriado, de poca confianzs, por su propensiGn a rebar. Pero luego le vinieron grandes remordimientos al fil6so- fo, hasta el punto de que no era capae de pensar en otra esa, Fn vista de ello tomé la firme decision de olvidar Completamente el asunto, y para ello colgo de 1a pared de su habitacién un letrero que decia ast: "Mi criado ha de ser olvidado.” Pero le sucedis lo que aquel otro, a quien se asegur6 que él mismo podia convert el cobre sw oco con la sola condiciSn de que mientras realizaba Th correspondiente operactén alguimista habla de estar dice minutos sin pensar en niagiin camaledn, El resultado del experimento fue que a partir de entonces no fue ca paz de pensar en otra cosa, sino en aguel raro animalejo el que no se habla ocupado en toda su vida. "Asi no s¢ consigue nada, Ignorar algo—en ¢l sentido ‘de cumplit con Ia dis-teflexin que aqué postulamos— ts or escensotes net oA « séto me es factible en la medida en que vivo al margen Ge ese algo, on cuanto ordeno mi vida a otra finaidad. F cn este momento es cuando la psicoterapia se trans: forma en Logoterapia, en Analisis Existencial cuya esen- Cir eonsiste precisamente—bajo cierto aspecto—en orde- Gov y encauzar al hombre hacia 1a finalidad y el sentido Toncreto de su existenela personal, fiafidad que primero fhe de ser aclarada mediante el adecuxdo ans. SEGUNDA CONFERENCIA Como queda dicho, el Psicoanilisis deja sin tocar no solamente la somatogénesis, sino también Ia noogénesis, de las afecciones neuréticas: pero resulta que las neu- rosis no han de arraigar por necesidad en un complejo. de Edipo 0 en un sentimionto de inferioridad; también pueden asentarse sobre un problema de orden espiritual, sobre un conflicto moral, o bien en una crisis existencial. El Psicoandlisis nos ha llamado la atencién sobre la voluntad de placer, lo que podriamos amar ¢) principio, del placer y la Psicologia Individual nos ha hecho fa- miliar el concepto de “voluntad de dominio”, bajo la forma de la tendencia a imponerse, a hacerse valer, pero mucho més profundamente esté arraigado en el hombre Jo que yo amo la voluntad de sentide: sus esfuerzos, por buscar un pleno sentido a su existencia, Esta voluntad de sentido se presenta frecuentemente 0 victor & reese al psiquiatra de nuestro tiempo bajo la forma de su pro- pia frustracién, No solamente se da, pues, la frustracién sexual, la frustracién del instinto sexual, o en un sentido mis amaplio, de la voluntad del placer, sino también una frustracién existenctal, como se Nama en la Logoterapia, quiero decir, 12 sensacién de Ia vaciedad o carencia de sentido de 12 propia existencia. Esta sensacién acerca de {a falta de sentido esti muy por encima del sentimiento de inferioridad en lo que se refiere a la etiologia de las afecciones neursticas. El hombre de hey padece no tanto bajo el sentimiento de tener, tal vez, menor valia que otro cualquiera, cuanto por la sensacién de que st exis+ tencia earece de sentido, Y justamente, esta frustracién cs con frecuencia tan patigena, es decir, posible causa de afecciones psiquicas, como pueda serlo Ia tan in- ‘calpada frustracin sexual, Con esto mo est dicho, sia fembbargo, que ambos tipos de frustracién hayan de ser nivelados con el mismo rasero o situados en el mismo pla no, es decir, no se ha de cometer el error de equiparar- las como cuando se equiparan religién y sexualidad, por ejemplo, en la sentencia de un libero que cita N. V, Pea: le: "Religion is much more popular than sex this year.” EI hombre que padece esta frustracida existencial no) sabe de nada con lo que poder lenar su acio existencial, ‘como yo le lamaria, Decia Schopenhauer que 1a huma- nidad oscila entre dos polos: necesidad y abutrimiento, Pues bien: hoy dia nos da mis que hacer, incluso a nos- ftros los ncurslogos, el aburrimiento que la necesidad sy la necesidad sexual no ha de ser excluida, sino com- prendida aqui. Porque una y otra vez se pone de mani 1 Toes Psicoxbarca BEL HOMBRE st fiesto que, bajo la apariencia de tal o cual aso de frus- tracidn sexual, lo que se esconde en realidad es la fru tracidn de la voluntad de sentido: solamente en el vacio axistencal florece ta libido sexual Un caso ad! hoe: Sefiora Eleonore W. (Policlinica de Neurologia, amb, 3.070/1952), de edad treinta afi. Nos visita a causa de sus estados fSbicos. Un anilisis exis tencial nos descubro, por detris de la disposicién (An- lage) psicépata y neurSpata, mas alli incluso de 12 cons- titucidn 0 condicidn natural (Grundlage), dispositiva, con- dicionante, de la enferma en cuestisn, el verdadero telén de fondo, el substrato existencial de la neurosis. La en- ferma lo deseribe con sus palabras: “Hay un vacio es) ritual; me siento sin apoyo; todo me parece absurdo; Jo que mis bien me ha hecho siempre ha sido el tener ‘que ocuparme de alguien: pero ahora me encuentro solaz yo quisiera hallar otra vez un sentido a mi vide.” No hee mos de ver en estas palabras la simple relacion de sin- tomas en el cuadto de la historia clinica de usa enferma, Lo que agui legs a nuestros ofdos es el grito de socorro de un ser humano, ‘Ahora otre caso: Marion A. (Policlinica de Neurologia, amb. 392/1955) Una de las declaraciones anamnésieas suena asi: “Mi marido me da léstima, Necesita barullo. Como para él es facil y a las cinco queda libre, su desasosiego le empuja 4 salir de casa, Tenemos un evarto de estar bien acomo- dado y un aparato de radio, pero no tenemos nada que ecirnos mutuamente, Y entonces, cuando todo el que- hacer ha terminado, aparece alli el vacfo. Los libros no 2 Seton FRANK interesan (salvo novelas policiacas y de aventuras; pero en realidad se pueden ver en el cine y asi se ahorra uno cl trabajo de leer), y durante los programas de radio le viene @ una el sueio.” Pocas semanas més tarde, des» pués del tratamiento: “Ya estoy sana, completamente sana, Ya me he reencontrado a mi misma y me siento acogida. Estoy muy contenta. Parece como si se hubiese abierto una puerta muy grande por la que entra una cla ridad que ofusca. Ahora estoy tranguila, La vida es her- mosa y llena de encanto.” El tedio puede ser realmente, como dice el lenguaje cortiente, “mortal”; de hecho aseguran algunos autores que los suicidios no tiene en fin de cuentas otro arigen, sino ese vacio interior, que se corresponde con lo que nosotros hemos llamado frustracién existeneial; pero de- bemos evitar con todo cuidado el reducir a su vez esta frustracidn existencial a la frustracisn sexual, como ha pretendido, por ejemplo, Maryse Choisy con su hipoté- tica aclaracién del aburrimiento como “simbolo del coi- tus interruptus" Hoy gozan todas estas cuestiones de una especial ac- tualidad, Vivimos en una época de “automatizacion” cre- cignte y esto trae consigo un peligroso aumento del tiem po libre? Porque tener tiempo libre no quiere decir so Dictionnaire de Prochoanalyie et de Prschotecinigue, sous la Ltngction de Mrste Chose (1881), 238 ‘Poona open de J, We si, ea “Geviatis”, 12 987, 557, eViiempo Here de que dnponemes.teade a aumenta. EL Dor {00 se musseo tempo ex boy “tiempo Ibe" en opotionm at "Io Qos diapenian fa generacones amicores Noetio Seok fico hey mayer que nuewre tempo de taba. 14 ee peteoUseHes DEL HouRE s lamente libre de algo, sino también libre para algo, y el hombre existencialmente frustrado se encuentra con que fag sabe cémo ha de Henao. Pero yo veo ain mis peligros en esta “automatiza- cidn’, La conciencia que el hombre tiene de si mismo pu- diera, en efecto, ser influida, y esto quiere decir que pur diera verse amenazada por ella, pues muy bien pudiera suceder que el hombre comenzase a entenderse falsamen te a si mismo, comparindose con esos mecanismos de caleular y pensar, Primeramente se entendid el hombre si mismo como una creatura, pero a imagen y seme- janza de su Creador, Dios. Luego vino la épeca de las miquinas ¢ inmediatamente comenz6 a sentizse créador ya verse en conereto a través de la imagen de su crea ura, 0 sea la magquina—l'homme machine, como decia La Mettrie. ¥ ahora nos encontramos metidos de leno en la época de las maguinas de caleular y pensar. ¥ ya po- demos leer en la Wiener Zeitschrift fiir Nerveneillwunde (revista vienesa de neurologia), tomo 1954, eémo, sein tun psiguiatea suizo, una méquina electednica de caleular se diferencia del espiritu humano solamente en que aque: a trabaja pricticamente sin error. lo que deseraciada- mente no se puede decir del pensamiento... Hoy nos ace ccha el peligso—al menos aqui Io presiento yo—de un nuevo homunculismo. El peligro de que el hombre se rmalentienda otra vez a si mismo y de nucro interpeete falsamente su propia imagen, como un “nada mis que...” Porque los tres grandes homunculismes que hasta ahora ¥ sean ws calelos, para el alo 2000, eispondremos de un 27.1 ot 100 e tempo ie se han dado—et biologismo, et psicologism, el sociolo- ismo—, esto es lo que han hecho: presentarle le imax gen de si mismo, pero desdibujada, carieaturesca, como Ja que reproduce un espejo cOneavo no bien enforado: asi no era el hombre “otra cosa que” un autémata de Te flejos, un mecanismo de instintos, un mecanismo psiqui co 0 un simple producto de los coeficientes de produc: cid, respectivamente. A esto habia quedado reducldo el hombre, el hombre a quien el Salmista Yamaba paulo ‘minor Angelis, a quien, por tanto, habia colocado muy reco por debsjo de los seres puramente espirituales. Lo Aauténticamente humano era, en todo €aso, excluide det hombre, Y no lo elvidemos: el homunculismo puede ha- ‘eer histeria, mejor dicho, 1a ha hecho ya. jRecordemos solamente la historia de los gltimos aes, cuando, sean a concepciin dominante, no era el hombre otra cosa que un producto de la hereacie, 0 del mundo en torno (Umwelt), 0 de la “sangee y el suelo”, como entonces se deoia, yen las eatdstrofes histOrieas a que nos ha em- pujado a todos, en las catistrofes inherentes a todo ho- rmunculismo! De todos modes, y segiin mi modo de ver de uma cualquiera de esas concepciones “homunculisti- cas" del hombre a la cimara de gas, solamente hay un paso, cl paso de la consecuencia légica. {Créanme uste- es, seiloras y sefores, ni Auschwitz, al Treblinks, at Maiganck fueron preparados fundamentalmente en los rinisterios nazis d2 Berlin, sino mucho antes en las me- «sas de eseritorio y en las aulas de clase de los cientiticos y fldsofos niilistas! Y no me cansaré nunca de adver- tir, sea en el extranjero, sea en ultramar, dondequiera que 1 sOEA scotdatea OEL HMR ss sea llamado con motive de mis conferencias, que tam- Dién existen filésofos y cientificos nihilistas alli donde, por ejemplo, un autor, un Premio Nobel, diga que él, en resumen de cuentas, no ve en el hombre “otra cosa que minGsculos aglomerados de inmundo carbone y agua, los cuales se desintegran de nuevo en sus clementos consti- tuyentes una vez que hayan todado por unos decenios re la superficie tervestre”. Pero ain hay otro peligro 2 largo plazo: la corrupcién del hombre por ta “autos matizaciGn”; claro que, en fin de cuentas, para es0 es tamos los médicos, no sélo para reconocer y si es pre cso tratar, sino también para prevenit, cuando es pos ble, las enfermedades, y las enfermedades del espiritu y las del espiritu del tiempo, y por eso es nuestro deber clevar nuestra vor de advertent ‘Si quisiéramos conocer las principales formas, bajo Tas que clinicamente se nos presenta la frustraciSn existen- cial, se habrian de citar, entre otras, la neurosis de falta de ocupacién (Arbeitslosileitsncwrose), que ya he des: crite en otro lugar®, ¥ en este sentido se han de enten- er las crisis de los jubilades y pensionistas, un proble- sma de actualidad para la moderna Geriatria. Quiza sea excesiva, en este sentido, Ie afirmaciin de Hans Hoff cuando dice: “La posibilidad de dar un sentido a su vida, en el cual también el futuro quede comprendido, puede en muchos casos impedir ta aparicién de la psico- sis senil” Pero si creemos que encierran mucha sabidu- ria las palabras de Harvey Cushing, el mis grande ciru- strive nnd Selenleben vom Standpunk des Jugend: eroert en "Soniloraiche Rundsehan” (arz0 1933, 36 ierOR Faas jano del cerebro que ha habido, las cuales fueron citadas por Percival Bailey en su discurso cenmemorativo, con ocasién de 1a 112 asamblea anual de Ja Sociedad Ameti cana de Psiquiatras: “The only way to endure life is always to have a task to complete," Por otzo lado, jams hhabia yo visto tal cantidad de libros amontonados sobre tuna mesa—tibros que estaban esperanda atin una minus ciosa leetura—como los que vi sobre et escritorio de Jo- sef Berze, profesor de Psiquiatria de Viena, cuando éste tenia noventa sf. Del mismo modo que la erisis de los pensionistas viene 1 ser algo ast como una neurosis de falta de trabajo, pero permanente y continua, asf también hay’ una neurosis de falta de ocupacién, ésta fluctuante y periédica; me re fieco a las neurosis dominicales, una depresién que aco- mete a aquellos que se hacen conscientes del vaeio de su vida, s6lo euando descansan los domingos de su actividad ¥ trabajo diarios, y cntonces aparece en ellos el vacio existencial. Normalmente la frustracién existencial no es, por su: ‘puesto visible, sino latente, El vacio existencial puede [permanecer larvado, enmascarado, y sabemos de diversas madscaras tras de las que se oculta el vacio existencil Nos basta con recordar la Hamada Manager's disease, 1a ‘enfermedad del manarer, y ver eémo quienes la padecen se entregan a una actividad sin sosiego, empujados por su ciego afdn de trabajar, sin olvidar que su deseo 0 vo: luntad de poderio—por no hablar de la més primitiva y vulgar de sus manifestaciones: 1a “voluntad de dinero”— Aesplaza a la voluntad de sentide. 1 Ea coUtoteA DEL HoMRE ” Pero no solamente hay una Manager's disease, sino tam- bién otra, que vo lamaria Mrs. Manager's disease—en- fermedad de la sefiora del manager—. Pues asi como los ‘manager tienen demasiadas ccupaciones y por ende de- masiado poco tiempo, hasta el punto de que carecen del recesario para respirar y no digamos ya para ocuparse tun poco de si mismos, a sus sefioras les suele suceder al revés: que tienen demasiado poco que hacer, y en con- secuencia, tanto tiempo libre, que no saben” qué hacer de al, pero mucho menos qué hacer de sw vida, y este vacfo interior tratan de adormecerlo con su pasiin por la bebida (Cocktail-Parties), con su mania de aparecer (Social-Parties) y con su pasion por ef juego Bridge (Brid- geParties... Esta clase de personas trstan de huir de si rmismas, para Jo que conforman su tiempo libre de una ‘manera que yo Hamaria centrifuga: mas a esta forma de conformar el tiempo libre, opondria yo otra, que no so- lamente ofrece al hombre ocasién sobrada para ta dis traccién, sino que trata de ofrecerle también oportunidad para el recozimiento interior. Por lo visto, tambign en el terreno de lo psicoldgico ¥ no sélo en el de lo fisico existe el horror wacwi, et ho- ror al vacio, Yo veo en el afin de acallar el vacio inte- riot con el ruido de los motores y con Ia hormachena de la velocidad Ia psicodinimica vis @ tergo de una motor zacién tan velozmente creciente, Estoy convensido de gue el ritmo acelerado de la vida de hoy es s6lo un in- tento, vano por desgracia, de autocuracién de la frustra- ign existencial, pues cuanto menos sabe el hombre de luna meta para su vida, tanto mis acclera el paso en st de un patologismo—, precisamente en la préctica ‘clinica. ye se puede ni aun imoginar un animal que esté some- fextcanie®s ‘edad del manager con 3 ta tea wsico200rch DEL HOMARE 8 sto wn qrwcpciin9 20s 0 HELE SOG, sido a wl menetemon ene tembnes AS A Oe <5 a oe HoT, 2 2 ce mis nue Spi de debi. wna ete rereoma o um come sot © erga conor cso cere de HS ne fet tse Unter See reer tole pot at, COMPLET rl li Fe econ del sentido 2 BOM nega a ipa comers pu Vet Cages rasa eran estado depresivo e+ mente que fo que a ‘una metancolia, sets se weataba, en una palabras Meno 3 estado deqeesvo picdpen 0 Gest ne. eto no ge ung somavcgenc, e& detic, de wn estado renee Mo monble del caso es que sus caviaciones pote Mego de au vida se le ocursfan no precisa mene sobre) “etyrodos de la fase depresiva, come pura so Meese En, a reves, en estas époras estaba siempre remade de modo tan hipocondriaco que ni sigur aeeepa sido posible pensat en ello. jSolamente en Tos a oes de normalidad era cuando caia en tales cavir acer tn otros términos, entre 1a indigencia espii Bet or un lado, y la enfermedad psicoanimiea, por shee, ge daba en este caso concreto una relacign de ex- clusion mutsa. Pero an hoy mis, y es que la frustracion existencia a te frustrcion de fa voluntad de sentido, como la po- demos limat también, ro solamente no es de suyo algo patolgico mucho menos ain se podria lamar tal cosa 2 voluntad de sentido en si misma esta innata ten- encia del hombre a Mevar una existencia Yo mis rica posible de sentido—y estS tan lejos de ser algo enfermi 20, que mis bien puede y aun debe ser aprovechada en sentido terapéutico. El procurar esto es precisamente ¢l Principal intento de la Logoterapia, como terapéution ba sada on el Logos—y esto quiere decir en nuestro cas tun tratamiento orientado (y're-orientador para el pacien te) hacia el sentido de su vida—. Para lo cual, no sola- mente se trata de poner en accién Ia voluntad de sen- tido, sino que ante todo es menester provacarla 0 eva: carla, hacerla aparecer, donde se hubiera perdido, donde lata inconsciente, donde haya sido inhibida, Otra de las tareas encomendadas a la Logoterapia es, ademds, la de Proponer y hacer patentes diversas y coneretas posibili ddades de realizar este sentido, para lo que, desde luego, ‘es necesario un anilisis previo de la existencia concreta, personal, del enfermo en cuestién: en una palabra, un andlisis existencal. Por supuesto que cuando hablamos agui de andlisis cexistencial no entendemos por “anilisis” lo que eomtin- mente se entiende; Io que queremos decit es una ex cazidn de le existencia concreta, y tal ex-plicacion se rea- liza justamente @ través (in medium) de la biografta del ssujeto; en efecto, en ef curso de Ia vida se despliega la personalidad del hombse, en él se va escribiendo y, por ‘consiguiente, en él puede leerse como en ningtin otro si- tio Io gus en realidad es el hombre, tanto por lo que con- cietne a su ser real, como con vistas a sus posibilidades de sentido: Ia vida en si misma es una especie de "auto- ex plicacié Por lo que venimos diciendo, debe result cs evident que el anilisisexistoncial no tiene mada que er con et cismos o sermones, aunque toque tan de cerca el sentido 4 los valores, La Logoterapia no es una Erica, ni aun con la Religién ha de confundisse, pues, como Tuego veremos, estamos en condiciones de delimitar exactamente una Para los americans resulta, por lo visto, particular mente dificil dominar sw propensién a la unidimensiona- Tidad y superar esa indolencia, tan frecuente en los Esta- 440s Unidos, cuando se trata de marcar los limites entre cl Psicoandlisis y la Religin, quiero decit, no scabsn de ver que en el Psicoanilisis se opera con la esperanza de 1a curacién, mientras que en la Religign se da la expe- ranca de la curacién milagrosa; en otras términs, equi paran 1a creencia en Ia ciencia con la ereencia supers Naturalmente, una de fas tareas que incumben a Ia Logoterapia es Ia de ampliar lo mis posible en el enfer mo el campo visual de valores, de suerte que se haga ‘cargo de toda la abundancia de posibilidades—posbi dades de sentido y valor—que estin a su aleance: dicho de otro modo, que Hlegue @ percibir todo el espectro de los walores. Pero su realizacién es cosa del enfermo ex clusivamente, por propia iniciativa, por sw plena concien= cia de responsabilidad, que la Logoterapia le ayuda a recobrar, y signifcaria no valorar lo debido La objetivi- dad de este algo que lamamos valores y sentido, si no abrigisemos ta seguridad de que una verdad, incluso la verdad de los juicios de valores, Ia verdad del conoci- miento y reconocimiento de los mismos, ¢5 algo que Por i mismo se impone al paciente ¥ que no necesita ninguna imposicion por parte del médico. Resulta, empero, que Ja Logoterapia es quien menos tentada se siente a forzar tal imposicidn, dado que se entiende a si misma, preci samente come educacién para la responsabilidad, como suena el programitico titulo de un libro*. Si hay atgda tipo de psicoterapia que esté inmunizada contra la “trans misién” de la peculiar manera de ver las cosas y de la jerarquia personal de valores, por parte del médico al ‘enfermo, éa es 1a Logoterapia. Tocante a la delimitacida de fronteras entre Psicote- rapia (toda clase de Psicoterapia y no sélo la Logotera- pia), de un lado, y Ta Relisién, de otro, se puede levar a abo, segin mi opinida, de la siguiente manera: el fin de la Psizoterapia es la curacion psiquica o mental See lisehe Heilung), el fin de la Religién es, por el contrario, la salvacién del alma (Scelenhei). Se pone de manifiesto Jo distintas que son ambas finalidades, en que el sacer- ote ha de procurar la salvacidn del alma del creyente, ‘aun a expensas del peligro de exponer a éste, en algunas, casiones, a una mayor tensién emocional; pero es una conseeuencia que no se puede evitar, porque primaria- mente y en razén de su ministerio, el sacerdote no se ‘ocupa de medidas psicohigiénicas. Como decia humoris- ticamente un Pade jesuita de U. S. Ay la Religién es 4. Prof, Dr. Kart, Diets, Ersichume sar Verontworichtet Die Eustenceneyse V. E. Erasi. Und thre Bedewung fr die Er chung, Miveinem Geleincon von Unie-Prof- Dr. ANTON SIMONI, Onemeihitcher Burcesverleg. (Wiens. 1988) 1 19E4 ysleotSolea ek wow o algo mis que un medio para preservar a la gente de ile eras psicosomaticas de estémage. Ahora bien? aunque Ja Religign no se preocupa primaria y fundamentalmente de la curacién psiquica o mental, sin embargo, per effee- ‘tum—jno per intentionem!—resulta también psicohiglé- nica, es més, tiene eficacia en sentido psicoterapéutico, por cuanto recoge y offece asilo al hombre y le da una seguridad sin par, el recogimiento y la seguridad que significa estar enclado en lo trascendente, en el Abso Juto. Del mismo modo podemos antar también por pa te de la Psicoterapia un efecto secundaria, derivado, and- logo al de ta Religion, y que tambiga resulta sin haberlo intentado, y es cuando podemos constatar, en casos con- ‘retos, realmente afertunados y agraciados, ¢Smo el pa ciente vuelve a descubrir en el curso del tratamiento psi ‘eurocia psiguca —satvocién det alma per er intersionem per intetionem ttectum psicoteropio religién coterapéutico el manantial, tiempo ha seco, de una fe original, inconsciente, que habla sido ahogada por la re- presién. Pro aun en los casos en que esto sucede, nunca podri haber sido Ia auténtica intencién del médico el conseguirlo, a no ser en el caso de que éste profese la misma confesién y participe en las mismas convicciones religiosas del enfermo, y le trate ror ello en vittud de tuna especie de unin personal entre ambos, lo que al fin y al eabo viene a significar que no le trata como mé- ico. Este estado de cosas se da no sélo en el ejercicio de la medicina, sino también en la teoria médica: por muy de acuerdo que estén los resultados de un tratamiento © los obtenidos por Ia investigacisa, dentro del dmbito de Ia psicoterapia clinica, con lo que el médico esperaba en virtud de sus convicciones religlosas personales, esta concordancia resulta per effectum, no per intentionemt ‘Al contrario, en la medida en que estas investigaciones se llevan a cabo, partiendo no precisamente de un itine- ratio prefijado, u orientadas a una meta conereta (la de que sus resultados coincidan con las enseianzas de la Teologia), tanto més favorables serin para la Teologia estas conclusiones, asentadas con total independencia de todo motivo religioso y de toda intencionalidad confe~ sional. Por eso nos parece wn contrasentido lamar 2 1a Psicoterayia “criada dol apostolado” (I. A. Caruso). Cuan- to menos procure Iz Psicoterapia servie a la Teologia, tanto mis util le serd—jno es preciso ser criada para poder servir! *—, Explicitamente asegura el profesor doctor P. Adiel del Meyer 0. F. M. (lc): “Siempre, y ante todo, Ta Psicoterapia ha de mantener su indepen- © Véase mi obra Der wnbenustte Gou (Led. Viena, 1948), 119. Ls tors rateoucies ott HONE 6 encia como ciencia", y no debe “ser reducida a la ea lidad de encillstheologiae, algo que pot su*misma esen- cia no puede ser.” No dudo en asegurar que sSlo el ma- terial cientifico reunido por una investigaciOn auténoma, por principio y desde el principio, puede, a la postre, ‘ofrecer argumentos vilidas a la Teologia, Volviendo de nuevo a la problemdtica de los valores ¥y del sentido, hemos de dejar asentado que tanto la eues- tin de “de que” como la cuestion de “ante qué” es res- pponsable el paciente, son cuestiones que silo a él cor rresponden, y esto quiere decir que una respuesta a es+ tas preguntas sélo es posible sobre Ia base de un sentido de responsabilidad personal nucvamente recuperado por el enfermo. Una cosa podemos asegurar desde ahora: donde no esti, en modo alguno, el sentido de la existen- cia. ¥ no esta precisamente en esa autorrealizaciin 0 en esa autoconsumaciéa de que iltimamente se ha bablado tanto y de que se ha hecho moda; por el contrario, el hombre no esti ahi para consumarse © realizarse a si mismo, sino que siempre que con relaciSn al hombre se pueda hablar de una autorrealizaci6n © una autoplenifi cacién, ha de tenerse en cuenta que ambas han de resule tar per effectum, no per intentione, Solamente en la medida en que nos damos, en que nos exponemos y en~ tregamos al mundo y a la tarea y a las exigencias que de 1 irradian sobre nuestra vida, solamente ea la me ida en que nos preocupe lo que pasa alli afuera en el mundo y en las cosas y no de nosotros mismos o de ruestras necesidades solamente en la medida en que rea lizamos una misién, cumplimos con un deber, lenamos « reron E FROMRE un sentido 0 realizamos un valor, en esa misma medida nos realizainos y conswmamos @ nosotros mismo. TQué traider 0 al menos qué tentador resulta ese di- cho de moda de la realizaciin y de ta consumacién de si mismo! Como si el hombre existiese solamente para cal~ mar necesidades, ¥ coma si los objetes que le sirven para fllo no fuesen otra cost que un simple medio con avs fograr tal fin. Siendo ast que, por el contrari, 1a rszdn Ue sor de tales novesidades e: 1a de disponer y ditisir al sujeto, haciéndole salir de si mismo, hacia el émbito Je To objetivo, 2 un mundo de objetos. Pues si asi mo fuese, rntonces cualquier acto humano seria iniea y propiamens fe um acto de satisfaceiin de las propias necesidades, de Catisfaceién para el mismo sujeto, es decir, todo acto seninaria siendo s6lo un acto de “aurosatisfaccion” ‘Consumaciéa del propio yo, actualizacion de las pro- pias posibildades, no son, en sums, finalidad en si mis raseey por ello solamente a ua hombre que ha malogeat9 cirsnatigo teal de su vida se Te ocurre conceblt la ealh Si mismo, no como un efecto resultante, sino Pero ef volver sobre si mismo, 1a amente una forma derivada, ‘élo cuando el "bus zacién de ‘como una finalidad. Spesflexion”, ¢8 0 sel tambign deficiente, de la intencién TThsaberiedieung” on el tent. Trad ler que en medina 3 Ses eta re etme Somat 9 mg sume El oe psciende al propio. Sujeto, ds penercn ee erinuen a Sresponie exis Save. Pintuas a fos d05 abe FataR a teas irmcendencis ¥ resueldo Binal iN del 7 5 tne ICHAEL BFE HOWIRE o mera ha fad ou objeto, es cuando vue de aus foal punto de done nia sido envndo, poe 58 PE Welt desing evel oe kane apes e9 modo Aigoneretrnr sl cxador que lo habe aneao™™ sont resdtado de te consionactin de wn sotto ¥ de fevvonisanon denn elo, » 8 podemos compsadet tha teriveracdn des costs siiica ot obra como ir Gontumacion de un sentido y ts razacion de on Ie tose simples meios para ogra ct fin de Ta om wSincion def mismo yds reatacn desi mis ™ sats nin embry que el meio, ent bor Fo fern te Ins ha de ver some com hombres @be 38° ae Store ocasons com enero Ica fe Fores que se enifentan 2 of mismony tn 2 aay cduncs des su nds, en sta del ontnes wn slr gue comtinamente an sufrir que les depara, de sett en ella presente, inalterable, inevitable, fatal, no ha Tlegado ya a career simplemente de razin de sie’. El maico se encuentea ante el deber no solo de hacer a st Emfermo apto para el trabajo, como a su oficio de mé- Goran ano enue, ue pars fo LO sin 24 ers te PTS Eee Sauna En ane riendo al Leger neces penis de iy exe humane 1 fateearnd penente 3 a sec de To aoe Mamaes Regie 3 steres BGO TE sex, Philosophie Weltichonns (Ben i May, Somes Ty quire perderie sf eno 68 HA tom ewe und die Si THesth ty Sinn sae ten pera) oe vogton frm fico corresponde, no sélo de hacerle capaz de sentir un placer o de experimentar una alegria, sino que tiene ade~ ras otro deber, el de crear en el enfermo la aptitud para el sufrimiento, tercera tarea que le est encomendada (st recuperacin en orden a la capacidad de crear no es, por asi decirlo, Ia cuarta meta que ha de alcanzar, sino mis bien una misidn que excede su mbito profesional y por fende una consecuencia contingente, derivada del trata- rmiento médico, como se ha dicho), Esta capacidad de sufrir no es, en fin de cuentas, otca cosa que Ia capacidad de llevar a cabo y de realizar 10 aque yo llamo los valores de actitud (Binstetlungsicert, Pues no solamente el realizar un quchacer (de acuerdo ccon la correspondiente aptitud para el trabajo) puede dar tun sentido a la existencia—en este sentido hablo yo de la realizacién de valores ereadores—, ni solamente el vi- vir algo (Erlebew), el “encuentro” con alguien y el amor (We acuerdo con la correspondiente aptirud pura el goce), pueden hacer una vida plena de sentido—en este sentido hhablo de la realizacida de valores de vivencia—, sino también el sufrir puede hacerlo; es més, no se trata en este cafo de una posibilidad més al aleance del hombre, sino de la posibilidad de realizar el valor supremo y de Ia oportunidad de realizar el sentido, en su dimensiéa mis honda Lo relevante desde el punto de vista médico—mejor dicho, desde el punto de vista del enfermo—es 1a pos tura que uno adopta frente a Ia enfermedad, la actitud ‘con que se desenvuclve frente a ella, En una palabra: lo que importa es la postura conveniente, es el recto, va- 1 wea rstcotdotes bet HONE ° liente sufrir un destino irrevocable, El cSmo se sobrelle- vva un sufrimiento ineludible encierra ya en si un posible sentido, No queremos omitit aqui una poesia de Julius Sturm, que Hugo Wolf ha puesto en misica: Por la noche, por la noche viene gozo y dolor, xyantes de que td lo pienses, te abandonan ambos ¥y se marchan a decirle al Sefor ‘cémo los has saportado. En efecto, el saber sobrellevar es lo que importa, ceémo se soporta el destino, cuando ya no se le pusden tomar las riendas en la mano, sino sélo conformarse con 41, En otras yalabras: cuando ya no hay posibilidad de ‘obrar—es decir, cuando ya no es posible una accién ea paz de conformar el destino—, entonces es preciso sa lirle al encuentro con digno ailemén. Ahora comprendemos con cuinta razin pudo decir Goethe: “No hay situacidn que no se pueda ennoblecer bien por Ia acciin positiva, bien por la resignacisin." Pero atin podemos completar su pensamiento: el soportar, al menos en el sentido del digno y valiente sufrir un des- tino duro, e¢ ya de suyo realizar y Hevar a cabo gran obra: més atin, no sélo es una gran obra, sino la mis grande que es dado realizar al hombre. Y en este sen+ tido entendemos las palabras de Hermann Cohen: “La ids alta dignidad del hombre es el suftir." Felix dolor. ‘Vamos a intentar ahora dar respuesta a la cuestién de porgué el sentido que ofrece al hombre el suftir es el ‘mayor de todos los posibles. Pues bien: los valores de 0 vomron ra actitud ~*sultan tanto mds nobles con relacién a los a+ lores de creacién y de vivencia, en cuanto que el sen tido del sufrimiento esté dimensionalmente por encima del sentido del trabajo y del sentido del amor. Y esto, {por qué? Vamos a partir del supuesto de que el Homo Sapiens se puede descomponer en Homo faber, el hom= bre que consuma el sentido de su existencia por mediv de Ia actividad creadora; en Homo amans, el hombre gas enriquece su vida de sentido por medio de sus vi vencias, su “encuentro” con otro hombee, y por su amor, ¥ finalmente, en Homo patiens, El Homo faber es juts mente To que se lama el “hombre de éxito”; para él s6lo hay dos categorias y s6lo en ellas puede pensar éxito y fracaso. Su vida pendula entre estos dos extre- mos, siguiendo la linea de una Etica del éxito, El Homo patiens es de otra mancra: sus categorias distan mucho de Hamarse ésito ¥ fracaso, son plenitud y desespera- cin, plenitug trite}. trecaso ‘esesperocién Con este par de categorias se sitda perpendicularmen- te (xéase el grafico} con relaciSn a Ia linea de toda Erica del éxito, pues “plenitud’” y “dosesporaciGn” pertenceen a otra dimensidn, Mas precisamente de esta diferencia dimensional se deriva su superioridad dimensional, pues resulta que el Homo patiens puede encontrar su plenitud 1 toe psteandaiea net HoMeRE n incluso en Ia mayor falta de éxito, en el fracaso. Por donde se pone de manifiesto que esta plenitud es com- patible con al fracaso, lo mismo que lo es el éxito con la desesperacié. Naturalmente, esto silo pusde entenderse teniendo en cuenta Ia diferencia dimensional de ambos pares de categorias. Pues si proyectamos el triuafo del Homo patiens, su plenitud de sentido y la plonitud de si mismo logeada en el sufrimiento, sobre la linea de la Etica del éxito, necesariamente ha de resultar, por razéa de la diferencia dimensional, una informe sucesién de Funtos, un algo sin configuracion determinada, un sin- sentido. En ottos términos, a los ojos del Homo faber el triunfo del Homo patiens ha de ser por necesidad locura ¥ escindalo, Pero esto silo es compreasible bajo el signo de esta cruz de coordenadas. Solamente bajo este signo tiene el suirir un posible sentido. Cuando, por ejemplo, en un libro sobre Ia psicologia de los enfermos de cincer, aparecido en U.S. A. 5¢ 60+ fovan en fila: primero, el suicidio; segundo, la religion: tercero, Ia psicosis, como formas de “escapismo” ante el hecho inevitable de una enfermedad incurable, todas so- bre el mismo plano, quiere decir que en tal alineacida niveladora lo que s° ha hecho en realidad es proyectar algo que pertenece al plano de 1o espiritual (el nico en {gue es imaginable un sentido del sufrimientoy sobre fa base, sobre el plano del bienestar psico-orginico y de Ia capacidad psiguica de acomodacién, lo que a su vez sige nifica una proyeccién sobre of plano on que se musve el “hombre de éxito” adaptado forzosamente a tal situa n YiRrOR enact Ha sido la profesora Edith Joelson, de la Purdue Uni versity, quien ha puesto de manifesto cémo el “escapis+ ‘mo” ante la penusia y Ia muerte, el sufrir y el morir, es ‘una forma de reaccidn caracteristica del americano, que mete a éste en un circulo vicioso, dentro del cual el hom: bre que no ve la posibilidad de hallar un seatido al su- frimiento, sino que lo concibe a 1o sumo como una ine adaptacién o ve en él un sintoma neurbtico, no hace sino aumentar mis y mis su sufrimiento—ya inevitable, por- gue asi le ha caido en suerte—con su apenarse por su inevitable sufrir ™, También F.C, Redlich ve en la tan ‘acentuada intolerancia para el miedo y el dolor una ca- racteristica bien marcada de la vida americana; esto se deduce, segin su opinién, del parangén entre soldados de diversas nacionalidades durante los afios de guerra. Y que la cultura americana actual os todo menos espartana # Pero lo que a mf me parece mds digno de tenerse en ccuenta es que F. C. Redlich no omite lamar la atencién fen un cierto orden de cosas, sobre la tendencia a rehuir 1 dolor y buscar el placer, tendencia que va muy de acuerdo con la Psiquiatria dirimica tan en boga en, los Estados Unidas, por cuanto habla explicitamente de una corriente hedonistica que pudiera servir de apoyo a esta orientacin de la Psiquiatria. En tanto que Edith Joelson presenta, por otro lado, a Ia Logoterapia como cl corree- tivo adecuado frente a la mentalidad de higiene mental, 1 Some Consens on a Viennes e School of Pruciatry, 49 “The Jour of Abnormal and Social Psyehotory", Wel. Sy ni ‘mera 3 leaviembre 1985, ¥ Lesotherapy and Exiventct Analyt, Chagas Payehoterapeticn, © (988), 198 ww ASRmerisan Journal of Payehatry" 116 (1988, 800, 1 wea Psteoudoten EL Honan B aque goza alli de tantas simpatias, o lo que es lo mismo, frente al “eseapismo” tan caracteristico de dicha men- talidad. Por lo dicho, resulta que Ia capacidad de realizar va lores creadores, es decir, Ia posibilidad de tomar en Ia ano las riendas del destino mediante Ia accién adecua- dd, tiene preferencia sobre la forzosa necesidad de acep- tar sobre si el destino inetudible, mediante la digns ac- titud de resignacién, © sea, sobre la eapacidad de realizar los valores de actitud. Dicho de otro modo, si bien la posibilidad de sentido que encierra en si el sufrir es su Perior, segin la jerarquia de los valores, a la posibilidad e sentido del obrar activo, aunque el sentido del suftir tenga la primacia, el sentido det crear tiene la prioridad, pues el soportar no un sufrimiento inevitable, sino un sufrimiento innecesario, careceria de valor positivo, seria una petulancia, El sufrimiento innecesario es—segiin la expresién de Max Brod—innoble" y no “noble” infor- uni ‘Ahora bien: zcémo se nos presenta esto on la pede tica médica, in cliniis? De lo que hemos dicho puede ya deducirse que, por ejemplo, un carcinoma operable no es ‘una enfermedad cuyo sufrimiento sea razonable por tener tun sentido; el soportarle simplemente equivaldria a un sufrimiento petulante. Lo que necesita el enfermo en ‘cuestién, el enfermo afectado de tal carcinoma, es valor pora aguantar la operacién; micntras que el recalitrante, ciego de ira, 2 quien la suerte ha deparado un earcinoma inoperable, necesita en realidad resignacién, Ni los dolo- una enfermedad son tampoco, pot regla " ugton ERO ios vi imposibles de evitar, sino un st * csentido, pues dentro de un marges Men calmat, La renuneia heroica 3 todo ry eo 1a anestesia Toca, mds an, a renuncs, cart ge una enfermedad inoperable, a todo medics co para calmar el dolor, no es en modo aiguno

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