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La palabra 

matemáticas proviene del vocablo griego antiguo mathëmatiká, que traduciría


algo así como “cosas que se aprenden”.

Esto se debe a que los antiguos distinguían el “arte matemática” (mathëmatiké tékhnë), de
otros campos del saber, como el “arte de la música” (mousikë tékhnë), porque la música podía
apreciarse a pesar de no haber sido instruido, mientras que la matemática no; para apreciarla
hacía falta instruirse en ella.

Sin embargo, lo que comprendemos como matemática, es mucho más antiguo en la historia
humana, ya que podría haber tenido el mismo origen temporal que la escritura.

De hecho, se piensa que los primeros intentos por tomar notas escritas correspondían a
números y contabilidades, antes que a palabras y sentidos.

Este tipo de sistemas existía ya en el antiguo Egipto y en la antigua Mesopotamia, aunque


fueron los griegos los primeros en considerarla una rama de la filosofía.

Los primeros matemáticos griegos datan del siglo VI a. C. y eran los llamados pitagóricos,
discípulos de Pitágoras (c. 569 – c. 475 a. C.).

Posteriormente el estudio matemático llamaría la atención del gran filósofo


griego Aristóteles (siglo IV a. C.), y más adelante aún del latino Cicerón (106 – 43 a. C.).

Durante el Medioevo fue un campo ampliamente investigado por los alquimistas y estudiosos


islámicos, hasta su reaparición en el Renacimiento, al servicio d

a matemática es una herramienta mental muy poderosa.

Le permite al ser humano realizar una serie vasta y compleja de operaciones que tienen
incidencia directa en la vida real, como son la descripción y el análisis de los espacios, las
cantidades, las relaciones, las formas, las proporciones y la certidumbre.

Sin ella no sería posible calcular, medir, ni deducir lógicamente, cosas que a diario en
nuestras vidas empleamos sin siquiera detenernos a pensar que estamos aplicando los
fundamentos de una ciencia sumamente antigua.

Fuente: https://www.caracteristicas.co/matematica/#ixzz7bS3byMVg

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