¿Por qué son importantes las matemáticas en mi vida?

Esa era una pregunta que se hacia mi yo de

7 años y que, además, le añadía “¿Por qué tengo que aprender a multiplicar? No sirve de nada”.
Por consiguiente, mi yo de 8,10 y 12. También se la hacía, solo que cambiaba el “multiplicar” por
dividir, fraccionar, factorizar, entre otras. Para mí era mucho más fácil odiar las matemáticas que
realmente entenderlas. Esto principalmente porque no me tomaba el trabajo de aprender, sino
más bien de repetir, dos más dos es cuatro, pero ¿Por qué? Era una pregunta que nunca me hacía,
en ese momento era más fácil memorizar, lastimosamente no sabia el gran error que cometía y
tampoco como eso iba a afectar mi futuro.

Con el paso del tiempo me di cuenta que realmente no comprendí nada de las matemáticas y que,
si sabía sumar, era un milagro. Se volvió un problema ver números en el tablero y una dificultad en
mi día a día, fue ahí cuando entendí la importancia de las matemáticas. No es simplemente una
nota en el boletín o una llamada de atención de mis padres o profesores, es mucho más que eso.
Es ayudarle a mi mama con las cuentas de la casa, es recibir bien las vueltas, es entender el porqué
de si quiero unas papas de cinco mil y le doy un billete de veinte mil a la señora me diga mientras
me da billetes de cinco mil “para diez, para quince y para veinte”, es realmente comprender por
qué la señora de la tienda me dice eso y no quedar con cara de “no entendí, pero bueno”. Las
matemáticas no se quedan en el cuaderno con una buena nota, las vivimos día a día, solo con
saber cuánto hay de la casa al colegio y cuanto me demoro si paro a comprar una empanada,
estamos viviendo las matemáticas. Porque si, es un hecho, tenemos que estudiarlas para poder
vivirlas, sí no, ¿Cómo sabremos porque el chocoramo incremento su precio a dos mil? ¿Por qué la
gasolina sube su precio? O ¿Por qué el dólar se devalua? No es más fácil memorizar que entender,
no, cuando se involucra la forma de llevar tu vida con saber sumar,restar o multiplicar.