Los eosinófilos son granulocitos bilobulados que responden a diversos estímulos,
incluyendo alérgenos, helmintos, infecciones virales, aloinjertos y lesiones
tisulares no específicas. Los eosinófilos expresan el receptor de la IL-5, un factor crítico de crecimiento y diferenciación de los eosinófilos, así como el receptor de la eotaxina y las quimiocinas relacionadas (CCR3). Los gránulos secundarios contienen cuatro proteínas catiónicas primarias denominadas peroxidasa del eosinófilo (EPX), proteína básica principal (MBP), proteína catiónica eosinófila (ECP) y neurotoxina derivada del eosinófilo (EDN). Las cuatro proteínas son moléculas citotóxicas; además, la ECP y la EDN son ribonucleasas. Aparte de liberar sus proteínas catiónicas preformadas, los eosinófilos pueden liberar una variedad de citocinas, quimiocinas y neuromediadores y generar grandes cantidades de LTC4. Por último, los eosinófilos pueden ser inducidos a expresar moléculas del complejo principal de histocompatibilidad (MHC) de clase II y coestimuladoras y pueden participar en la propagación de respuestas inmunitarias presentando antígenos a las células T. La movilización de los eosinófilos hacia los tejidos está regulada por estímulos quimiotácticos mediados por receptores. Se han identificado muchos compuestos que actúan como sustancias quimiotácticas para los eosinófilos, incluidos mediadores de la inmunidad humoral como el factor activador de las plaquetas (PAF) y las anafilotoxinas del complemento C5a y C3a; determinadas citocinas; y varias quimiocinas, especialmente las eotaxinas. Ninguno de estos compuestos es específico exclusivamente de los eosinófilos, pero la eotaxina 1, la eotaxina 2 y la eotaxina 3 muestran la especificidad más restringida.