Podemos resumirlo así: resignación con un establishment
detestado (Macron), o protesta arriesgada con una líder peligrosa (Le Pen). ¿Cómo se ha llegado a esto?
La democracia moderna no consiste solo en votar, y menos si el voto es al final irrelevante.
Hay dos valores superiores: inclusión social e igualdad de oportunidades. Son los que permiten el progreso personal y movilidad de la sociedad. 2/6
Pero cuando la democracia se convierte en coto privado de grupos endogámicos de políticos,
ejecutivos, periodistas etc., desaparecen inclusión (los demás estamos excluidos) e igualdad de oportunidades (todo está repartido y adjudicado), y votar da igual (todo está decidido) 3/6 En resumen, la democracia queda en cáscara vacía y crece la indignación por las falsas promesas y crisis cíclicas que no cambian nada. El lenguaje hipócrita de la política y comunicación empeora ese malestar social. Y crece el populismo como “alternativa”. 4/6
El establishment ni siquiera entiende el problema y reacciona con más verborrea sobre lo
mismo o, como Macron, presentándose como “mal menor” frente al populismo. Pero eso no puede durar indefinidamente. Si la democracia quiere sobrevivir debe resolver los problemas de fondo. 5/6
La inclusión no es solo votar y tener un DNI: es ser tenidos en cuenta en la toma de
decisiones, y poder participar activamente sin ser penalizados y excluidos si molesta al establishment. La igualdad de oportunidades es que las élites no se perpetúen, acabar con la endogamia 6/6