Está en la página 1de 1

Ejercicio: "ELEGIR LA PAZ MENTAL" David Hoffmeister.

UCDM
10:45
Asegúrate de tener algo de tiempo para ti, puesto que este ejercicio requiere una indagación profunda.
Es posible que hayas llegado a un lugar hermoso en tu recorrido y también es posible que este viaje haya empezado
a sacar a la luz creencias profundas, e incluso cierto malestar. Esto está bien y forma parte del camino.
Ahora siéntate cómodamente, toma una respiración profunda, reflexiona por un momento sobre lo que has
aprendido guía, confianza y aceptación.
Antes de empezar este ejercicio haciendo uso de tu diario, emplea la asociación libre:
1. Recuerda una situación reciente en la que te hayas sentido estresado por ejemplo cuando estabas atascado en el
tráfico, en el trabajo o en casa con tu familia. Ahora tómate algo de tiempo para reflexionar y plantear estas
preguntas: ¿ qué perspectiva elegir en esta situación? ¿ estaba eligiendo dolor y conflicto o estaba eligiendo paz y
alegría? Recuerda tus pensamientos y sentimientos.
Empieza a considerar que tienes opciones y que siempre puedes volver a elegir a fin de deshacer la tendencia a ir al
pasado, y a pensar en situaciones estresantes.
Esta práctica de considerar tus opciones, en lugar de mostrarte reactivo, te invita a mantenerte vigilante con
respecto a tus pensamientos, lo cual es imperativo cuando quieres alcanzar el estado de paz.
2. ¿Qué está causando actualmente ansiedad o estrés en tu mente o en tu vida?
Anota al menos 3 o 4 situaciones que te estén produciendo preocupación o estrés. Estas situaciones no tienen el
poder de hacer que te sientas cómo te sientes. Todo el poder reside en tu propio pensamiento, por lo tanto,
examina cualquier pensamiento asociado con las situaciones ¿ estás culpando de tu estrés a las circunstancias
externas? ¡estás dispuesto a asumir responsabilidad por tu estado mental?
Tus respuestas a estas preguntas determinarán con cuánta rapidez experimentarás la paz mental.
Te animo a establecer un firme compromiso con la práctica de ir dentro para liberar los sentimientos y emociones
que surgen en las situaciones estresantes.
Por ejemplo, cuando notes algo de preocupación, haz inmediatamente una pausa y permite que ese sentimiento se
libere completamente.
Recuérdate que tu sanación es inevitable y que la paz mental está disponible ahora mismo.
Date cuenta de que todo es para tu curación, en lugar de algo que te está ocurriendo.
En una situación inesperada, es posible que te veas a ti mismo sintiéndote irritado por el entorno externo o puedes
estar molesto o impaciente. Esta es tu oportunidad de dar un paso atrás y rezar pidiendo un milagro.
Pregúntate: ¿ creo que esta molestia tiene causas externas o estoy empezando a reconocer mis propias reacciones e
interpretaciones?
Recuerda que por más difícil que parezca la situación, con aceptación puedes atravesarla pacíficamente.
Unete a la verdadera oración de tu corazón y pide ayuda a tu guía interno, al Espíritu Santo.
Está práctica requiere buena voluntad y vigilancia y tu paz mental las mereces más que de sobra.
Comienza ahora, has de saber que la verdadera paz mental es la única experiencia real y en último término, es
inevitable.

Oración. Solo la paz permanece.


Ahora tómate algún tiempo para relajarte y simplemente estar en este momento sinceramente con el Espíritu Santo,
como presencia amorosa que te reconforta y guía.
Permítete descansar profundamente dentro del núcleo de tu ser, mientras escuchas la oración siguiente:
A medida que me hundo hacia adentro, empiezo a contemplar la naturaleza de la mente y la poderosa naturaleza
del pensamiento.
Cuando acepto la libertad de Dios para mí mismo, acepto la libertad de Dios para todos y para todo.
Porque no hay nada fuera de mi mente.
Cuando cambio mi mente, el mundo entero parece diferente. Y a medida que acepto la visión del Espíritu, puedo
ver. Ya no confundiré el dolor con la alegría, el dolor es el resultado del ego, la alegría es la inspiración del
Espíritu. La confusión entre el dolor y la alegría es la causa de cualquier sufrimiento.
Y si sigo el Espíritu Santo renunciaré al ego, no nada sufriré. En cambio, lo ganaré todo: alegría, verdadera
libertad y paz interna. Esta es mi elección.
Ahora acepto la voluntad de Dios y acepto que la voluntad de Dios es mi voluntad. No hay nada más. Esto es paz.
Amén

También podría gustarte