Un ejemplo de meta difícil es cuando nos ponemos como objetivo comprar una casa. Existen diferentes clases de metas para alcanzar la felicidad. Algunas de éstas pueden ser fáciles, difíciles, a corto o largo plazo. Un ejemplo de meta difícil es cuando nos ponemos como objetivo comprar una casa, la cual va a ser casi imposible para muchos; en cambio, un ejemplo de meta fácil podría llegar a ser el querer determinada prenda de moda actual. Esto sería posible para la gran mayoría.
Por esto muchas personas creen que es mejor proponerse metas
fáciles y cortas: así, la felicidad será más fácil de alcanzar y la podrán obtener reiteradas veces, en lugar de sentirse infelices, lo opuesto a la felicidad, por estar ansiosos o frustrados por establecer metas difíciles o imposibles.