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PSICOLOGÍA CLÍNICA

2022

SEMINARIO DE PSICOTERAPIA FOCALIZADA EN TRASTORNOS DEL


NARCISISMO Y RELACIÓN PADRES E HIJOS

Profesora: Lic. Aurora Valentini


Alumnos:
● Cairella, Estefanía 39622138
ecairella@mi.unc.edu.ar
● Taricco, Gaspar 38988246
gaspar.taricco@mi.unc.edu.ar
● Zalazar, Augusto Salvador 34575280
augusto.zalazar@mi.unc.edu.ar
TRASTORNO NARCISISTA DE LA PERSONALIDAD - CASO GABRIELA

El concepto de narcisismo es uno de los conceptos más importantes y relevantes de la


teoría psicoanalítica. Este término es derivado de la mitología griega, donde el jóven Narciso
se enamora de su imágen reflejada en el agua. Así, Freud introduce este concepto como el
proceso o el estado en el que el yo inviste libido a sí mismo, convirtiéndose, de algún modo,
en un objeto sexual. Es por ello que este concepto implica una comprensión en claves
freudianas donde se supone atender a aspectos como el narcisismo primario y secundario
(enfoque económico), la diferenciación Yo-no Yo, procesos identificatorios, distribución de
libido narcisista y objetal, entre otros. En resúmen, el narcisismo evoca cuestiones
estructurantes del psiquismo, donde se posibilitan las investiduras y con ello la medida en
que el otro significa y nutre al propio sujeto, al Yo. Autores posteriores (Winnicott, Fiorini,
Bleichmar, Hornstein, entre otros) empezaron a estudiar profundamente al Yo y todo lo
inherente al narcisismo, dilucidando ya no una cuestión del “amor a sí mismo” sino a
aspectos de la personalidad que tiene suma relación con lo que trata en términos de
“valoración de sí mismo” desde un enfoque dinámico y funcional.
Por consiguiente, el trastorno narcisista se refiere a un tipo de falla o déficit en la
posibilidad de inscripción psíquica en el Yo. En otras palabras, hay dificultad para la
representación de algunas cuestiones de sí mismo, en esa conformación del “cuánto valgo”
han faltado algunas inscripciones tempranas, en la necesidad de separación del otro, donde
queda un vacío que pulsiona a ser llenado para proveer de fortaleza. De esta manera, se
exige un diagnóstico diferencial relacionado a los cuadros asociados a la inscripción del Yo
como el trastorno borderline, los consumos problemáticos, los trastornos de la alimentación,
enfermedades psicosomáticas y depresiones. A veces estas problemáticas tienen diferentes
grados, a veces son sólo rasgos estructurales, pero en muchos otros casos realmente se
presenta una cuestión más organizacional del psiquismo. Así, dentro de los rasgos que
podemos identificar en estos sujetos encontramos:
● Problemática centrada en sí mismo, la preocupación constante por definir su
identidad y la valoración de la misma para con otros.
● Angustia resultante de la interacción con otros en términos de responder a un
yo-ideal o absoluto opuesto.
● Alteraciones en la percepción o configuración de una imagen del propio cuerpo.
● Temores hipocondríacos.
● Dependencia patológica (reiteración de la demanda en los vínculos primarios).
● Ansiedades relacionadas con objetos sexuales parciales, pregenitales y
consecuentes dificultades en la genitalidad sexual adulta.
● Pensamientos confusionales permanentes y estados depresivos frecuentes.
● Dificultades para el registro y la comprensión empática de motivos y conductas de
otros afectando la dimensión social.

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Respecto a la problemática centrada en sí mismo, se manifiesta cuando el paciente no
logra pensar en sí mismo con aproximación y lo expresa de manera manifiesta en
afirmaciones como: “no se como soy y necesito que me lo digan”, “necesito definirme”, “soy
según con quién estoy”, “no me hallo a mi mismo”, “me confundo con una opinión que no me
imaginaba”, entre otras. Así, las imágenes de sí se caracterizan por ser inestables,
antagónicas y polarizadas, y a su vez son puestas en cuestionamiento cuando confrontan
con el juicio de otros. En relación al Caso Gabriela esto queda en evidencia en los
cuestionamientos que ella misma le hace al terapeuta cuando lo indaga acerca de las
similitudes y diferencias que hay entre su persona y su hermana, principalmente en su
búsqueda de validación acerca de estas representaciones. Ella interpela al analista con
preguntas como “¿vos qué pensás de mí?”, “debes pensar que soy una persona horrible…”;
demandando cierta necesidad de validación o definición acerca de su persona.
Siguiendo el caso, cuando aborda su dimensión familiar y la respectiva dinámica (al hablar
de su hija y la relación con su ex marido) aparece en la narrativa lo que los autores refieren
a falta de gradualidad en cuanto concebirse como un excelente padre y a su vez pensarse
como el peor de ellos producto de registros que no pueden coexistir y no logran cierto grado
de matices. Por ejemplo, cuando describe la relación con Francisca, su hija, aparecen
ciertas ambigüedades acerca de su idea de ser madre. Por un lado, la marcada distancia y
conflictividad que hay entre ellas actualmente y por otro los sacrificios que tuvo que hacer
por ella en el pasado (oscilando entre polaridades madre ausente - madre
presente/sacrificada).
Esta problemática también refiere valoración de la autoestima; la oscilación entre juicios
de perfección y los juicios de denigración. La confrontación con el mundo pone a la persona
en tela de juicio de un modo radical en donde se pregunta quien es, cual es su identidad y
cuál es su valor. En el caso analizado queda plasmado en las preocupaciones que ella tiene
respecto al juicio de los productores de la obra, ideales acerca de la edad, temores e
inseguridades superyoicas. Incluso ella manifiesta estar “enojada” consigo misma; el “nunca
equivocarse” y el no poder perdonarse el estar fallando en algo que es tan importante para
su imágen y carrera profesional.
Respecto a la interacción con otros cabe destacar la ausencia de puntos intermedios que
habilita solo lugares de euforia o de depresión que provocan en la persona restricciones del
Yo que son limitaciones en su relacion con el mundo y en areas donde se juega la valoracion
de su identidad (trabajo, sexo, vida social, etc). Gabriela se presenta a la consulta con el
motivo manifiesto de tener dificultades en el ámbito laboral al no poder recordar los guiones;
en el devenir de la consulta aparecen otras problemáticas que se relacionan con lo
manifiesto pero que también forman parte de cuestiones inherentes a sus círculos sociales
(vida familiar y vincular, historia vital, etc).

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En relación a la alteración en la configuración de una imagen del propio cuerpo esta
se presenta como una confusión en las representaciones del esquema corporal. Surgen
distorsiones en el registro de las formas, los volúmenes y los rasgos propios del cuerpo.
Esto se observa en el caso Gabriela en la forma de significar su edad, en el enojo que siente
en relación a los rumores de que algún productor no la ve adecuada para su papel en la
obra de teatro ,dado que es “vieja”. Esto que surge en cuanto al enojo con ese productor se
repite con el analista, cuando ella interpreta que éste la está atacando por su edad y le
replica “¿A vos te gustaría que yo empezara a hablar sobre tu envejecimiento?”. Esta
proyección, de este cambio corporal propio en agresiones externas de los demás, podría
denotar una distorsión en la significación que tiene la paciente en torno a su edad, que
implicaría un envejecimiento que pone en duda incluso su capacidad para recitar los guiones
de memoria.
Por otra parte, en referencia a los temores hipocondríacos ,que se relacionan a las fallas
en el esquema corporal, se pueden presentar como ansiedades corporizadas. Debido a que
la fragilidad en las representaciones de sí se extienden a una fantasía de fragilidad del
mismo cuerpo. Esto se da en la somatización de la ansiedad, que en Gabriela se presenta al
final de la sesión cuando el analista evidencia que su hermana, Patricia, está próxima a
morir (es necesario aclarar que el analista no dice “morir”, deja de hablar antes de
mencionar la palabra), y dice “posiblemente hay muchas cosas por digerir” por lo que
Gabriela antes de poner en palabras esa angustia y aceptar que su hermana se está
muriendo, dice (con referencia a la necesidad de “digerir”, que le facilitó el analista) “me
duele el estomago”. Aquí posiblemente se observa, fugazmente, cómo esta ansiedad antes
de encontrar vía por la palabra, es una angustia sin objeto que queda corporizada.
Por otra parte, su vida emocional carece de profundidad, lo que le produce dificultades
para el registro y la comprensión empática de motivos y conductas de otros afectando
su dimensión social. De esta forma podemos percibir la escasa empatía por las demás
personas, o la desestimación de sus afectos o la incapacidad de sentir las propias
emociones y la de los demás. En Gabriela lo podemos identificar en el tipo de vínculo que
tiene con su hija o con la falta de capacidad de identificar los motivos que la distancian de
ella o de entender lo que demanda Francisca con sus mensajes sobre ella en redes.
Gabriela toma tanto a su ex esposo como a su hija, como atacantes de forma inusual lo que
evidencia también así su dificultad para percibir culpa o responsabilidad en relación con sus
objetos.
Por último, podemos identificar al mecanismo de la negación acerca del reconocimiento de
la resonancia emocional de sus situaciones vividas. Como cuando expresa que “lo demás
está todo bien, mi único problema es no poder mostrar mi rol en el escenario” donde
Gabriela niega el dolor o la preocupación alrededor de lo que le acontece acerca de la
enfermedad de su hermana.

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Referencias Bibliográficas:

● Balint, M. “La falta Básica”. En apunte Posgrado Psicoterapia Psicoanalítica. Centro


de estudios en psicoterapias psicoanalíticas.

● Bleichmar, S. (1993) “La fundación de lo inconsciente” .Buenos Aires. Amorrortu.

● Fiorini, H. (2006). “Estructuras y abordajes en psicoterapias psicoanalíticas”. Buenos


Aires. Nueva Visión.

● Material audiovisual “En Terapia - Capítulo 1 - Temporada 3: “Caso Gabriela”


https://www.dailymotion.com/video/x2a1ej0?fbclid=IwAR2OaxK-u-plAV3SZ0Xs36sfO3pnbWtj
UoijSD9gfMJ4sJovqYo16nKJAZQ

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