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El perro que aprendió a leer.

Un señor amigo de una familia le regalo un perro un niño hijo, este animal fue creciendo,
alegre, juguetón, como todo cachorro. Era muy insolente, pero, poco a poco se notaba en él un
mejor comportamiento. Habían traído a casa un juego de letras de esos de armar palabras, con la
intención de enseñar al niño a leer a través de ir componiendo palabras y armando frases. Se
empezó por repetir muchas veces las bocales, después el abecedario, haciendo repetir al niño
muchas veces lo pronunciado. Se fue notando que el perro ladraba mucho y correteaba por la casa
cuando estaban estudiando, además se acercaba olía las letras, El papá y la mamá del niño
estaban muy pensativos, pues no era normal lo que había pasado en los últimos días; sucedía que
el perro con su hocico, aliñaba las letras y formaba palabras, como: Comida, agua, abrigo, después
frases como: yo no fui quien boto la leche sino el gato. El perro había aprendido a leer.

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