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Este eje apunta a promover el aprendizaje de criterios para observar, identificar y registrar algunas
interacciones de los seres vivos entre sí y con el ambiente (por ejemplo: a través de la alimentación,
la búsqueda de refugio, la locomoción, la reproducción, el crecimiento y la producción de desechos).
Se propone avanzar en la identificación de las relaciones alimentarias entre los seres vivos,
enfatizando en las características (estructuras, funciones, comportamientos) de herbívoros,
carnívoros y omnívoros, y en la interdependencia entre los organismos.
Al elegir un lugar para realizar la salida, vamos a tener en cuenta algunos criterios como las
características particulares del ambiente terrestre visitado, la presencia de un número importante de
seres vivos (y también los grupos a que pertenecen), sus hábitos alimentarios y reproductivos, sus
comportamientos y toda la información necesaria para orientar a los alumnos en la exploración y
sistematización de sus observaciones.
Comenzaremos la actividad con los alumnos preguntándoles si conocen el lugar por visitar, qué
imaginan que encontrarán allí o para qué creen que se hace esta salida: ustedes dicen que vamos
a encontrar animales... ¿Cuáles de los que conocen les parece que vamos a encontrar y
cuáles no? ¿En qué lugares podemos encontrar lombrices? ¿Y caracoles, arañas y bichos
bolita?
¿Y qué tipos de plantas habrá? ¿De qué color serán las hojas de los árboles en esta época
del año? ¿Quién conoce un nombre distinto para la misma planta o animal? ¿Quién sabe qué
materiales utilizan los pájaros para construir sus nidos?
A partir de las respuestas de los chicos, podremos armar junto con ellos un primer esquema
conceptual, incluyendo algunas categorías simples, como plantas, animales, materiales y objetos, y
organizarlas en función de los nombres de los ejemplares, sus características más importantes, el
lugar específico donde creen que viven, entre otras. Esta primera aproximación que sistematiza las
ideas intuitivas y conocimientos de los niños será retomada luego de la salida. En este momento,
todas las ideas planteadas por ellos se consideran válidas y sujetas a verificación. Es muy
importante explicar a los niños las razones de nuestra elección y los objetivos de aprendizaje que
nos proponemos. Nuestros objetivos se pueden registrar en un plan de acción, al que llamaremos
“Guía de observación para los especialistas”, que recoja los distintos momentos de la salida y sus
propósitos en una línea de tiempo, por ejemplo, qué haremos primero, cómo vamos a trabajar
cuando lleguemos al lugar, cuál será la última actividad en el ambiente visitado, etc. Una vez
formados los grupos de trabajo, leeremos y explicaremos detenidamente la lista de tareas
enunciada en la “Guía...” y trabajar con ellos las normas de comportamiento para la salida.
En la salida a un ambiente terrestre, realizaremos las actividades de observación con todos los
sentidos, trabajando en lugares claramente diferenciados, para establecer comparaciones respecto
de las percepciones de los alumnos.
Utilizando la misma zona delimitada vamos a proponer a los niños una serie de actividades de
exploración (que detallaremos más adelante en la guía de observación) entre las que se propone la
identificación del mayor número de seres vivos diferentes, agrupándolos en plantas, animales y
“otros”.
Esta consigna abre la posibilidad de problematizar la clasificación conocida e incorporar nuevos
grupos de seres vivos a los trabajados hasta el momento, por ejemplo, los hongos. También es una
oportunidad para introducir el uso de claves sencillas, por ejemplo, para identificar clases de
animales: vertebrados o artrópodos, o clasificar las plantas, según su forma biológica, en árboles,
arbustos y hierbas.
Las claves utilizadas en uno y otro caso aluden a características diferentes y los criterios se refieren
a categorías taxonómicas o de tipo ecológico. Es importante hacer notar a los alumnos que estas
formas de agrupar y de nombrar a los animales son propias de la clase de ciencias. Al introducir
paulatinamente términos nuevos, los ayudaremos a ir construyendo los conceptos que representan.
Por ejemplo, en relación con la clasificación de los vertebrados en clases, siguiendo el criterio
taxonómico clásico, podemos explicarles que todos los animales con plumas, aunque sean muy
diferentes en su aspecto, en su tamaño se agrupan en la categoría aves, que es el nombre de la
etiqueta (seguido por el género y la especie).
En los esquemas siguientes, se presentan los dos tipos de claves mencionadas, que han sido
simplificadas para trabajar con los niños.
VERTEBRADOS.
CON PELOS CON PLUMAS CON ESCAMAS CON PIEL CON ESCAMAS
DESNUDA Y PLACAS
En este punto, es necesario hacer una digresión acerca de los problemas de clasificar con criterio
científico.
La clasificación taxonómica en reinos basa sus categorías en las relaciones de parentesco entre las
especies. Subdividir los animales en vertebrados e invertebrados y, dentro de los primeros, en
peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, guarda relación con esta clasificación.
Otro tipo de observaciones que pueden llevarse a cabo en esta salida son las que tienen como
propósito buscar rastros, evidencias de comportamientos o partes de seres vivos y ayudar a los
chicos a identificar las respuestas de los animales frente a los estímulos del ambiente.
En todos los casos, se recopilará la mayor cantidad de información posible a través de dibujos del
natural y distintos tipos de escritos en los cuadernos de ciencias, registros fotográficos, de video o
grabaciones.
En función de la riqueza de posibilidades de observación y la corta edad de los niños, la estrategia
que presentamos es formar grupos de “especialistas” en la observación de diferentes aspectos. Esta
forma de organizar el trabajo lo vuelve cooperativo y da la oportunidad de discutir la responsabilidad
de los subgrupos, pues todos deberán aportar sus observaciones y registros para el aprendizaje de
los demás compañeros.
En las clases posteriores a la salida, evaluaremos con los niños la información obtenida
comparándola con las anticipaciones y los propósitos iniciales. Les propondremos hacer críticas y
comentarios. A partir de los distintos registros de los ejemplares recolectados y de las experiencias
narradas por los chicos, será necesario sistematizar toda la información recogida.
En esta etapa, podemos organizar con ellos inventarios o listas de animales, utilizando las claves
propuestas u otras, así como libros con imágenes o videos que ayuden a identificarlos. También se
puede realizar una actividad similar para los sonidos, los olores, las huellas y los comportamientos,
con el propósito de caracterizar la diversidad observada en el lugar visitado. Será el momento de
volver al primer mapa conceptual elaborado en conjunto para corregirlo y enriquecerlo, armando un
segundo esquema que recoja todo lo aprendido.
A partir de esta nueva base de datos, se pondrá el énfasis en establecer relaciones entre los
elementos, reconociendo sus interacciones (por ejemplo: ¿en qué tipo de plantas encontraron un
determinado animal?; ¿la utilizaba para la construcción del nido, como refugio o como alimento?
Por último, hay que puntualizar el tipo de acciones y modificaciones producidas por los hombres,
analizando también el comportamiento del grupo durante la visita. A partir de esto, se puede elaborar
un repertorio de actitudes posibles, de cuidado y preservación de la diversidad de los seres vivos y
de respeto por el ambiente visitado.
Toda la información procesada se puede exponer a los padres o a otros cursos, mediante el armado
de un mural, una exposición o el diseño de un folleto sobre el lugar visitado. Esta será una nueva
oportunidad para a revisar lo aprendido e interpretado por los chicos y para rescatar las nuevas
relaciones que han comenzado a establecer desde la perspectiva de los modelos científicos
escolares.
En relación con las producciones escritas de los alumnos, la organización de una secuencia de
actividades planificadas brinda numerosas oportunidades para que puedan escribir listas, etiquetas
para la conservación de los ejemplares recolectados, esquemas conceptuales y textos informativos.
En los distintos formatos textuales se incorporan paulatinamente nuevas palabras que responden a
nuevas ideas y a nuevas formas de mirar.