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encrucijadas #40 LA REVISTA DE LA UBA Género y ciudadania / Igualdad ante la ley / Mujeres, pobreza y Ceol ener nee PAN UC Cem CC IESG Cea Ce el presente, narrar desde el presente / Feminidad hostil / Mujeres PUR Cu RCo MMU RL e eMac) CE STAFF Editor responsable Rubén Halla Director ‘Ariel Sujarchuk: Coorinacién Andrea Ascrate Pioduccén perodicay edicion ‘Verénica Goicnechea ‘Adolfo Gonzalez Twin ‘Golaboracion periodistica en este numero, Poula Bartolome ‘Maria Eugenia Lara ‘Mauro Libertella ‘Anabel Pomar Fotografia Alejandro Fabién Garcia Girculacién Oscar Silva Matide Garcia Publicidad institucional ‘Mirtha Chavez Rolando Martinez Mendoza Disefio EUDEBA ISSN 1515-6435 UBAcencrucijadas es una revista editada por La Universidad de Buenos Aires. Universidad de Buenos Aires ‘Viamonte 430, Giudad Auténoma de Buenos Aires Registro de la propiedad intelectual: En trate. Expediente N' 422.087. Hecho el depdsito que marca ia fey, Resaccon: ‘iarnonte 430 - Oficina 21 CGudad Auténoma de Buenos Aites Teléfono: 4510-1269 -Fax: 4511-8145 Email: encncjadas@recuba.ar teb.07 ser mujeri en la Argentina Nota de tapa “Desde la década del “90 a Ia actualidad, la presencia femenina en todos Jos ambitos ha crecido notablemente. Si bien es uns tendencia general cel mundo occidental, en UBA‘encrucijadas nos interesa puntus- lizar et analisis en nuestro pais, dado que el fenémeno cuenta con condli- mentos propios de cada pagina politica, social y econdmica particular Si bien Argentina se destaca por implementar politicas tendientes a lograr mayor participacién femenina, también cuenta con sectores politicos conservadores que observan el fenémeno con reparos y han sido el escollo para demorar decisiones de importancia, tal como haber sido ef siltimo pais de la region en adherir al Protocolo de la ‘CEDAW: CONSEJO SUPERIOR Dye Woe Nat aL} Género y ciudadania Feminidad hostil Universitaria: Por Diana Maffia Por Osvaldo Delgado un largo camino Entrevistas: Mark Sara Slapak, Grac iriz Guglielmotti Ferraro, Carolina Vera, Maria Rosa Neufeld, C na Dei oto, Lili aio, Eugenia Sacerdote de Lustig, Igualdad ante la ley Nuevos graduados Entrevista a Moniea Pinto en la historia reciente en alimentos Por Karin Grammatico Por Departamento de Alimentos/UBA Mujeres, pobreza Piqueteras Contra el pensamiento y desarrollo de capacidades en Salta magico en odontologia Por Marta Bekerman Por Andrea Andiijar Por Diana C. Daich de Bidelsztein Narrar el presente, El trabajo, la casa, Hipertensién arterial narrar desde el presente la politica Por Carlos Feldstein Por Nora Dominguez Por Florencia Partenio y Maia Inés Fernandez Alvacez PR Sat, SOON EL UDIANTE INGENIERIA Anibal Juan Franco José Luis Giust Carle Bonatti Carlos Rosito Enrique Alberto Dams Marcelo Fermepin Rodriguez Walter Palacios Osvaldo Leonardo Delgado Sergio E, Varela Federico Adotfo Kingard ENE Martin J. Marcos Juan PAblo Mas Vélez Santiago Marias Gima Ale e Maria Felictas Elias Flavia Bonomo Martin Bustamante ODONTOLOGIA Maria Beatriz Guglielmotti_ PSICOLOGIA Sara Slapak Florencia Partenio* Maria Inés Fernandez Alvarez** + Lie Sociologia (VBA) Hecaria doctoral CONICET del Centro de Estudios ¢ Investi nes Laborales (CEIL-PIETTE del CONICED) rt. UBMEHESS mencién antropologia. Beca- ria posdoctoral CONICET Seccién de Antropolo- sia social, ICA, FFYL-UBA. Investigadon C PIETTE, CONICET En los Uitimos afios en nuestro pais se ha venido desarrollando una modalidad conocida como “recuperacién de empresas 0 fabricas” por parte de los trabajadores, con el objetivo de defender la fuente de trabajo. Esta practica implica para sus protagonistas asumir responsabilidades, tiempo y trabajo extra. En el caso de las mujeres, comienza a desdibujarse el limite entre lo politico laboral y lo doméstico. La participacién social muchas veces entra en conflicto con el ambito privado. El siguiente articulo intenta reflexionar acerca de /a participa- cién de las mujeres en las recuperaciones de fabricas. Durante los tiltimos afios se han des- arrollado en la Argentina una serie de Procesos que en su Conjunto se deno- minaron “recuperaciones" de empresas = ath © fibricas. Las recuperaciones con tieron en una serie de pricticas qu combinaron, en la mayoria de los casos, la “ocupacién” 0 “permanencia de trabajadoras y trabajadores en una empresa en quiebra o en proceso de “Soy mujer y hombre a la ‘vez. Yo lo siento asi, el otro dia le decia a mi marido, no le quito responsabilidades a él, pero... como ahora tengo que estar trabajando y tratando de recuperar la fuente de trabajo ino? Y después Ilego a mi casa y hago lo que hace toda una mujer, las mujeres, 0 sea, me encargo...” (Trabajadora de una fabrica recuperada) cierre y ¢l mantenimiento de su ges- ti6n por parte de las/os mismas/os. Si bien las ocupaciones de espacios productivos en Argentina han forman- do parte del repertorio de accién de Jos trabajadoras/es desde finales de los afos '50, hacia fines de los noventa estas acciones se inscriben en un pro- ceso mis amplio que adquiere caracte- risticas especificas. A comienzos del 2000 y con mayor énfisis durante los fios 2002 y 2003, las recuperaciones aceleraron_y multiplicaron en dife- se rentes lugares del pais, definiendo una modalidad particular de “defender la fuente de trabajo”-Tal como lo hemos desarrollado en otros trabajos (Femnan- dez Alvarez, 2006a) en el caso de la dad y provincia de Buenos Aires", ésta consistié -en lineas generales- en la conformacién de una cooperativa de trabajo y en el inicio de negociaciones con diferentes funcionarios y agentes del Estado, con cl objetivo de lograr la continuidad de la produccién. Las prin- cipales demandas estuvieron orienta- das a lograr la sancién de una ley de expropiacién, en muchos casos prece- dida por la autorizacién de Tos jueces de un permiso para permanecer y pro- ducir. En otros aunque en menor medida, se establecieron acuerdos es- pecificos con la patronal 0 con el sind ser mujer en la argentina co de la quiebra que gencralmente se basaron en el pago de un alquiler 0 canon por el uso de los inmuebles y/o miquinas. La posibilidad de lograr las expropiaciones consistié en un ele- mento que permiti6 dinamizar los pro- cesos. Desde diferentes perspectivas, estos procesos han recibido Ia atencién de numerosas investigaciones. Algunos trabajos han explorado Ia gestién de Jas empresas recuperadas mostrando la incidencia en las relaciones de géne- ro". En este mismo sentido, nuestras investigaciones ponen en evidencia la importancia de desarrollar una mirada que problematice las cuestiones de género y en parti las mujeres en es fabricas. Como ha sido descripto en diferen- tes estudios, una de las caracter centrales de los procesos de recuperi- n fue Ia modificacin de la exten- sién y de las actividades comprendidas en la "jornada laboral. Por un lado, se diversificaron las tareas realizadas por las/os trabajadoras/es tanto respecto al proceso productive como en Ia incor- poracion de nuevas actividades (tanto relativas a la gestion de la empresa -tareas administrativas, de venta y comercializacién- como acciones de protesta, megociaciones con agentes del Estado, reuniones con empresas Tecuperadas, ctc.). Por otro lado, las/os trabajadoras/es debieron permanecer largas jornadas en la fibrica para “cus- todiar” y “defender ta fuente de tra- bajo” Esto implicé una redefinicién de las fronteras entre el “espacio producti- vo"y elespacio reproductive/domésti co", que nos plantea interrogantes en torno a las implicancias que esta rede- finicion tuvo para mujeres y varones.A continuacién nos concentraremos en reconstruir la participacion de las mujeres frente a estas redefiniciones'", De esta manera, nuestras reflexione: retoman la perspectiva critica de los estudios de género en torno de las dicotomias esfera de la producci6n/re- produccién, espacio publico/privado, partiendo de una visién integral del tra- bajo femenino a partir de las conside- racién de las interrelaciones entre tra- bajo doméstico y trabajo extradoméstt co (Garcia y Oliveira, 2004), “Los trabajos y los dias”: las implicancias de las modificaciones de la jornada laboral para las mujeres, Las mencionadas modificaciones en la *jornada laboral” redefinieron limites tanto del espacio fabril como del trabajo, Esta modificacién se mani fest6 en diferentes aspectos: los tipos los Uae encradas deta \ctividades desarrolladas; los tiempos de trabajo; la forma de habitar la fabrica y el transito entre ésta y los hogares de las/os trabajadoras/es. En relacion al primer aspecto, a par- tir de la recuperacién “el trabajo” com- prendié tareas que sobrepasaron I actividades estrictamente ligadas a la produccion, incluyendo visitas a org: nismos puiblicos, reuniones con legis! doras/es, asambleas con sus compaiie- ras/os, encuentros con empresas rect peradas, entrevistas con medios de comunicaci6n, el recorrido de fas uni- s recolectando fondos, la rea in de manifestaciones, entre otras, Estas tareas pasaron a formar parte de la rutina laboral, definidas, considcradas_y reglamentadas tales, Constituyeron actividades que las/os trabajadoras/es debieron cum- plir como parte de su*jornada laboral” En muchos casos, estas acciones inch yeron Ia realizacion de “guardias” 0 “acampes” que se organizaron para garantizar la “custodia” de Ia fri Para Hevar adelante estas acciones, se aron grupos estables de traba- jadoras/es que cumplian regularmente con esta tarea, En relacién a la organi: zacién del “acampe” frente a la fabric, una trabajadora nos comentaba: “Sen- tia que estaba bactendo una obliga- como conform cién de un trabajo con todos los demas companieros de trabajo”. Las en la distribucin de estas tareas generaron una serie de tensio- nes que se expresron principalmente en términos de sobrecarga de respon- idades sobre algunas/os trabajado- ras/es, para quienes la separaci6n entre el momento de trabajo y el de desean- so se fue desdibujando. El segundo aspecto refiere a los tiem- pos y a la extensi6n del “dia de traba- go". iste paso de consistir en el ejerci ‘cio de tareas puntuales realizadas en horarios fijos y acotados, para incluir nuevas actividades desempefadas den- tro y fuera de la planta, que se exte licron una vex finalizado cl horario destinado a la produccién. En ciert oportunidades, los ritmos del proceso de trabajo se vieron alterados por acciones desarrolladas fuera de ta filbri- ca. En este sentido, los limites de la*jor- nada laboral” se desdibujaron, sobrepa- ando el fin del “horario productivo” Como lo sefialaba una trabajadors Hoy hacés un monton de cosas en et dia y se te pasa ta bora volando.Antes no, antes era ir y quedarte en una maquina o en un lugar y estar todo el dia en ese lugar; ibas y ventas sin ninguna responsabilidad’. En el caso de las “guardias”, éstas comenzaban una vez finalizadas las tareas relativas al proceso de trabajo, y se prolongaban asta al dia siguiente. De esta manera, para quienes cumplian con esta tarea, “el dia de trabajo” se extendi te 24 hs, Para algunas/os trabajado- es esta situacién generaba compli caciones que les impedian asegurar ka ‘guardia”, para lo cual presentaban familiares que cumplian esta tarea 0 bien eran reemplazadas/os por otra/o trabajador/a. A diferencia de los varo- es, las mujeres Solas con hijos a cargo cumplian con esta actividad junto a ellos. Por tiltimo, las/os_trabajadoras/es reorganizaron los distintos espacios de fabrica en funcién de las necesida- des productivas, adquiriendo una mayor movilidad entre las distintas sec- ciones.A su vez, las formas de habitar la fibrica se modificaron en varios senti- dos: a través de la instancia de “guar dia”, con ta permanencia de algu- Jos trabajadoras/es que pasaban gran parte de Ia semana para reducir los costos de transporte, 0 de algu nas/os que se trasladaron a vivir alli. La filbrica constituyé entonces, un “espa cio de vida", en el cual se come, se duerme y al que se asiste junto a la familia, En este proceso, se redefinié la relacin misma entre “Ia casa” y “el tra- bajo”, imprimiendo nuevos sentidos a las formas de habitar y transitar las dis- tancias entre un espacio y otro. En duran- palabras de una trabajadora: “Bueno, cambi6...en parte cambi6 para bien, en parte tenemos mas responsabili- dad porque antes vos terminabas tu trabajo y te ibas a te casa y te desen tendias de la fabrica, de todo, no tené as que pensar en nada, pero en cam- bio abora no, abora somos responsa- bles nosotros”. Ahora bien, squé implicancias tuvie- ron estos cambios para las mujeres que participaron cn estas recuperaciones de fibricas? Responder a esta pregunt: exige atender a las situaciones particu- lares de cada una de ellas, tomando en ‘cuenta su trayectoria laboral y asociati- estado. conyugal, el nuimero de hijos/as a cargo y el ejerci cio en Ia jefatura del hogar. Esta diver: sidad de situaciones adquiere distintas expresiones a Ia hora de “negociar” participaci6n en la recuperaci6n, p cipalmente en todas aque des mencionadas que erin reatizadas fuera del horario de produccién. Fn algunos casos, las mujeres debie- ron enfrentar ¥ responder a los cues- tionamientos de sus parejas. Al respec- to, Ana, una trabajadora de 32 afos, separada que act ‘on sus padres y su hija, comentaba el ditema que se le presenté frente a su pareja en va, su edad, n las activida- ser mujer en ta argentina €l inicio de ta recuperaci6n: “(...)°¥ bueno, entonces le dije a una compa- Nera, Susana, te dije: ‘por favor le podés llamar a Marcos, [se refiere a st actual ex marido), decile que me voy a quedar esta noche aca, que des- pués le explico por qué. Después él me Nam aca y me dice: qué haces abit, sali de abil St vos te quedas abi, si vos te Megas a quedar abi... jotvt- date de mil, jo la fabrica 0 yo!’ Le digo: (70 la fadbrica 0 vos? Bueno, me quedo con la fabrica'..) se rie mientras lo recuerday En otros casos, se sum de tensiones en rela micnto como Ia alimentacién de las/os hijas/os y la limpieza del hogar. Esta situacion se expres6 en dos niveles, Por un lado, las tareas domésticas significaron una sobrecarga que se acopld a la exten sion de fa“jornada labortl”, sobre todo. para aqucllas mujeres solas hijos/as a cargo. Este es el caso de Rosana -una trabajadora de 37 aos on 4 hijos € hij ja se encontraba desocupada en el momento del inicio de Ia recupert- cidn- quien expresaba: “Y tenés res ponsabiltdad con tus bijos también:y que van al colegio... y mucho. Mucho mas que antes Porque antes trabajabas bajo patron, venias, cumplias un borario » bueno, ef resto de las horas te ocu- on una serie ién_ al cumpli- “areas domésticas”, de las con a cargo y cuya pare. todo... es no... vos encruciodss encruciodas eR NOTA DE TAPA pabas de tu casa. ¥ ahora tenés una responsabilidad, tenés responsabili- dad en tu casa, como también en tu trabajo”. En este sentido, a través de los relatos ellas remarcan la importan- cia de recibir “apoyo” por parte de sus maridos 0 compaieros para poder combinar “la lucha por la fébrica” y “el cuidado” de los/as hijos/as. Por otro lado, estas tensiones se extendicron en un cuestionamiento por parte del entomo respecto a la “res: ponsabilidad” en el cuidado de las/os nifias/os.Asi lo express Celeste, ina bajadora de 33 afios, sola con tres hijos a cargo, citando [as criticas recibiclis por la maestra de fa escuela: “com su trabajo todo bien pero tiene que preo- cuparse por sus bijos. Ella ttene que venir’. ¥ yo por abl también pienso que tengo un poco de culpa porque tantas horas de trabajo, dedicando tantas horas a esta tucha y me descut- do...¥.. por abi yo me digo que tengo que disfrutar a ellos, y... por qué tengo que sentirlo tanto esta lucha que tengo que estar abi cada minu to... cada paso, Siento algo de culpa Sin embargo, la participaci6n en el proceso de recuperacion también implic6 la adquisici6n de ciertos gra- dos de autonomia y valorizacion perso- nal. En el caso de Mabel, una trab: ra de 42 altos que vive con su pareja y dos hijos, relataba: “en mi caso ami martdo por ejemplo, no es que es posesivo sino que ellos también eran muty quedados, no le gustaba tr a nin- gin lado pero abora no, yo me voy con los chicos para alld, si, me voy, chau (...) Al principio no le gustaba gute me quedara en la guardta, pero después le dije, un dia salio de mi:'yo me voy a ir a la guardia pero vos atendé la casa’ ¥ como que se sintié apretado, qué sé yo, eso nada mas le dife y entendt6 todo” Reflexiones abiertas al tiempo Como se desprende de los parrafos anteriores, uno de los principales limi- tes a la participaci6n de las mujeres en iS recuperaciones refiere a las*respon- abilidades’ del “mundo privado”. Esta cuestion adquiere particularidades segtin las ones y condiciones de vida de las trabajadoras, ast como de sus expericneias pasada: dive | de situaciones expresa una com: pleja articulacién entre os ticmpos dedicados a la participacién en la recu- peracion de la fibric exigencias del espacio doméstico, frente a lo cual Jas mujeres desarrollan una dificil cons- truccion de “equilibrios de tiempos, espacios y energias” (De Barbie; 2003).Tal como lo expresan en los re tos, su participacién en Ia recupert nse tradujo en una serie de conflic F del “espacio doméstico” que en algunos casos se presentaron en términos de pérdidas, aunque en otros dicron lugar a la creacion de espacios de autonomia. saa tse wu ituaci tos al interi Llegadas a este punto, hablar de la participacion de las mujeres en las recu- peraciones de fabricas como desarrollo de una prictica politica nos lleva a refle- xionar sobre un problema crucial: Ia cuestin del tiempo. Durante las recu- peraciones, el desdibujamiento de fron- teras, en el cual casa/fibrica y produc- ciGn/politica se entremezclaron, ha teni do y tiene implicancias en el uso de tos tiempos de las trabajadoras, Pensando en las “regulaciones tempo- rales’, Dora Barrancos, sostiene que si para los varones la participacién politica ¢s una “inversion” de tiempo, para las mujeres que hacen politica gerenciar el ticmpo sc convierte en cl gran problema. Entonces, cuando las mujeres deciden involucrarse y participar en la vida pili deben hacer frente a encrucijadas (Barrancos, 2006). En este desafio, para poder anteponer aquello que desean hacer a fo que de cllas se espera en la casa,en la fibrica y en su actividad politi- ca deben atravesar un proceso de apren- dizaje. Para ellas, para todas. Para todos. NoTAs [1] En el Gran Buenos Aires, regién donde se encuentra el porcentaje mis elevado, entre el fio 2001 y el 2003 se desarrollaron 73 procesos de recuperacion de fabricas, concentrados en. Jos municipios historicamente vineulados a las 2zonas industriales (Ceil-Piette, 2005), La mayoria de las recuperaciones pertenecen al segmento de pequefas ¥ medianas empresas, aunque 1a ‘existencia de unidades de mayor tamano no deja de ser significatva. Diferentes relevamientos cestiman que el promedio de trabajadoras/es por Fabrica alcanza entre 50 y GD personas y mues- tran que quienes llevaron adelante los procesos ppertenecen al drea de produccidn, registrindose en pocos casos participacion de personal adm niscrativo, de ventas 0 de alguna area de direc- ‘i6n, Las actividades productivas se disteibuyen -mayoritariamente en la rama industeal y menor ‘medida en los servicios. Por lo general, se trata de empresas metalingicns, fFigorificas, textiles. pplisticos, grificas. En otros términos, son empre: Sas pertenecientes a sectores que erccieron durante el proceso de sustinicién de importa. clones, que constituian una parte consideruble del tefido industrial nacional, las cuales se vie ‘on expuestas alas condiciones del moxlelo eco- ‘n6mico perturista, privatizador y asemtado en 1a rentabilidad financiers, iniciado hace dos décadas y media y profundizado en los afios ‘90 (Facultad Abierta, 2004; Fs, 2003). [2] Entre ellos, podemos nombrar tas investi gaciones de: Fernindez,Ana Maria et al Politica _y Subfetividad asambleas barriales y fabricas recuperadas, Tinta Limén Ediciones, Buenos Aires, 2006; Di Marco, G. y Moro, J. “Empresas recuperidas y economia social”, Segundo Con- _greso Nacional de Potiticas Sociales, Universi «lad Nacional de Cuyo, Mendoza, 2004. [31 Oxcos estudios analizan las modlificaciones cen el proceso de trabajo en términos de cam ser mujer en la argentina BIBLIOGRAFIA -Barrancos, D-"Giudadania y género: lx dimen: sin temporal y el desempefo piiblico de las mujeres’, presentado en el Foro “Mujer y Ci dadania’, Universidad de Chile, junio de 2006 CEILPIEITE Relevemiento Sobre empresas recuperadas de ta Ciudad de Buenas Aires y el Gran Buenos Aires, 2005, Mime De Barbier: Género en el rabao parlamen ‘arto ta tegisatura mexicana a fines det siglo XX, CLACSO/ASDI, Buenos Aires, 2003. jn, G. Fabrieas y empresas recupesilas Pr testa social, autogestion Y rupturas en la sujet vidad., Centro Cultural de la Cooperacion, Bue nos Aites, 2008, “Taj, G.y Reb, J.“H aller isin cronsmeteo? Apuntes. acerea de las empresas reeuperadas Revista Herramtenta. N° 28, 2005 “Fernandes Alvarez, M.A De a supervivencla a 4a digntdad. Una etnograpia de ls procesos de “rectiperacton’ de fabricas de la Cludad de ‘Buenos Aires tesis de doctorado UBA. ~ EHESS, Buenos Aires, 2006. Mimeo. Feemindez Alvarez, M.L"Cuidar a fabrica, eu ‘ara Jos hijo. Roles de pénero, trabajo accidn colectiva a partir de un proceso de recuperacién de Fabricas de la Cidade Buenos Aies” Revs ter RUNA.N* 26. Instituto de C . 200, Cen prensa) Garcia, y Oliveira, O. de, “Trabajo extrado méstico Temenino y relaciones de aénero: una nueva miradaen Estudios Demogrifieos y Urba- os, enero-abeil niimero 055, El Colegio de Mex €0,A.C.,DF, México, 2004, Trartehio, F-Experiencis de recuperscién de fabricas Reflexiones en torno alas relaciones de txénero al interior det espacio produetivo, a par tirde un estudio de eas0",en 1V Jornadas Nacto- nates lspacio, Memoria e Identidud, Universi ‘dad Nacional de Rosario, 206 Programa Facultad Abierta Informe det segun- do relevamiento enire Empresas Recuperadas, SEUBE,FFYL, UBA, Buenos Aires, 2005, -Rebon, J “Trahajando sin patron. Las empress recuperidas y la produccion”. Documentos de trabajo N* 44, UGK-Facultad de Ciencias Soci Jes, UIBA, 2005, bios en tos ritmos produetivos, en las funciones y en Ia divisidn de tareas (Reb6n, 2005; Fajn y Redon. 2005) En nuestro caso, cuando mencio- names “actividades comprendidas”, nos referi mos no silo a aquellas que permiten poner en marcha la producci6n sino a las que constituyen a condiciGn de posibilidad del sostenimiento dde la unidad productiva, por ejemplo, obtener la ‘expropiacion. Para un anilisis detallado de las ‘modificaciones en la producciin desde una perspectiva de géner) consultar: Fernindez Alvarez, 2006b; Partenio, 2006, [4] Este articulo se basa en las investigaciones de earicter cualitative que venimos desarrollan- do desie ef afio 2002, En ef marco de las mismas se han reconstruido diferentes procesos: de recuperaciones de fabricas de la Cludad de Bue- nos Aires y el Gran Buenos Aires, con especial atencién a los sectores alimentario, metalirgico y de contec cencruciadas ee

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