Te alabaré, porque formidables y maravillosas son tus obras. . . .
--Salmo 139:14
Cuando me enteré hace muchos años, en primer curso de
escuela elemental, que las células sabían dividirse --y yo no sabía dividir-- me di cuenta de que debían ser bien inteligentes. Ahora que sé un poquito más sobre las células del cuerpo humano y sobre cómo funcionan, estoy aún más impresionado con su sabiduría y con la cantidad de cosas que aún no sé.
Me quedé pasmado con lo que leí en una entrevista en la revista
U.S. News & World Report a Sherwin Nuland, autor del libro The Wisdom of the Body [La sabiduría del cuerpo]. El profesor de cirugía de la Universidad de Yale mencionó a una paciente que tenía una arteria rota en el bazo y que durante una hora no se le pudo medir la presión sanguínea. Debido al sistema de supervivencia que tiene el cuerpo humano, la paciente, no sólo vivió, sino que no sufrió ningún daño cerebral. ¿Por qué? Su cuerpo cerró el suministro de sangre a todas partes excepto el cerebro y el corazón. El cuerpo envió la poca cantidad de sangre que le quedaba a esos órganos esenciales.
El doctor Nuland también mencionó que en un momento
determinado, muchas de las aproximadamente 75 billones de células que tiene el cuerpo humano se reproducen, duplicando sus filamentos de ADN con sus millones de submoléculas. Sin embargo, esto no sucede a la perfección, por lo que «hay un montón de encimas reparadoras de ADN revisando de arriba a abajo la molécula del ADN --dijo el doctor Nuland--. Si ven un error, lo atrapan, lo sacan, y lo arreglan. . . . Eso sí que deja a uno pasmado».
No sé si te pasa a ti, pero mi cerebro se siente definitivamente
abrumado cuando pienso en la complejidad del cuerpo humano. La sabiduría del cuerpo señala a un Creador increíblemente sabio que juntó todas las piezas para que funcionaran tan bien.
Hoy, al pensar en cuán «formidables y maravillosas» son Sus obras
(Salmo 139:14), reconozcamos la sabiduría de nuestro Creador y alabémosle. Cada una de las 75 billones de células que tiene nuestro cuerpo lleva el sello de Aquel que merece que lo honremos como a nadie más. Cada célula lleva una marca que dice: Hecha en el cielo. --KD