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La lectura es el puente que facilita el encuentro entre el lector y los hombres y mujeres que están tras las líneas

de los textos, es el encuentro de ideas, pensamientos, sentimientos, conocimientos y experiencias que rompe
todas las barreras del tiempo y la distancia, permitiendo el aprendizaje, la recreación y la reconstrucción de lo
conocido. La lectura, dicen, es la llave del conocimiento en la sociedad de la información. La lectura es
considerada en la actualidad como un proceso de interacción entre el lector y el texto. Para que se dé una
adecuada comprensión de un texto, es necesario que el lector esté dedicado a construir significados mientras
lee. Leer construyendo significados implica, por un lado, que el lector no es pasivo frente al texto, y por otro lado,
que la lectura se lleva a cabo pensando sobre lo que se lee.

El grado de comprensión lectora está determinado por el conocimiento previo; a mayor conocimiento del tema
que se está leyendo, mayor comprensión del mismo; es decir, mientras más conocimiento previo posea el lector,
menos se detiene en el texto, pues la información que tiene le permite comprender con más facilidad su
contenido. Lerner de Zunino señala que ese "conocimiento previo" está constituido no solamente por lo que el
sujeto sabe sobre el tema específico trabajado en el texto, sino también por su estructura cognoscitiva, es decir,
la forma en que está organizado su conocimiento, los instrumentos de asimilación de que dispone por su
competencia lingüística en general y el conocimiento de la lengua en particular”.

INFERENCIAS

Llamamos inferencia al movimiento central del pensamiento que va de lo conocido a lo desconocido,


relacionando estas dos instancias mediante hipótesis, hasta llegar a una confirmación. Una vez que
confirmamos nuestras hipótesis, la incorporamos a nuestra memoria a largo plazo y por lo tanto la modificamos
y la enriquecemos.

La inferencia o la capacidad para sacar deducciones y conclusiones acerca de lo que no está explícito en el
texto.

Dada su importancia, la generación de inferencias, considerada como la esencia misma del proceso de
comprensión lectora, debería fomentarse en nuestras prácticas dentro del aula, no sólo a través de la realización
de preguntas, sino de la enseñanza y uso de estrategias inferenciales que faciliten la tarea de responderlas.

De acuerdo con Cassany, Luna y Sanz “la inferencia es la habilidad de comprender algún aspecto determinado
del texto a partir del significado del resto. Consiste en superar lagunas que por causas diversas aparecen en el
proceso de construcción de la comprensión (...) Puesto que las lagunas de comprensión son un hecho habitual
en la lectura, la inferencia se convierte en una habilidad importantísima para que el alumno adquiera autonomía”.
La inferencia es utilizada aun por los lectores principiantes cuando complementan la información que no está
explícita en una oración simple. Inferir implica ir más allá de la comprensión literal o de la información superficial
del texto. Por ejemplo, a partir de la lectura de la siguiente frase:

“Aquí no llueve nunca; el lugar es tan seco que no permite la vida de animales ni plantas”

Si el alumno dice: “ese lugar es un desierto”, en este caso, está efectuando una inferencia, dado que la palabra
“desierto” no está explícita en el texto.

La inferencia también es equivalente al proceso de juzgar, razonar, deducir, es decir, sacar conclusiones que no
aparecen en el texto, pero que se pueden extraer basándose en la información; o inducir, es decir, extraer o
enumerar consecuencias de la información dada. La capacidad de inferir evoluciona gradualmente; sin embargo,
ella podría desarrollarse mucho más si los profesores formularan un mayor número de preguntas inferenciales. El
nivel de comprensión de un texto se revela a través del tipo de inferencias que realiza el lector. Cuando los
alumnos toman conciencia de este proceso, progresan significativamente en la construcción del significado. Sin
embargo, antes de proceder a plantear preguntas de tipo inferencial, el profesor debe pasar forzosamente por
una etapa de entrenamiento de sus alumnos; y esto a través de la programación de una serie de ejercicios y
actividades para enseñar a los alumnos a hacer inferencias: unos textos breves o unos enunciados, que van
creciendo en complejidad, pueden ser útiles. El ejercicio que se propone a continuación no es más que un simple
ejemplo que pueda servir de modelo a aquellos profesores que quieran desarrollar la capacidad de inferir de sus
alumnos:

Algunas inferencias:
Genéricas  Se trata de identificar el género discursivo al que pertenece el texto.
 Es necesario tener presente que no todos los lectores conocen la gran variedad de
géneros o subgéneros discursivos orales y escritos.
Léxicas  Elaborar el significado de una palabra a partir del contexto.
Temáticas  Inferir el tema de un texto.
Relacionales  Establecer relaciones de causalidad, oposición, comparación, etc. en un texto incluso
cuando no están explícitas a través de un conector.
 Comparar y contrastar dos textos que traten un mismo tema y pedir que encuentren
semejanzas y diferencias en la apreciación del mismo.

Pistas o instrucciones para realizar inferencias

Las pistas o instrucciones que da un texto y que posibilitan al lector la formulación de hipótesis y de inferencias
acerca del contenido del texto, son variadas. Mencionaremos a modo de ejemplo dos de ellas.

1. Las pistas paratextuales

Por un lado, los paratextos lingüísticos tales como títulos y subtítulos que jerarquizan la información, los
copetes que anticipan el contenido del texto, las notas al pie que permiten aclaraciones, y por otra parte los
paratextos no lingüísticos como las ilustraciones y esquemas que permiten relacionar los conceptos más
importantes.

2. Las pistas textuales: Los conectores discursivos

Su presencia facilita la comprensión lectora en tanto sirven de guía o instrucción para interpretar el sentido
de un texto. Los conectores se utilizan para distintas funciones:

 Indicar el orden de los hechos ocurridos: entonces, después, al otro día, luego.
 Señalar la manera como el escritor organiza su discurso: en conclusión, esto quiere decir que, en este
punto, así pues, empezaremos por, volviendo a lo anterior.
Como podemos observar el marco teórico que estamos presentando se encuadra dentro de una perspectiva
cognitiva (en tanto le interesa la mente del lector y del escritor) y también discursiva, es decir, propone el texto
como unidad para alcanzar la comprensión.

Preguntas literales

 Son las que están apegadas absolutamente al texto.


 Se puede responder con los contenidos explícitos del contexto, esto es, se entregan respuestas textuales o
expresas.
 El lector reproduce, su papel es pasivo.

Mientras las peguntas sigan siendo de ese tipo, no se va a poder desarrollar la capacidad de inferencia,
deducción y razonamiento de los alumnos.

Preguntas inferenciales

 Requieren que el estudiante use las informaciones explícitamente planteadas en el texto, su intuición y su
experiencia personal como base para conjeturas e hipótesis. Las preguntas demandan pensamientos e
imaginación que van más allá de la página impresa.
 El lector ha de realizar inferencias, lo que implica a hacer operaciones mentales como: relacionar, combinar,
deducir, interpretar, opinar, emitir hipótesis, transformar, generalizar, construir,...
 Las respuestas deben inferirse, deducirse o inducirse.

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