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LAS CERTEZAS PERDIDAS Padres y maestros ante los desaffos del presente Juan Vasen Paods voces 0€ LAEDUCACION SUBJETIVIDADES ___DE AYER Y DE HOY Henao en oa id ve an (onc mayor aire Tomeste Wao £12046 rata Llamamos subjetividad a lo que creemos, a lo que nos parece que somos y a lo que hacemos con eso. Es un terito- Fio complejo y contradctario que muchas veces unifcamos, ilusoriamente bajo la frase “une mismo". Y muchas veces también creemos que siempre hemos sido ast, que la gente a lo largo de la historia no se ha modificado més que como facto del escenario geogrfico que habité. Hollywood nos ha hecho creer que entre Cleopatra y una bella e intrigante ‘mujer actual no habria mas diferencias que las de la cosmé- tica de sus ojo. Pero noes asi Tampoco la crianzay la edu- cacién han sido parecidas en todas las épocas. “Los estos con que las personas dan sentido a su existencia,vven, ta bajan y aman han variado de modo notable alo larg de (a historia" (Meler, 2007]. Los confictos, las angustias y los modes de resolerios tienen una fuerte raigambre en (a poca, Lo que resulta especialmente impactante, y algo de sestructurante en la nuestra, es que el “humus” donde esas ralces podrian nutrise, el piso de las précticas que fundan ‘esa subjetividad, se mueve bajo nuestros pies ‘SER NINO ANTES En épocas tan Isjanas como et Paleltico, cuando et hom= bre primitive sélo cazaba y ecolectabafruts, la cra era ape- ras algo mas que un cachorro humano, El nacimiento, ta rmaternidad y la paternidad no eran mucho més que actos ecesarios para una supervvencia siempre amenazada, En las hordas primitvas de cazadores y recolectores que habitaron a fines de ese period, grandes y pequefios toma- ban pare colectivamente de tareas y rituales en tanto “hijos™ de tétems protecores. No obstante, «partir de a fabricacién e las primeras toscas herramientas se abre una brecha. En ‘adelante, et bagaje de experiencia sociocultural acumulada ‘estructura un campe que comienza a diferencia alos adultos de sus crias por algo més que el tamafo: los grandes “sabi- ant mas que los chicos. Los homo, ahora lamados sapiens. comenzaron entonces a ensefarles LLuege de la lamada “revolucign neottica”, con el surgi- miento de la agricultura, la ganaderiay la eerdmica, los hhomo sapiens empiezan & tomar parte del destina en sus ‘manos. Poco a poco lo que era sélo una cria, ese cachorrito humane, comenzé a tener estatuto de hijo en ta medida en ‘que se iba configurando una dimensién adulta cada vez ‘menos accesible para ells, El pasaje de una forma de vida basada en la depredacion @ ‘una economia basada en la produccin de los propos amen 105, los ubica como productores no sélo de medios de vida sino dela vida misma Entonces, ya como padres, pudieron dar ‘asus crias esa condicién universal de hj (vasen, 2000), Al transmitiries sus habilidades y conocimientos comenzaron a twascender através de ellos. Pues tener crf es un act bil5- ico pero constturse come padres y constituirtas como hijos 5 un trabajo elaboraivo que, si bien parte de esa base, la supera y le otorga los sentidos que cada époce, familia y padres en particular proponen, El desarrollo del tenguaje. que parece haberse iniciado com las primeras narraciones grupales sobre los avatares de la caza, fue la materia de un puente que abrié nuevas, posibilidades de enriquecer ls lazos entre adultos y peque- fos. Pues, poco a poco, os aprendizajes iban adquiriendo una creciente complejdad para una vida ahora agricola, ganadera y cada vez mis sedentaria. A medida que era necesario aprender més cosas para vivir en sociedad, los ircuitosinstntvos dejaron de basta. Porque la rigidez de las pautas biolbgicamente fjadas debia dar cabida a una variabilidad de experiencias y respuesias para las que los, soportes genéticos eran insufcientes. La cultura pasé a ser el recurso material de esa transmisién. Yano alcanzaba con los reflejos condicionados, Pero esta “desprogramacién” de los instintos para dar lugar a los aprendizaje llové a que el perioda de indefensin de la cria se extendiera y profundiza- ra Algo que se aprecia en el contraste entre las aptitudes de una cria animal recién nacida, que épidamente se apoya y equilib sobre sus patitas,yel largo periodo de cuidados que requiere la humana para alcanzar un minimo de auto- Pulatinamente, as recientes posibilidades de garantizar su subsistencia hicieron de los nifos objetos més consisten- tes del amor. Las comunidades comenzaron a considerar a su descendencia de otro modo, Podemos inerr este cambio a partir del surgimiento de nits funerarios que dan cuenta de (que cada hijo empieza a individalizarse y deja de ser tratado como una cria mis do una horda, Los pequefos pasaron a ser receplores de una iversin educativa, material, simbélica y ° también Ubidinal, cada vez mayor. Por eso decimos que la infanciaes hija contradictoria de ese recién nacido narcisismo parental, que derrama amor sobre el ifo; un amar por (a posibilidad de prlongarse en él. En este punto, las comunidades capacitaban e integra ban precozmente a sus descendientes a las tareas comu- nes. ¥ ese aprendizaje fue mesiado par rtuales,dramatiza- ciones y, mis adelante, juegos, en los que los nifos, lanza fen mano, se entrenaban enfrentando fieras imaginarias, mientras las niias recogian frutos, cuidaban el fuego y comenzaban a transitar el camino que terminarfa naturai- 4zando sus funciones matemnas. La caza para uncs, la casa para las otras. Més adelante, en la antigua Grecia por ejemplo, ser un sujeto no tenia que ver con posibildades de autodetermina- cin sino can la posibiidad de ser tenido en cuenta en los pla- nes de los dioses del Olimpo. Los romanos instauraron una autoridad paterna que hizo escuela, el pater familias consa ‘grado por e Derecho Romano, Pero, en conjunto, as soceda- des esclavstas y ls imperios de la Antiguedad depararon una dura suerte a los nfs, por lo menos tal como entendemos la infancia actualmente EL crstianismo impli ol desplazamiento de ls universos palitestas, en los que los nifios no tenian lugar ni encontraban Fepresentacién, Pese a tratarse de una “rliggn del hijo recién enol afo 374 dC. se considera que el infantcio merece la pena capital y, si bien esto no mejoré en lo inmediato la situacién de La infancia, al menos desde ese siglo los nifios ‘comenzaron 3 “tener” alma y el Estado a ocuparse de ellos. La Edad Media poblé la vida cotiiana de brujas y demo- ris. En esa época se teria que ls nis pudieran converse ten seres absolutamente malvados, Par eso, e acostumbraba 2 atarles 0 fjartos, bien apretades, durante largo tiempo. La relorma protestant legariaa suprimirformalmente el exor~ ‘mo que ponen en primer plano una desigualdad segin el poder adqusito y una preeminencia del presente sobre el futur y de la imagen por sobre la palabra, Si antes los Estados se proponian ser naciones y regular ‘sus mercados internos formando futur ciudadanes para el ‘jericio de esas funciones, ahora encuentran enormes df= cultades para comportarse como naciones, ya veces tampoco saben si quieren ejercer frente 2 los mercados la soberani y el poder que esto implica, Fernando Savater (2007) amplia la idea al plantear que al ciudadano actual se le ofrecen dos alternativas folsas @ iiotizantes: "La primera le ofrece ser ‘consumidor en lugar de ciudadano, la segunda le invita a ser feligrés. Es decir, comportarse ante todo o, exclusivamente ‘come miembro de una iglesia, una agrupacin cultural o én a renunciando a su universalidad democritca y antepo- niendo a ella su devocién por una secta ala que obedece” Devocién que casi siempre va més alé de la fidelidad y lege al fanatismo. La ilusién de que el mundo es sélo una sucur- ‘sal temporaria del més ala, oa creencia de que habitaro es recorrer un paseo de compras con ls ojos encandilados ~ya no por las dvinidades antiguas sino por las propuestas de la publicidad-, no nos preserva de los efectos de vivir en una sociedad contradictoria, violenta ¢ inusta, y angosta nues= tras posibilidades de comprender sus vaivenes, ‘Una ciudadania intensa exige un espacio pilice de preo- cupaciones y debate, e implica una actividad politica que no £6 limite ata colaboracién como espectadores sino a (a partic pacién en la toma de decisiones. Ser cansumider, en cambio. nos propone un mundo de objetos précticamente inagotable ‘que nos converte no en sujetos de una accién de consumo sino, drectamente, en objetos suyos. EL CONSUMO: FLUIDEZ Y EXCLUSION El consumo es una préctica desbordantey difcilde limitar {que instituye subjtivdad. No slo en otres, en cada uno, Una préctica que aparenta incluir pero que en rigor excluye y fragmenta Silos ciudadanos son iguales ante la ly, loz con- sumidores son claramente desiguales segin su capacidad adqusitina EL consumo mediado por la publicidad produce marcas que también dejan huelay establecen formas de lingje: a llama- 4a “fidelidad alas marcas” es su punto de partie, Una forma de pertenencia a una licuadora excluyente. Hasta los més pobres, al consumir se desesperan por mostrar las marcas a las que logran acceder y que encubren otras marcas, mis handas, como ocurre en las “villas” on los jovenctos que venden droges y se visten con las mejores marcas de ropa © de zaps, La publicidad es la que se encarga de dar imagen ysignf- cacién alas marcas que pautan ese teritria profundo que llamames ingenuamente “uno mismo". donde parecen haber= ‘se alojado tanto las huellas de experiencia vitales como las de las marcas comerciales. Nuestra subjetividad ya no alber- {ga solamente os arrorroesy mimos, los oores las voces, los e e- ‘nombres y apeltides; también ha sido colonizada por las mar cas [Vasen, 2000), Horadada la roca mederna dal hogar-nido, nuestra intimidad se ha tornado cada ver mas ertimided Iacan, 19601 sta determinaciin que podria consderarse “exterior” eja- na produce efectos trascendentes tanto en la escuela como en la erianza, James McNeal (1988), describe, en su libro de mar- keting para fis, et proceso de socializacin en la sociedad de ‘consumo de un mode contundente: “Cuando llega ef momento fen que elnifo puede estar sentado derecho se lo instala en su puesto de observacién culluralmente define: el changuito del ssypermercado". Luego, dice, caminaré aun costado, Claro que criar en el consumo no es fil Ira “sdper” hoy, para muchos, tampoco, Sino resiste la miseria, se esisten los padres. Pacienle, McNeal alecciona: "A menudo sucede que los padres no hagan caso o rechacen la demanda de sus his. Los nifos pueden tener problemas con esas reacciones. Puede haber enfrentamientos, dscusiones,palizas y rabietas, todo to eval puede resulta fastdiose para ambas partes. Hay maneras de prevenir esos resultados y maneras de manejar- los, en particular silos padres confian en la ayuda de los comerciantes iteresados” (McNeal, 1998) Si en la modernidad los padres eran los agentes de socia- Uizacién primaria de los nifios ahora, en cambio, la publicidad fasume [a tarea de “educarios™ a ambos ubicando en forma simétrica a padres e hijos para que hagan carrera como con ‘sumidores. Casi un posgrado, Una maestra me comentaba hace poco: “Los medias Son otro maestro en el aula". "Hace pocos meses un directv de la TF, la principal cadena fran- tesa, provocé un inesperado escdndalo al declarar que ‘la funcién de la televisién es vender tiempo del cerebro humano 8 los anunciantes” (Miguez, 2008) El que no compra, no iene lo que no tiene es pertenen cia, El ejemplo extrema de esta pertenenca y del terror a la exclsién en una sociedad que, cultvando lo exlusivo, se va tornando cada vez mas excluyente es ede las barras braves del fetbol. “EL itbol es generoso, da identidad sin pedir car net (.] pertenacer a un club es ser parte de ese teritorio™ (Atabarces, 2007). Uno es alguien en ese terrterio. Los que no som nadie son los que no tienen territorio ni pueden acceder a productos que los fin a un teritorio no sélo geograica sino simbdlico. Los pobres son los némadas, cazadoresy recolec~ tores [los cartoneros, or ejemplol. Los emigrantes, expulsa- 4os por unhorizonte que los aplasta también, aunque Sater (2007) tos dignfia recordando que en tos origenes dela his toria emigrar fue un rasgo de humanidad, ‘CARAS Y CARETAS, Desde esa desnudez en que las insituciones han dejad alos adultos yin muchas de las caretas que los educadores padres yyraestros- acostumbréames ponernos y que parecen haber perdi elcaca, qué hacer? O tal vez, gqué no hacer? Haber perdido pie leva a una nostalgia de lo que no fue, a buscar un sustente rgido que emparche las imvestiduras caidas 0 desga~ ‘radas,, sobre todo, (a autoridad devlusds, De alla impotencia vila depresin-o los esalids de clera- evando no es posible ‘marcar la subjeividad de js y alunos de acuerdo con valo~ res y modes de relacién que son vaidos por sus receptores como obsoletes. Se trata de comenzar a constuir algo més firme, no més duro, La dureza e5 un relugio defensivo que intenta disimular algo aparatosamente, un “no saber” qué hacer La frmeza es una condicién mas pléstieay exible que afr sabiando de sus limites, Por 20 ' durez3 no dialogs ‘mientras que la firmeza si puede hacerlo sin or eso perder con- sletencia, La dureza es un rcts; la fiemeza, una toma de posi Cin, La dureza est en los gestos a firmeza en la mirada, e @ oe Se trata entonces de partir de la confianza, en camino hacia la reconstruccién de una autoridad con autria y no como mimica vaca, como mero diseurso de orden, Los soportes insitucionales que daban lugar a padres, madres y nifios hasta no hace mucho tienden air desapare- ciendo de la escena. Pero hay interragantes, procesos y dimensiones de la subjetvidad que pueden mantenerse cierto resguardo de la intrusion descarnada del presente, En la produccién de esa clase de riqueza no virtual que somos tos seres huranos, no hay manera de emanciparse totalmente de la vejas conesiones deta ternura y la palabra. Se segui- rn cresndo nuews puestos para el trabajo de la crianza ~més alld de las probetas- que estaré en manos de padres, insustiuiles agentes de una doble funcién: de inscripcion ‘erégena y simbélica, por un lado, pues son ellos quienes mar- ean con aquellos “arrorroes y mimos", pero también transmi- ten ~en tanto sujelados alinconscient sin saberloo sin que rerlo- lo que los excede o lo que los hace padecer. Va lave, son quienes coadyuvan a metaboizary metaforizer lo inscrp- to por ellos mismos 0 a través de ellos, incluso a pesar de ‘ellos osin ellos, porque la sociedad, a cultura y la época ins- criben marcas y valores que a veces chocan con os de los ares en la medida en que su situacin como transmisres std en desventaja frente a otras fuentes de inscrincén, como hemos sefalado antes Sea cual fuere su fuente llos padres o el entorno lo ins cripte requiere ser ligado libdinalmente cosa que no siem: pre se logra-y ocurre, por ejemplo, cuando una madre ama- manta y acompara ese estimulo placentero con el sostén et arrilo, la mirada, la caricia 0 cuando un reto paterno es acompafiado por una explicacién acorde, 0 cuando se com. parte una pelicula ayudando al nfo entender eincorporar 'o ‘que de otro modo lo desbordaria o sera vvdo como un cuer- po extrafo, De las condiciones de inscrpcién y de las vias abiertas para su elaboracin surgi, en el mejor de los casos, Un ser que puede jugar y podrjugarse.Y aunque no padames “penetrar los esquemas divinos del universo”, tal coma Borges sugire, nadie deberiadisuadirnos de crear “esque- ‘mas humanos, aunque nes canste que éstos son provsoros” (Borges, 1992) 4, LA INFANCIA: ENTRE vf GUARDAPOLVO Y LA “COMPU Ente matanes einer lo caine oss hai gai nar ge Toe ria negrara deal gnado 9 me eros resins su ect de craly lasers Sian aire con eit \sjaenr econo a pats, te ls goes esta saps aera et cain En ees mates denser, cus vamos al cele nay ae pasar cares amines. Un sincere pues encase guard Hance y nade, ‘Glam Sconinen, Ege —duser sober neste os gntnd, gst? cine no Pa) Pade oncantrar toot #0 wmapusincom La infancia no transcurre ya tan almidonada como en los ‘aos cincuenta Su estatuto ha variadoy ta subjetvidad de os hiflos en la época actual se consttuye de manera distin y sobre diferentes soporte. Entre esos cambios, a irrupeidn dé la tecnologia los medias masvos inciden de una manera que ‘Gn resulta fel cuanticar. Ese contacto cada vez més amplio y abarcativo con el ate, la musica y ls naturalezs se encuen {ra més y mas mediatizado. Los nifos urbanos podian eser bir un testo sobre el clisica tema ‘ls vaca” sin haber tocado Jamas ningin ejemplar borino ni corrdo riesgos de enchas- rar sus vestimentas. La naturaleza, la bosta e incluso (a @ woven muerte son siempre representadas en diferido. En la moder rida lquida urbana, los la205 no son en directo ‘Agustin, el personaje dal chiste de Nik, lo dice claro: “s ‘querés saber de mi, usé la computadora, ahi estoy. Pero ahi std el Agustin mediatizado pot lo tecnol6gico, ,Ddnde encon trar,entonces, al de carne y hues0? ‘Gorremos a veces el riesgo de creer que se ha producido tuna suerte de “pervesién” de una naturaleza nocentey pura LE infancia ha sido y seré un producto hstrico que surgié en la modernidad, aunque justamente esa modernidad estéag9- tando su potencialidad deinstiuirnfancia. La infancia mademe ‘esvalda, tril, pre-freusianamenteingenva,irtesponsable, inimputable y bésicamente determinada, esa infancia pense dda futuro, educada como soberana y uidada por una alan~ {a entre el Estado-nacién, la familia la escuela y (9 iglesia yo no es lo que era ‘Aigunos de los determinantes de esta metamorfosis son la diferente incidencia que tienen los lazos que el consumo y ta publicidad propician en los nifios, por un Lado, y la media cin que promueven tedas las producciones tecnoldgicas dele ‘nformacin y la comunicacin, por otro. La publicidad medis- tica nosinvade, nos satura, somos espectadores cautvs. Las actuales tecnologia establecen nuevas interfaces en los azos {mensajes de texto por celular chat, blogs, etc.) y permiten cierto grado de aprendizae y protagorismo, | La infancia de Borges puede ser considerada paradigms cea del contraste con los tiempos que fueron. "Unos se erian en {a eall,en la penuria yen la odisearuidosa eincontrolable de {a mult, Otros se crian en un recinto amuraliado, donde to peripecia del mundo suena lejana. Ahora es més dificil esco- para ella, Su mensaje turbulento penetra cada cia 2 todos los Fogares a través dela television. Como el mismisimo Dios, 2s Ubicua. Si hay 0 hubo quienes se crian en cuartos 0 en jadi- nes vigilados, Fue el caso de Borges” (Teitelbsim, 203) Al debiltamiento de esos soportes modernos hay que sumer que, en nuestro pais, pero no sélo aqut, ls dltimos, ‘afios han ojercido, adem, una brutal redistnbucién de bienes yyde accesibildad a servicios y consumos. Un trabajo de demo- licién sobre un timido Estado de bienestar que ha generado una precarizacén y desprotecién nunca antes vistas.” Desde la década del noventa la transferencia que se 6epo- sitaba sobre las instituciones que organizaban la vida social bj la hegemonia de loe Estados nacionales ee a ida debi tando, Y si bien en los citimos tiempos, en nuestro pals, el Estado retomé alguna de sus funciones de antafo, la pobre calidad institucional no permite revertir la caida de la credibi- lidad de las formas de representacién social y politics. La situacién ha ido involucrando a todas las transferencas y a todas las representaciones, aunque de manera desigual. A ese proceso no scapan padres, maestros ni representantes de la justicia. La organizacién social misma ha do macificando insensiblemente los plares en que se apuntalaba Et "merca- 4o" y el predomini de las relaciones de consumo que éste impulsa han desplazado, casi arrinconade, a las anteriores relaciones fundadas en ls transferencia sabre simbolos e ins tituciones que remitian 9 nuestra “identdad” Ser nfo nunca ha sido un dato “natura’. La infancia como concepto y conjunta de intervenciones institucionales [del Estado, de a family de la escuela actia sobre el cuerpo del, nino y lo "marca". Marca que permite (0 deberia permit la relaboracin activa por parte del nie que metaboliz lo rec bido se lo apropia, principalmente a través del juego. Yes entonces, en el espejo de sus juegos, donde el nifo se rele, j j come tal De alll importancia de lo lidico.Podriamos decir ‘qe sino existe ese espejo tampaco hay nifo. Claro que los espejos no son todas semejantes. Es por eso que la infancia es un conjunto que debié escritrse siempre en plural. Pero si antes se dviia bisicamente en dos compartimientos, ede la infancia cuidada yel de la villas, hoy la pluralidad de infan- ‘as hace dudar de si estamos hablando de lo mismo o sila recién misma ha estallado. De este modo, nos encontramos con nifios que son hijos de marcas, précticas ydiscursos cuyo ‘monopolia parental-estatal-escolar ha sido globaizadamente ‘destronade por una saturacién medidtica que allera de modo profundo la raigambre de filacones y (naj. Pues sobre las ‘marcas también se produce una formidable ransferenci y un deseo de pertenencia, Al decir post-macosas quise aludir 8 ‘una época -la posmodernidad entendids como la fase actual e a modernidad- donde existen nis instituides desde otros lugares, por ejemplo, los medias. Una época de familias y ceecuelas desbardadas,instituciones productoras de subjetiv- dad en las que los niios que Se presentan no encajan, no se ‘adecuan a las representaciones de una ifancia que ya ne es lo ‘que era Vasen, 20001. Una épaca en que los padres son cada ‘vez menos receptores de una transferencia que les suponia un saber Tal come sefalamos en el capitulo anterior, Homero Simpson ha desplazado al anacronico “Papa lo sabe todo” Padres y madres son cada vez mas proveedores de medios de crianza, aun cvando mantengan sus funciones clisicas. Pro \veedores de servicios para pequefos usuarios, fturos consu midores, EL saber que se les suponia [solemnizato y acarto- ado tantas veces) esté siendo destituido, generando una inédita apertura y cuestionamiento de los ‘rmados de ser” ya la ver adelgazando lo que las generaciones precedentes pcian transmitir como bagaje alas nuevas. Incluso, como Yeremos, 8 produce una suerte de homogeneizacién en Telacién con el use de objelos nuevos y la “educacién” en el consumo. Padres y maestros son considerados cada we menos “sapiens” Esta légica se da aun en quienes quedan excludes en un pais cada vez més divdido, que expulsa a amplias franjas de niios yjOvenes del acceso y disfute de bienes imprescindi= bles. Los padres de nifosy jovenes que se encuentran margi- nados sufren el dolor, laimpotencia y especialmente la ansie- dad de no poder cumplie con sus funciones proveedoras y nutrcis y todos se encuentran con enormesaiicultades para poner lites los nuevos hébitosligados al consumo de sus his. En estas condiciones, la produccién simbslica fantasmitica lia necesaria para una apropiacidn de la cultura por parte del futuro sujeto se realiza en cémara ripda, La velocidad cibernética na siempre permite que a bologia humana acam- pafe sus rtmos. Y entonces las nis, como el pais, toman el ‘taj de comprar a pelicula hecha. JUEGO Y CONSUMO ‘Simi persenjes no sr a percon gu 39 Sort San Las sociedades estatales as de la “moderna sélida” de Bauman, formaban 2 [a infancie moderna a partir de (as ins tituiones como ta familia, la escuela y Las religones are in es una intitucion, la iglesia parece reterirse al catlicis- mol. En nuestra época “liquida” 0 posmoderna son otras las fuontes productoras de subjetvidad que predeminan. Davis, citado en Bauman (2006), dice que el cansumismmo y las pro: esos de mercantiizacién dela infancia han desestabiizado las insituciones matriciates clésieas dejando “un vacio que ellos mismos se han apresurado a ocupar ‘Como efecto de época pademos constatar que no existe “Ia infancia sno las infancias, Pero lo més terrible es que une de ells es la de los nifios que atraviesan su ner sin una feaperiencia de infancia, esto es, sin contar para si con la representacién de una imagen de nifo como hombre del maiana sin proyecto, sin nacign que lo insituya como civda- ddano necesario y sin un porvenir que lo espere en alguna esquina del futuro Esa infancia es producida por el polo excluyente del consu- ‘mo, mientras otra lo son por su faz inclusiva. Pertenecer no 35lo tiene prvlegis, aungue asi parezca. Las prcticas del ‘consuma son desbordantes y descontroladas, y para la subje tividad consumidora sienpre hay algo pendiente que insiste y disperse. Como red de précticas, el consumo desbarata la protecciény resguardo que caracerizaba ala infancia moder- fa y, de una manera persistent ysublerrénea, su Légica pro duce un estalldo dela lgica familiar. Asimismo, alos nos ‘se les pide que ejerzan un control sobre si, sobre las apeten~ clas que la publicidad les desperta y que Sus propios padres ro pueden controlar (Corea, 2000) Noam Chomsky (2008 es extremadamente critic y claro al respecto, En respuesta @ una pregunta sobre qué es lo que ‘ostiene un modo de vida consumista dice Ls prensa corprativa hace achenta afos yo considersba ‘imo acer para qa la gate rater e saisfacernecesiddes Superiates ola via, come a consume dels products de mods, Es una técrica de canto para debitar a democracia, Por coo este er3 enorme propaganda desde nfanci, para provocar lo que elas santa Tabrieacion de consumido~ eso seconecta cones enferzesgenerales para dei a particpaciin democrtica ELilujo de imagenes que el consume instaura come nueva habla social se basa en la seduccidn y se dirige 2 una dimen- sn estético-pulsional que funda un nuevo narcisismo y no ta coneienca “ideolégica". Por endo, se torna casi un simu- lacro la pretensién deinstaurar una distancia critica, Por otra parte, la seguridad se busca cada ver mis en la imagen, Cuanto mejor me veo més seguro/a me siento", exaltacién narcsista que encubre inseguridades y en la que los idoloe Ideportivos, musicales, artsticos! acupan el lugar de Ine modelos @ seguir jHasta celebridades descartables come las de los "realty shows” son admiradas! ‘Cada quien con su gadget? en su micromundo, Pero esto ‘genera una presién enorme sobre los chicos, que @ Su vez se la dewelen a sus padres. En los supermercados alemanes, los diagramadores disponen que los juguetes y tentaiones. para los pequefios consumidores estén cerca de las cajas registradoras. A esa zona del supermercado se la llama, humoristicamente, Kindertrror Lo que se ve desplazado a partir de ls induccin y perfor- matividad de tas imsgenesy los significantes de los mensajes medisticos es la nocién de narratvidad. Yun narrador, como ‘Saramago, es quien alude a personajes. ‘Aun ni es jugar lo que le posibilita axa creacién de per- sonajes que tienen una historia, por breve @ inverosimil que sea, que desarrollan acciones en escenarios y en relacién con otros personajes. ELjuego se apoya, ya la ver crea, una trama Ggramatical, el guién Widico que dard consistencia al juego y también alnifo, ue entiquece de este mado cu subjetindad, CCoincio con Saramago en que el uege, la narracién yas per somajs son los que revisten al esbozo y generan la promesa i wisn ass enn nie Ge nada menos- una vida, Pero justamente ese jugar creati- ‘odel cual es sujetoel nfo "porhacerse",e nfo que “se ests haciendo” seve afectado actualmente por una invasin de lo "ya hecho". De manera que recuperar, potenciary valorizar los espacios de juego creative es un dique al arrasamiento de ‘una narratividad lidicajaqueada desde varios frente. Por otra parte también la dimensién temporal resulta sig rifcaiva. En et predominio de la actuslidad ansiéyena det consumo se desvanece el future como proyecto. Ys el porve~ hires. entre otras cosas, el repetorio de sueios ideals con {que se incide en el presente para construirlo,elhoy es un pre- Sente despojado de futuro Esto hace crisis en la escuela en ta medida en que si antafo se vsualizba socialmente esta ins~ titucién como un puente hacia la integracién y la movildad social, hoy ya no parece desembocar, con la certeza que se le atribula, en la orila de un futuro venturoso. ‘ante esa Incapacidad social para proyectar un futuro es \égico entonces aferrarse a los productos que nos olrece et ‘mercado. Este mundo acelerado se acompafia de una inunda~ cin de gadgets que nes llevan a otra cuestién: la hornogenel- Zzaciény al borramiento de las diferencias entre nifos y adul- tos en relacién con tas consumes. Muchas veces son los maestros quienes detectan formas de indiscriminacion entre adultos y nifes, Por ejemplo, es habitual escuchar @ los padres en las reuniones eacolares hablar con los modos y ‘ocabulario propos dela edad de sus hijos 0 dando respues tas casi mimticas en las que se pier el discurso necesaria~ mente diferenciado entre padres e bijos. Sucede que los juguetes de los nies de hoy son también los “juguetes” de los ‘dultos. ¥ los juguetes de los adultos (tléfonos méviles, lap- tops, autes, eproductores de musica, et) “tienen cada vez mis un disefa infant (Fresén, 2005) Silos chicos juegan a Ser grandes porque hay una distancia arecorrer yun deseo de hacerio cuando ésta se instaura, yi los grandes juegan como em chicos (peor. en realidad, pues los chicas son mucho més ripidos para absorber las novedades, para qué crecar? Todo jugar, aun el ms esponténeo, surge dentro de un contexto de pautas 0 reglas de juego. La espontaneidad (as, supone, es en rvlacin con elas que se despliega lo trans= sgresién de mado lidico y aceptabe. Una gambeta en el fabot © una ocurrencia en un juego de palabras adquieren erginali- dad por su contraste, por su diferencia con una sujecciénacr- tica 2 reglas que ambos suponen, Eljugar espontineo, por ara part, se opone alo que ya ests jugado. El juego es heredero y, a la vez, se diferencia de lo sagrado, de lo solermne; se nutre de ls agregades ‘plebeyos que puede aportar el protagonisma del nif. Tomemos el caso de los juguetes. Se los saralzaoftichiza de forma tal que los nis legan a creer que sin ese juguete no pueden jugar. ¥ el jugar siempre ha sido una cimensién absolutamente mayer que la del juguete. En todo caso el juguete es un pobre pretestoy soporte de Ia posiilidad de jugar, de la dsposicién a jugar. Muchas woes no os ms que un détilinstrumento para eljvege, ‘una forma infantil de propiedad y poder, lo que se evidencia en esas formas de apoderamiente, veces necesaria por un impo, eos juguetes. Per todos conacemos esos chicos “aiundisas 4e uguetes",cuyos cuartos estén atiborrados sobre todo de ese tipo de juguetes de los que pocramas decir que no les hace falta alguien que uegue juguetes que juegan solos ‘Me parece central a idea de que el nifio na sea jugedo" por el juguete; sacarlo del Lugar de ser gozado pore juguete para acercario a una relacén en la que et juguete queda en falta con juego: no est ta al, nay algo que él puede poner, algo que puede afd y que habia 9 colocarse en un espacie protagé- nico, mas ain en épocas como la actual en que los juguetes Adesbordan de significaciones. Por otra parte, la incidencia del consumo nunca ha alcanzado tanta intensidad, Se ha instaurado una expacie de ° i i inaciable “carrera armamentista’ en la que juguetes cada ver més caros envejecen cada vez mas répido, como los ‘autos y los celulares, e hipnotizan a los que consumimos y 2 los que quedan con la “hata” contra el vdro. Retomeros a James McNeal (1996): a publicidad asume la tarea de “educar” tanto a padres como a hijos para que hhagan carrera como consumidores. Esto aparece, por ejem= lo, en una reciente publicidad de salchichas. Mientras los padres hablan en una reunign escolar sobre la necesidad de Feconocer los logrosy los gustos de sus hijosy. ala vez, afr- mar cirtos limites necesarios, ellos -los hjos- en una reu= nidn homéloga hablan de la misma manera, simétrcamente, de sus padres. En la escena siguiente, durante ta cena, la madre acerca la fuente de salchichas con puré ycomenta aos nifios que estén mejorando. La hija, entonces, con un guifo a \a cémara y sefalando aprobateriamente las salchichas (que antes pedian, sin resultado, como alimento) comenta con picardia: “Tedos estamos mejorando”. Efectivamente, (os ‘medios ensefan. Los chicos ponen simpaticas buenas notas 3 ‘5s padres cuando les permiten consumir lo que pen y, de ‘ese modo, todos contentos, comen las mismas salchichas. Las marcas ofrecen una pertenencia que pretende parecer- ‘38 aun ingje, En el medioevo éste se fundaba en el vnculo can la sangre la tierra. Luego, durante el capitalismo en ascenso, en l05ofcios, Ahora que el acento ha pasado de lo que se pro duce a lo que se consume, es légico que sean los objetos los {que socialzan, integran identifica, Por esa nes emociona un publicidad de Coca-Cola es para todos. No creo que la perspectva ane este cuadro sea enarbolar tun retorn a una supuestay buciicasimpleza de lo “natural Somes seres hstéricosy, segin Freud, animales protésios. £5 decir, el hombre na hubiera sido homa sapins sn sus primiti- vas herramientas, sus primeras “prétesis", sin la tecnologia ‘que le permits alga dominio dol fuego. Séloa través de nues- tras creaciones ~de toda indole que configuran un espacio transicionalintermeiario entre nosotros y lo que nos redea, poderes conectarnas con nuestra circunstanca (Freud, 1920 Estehombre “protésco”utliza, desde la prehistoria, medios hechos por dt como larueda y, més adelante, la escritura. ‘Lo ‘mas natural para el ser humano es crear lo artificial” [Battro, 20081, No seria hombre sino lo hiciera, pero esto es algo muy diferente a establecer un lazo social basado en el consumo o a pretender suplantar la condicin social del hombre por arti Ficiostécricos, INFANCIA, CONSUMO Y CERTEZA es Ques. ends Panta Vea Bu Los expertas en marketing asignan gran importancia a la “enltad’ a las marca, las cuales han desplazado olrs lazos humanes como formadores de expectatvs y habldades de los {utros consumidores. Las grandes marcas asumen el papel de “puntos de conexién emociona’ que ubican “a quienes ls con sumen dentro de una experiencia mas amplia" (Bauman, 2076) Por eso es crucial “atrapar” a los chicos como clientes files. “El nino tiene que sentise atraido visualmente, debe pensar que tiene el poder de tomar la decisién de comprar ‘al producto y, por sobre todo, tiene que sentir que sf 0 si debe tener aquello que estd viendo."? He resallado en la @ vernon frase anterior el término experiencia porque en mi opinién, 51 algo no produce el consumo es experiencia. Si produce tuna vivencia de satisfaccién, generalmente banal, ligada, como veremos, al valor félicoy sus Bills yal narcisisma, Y, también, una fuerte vivencia imaginaria de pertenenci, una sensacién de certeza, de “ser” en tanto se desea 0 $e adquiere En su ensayo sobre la destruccién de la experiencia, Giorgio Agamben (1978) plantea que al hombre le ha sido fexpropiada su capacided de tener y transmitir experiencias sin que haya sido necesaria una eatdstrfe, La destruccién proviene de la paciticaexistencia cotgiana en una gran ciu- dad: “EL hombre moderna wele a su casa extenuado por un fBrrago de acontecimientos -divertios o tediosos, insdlitos © comunes,atroces a placenteros~ sin que ninguno se haya convertido en experiencia’ [No en vane Freud en 1905 diferencié, Kantianamente, vivencia [Ertebniss| de experiencia (Erfabrung) aun en el terreno dela satisfaccién. En el pasaje de una a otra se pro- duce la inversién de a pasvidad dela vivencia al protageni mo de la experiencia. En La interpretacién de (os sueros Freud dice: “El nino hambriento loraré 9 patalearé inerme [1 Séto puede sobrevenir un cambio cuando por algén cami- ‘no [en el caso del no, por el cuidado ajenal se hace ls expe- riencia dela vivencia de satisfaccién, que cancela el estimu- lo interno". De este modo, plantea que elnino podré hacer luna experiencia lévfahrung) de su vivencia [Erlebriss) de Satisfaccin la primera vez s6lo con ayuda externa. Se pone ‘en juego una dimensién y una pratensin de dominic, Por ‘ejemplo, en el acto de amamantar se cruzan un deseo de la madre de hacerlo con un deseo del bebé de llevarlo a cabo, EL bebé puede ser amamantado pasivamentey experimentar tuna vivencia placentera que acalle el estimulo del apatite, Pero eso no consttuye adn una experiencia, Sobre esa base el lactante podré recordar Io vvido, buscar que se repita, demandar a su madre, apropiarse de algin modo de ese pecho con sus manitos y su boca. Entonces se saciaré no como un espacio a ser llenado de leche sino como quien busca repetir una vivencia ahora transformada en expe cia, Pensemos en esos adultos que han vivo muchas cosas, sin poder hacer de eso una experiencia que les evite la repe- ticin de errores dolorosos. 0 en e505 nifos que més que jugar con los juguetes parecen ser partenaires de sus instruc cones repitiendo coma loos, or ejemplo, lo que e308 ugue- tes “hacen” en la publicidad. Aigo que la légica del consumo fexacerba lleva a que, sin otros horizontes de identificacién, los nifos ewes padres ne tienen el poder aduistve que estos objetes suponen, sufranatrozmente por estar excludes 4e toda sigifcacién social en tanto consumidores fais. EL consumo no favorece la canstruccién de una experiencia ode un juego Silas marcas marcan, gle hacen por su propa fuerza ins- criptora, o por el debiitamiente de las que siempre conside- ramos como fundantes? zNo seré que, en muchas familia, el padre queda tan s6lo, 0 ya ni siquiera, el nombre? Como hemes destacado en varias oportunidades @ lo largo de este libro, las marcas de alguna manera promueven segmenta- cin y diferencia, aun cuando parecen proveerintegracin al Lniverso del consumo en el que el lazo social que se genera estituye los lazos translerenciales que la subjelvidad ‘moderna institu via familia y Estado, Claro que la seduccién de lo etimere yo inefable sueletoparse con (a ausencia de tencarnadura. Los medios “no toman de la mano’. Es lo que reclamaba Osias, el osito dela cancién de Maria Elena Walsh ‘Quiero cuentos,historetas y novelas, pero no las que andan ‘a botén, Yo las quiero de la mano de una abuels que me las lea en camisén’. Sino hay encarnadura en el lugar del Oro, ‘con camisén de abuela uoveral, ese lugar ests desocupado, © vvencn omen autoouor coy si su agente se desmateralza, ese espacio se vacia y se hace abismo, Ciertas cosas todavia son transportadss y rans ritidas por humanes, con traccién a sangre. Un medio de transporte que va quedando en desventaja, como carro en ta autopista, En la medida en que la gestin de la vida recae en el ‘estuerz individual y todo comienza a estar bajo la hégira de la oferta y fa demanda, se genera una sensacién de insegu- ridad subterrénea, tanto econémica como emocional, que produce ansiedad y es el actor central de las ansias consu- mistas. Noes sencillodestindar el consume coma modo de lazo del consumo coma adquisicién de objets. ;Tods ver {que se compra se consume? La adqusicién de bienes que se relacionan con necesidades que se alejan de las primarias de subsistencia y conciernen a la sofisticacin creciente de (a vida actual dan lugar @ que la frontera sea dificil de esta blacer. pero s6lo desde ella se puede determinar qué predo~ rina, Una cosa es el valor de uso, el del placer que el obje- to produce en el laz0 con él, por ejemplo, vivir en una casa, Gistrutar de un Ubro, resolver un problema, saborear una comida, y otra et goce que supone el consumo de una marca ‘que no da, coma antes, valor al objeta sino que es un valor fen sf misma. La relacién de consume, la relacién con las marcas, no es una relacidn “objetal’ sino con los simbolos, las marcas devenidas insignias de un narcisiemo que se satistace luciéndose, El carécter de (azo con el objeto se de ally el valor de cambio eclipsa completamente el valor de uso. El descarte y la insatsfaccién generan avides. Aids 05 carencia de vida propia. El consumo se propane para lenar (iusoriamentel ese hueco. La publicidad lo adorn y todo se benaliza, PUBLICIDAD Y DESCARTE ELmediador entre la infanciay el consume es la publicidad, {que no ha sido siempre igual. Umberto Eco (2001) describe sus diferentes fases actualmente imbricadas: En un comien- 20, con la publeidadpreduct, los abjtos eran promocionados ‘en base asus caractristicas (sabor, calidad, durablidad}: en un segunde momento, la seduccién pasa por la ilusién de ser parte del “mundo” donde ese producto puede ser distrutado: la pubicidod-escona, Pertenecer tiene sus privlegio. {.Cémo define su accionar actual el departamente de publi cidad de Coca Cola? ‘Una gota de agua acabaré por horadar la roca, [1 Si usted golpea con precisién y sin interrupcones, el clavo se hundird en la cabeza” (Ramonet, 2001] En inglés, brand quiere decir marca y o brand es marcar a fuego. A pro- pesto la publicidad de Sprite defnia hace poco: “La imagen 90 25 nada, la sed 65 todo". De all brotaba ademés un conseo: Hacole caso a tu sed". No hay aqu apelin a las bondades de un product ni inclusién envalente en una escena deseada. Parece que ya no quieren vendernos nada, que no necesitan seducinos a través de imagenes. Ahora simplemente nos con- ‘minan a hacerte caso a dimensiones casi basicas, que suponen hhondamente enclavadas en nuestra subjetividad, ELintento es generar en los nifios “un estado de insatisfac- idm perpetua a través de la estimulacién del deseo de nove- dad y de a redefinieén dela precedente coma basura inservi- ble" IBaurnan, 2007). Sed de consumo. ¥, ised de consume! {como orden, 0 no serés nada La publicidad es quien se encarga de dar imagen y sigii- cacién a las marcas. Si actualmente se centra manos en el producto o la imagen es porque cree haber anclado en otra part, No se trataria ya de hacerle caso a avisos 0 consejos, ‘sino a la"sed” que brota de ese teritoroprofundo que lamarnas ingenuamente “uno mismo”, donde parecen haberse alojado e j i no sélo las huelas de experiencias vitales sino también las de las marcas comerciales. Se dbujan entonces formas de subje- tivdad en las que las tramas pulsionaes y los valores ya no piotean predominantemente sobre ol Estado, la familia, la escuela; cada vez menos patria, menos padresy mas sponsors. Por otra parte, la publicidad genera laimpresin de que la sociedad de consumo produce permanentemente cosas nue- vas, Novedad que no siempre Ipocas veces, en verdad es una ‘wal innovacién. Pero quedar fuera de lo "nuevo" hace que adultos y niios se sientan, ellos mismos, nadecuades, defi- cientes 0 de “inferior calidad”. Sin tener no sees, La produccidn que el mercado privilegia no es lade las cosas nuevas. Lo que estas supuestas cosas hacen es con- vertir alas etras, las mas importants, en viejas y descarta- bles. Una de las grandes preacupaciones de publicitas y disehadores es hacer nacer ly mori) la que serd “cool” en cada nueva temporada. ¥ esa desesperacisn por lo “cool” $e a porque se lo vive como revestido de autentcidad. ¥ la autenticdad escasea, El descarte se extionde también alos objetos de conoci Imiento. Por qué apegarse aun saber sien breve serécaduco, al igual que los objetos? Sin embargo hay una diferencia importants: un acto de consumo tiene un final deinido, mien tras que las interacciones humanas los actos de aprendizaje dejan un sedimento. Por eso la canversién de no en consu= rmidor ode alurnno en usuaria intraduce un cambio tan impar- tante, porque tiende a borrar ese sediment, Le que me parece bastante triste dela infancia de estos eh a5 65a cbsolescencia en aque caen rSpiamente as os0s + can quejuegan, Pedra decrse que hay un malesar propio de le generacién de (a infancs infrmacional que nosotros ne teriamos Ls chices de hoy tienen que liar co a vapors Cin no con la represin nscionl Lo ides de valrar la imaginacién infantil com simbolo de ibertad surge deta tperienia de une Infancia Wisciplinads en contetos muy Fepresves, en as que laimagnacin eran modo de libear de una repcesién consitlive de edueaion dl chico En tun eantento perso [-] on ol que hay pura crculacién de tstimulos, velocidad y espersin, el probleme dela chess no 05 dolenderse de la represién sina generar formae de fengancharse cn ago que lee permitaconetivies pansando 2 habtando un fu que no les clrece descansos (Corea y Lowen, 199) IMITACION E IDENTIFICACION Los niios dl presente se “conectan’ con su entornay son interpelados a "ser" en medio de un excesivo yacelerado cau- dal de informacidn. Este incesante flujo leva a que Se “cone ten” con to que ls convoca pero sin poder abarcarlo, sin poder hacerlo propio. Se calcula que un habitante de una ciudad ‘2etual recibe en un dia mas informacién que un campesino del medisevo en toda su vida. A esa sobrecarga y destasaje ‘lusiames en el prélago cuando planteamnos la desproporcign ‘entre el bombardeo de imSgenes y lo actado del unverso de Palabras que manejan los nifios de hoy En ellos, a dificultad para apropiarse, para dar palabras 3 lo que los consituye, produce cficultades en un proceso cen: tral la identifcacidn. Se trata de una operacién que inclye la imitacisn yes consttutiva del sujeto porque hay ademés una _propiacién. Un ejemplo: una nifita de 2 fos imita lo gestos de una mam, Lava, plancha, almenta al Bebé. Su “identidad {de madre” estd dada por sus acciones, Cuando cesan, no hay mam, Més adelante, los nifis y nis se identificarén con un ral, con un personaje, sunque no lo estén “desplegando” todo el tiempo. Este personaje adquirido por ientficaciin eats en e @ wswser relacién con un ideal a alcanzar ("cuando sea grande oy a ser ‘como mams'ly ese ideal se sostiene através del tiempo, Pero esto puede no lograrse. Actualmente, 10s niios esta- blecen una conexin intensa con los personajes dela TV, os Jmitan, Llamames canfguracién a esa especie de dentilcacién ‘ena que el chico nase identifica sino que “es” tiene la vier cia de que “es”. Por eso decimos que se configura, es deci. adquiere una especie de coraza identitaria, pero resulta que fen algin momento, cuando se acabe el guién, deja de ser. Entonces reite ansiosamente los gestos exteriaresy rescata los emblemas sin lograr una identidad estable. Cuando deja de imitar deja de ser. Puede decirse que no logra un “como si pues el nitoactda una fantasfa cuyo quién fue elaborado por tres sin poder aproparse del personae y darle alas propias, mas alls del ibret. La identiicacién requere la introyeccién de la diferencia centre ficién y realidad. En cambio, estas produccionesef- meras de identdad producen sufrimiento. Se sufre por la ‘sensacién de fugacidad, de evanescencia que traen apareja das, Sila ientidad es etimera, uno se desespera por ser y es por eso que et niso busca ser idéntico al personaje,Y si en ‘algin punto se diferencian,colapsa la identidad. “La produc cin de operaciones para detener ese fiujo de informacién deviene entonces en una tarea subjetiva porque sin ellas al flujo continis a velocidad real sin constitu experiencia alguna Es a esa produccién a la que llamamos subjetvacién” [Cores yy Lewkowicz, 1999). Sime detengo en este punto es porque en tse aferrarse de los nifias a ciertos objelos de consumo hay ln intento de “adquiir”literalmente] los rasgos o valores ‘que ese objeto les aporta, los hace "ser" ELconsumo se wel- ve entonces adictvo. “Sino tengo objetos no tengo identidad” Por eso los chicas necesitan “capturar” los uguetes, con los {que pueden hacer algo llos muflecos de personajes de ‘accién, por ejemplel. Si pueden jugar estén menos “jugados’ por los juguetesy por el discursoy las imégenes de la publi- cid. Lo decisivo parece ser, en estas condiciones de velocidad e la informacién, sel nifo eso no capaz de praducir opera cones para evtar ese vértigo de [a informacién, esa satura cidn. Es el primer paso para dare sentido a algo que, de lo contrario, pasa fugazmente. Permitir que “eso” me habite un poco, que pueda haber juego, que pueda distrazarme de Harry Potter. o de Power Ranger y decir "yo soy ése". Sélo fentonces el niflo deja de ser mero medio del flujo y es ‘alguien, se consttue, Esta es una de as diferencias entre lo que hemos lamado “eubjtividad estat’. que se presenta como interioridad (con- ciancia, memoria y pensamiantal y la “eubjetividad informa ional’, que se constituye a partir de la posiblidad de lograr tuna desaceleracin. Los nios de hoy estén a caballo de ‘ambas, aunaue lo medistico tiende francamente a predomi= nat. En la configuracin casi, la subjtividad habita lugares y terrtorios. Hogar, escuela y trabajo la construyen. La subje- tvidad actual, més fluid, ya no requiere lugares fijos: mas bien podriamos decir que habita el tiempo, Para una subjeti- vidas “esata” la lectura es una operacién que deja marcas. Para una subjetividad “meditica, en tiempos fidos, la lec tura es una oparscién de produccién de imagenes “Antes los niios eran considerados “el futuro de la nacin. Habiendo pasado de la étca del trabajo a la cultura del con- sumo, hoy los nies son sobre todo consumidores. ¥ cuanto antes comiencen, mejor. Esta reprogramacisn de la infancia busca lograr que el deseo de los niios gir en la Srbita de las ansias de consumo corwertdas en adiccién 0 compulsin, Esto implica que donde antes habia un ieal de crecimiento normatizado por valores que privilegiaban el esfuerzo para accedera logos futures sigificatwos y convertirse en parte de tun espacio comin y de realizacién, ahora hay otra cosa, i Repasemos algunas esléganes de publicidad deportiva “imposile is nothing” [Nada es imposilel, “No fear” Sin temor), “No limits” [Sin limite}. El Ideal det yo que contenia {estas orientaciones ha sido desplazado, no totalmente reem plazado, por un seducidoyo-idealnarcissta que espera gr ‘aciones inmediatas, que descree de los plazos (argos y del respeto alos limites para la obtencién de logros y que se sien- te perteneciente a un conglomerado virtual y global de usua~ ‘os mas que alo que podria convocarls en su cercania, En a frase “el super de los hijos no es el de los padres, sino l de los abuelos”, Freud ejempliicaba el mestizaje de épocas en la subjetvidad, donde nada pasa tan répido y sin dejar sediment. Sendra lo registra cuando Matis, su perso naje infantil, un nie contempordneo, se pirde en la playa y feflexiona mientras imagina el reencuentro con su mama ‘Ahora todos van 2 aplaudir, luego mi mamé va @ notar mi ausoncia...ella se va a desesperar. yo me voy 2 angustar, los dos buscarermos nuestra mirada ena mutitud., luego ella me abrazaréy me dirS que me quiere y que me adora..y todo terminars como siempre... Es decir que voy a tener que ira mi psicoanalista 3 tratar mi Edipo" (Diario Clarn, 5 de febrero de 2008) En esta compeja cooxstencia socal ysubjetiva, a secuen cia Dios-patria-hogar-tradiciones-nacién-pap-mamé ha perdido “rating” pero no ha desaparecio y el “Espo” tampo- 0, Y ese rerocese no obedece sélo a la fortaleza seductora el mercado sino a que a configuracién “moderna” se ha topado con sus propia limitaciones yrigideces. Esta combi- nacidn, este “mestizaje” entre formas subjetivas ligadas a la formacién del ciudadano y al imperi del consumo, es lo que se presenta en las escuelas 6. MAESTROS A LA INTEMPERIE ® Sobre ls base de lo planteado hasta aqui, recorreremos ‘ahora algunos de los contrastes que encontramos en la escuela de hoy. Entre niios predominantemente ~aunque no s6lo~ configurades de una manera que podriamos llamar “subjtividad meditica"y maestros configurados més en una ‘subjetvidad estatalo ciudadana, el chogue es inevitable + Una perspectiva dacente fundada en la asimetria del saber estructurado y sacralizado contrasta con una subjetvdad donde hay un predominio de la opinién, que relative jus- tamente ese saber estructurado, + Una docencia pensada desde el moldeado come prictica de transmisién choca con niios menos ‘moldeables",auto- Aidactas en terres cultvados y adquiridos previamente y en mbites extraescolares, nifios que no suelen aceptar saberes sin negociar. Esto nos aleja del moldeado y nos acerca a la nocién de “modulacién” que mas adelante desarollaremos. + El requerimiento disciplinaio que demands fijacién en tos lugares y an las secuencias sucesivas necesarias para la formacién compite con una subjetividad “bombardeada” de estimulos provenientes de fuentes diversas y simulténess. + Una temporaidad ritmada por la conciencia de la secuen- cia de [a escrtura se ve alterada por otra temporalidad ddominads por un predominio perceptivo generador de ‘ivencias simulténeas en lugar de organizadas en forma secuencials, Una formacién pensada a futuro demands una demora en las graificaiones inmediatasy se ve jaqueada por las sli- ‘itaciones de un presente que tiende a arrasar tos diques ‘que posterguen a dsfrte del instante + La valorzacién de un conocimiento acumulable en to ‘memoria a partir de la experiencia de su apropiacién se ve desplazode por un contacto més viencialy fugaz que pro ‘ee hablidades y saberes con fecha préxima de vencimien to, al estilo de {a opinin,y por lo tanto destinados a ser rpidarnente descartades. Laidea de acumulacin interna en ta propia memoria se ve socavada por los dispositvas que permiten una acumula ibn externa en dsposiios conexiones en red ‘como se puede apreciar, se abre una enorme greta entre subjetividad mediticay estatal, entre alumnos y maestros, enire las tradciones educatvasy las meciatizaciones actua- les en momentos en que en varios aspectos de la sociedad actual permea las matrices discptinarias que regan la subje- tiviad madera yla escuela, EDUCACION v JUEGO Alas es af iad eda pasinear b escuela ‘we xo Un simplo de esta permesbilidad es el lugar socal de los juegos regladosy el deporte que hay colman las pantalla. EL deporte como negocio a escala planetariaymillonaria ha tra do una nueva conciencia de la materia lidica de ls que esta ‘mos hechos en tanto humanes, de ese “material con que se ‘wenzan los suefos En la mdernidad el lema era “primero la obigaciny des- pués la diversi’, asi, secuenciadas y separadas. La fider {e os dltimos tiempos ha trade aires renovadores a esta rgi= da dvisidn; aprender jugando es la més ostensible. ELjuego podria ser, entonces, una emergencia a nivel sub- jetivo de ese nuevo lugar que impone la ludez. Lo serio esto {que se consideraba i; le lidico en cambio tama en sero las instancias ceadasy privilagia el presente a expensas del ftu- ro. Mientras la concienca restringia la percepcién tratando de leita sus engafos en funcién dels fines de las instituciones disciplinarias, la seduccién de lo perceptual es parte del dis fruteliico, El esfuerzo de hoy para el logro de mafiana -sea, vocacional oecondmico-, sino produce distrute, se cuestiona La educacién siempre se planteé como regulacién de las inibiciones y desinhbiciones det ser humano y apunté a serenar espirtus, Pensemos en al cambio de lugar de la isica que de “calmar alas fieras" pasa rock mediante- a despertarestimulosintensos ypasionsles, Desde el melémano Nietzsche, este estado de cosas fue severamente cuestio= nado la idea de una socializacén que se asemeje a una domesticacin es cada vez mas critcada, e La fuides posmaderna produjo una ola desinhibitria debi- {doa un desfasae entre la actvacin de impulsos estimulados, sensoralmente por doquir yuna desactivacion de ls instan- clas inhbitoris. Esto se expresa en el agotamient del proce 50 educativo del “moldeado", al que ya nos hemos reerid y ‘que tomando come modelo a la alfarera, se propanta produ» cir una obra perdurable a partir de un moldeado activo sobre luna materia inerte. En cambio hoy lo que gana espacio en todos los Ambitos, y ls ciber-juegos son un ejemplo de ello, es Ia interactvidad, Esa modaldad reemplaza el moldeado por una madulacin interactive en la que, ome su nombre lo indica, hay ds polos actives interactuando. En estas condiciones, pedir calma apelando ala conciencia ya no araiga, no prende en la subjetvidad de los educandos, porque al sistema de expectatvas esté quebrado desde el punto de vista sociocultural y porque hay otres espacios y bios tiempos donde Ia salicitud hacia las subjetvidades pro- viene de a velocidad se dirge a una percepcin que ha deja~ do de estar subsumida bajo la conciencia crganizadora a la vieja usanza que sequia la linea del moldeado, MAESTROS DEVALUADOS, Tal come planteamos en el primer capitulo, el lugar del maestro también debe ser repensado, Que salten a la noto- Fiedad a partir de sus reclames demuestra que no se tencuentran encumbrados en un lugar reconecid de educa- ores. Al respecte, hay otras voces que no son reconecidas porque hosta en un nivel humilde el del maestro de escuela tnsefar, ensefar bon, es ser cémplice de una posites Iroscendante Silo despertamos es nfo exasperante dela time fatal ver eserta verso, tl vee contre el tere ‘ma que mentendré ocupados als siglo futros, Una soci dad com la del benefcio desentrenado, que no hanra eau ‘maesirs, es una sociedad fla (Steiner, 200), Santiago Kovacott [20076] responde a a pregunta sobre lo que caracteria al maestro haciendo una sutl diferencia entre la transmis y la ensefianza: “La ensefianza remite, ante todo, alos cantenidos que circulano deben circular en el proceso educatvo. La transmisién, en cambio, nos habla de la capacidad det docente para infundir alo que comuni- a la intensidad afectvay el relive intelectual con que se debe alcanzar el espirity del alum”. George Steiner (2004) afirma que “el maestro aprende de su discipulo cuando le lensefa", es decir que se trata de una praxis yno de una téc- rica. No se aplica (0 no deberiaaplicarsel un saber preesta- blecido sobre un objeto preformado o informe. Hay una implicacién mutua que deja a ambos actores modificados lego det encuentro, No hay tecnologia “por triunfante que ‘58a que pueda erradicar el amanecer que experimentames cuando hemos comprendido @ un maestro". Ser discipulus fs efecto de la presencia y la transferencia sobre un maes- tro que hoy aparece como caldo segin una visién nostlgica {el pasado. Nostélgica pues, si bien su lugar social ha pe ido brill, tal vez, en rigor, nunca alcanzé el lugar en el que rmereceria estar y para el que deberia estar formado multi- dimensionalmente Esa investidura actualmente empabrecida es la que pro- picia el lugar muchas veces devaluado del maestra que

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