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TEOLOGIA MORAL | | indice general ee ee vrs3 MOLIIIIIIDDDDDIIDDDI III D Dili lita Ineoducci6n ee eee ee 9 Advertencias 6. ee pooouae 1 J.NOCIONES GENERALES 2 eee B 1.1 Definicin de TeologiaMoral 2.2... eee 15 12 Importancia de la Teologia Moral 2. ee 16 1.3 Fuentes de la TeologiaMoral. 2 «2.2... ee ee ee ee 16 13,1 La Sagrada Escritura 13.2 La Tradici6n Cristiana eww eet ete we te eee 17 133 El Magisterio delafglesia 2... ee ee 13 13.4 Otras fuentes subsidiarias 14 Falsas concepciones sobre laMoral .. 2... - ee ee ee 19 14.1 Moral deactitudes 2... ee 19 142 MoraldesituacioOn 2. ee wD 1.4.3La"NuevaMora” «2 2. ee ee ee eee. 520 Ejercicios (I). eee eee eee a 2 LOS ACTOS HUMANOS 6 ww et B 2 Definicién del acto humano bee dae be ebeeee 25 22 Division delactohumano 2. ee 2 23 Elementos del acto humano: La advertencia y el consentimiento . . . . . 26 231.Laadvertencia... 2.2... 232El¢onsentimiento. :.......... 2.4 El acto vohuntario indirecto _ Ejercicios(M) ee 25 Obstéculos al acto humano 2.5.1 Obsticulo por parte del entendimiento: la ignorancia A. Noci6n de ignorancia. B. Divisi6n de la ignorancia. Bon C.Principios morales sobre la ignorancia.. ||)! ) D. Deber de conocer la ley moral 2.5.2 Obstaculos por parte delavoluntad . ee AElmiedo. oo. eee eee lee B,Laspasions. 62... 0... ele C.La violeni D. Los habitos. Ejercicios (III) 26 La moralidad del actohumano 2... 0 eee ee eee 3B 261Elobjeto 6. eee uM L6ALascicunstancias ee 35 A.Nocifn 2 6 0 0 ee ee ee 35 B. Influjo de las circunstancias en la moralidad ss 35 263Lafinlidad 20. eee 6 2.64 Determinacién de la moralidad del actobumano 2). . 36 2655 La ilicitud de obrar s6lo por placer... 2... 00.0000. 376 27Lalibertadyeldeber . 2... ee eee ee 38 Fjercicios(IV) ee eee 1. 39 3.LALEYMORAL . 0... 0-26-00 eee eee eee 41 3.1 Existenciadelaleymoral 52.2... eee eee a 3.1.1 Definici6n ynaturaleza de laley moral. 2... ee B 3.1.2 La ley moral es exclusiva de la criaturaracional . 2... 1. 4+ 3.2 Definicion y division delaley . 2.2. eee 45. B3Laleyetema. ee eee 6» 3.3.1 Definicion deleyetema 2... ee 41. 33.2 Propiedadesdelaleyetema . 2... ee ee 41 34Laleynatural 2. ee eee B 3.4.1 Contenido delaleynatural 2... ee ee 48 3.42 Propiedades delaleynatural .. 2-2. 2.2.2 9 A.Universaidad 2. ce eee 49 B.Inmutabilidad 2. eee 49 C.No admite dispensa 6 oe eee 9 D.Evidena sp eee Tw ateed cece 50 3.43 Ignoranciadelaleynatural |. 1... ltt eee 50 3.5Laleydivino-positiva. 2... ee ee 50 36Lasleyeshumanas oe ee 51 Ejercicios (V) 4,LACONCIENCIA .. . 4.1 Naturalezadelaconciencia =. 6 6 2 waves es 58 - 4.2 Reglas fundamentales dela conciencia.. ss... ss Sy 59 4.2.1 No ¢s licito actuar en contra de la propi conciencia Peery ere ee, 4.2.2 Actuar con dudaespecado so ee ao 4.2.3 Hay obligaci6n de formar laconciencia. . . 2 6 ee ee ee 60 43 Division de la conciencia. 6 2... pig wits obo tee ees 60 43.1 Conciencia verdaderayerronea. 2. 61 43.2 Concienciarectayfalsa 2... ee tt 62 A.Concienciarelajada, 2. ee ees 62 B.Concienciaestrecha, 2... 2 es 62 C.Concienciaescrupulosa, 2.1 ee ee 3 D.Concienciaperpleja. 2 2. ee 2. 68 43.3 Conciencia ciertay dudosa . . es 63 “Aeengion delaconcienda IIT trie: a cee Ee iLL 65 SELPECADO «3 5.L.Naturaleza del pecado 5.1.1 El doble elemento de todo Pecado A. El alejamiento o aversion a Dios B. La conversi6n a las criaturas, 5.1.2 Distinci6n de los pecados A. Distincién teolégica B. Distinci6n especifica C. Distincién numérica 5.13. La especie moral infima 5.2 Clasificacién del pecado pret ees eels. irre 2 *ppmemonmh ee LIIE iftiirnis B 532 Ein de pecadomorial 222 STi r ss B 3 Conde metalenracénaDiosyaliomie ©2211 * °° B ae ensnts ara queayapecadomott ne 2172+ 75 A. Materia grave. B, Plena advertencia, C. Perfecto consentimiento. 5.4 El pecado venial a 3.441 Definici6n y naturaleza del pecad venial 5.42 Condiciones para que haya pecado venial 5.4.3 Efectos del pecado venial 5.5 Pecados especiales B. Pecados que claman al cielo ineneesapties 5.6 Lasimperfecciones . , 5.7. Causas del pecado S8Lastentaciones |) | || * «59 .La ocasi6n de pecado Ejercicios (Vi) 6. LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS wees 85 6.1 Los mandamientos: cami -87 63 Revelacién del Decélogo nor ne 87 6a Emunaieemplre!Decdogs 11) DTT ort ess 88 6.4 Enunciado y stntesis de los Moandamientog: og i at 88 Ejercicios (VII) Q INTRODUCCION Las verdades de nuestra fe cristiana suelen llegar alos hombres de dos maneras: unas vaces se presentan en forma sistematica y conceptual, en una sintesis abstracta, en formulas fijas que se van transmitiendo de generacién en generaci6n, y cuya integridad Ia Iglesia protege. Otras ocasiones, en cambio, se exponen de una manera viva y llena de afectos, tal como se desarrollan en el pensamiento y en el coraz6n de cada hombre, donde nacen y crecen segin un més y un menos. Estos dos aspectos de la presentacion del dogma son validos y, en cierto sentido, complementarios. El método expositivo empleado en este manual utiliza la primera forma: hemos pretendido ser conceptuales, abundar en definiciones y buscar la fundamentacion racional de las verdades expuestas. Es cierto que dar preferencia al sentimiento al estudiar la teologfa resulta més suges- tivo, ¢ incluso se puede obtener con més rapidez la conversién interior. Sin embargo, Ja fundamentaci6n racional resulta imprescindible para conseguir que la conversion del alma a Dios sea en verdad firme y duradera. demas, de este modo se sale al paso del peligro protestante que supone la subjetivizacion de las verdades de la fe, al no tener como base y guia la doctrina perenne de\ Magisterio de la Iglesia. ‘Aun a riesgo, pues, de que el texto adolezca de aridez y de frialdad conceptual, consideramos imprescindible que la religion se estudie con el mismo rigor, al menos, de cualquier otra disciplina, buscando los apoyos racionales que permitan salir de la ignorancia y evitar el error. Ha sido nuestro deseo repasar las verdades cristianas —teolégicas— de forma sélida y Organica. Por tanto, este curso de teologia moral se integra con otros dos: uno de teologia sacramentaria y otro de teologia dogmatica, tocando de tsiodo ordenado todos Jos temas fundamentales de la doctrina cat6lica *. De esta manera'la formaci6n religiosa de los alumnos seré integral, formativa en su totalidad, tal como recomendaba S.S. Pfo XII en un discurso a los alumnos de las escuelas de ensefianza media en Roma: "Todos los cristianos, pero especialmente los dedicados al estudio, deberian tener en la medida de lo posible, una instruccién religiosa profunda y orgénica. Seria, en efecto, peligroso, el desarrollar todos los demés conocimientos y dejar anquilosado el patrimonio religioso, como en los tiempos de la Primera infancia. Tal conocimiento, necesariamente incomplcto y superficial, seria sofocado y tal vez destruido por la cultura arreligiosa actual, y por las experiencias de la vida adulta, como atestiguan tantas creencias hechas naufragar por las dudas que quedaron en la sombra, por los problemas que quedaron sin resolver. Es necesario, pues (...) gustar de la belleza del dogma y la armonfa de la moral (..) iQué maravilla, si cl cristianismo se nos mostrase en toda su belleza y en todo su esplendor!" wi *iAy de ml si no evangelizara!... “Este clamor del Apéstol San Pablo se hace, si cabe, més necesario en nuestro tiempo, en el que de alguna manera somos como arrastrados por toda suerte de ideas y de corrientes de pensamiento, que hacen en ciertos momentos y situaciones mds exigente nuestro compromiso de profesar la Fe Catélica. Como se afirmaba en el tiltimo Sinodo Extraordinario que conmemoraba los 20 aiios del Concilio Vaticano I, ta evangelizacion de los no creyentes supone en primer término la autoevangelizaci6n de los bautizadas, es decir, de todos los miembros de la Iglesia. Y la evangelizacién —cuyo fin es anunciar la Buena Nueva a toda la humanidad para que viva de ella— es una realidad rica, compleja y dindmica que tiene una serie de momentos esenciales que es necesario abarcar en su totalidad, haciendo de ellos una tinica verdad. La catequesis es uno de esos momentos — iycuén importante! — del proceso integral de la evangelizacién. El presente libros una respuesta clara y precisa a esta lamada de ta Iglesia, Presenta la doctrina moral cristiana de un modo sano y vivo, en un esfuerzo — bastante conseguido— por insertarse en la vida diaria del creyente. Nos ofrece de un modo sencillo y a la vez profundo la verdad catélica, mediante un auncio Kerigmético que esté orientado tanto hacia la ‘maduracién de la fe inicial de los aluanos, como hacia un conocimiento mds profundo sistemdtico de la persona y el mensaje de Nuestro Senior Jesucristo. ADVERTENCIAS Este libro busca proporcionar a los estudiantes de ensefianza media superior una guia sencilla para el estudio de la Teologia Moral. En su claboracin se han empleado Jos tratados clésicos de esta ciencia —reseftados en Ja bibliografia—, con las oportunas adaptaciones al pablico joven y con Ja puesta al dia de algunos temas, de acuerdo a las. ensefanzas recientes del Magisterio de la Iglesia, particularmente la doctrina del Concilio Vaticano I, el nuevo Cédigo de Derecho Canénico, fa abundante catequesis del Papa Juan Pablo II y las orientaciones emanadas de ta I1 Conferencia General del Episcopado Latinoamericano resumidas en ef llamado "Documento de Puebla’. Et trabajo personal de los alumnos esté sugerido en los Ejercicios, distribuidos alo largo de cada tema.En ellos se ha querido invitar a la investigacin de asuntos nonecesaria- mente tratadas en el tema precedente (principalmente de textos bibticos, de documen- tos del Magisterio, de seiializacién de errores doctrinales, etc.). Por ello, sera preciso que los afumnos tengan a su alcance ejemplares tanto de la Sagrada Escritura, como del Cédigo de Derecho Candnico, y de los textos mas importantes del Magisterio de la Iglesia. Para esto dltimo bastard tener disponible "El Magisterio de la Iglesia” de Heinrich J. Denzinger, empleado en el texto bajo fa sigla Dz., seguida por el nbmeso a que se refiere la cita. No hay que olvidar tampoco que la Teologia Moral es una ciencia tan vasta y compleja que requiere Ja intervencién de especialistas. Aqui se expone lo basico para que ef alumno tenga una conciencia recta y bien formada, que le permita resolver los proble- mas sencillos de su vida diaria. La soluci6n de casos més diffciles — que por la misma riqueza de la vida suelen presentar variada complejidad — ha de ser consultada con un sacerdote prudente, experimentado y piadoso. Sélo asf se tienen garantias suficientes para llegar a una decisi6n acertada, pues, a las condiciones antes enumeradas, une fa inestimable gracia sobrenatural de su estado sacerdotal. 1. NOCIONES GENERALES 1.1 Definicién de Teologia Moral. 1.2 Importancia de la Teologfa Moral. 1.3 Fuentes de la Teologia Moral. 13.1 La Sagrada Escritura. 13.2 La Tradicién Cristiana. 1.3.3 El Magisterio de la Iglesia. 1.3.4 Otras fuentes subsidiarias. 1.4 Falsas concepciones sobre la Moral. 1.4.1 Moral de actitudes. 1.4.2 Moral de situacién. 1.4.3 La "Nueva Moral’, JO 1.1 DEFINICION DE TEOLOGIA MORAL La Teologia Moral —o simplemente Moral—, es aquella parte de la Teologia que eatudia 10s actos humanos, consideréndolos en orden a su fin sobrenatural, La Teologia Mors! ayuda al hombre a gviar sus actos y es, por tanto, una ciencia eminentemente préctica. En su vida terrena, que es un ceminar hacia t} cielo, &} hombre necesita de esa Orientaci6n, on el fin de que su conducta s¢ adecde a una norma objetiva que le indique lo que debe hacery lo ‘que debe evitar para alcanzar el fin al que ha sido destinado. Analizando la definicién de Teologia Moral, encontramos los siguientes elementos: a) Es parte de la Teologa porque, como explica Santo Tomas de Aquino (cfr. S.Th.,1,q. 2, prol.), se ocupa "del movimiento de la criatura racional hacia Dios", siendo precisamente Ja Teologia la ciencia que se dedica al estudio y conocimiento de Dios. b) Que trata de los actos humanos, es decir, de aquellos actos que el hombre ¢jecuta con conocimiento y con libre voluntad y, por tanto, son los dinicos a los que puede darse una valoracion moral. De esta manera se excluyen otro tipo de actos: 1Los que, aunque hechos por e! hombre, son puramente naturales y ef os que no se da contro! voluntario alguno: p. ela digestién o la respiraci6n. Los que se realizan sin pleno conocimiento: p},,aquelios realizados por un demente, © la omisisn de algo por un otvido inculpable, ‘Los que st realizan sin plena voluntad:p. ¢}. una accion realizada bajo et infiujo de una violencia irresistible. c) En orden al fin sobrenatural. Esos actos humanos no son considerados en su mera esencia 0 constitutive interno (lo que es propio de la psicologia), ni en orden a una moralidad puramente humana o natural (lo que corresponde a la ética o filosofia moral), sino en orden a su moralidad sobrenatucal: ¢s decir, en cuanto acercano alejan al hombre de la consecucién del fin sobrenatural eterno. De acuerdo con esto, podemos encontrar en la Moral cuatro elementos, que de alguna manera {a constituyen: 1) E1 fundamen en que descansa, es decir, el motivo en el cual se apoya para prohibir o prescribir Jas acciones humanas.$e trata de un fundamemo immutable: fa Voluntad santa de Dios, guiada por su Sabiduria 2) El fr que se propone con un mandato.o con una prohibicién: encaminar al hombre a la posesién eterna del bien infinito 3) La obligacién que impone, que es el vinculo moral que lign a fa voluntad estrictamente, para que actie conforme al mandato divino. 4) La sancién con que remunera: el premio etemno que merece quien cumple Is Voluntad de Dios, ‘ef castigo —tambien ciemo— a que-se hace acreedor quien la quebranta. 1.2 IMPORTANCIA DE LA TEOLOGIA MORAL Por tratar sobre la consecucién del fin Gltimo, eterno y sobrenatural, el conocimiento y la pr&ctica de la Teologia Moral inciden de modo directo en la raz6n misma de la existencia del hombre sobre la tierra. La vida humana tiene sentido precisamente en orden a ese fin. Y ya que el conocimiento y la practica de las normas morales resulta la més importante realidad en la vida del hombre, no s¢ limit6 Dios a imprimir en la naturaleza humana esa ley moral, sino que ademas /a ha revelado explicitamente para que "sea conocida por todos, de modo facil, con firme certeza, y sin mezclade error alguno” (Dz. 1786). A los ausilios extrinsecos de la Revelacién, Dios afade la ayuda de la gracia divina —Iuz en la inteligencia y fuerza en la voluptad — para la mejor comprensién y jercicio dela vida moral. Esta mitiple acci6n divina deja ver que nuestra disciplina —ta moral — ha de ser rectors de todos Jos actos humanos, para que estén siempre conformes con su fin sobrenatural eterno. Deloanteriorse deduce la importanciay ia necesidad de conocer, del modo més completoy perfecto posible, los postulados, desarrollos y conclusiones de la ciencia moral. 1.3 FUENTES DE LA TEOLOGIA MORAL Las fuentes de lamoral son todas las realidades en las. que sc basa esta ciencia, y de las que obtiene su fundamento. Tal fundamento es, como dijimos, la Inteligencia yla Voluntad divinas, manifestadas en: meee ee eee ete ete es ee /L 1.3.1 LA SAGRADA ESCRITURA Que por ser la misma Palabra de Dios, es la primera'y principal fuente de fa moral cristiana. . i la Sagrada Escritura noes otra coca que “una serie ‘Como aice San Agustin (In Ps. 90; PL 37, 1159), la Sagrad: “ de cartas enviadas por Dios a los hombres para exhorlamnos a vivir santamente", ‘Tanto en et Antiguo como en el Nuevo Testamento, Dios estableci6 prescripciones de orden moral, para que el hombre conociera con certeza y sin error las normas de Su conducta No conviene olvidar, sin embargo, que muchos preceptos del Antiguo Testamento, meramenie ceremonies yjurdicas, fueron abrogados en el Nuevo Testamento, permaneciendo, en cambio, los preceptos morales que tienen su fundamento en la misma naturaieza humana, Incluso en el Nuevo Testamento hay también algunas prescripciones que tuvieron una finalidad. puramente circunstancial y temporal, y que no obligan ya: p. ¢j., la abstencin de comer came de animales ahogados (cfr. Hechos 15, 29). 7 Ja Escritura no ha de dejarse —como Delo anterior se sigue que la recta interpretacin de fa Sagrada Escritura no quieren los protestantes — a la libre subjetividad de cada uno, sino que exige el concursode las demés fuentes, de modo especial del juicio infalible de) Magisterio de la Iglesia. 1.3.2 LA TRADICION CRISTIANA Fuente complementaria de la Sagrada Escritura. Comoes sabido, no todas las verdades reveladas por Dios estén contenidas en la Biblia. Muchas de ellas fueron reveladas oralmente por el mismo Cristo o por medio de los Apéstoles, inspirados por el Espiritu Santo, y han llegado hasta nosotros trasmitidas por la Tradici6n. La Tradicion se manifiesta de modos distintos, y es infalible s6lo cuando est Teconocida y sancionada por el Magisterio de la Iglesia. Los principales cauces através de los cuales nos llega la Tradici6n son: 10s Santos Padres: conjunto de escritores de los primeros siglos de la Iglesia, que por su antigiiedad, ‘su doctrina, la santidad de su vida y la aprobaciGn de la Iglesia merecen ser considerados como auténticos testigos de la Revelacién de Cristo. En materia de fey costumbres, noes li sobre una verdad. ito rechazar la ensefanza moralmente undnime de los Padres Entre ellos destacan los llamados cuatro Padres orientales: S. Atanasio, S. Basilio, S. Gregorio Nacianzeno y S. Juan Crisstomo; y os cuatro Padres latinos: 8. Ambrosio, S. Jerénimo, S. Agustin yS. Gregorio Magno. Los Tedlogos: autores posteriores a la época patristica que se dedican al estudio cientitico y sistemdtico de las verdades relacionadas con la fe y las costumbres. Sobre todos ellos destaca Santo Tomés de Aquino (1225-1274), declarado Doctor comin y universal, y cuya doctrina la Iglesia ha hecho propia, prescribiéndola como base para la enseanza dela filaofia y de la teologia (cfr. Dz 219}-2192), Lamisma vida de a Iglesia, desde sus inicios, através dela liturgia y det sentir del pueblo cristiano. = 1.3.3 EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA Que por expresa disposicién de Cristo custodia ¢ interpreta leg/timamente la Revela- cin divina, y tiene plena autoridad para imponer leyes a los hombres, can Ia misma fuerza que si vinieran directamente de Dios. Esta autoridad Ia tiene no s6lo en el orden privado e individual, si i interpretando el derecho naturaly el derecho divino positivo, y dando su juicio definitive infalible ‘en materia de fe y costumbres. Recientemente Jo ha recordado el episcopado latinoamericano, ‘cuando dice que en e! Magisterio de la Iglesia “encontramas Ia instancia de decision y de interpreta- ‘ci6n auténtica y fiel de la doctrina de fe y de la ley moral" (II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Documento de Puebla, n, 374). La infalibilidad del Magisterio eclesidstico no se da s6lo en cuestiones de fe, sino también en cuestiones de moral y, dentro de ésta, no exclusivamente en Jos principios generales, sino que llega hasta las normas particulares y concretas. Aclaramos fo anteriot ante el error de quienes afirma que las namtas coneretas de la ley moral natural no pueden ser ensefiadas infaliblemente por el Magisterio de la Iglesia y, por tanto, es posible disentir de sus enseftanzas cuahdo hay molivos justos. Sostienen estos autores que el Magisterio sélo puede exsefiar de modo infalible las gormss morales rreveladas por Dios explicitamente como de valor permanente, o las derivadas inmediatamente de cella, 1 Concifio Vaticano TI ensefia, por el contrarjo, que el objet6 posible de la enseftanza infalble de lalgsesia no es s6!0 10 que se contiene ena Revelacion explicita 0 implicitame.ste, sino también todo Jo necesario para custodiat yexponer fielmente ef depésito revelado. As{ ue explicado oficialmente Por ia Comision TeolOgics Gel Concilio en relaci6n al n. 25 de ta Const. Lumen gentivm (cfr. Acta ‘Synodalia Sacr. Oecum. Cone. Vat II Il, 1, p. 251. También la Decl. Mysteriumn Ecclesiae de la S. C. para ia Docssina de a Fe, det24-V1 1973). Esindudable que hay algunas normas morales concretas contenidas ena Sagrada Escritura y en la Tradicién como permaneates y universales (especialmente el Dec4- Jogo), que el Magisterio de fa Iplesia puede enseiiar de modo infalible (cfr. CIC, c, 749). “Badsten pormas morales que tienen un preciso contenido, inmutable € incondicionado (..): por ‘ejemplo, a norma que prohibe Ia contracepcién, ola que prohibe la supresiGn directa de la vida de la persona inocente. Sélo podria negar que existan normas que tienen tal valor, quien negase que ccxista una verdad de la persona, una naturaleza iamutable del hombre, fundada en iltimo término ‘en fa Sabiduria creadora que es In medida de toda realidad” (Juan Pablo Il, Discurso al Congreso Internacional de Teologla Moral, 10-TV-1986, n4). La no aceptaci6n prictica de esas normas o de esa ensefianza por parte de un elevado némero de fieles, no puede aducirse para contradecir el Magisterio moral de Ja Iglesia (cfr. Jbid., n. 5). Cabe, ademés, recordar que auinque las enscfianzas del Magisterio acerca de la fe y de Jas costumbres no scan propuestés como infalibles, se les debe “prestar un asentimiento religioso del entendimiento y de la voluntad" (CIC, c. 752). 4 1.3.4 OTRAS FUENTES SUBSIDIARIAS Puede hablarse también de otras fuentes, entre las que ocupa un lugar preeminente la raz6n natural, que puede y debe prestar gran servicio a la Teologia Moral, destacando fa maravillosa armonia entre las normas de la moral sobrenatural contenidas en la divina Revelacién, y las que propugna e} orden ético puramente natural. La Iglesia ensefia que la Revelacién y la raz6u nunca pueden contradecisse (cfr. Dz. 1635, 1797, 2146), y que la raz6n ha de prestar valiosa ayuda en la inteligencia de fos misterios de la fe (Dz. 1796; 2320). Eneste quehacer racional destacan los filésofos paganos (Sécrates, Platén, Aristételes, Séneca, etc.) que, careciendo de las luces de la fe, construyeron admirables sistemas ¢tieos que apenas necesitan ‘tra reforma que su traslado y elevaci6n al orden sobrenatural 1.4 FALSAS CONCEPCIONES SOBRE LA MORAL Buscando ta concepcisn recta de ta ciencia moral, resulta iil seNalar desviaciones indicativas de excesos en sentidos diversos. Serfa un error pensar, por ejemplo, que el mensaje que Cristo nos trajo ‘5 ef cambio de sentido de la moralidad, haciéndonos pasar del legalismo de la Ley Antigua a la Ese acto voluntario —consentido— puede ser perfecto 0 imperfecto —segtin sc realice con plenoosemipleno consentimiento— y directo oindirecto. Por laimportancls que tiene en la prdctica, estudiaremos con mAs detenimiento lo que se eatiende por acto voluntario indirecto y directo. 2.4 EL ACTO VOLUNTARIO INDIRECTO Elacto voluntario indirecto se da cuando al realizar una acci6n, ademés del efecto que se persigue de modo directo con ella, se sigue otro efecto adicional, que no se pretende sino s6lo se tolera por venir unido al primero (p. e,, el militar que bombardea una ciudad enemiga, a sabiéndas de que morirén muchos inocentes: quiere directamente destruir al enemigo —voluntario directo —,ytolerala muerte deinocentes — voluntario indirecto ). Es un acto, por tanto, del que se sigue un efecto bueno y otro malo, y por ¢#0 se le llama también voluntario de doble efecto. Es importante percatarse de que no es un acto hecho con doble fin (p.¢),robar al rico para darle pobre), sino un acto del que se siguen dos efectos: doble efecto, no doble fin. ‘Robin Hood’ ‘Chucho el Roto' realizan acciones con doble fin: el fin inmediato es robar al rico: elfin mediato es darle ese dinero alos pobres. No es una accién de doble efecto, sino una accién con un fin propio y un fin ulterior. Hay casos en que es Iicito realizar acciones en que, junto a un efecto bueno se seguirs otro malo. Para que sea licito realizar una accion de la que se siguen dos efectos, bueno uno (voluntario directo) y malo el otro (voluntario indirecto), es necesario que se reGnan determinadas condicione lo. Que la accidn sea buena en sf misma, 0 al menos indiferente. ‘Asi, nunca es I(cito realizar acciones malas (p.¢),mentir, juraren falso, etc), aunque con elas se ‘lcanzaran 6ptimos efectos, ya que el fin nunca justfica los medios, Por tanto no se puede hacer el mal para obtener un bien Para saber i la accin es buena 0 indiferente habré que atender, como se verd més adelante, 3 1 objeto, fin y circunstancias. 20. Que el efecto inmediato o primero que se produce sea el bueno, yel malo sea s6lo su consecuencia necesaria. Es un principio que se deriva del anterior: es necesario que el buen efecto derive directamente de ta acciéney no del efecto malo (p.€j.,n0 serfalicito que por salvar la fama de una muchacha se procurara elaborto, pueseel efecto primero es el aborto; no seria licito matara un inocente para después llegar hasta donde esté el culpable, porque el efecto primero es la muerte del inocente. 30. Que uno se proponga el fin bueno, es decir, el resultado del efecto bueno, yno et malo, que solamente se tolera. Sise intentarael fin malo, aunque fuera através del bueno, laacci6r seria inmoral, porla perversidad de la intenci6n. El fin malo slo se tolera, por ser imposible separario del bueno, con disgusto desagrado, Nisiquieraes lictointentarlos dosefectos, sino Gnicamente el bueno, permitiendoe! mato solamente por su absoluta inseparabilidad del primero (p. ¢j, ¢l empleado que anfenazado de muerte da el

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