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antonio gramsci: el concepto de bloque histérico. carlos pereyra Si es cierto, que el empleo de me- téforas en el discurso cientifico es in- dice de problemas tedricos no resuel- tos, entonces es evidente que la pare- ja terminolégica estructura-superes- tructura, derivada de una obvia_me- téfora arquitecténiea en virtud de la cual se examina la organizacién de la sociedad como si ésta fuera un edificio social, revela una debilidad en el apa- rato conceptual del marxismo. Bsta fragilidad se ha traducido en la fre- euente comprension m ade la relacién entre la estructura econémica y el conjunto de las instituciones en- cargadas de la dominacién politica e ideolégiea, Bl concepto de “bloque his- térieo” introducido por Antonio Grams- ci tiende a subsanar ese vacio tedrico. Centrada la obra de Marx, en lo fundamental, en el andlisis de los me- canismos econémicos inherentes al_mo- do de produccién capitalista, no ofrece un estudio equivalente de los aparatos de poder ni de las articulaciones de éstos con aquéllos. En efecto, Marx elabora algunos conceptos fundamenta- les para el conocimiento de las deter- minaciones politicas e ideoldgicas, pero se trata todavia de elementos abstrac- tos que exigen ulterior desarrollo conerecién, Il pensamiento de Leni formulado en las condiciones especit cas de un primitivo régimen absolu- tista, en un pais donde la sociedad ¢ vil era apenas existente y las rel ciones capitalistas no poseian la sofis- ticada complejidad de Europa occiden- tal, enriquece el marco cientifico para el anilisis politico, pero no satisface la amplia gama de’ necesidades tedricas planteadas por las formas modernas de ejercicio del poder. Si el_marxismo proporciona el nudo conceptual decisi- vo para la explicacién cientifica de los fenémenos sociales, a Gramsci se debe la contribueién fundamental en el pla- no propiamente politico. Algo hay de simplista en la creen- cia ingenua divulgada por una corrien- 23 te de marsismo elemental, segiin la cual lag distintas entidades e institu- ciones componentes de la superestru tura se corresponden de manera auto- miitica con la estructura econémica de Ja sociedad. Sobre esta base social se levanta una colosal superestructura: este planteamiento esquemitico de Marx ha sido reiterado ad infinitu pero —con excepcidn de Gramsci— po- co se ha reflexionado sobre los efec- vineulos miiltiples que ligan a una y otra, La nocién de “bloque his- ‘torico” permite, precisamente, el estu- dio de la conexién entre ambas. Mas ain, la expresién utilizada por Gramsci (“bloque”) vuelve explicito que el and- lisis separado de cada uno de los dos momentos del sistema social es sélo una abstraceién, La formacién de un bloque histori- co supone el establecimiento de ligas orgéinieas entre estructura. y_superes- tructura, En otras palabras: el man- tenimiento de ciertas relacioncs de pro- duccién, la permanencia de cicrtas re- laciones entre las clases sociales, im- plica_ una compleja articulacién inter na de las actividades superestructura- les para tal fin. Por ello Gramsci ad- vierte contra el error de considerar separadamente estos dos elementos. En El materialismo histérico y la filosofia de, Benedetto Croce, al escribir sobre Jo que le leva a reforzar el concepto de “bloque histérico”, sefiala: “las fuer- yas materiales son el contenido y las ideologias la forma, siendo esta distin- cién de contenido y de forma pura- mente diddctica, puesto que las fuer zs. materiales ‘no serian concebibles histéricamente sin forma y las ideolo- gias serian caprichos individuales sin ta fuerza material” (1). Al examinar la artictilacién del blo- {Astonio | Grane)! E1 materialiemé iste tigo y to Nlosetio de B. Croce, 24 que histérico, queda fuera de duda. ¢l hecho de que la primacia dentro de él la tiene la estructura sociveconémica; de ésia depende cual es ef tipo de re- laciones de produccién dominante en una sociedad y, por consiguiente, qué clases sociales pueden constituirse en ella. Sin embargo, reconocer tal pri- macia no significa, en manera alguna, atribuirle a los fendmenos ocurridos en el desenvolvimiento histérico de la so- ciedad el cardcter de simple “reflejo” de lo que acontece en la estructura socioeconémica. Por lo contrario, las contradicciones surgidas en esta ‘base de la sociedad slo tienen realidad his- t6riea segiin la manera cémo se resuel- ven en el nivel de las actividades su- perestructurales, el que funciona, en consecuencia, como elemento decisivo. Es tajante el rechazo de Gramsci a todo enfoque tendiente a escindir la realidad pensada a través dela no- cin de “bloque hi y,_ particu- larmente, a todo intento economicista de conyer'tir los acontecimientos super- estructurales en meros fenémenos ex- presivos de una supuesta realidad esen- cial. “La pretension —eseribe Gramsci — (presentada como postulado esen- Gal del materialismo histérieo) de presentar y. exponer cada fluctuacién de la politica y de ta ideologia como una expresién inmediata de Ia estruc- tura, debe ser combatida tedricamente como un infantilismo primitivo, y priie- ticamente con el testimonio auténtico de Marx, escritor de obras politicas e histérieas concretas” (2). El concep- to de “bloque hist6rieo” permite en- frentar, pues, la idea de causalidad li- neal que convierte todo hecho politico © ideol6gico en simple “efecto” de quién sabe qué “eausas” econdmicas, La nocién de “bloque histérico” no sélo remite al vinewlo que realiza la unidad entre estructura y_superestrue tura; refiere también a los lazos de unién entre la sociedad civil, eompues- ta por el conjunto:de organismos pri- vados a través de los cuales se ordena la actividad polities y se vertebra la concepcién ideolégica de las diversas fuerzas sociales, y la sociedad politica, es decir, el Estado en sentido estric Se trata, pues, de una doble distincién dieétoma. Esa doble vinculacién orga niea se realiza en virtud de la accion especifica de um grupo social especi mente abocado # esa tarea: los inte- lectuales. Para evitar cualquier confu- i6n con el peculiar uso gramsciano del término “intelectual”, es indispensable tener presente la profunda modifica- cidn seméntiea introducida por el fun- dador del Partido Comunista Italiano en este voeablo. Cuando Gramsci habla de “intelec- tuales” no. se refiere exclusivamente, como sucede en el lenguaje ordinario, aun grupo reducido de individuos de- dicados a labores culturales estrecha- mente entendidas, sino a una ampli variedad de personas. encargadas _de funciones de direceién, administracién, organizacién y gobierno. ‘‘Amplio. mu cho la nocién de lo intelectual”, advier te Gramsci y, en efecto, en su caso el término engloba una gran_moltipli dad de cargos sociales habitualmente no comprendidos bajo ese rubro. La faneién bisiea de los. intelectuales es la de establecer el vineulo orginico en- tre estructura y superestructura: cons- tituye un grupo social adserito a una clase u otra y, en este sentido, sirven de enlace entre las clases y las acti- vidades superestructurales. Se habla normalmente de clase do- minante para signifiear con ella no s6- lo In circunstaneia de que un estrato de la poblacién, propietario de los me- dios de. produccién, se beneficia de te plusvalia producida por el. proletaria- ¢o, sino también para indicar Ta con- eentracion de poder politico y de an- toridad ideolégica en manos de ese es- trato. Pero casi nunea se problematiza mediante cuales mecanismos el poder econdmico confiere poder politico y po- cer ideolgico. De ninguna manera es comprensible de suyo este caracter glo- bal de la dominacién de clase. El con- cepto de “bloque histérico” permite pensar las vias a través de las cuales una clase fundamental y dominante en el campo econémico es, a la vez, domi- nante en los terrenos politico © ideo- Vogieo. No se trata, por supuesto, de uh proceso automitico sino precisamente del resultado de la actividad de ese grupo social diferencindo formado por Ios intelectuales, quienes son los en- cargados de elaborar y administrar los mecanismos superestiucturales que le dan a esa clase homogeneidad y la di yeecion del bloque histérieo. “El vineu- lo orginico entre el intelectual y la dase social que representa aparece esencialmente en la actividad que éste desarrolla en su seno de la superestruc- tara para volver homogénea y_ hege- ménica a la clase” (3). La actividad diversa de los intelectuales en los apa- ratos ideoldgicos de la sociedad civil formada por organismos privados, en los medios de difusin y comunicacion masiva, asf como en las institueiones del Estado, contribuyen a instaurar la homogeneidad de la clase dominante y su hegemonia en el interior del bloque histrico, En_ cualquier situacién histériea predomina en una formacién social un modo de produecién dado al que co- 3—Huge.Partll serio en roma i cancepta de Bloque bis 25 Tresponde wna cierta estructura social Jerarquizada de tal manera que en ella hay una clase fundamental y dominan- La constitucién del bloque hist6- rico exige la progresiva conformacién de una superestructura a partir de la cual la clase econémicamente dominan- te se vuelve también politica ideols- gicamente dirigente. El olvido casi permanente de que la clase en el poder no es sélo una clase dominante sino también dirigente, explica gran parte de las ingenuas ilusiones, tantas veces desengaiiadas, en el derrumbe préximo y féeil del sistema. La profunda eap- Yacién de la realidad soeial, en cambio, hace de Gramsci un teérico cada vex mas actual y un estratega de incom- parable lucidez. No se concibe su ri- queza de comprensién, sin el concepto de “bloque histérieo” producido por él. La formacién del bloque histérico hace posible la constitucién de un sis- tema hegeménico bajo la diteccién de la clase fundamental dominante. Si re- cordamos que el bloque histérico esta formado por la unidad de estructura y superestructura y, en el interior de é5- ta, por la unidad entre sociedad civil (aparatos privados) y sociedad, politi- ca (aparato de Estado), resulta enton- es que el sistema hegeménico apare- ce cuando la clase fundamental en las relaciones sociales de produecién. ins- tauradas por la estructura econémica es, a la ver, la clase dominante en la sociedad politica y la clase dirigente en la sociedad civil. No todo bloque historico muestra Ia constitucién de un sistema hegeménico. Puede ocurr' que la clase fundamental en las rela- ciones de produccién y dominante en la sociedad politica, pierda ono haya adquiride su caracter dirigente en la sociedad civil. Tal es el caso de la dictadura. Si definimos hegemonia por oposicién a 26 dictadura, ésta resulta cuando el con- trol sobre el aparato de Estado no va acompafiado de la direceién en la so- ciedad civil. De ahi que la dominacién politica, la cual en los momentos de hegemonia, es una funcién complemen- taria de Ta direccién hegemonica, se convierte en una funeién easi exclusiva y absoluta.. La dominacién _politiea, desprovista entonces de los mecanis- mos de influencia y coneiliacién pro- poreionados por Ia direceién hegemd- nica, queda convertida casi en un puro sistema de coercién, En el caso de la dictadura se experimenta una crisis del bloque histérico, pues la doble unidad de estructura y superestructura y, dentro de ésta, de sociedad eivil y so- ciedad politica, se ve anulada y conver- tida en unidad simple de estructura y sociedad politien 0 aparato coerei de Hstado, La situacién del régimen dictatorial permite, por contraposicién, delinear mejor el caracter del sistema hege- ménico constituido por un bloque his- térico progresivo. El aspecto esencial de la hegemonia de la clase dirigente radiea en el consenso que logra im- poner, no sélo entre las clases auxi- Hiares’ integrantes del bloque en el po- der, sino también entre las clases. sub- alternas 0 dominadas. Tal_consenso puede ser mis 0 menos activo y pontiineo pero, en cualquier caso, sig- nifiea la aquiescencia de los grupos auxiliares y subalternos a los objeti generales propuestos por la clase diri- gente y al proyecto nacional configu- rado por ésta. Este consenso se logra a través del sometimiento ideolégico politico. En virtud de la hegemonfa, la ideo- logia de la clase dirigente se convierte en la forma universal a través de la cual los agentes sociales se_represen- tan st inscripeién, en la sociedad. La universalizacién de esa ideologia par- ticular se realiza, como es obvio, sobre la base de inhibir el desarrollo de Ja ideologia propia de las clases subalter- nas, las cuales, en consecuencia, to- man prestados los valores, aspiraciones y pautas de comportamiento de la cla- se dirigente. De la misma manera, en el plano de la organizacién politica, la hegemonia determina la subordinaei de los dominados a los programas ¢ Instituciones de Iu clase dirigente, so- bre la base, otra vez, de la atrofia de las organizaciones de clase propias, En tm sistema hegeménico de esta naturaleza, "la clase fundamental @ nivel estructural dirige la sociedad por el consenso que obtiene gracias al con- trol de ln sociedad. civil; este control se caracteriza fundamentalmente por Ia difusién de su concepeién del mun- do entre los grupos sociales y por la constitucién de un bloque hist6rico al que corresponde la_gestién de la so- ciedad civil” (4). Lo que el lenguaje cotidiano denomina “sentido comtin” no es mas que la forma generalizada de considerar las relaciones sociales Jas miiltiples peripecias de toda indole habidas en su evolucién historic, Hay una diferencia digna de ser subrayada entre la confianza ahistériea de Desea) tes, para quien “el buen sentido es lo que mejor repartido esti entre todo el mundo”, pues “es naturalmente igual todos los hombres” (5), y el en- foque gramsciano, capaz de descubrir que el “sentido comin” no proviene de la estructura biolgica natural del individuo, aunque Ja supone, sino de Ja organizaciGn social del saber. El re- sultado de esa hegemonia de clase es que Jos dominados viven la dominacién como cireunstancia normal y la inte- levelecuales y la corgonizcien de te culate riorizan, inclusive, como situacién jus- ta y no modificable. Bl sistema hegemsnico se apoya en una. politica especifiea divigida a los intelectuales ligados a las clases. sub- alternas. El mimero de éstos es muy redueido porque, precisamente, éste es uno de los efectos que produce el con- trol de la sociedad civil por parte de la clase dirigente, De cualquier mane- ra, Ins clases subalternas logran ge- nerar alguna capa intelectual ongini- camente ligada a ellas, Para esta capa intelectual, sobre Ia que no ha funcio- nado la. atraccién esponténea ejercida por el sistema hegeménico, la clase di- rigente disefiamecanismos_peculiares de atraceién, Gramsci denomina “‘trans- formismo” al proceso mediante el cual la clase dominante integra a los inte- lectuales de otros grupos, decapitando si su direccién politica e ideolégiea. No es necesario aelarar que esos me- canismos de atraccién suelen ir acom- pafiados de formas de amedrentamien- to ¥ persecucién. Ahora bien, hay una historia tam- bién del capitalismo: la clase funda- mental en este sistema no lo es para siempre. Por lo contraria, el desarrollo capitalista supone la apaticién y_con- solidacién de otra clase fundamental, el proletariado, igualmente interesada en construir tm sistema hegeménico alternativo y dar paso 2 la formacién de un nuevo bloque histérieo. Por la dindmica propia de la lucha de clases, se crean condiciones de posibilidad pa- ya que los dominados se liberen de la tutela y hegemonia de la clase di- rigente, desarrollen su propia ideologia Y_su propia politica, generando una crisis en el bloque histérico existente, al romperse la doble unidad entre es- tructura y superestructura, asi como entre sociedad civil y sociedad politica. Gramsci eseribe en Los intelectua- 27 es y la organizaci6n de la cultura: “Se pueden fijar dos grandes planos super- estructurales, el se puede lamar de ls “sociedad civil”, que estd forma- do por el conjunto de los organismos vulgarmente Iamados “privados”, y el de la “soviedad politica o Estado”, y que corresponden (respectivamente) a Ia funcién de “hegemonia” que el gru- po dominante ejerce en toda sociedad y ala de “dominio directo” o de co- mando que se expresa en el Estado y en el gobierno juridico” (6). La cri- sis del bloque histérico existente se produce cuando las clases subalternas arrebatan al grupo dominante el con- trol de la sociedad civil, o al menos eseapan de ese control, cancelan la hegemonia de clase y hacen de la cla- se dirigente y dominante una clase pu- ramente dominante. Si en las situaciones donde preva- lece una hegemonia de clase coercién y consenso son utilizados en forma complementaria, la crisis del_bloque hist6rieo conduce a la dominacién fun- dada, casi exclusivamente sobre la fuer- za. La violencia represiva es el signo de la pérdida de control de la clase fun- damental sobre la sociedad civil, al extremo de que el bloque histérico no puede mantenerse sino por la coereién dictatorial, La transformacién de un bloque histérico progresivo donde la clase dirigente impulsa todas las for mas de vida implicitas en las relacio- nes sociales establecidas, en un bloque histérico regresivo donde reina la fuer- za represiva, es el anuncio del surgi- miento de un nuevo bloque historico. Se advierte asi que la primacia eco- nomica de la clase fundamental es con- dicién necesaria pero no suficients pa- ‘Dacurso dal métod 28 Reais, Descartes. ra la formacién y mantenimiento de un bloque histories. Es necesario, ade- més, que esa clase fundamental tenga un verdadero proyecto politico nacio- nal donde queden inclufdas las clases auxiliares y subalternas. Se requiere, pues, que ia clase fundamental no solo sea Ia clase dominante, sino una efec- tiva clase dirigente. Si el desarrollo y la homogeneidad del bloque histori- 0 son indice de la hegemonia de clase, el ereciente recurso a la coercién €3 sintoma del debilitamiento de tal he- gemonia y el deterioro del bloque his- torico anincia el transito a la dic dura. Gramsci utiliza el término “die- tadura” para deseribir las formas de domiinacion, politica de un. grapo social no hegeménico. que controla la socie- dad_por la sola violencia coercitiva, gracias a que detenta el aparato de Bstado. Este grupo no tiene, o ha de- jado de tener, Ia direceién ideolégico- politica. El eoncepto de “bloque histérieo” introducido por Gramsci es fundamen- tal para el disefio de una politica pro- letaria, pues et intento de superar un logue histérico en crisis por la via de formar tn nuevo bloque histérice, su- pone estrategias diferencindas segin se trate de un bloque donde la unidad entre estructura y superestructura se da mediante una amplia sociedad civil 0 a través de un Estado fuerte. Toda tentativa de crear un nuevo bloque historic debe pasar por un prolonga- do enfrentamiento en el interior de la sociedad civil, en paises donde ésta tie- ne un peso considerable. “La situacion es radiealmente diferente en los. pai donde la sociedad eivil es “primitiva ¥ gelatinosa”, como es el caso. de los estados absoliitos. . . en las sociedades “primitivas” la lucha se concentra al- rededor del aparato de Estado. En las sociedades mis complejas, lo esencial del combate va diri ciedad civil” (7). Es necesario precisar algo mas res- pecto a la dictadura. No todos los re- gimenes dictatoriales proyienen de la ruptura de una hegemonia de clase y del predominio de la sociedad politica o-aparato de Estado sobre la sociedad civil. La dictadura es también posible ‘en situaciones histérieas, como es el caso de los paises “atrasados” mas de- pendientes y subordinados, en las que no se ha establecido una s6lida clase fundamental, Gramsci se refiere a. es- tas sociedades «enominindolas “primi: tiyas”, Aun cuando el recurso a la eoercién es en ellas, en apariencia, idéntico al que se da'en los casos de hegemonia perdida, las diferencias son fundamentales, pues aqui ocurre que las clases subalternas se han apode- rado del control de la sociedad civil o, al menos, se han liberado del control ajeno, mientras en los paises “primi- tivos” la sociedad civil es “zelatino- sa”, practicamente inexistente. Contra lo que pudiera esperarse des- de una perspectiva simplista y eterna- mente esperanzada_en_transformacio- nes faciles e inmediatas, una crisis de hegemonia y, en consecuencia, una cri- sis del bloque hist6rieo, no conduce ne- eesariamente a una nueva forma, de organizacién social. Cuando una clase fundamental pierde su caricter diri gente por haber perdido su control so- bre la sociedad civil y deviene simple clase dominante, todavia conserva el control de la sociedad politica, es de- cir, del aparato de Estado y, por con- siguiente, de la fuerza coercitiva. Es- to significa que esa clase dispone to- davia de los aparatos represivos de Es- tado para aplastar todo intento de ho- mogeneizar a las clases. subalternas. T—Hoge Portal. op. ot ‘Un sistema dado de relaciones de produccién, el sistema eapitalista, por ejemplo, admite una diversidad de blo- ques histéricos posibles, es decir, dis- tintas formas de vineulo, entre estruc- tura y superestructura. “La crisis or- ginica es una ruptura entre In estrue- tura y superestructura, es el resulta do de contradieciones que se han agra- yado como consecuencia de Ta evolu- cién de la estructura y de la ausenci ¢e una evolucién paralela de la super- estructura” (8). Sin embargo, nada impide pensar y, por lo contrario, abun- dan experiencias hist6rieas al respecto, que una crisis orgénica desemboque en la recomposicién del sistema, median- te la creacién de un nuevo bloque his- torico y la sutura de los vineulos e: tre estructura y superestructura, Para que la construccién del nuevo bloque histérieo signifique efectiva mente la liberacién y la victoria defi nitiva de las clases subalternas ¥, por tanto, Ia transformacién de Ja orga- nizacién social, es menester que éstas logren edifiear su propio sistema hi geménico, generar una direccién poli- tica respetada y desarrollar una ideo- logia homogénea; se requiere que las clases subalternas estén en capacidad de controlar la sociedad civil y de apo- derarse del aparato de Fstado, Todo ello representa una enorme dificultad histériea porque, precisamente, la. si- tnacién de los dominados en el siste- ma existente limita sus posibilidades de organizacién. De esta manera, si la crisis orgé- niea del bloque hist6rico es el producto de una movilizacién espontanea no organizada de las clases subalternas, con toda probabilidad, no obstante la profundidad de la conmocién social, la clase dominante estar en condiciones de retomar el control de la situacin y mantener el funcionamiento del siste- ma, por la via de construir otro bloaue histérico compatible con las relaciones de produccién prevalecientes. Si, por lo contrarie, la erisis orgénica resulta de In actividad coneiente y organiza. da de los dominados, entonces se abre una época de enfrentamiento profun- do, de duracién prolongada, cuya re- solucin iltima dependera ' de quién conserve el poder del Estado. Asi pues, el funcionamiento de una estructura. Social, determinada por la distribuciin dela poblacién en clases segtin el tipo de relaciones de prodie- cion_prevaleciente,, supone la_adminis- tracién_y direecién de una superestrue- tura, ideclégica y_ politica, cuyas ins- titueiones las distingue Gramsci, de acuerdo von una clasifieacién funcio- nal, en_sociedad ci sociedad poli- tiea. El vinewlo entre estructura y superestractura se realiza por la diacién de ma capa social diferenci da, los intelectuales segin ia peculiar terminoloia gramseiana, euya zctivi- dad supore una relativa autonomia que, por supuesto, no caneela su adseriy cién_de dase. El rol esencial de los intelectuales en el seno del bloque histérico forma- do por ese yinculo, se manifiesta en la Tabor de organizacién y direccién de las clases, La finalidad de esta labor es, Ya Sea que se trate de intelectuales Jigados organicamente a la clase domi nante o a las elases subalternas, man- tener un sistema hegeménico 0. pro- curar Ja subversién del mismo, En cualquier caso, no existe ninguna or- ganizacién social donde el. consenso ‘opere como hase exclusiva de la he- gemonia, ni Estado donde la domina- cién se pueda mantener duraderamen- te con el apoyo exelusivo de la pura coerci6n, por lo que la tarea de los in- telectuales supone la complementarie- 30 dad de’ sociedad civil y sociedad po: Iitiea. Esta complementariedad se acre- cienta por el hecho, féeil de advertir, de Ia progresiva estatizacién de la so- ciedad civil, es decir, la continuada absorcién por parte del Estado de in titucfones, de eardcter cultural y edu- cativo, por ejemplo, hasta hace poco tiempo confiadas a organismos priva- dos. Este proceso facilita la tare de impregnar al conjunto de la sociedad de una concepeién ideolégica y moral homogénea, garantizando efectos més efieaces. De ahi que sea relativamen te més xencillo aleanzar, en estas cir- eunstancias, el resultado sefialado por Gramsci: “los intelectuales de la clase histérieamente (y desde un punto de vista realista) progresiva, en las con diciones dadas, ejereen una tal atrac~ ecién que aeaban por someter, en tl timo andlisis, como subordinados, a los intelectuales de los demas grupos s0- ciales y, por tanto, Megan a crear un sistema ‘de solidaridad entre todos los intelectuales, con vineulos de orden psi- coldgico (vanidad, etc.) y a menudo de casta (téenico-juridieos, corporati- vos, ete.)”” (9). Es preciso no confundir dos con- ceptos a veces entremezclados: “blo- que historieo” y “alianza de clases”. Ciertamente, la formacién de un blo- que histérico supone una alianza de clases, pero ello no autoriza a identifi car la_signifieacién de ambos térmi- nos. “El proletariado —eseribe Grams- ci— puede devenir clase di dominante en la medida en que logre crear un sistema de alianza de cla es”. Bsta es la condicién de posibi- lidad de la formacién de un bloque his. t6rico radicalmente otro, pero se tra- ta de cuestiones diferentes, 9—Antologie de Antonio: Grom

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