Está en la página 1de 17

P á g i n a 1 | 17

Índice

P á g i n a 2 | 17
Introducción

Todo profesional tiene que velar tanto dentro del trabajo como fuera, valorar
cosas como la responsabilidad y compromiso social para así dar un aporte
solido y consistente a las diferentes sociedades que forman parte del
ecosistema de trabajo, donde dicho soporte servirá para el desarrollo de la
misma que dependerá de cuan comprometidos estemos los profesionales
brindando apoyo. En este apartado lo que se busca es dar a entender como los
profesionales podemos hacer frente a los diferentes problemas que enfrentan
las sociedades y avivando el compromiso con el prójimo.

P á g i n a 3 | 17
Desafíos éticos y sociales: Compromiso y responsabilidad.

Responsabilidad Social. (Origen de la responsabilidad social).


´´El concepto por el cual las empresas deciden contribuir voluntariamente a
mejorar la sociedad y a preservar el medio ambiente. A través suyo, las
empresas se conciernen del impacto de su acción sobre todos y expresan su
compromiso de contribuir al desarrollo económico, a la vez que a la mejora de
calidad de vida de los trabajadores y a sus familias, de la comunidad local
donde actúa y de la sociedad en conjunto´´.
-Comisión de las comunidades Europeas (2001).

La responsabilidad social como valor puede identificarse como tres


dimensiones:

Respeto: Respeto a las personas y a las normas sociales, respeto a la


diversidad, capacidad para el dialogo y la resolución de conflicto. (Dignidad,
Veracidad y Tolerancia).
Justicia: Ser honrado y equitativo. (Honestidad y Equidad).
Solidaridad: Ser sensibles a las necesidades de otros y a los problemas de la
comunidad, manifestar actitudes cooperativas para trabajar en equipo.
(Confianza y Cooperación).

P á g i n a 4 | 17
Ética y Responsabilidad Social.

 Entorno o en un ambiente específico donde las personas se deben a este


contexto.
 Este ámbito de conciencia institucional u organizacional tiene como
objetivo unir a las personas a un medio o ecosistema, donde
trabajadores, clientes en sus obligaciones éticas y de interés.
 Actuar de manera correcta para el bienestar colectivo para que tanto las
personas que se vean involucradas de manera directa o indirecta se
sientan cómodas y obtengan beneficios.
 Valores, principios y leyes que se acaban dentro de una empresa,
organización o institución, se ven reflejadas en sus actos tanto
ambientales, económicos, laborales y sociales.

Responsabilidad Social en organizaciones:

 Orientada hacia el desarrollo humano sostenible.

 Basada en el diagnóstico y la gestión de todos los impactos y efectos


colaterales que el funcionamiento de dicha organización puede
generar, tanto hacia dentro como hacia fuera de sí misma.

 En el dialogo y asociación con los diferentes grupos interesados en su


buen desempeño.

 Coherente entre la misión institucional declarada y la práctica.

Elementos de la responsabilidad social empresarial:

 Compromiso de las empresas: Agregar valor a la sociedad.

P á g i n a 5 | 17
 Decisión Voluntaria: No regulada por ley.

 Beneficios para la sociedad y públicos de interés

 Conducta ética: Significa prácticas de negocios aceptables.

 Desempeño Ambiental: Desempeño en el cuidado del medio


ambiente comúnmente resultado.

 Adaptabilidad: Diseñar un modelo de RSC que considere las


particularidades del entorno en que se desenvuelven.

Ejes de la responsabilidad social:

 Cooperar en un mejor mundo: generación de capital social.

 Ser justo: buen gobierno organizacional.

 Producir bien y buenas cosas: Calidad de servicios.

 Ser sostenible: Organización ambientalmente responsable.

P á g i n a 6 | 17
Compromiso social:
Con la palabra compromiso se alude a la realización de actividades ineludibles.
Lo que nos interesa destacar del compromiso es su valoración como la
realización eficaz y oportuna de aquello a lo que uno está obligado por ser
persona, por ser la persona que se es, por la actividad en la que uno se
desempeña, por los contratos asumidos, por las promesas ofrecidas; es decir, el
compromiso social es una cualidad ética cuando se lleva a cabo con esmero,
con pasión, con dedicación. A diferencia de aquellas actividades que no
alcanzan la dimensión ética:

cómo realizar actividades sólo por cumplir, por quedar bien, por sentirse
obligado o por hacerlo sin el propio consentimiento.

Pero ¿de quién es la tarea de formarnos en la actitud y en el proceder


responsable y comprometido? ¿De la familia? ¿De la Institución religiosa? ¿Del
Estado? ¿De la Institución Educativa? ¿De la ciudadanía o sociedad civil? Una
respuesta simplista se aventuraría a decir que es competencia de uno o de
otro; una alternativa compleja asumiría que es tarea de todos y de todas, pero
¿qué significa esta asunción en términos de responsabilidad y compromiso
social?

Nosotros pensamos que el Estado, a través de sus distintas Instituciones y


Programas ha de propiciar las condiciones para que la ciudadanía proceda con
responsabilidad y compromiso social, y no precisamente porque sólo se ocupe

P á g i n a 7 | 17
de acatar las leyes, sino por la convicción de hacer que prevalezca la justicia. La
Escuela contribuirá a generar-reforzar esta formación en todos los niveles
educativos, ofreciendo una Educación que forme al estudiantado en la
responsabilidad y el compromiso por la verdad, por la bondad, por la belleza,
por la justicia, por el diálogo, por la crítica pertinente, por la equidad, por el
cuidado ambiental, por la paz. La ciudadanía como ejecutora de la
responsabilidad y del compromiso social, tiene como uno de sus mayores retos,
ser demandante de aquellas acciones que de manera responsable contribuyan a
generar un bienestar social y, en este sentido, éticamente está obligada a
proceder en consecuencia.

Una ciudadanía responsable y comprometida socialmente no puede permanecer


comprometida, pasiva, indiferente ante tanto atropello humano que se esté
cometiendo con cualquier otro con-ciudadano, de la patria y del mundo. En este
sentido, podemos señalar que la responsabilidad y el compromiso ontológico de
los seres humanos es comprenderse desde su mundo, en el que están los otros,
con quienes a partir del diálogo ha de construir mundo, no devastarlo.

Los nuevos cambios de la ética social en el ámbito nacional


e internacional

La ética social sirve de marco general a las éticas particulares que asumen las
profesiones más connotadas por la sociedad. Estas profesiones han asumido
códigos éticos, que, en su fundamentación, reflejan los valores éticos asumidos
por los profesionales y, a partir de ellos, establecen los principios que guían la
regulación de las conductas morales, a través de las normas para una actuación
correcta. Tal es el caso, por ejemplo, de las profesiones de las ciencias de la
salud y de la educación.

Las crecientes y complejas demandas de la sociedad global que devienen, en


parte, de los avances tecnológicos y las transformaciones económicas a las que
hoy asistimos, imponen a las organizaciones, y por ende a la fuerza de trabajo
que las anima, la búsqueda de mayor competitividad. Por tal razón se han
incrementado los niveles de exigencia frente a los sistemas de educación y
capacitación de los recursos humanos con la intención de que los individuos
puedan enfrentar los cambios, adaptarse rápidamente a las nuevas condiciones
y en general mejorar la calidad de su desempeño en el entramado económico
que sustenta nuestro sistema–mundo.

P á g i n a 8 | 17
Hay una ética individual y una ética ciudadana. El tema ético provoca y
confronta a las personas en su hacer personal, social y laboral. La educación
está vertebrada por la cuestión ética. Profundizar en la ética de las decisiones y
acciones de los educadores y las educadoras, influye significativamente en la
calidad y en la justicia de la educación que promovemos.

En el ámbito nacional:

Actualmente, vivimos en una sociedad afectada por el consumo sin límites; una
sociedad permeada por la corrupción, la violencia y el irrespeto a la vida, la
frustración y la exclusión social. Hay que educar en base a principios éticos para
sustituir la cultura del engaño y la corrupción, por la cultura de la honestidad y
la transparencia.

La ética del profesional docente se expresa en el amor, valoración y respeto al


ser humano sujeto de la educación. El sentido de ser docente es formar
ciudadanos y ciudadanas con valores éticos y capacidad crítica, capaces de
desenvolverse en cualquier situación de la vida cotidiana y de contribuir a
transformar de manera positiva los contextos donde viven. El profesional
docente tiene la responsabilidad de articular esfuerzos con la familia en esta
tarea formativa, que ayude al estudiantado al desarrollo de competencias y
valores para que puedan actuar con autonomía y responsabilidad.

El currículo dominicano plantea en la competencia ética ciudadana formar una


ciudadanía, responsable, tolerante y solidaria, que contribuya a crear espacios
sociales de bienestar y convivencia pacífica entre todas las personas de la
comunidad educativa. El sistema educativo debe velar porque los principios y
valores que plantea el currículo se cumplan, pero no siempre la práctica de los
docentes se corresponde con lo que plantea el currículo; es decir algunos
docentes se muestran indiferentes a las a las necesidades de sus estudiantes,
no se preocupan por seguir formándose y no innovan su práctica.

Actualmente, la bondad del pueblo dominicano no ha sido correspondida con


sentido ético y social por los sectores, clases y capas sociales que
históricamente lo han gobernado, y un ejemplo concreto es el accionar político
de esos grupos en los últimos. Los hechos son los hechos y no se derriten; la
realidad es la más fiel expresión de la verdad. Así, por ejemplo, ha sido una
preocupación constante del pueblo dominicano, la vigencia de un Estado de

P á g i n a 9 | 17
derecho que tenga como soporte una Constitución política que recoja sus más
legítimas aspiraciones, pero todo no ha sido más que un deseo.

Los beneficiarios del sistema acostumbran a rendirle homenaje, y aunque están


conscientes de que ese documento recoge en el orden teórico amplias
aspiraciones del pueblo en lo económico y social, la realidad pone en evidencia
que la existencia de derechos y libertades no depende de que estén
estampadas en un documento, sino de que formen parte del modo de
gobernar, lo que se traduce diciendo que depende no del instrumento
normativo constitucional, sino del sistema, del ordenamiento político existente.

Lo que ocurre con la Constitución dominicana nos enseña que ella es utilizada
como un instrumento político-jurídico, y que las clases sociales no se mueven
por abstracciones de museo, por festividades ni por fechas patrias, sino por
intereses muy particulares, y ven la Constitución como algo muy suyo
manejado a sus conveniencias coyunturales.
En lo ético, político y social, los pueblos resultan favorecidos con los cambios
instrumentados a sus cartas magnas cuando las modificaciones son posibles, no
por factores circunstanciales, sino por el nivel de desarrollo de la lucha social y
política llevada a cabo en el seno de la sociedad, por el impulso de un
movimiento popular, por el ascenso de las acciones de masas con sentido
político y contenido social.

En el ámbito internacional:

Si la ética es "la ciencia del comportamiento moral", plantearnos la necesidad


de una nueva ética implica reconocer que el código ético actual, no es
suficiente para asumir los cambios de moralidad que se están produciendo en
este recién nacido siglo XXI.

En un mundo irreversiblemente globalizado, la ética del desarrollo señala los


principales argumentos, conceptos y principios que pueden orientar las políticas
de desarrollo en el interior de los países y también en las relaciones
internacionales. Desde que nació en los años 60, la ética del desarrollo ha
impulsado en gran medida el tránsito desde un concepto de desarrollo
inicialmente muy pobre hasta el actual concepto complejo de desarrollo
humano sostenible.

P á g i n a 10 | 17
Podríamos conceptualizar la ética del desarrollo como una de estas éticas
aplicadas, y como su nombre indica, pretende orientar y analizar los
comportamientos de las personas involucradas en los asuntos del desarrollo de
los países que conforman nuestro mundo.

El desarrollo de un país puede ser una meta éticamente deseable, pero es


preciso no caer en la trampa de entenderlo como mero crecimiento económico
o incremento del Producto Interno Bruto (PIB). Por ejemplo, un país podría
incrementar durante unos años su PIB a costa de talar sus bosques y vender la
madera en el mercado internacional, pero nadie podría aceptar sensatamente
que semejante proceso de destrucción de sus recursos forestales se pueda
considerar como verdadero desarrollo. Hay una “racionalidad ética” que va más
allá de otros tipos de racionalidad económica, y en especial más allá de la
racionalidad economicista y cortoplacista del supuesto homo económicas.

La moral de la colectividad está sufriendo un cambio trascendental porque los


valores, las estructuras sociales y las ideologías que han propiciado nuestro
actual modelo de sociedad, y, por ende, nuestro sistema ético, se están viendo
profundamente afectadas por la revolución tecnológica, el acceso a las redes de
información, el sutil cambio de lo individual a lo global. Hasta ahora, cualquier
cambio de pensamiento, ideología, incluso el de la propia forma política del
Estado, implicaba la modificación del código ético de la sociedad, pero eran
cambios que se producían en un largo intervalo de tiempo, de tal forma que era
casi imperceptible para la sociedad y el individuo.

Frente a ese cambio gradual, hoy el ser humano vive inmerso en una profunda
revolución tecnológica, que ha producido en un corto espacio de tiempo,
cambios trascendentales en la sociedad, posibilitando, por ejemplo, la
incorporación de la mujer al trabajo, la reducción de los horarios laborales, la
aparición del ocio, la comunicación global a tiempo real, la invención medios de
transportes que facilitan los viajes y el intercambio cultural.

Estos cambios llevan consigo una rápida modificación de los códigos éticos
imperantes, que dejan de tener sentido y ya no sirven al individuo del siglo XXI,
que tiene acceso a otras culturas, a otras formas de pensamiento, a otras
manifestaciones políticas y religiosas. Esa aceleración en todos los ámbitos de
la vida, y especialmente en el ético, junto con el abuso de los medios de
información, provocan en el individuo una sensación de anarquía moral, todo
vale, se invierten y pervierten los valores tradicionales a través de su uso
mediatizado con fines meramente especulativos y crematísticos. El individuo

P á g i n a 11 | 17
percibe la confusión moral, la falta de referentes y criterios, y lo peor de todo,
es que puede acabar instalado y acomodado en esta forma de vivir, de ahí que
se diga que el siglo XXI será ético o no será.

Principios éticos para la globalización

A continuación, se plantea una serie de principios generales que, de acuerdo


con el autor, deberían tenerse en cuenta si se quiere adoptar una actitud
éticamente comprometida en la sociedad actual. Estos principios, llevados
convenientemente a la práctica, asegurarían la presencia de aquellos
parámetros que hace un momento faltaban. Estos principios son los siguientes:
el principio personalista, como principio básico de la ética; la orientación al bien
común, como principio normativo de la actividad empresarial; el orden de
responsabilidad, como principio de orientación; y, finalmente, el principio de la
prudencia directiva, como principio de decisión. Principio personalista Este
principio se enuncia del siguiente modo: la persona es siempre un valor en sí
misma y por sí misma, y como tal exige ser considerada y tratada. Esto equivale
a decir, en términos negativos, que la persona nunca puede ser utilizada como
objeto de propiedad o con fines utilitarios.

La actividad de la empresa debe orientarse al desarrollo del individuo. Esto


tiene relación con los empleados de la empresa, que tienen una serie de
derechos (salario justo, puesto de trabajo digno, desarrollo personal, etc.) que
debe respetarse. Pero también se relaciona con otros stakeholders de la
empresa: con los clientes, a quienes hay que proporcionar un servicio y unos
productos que no sólo sean útiles, sino también buenos, es decir, que

P á g i n a 12 | 17
contribuyan a su desarrollo; y con los proveedores y demás stakeholders, para
con los cuales se tienen que cumplir obligaciones de justicia. El principio
personalista orienta adecuadamente el progreso técnico, y le confiere la
radicalidad que se reclama. No todo lo técnicamente posible debe hacerse.

Hay cosas que, aunque sean técnicamente posibles, debe evitarse hacerse
porque pueden suponer un deterioro para las personas. El principio personalista
orienta también el afán consumista, en cuanto que justifica la razón de la
primacía del ser sobre el tener. Principio de orientación al bien común
Aristóteles se pregunta en la Ética a Nicómaco por la ciencia que debe
considerarse superior a todas y contesta que es la política, porque es aquella
que contribuye al bien de la sociedad y no sólo del individuo.

Una dirección de empresas éticamente responsable debe tener este mismo


objetivo. La orientación al bien común estimula a la persona y a la empresa a ir
más allá de los intereses particulares, y a buscar aquello que es bueno para el
conjunto de la sociedad. La postura que sostiene que la empresa cumple con su
responsabilidad social sólo con generar beneficio ignora la compleja realidad de
lo que es la empresa. La orientación al bien común tiene como dos puntos de
referencia propios el principio de solidaridad y el principio de subsidiariedad. El
primero reclama por parte de la empresa la obligación de actuar pensando en el
bien de la sociedad; el segundo justifica el derecho de actuar libremente en
aquello en que se tiene capacidad de actuación.

El bien común da a la globalización un nuevo sentido, porque da a entender un


significado profundo de la globalización, más allá de los términos puramente
económicos. El bien común lleva a una mentalidad global. Por la misma razón,
modera la competitividad y busca que la sociedad se convierta en un juego de
suma positiva, donde todos ganen.

Principio de orden de responsabilidades:

Este principio ayuda a no perderse en el sentido de responsabilidad y a señalar


prioridades en las acciones. Según este principio, las responsabilidades del
individuo deben ordenarse en función de lo que está más al alcance. En el
cumplimiento de las responsabilidades se puede caer tanto en posturas
minimalistas (es decir, conformarse con responder de lo que afecta
directamente) como en posturas maximalistas (sentirse responsable de todo lo
que sucede). Para hallar un término medio entre estos dos extremos, el
principio de responsabilidad lleva a pensar en lo que es próximo. El sentido de
responsabilidad lleva a ocuparse de aquellas cuestiones que dependen más

P á g i n a 13 | 17
directamente del individuo. Si la orientación al bien común supone un momento
de expansión de la responsabilidad propia, el orden de responsabilidades ayuda
a dar prioridades, empezando por aquello que está más cerca, no sólo en el
tiempo y en el espacio, sino también con respecto a las obligaciones personales
y profesionales (J. Casals Llano, 2003).

Principio de prudencia directiva


Las decisiones empresariales tienen una gran complejidad, porque el directivo
necesita considerar muchas variables antes de tomar una decisión. Por esa
razón, el directivo necesita “detenerse a pensar”, una actitud nada frecuente en
el mundo actual. Sin embargo, precisamente por esto es importante dedicar un
tiempo a pensar. El directivo que piensa es el que prevé, el que sabe
adelantarse a las situaciones; de otra forma, se limita a dejarse llevar por las
circunstancias. Para tomar decisiones no hay reglas aritméticas, ni pautas
predeterminadas.

Cada decisión es un proceso en el que se pone en relación los principios y


valores propios —las ideas generales— con las circunstancias concretas de la
situación, y se emite un juicio que lleva a afirmar “esto está bien”, “aquello está
mal”. Como en cada situación las circunstancias cambian, no hay dos
situaciones iguales. No es posible actuar sólo con grandes principios, sino que
en cada situación es necesario considerar las circunstancias. Por eso, sólo una
ética de las convicciones no sirve para dirigir empresas. No obstante, sin
principios tampoco se puede concluir nada, o, mejor dicho, se puede concluir
cualquier cosa. Por eso, una ética de la responsabilidad que se guíe sólo por los
resultados tampoco serviría sola para dirigir empresas.

El modo como se concibe el mundo influye en las decisiones y, a su vez, las


decisiones influyen en las ideas, porque cambian al individuo o lo reafirman en
ellas. El hombre no dispone de reglas, sólo de virtudes. Las virtudes son como
el stock donde se almacenan las experiencias, los ideales y anhelos más
profundos, y transforman y facilitan las acciones futuras.

A partir de estos principios puede desarrollarse toda la ética. Por lo tanto, se


entiende que no se pueda detener en ellos. El deseo era tan sólo ilustrar cómo
a partir de ellos es posible recuperar los parámetros éticos que se echan de
menos al descubrir la situación actual del mundo, proponer que estos principios
se tomen en cuenta a la hora de pensar en la toma de decisiones en la
dirección de empresas y en la vida en general.

Ventajas de la globalización social:

P á g i n a 14 | 17
Esta nueva dimensión denominada globalización social ofrece consecuencias
positivas a nivel global. Esta se relaciona, además, con la integración y el
incremento de la comunicación y el libre intercambio, en diferentes ámbitos,
que tiene lugar entre los habitantes del planeta. Entre sus ventajas se
encuentran:

Conocimiento de nuevas formas de vida:

Entre las consecuencias positivas de la globalización para las personas, en el


plano social, está el hecho de que han podido descubrir o acceder a las
costumbres, la cultura e idiosincrasia de otras regiones del planeta, lo que
permite comparar y valorar diferentes aspectos como el sistema de vida, las
creencias, el estilo de vida y la manera de pensar o actuar de las personas. Esta
apertura favorece la ampliación del conocimiento adquirido y mejora el poder
de decisión individual.

Aparición de nuevas corrientes de pensamiento:

El hecho de que se tenga acceso fácil, sencillo y directo a una amplia gama de
información ayuda a que varias personas indaguen sobre los temas que les
resulten atractivos. Tal circunstancia ha dado como resultado el desarrollo de
corrientes individuales de pensamiento, que tienen lugar por el replanteo de las
tradiciones, las creencias y la forma de pensar y actuar del individuo.

Mejora de las condiciones de empleo y respeto de los derechos de los


trabajadores:

La expansión y la deslocalización de las empresas han dado como resultado el


incremento no solo de la producción, sino de los puestos de trabajo y de los
salarios en varios países del mundo. Se incluyen algunos donde la protección
social de los trabajadores es inferior o donde el marco legal no está bien
definido o no se cumple.

Desarrollo de estilos de vida saludables y hábitos de consumo


similares:
En este sentido, vale la pena destacar el papel de las redes sociales, así como
la proliferación y el seguimiento de discursos y el desarrollo de comunidades
que están a favor de la felicidad y de la realización del individuo, de la igualdad,
del derecho a la salud y a la educación, y a la protección y el cuidado del
medio.

Desventajas de la globalización social:

P á g i n a 15 | 17
A pesar de que con la globalización se pretende crear sistemas basados en el
respeto, la igualdad y la convivencia pacífica, existen aspectos adversos que
esta puede provocar:

Surgimiento de conflictos entre personas diferentes entre sí:

Algunos aspectos como el flujo de personas y la inmigración desordenada,


unido a la no tolerancia, pueden provocar el surgimiento de tensiones entre las
personas que no comparten la misma forma de pensar, tienen diferentes
costumbres, creencias, cultura y sistemas de vida.

Poca o nula diversidad de culturas y pensamiento:

Si una corriente de pensamiento llega a dominar a las restantes, puede traer


consigo su desaparición. Esto, precisamente, es el efecto contrario que plantea
la globalización social.
En definitiva, la globalización es un proceso que afecta a todos los países,
comunidades y personas. En su dimensión social, implica la necesidad de
mejorar las condiciones de vida, de trabajo, la salud y la educación de las
personas a nivel mundial. Trata de garantizar los derechos humanos, que los
individuos tengan una mejor vida y que se respete el derecho internacional.

Servicio a los demás:


Hoy en día, el servir a los demás, no se entiende como la predisposición que se
tiene de ayudar a nuestro prójimo sino se le da un significado más de
servilismo, por lo tanto, no es un modo de actuación que se prodigue con
asiduidad.

El servicio, actitud del espíritu para ayudar ante cualquier necesidad que
puedan tener los demás, nos facilita salir de nuestro estado de comodidad, de
pasividad, donde nos encontramos, abriéndonos a un mundo rico en
experiencias donde podemos sacar lo mejor de nosotros mismos y a su vez
enriquecernos con los demás.

Es un estado interno que nos predispone a estar pendientes de las necesidades


ajenas; el cual nos lleva a aprender a ser humildes; sin esta virtud es difícil no
creerse la ayuda que se da. Se desarrolla el amor hacia los demás, aprendemos
a renunciar a nuestro tiempo, a nuestras necesidades, nos ayuda
a comprender al prójimo por lo que nos resulta más fácil perdonar. El ponernos
al servicio de los demás, nos engrandece como personas, nos hace mejores,
dándole un pleno sentido a la vida. Siendo una de las primeras consecuencias
de esta predisposición la alegría interna que sentimos

P á g i n a 16 | 17
Los tiempos actuales, nos hacen vivir con rapidez, estresados, pensando en
todo lo que tenemos que hacer a lo largo del día, encerrándonos en nuestro
pequeño mundo que no nos deja ver más allá de nuestras necesidades y
deseos, sin poder ver lo que sucede a nuestro alrededor y sin voluntad de
hacerlo. Viviendo hacia dentro nos hace más egoístas; cediendo el paso, en
ocasiones, a estados de soledad, de tristeza, incluso de depresión.

Cuando se tiene orgullo, vanidad, egoísmo…es difícil ponerse en la piel del otro;
sentimos que nos estamos rebajando ante la posibilidad de ayuda que se nos
pueda presentar. Cuando nos asaltan pensamientos de rechazo tales como:
“¿cómo voy yo a prestarle mi servicio si es a mí a quien debería servir?”.
Preguntarse: ¿qué saco yo de todo esto? ¿Qué me das a cambio? Muestra la
inferioridad moral que tenemos, aún por superar, porque puede cerrar toda
posibilidad de una buena y sana relación, que albergaría situaciones para
ponernos al servicio desinteresado y a su vez, gratificante con los demás. Esta
actitud nos encierra más en la materia dejando el espíritu sin opción de
manifestarse, dando la posibilidad de ir endureciendo poco a poco el corazón.

Malgastar las ocasiones de servicio que te ofrece la vida, es perder


oportunidades de crecer interiormente, de ir pasito a pasito, consiguiendo que
vaya germinando el amor que tenemos todos en el fondo del corazón,
desarrollando sentimientos sinceros y momentos de alegría que nos ayuda a
transitar el camino que hacemos con el envoltorio carnal. Teresa de Calcuta
decía: “El que no vive para servir, no sirve para vivir.”

P á g i n a 17 | 17

También podría gustarte