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TERCERA EDICIÓN

J U L I O C É S A R R I A S C O S

EL PARAÍSO DE LOS
DEMONIOS
M E M O R I A S D E U N J O V E N P O E T A

PUNTO
EDITORES
El Paraíso de los
Demonios:
Memorias de un Joven
Poeta

1
El Paraíso de los
Demonios:
Memorias de un Joven
Poeta

Julio César Riascos

2
El Paraíso de los Demonios: Memorias de un Joven Poeta.
Dirección General, Diagramación y Diseño de Carátula:
© Julio César Riascos

Fotografía de Portada
Fotografía de Contraportada:
© Julio César Riascos

Tercera Edición, octubre de 2020


Primera Edición, octubre 2013.
© Julio César Riascos.

Todos los derechos reservados


Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier
medio sin permiso del Autor.
San Juan de Pasto.
Printed in Colombia.
267. P; 21 cm. Poesía
ISBN 978-958-46-3178-7

3
Prólogo a la tercera edición

Hace siete años publiqué la primera edición física


del “Paraíso de los Demonios”, “el proyecto” si es
que así puede denominarse, me enfrentó al
complejo predicamento de mantener intacto el
espíritu con que algunos escritos fueron
inicialmente concebidos, o por el contrario,
modificarlos para que pudiesen evolucionar hacia
una redacción más sofisticada.

Preferí conservar la esencia, igual que como lo


hago el día de hoy. No tengo adiciones a la obra.
Suele suceder que después de escribir un libro el
autor puede quedarse “vacío” y con el tiempo, al
revisar nuevamente aquellas páginas, puede
encontrar una visión autocrítica y dura sobre
aquello que empieza a quedarse en lo trémulo de
la historia. Sin embargo, he dejado “el paraíso” en
su estado natural, si bien he intentado otros
relatos, fueron concebidos como parte de una
literatura diferente, ciertamente más meditada.

Al lector solo puedo decirle que fue un libro


escrito cuando tenía cerca de 16 años, época
para la cual mi juventud, el desencanto y la
desilusión fueron explorados de una forma
arriesgada mediante la escritura. No pienso que
se trate de una obra perfecta, tampoco lo ha
pretendido. El propósito, si es que tiene uno, fue
simplemente ser fiel a aquello que se sentía en

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aquellos lejanos días, una memoria de quien
alguna vez fui y quien ya no volveré a ser.

Siete años después de su publicación, y más de


dos décadas de su escritura, observo nuevamente
al “paraíso”, mi primer libro, y lo recuerdo con
mucho cariño, solo fueron cien ejemplares, pero
la satisfacción de tener el texto en mis manos, el
olor del papel, los detalles, produjeron una
emoción indescriptible que solo queda en ese
primer texto, pequeño, sin pretensiones, sincero y
privado que me sirvió para continuar hasta aquí,
dejando atrás los miedos y las angustias que se
constituyen en los demonios del hombre
moderno.

El autor
San Juan de Pasto, octubre 2 de 2020

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ADVERTENCIA

Los eventos recientes señalan que este, sea con


seguridad, el último vestigio de inteligencia
humana en lo que queda del lugar. ¿Dónde
estoy? –En el infierno o el Paraíso de los
demonios-. Me encuentro solo aquí y por
supuesto, me dirijo a ti. Sí lector, es contigo con
quien estoy hablando. Desprevenidamente has
dado conmigo, la mayor de las probabilidades
sugiere que no comprendes nada de lo que está
pasando, nada en absoluto, pero puedo
asegurarte que no eres el indicado para esta
lectura, ¡abandónala!, es mejor que desistas, vete
de aquí. Dedica tu tiempo a las trivialidades de lo
cotidiano, a la habitual calma de tu mundo
moderno, seguro y confiable. De lo contrario
asume las consecuencias de tus actos, que en
todo caso, serán poco más que irreversibles.

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TABLA DE CONTENIDO

PRIMERA PARTE: EL ROSTRO

El Rostro del Poeta


De nuestros ideales como mortales
Memorias confusas de un asesino fantasma
Viviré
El minuto inexorable
Memorias de un asesino
Plaza de Toros
Madre
Despertad
Seducción
Lápida
Fatalidad
Réquiem por un demonio
Libertad
Estúpida Princesa
La última esperanza (Guion incompleto para cine)
Hoy es un buen día para morir
Mi llegada al infierno y el origen del caos
Prostituta
Anónimo
Ausencia
Lo inevitable
Escapémonos
Presentación
Poesía para la Muerte (Loco suicida)
Para Ella
Deseo y Destrucción
Si la muerte ha de venir
Locura
Sus besos
El combate
Memorias de un joven poeta
Te espero
Piano
Las cosas que se extinguirán con el Alba
7
Las cosas más bellas de la vida duran poco
Ahora ¡Por fin! nuestro último cielo
Obertura
Es solo un hombro dislocado
Percepción
Mi libertad
La buhardilla
Para Ti, lectora desconocida, que llegaste demasiado tarde
Retrato
Como un trozo de muerte
Como Poeta en el Desierto
La muerte
Tu ausencia
Vino
Esa horrible habitación (Corto-metraje)
Los refugios
Consecuencias (Cortometraje experimental)
De bandoneón
Ese maldito sujeto frente al espejo
Pueblito
Vidas
Trilogía de Héroes Derrotados

SEGUNDA PARTE: EL PARAÍSO

La mutación inminente
Samurái
Hospital de mala muerte
Para después del final
El Pájaro
Ese extraño milagro al que llaman amor
El ciclo del Phoenix
Rebelión
Las tres versiones de ese extraño que soy Yo
Para Mí mismo
Esa intensa sensación de libertad (Novela Gráfica)
Imágenes
Amor
8
Equilibrio
Lo que hay dentro de Mí
Crimen
La visión del Poeta
Locura II
Respuesta
Otra vida
Transfiguración
Origen
Un pequeño cuervo
Memoria caminante
Nuestra respuesta
A Sueldo
Amenaza
La brevedad de un instante o la eternidad del silencio
La última función
Entre Tú y todo lo demás
Por fin ha llegado este momento definitivo...
Fusilamiento
Mujer
Bajo la superficie
Robaron la primavera
Percepciones del Poeta
El último libro
Hambre
De lo divino y lo mortal
Días de furia o la Balada de los Tiempos Difíciles
Asesina celeste
Suicidio
El caos
La Venus
Éxtasis
Amanecer
Cenizas
La edad
El obsequio
Taberna
Nuestros recuerdos
Beso de Sangre
Microcosmos
9
El vuelo del Poeta
Una breve nota sobre el autor (o los autores)
Política de las cosas que no ves
Paraíso
Origen y desaparición del Universo
Atardecer
Réquiem por la metrópoli
Prófugo
Una con el universo
Nuestro Juego
Ruleta Rusa
Abismo
Cena
Conversación con un fantasma
El Pasillo
Protagonista
Lo que nos aguarda
Pintura
Boxeador
Y entonces descubro que soy mi propio asesino
Del autor, la obra y sus personajes
Halcón
Viaje en bus
Nuestro bosque
Arcano primaveral
Humanidad
Árbol en la Ciudad
El paraíso de los demonios

Epílogo

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PRIMERA PARTE
EL ROSTRO

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El Rostro del Poeta

Obscuridad.
Botas ensangrentadas,
Puños llenos de rabia,
Cabellos largos y desordenados,
Rostro de niño.
¡Estoy vivo!
¡Y soy humano otra vez!

Un nuevo extraño en una tierra salvaje,


Viajero del Jardín de las entelequias,
Vagabundo en medio de los desiertos,
Un nuevo extraño
Con el rostro del poeta.
Ahora el Universo todo, me ha sido revelado.

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I

Ahora mismo son las 7:15 p.m.

Soy viajero en este maldito autobús que, dentro


de media hora me conducirá inexorablemente a
casa.

Mientras tanto, observo por la ventana las luces


de la detestable ciudad y muy arriba una luna
blanca, despejada, perfectamente circular. Llevo
conmigo una guitarra que no suena muy bien y
que de seis cuerdas necesita con urgencia al
menos tres. No soy bueno para sacarle acordes y
menos para cantar; además soy pésimo
compositor. No tengo novia. Alguna vez tuve una
pero las cosas no salieron bien, terminé
quedándome solo. Supe que Ella tuvo un hijo y
que se había casado, creo que con un arquitecto.

Miro el bulevar y poco después los centros


comerciales. Por donde quiera que vaya la gente
deambula presurosa, desconfiada. Me gusta
escuchar a TChaikovski, pero también me agrada
Audioslave. Sé que un buen día de estos acabaré
por reventarme los tímpanos con estos viejos
audífonos que combaten contra los primitivos
gustos musicales del conductor. Llevo el cabello
largo porque odio las peluquerías y aunque trate
de cuidarle es inútil. Hace un par de días que no
me afeito pero no me importa. Fumo y bebo
cerveza y lo hago en exceso. Me gusta leer

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mientras escucho bandas sinfónicas o rock. A
veces escribo poesía, aunque tampoco soy
bueno. Es más, no considero que sea una buena
persona. Soy egoísta y me gusta estar solo, sin
que nadie me moleste. Creo que tengo el alma
podrida y no quiero dañar a nadie, tal vez solo
sea un cobarde que teme le lastimen
nuevamente.

Regreso a mi casa, después de las clases de


filosofía en la U. Todos piensan que estoy
equivocado, que debí estudiar medicina,
arquitectura o economía. Recuerdo que quería
estudiar artes o quizás música, pero terminé en
filosofía. De todas formas, no me interesa que
pueda decepcionar a alguien. Al llegar a casa me
recibe mi madre. Habla, habla de la vecina, me
cuenta del mercado, me dice de las noticias,
habla, habla, y por momentos creo que mi débil
capacidad de entendimiento continuo en su
conversación es bien conocido por Ella, pero en
fin, es feliz hablando. Voy a mi cuarto después de
comer algo ligero. Escucho el picoteo de una
tímida llovizna sobre la ventana, seguido de las
sirenas de una ambulancia, de la policía o de los
bomberos.

Me quedo en casa pensando cómo pasan estos


frenéticos días de extrema melancolía. Cuando
pequeño me imaginaba diferente a mis 20 años.
Mientras pienso en esto, supongo que las
implacables fauces del mundo me destrozarán en

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poco tiempo. Aun cuando he prendido la tele,
puedo escuchar el infatigable tic-tac del reloj, lo
que me sugiere que mis oídos todavía están en
buenas condiciones. Cambio canales, casi tan
rápido que parecería que es suficiente con una
imagen para saber que no debo seguir
perdiendo la brevedad de estos últimos instantes,
no encuentro nada, nada en absoluto que pueda
llamar mi atención.

II

¿Cómo saber que tu vida ha terminado?

Siempre he pensado que estoy más muerto que


vivo.

No entiendo qué quiere el mundo de Mí, no sé


hacia dónde me lleva. Qué se supone debo
hacer. Al menos en este momento desearía ser
otro. La televisión es incapaz de calmarme, la
música, la literatura, el cine, los centros
comerciales, el amor que se compra y se vende,
los amigos ocasionales, el dinero, me producen
ganas de mandar todo a la mierda.

¿Estoy enfermo?
Probablemente…
¿Importa?

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He leído sobre las deficiencias psico-afectivas,
puede ser que dentro de Mí sea un asesino en
potencia. Me duele. Perdí a la mujer amada y me
duele, y desde ese día supe que jamás me iba a
recuperar, desde ese día supe que había cavado
mi propia tumba, desde ese día me odié a Mí
mismo por ser como soy, por vagar de aquí para
allá deseando ser una estrella de rock, idolatrado
por todos, inmortalizado por todos, amado por
todos. Un poeta famoso, un cineasta, un pintor…
¿Y qué soy?, ¿En qué me he convertido?, tomo mi
cara con las manos desesperadas, clavo con todas
las fuerzas mis afiladas garras, siento cómo
atraviesan mi piel y permiten que sujete esta
máscara… y con toda la rabia que puede
experimentar el alma atormentada de un hombre,
termino por arrancarme el rostro.

III

Ahora sólo soy un nuevo extraño en una tierra


salvaje.
Ahora que por fin he despertado del letargo
Y que el universo todo me ha sido revelado,
He de ocultar mis alas
Y he de camuflarme entre esa muchedumbre de
confusos humanos.
Un nuevo extraño, un vagabundo
Recorre entre vosotros
Llevando consigo el Rostro del Poeta.

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IV

Desperté.
Mi estadía en el paraíso había terminado.
Ahora nuevamente arrojado hacia este mundo,
Como si fuese un extraño más
(nuevamente un mortal).
Perdido en la inmensa multitud,
Un ser que vive en medio del todo y de la nada,
Y al que le parece que todo cuanto existe a su
alrededor
Es tan complejo y desconocido que, para
descubrirle y comprenderle,
La eternidad no sería suficiente.

"Observé por última vez la violencia del mundo,


Guardé los dibujos,
Las canciones y la poesía,
Extendí mis alas de par en par y enfilé rumbo
hacia el sol".

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De nuestros ideales como mortales

Un nuevo día ante Mí…

La belleza de lo inexplicable, la inconsistencia de


nuestra razón que no comprende, el silencio que
nos embriaga; hoy igual que ayer, un iconoclasta
permanentemente deslumbrado yace junto a los
viejos acantilados, que para entonces, no me
parecen tan lejanos y quizás ya no son, de modo
alguno, tan furtivos.

Místicos abrojos persiguen mi aflicción, sin


proponérmelo una vez más me he acercado al
sol. ¿Y cómo no hacerlo si paseo cual viajero
silencioso?, ¿si desprovisto de cualquier instancia
transito absorto entre los valles siempre propios
de la obscuridad? Y así, en efecto, recorro el
mundo que se proyecta a diario, más en este
último viaje le he contemplado de forma
diferente -¿cómo explicarlo?- con otra
percepción; creo que he vislumbrado más allá de
la distancia, como un destello tan vulnerable que
busca asilo en todo aquello que a su vez, es
infinito y sobrenatural. Y Tú que aguardas
paciente… ¿Qué me puedes decir que sea
realmente propio?

Pronto en las tabernas de la mente, sin que al


menos hubiese podido percatarme, me encontré
a Mí mismo sorprendido por la espontánea
aparición de la tarde, de súbito permanecí allí,

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visiblemente turbado, en mis repentinos
pensamientos, ideas que gravitan alrededor de la
realidad perdida, confusa de los hombres, y más
aún, de la irrealidad jamás explorada de los
mismos.

La tarde dibujando sueños infinitos nunca antes


concebidos por ser alguno.

¿Quién era Yo?

¿Para qué estaba en el mundo?

Tras los esbozos de la eternidad, “la razón”


vagaba callada; claudicaba, me abandonaba y
finalmente no me respondía, no me servía para
nada. Razón muchas veces impropia,
premeditada, lejana.

Y sin embargo, de la mano del tiempo podía


sentir que no estaba solo,
Quizás nunca lo estuve realmente,
Acaso ¿Dónde estás alma mía?

¿Sabes?
Tengo mucho que contarte.
Hemos burlado juntos la historia, a lo largo y
ancho de este camino intempestivo, con el
ímpetu que pertenece a la tierra, juntos hemos
abordado los principios elementales de la vida, y
sin más por el momento, contemplamos sin
reparo la extensión de nuestras almas.

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Preguntas ¿quién soy?
Soy los trazos inacabados (por tu ausencia)
Que combaten maquinaciones contra el mundo,
Pero mi mundo que es el tuyo,
Jamás lo olvidéis alma mía,
El mundo es vuestra casa y guarida,
Y la humanidad toda es…
La más maravillosa y estúpida criatura que haya
habitado sobre la faz de la tierra.

Nos fue dada la oportunidad de existir, de vivir;


Aun no logro imaginar cuántos miles de
eternidades tuvieron que pasar para que tal
suceso siquiera fuese posible.
No logro imaginar todas las condiciones adversas
que fueron vencidas para finalmente concretarse
en este instante que es hoy nuestra vida.

Humanidad,
Si vuestra bestial naturaleza ha sido siempre
destructiva
(O eso es lo que nos hemos querido creer)
He aquí entre nosotros,
Como primer reto ineludible el primer combate
espiritual;
Luchar contra nuestra demencia habitual,
Derrotar la esencia violenta propia de nuestro ser
Y preservar nuestras vidas.

¿Es realmente tarde para los hombres?


La mayor parte de las veces siempre he preferido
hablarle a mi alma

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Porque mi mente, pocas veces podía
comprenderme.

En el devenir de nuestra historia,


El silencio de nuestros días,
A veces tener la razón no significa nada,
A veces, cuando se nos olvida una idea simple:
Después de todo tan solo somos humanos
Y en los sentimientos descansa la esencia de
nuestras vidas.

Alguna vez en el pasado,


Cuando tan solo era un niño, soñé.
Fui nada más que un viajero incomprendido en el
tiempo.
Construí imaginarios perdidos,
Tal vez podrían estar guardados para siempre en
el silencio.

Después,
Fui testigo inadvertido de las grandes y pequeñas
miserias del mundo,
Fui un caminante en el paraíso de los demonios,
Siempre cuestionando qué nos depararía el
futuro,
Un futuro construido, para bien o para mal, en el
presente,
Presente que se queda en el pasado,
Y del retorno,
El vanguardista olvidado en aquellos parajes de la
memoria,
Mis escritos, mis libros, tu rostro y el tiempo,

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El recuerdo de una época feliz que me abandonó
pronto,
Que me dejó obnubilado en el estadio de lo
intranquilo,
Sin descanso en un alma ya lo suficientemente
afligida.

Mi eternidad es estar en el silencio.

Nosotros somos la generación futura, tan


esperada.
Nosotros somos aquellos que otros dijeron que
vendrían y cambiarían el mundo.
Muchos cerraron sus ojos con la esperanza de
que pudiésemos hacer algo,
No cualquier cosa.
Nosotros somos los salvadores esperados de la
tierra.

22
Memorias confusas de un asesino
fantasma

Para todos aquellos que, como Yo, hemos perdido algo


que ya no se puede recuperar.

Ella permanecía desnuda entre las sábanas, su


cuerpo tembloroso aún, yacía descubierto bajo la
oscilación suave de las cortinas que danzaban
impulsadas por la brisa de una mañana fría de
agosto. Pulsé un par de cuerdas de mi vieja
guitarra mientras en mi pecho abyecto jamás
había experimentado tantas ganas de morir. Por
un breve instante sentí el cálido placer de su
mano rosando mi espalda. Luego, sin previo
aviso: el silencio más profundo, inconmensurable
e infinito. Podía percibir cada una de las
ondulaciones que se destilaban de su fragancia
sobre mi piel. Ahora lo comprendo, estoy
irremediablemente perdido, no hay nada que
pueda hacer, ha llegado mi hora más baja, es el
final. Dejo escritos los últimos acordes, también
los últimos versos. Es curioso: “puedo concebir
los más hermosos pensamientos antes de morir”.
No importa, nadie conseguiría entender la belleza
de este momento, el instante previo a la muerte.
Por fin termino mi tarea. Me pongo en pie,
camino tranquilo, avanzo lentamente, sigiloso,
siento mis pasos, el ruido del piso de madera, el
frío en mi frente. Tomo el arma. Está justo entre
mis manos. La contemplo mientras me veo con
Ella en el espejo. De alguna forma siempre supe
que las cosas terminarían así. Llevo el cañón a mi
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boca, permanece allí un segundo que parece
eterno, una última batalla interna me sugiere
arrepentirme, es demasiado tarde, no hay otra
salida, cierro los ojos, aprieto el gatillo, escucho el
disparo, luego todo es silencio. Ahora todo es
como en un principio, como antes de nacer, no
hay más dolor, todo está bien.

Afuera la ciudad despertará agitada. Sucede


siempre, todo el tiempo. El mismo caos. A
menudo puedes ver los rostros demacrados de
desconocidos que viajan presurosos en medio
del tráfico, rostros pálidos y absortos sin brillo en
los ojos. ¿Acaso habremos extraviado algo
definitivamente irrecuperable? Si prestas
suficiente atención comprenderás que la inmensa
mayoría basa su comportamiento en muy
limitadas reflexiones filosóficas, en consecuencia,
sus vidas rutinarias suponen la felicidad en
aspectos materiales irrelevantes que al final
configuran la mayor de las trivialidades posible. Y
bueno, es cierto, también está el amor. La amaba
con todas mis fuerzas. Simplemente no podía vivir
sin Ella. Lo era todo, significaba la razón para
seguir vivo en medio de un mundo despiadado.
¿Por qué te pasas la vida buscando afanosamente
el amor? Es la única forma de sobrellevar, de
soportar un mundo tan duro como éste. El
problema es que varios creemos encontrarlo
(¿estoy allí?), incluso se experimenta una suerte
de felicidad, pero aun cuando fuese verdadera no

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sobrevivirá eternamente. A propósito, no creas en
nada de lo que digo, estoy muerto.

A Ella le gustaba la poesía y la danza clásica y me


amaba. Si me preguntas no sé por qué. Era
hermosa, como una princesa, como un ángel. Era
única. Cuando me hablaba suavizaba aún más su
voz, me llenaba de esperanza, de fe. No le
importaba abrazarme bajo la lluvia. Mientras Ella
era felicidad Yo era melancolía, pero la amaba.
Ahora mismo podría hablarte del incomparable
brillo en sus ojos, de su irresistible talle, de la
ternura que me embriagaba, pero es inútil, el
lenguaje es demasiado reducido para explicar los
sentimientos que mi corazón experimentaba con
solo pensar en Ella. Yo era un músico frustrado,
nunca me sentí satisfecho con nada, renegaba del
mundo sin comprenderlo suficientemente, en fin,
era según lo veo una suerte de desastre, pero su
amor me transformaba en una mejor versión de
Mí mismo, alguien que valdría la pena. Nunca lo
logré, supongo que, como todos, soy demasiado
imbécil. ¿Por qué las cosas salieron tan mal? Lo
reflexiono eternamente. ¿Nunca te ha pasado que
tienes todo para ser feliz y sin embargo te sientes
fatal?, a Mí me pasa siempre y uno nunca
aprende.

Ahora mismo podría contarte muchas cosas,


fragmentos de mi memoria deshilvanada, trozos
de recuerdos, historias de lo que queda de mi
corazón, de mi alma, de mi espíritu. Los breves

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instantes de felicidad en mi vida se parecen a una
vieja película en blanco y negro que cada vez
percibo con menor nitidez. No sé si sucede igual
con quienes morimos, pero en mi caso, empiezo
a olvidarlo todo, los rostros, las palabras, la
música, los caminos, en fin. Desde la distancia veo
el sol ocultarse, un ocaso, parece un lienzo. ¿Si en
verdad la amaba tanto, entonces, por qué la
asesiné? Aún conservo su mirada sobre la mía,
por un segundo el universo se detuvo, me refugié
en su calor, la abracé con todas mis fuerzas, me
aferré a su cuerpo que abandonaba la vida y en
su mirada supe que me amaba, me aceptaba con
todo lo que era, y en ese instante era su asesino. –
¡No te preocupes!, te acompañaré en unos
segundos, te amo. –

¿Cuál es tu temor más grande?

Avanza sigiloso e implacable, infatigable para


todos, lo escucho aún en este estado de
inconsciencia, sí, tal y como lo imaginaba, se trata
del viejo tic-tac del reloj. Lo percibo siempre. Un
despiadado rayo de luz atraviesa la ventana, se
proyecta incandescente, triunfal por toda la
habitación y descansa sobre mi rostro, apenas
tengo un ápice de razón, pero sin duda se trata
de un nuevo día. ¡Maldición, sigo siendo Yo!

Última anotación: ¿qué es lo que observo? A ti, en


efecto. Frágil y dependiente, cuestionándolo
todo, cuestionando incluso tu propia existencia,

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buscando respuestas, te observo gravitando
alrededor de los más bellos instantes del universo
y sin embargo, permaneces inmóvil, aceptas tu
destino intentando encontrar tu felicidad en otros
cuando siempre ha estado en ti mismo, eso es lo
que observo.

Esperas, como Yo, que suceda algo


extraordinario, pero nada pasa, aguardas igual
que todos aquí, tan cerca el uno del otro y sin
embargo, tan vacíos y solitarios, sentados frente al
resplandor, observando cómo poco a poco se
nos va la vida en medio de nuestras grandes y
pequeñas miserias, absolutas tragedias, fatal
destino. Al infierno con todo, me cansé de
esperar por algo que no llegará, lo cierto es que
estamos aquí y es ahora nuestro momento, sin
duda te resultará extraño, pero cuanto pienses de
Mí, en realidad me interesa lo mismo que la
humanidad en este momento.

"Ahora, recuerda que, tu pequeño secreto de


felicidad está seguro conmigo, puedo destruirlo
en cualquier momento".

“Tengo mis mejores ideas de autodestrucción en


las primeras horas de la madrugada”. Por lo que
podrías observar no soy más que un hombre
común, eso es sin duda lo que apreciaría el ojo
vulgar, pero no te fíes, no debes provocarme, soy
peligroso, incluso para Mí mismo, puedo
destrozar de tajo el cielo y la tierra, puedo herirte

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en lo más profundo, puedo extirparte el alma y
quemarla en un instante.
Y sin que me lo haya propuesto me convertí en
esta suerte de tipo solitario e incomprendido que
se refugia en el cine, en la literatura y que ahora
mismo, planea su propia destrucción. He sido
paciente. He analizado todo con calma y después
de mucho pensarlo, solo existe una última
alternativa: debo asesinarte.

Mi mundo en tu mano.

Podría pedirte perdón por todos los daños


causados, pero sería del todo inútil. Podría
extender mis brazos y soñar que vuelo
atravesando la profundidad del manto celeste.
Podría simplemente confesarte que te amo.

Ahora mi mundo se detiene en tus manos, frágil,


indefenso, puedes destruirlo a voluntad con un
simple deseo, espero que lo cuides, es todo
cuanto soy y me abandono de Mí mismo en este
último pacto, me sumerjo en ti con la esperanza
de poder observar un poco más de cerca el brillo
de tus ojos, la paz de tu presencia, el fresco
aliento de tus palabras, el cálido rose de tu
sonrisa.

No tiene caso.

Altas horas de la madrugada. Parece que he


bebido unos sorbos de vino de más. Cuántas

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singulares cosas pasan a Mí alrededor, Ella viaja
triste, mientras Él ha perdido las ganas de vivir,
aquí afuera llueve y alguien despierta por primera
vez. Un anciano escucha voces en su cabeza y la
soledad acaba desahuciando un paciente
terminal. Hoy un ave abrirá sus alas para volar, un
viejo carro se escucha desde lejos, una joven
chica lleva un libro en las manos, es hermosa. Un
trabajador se detiene, está exhausto. Un amoroso
padre recoge a su hija. Un chico le dirá a cierta
chica cuánto la ama, Ella le dirá que no. Él se
embriagará esta noche. Una madre espera a su
hijo en casa, no volverá. Alguien aguarda en una
sala de urgencias, sin importar el cansancio y el
frio. Una hoja de árbol se desprende mientras un
perro corre a casa. Un poeta camina presuroso en
busca de café. Tú que eres el centro de mi
universo duermes tranquila mientras Yo te pienso
en secreto, jamás sabrás que te amé. Pero ante
todo lo que pasa a Mí alrededor, todas estas
cosas, pequeños fragmentos de vidas que luchan
bajo la lluvia, tu amor imposible solo me produce
una gran tranquilidad. Avanzo, sin prisa, apacible,
mientras cuantos me rodean intentan esquivar la
lluvia, paso a paso me dirijo seguro a enfrentar mi
destino.

De seguro nadie leerá esto y de cierta forma es


mejor que así sea, que pase desapercibido como
aquellas verdades que resultan demasiado
terribles como para soportarse. De cualquier
forma ya no importa nada.

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Y de pronto me di cuenta que ya nada me ataba
al mundo, de pronto había sido liberado. Podía
abandonarlo todo, dejarlo todo atrás. Sin
compromisos, sin dolor, únicamente sobrecogido
por esta paz que me da mi propia ausencia, mi
propia inexistencia.

Después de mucho meditarlo, creo entender el


gran problema de la Humanidad. Todos creemos
de forma individual que somos el centro del
universo, que todo gira a nuestro alrededor, que
el suceso vital más importante en la historia de la
humanidad se divide antes y después de nuestra
vida, quizás es demasiado pretencioso, quizás
estemos equivocados y quizás es demasiado
tarde para cambiar.

Sabías que mi mundo se refugiaba entre sombras


y pudiste observar un tenue rayo de luz, como un
milagro difícil de explicar, luego desapareciste,
siempre supe que tu visita sería un breve instante
de esperanza, ahora enfrento las horas más bajas
y un dolor que me mantiene a penas con vida…
Yo también lo sabía, la otra cara del amor es el
dolor y definitivamente ha llegado para quedarse.
Tú me recuerdas el sonido del mar. Un cielo azul
que lo observa todo en silencio, el sudor frio que
recorre mi frente, cada una de mis venas, los
fluidos de sangre que atraviesan mi alma, cada
destello imperceptible al cerrar mis ojos, la cálida
sensación de un beso, el aroma inconfundible de

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tu juventud, mis ganas de morir y un disco de
rock.

Mi habitación luce diferente. Apenas si puedo


reconocer diminutos fragmentos de historias, mis
cosas, las pocas que sobrevivieron lucen
particularmente ordenadas. La guitarra
desafinada y de cuerdas oxidadas, las notas
suicidas, algunas fotos y pequeños recuerdos que
se pierden en mi memoria vaga y confusa. Mucho
tiempo estuve solo, de pronto, un día, la tristeza
me hizo compañía.

Bajo la lluvia. Me parece que tomo tu mano. Es


solo un recuerdo, una macabra broma de mi
mente. La realidad es que estoy fuera, sólo y sin ti,
las gotas de lluvia se deslizan por mis mejillas, tú
no estás a mi lado. La vida no es muy justa a veces
o tal vez lo es demasiado.

Primeras horas de la mañana.


El canto del gallo anuncia los primeros rayos del
sol. ¿Qué quién soy en este breve instante?
Supongo que puedo definirme como un sujeto
experimental del caos y la soledad en exceso. Un
asesino fantasma.

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Viviré

Para Rous

En la lejanía.
Entre bosques, más allá de valles.
El hombre.
El vino y el Pan como vida.
Y la vida como el conocimiento de los sentidos.
Y Yo mismo como un único viajero.
Si quieres describirme comienza por decir que
soy un viajero, iconoclasta,
Un vagabundo, un poeta.
Pensemos juntos en un lugar bello
Y quizás estaremos en él.

Te dejo mis poesías… aunque no las pediste.


Allí estarán mis furias y mis alegrías,
Las cosas en las que creí y de las que dudé.
Mis tristezas,
Mis propios Ángeles y Demonios,
El Paraíso y el Infierno.
Mis miedos y mis pérdidas de consciencia.
Mañana
Justo cuando no esté entre vosotros,
Cuando esté muerto,
Viviré en éstas mis poesías.

32
El minuto inexorable
(Obra ligera)

Cinco Minutos

A continuación: Un sujeto pensando lo que


escribirá. Lentes gruesos, cabellos enredados.
Cigarrillo a la mitad. En la mesa, intentos fallidos
de historias, poesías, obras de teatro, soliloquios,
algunas canciones que nunca serán…

Tiene la pluma en su mano derecha, juguetea en


el aire, recorre la diminuta distancia que le separa
del papel. Entonces, escribe lo siguiente:

“Estaba solo en mi habitación, al menos eso


creía… y pronto apareció una revelación. No sé
cómo explicarlo. Tuve la impresión de que
alguien leía mis pensamientos. Ya sabes, como
cuando uno lee un libro. Y creo que escuché una
voz que, precisamente, continúa leyendo esto
mismo, que me encuentro escribiendo”.

Hago una pausa, pero la sensación persiste.


Alguien, en este momento, en este preciso
instante se ha metido en mi cabeza…

¡Espera!… ¡Espera!… ¡Debo estar


enloqueciendo!

El hombre se levanta de su silla, camina alrededor


de la minúscula habitación, se rasca la cabeza, se

33
desplaza hasta el baño. Caga. Luego se mira al
espejo. Sonríe y dice: *No me engañas, continúas
leyendo mis pensamientos. ¿Quién eres?, ¿Qué
quieres de Mí?*

De pronto, como si de una cámara implantada en


su cerebro se tratara, vemos su rostro frente al
espejo. Esta sensación por supuesto, nos da la
impresión de vernos a nosotros mismos, y es
inevitable experimentar el sentimiento de miedo
que el hombre describe en su semblante.

-No debe asustarse, pero intente conservar la


calma, verse al espejo y no ser uno mismo, puede
ser una sensación nueva y extraña, justo como
aquello que está viviendo-.

*No puedo verme… alguien lo hace, son muchas


voces en mi cabeza y no son mías*
-¡Resista!-

*¿Dónde estoy?*
-Es difícil saberlo, pero creo que Ud., se ha
desconectado temporalmente de la realidad.
¡Escuche con atención! Antes que nada, escuche.
Sé que lo hace. Yo soy producto de su
imaginación, en realidad no existo más que en su
cerebro, pero si me escucha, debo representar un
símbolo de Ud. mismo, y en este momento soy el
único que puede ayudarle-.
*No lo resisto. Es demasiado para Mí. Primero fue una
voz desconocida, como si esto mismo, fuera una hoja de
34
papel que alguien estuviese leyendo. Ahora, es como si
Alguien que no conozco, intentase ayudarme, pero no
existe… No existe en realidad, es solo el producto de mi
imaginación. Estoy solo en la habitación y no consigo
verme.*

Cuatro Minutos

Escuchamos el tic tac del reloj. Un reloj de esos


antiguos con forma de escuadra (Seguro nunca
los has visto). Marca casi diez minutos para las dos
de la mañana. El hombre está reclinado sobre su
silla. Pronto, tenemos la impresión de estar
viendo una película en blanco y negro. (Hay que
cambiar el rollo 3 y comprobar el sonido,
últimamente está dando problemas). Su mirada
parece observar al público en la sala de cine. El
sujeto se reincorpora y se acerca sigiloso. Sus
dedos se deslizan por el recuadro. Una vez
giramos sobre su punto de vista, es claro que se
encuentra acariciando los bordes de una pintura.

En este momento, Ud., como espectador tiene


una ansiedad prematura. ¡Relájese, nada puede
hacerse! Ha sido absorbido ahora. Como uno
más de entre el público. Su situación subyace al
interior de una nueva mente, ¡Por supuesto! ¡Una
mente ajena! Su reacción natural, después de esta
afirmación será negarlo (el escepticismo como
respuesta), no debe sorprenderse, es parte del
subconsciente. Si sucedió lo contrario,
35
simplemente es demasiado consciente de lo que
sucede a su alrededor, y ya no le interesan
algunas cuantas cosas que en el pasado pudieron
ser importantes.

¿Qué ocurrirá al cabo del segundo inexorable?

Intervención del autor:


Nuestro personaje observa el cuadro, lo que se
desarrollará ahora tendrá lugar en ese cuadro…
¿En verdad lo cree? Puede ser que el espacio de
las acciones no sea este libro, sino su propia
mente, me refiero a la suya amable lector.
Disculpe mi interrupción.

En la pintura un hombre toca el piano… en medio


de la lluvia, a las orillas del mar, en la noche.

El músico nos dice: “¿Realmente creen tener las


agallas para vivir sin restricciones?, ¿Para hacer de
la existencia, una existencia memorable?, ¿Algo
que trascienda en el corazón de la historia
humana?, Sería lamentable vagar por allí, sin un
propósito que cambie al mundo, para bien o para
mal, además sería muy aburrido”.

36
Tres Minutos

*No me arrancaré el rostro, tampoco me extirparé los


ojos, no me partiré la jodida cabeza… Haré algo mejor…
abriré mi pecho por la mitad… Sé que alguien me
observa con sigilo, sí, lo hace, lo hace con su mente, me
imagina, existo en su mente, pero Yo no existo en la
mía. Abriré mi pecho y no habrá sangre, ni dolor, solo
verán un pequeño riachuelo de agua cristalina,
atravesando algunas rocas. Hay un bosque aquí, se
escucha el sonido de los árboles, incluso puedes sentir el
frío. Algo sobrecogedor nos asiste. En medio de este
lugar, una hermosa niña nos sonríe, nos ofrece una flor
fresca, casi podemos sentir el aroma de la vida que
impregna cada detalle, que oprime al cielo en la tierra.*

Dos Minutos

Los científicos observan, registran cada nuevo


dato. Cuentan con novedosas técnicas de análisis
experimental, capaces de determinar, cualquier
variación que se encuentre fuera de los
parámetros establecidos. Todo ha sido dispuesto
con extremada cautela, con rigurosa precisión, sin
duda, se trata de un trabajo considerablemente
meticuloso. El sujeto yace conectado a través de
una serie de complejos artefactos que, permiten
monitorear lo que sucede en su cerebro. Cada
estímulo recibido, cada reacción química, cada
trayectoria atravesada por los impulsos eléctricos
37
emitidos desde la corteza, cada respuesta
constituye información relevante para el equipo
de expertos.

El paciente proyecta una serie de imágenes de su


propia vida, escenas de películas viejas,
personajes de libros de ficción, comics, música,
pintura, diversidad de nutrientes que le permiten
desarrollar un espectro de Sí mismo. Este caso
clínico sobresale porque el paciente se halla
imaginándonos de tal forma, que solo estamos en
su mente; lo anterior presume que, comprometer
la integridad del sistema implicaría,
inmediatamente, poner en riesgo nuestra propia
existencia.

Minuto inexorable

Los espectadores no tienen ni puta idea que


estoy entre ellos, que Soy parte del público, que
ahora son parte de la obra. Sentado en la última
fila, aguardo. No hay afán. No soy el escritor, ni el
pianista, no soy el maldito operador haciendo
cirugía cerebral. Soy el espectro de las cosas que
nunca hiciste, el último centinela que nos reclama
combatientes.

Vivimos una vida que no queremos.


Nos aferramos a cosas que no necesitamos.
Pronto, aceptamos cabizbajos nuestro destino.

38
El primer rayo de sol es suficiente para formar una
grieta en el iceberg.

Las manecillas del reloj avanzan y la pluma aún


permanece suspendida en el aire.
Considera lo siguiente: Un desconocido lee tus
pensamientos como si fueran un libro. Pretendes
que sea parte de la historia, que se vuelva un
personaje, que pueda respirar en el ártico, que
sienta ganas de vivir, de volar, de sonreír, de
amar.
Se cierra el telón.

El personaje de ficción se apodera del actor, y


nadie, nadie puede darse cuenta, ni siquiera
impedirlo.

Es hora de planear nuestra propia desaparición


para vivir otras vidas.

39
Memorias de un asesino

Una vez más…


Esta maldita melancolía que me acompaña a
todas partes.
Intento olvidarte (lo sé) pero es inútil.
Me has desgarrado el alma sin tan siquiera
proponértelo y luces fría e indiferente.
Por mi parte te contemplo absorto, sumido de
forma constante en la más bella y mortal de las
depresiones.

Sin que pudiera advertirlo me asesinaste,


Ahora soy tan solo un muerto que sueña con
poder observar el brillo infinito de tus ojos y la
paz de tu espíritu combativo.
Me sedujiste premeditadamente acariciando la
idea firme de destruirme.
¡Buen trabajo!

II

Por fin estás en mis brazos,


Luces tan hermosa como siempre,
Eres según lo creo el Ángel más perfecto que
Dios pudo haber concebido nunca jamás.
Hoy estás a mi lado y soy feliz.

40
Es solo que ahora que te he quitado la vida ya no
puedes sonreír.

III

Lo acepto.
Soy un asesino.
Lo confieso.
No porque haya tomado el arma homicida.
No porque de repente mi vida entera se llenó de
intensa melancolía,
Sino porque olvidé decirte (hacerte abrigar) que
eras lo que siempre le dio sentido a mi vida.

Porque cuando estabas junto a Mí,


El mundo cambiaba de color,
Porque tu alma era mi alma,
Tus sueños eran mis sueños.
Porque te extraño cada día,
Cada segundo,
Porque ahora que solo me acompaña tu ausencia,
Yo mismo he muerto.

IV

Un revolver…
Y una mano temblorosa,
Un crucifijo.
Una lágrima.

41
La obscuridad de la habitación ocultando su
rostro.
La foto de una bella mujer,
Su cuerpo inerte.
Un hombre apuntándose a Sí mismo.
Un disparo rompiendo el silencio.
La quietud de una inmensa y fría habitación.
Dame un segundo.
Ahora lo recuerdo con mayor claridad.
Alguien murió… fui Yo.
Dejemos esta pintura así.

Plaza de Toros

Los idiotas reían, festejaban, disfrutaban


Todo mientras el aturdido animal fallecía.
El asesino caminaba triunfante empuñando su
arma.
Ridículo atuendo de brillantes.
Mujerzuelas lanzaban flores al ruedo (flores
cortadas para venderse en el mísero comercio).
Capote y banderillas sobre la arena
Manchada de sangre fresca.

II

Hermosa mujer.
Bella y complaciente,

42
Frágil al amor.
Reía intempestiva y sagazmente al ver a su héroe
triunfador,
Poco después de que clavara su arma.
Asestaba el golpe final.
La observó y lanzó un beso al aire en su dirección.
Justo al instante el animal se desplomó, la vida se
le extinguía.
Cayó como cuando cae un gigante.
Ella feliz celebrando la victoria.
El asesino era festejado públicamente.

III

El triunfador caminaba vistosamente. Solo


bastaba el golpe de gracia. Conocía a la
perfección cada movimiento. Una mujerzuela
bella, pero mujerzuela al fin y al cabo reía
animada para Él. Un beso en el aire y luego la
muerte. ¡Muere animal miserable para perpetuar
mi victoria y grandeza!

IV

Presa del miedo y la confusión.


Obligado al combate.
Animal que sucumbía al cansancio y el maltrato.
Agotado, fatigado, triste, totalmente
desequilibrado.

43
Su instinto le decía que debía matar al cabrón
pero las fuerzas y la vida misma,
Le abandonaban rápidamente.
El torero lanzaba besos de victoria en tanto
empuñaba diestro el arma y acudía cual ágil
depredador a la muerte de su atolondrada presa.
Caer con intenso dolor.
Escuchar el bullicio de la celebración.

Madre

A la familia

Abrigó como pudo a su hijo y pese hacerse todo


lo fuerte: un llanto silencioso, derramó sus
lágrimas hasta bañar la cabeza de la criatura.
Inmensa tristeza. Abatida por un intenso dolor
que recorría todo su ser, resquebrajaba su alma,
aniquilaba el frágil corazón de madre. El pequeño
sentía la melancólica brisa, el sombrío cobijo de la
angustia, de la desesperación, de la impotencia y
del miedo.

La mujer permaneció en silencio. Podía escuchar


a la perfección los pasos de los hombres que le
buscaban afanosamente, el sonido de las
lágrimas recorriendo sus frías mejillas,
desprenderse para fundirse con la tierra.

Sollozos silenciosos.

44
Presa del cansancio el niño terminó por sucumbir
al sueño. El silencio acabó cuando los hombres
derrumbaron violentamente la puerta. Entonces
la pobre mujer se transformó en la bestia más
furiosa de toda la creación, sus ojos asesinos, la
expresión salvaje, morir o matar, y en sus brazos
protegiendo al niño que asustado miraba al
primer soldado.

¡Tranquila!
¡La guerra terminó!
-¡Bendito sea Dios!-

Despertad

El poeta emerge violentamente. Sobresale presa


del llanto en medio de la lluvia inclemente. Se
levanta por fin después de un largo sueño
cautivo. Casi eterno, casi infinito, (Creí que jamás
habría de volver a despertar). Camina con
dificultad observando las ramas de los árboles
muertos. Avanza contra el despiadado frío y lo
hostil de una ciudad indiferente. Arropado por las
sombras de la noche, oculto entre la oscuridad,
no existen estrellas que iluminen su trayecto, pero
nada impide su camino, ahora es inmortal, ahora
es un dios, ahora es un demonio, pero también es
vulnerable, es humano y es frágil.

45
Seducción

El detective se reclinó cómodamente sobre el


viejo mueble. De inmediato se estremeció al verle
con detenimiento. Permaneció en silencio y
estudió su rostro ensimismado, absorto por tan
exuberante belleza que emanaba de forma
natural su existencia reveladora e infinita. Ella
desprendió el sabor de una bocanada mientras
cerraba sus ojos y entraba en un suave trance de
placer. La habitación atravesada por un único
pero ambicioso rayo de luz que se filtraba
victorioso por una rendija y se proyectaba,
buscando asilo desesperadamente en su
insospechado rostro de Ángel macabro. Ella sabía
a la perfección que era objeto de deseo y lo
disfrutaba en extremo.

Lápida

“Sigilosamente un pequeño cuervo sombrío


Atraviesa sin demora mí propio cielo bañado de
sangre”.

Paseaba tranquilo por este hermoso valle.

Y mientras observaba los inmensos jardines


provistos de una amplia gama de colores,
pensaba en nuestro próximo encuentro amor
mío.

46
Guardaba en mi memoria ese bello rostro que me
embriaga de alegría, la profunda felicidad que
me producen tus ojos oscuros, la sonrisa perfecta
que dibuja tu alma. Y me pregunto en secreto
¿Qué hace qué el más bello Ángel de Dios se
enamore de Mí? Y me pongo nervioso porque te
amo, te amo tanto como no tienes idea. Me llenas
de vida, de esperanza, de paz.

Hoy dejo unas bellas flores en la tumba de mi


madre. Estará contenta de saber que por fin te he
encontrado. Todo aquí es tan apacible, me
gustaría que ahora mismo estuvieses aquí a mi
lado, sentir tu cabeza inclinada sobre mi hombro
mientras te abrazo eternamente.

Pronto estaremos juntos.


Termino mi oración.

Me incorporo, observo los niños correr, los


ancianos, soy el único solo aquí. Veo tumbas
bellamente adornadas, también algunas
olvidadas por mucho tiempo. Me aproximo a una
especialmente abandonada, es la más triste,
apartada de todo, pensándolo bien, las flores,
que ahora mismo llevo conmigo, no están tan
marchitas, me reclino para depositarlas, al final
una revelación. En la lápida se encuentra grabado
mi nombre.

47
Fatalidad

Casualmente Él se encontraba allí.


En realidad no fue nada premeditado.
Casualmente bebió una que otra copa de dulce
vino y de amargo licor.
Invitado por bellas y provocadoras mujeres.
Sucumbió a los desórdenes del placer.

Abandonando para siempre la inocencia de la


infancia,
Perpetrando sin tregua el espíritu libertario de las
sentencias de la carne.
Luego todo fue confusión:
Luces.
Disparos.
Gritos.
Sangre.

Pudo ver sus manos llenas de sangre negra y


espesa,
Corrió fatigado por entre la multitud confundida.
Sudaba como un condenado mientras se
percataba de sus propias heridas.
Por fin la salida. A lo lejos las sirenas,

Debían ser las tres de la mañana.


Penetró entre los arbustos
Y se refugió allí hasta que el sueño y el cansancio
le invadieron por completo.
Se quedó así hasta que nada más importó.

48
-Sí, es Él.
Probablemente lleva media hora muerto.-

Réquiem por un demonio

La lluvia asesina bañaba los restos de la


metrópoli.
Árboles ocultos bajo las sombras de esta noche
impenetrable.
El desolado cementerio o la fragancia de la
muerte
Sobre la dulce hierba y las cenizas secas
De lo que en otro tiempo fue eternidad.
Ahí,
En medio de la más profunda obscuridad,
Un niño
Con el rostro del poeta,
Sosteniendo un clavel en sus manos
Frente a la tumba de su amor.
Un demonio que intenta soñar,
Que soñó con ser humano.
Un demonio recorriendo paciente su propio
infierno.

49
Libertad

Sé que éstos son los últimos días.


Por eso mismo permanezco oculto,
Tras los rayos tímidos del sol fresco de la mañana.
Hace tiempo que estoy cautivo
Con la soledad como única compañera.
Aquí yacen los restos de árboles que se
extinguieron con el alba.
Hace ya mucho de lo que tuve los momentos más
bellos de mi vida,
Ahora están siendo aniquilados poco a poco por
los vacíos de la memoria.
Los fantasmas se pasean tranquilos cuidando de
Mí en esta prisión… lejos de Ti.

Estúpida Princesa

Aun cuando debió doler en lo profundo del alma


Secó sus lágrimas y esbozó una sonrisa.
Contemplé tu enorme tristeza en el más absoluto
silencio
Y me quedé allí junto a ti,
Quieto, sin hacer nada.
No es aconsejable sacar provecho de situaciones
adversas.

50
II

Sabías bien que te amaba.


Que ascendía por Ti.
Preferí alejarme,
Dejarte ser feliz.
Aunque eso implicaba romper mis alas y no
volver a volar jamás.

III

Media noche.
Solitario en el silencio,
No sabes cuánto he pensado en Ti.
Pero ahora mis alas están rotas…
No te preocupes,
Estaré bien.

IV

Rostros confundidos en la niebla de día,


Absurdos pensamientos,
Mi vida se acaba,
Pero nunca la extensión de mi alma.

51
V

Estúpida princesa
En tus manos descansa mi vida y ni siquiera lo
sabes.
Tengo miedo.
Las risas de los enemigos, mezclada con tu
ausencia.
Quisiera destruir aquellas cosas que te duelen,
que te producen daño.
Pero no puedo,
Ya no estaré allí junto a Ti.
Ahora debes hacerlo Tú misma,
Debes ser capaz de hacerlo
Si es que quieres sobrevivir.

52
La última esperanza
(Guión incompleto para cine)

“¿Qué sucedería si nos atrevemos a lo imposible y


prohibido?”

“Representé tantas veces ese maldito personaje que


terminó por convertirse en Mí mismo,
La saciedad me impide reconocer la realidad, de la
ficción”.

Toma I
El teatro y los horrores de la guerra

Esta máscara, no es más una máscara, ahora es mi


propio rostro cristalizado. Pretendimos, en medio
de cierta ingenuidad, una mente que, a su vez,
fuese todas las mentes, un alma que aglutine
todas las almas, un cuerpo que derive todos los
cuerpos. Creímos ser excesivamente inteligentes
y civilizados, preparados siempre, de forma
conveniente y precisa para afrontar cualquier
desafío. Información, conocimiento, tecnología,
eran los insumos necesarios de la
autodenominada sociedad moderna,
instrumentos inequívocos de la felicidad.

Nos olvidamos de todo lo demás, incluso,


restamos importancia al hecho simple, de
conservar intacto un frágil corazón humano. Un
manifiesto sagrado devino en un acto violento,
perpetrado tantas veces ya, con tanta regularidad,
53
que acabó convirtiéndose en un evento cotidiano,
aceptado, cuantificado y monitoreado. De pronto
algo se suscitó en la historia que avanza, una
calamidad, una tragedia, ¡Algo, lo que sea!,
contaminación, guerra, no es difícil de imaginar,
¿cierto?, algo, en todo caso de proporciones
apocalípticas, lo que fuere, echó todo por tierra.
Solo quedamos unos cuantos sobrevivientes. Es
curioso, en la adversidad nos confortamos unos a
otros, tiene que suscitarse algo demasiado
terrible, sentirnos desesperadamente solos, para
poder refugiarnos en los brazos de un extraño,
para poder confiar en Él.

Toma II
La teoría del Doctor Z y las equidistantes
disyuntivas acerca del destino

Como si de un viaje inter-temporal se tratase,


decidí entrar en estado de suspensión criogénica
durante veinte años. Con la experiencia de un
grupo de jóvenes científicos que, confiaban en
mis teorías y sus funestas predicciones,
acordamos diseñar la biotecnología necesaria
para enfrentar la más significativa de todas las
amenazas, me refiero, en todo caso, al propio ser
humano y su naturaleza destructiva,
contradictoria, degenerativa, irracional e
insolente.

54
Ahora, he despertado. Los cambios esperados en
tiempo y espacio están en perfecta sincronía con
lo esperado, los errores (anticipados) han sido
mínimos y fueron rápidamente corregidos en lo
que el sistema se alimentaba de nueva
información, por supuesto, estuve allí en todo
momento; solo mi cuerpo físico se desconectó;
entre tanto, mi cerebro procesaba cada mínima
oscilación. Como resultado, mi desarrollo
neuronal se había estimulado un 30%, sin
embargo, pese lo anterior, sabía claramente que
esto, era insuficiente para encontrar una solución
más segura que la dejada por mi parte, dos
décadas atrás.

Toma III
El peligro

¡Por favor!, consideremos lo siguiente: El patrón


descrito por los algoritmos computacionales,
sugiere y solo sugiere que, la cumbre de nuestro
conocimiento social ha llegado a su máxima
expresión y comienza su inevitable declive, su
deterioro infranqueable. La teoría expuesta por el
Doctor Z, en la que, la mayor parte de nosotros
fuimos educados, suponía que en algún instante
de la historia humana, esto ocurriría, así que
planteó dos escenarios posibles. Uno primero
que es el que todos tememos, evidencia el
desmoronamiento de la civilización por completo.
En esta situación, la destrucción de nuestra raza

55
sobrepasa el ritmo con que crecen los medios
cognoscitivos necesarios para siquiera evitarla.
Esto nos lleva a la segunda alternativa, que
subyace en concentrar la suma de nuestro
conocimiento en una entidad de perfección
biogenética, cuya mentalidad visionaria sea capaz
de encontrar la salida que, por nuestras
limitaciones no somos capaces de advertir y, en
consecuencia, nos permita protegernos. Esta
opción, no obstante, implica que depositemos
todo nuestro poder, en lo que el profesor Z
definió como una suerte de voluntad divina, que
una vez consciente de sus ilimitadas
características, pudiese someternos para siempre.
Pretensiosa solución.

Toma IV
Conspiración

Como lo veo, existen dos escenarios factibles. En


el primero, nos encontramos al borde de la
extinción, resultado natural de acometer la
empresa infatigable de la sobreexplotación de
nuestras fuentes de vida, sin restricciones de
ninguna clase, de la suposición torpe de
considerar que cada nuevo día, cada hora, cada
segundo se encontraban garantizados,
independientemente de la cantidad de actos
individuales que, de forma conjunta sumaban
estrepitosas consecuencias irreversibles. Si
retrocedemos lo suficiente, es posible determinar

56
que la probabilidad de ocurrencia de un suceso
de proporciones cataclísmicas asciende conforme
se incrementa el colosal ritmo de producción de
materiales inútiles que, colateralmente se
acompaña de una masiva proliferación de gases
tóxicos, junto con la imposibilidad de que el
conocimiento existente pudiese hacer frente a
semejante ultimátum, mucho peor; la confortable
vida de cientos de miles de sujetos indiferentes,
ensimismados en particulares destellos
intrascendentes, desplazándose sin la menor idea
de cuánto les rodeaba, demasiado
acostumbrados a las inequidades y la barbarie.

En el segundo, actuamos de forma más


irresponsable. Imagina que juntamos todo
nuestro arsenal cognoscitivo en un coctel
genético, exuberante, el ser humano que
convertimos en dios, y confiando que su
capacidad de discernimiento “sui generis”,
resuelva el problema por nosotros. Su ferviente
idoneidad es solo proporcional al tamaño de
nuestra estupidez.

Toma V
Divinidad

Precisan aureolas de muerte, las inexpugnables


fauces del mundo moderno y la esencia de su
teatro ficticio. Tarde violenta. Ángeles, humanos y
demonios han sido abatidos. Soy consciente de

57
todo. Una nave penetra la atmosfera terrestre en
busca de refugio y esperanzas, como respuesta el
deslucimiento de la civilización. El tiempo y el
espacio no son dimensiones lineales, ni cíclicas.
Un error natural en los algoritmos suburbanos.
Más inteligente y despiadado. Replicado
genéticamente para ser perfecto, una mente de
proporciones divinas y la materialización de un
milagro. Tal fue su desesperación, que los
hombres de este tiempo invirtieron todo su
esfuerzo en hacer posible la vida de un dios.
Ahora esperan que los guie y solo puedo decirles
que todo está perdido.

Hoy es un buen día para morir

Hermosa niña, asesina de muy temprano en la


mañana,
O mujer fatal de media noche.
Surges como un nuevo formidable demonio que
me llena de placer,
Para luego, abandonarme con todos mis
naufragios.
Hoy es, con absoluta seguridad, un buen día para
morir.
Mi obsesión por la muerte no es, sin embargo,
una manifestación reciente,
Comprende el periodo de mi inexistencia, mi
nacimiento, mi vida como tal, mi propia muerte y
lo que sigue después.
Escuchadme,

58
Os ruego que me escuchéis,
No tardaré mucho más en responder.
Soy consciente de mis propios “errores”
Tal vez demasiado consciente de todos ellos.
El llanto…
Fue realmente doloroso, pero sin duda necesario.
Estos días sin Ti, he fumado y bebido en exceso,
Buscando algo desesperadamente.
Tan solo Poesía para ser inmortal.
Todo parece apuntar a lo mismo.
Todo indica que en esta ocasión las cosas no
serán diferentes.
Insostenible.
Afuera como ayer los demonios danzan y se
divierten,
Las madres se convierten en Ángeles
Y los esqueletos se bañan bajo la lluvia.
Un pasajero más que se marcha sin haber hecho
nada, sin tener una idea clara de su propósito.

Mi llegada al infierno y el origen del caos

Merodeaban confusos y algo amedrentados, aún


no están muy seguros de lo que quieren,
convergen sin embargo, desordenadamente
hacia el centro de la ciudad donde habito ahora.
Para ese momento, cualquier esfuerzo por
elevado que sea es por demás inútil. Poco a poco
han construido su propio infierno, pacientemente
han diseñado las maquetas que definen cada
límite, cada breve espacio, la perfección del caos.

59
Todos convergen hacia ese círculo infernal.
Engañados entre sí. Te he visto entre ellos, he
intentado salvarte, ha sido vano.
Desde aquí solo veo algunos Ángeles que han
sido liberados.

Prostituta

Luces preciosa.
Pero no me engañas… tienes partida el alma.
Pareces feliz, pero ya no tienes ilusiones.
Si te digo que te amo, ya no lo creerías, además
el tiempo es oro.
Estás tan sola en el mundo como Yo.
Te busco. Solo quiero verte. Me gustan tus ojos.
No tengo más dinero esta noche.
Me gustaría conocerte,
Sacarte todo el dolor,
Devolverte la vida,
Decirte que te amo.
Pero es tarde y el tiempo entre los dos ha
terminado.

60
Anónimo

*¡Siguiente!
Diga su nombre y ocupación.*

-No tengo ni nombre, ni ocupación.


No tengo casa, ni familia, ni fecha de nacimiento.
Nadie me espera en algún lugar.
No llevo nada en mis bolsillos-.

*¡Maldición!
Debe comprender que no estoy para bromas, no
me haga perder el tiempo. ¿A qué ha venido?*

-Vine a ofrendar mis ojos para que la gente pueda


ver,
Quiero donar mi boca para gritar y besar,
Deseo regalar mis manos para que con ellas se
acaricie a una mujer,
Concedo mis pies para quien, los quiera pueda
recorrer el mundo,
Obsequio mis alas para soñar,
Quiero entregar mi alma para que alguien pueda
sentir cómo siento-.

61
Ausencia

No te engañes.
No soy un hombre simple.
Paseo silencioso entre vosotros, invisible. Pero
debes creerme, no soy un hombre común.
Te observo,
Ahora mismo te encuentro leyendo este pequeño
fragmento.
Me buscas.
Piensas que es una broma,
Pero estoy allí justo detrás de Ti.
¡Ahora mismo puedes darte la vuelta!

II

Viajo rumbo a casa en el autobús.


Estoy cerca de la ventana.
Te escucho. Pienso en el poco tiempo que tengo.
Veo la calle, la gente, la lluvia en la tarde.
Algunas miradas con brillo (extraño fulgor) llaman
mi atención.
Pero de cualquier forma,
No estás Tú.

62
III

Asoman.
Primero tímidamente,
Luego bajo la complicidad propia de la noche.
Buscan refugio.
Ahora mismo, se sumergen en la tierra húmeda,
la hierba fresca,
Son lágrimas de sangre,
Semillas de rabia y de amor.

Lo inevitable

Cuando finalmente lo comprendió todo,


Un frío sepulcral invadió su cuerpo por completo.
La frente sudorosa,
Un rostro demacrado y palidecido por los crueles
años de fatiga,
La reacción inminente después de descubrir la
terrible verdad
Que le había sido ocultada hasta entonces.
Era una tarde lluviosa de abril,
Se encontraba sentado junto a la ventana,
Desde donde divisaba el mundo.
Sus manos habían dejado caer un viejo libro que
Hace pocos segundos había terminado.
Apenas si un rayo de luz llegaba a sus ojos:
Ensimismados y absortos

63
En pensamientos jamás revelados.

II

Mira:
Es el ensayo de nuestras vidas, el diario de
nuestro silencio.
¿Nos pertenece?
Aun no estoy muy seguro de ello.
El tiempo se ha servido de lo sublime
Y mientras tanto continuamos aquí
Esperando a que la verdad por fin nos sea
revelada.
Despojado del valle, de la belleza toda junta,
como si mañana fuese demasiado tarde,
Como si fuésemos a morir,
Y de momento presiento que hemos construido
sin quererlo nuestra propia prisión en la mente.

III

De los escritos y los retratos,


El ensayo de los silencios.
De nuestros silencios.
¿Por qué callamos lo que realmente sentimos?
Es el temor sin fundamento de quedar expuestos
a la fragilidad de nuestra condición humana.
Nada existe en la consciencia
Que aquello que no hemos sido capaces de
definir,

64
Lo que es infinito y a su vez extraordinariamente
eterno.

Escapémonos

Déjame bailar contigo solo una vez.


Eres la más bella mujer,
Déjame tomar tu cintura,
Aferrarte a Mí,
Solo esta noche,
Escapemos del mundo,
Que nada más nos importe,
Que el cielo y la tierra se desgarren.
Déjame fundirme,
Aniquilarme en tu cuerpo desnudo.
Déjame lanzarme al vacío,
No importa que mis alas resulten dañadas,
Déjame robarte un beso con todas las fuerzas de
mi alma.

Y luego,

Déjame morir junto a Ti.

65
Presentación

A Kathe.

“Para quienes creen saber lo suficiente de sí mismos


Y para quienes no tienen ni puta idea de nada”

Me desperté y bebí un trago para comenzar el


día.
Vi a los idiotas deambular por las calles
Presurosos, confusos, temerosos,
¡Tantos imbéciles y tanto por hacer!

II

Su rostro tieso, rígido.


Fragancia de flores muertas o brisa de ocaso,
tristeza de la tarde.
Fantasmas que mueren, demonios que nacen…
todo está en la mente del asesino.

III

Señoras,
Señores.
Dispensen mi repentina, mi inesperada
intromisión.
Os ruego un instante su atención.
66
Miradme bien, todos, por favor.
Miradme fijamente.
De tal forma que la memoria jamás olvide mi
rostro
(Que puedan percatarse de cada detalle).
Observad mis ojos
Vedlos bien.

IV

(Introducción de música clásica)

¡Oh!
¡Cuánto lo siento!
Creí que alguno me reconocería.
No es así.
De cualquier forma no importa,
No importa que no podáis recordarme por las
cosas que hice en el pasado.
Sólo quería saber si, pese tanto tiempo, era
posible avivar mi recuerdo en vuestras frívolas
mentes.

Pero ya sé bien que es improbable.


No os preocupéis,
No olvidarán lo que tengo planeado hacer en el
futuro con Uds.

67
Poesía para la Muerte
(Loco suicida)

Hoy que no soy más los vestigios de mi tristeza,


me embriaga un elevado dolor, aguarda
silencioso, asecha en los viejos sauces de mi
olvidado Edén.
Hoy comienza mi retorno,
Ya no quiero saber nada más del mundo.

Te extrañaré.
Porque te amo.
Lo sabes.
Ayer le pedí a Dios que te cuidase.
Ahora me aguardan las horas más bajas,
Los valles, los pantanos de este Paraíso de los
Demonios.

La muerte luce bella,


Me seduce,
Se acerca a Mí.
Me besa con sus delicados labios de jazmín.
Me muerde salvaje,
Espera un breve instante,
Sonríe lasciva.
Tiene planes para Mí.
La tomo por la cintura,
Mientras se resiste débilmente.
La muerte se ha enamorado de un joven poeta
con el rostro de niño.

“Ahora comienza el viaje sin retorno”:

68
Me anunció un tétrico cementerio.
Árboles muertos,
Lluvia asesina.
Algunas ramas secas sobrevienen en la tierra
húmeda.
Muerte,
Me abrazas desnuda y frágil,
Estás triste, ¿Sabes?
Eres mi Ángel.
¡Espera!,
Olvidé en la tierra a quien amaré por siempre.

Estarás conmigo,
Al final mi tristeza es tanto tuya como mía.
Y por eso me amas.
Me dices que soy tu poeta,
El Poeta de la Muerte.
Soy un vagabundo solitario.
¿Recuerdas aquellos días del pasado?
Simplemente me marché.
Te amo en silencio,
Quise matar todo el amor para no sufrir más,
Tener un corazón como el tuyo,
Que nada puede penetrar.
He sido vencido.
Ahora la muerte se ha enamorado de Mí.

Preguntas que ¿Por qué estoy aquí?


¿Por qué sigo en este horrible infierno?
Tal vez sea por Ti.
Por las horas que quedan.

69
Me levanto en silencio,
Ocultando mi rostro con una máscara diferente
todos los días.
Atravieso los vestíbulos de la muerte,
Pronto recorro la antigua galería,
Cabellos desordenados, rostro estacionario, ojos
perdidos.
La muerte me reclama como suyo y me desea
junto con mi poesía.

“Mi deidad ha sido profanada por los dioses”.

Mi rostro en la galería.
Mi rostro en el fuego.
Justamente, vi antes ese rostro en el fango,
La luz acaricia mis ojos como portales,
Solo tu amor puede decirme si estoy realmente
vivo.
Botas ensangrentadas,
Puños llenos de rabia,
Rostro de niño.

¡Estoy vivo y soy humano otra vez!

70
Para Ella

Siendo tan diferentes


Decidí acercarme a Ti.
Escuchaste mi tímida poesía, sin tener ninguna
obligación,
Mi canción temblorosa,
Mis dibujos con trazos inseguros.
Inclinaste tu cabeza en mi hombro,
Te besé en secreto.
Ahora debo dejarte partir.
Debo quedarme solo.
Volver a ser quien siempre fui,
Quien siempre seré.

Te escribo esto antes de conocerte.


Lo escribo solamente para Ti.
Cuando lo sientas en tu corazón quizás no estaré
allí,
Pero no dudes que fue verdad:
Te amé.
Te escribo esto desde mi soledad,
Desde mi silencio.
Ahora no me necesitas ya.
Pero recuerda que
De precisar a alguien que te ame de verdad,
Puedes pensar en Mí.

71
Deseo y Destrucción

Tu carne.
Tus besos,
Mi cuerpo penetrando tu cuerpo.
Cuánto te amé:
Hermosa mujer.

Tus senos en mis manos,


El placer y el amor.
Las flores sobre la cama,
El vino y el pecado.
Tus lágrimas y mi habitual tristeza.
El deseo y la destrucción.
Nuestros gemidos,
La noche…
Un te amo.
Fuimos felices por ese breve instante
eternamente.

72
Si la muerte ha de venir

Si la muerte ha de venir, si ha de arrebatarme la


vida sin contemplaciones, sin treguas, si acude
hasta mi lecho para conducirme por las moradas
ineluctables de su reino, que no me halle, sin
haber acometido todos los combates posibles.
Sin importar el resultado, que no me encuentre
sin ganas de vivir, que pueda devolverle la sonrisa
a las horas más bajas que aguardan implacables,
que le cueste despojarme de todo lo que he
vivido, por lo que he creído y me he levantado,
que llegado el momento, el instante definitivo de
nuestra existencia, pueda abrir mis alas y volar
hacia el sol, que mi pecho incontenible agote
hasta el último latido de mi corazón. Que no le
quede duda, de que a mi modo, he vivido este
tiempo limitado con toda la intensidad de mi
alma.

Locura

Mañana gris.
Me levanté furioso y herido,
Mientras el circo de la miseria abría el telón otra
vez.
Disparos, combates, dolor, muerte y destrucción.
Tengo la extraña sensación de silencio
Que se suscita
Cuando el asesino huye:
Ángeles que cantan

73
Y un dios que sonríe.

Cuando se es prisionero de la locura comprendes


a la perfección que eres un alma pasajera. Viajas a
los lugares menos imaginados y sonríes
plácidamente a toda una multitud de extraños
que jamás pensaste conocer. Luego te proyectas
hacia los vividos recuerdos y llegas al encuentro
con el olvido. Mientras tanto, el sujeto que
permanece aislado y recluido es inyectado
periódicamente…

Existen periodos eventualmente caracterizados


por tranquilidad.
Es un paciente amable –dicen-
Pero no te fíes…
A continuación se sucede la furia.

Las calles…
En esta tarde lucen vacías.
Una brisa suave se lleva las hojas del otoño.
Un último rayo de sol.
Luego la noche.
Puedo ver mi rostro de niño en la ventana
Desde donde te veo a Ti.

74
Sus besos

Me ha besado.
Su beso ha sido lento, delicado y prolongado.
En principio su beso ha sido tibio, nervioso,
agitado, tierno.
Luego se ha tornado deseoso, irresistible,
dominante y febril.
Ella enloquece.
Puedo sentir el aroma del campo, la fragancia de
las flores, la tierra húmeda,
La hierba que crece.
Sus besos saben a vida, a juventud, a cielo,
No importa que llueva,
No importa que sus lágrimas se fundan con las
mías,
Me besa interminablemente.
Ella me amó demasiado,
Ahora se ha convertido en una estrella.

El combate

¿Cuándo supe que estaba muerto?


Supongo que cada momento.
La tumba y las flores fueron una buena evidencia.

Finalmente,
Soy un poeta de la muerte,
Un poeta de la obscuridad,
Estoy aquí en el Paraíso de los Demonios,
Tú siempre serás mi diosa.

75
Aunque ya no estés aquí.

Lejos escucho el ladrido de los perros, cerca de


los acantilados.
Mil demonios han sido liberados.
Es hora del combate.

Memorias de un joven poeta

“Cuando mueres, ya nada más importa. Nada


excepto tal vez el momento”. No puedo decir con
exactitud que estar muerto duele, lo que si
sientes es una extraña y apacible melancolía.
Queda apenas un leve recuerdo. Lo que si sabes
con absoluta certeza es que has muerto y aunque
despiertes nuevamente tu mundo es gris ahora.
Se siente mucho frío. Me sucede que escucho una
suave melodía en lo profundo del alma, es una
canción triste. Me la paso observando el
atardecer, en la lejanía veo el sol ocultarse. Si
estuviese vivo me gustaría que observaras junto a
Mí la belleza de este ocaso o cada nuevo
amanecer, te aseguro que uno solo puede
sentirse conmovido por tanta belleza. Aquí el
tiempo no cuenta, el tiempo es la eternidad. Eres
viajero en busca de recuerdos, un poeta
extraviado. He besado por última vez tu frente.
Eres mi Ángel que descansa plácidamente entre
mis sueños. Debo despedirme. Me marcho.
Retorno por los mismos pantanos que ayer
definieron mi camino. Y del poeta de rostro de

76
niño solo resta el silencio de un vagabundo que
moriría por verte feliz. Esta vez las campanas
doblan por Mí.

Como un dios que busca su rostro,


Ahora estoy entre vosotros.
Aún guardo algunos recuerdos
De lo que fui.
Estoy enfermo.
Estoy loco.
Estoy mal.

El demonio que habita dentro de Mí se agita. Ha


esperado paciente, he dejado el mundo humano,
ya no necesito reprimirle, contenerle, ahora será
irremediablemente liberado. Yo desapareceré
entre los recuerdos de aquellas cosas que tanto
amé. Deambulo como un sombrío fantasma,
vagando entre góticas calles.

¿Soy un demonio?
Ya no soy Yo.
En todos los rostros humanos no veo más que
demonios. Según lo creo Yo mismo también soy
ahora uno de ellos.

“Soy un niño cuando quiero ser dios


Y un demonio cuando quiero ser hombre”.

¿Cuál es la diferencia?
¿Cuál es la maldita diferencia?
Estuve aquí desde el principio de los tiempos,

77
Sé bien cómo empezó todo.
Estoy aquí entre vosotros ahora
Y sobre-existiré cuando llegue el final que sé:
Cuándo y cómo habrá de llegar.
Ahora puedo vivir en mi mente y también en
mentes ajenas.

Te espero

Me haces daño. Lo sé.


Y sin embargo… aquí estoy, junto a Ti.
Aguardo en silencio, en la oscuridad de mi alma,
En los abrojos de mi aflicción,
En esta pálida tristeza,
En la vida que atardece,
Te espero aun cuando no existen promesas,
No existen esperanzas,
Aun cuando el dolor es insoportable,
Te espero pese a que no volverás.
Te espero.
Es la única razón para continuar.
No me queda nada más que esperar.

Piano

Atravieso silencioso el viejo vestíbulo.


Paso sin demora por la galería,
Llego al salón principal.
Estoy muerto, me he percatado varías veces ya.
Estoy completamente seguro.

78
No es esa, sin embargo, mi mayor aflicción.
Nunca te dije lo que significabas para Mí.
Las palabras siempre fueron insuficientes.
En este museo de arte moderno, me aguarda un
gigantesco piano.
La intensidad de tu sonrisa se dibuja en mi
memoria,
Bailas en la noche con tu vestido blanco,
Danzas sin Mí.

Mis manos se estremecen.


El alma se sobrecoge.
Pienso que estás junto a Mí.
Que tus brazos me rodean.
Que me abandono a Ti.
Que te pertenezco por siempre.
Que una canción que comienza triste
Termina feliz.

Y de repente me encuentro solo,


Tocando el piano,
Una poesía sin palabras,
Estás con vida y eres feliz…
Y Yo estoy muerto y te amo.

Mi canción es tranquila,
Cada sonido habla de Ti,
De tus manos…
De tus besos…
Le diste sentido a mi vida,
Y tanto amor te tengo
Que le das sentido a mi muerte.

79
Tan solo,
Si pudieses escuchar el piano.
Es un lienzo que traza la luz de tu rostro,
La brevedad de los momentos felices,
La constante búsqueda de un alma atormentada
Que solo encuentra paz a tu lado.
De mi decisión de dejarte ir,
De esta pluma con la que describo cada acorde,
De estas horas de ausencia,
De la escultura de tu vientre,
De cuánto te extraño.
De la adversidad, del cansancio.
La intensidad de una poesía que nunca pediste
Y que no obstante, será siempre para Ti.

Las cosas que se extinguirán con el Alba

Podría entrar y salir de tu mente, a voluntad,


Con una facilidad que no darías crédito.
Puedo coexistir en mi propia mente y también en
mentes ajenas,
Puedo leer tus más oscuros pensamientos,
Sentir todo cuanto llevas por dentro.
Incluso puedo explorar aquello que ni siquiera
conoces de Ti.

Acabo de recibir una herida mortal.


Como quiera que esto termine solo acaba de
empezar.

80
Buscamos afanosa, desesperadamente una
respuesta en lo sobrenatural.

Pronto
Tu perfecto y patético,
Tu vasto mundo de ilusiones
Llegará de forma inexorable a su final.

¿Qué será de Ti cuando se extinga nuestro


resplandor?

Demasiado brillo en los ojos.


Demasiadas luces en la ciudad.
Al caer esta noche
Varias cosas serán aniquiladas con el alba.
Por ejemplo:
La primavera y la fatalidad,
Mis ganas de vivir,
Lo irreparable y lo teatral,
Mis más profundos deseos de venganza,
Mis ganas de escribir o de matar.

81
Las cosas más bellas de la vida duran poco

I
Cuando niño poeta

“Las cosas más bellas de la vida duran poco” o al


menos eso es lo que he percibido.

Inmediatamente me asalta este pensamiento viajo


sin prisa por las calles del viejo pueblo de la
infancia, de casas que se desmoronan por el paso
irreversible de los años, de puertas de madera
carcomida, de hombres campesinos de mirada
triste y mujeres tejedoras de sombreros y de
ilusiones, de otro tiempo. Y ahora mismo,
recuerdo las viejas ollas de barro y carbón donde
la abuela cocinaba mientras caía una tarde como
esta. Viene a mi memoria el respetable abuelo a
quienes todos conocían y saludaban con alegría,
entre tanto, caminaba presuroso sujetando el
racimo de verdes de un lado y del otro,
aferrándome seguro en medio de sus callosas
manos. Siempre fuerte e invencible como nadie
que recuerde hasta estos nuevos tiempos
adversos. Y cuando todo parecía ser fácil – o
todavía habitaba en Mí, un ápice de inocencia-
como si de una pintura se tratase, se sucedía en
silencio un ocaso exuberante donde el
firmamento todo, lucía su más amplia gama de
matices comenzando en rojo, tiñéndose de
anaranjado, violeta y el más azul de los cielos que
haya visto desde entonces. Y mientras la

82
cuidadosa existencia de esta suerte de milagros
se presentaba ante mis ojos de niño, el sonido del
último tren despertaba mi curiosidad en cada leve
detalle: desde la fumarola que se fusionada con
el aire hasta el rostro de las personas que
llegaban de viaje. Sus facciones con multitud de
expresiones fueron mi primera impresión de que
el mundo era un lugar de gran diversidad de
contrastes, de pequeñas alegrías en rostros
tristes, lágrimas de felicidad y de desconcierto,
hasta el amor entre almas inverosímiles.

Las tardes en este pedacito de tierra donde todos


se conocían y respetaban me llenaban, sin
embargo, de una extraña melancolía prematura,
el aroma de los árboles y de las flores que se
duermen mientras el sol se ocultaba en el lejano e
implacable horizonte donde un corazón frágil que
no conocía todavía lo vulnerable buscaría refugio.
Entre tanto, me embriagaba de una canción que
se reinventaba cada día, del infatigable tic-tac del
reloj, de un ave atravesando el mundo, de la
primera vez que sentí deseos de volar, de ser
libre, de cerrar mis ojos y sentir la brisa en mi cara,
de extender los brazos tranquilo, sin miedo, sin
vacilación, sin esperar nada más que este instante
como si fuera eterno. Cuando abría mis ojos me
parecía un renacimiento, era de noche y estaba
en casa de nuevo. Lo mejor de la noche era
sentarme en el techo, sin importar el frío y
contemplar el sigiloso brillo de las estrellas,
contrario de lo que se pueda pensar, nunca

83
despertaron mi curiosidad, solo me gustaba
contemplarlas en silencio. Me agradaba observar
las pequeñas luces que hacían intermitencias en
el cielo. No me interesaba conocer su misterio,
era suficiente para Mí ese breve instante de
belleza que me ofrecían gratuitamente antes de ir
a la cama y quedarme completamente dormido.

Mi primera idea de “Ciudad” es que debía ser un


lugar grande. Debía tratarse de un lugar donde
todos podían hacer sus sueños fácilmente
posibles, y esta extraña fascinación terminaba
llevándose a una gran cantidad de personas que,
de regresar, jamás volverían a ser los mismos. Así
que, mientras, para casi todos a quienes conocía,
la ciudad era la especial puerta de las
oportunidades, para Mí se convertía en un lugar
peligroso, porque una vez alcanzados los sueños
la gente cambiaba y ya nunca más volvía a ser
como antes. Me mantuve, hasta donde fue
posible alejado de la ciudad, en su lugar prefería
dibujar los tres rayos de sol que se introducían
tímidamente por las apolilladas cortinas de la
casa, el ruido de las viejas tablas de la sala, el
vaivén de la hierba verde en el jardín y las hojas
secas que revoloteaban haciendo círculos en el
andén de la esquina. Jugar con canicas y barro,
reír con los amigos mientras saltábamos charcos y
observarla en secreto, sin que se diera cuenta, sin
que supiera que mi corazón latía más fuerte y
rápido cuando Ella se acercaba, cuando

84
pronunciaba dos o tres palabras, cuando me
detenía un segundo en su sonrisa.

El amor me había llegado poco a poco, sin darme


cuenta, sin comprender sus implicaciones, sin
advertir su verdadero poder. El primer amor que
le negaba sentir a todo el mundo, cuando Yo
mismo sabía en silencio que estaba perdido sin
Ella. Lo supe cuando contemplé la luz de sus ojos,
me conmoví al tratar de entender lo que pasaba
en medio de mi pecho y al describir el color de
esas dos estrellas por las que había sido
inexorablemente fulminado. Ya la había visto
antes, pero en aquella ocasión introdujo un
hermoso veneno en un rincón otrora vacío e
inexplorado de mi alma. El sabor del amor me
produjo inquietantes y nuevos sentimientos,
alegría cuando se encontraba cerca, ansiedad
cuando no la veía y al final una increíble tristeza.
Por mucho que intentase distraerme en mis
habituales asuntos, era imposible desprender de
Mí, la calidez de su rostro y su presencia toda
junta. Resultaba extraño que la magnificencia del
cielo, el sonido del tren, la intermitencia de las
estrellas, el aroma del jardín de casa, la compañía
de los amigos, el barro y las canicas habían
perdido gradualmente su importancia. El mundo
giraba a Mí alrededor y todas sus maravillas,
grandes y pequeñas pasaban inadvertidas,
mientras el corazón y la mente iban tejiendo
ilusiones en las que caía interminablemente
extasiado con la noche como única y solitaria

85
cómplice literaria. Ahora que lo pienso con
detenimiento, el amor y el mundo son dos
asuntos extraños.

II
Y Pasaron 17 años

Quisiera volar…
Aunque sólo sea por un breve instante.

Hoy me he vuelto a levantar de la cama.


Realmente no sé por qué.

Supongo que estoy cansado de perder mi batalla


personal en contra de la soledad.

La recuerdo a diario. Es natural. Aunque con


seguridad Ella no se acuerde más de Mí, hace un
par de años que se fue y seguramente debe tener
quien pueda abrazarle y decirle mil cosas, lo sé.
Hoy no estoy bien, viajo por las calles frías de la
ciudad triste que despierta entre el tráfico y el
reloj, me detengo a observar a la gente que corre
a estudiar o al trabajo mecánicamente. ¿Eres feliz?
–No-, respondo a Mí mismo, un millón de veces.
La verdad estoy cansado; la vida se me va y le he
perdido para siempre. Quiero escapar de todo un
rato, quiero largarme de este lugar y viajar lejos
donde no queden rastros, donde sea tan
diferente que me pierda, quiero huir, lanzarme al
abismo sin importar el final, quiero sentir el viento

86
en mi cara cuando me suspendo por un tiempo
indefinido en el aire, sentir la libertad de abrir mis
brazos sin temor, sin esperar la caída inexorable,
olvidando el dolor y el desamor, dejando atrás mi
propio pasado, mis errores, mi vida, incluso mi
nombre…

Supongo que hoy, no tengo ganas de vivir.


Estar equivocado siempre será una opción, morir
estúpidamente también.

Siempre he tenido curiosidad por saber qué se


siente…
Morir no es tan malo, después de todo cuando
naces comienzas a morir lentamente; luego, morir
es nacer, morir es apreciar la vida, la muerte,
después de todo, es tan necesaria como la vida.

Hoy la ciudad luce gris y luce triste.


Perdí el control.
Me cansé de pelear, de levantarme,
De seguir caminando,
Simplemente me rendí…

Pero ya no importa; estoy solo ahora, paso


desprevenido, me oculto con mi dolor, me
abandono, ya no abrigo esperanzas, ¿Por qué?,
siempre es igual, Supongo. Pocos entienden lo
que pasa en tu mente cuando te hartas del
mundo, cuando pareces hastiado de todo, hoy sé
que perdí todo cuanto podía perder, creo que no
podría perder más.

87
No me importa lo que sucederá, ya esa época
pasó para Mí. Camino entre la multitud, confuso,
ensimismado, pero veo mi rostro en algún reflejo,
ya no me importa verme así, un vagabundo, un
hombre con una mirada triste y perdida, como
quien ha muerto, como quien vaga sin rumbo, sin
esperar nada más en su viaje.

Mis dibujos se pierden en la memoria, como


recuerdos pasajeros, como fotos viejas de seres
que ya no reconoces, que se vuelven extraños. Y
ahí está el mundo, absorbiendo de estupideces a
todos, y vivimos cada día en medio de lo vano y
fútil, perdiendo el extracto de las cosas simples,
dejando los momentos para alegrías comerciales,
para falsas victorias, persiguiendo una felicidad
pasajera, disfrazada de verdad.

Viajo en silencio, mil recuerdos me asisten,


realmente no tengo idea de qué es lo que hago.
Sé que estoy muerto, y de repente me detengo
en la nítida tristeza de quienes creen ser felices y
estar vivos, cuando en realidad siguen inertes por
una especie de engaño colectivo, de mentira
universal.

Me llevo un cigarro a la boca, estoy tranquilo


externamente, dejo escapar el aliento y pienso en
su ausencia, ¿Se acordará de Mí?, ¿Estará bien?,
¿Alguien estará a su lado?, estoy mal. Me iría a
buscarla si brotará una sola esperanza, estoy
perdido, estoy muerto, pero aún le amo. Nadie

88
parece notar mi presencia, paseo silencioso,
taciturno, un melancólico empedernido, ya estoy
en el fondo del abismo, ya caí, luego no pude
volar, rompí mis alas, no queda nada más…

Cuando quieres morir,


Quieres sentirte liberado,
Quieres olvidar, quieres volver a nacer…

III
A la mierda con todo

Ella prometió venir hoy en la tarde y no ha


venido… sé que no llegará; de todos modos ya
no importa, así como ya no me interesa nada de
este maldito mundo.

A mi lado, una botella casi vacía de amargo licor


me hace compañía, mientras el cielo se cubre de
rojo escarlata, mientras el sol se hunde y viene la
noche; un bello ocaso que se detiene para
observar a un hombre que desea morir.

Quisiera componer una canción, escribirte una


poesía que no vas a oír, pero, ya no tengo fuerzas
y a la vieja guitarra se le rompió la primera
cuerda.

Llevo a mi boca un viejo cigarro, el aliento deja


escapar una fumarola que toma extrañas figuras
danzando hacia lo alto, que van difuminándose

89
como mi alma, deseando ser libre e intentando
rescatar algo que se creía perdido, algo de lo
que, en realidad, ya no tengo memoria, algo que
por más que intento, no puedo recordar. Por eso,
te escribo cada cosa; hasta la más pequeña, todo
detalle de una perfecta obra de dolor. Quiero
registrarlo, intento disfrutar cada segundo de este
momento, de este instante que muere, que huye
de Mí para convertirse en pasado y encontrarse
así con lo desconocido. Intento imaginarte a mi
lado, como sé que no pasará. Como un enfermo
cuyo consuelo es soñar, en medio de la
desesperanza, que se convierte en descanso y
alivio; tratando inútilmente de aferrarse al más
insignificante recuerdo, a otro tiempo y lugar que
aparecen cada vez con menos intensidad y
nitidez, cada vez, por cierto, más distante, en lo
queda de una mente confundida y conectada a
un alma errante y suficientemente cansada de
vivir en medio de tanto sinsabor.

Me dejo caer… el vacío es inmenso y profundo, y


en mi caída escucho la más triste de las
canciones, habla de mi vida sin Ti, de las cosas
que perdí y de aquello que ya no es posible
recuperar.
Como verás, esta no es una historia de amor, todo
lo contrario, aquí el desamor hace de mi alma su
casa y su guarida, y el dolor es su centinela
constante, queda poco tiempo y la memoria
abandona rápidamente los recuerdos para
convertirse en olvido, poco a poco siento la

90
presencia de la muerte que me besa con sus
bellos labios, que me habla en tono de fúnebre
poesía, que me dice que mi hora de partir ha
llegado.

Alguna vez, no hace mucho de esto, te escribí una


canción de amor, pero murió llena de odio, como
si en esencia se hubiese podrido; desde entonces
andaba solo, era mejor explorar el mundo sin
nada más que perder, pero pronto descubriría
que siempre eres débil, siempre puedes volver a
caer, volver a sangrar… volver a perder.

Bebía…
No tenía nada mejor que hacer, salvo escribir.
Una suerte de ángel que intentó volar pero
rompió sus alas y cayó al abismo… Me la pasaba
las tardes en casa, escuchaba rock y me reclinaba
en un viejo sillón con un cigarro y una cerveza,
para terminar leyendo poesía francesa, luego, al
final, terminaba por elevar alguna oración a la
muerte. - ¡Estoy terriblemente jodido!-, -¡Qué
mundo de mierda me tocó vivir en este
momento!-.

¿Qué puedo escribirte?, para Mí siempre será


fácil caer en los abismos depresivos de la nada,
adentro siempre emerge el llanto, afuera puedo
conservar una máscara con una sonrisa idiota
para todos, siempre será un misterio la secreta
forma de engañarnos.

91
¿Pero qué demonios estoy diciendo?,
¿Estoy muerto?,
Por supuesto, eso ya todos lo saben y pueden
comprenderlo.
No puedo sonreír. Esa es otra pista.

Tenía 23 años, llevaba el cabello largo hasta la


barbilla y vestía siempre de negro, me
acompañaba una guitarra del mismo color y
caminaba bastante con unas botas realmente
viejas, escuchaba rock, por alguna razón a poca
gente le venía en gracia esa música, supongo que
culturalmente nos hacemos a otra clase de
símbolos para buscar nuestra independencia. En
fin, para Mí era como si fuera el reinado de la
ignorancia y la muerte de todo arte. Viajaba
tranquilo tratando de cicatrizar una herida de
amor reciente, pero era fuerte, de modo que la
poesía y la música me servían de salida. Estudiaba
en la Universidad y buscaba una suerte de
milagro, buscaba una chica que me sacara del
fango y me llevara al paraíso, buscaba
desesperadamente creer en el amor, porque a
decir verdad esa creencia en particular se me
estaba muriendo.

Eran los primeros días del joven poeta, antes


podemos referirnos a un tipo normal, sin mayores
percepciones que las del común, tanto en la
cabeza, como en el alma. De todos modos, en
aquella época el espíritu no había sido revelado
aún. Existe una especie de secreta tendencia a

92
morir joven. Es como si una especie de fuerza
destructiva se apoderara de lo creativo, y como si
uno se cansara definitivamente de todo. Ya no
importa levantarse, en absoluto. Vivía expectante,
empezaba a convenir mi atención en los detalles,
en las cosas que suelen pasar desapercibidas
para el mundo y, que por ende, suelen dejarse
olvidadas, encontré que la mayor parte de las
veces eso era finalmente lo más importante, pero
era inútil tratar de despertar a los demás del
letargo, en fin, uno busca espacios como la
música y la poesía que se aproximan a los
necesarios espíritus redentores, de ahí, que estas
artes que pueden fusionarse, con extrema
facilidad, ¡Claro! tienen un propósito más elevado
que el del simple entretenimiento.

IV
Un habano necesario

El viento en mi cara, los brazos extendidos, ojos


cerrados, como quien mientras cae imagina que
tiene alas y flota, una sensación estática, serena,
feliz, como quien se descarga de todo el peso,
como quien se arranca todas las preocupaciones,
como quien toma todo lo que le cansa y lo lanza
con fuerza al infinito. Un momento de liberación.
Después del ruido, el rápido dolor, la obscuridad
y, más tarde, el silencio.

¿Quién eres?,

93
¿Qué haces aquí?,
¿Por qué estás aquí en este tiempo y espacio?,
¿Qué te hace tan diferente?

Siempre me he cuestionado esto mismo, a cada


instante, desde que tengo memoria, en especial
porque siempre muero y renazco, porque a falta
de otra palabra que se aproxime a definir lo que
experimento continúa e inexorablemente: soy
eterno.

Sujeto a una pérdida de conciencia la mayor


parte de las veces, invencible en las ideas que
recorren mi pensamiento, ilimitado, porque
siempre existirá para Mí un cuerpo e infinitas
percepciones de búsqueda, la ignorancia se hace
frágil, ¿Por qué recurro tanto a la muerte?, he
visto cómo cambia el mundo desde el comienzo,
no recuerdo con certeza qué sucedió pero de
continuar así, probablemente pueda ver el final
de todo esto, no sé qué habrá de suscitarse
después, no puedo predecirlo con exactitud,
pero si alguien puede observarlo y sobrevivir para
meditarlo, para bien o para mal seré Yo; Se trata
acaso de un experimento?, ¿Algo más existe al
final?... Es posible que pronto todo quede al
descubierto. Mientras tanto; un habano es todo lo
que necesito.

La mente es un sub-mundo de poderosos


pensamientos, algunas veces puedes llevar tus
ideas a escenarios donde todo es perfección y el

94
paraíso hace todo posible; pero la mayor parte de
las veces el infierno hace de cada quien su eterno
prisionero. Puedo verlos, me basta precisar un
rostro y el brillo de sus ojos para entenderlos,
porque los entiendo, logro hacerlo y al tiempo es
por eso que tanto los detesto.

V
Y no podía faltar la lluvia

Ahora es de noche y llueve.

De todos modos no me había hecho el propósito


de salir.

Hoy era uno de esos días en que podías repudiar


todo, (días de morir o matar) desde lo sagrado
hasta lo profano. Tenía claro el sentimiento de
rabia y en un escenario mejor, hubiese no
querido ser Yo, al menos no el que era en este
momento. Estaba en casa y miraba la tele sin
nada que pudiera llamar de manera poderosa mi
atención. Los libros también me habían cansado,
siempre las mismas triviales conclusiones, uno
tras otro. Ni siquiera la música podría sacarme de
este hueco, a la mierda con todo, hoy no quiero
ver a nadie. Cuando menos lo espero viene a Mí
su recuerdo… la veo con sus ojos indefinibles, su
aliento cálido y su voz suave, probablemente
demasiado suave; me provocaba nauseas, pero
también amor. De todas formas no estará nunca

95
más aquí conmigo, de seguro estaría con alguno
más imbécil que Yo, eso seguro. De acuerdo, de
eso se trata todo, estoy solo y no quiero a nadie,
tal vez, ni siquiera me quiera ver a Mí mismo. Ayer
rompí las cuerdas de mi guitarra a propósito y
escribí una suerte de mal intento de poesía. Estoy
sentado en un viejo, pero confortable, sillón en
medio de la oscuridad de una pequeña
habitación que me sirve de sala. Escucho picotear
las gotas contra el techo y la ventana, observo
pasar a la gente desprevenida de todo, excepto
de la lluvia.

Ahora ¡Por fin! nuestro último cielo

Para nadie en absoluto

Ahora me detengo en este indefinible ocaso; me


pregunto si en este momento sería posible que
puedas observar el bello cielo que aquí se
proyecta, desde donde quiera que estés.

No sabes cuánto deseo dedicarte esta vida que


pasa veloz.
No sabes cuánto te he buscado. No sabes cuánto
te he amado mientras caía en el vacío, silencioso y
perdido.

Si estuvieses aquí, solo un instante, no podría ser


más feliz.
Mis heridas sanarían de inmediato.

96
Podría olvidarme de quién soy por completo para
cuidarte.
Podría lanzarme al abismo sin miedo, podría volar
justo antes de tocar fondo y finalmente, me
elevaría para llegar a Ti.

Obertura

Para mi amigo Alex

*Un hombre, casi un espectro, vaga encerrado en


medio de cuatro paredes pintadas de blanco y
salpicadas de sangre, una vez más ha vuelto a
golpearse el rostro contra el propio suelo, una vez
más ha despertado a los asistentes del
psiquiátrico, una vez más ha perturbado la calma
de todos los pacientes y ahora una vez más grita
lo mismo incansable y frenéticamente: -“Entonces
el hombre creó a dios y dios creó al hombre,
luego el hombre se olvidó de dios y dios se
olvidó del hombre. Dios ha Huido del mundo”-.

Es viernes. Viajo en taxi, en verdad ni siquiera


imagino que hoy en la noche escucharé sus
últimas palabras en medio de un llanto lleno de
rabia y de dolor, llego a casa cansado, no he
dormido, tampoco tengo sueño, no he comido
nada, tampoco tengo hambre, enciendo la tele y
veo la misma basura de siempre, mientras tanto,
Él ha despertado. Camina tranquilo en medio de
su cuarto, sabe que no podrá ver su rostro en un

97
espejo porque, por su propia seguridad, ha sido
retirado, sabe que ya no tiene un lápiz en sus
manos para escribir lo que siente, porque puede
convertirse en un instrumento para infringirse
daño, y sabe con certeza que hoy es su último día
en la tierra, a diferencia mía que, permanezco
exhausto sin sueño en un viejo departamento que
se cae a pedazos, que reside en un barrio
peligroso, en un suburbio, que es una suerte que
nada grave me haya pasado hasta el día de hoy.

Su muerte me dolerá porque compartimos algo:


Su visión del orbe en el que ambos nos
encontramos es casi la misma, obscura y
desesperanzadora, pensé en ello el lunes cuando
salí del trabajo, la gente viajaba en medio del
caos, comprando, vendiendo, aguantando las
ganas, los golpes, las heridas, Yo también estoy
exhausto, pero mi paciente, que percibe el
mundo exterior con mayor agudeza, ya no quiere
seguir soportándolo más, desea darse por
vencido, he tratado de animarle pero todo
esfuerzo ha sido inútil, incluso he pensado en
alejarme porque su obscura visión de las cosas ha
comenzado a perturbarme inusitadamente,
porque para Mí, las cosas no son mejores, ni hoy,
ni en un futuro cercano.

Ahora, que la inconciencia me ha envuelto en una


especie de letargo, presa del sueño, muero por
un rato; luego, sin haber caído por completo en
lo más profundo del abismo, algo me rescata,

98
pero me molesta, ¿acaso parecen no entender
que ese momento era necesario?, despierto,
contesto de mala gana, el teléfono y de
inmediato, sé que es urgente, que aquel hombre
que para bien o para mal, es mi paciente ha
colapsado. El psiquiatra de turno ha sido la
propia persona que me ha llamado y, eso solo
nos deja la opción de una nueva escena difícil
para todos en aquel sitio decadente.

Al llegar, el hombre todavía sigue gritando, pero


ahora me ha observado y parece calmarse, luego
me dice: “Dios ha Huido del mundo”, una frase
que estudió en Alfred Von Martin, para fijar su
mirada de odio en todos los presentes y sacudir
su cabeza por última vez contra el suelo, con una
violencia tan desesperada como aquel que no
puede convivir consigo mismo un segundo más.
El impacto le habrá de destrozar la zona frontal
del cráneo, su cuerpo será conducido como
cualquier otro al laboratorio 15, que hará las
veces de anfiteatro y, poco después de los
exámenes e informes de rigor, será confinado
como uno más al sepulcro de los malvivientes en
este detestable lugar de la tierra.

Aún recuerdo la imagen del impacto, la angustia


en su rostro y sus ojos en los míos antes de acabar
su último ensayo, la sensación se ha quedado
guardada en Mí, una muerte más en mi lista de
humanos, pero esta me duele en el alma, porque
en otro tiempo pudo ser salvado.*

99
-Es lo último que aparece en su diario, después
de esto no volvió a escribir nunca más. El tipo se
lanzó del apartamento hasta impactar contra el
asfalto, en mi opinión el tipo quedó demasiado
afectado-

-¡No se te paga por opinar Montes!, ¿Lo


entiendes?... ¿Es claro?-

-Si señor-

Es solo un hombro dislocado

Mi victima yace en el suelo y está a punto de


rendirse. Estoy presionando su hombro y basta un
movimiento sutil para dislocarlo. Por supuesto, sé
a la perfección que sufre, sufre de una manera
inimaginable, intensa. Desde esta posición
particular, puedo infringir el mayor daño posible
con, tan solo, un mínimo esfuerzo. Soy médico.
Estudié medicina con el propósito de conocer
todos los puntos que hacen vulnerable a un
adversario. El hombre grita desesperado que se
rinde. El público grita furioso. Su eco no me
molesta. Sonrío. Desgarro el brazo del oponente.
Inmediatamente rompe en llanto. Una vez más he
vencido. Reclamo el dinero. Voy a la ducha,
escupo la sangre. Reviso las heridas, no son
importantes, ninguna realmente lo es. Salgo a la
calle, precisamente una ambulancia se lleva al

100
desafiante en camilla. Parece grave, no siento
remordimiento alguno. Ahora la ciudad nocturna
habrá de deleitarme con todos sus bajos
placeres.

Percepción

“Eliminemos por un instante nuestra limitada


visión del mundo y seguramente descubriremos
cuán equivocados podemos estar”

Mi libertad

En un medio como este, uno busca algo que


pueda ser liberador, un catalizador del alma, del
cuerpo y del espíritu. El Rock por ejemplo,
necesita de la literatura y para ésta, es
imprescindible la poesía. Puedo encontrar la
libertad entre tus piernas, en tus senos firmes de
diosa virgen demente, de alquimista del fuego o,
podría sencillamente, transgredir las sensaciones
subliminales delineando tus alas y tu rostro, con
ese cuerpo de palabras y saliva; recorrer una y
otra vez, con manos temblorosas, ese caudal de
deseo inagotable y exuberante que Eres, esta
magnífica noche que vuelvo poesía, que se funde
en literatura, que acaricia sinfonía. El cine, por su
parte, me permite observarte fijamente,
demoniaca y lasciva, en medio de la seducción y
las visiones de un museo gótico, rodeado de

101
novedosos trazos eufóricos. Envolver los
espectros de cintas y carretes que esperan
pacientes el contacto con mis dedos, provocar tus
besos desnudos y el aliento de tu boca fría y
húmeda, que regula la temperatura de mi pecho
abyecto, un viaje sórdido para descubrirnos
insalvables y en caída libre, un escenario para
concederte satisfacción en cada profundo y
retorcido apetito. Pensar que tu revolución sin
hechos concretos me tiene sin cuidado y, que
podríamos correr el riesgo de representar tantas
veces el mismo papel, que terminaríamos por
ceder, nuestra existencia a nuestros propios
personajes y el teatro físico, que les proporciona
asilo.

La buhardilla

Casa grande. Casa vieja que se cae a pedazos.


Soy un niño que sube las escaleras a toda prisa,
para luego deslizarse ágil por las barandillas
celestes e inconformes. Soy la tormentosa
amenaza de floreros y ventanas cuando retozo
irreductible por la antesala. Luego, emerjo hacia
la acera agrietada y me detengo curioso en el
trayecto sigiloso de una hormiga y su pesada
carga. Cansado me quedo observando la calle
gris. Por un buen rato, nada sucede. Entonces la
veo pasar por vez primera, sin reparo. Ella, que
sujetaría mi mano con fuerza, que tiempo más
tarde, siendo un adolescente agitado, me daría el

102
primer beso lujurioso. Ella, que gustaba de poesía
y de teatro. Ella, que revolucionaria se declararía
en desacato frente opresiones familiares y del
gobierno. Ella, que me enseñaría a fumar hierba y
beber vino. Ella, que ligera y sin timidez,
sobrevendría desnuda en nuestro secreto lecho
improvisado, en aquella vieja buhardilla; donde
más tarde se darían cita los incipientes deseos de
la carne clandestina. Ella, malhumorada, sin ganas
de verme, hermosamente conflictiva, sin
intensiones de ser comprendida en absoluto. Ella,
siempre independiente. Ella, que a pesar de todo
me amaba. Ella, que conspiraba canciones de
revuelo, que precisó ser libre como los libros. Ella,
dueña de un excelso corazón humano, de una
mente profunda y de un alma y espíritu nobles,
Ella, que siempre lo negara.

Y el tiempo inescrutable pasó, irreflexivo,


insoslayable.

Atrás quedaron los viajes en bicicleta, las caricias


escarlatas y la literatura medieval, olvidamos las
promesas de amor y crecimos entre los afanes
intrascendentes de cada día, las fiestas y los
nuevos amigos, los compromisos sociales y los
informes ejecutivos, las juntas directivas y demás
cosas aburridas de la gente grande.

Nos disipamos. Dejamos que las fauces del


mundo moderno usurparan nuestro destino,
extraviamos las fotos y las madrugadas frescas;

103
abrazados, perezosos, irresponsables y
enamorados. Y envejecimos, en la carrera
infatigable de lo cotidiano, de los diplomas y los
salarios. De los autos y la ropa de marca. No
supimos con precisión lo que perdimos, pero
sabemos que lo hicimos y ahora, lo buscamos
desesperados.

Nuestro lecho de amor, escondido en el desván


ausente ya de calidez, se aproxima a su final, una
nueva ciudad más moderna se erigirá sobre el
pasado. La casita vieja, llena de amor, poco a
poco se quedó en ruinas. Mañana la echarán
abajo.

Para Ti, lectora desconocida, que


llegaste demasiado tarde

Acabas de abrir este libro…


Seguramente te preguntarás si no estás
perdiendo el tiempo;
Si las frases escritas por un rockero frustrado,
poeta malsano
Y alcohólico empedernido tendrán algo bueno
que decirte,
No lo sé;
Realmente no sé si escribo esto para Ti.
No sé si lo escribo en este momento, para que lo
leas cuando quizá ya me encuentre muerto,
No sé si te sirva de algo…

104
Tal vez sólo lo hago para matar el tiempo que
resta porque estoy aburrido,
Porque no tengo nada más que perder,
Porque intento en vano buscar la mano amiga
que me comprenda aun cuando Yo mismo no lo
consigo,
Te escribo con la esperanza de que no
permanezcas indiferente,
Te escribo con el ánimo de que pese a todo,
Aún tengo fuerzas para decirte que si nos
hubiésemos conocido,
Extraña amiga mía,
Nuestro futuro podría haber sido distinto…
Te escribo, finalmente porque aun cuando sé que
ya nada podría ser peor que este momento bajo,
Quiero tener esperanzas,
Porque, a mi modo, lucho contra todo lo que me
dice que estoy desahuciado.
Te escribo porque aun cuando nunca te
conoceré:
Desearía amarte.

Retrato

Soy un viajero…
Siento el sonido de las piedras a cada paso,
Veo el vaivén de la hierba fresca acariciada por la
suave brisa veraniega,
El camino cerca del rio caudaloso, la fragancia de
la vida que emana del bosque.

105
Puedo ver el rostro de mi madre que trabaja sin
descanso en la huerta mientras los curiosos ojos,
siempre expectantes, de los niños divisan el
mundo.

Puedo sentir el vuelo de las aves en la lejanía, el


lento y silencioso recorrido de las nubes, la triste
melodía del abuelo con su vieja guitarra, cerca de
la casa grande que cada vez es más vieja y triste.

El ladrido de los perros que agitan la cola, mi voz


apagada, las cortinas juguetonas, el sonido del
pórtico…

Puedo ver las manos de mi padre, manos fuertes


aun, tomando el pico y la pala.
El sol en mis hombros, el brillo de las cosas a mi
alrededor naciendo, viviendo, muriendo a cada
instante.

El crucifijo de mi hermana…
Mi hermana… que observa distraída el cielo
mientras el viento juega con sus cabellos.

No habrá fotografía para recordar este momento,


este instante tan único, tan perfecto como las
pequeñas cosas que se suscitan a nuestro
alrededor y que dejamos pasar sin percatarnos de
su magnificencia.

106
Como un trozo de muerte

Recuerdo que estaba cansado del mundo cuando


decidí morir,
También recuerdo que todo este proceso fue
calculado y llevado acabo minuciosamente,
Recuerdo que no tenía miedo y que sentía una
enorme curiosidad por conocer y experimentar
eso que llamaban muerte...

Como Poeta en el Desierto

¿Cuántas veces más debo sangrar para sentirme


vivo?
¿Acaso no he tenido jodidamente ya bastante o,
al menos lo suficiente?
Mi nivel de tolerancia al dolor ha sobrepasado
todo límite.

Hoy se da cita una nueva faena,


Cada vez que me aproximo al final
Comprendo que me encuentro más lejos de todo
y de todos.

Un dolor intrínseco,
Recurrente.
Una sensación de placer parecida al pecado,
¿Realmente estoy equivocado?

107
Esta batalla final promete inclinar la balanza de
todo cuanto conocemos (y está en constante
oposición).

Y de aquello que es desconocido,


En otro tiempo y espacio,
En esta vida o en otras
Que se muevan paralelas o en sentido contrario.

Como poeta debo creer ciegamente en la


distorsión de los sentidos,
Pasear lánguida y furiosamente por las
implacables sendas del desierto, de la locura o de
la razón.

Como un poeta vagabundo que viaja a través de


los desiertos.

La muerte

Lo que escribo ahora,


Te lo escribo a Ti.
Y lo escribo estando muerto ya.
Sin guardar demasiadas esperanzas
De que lo lea alguien vivo.

¿La primera vez que le vi?


Ahora recuerdo que cuando llegó a mi vida (me
refiero a la muerte)
Me pareció como el más feliz de los milagros.
La añoraba… la deseaba fervorosamente.

108
Era la más exquisita de las mujeres,
Su habitual ternura matizaba sus delirios de
banalidad y placer.
Juntos, fuimos presa fácil de la locura y de
nuestros instintos asesinos.
Nos veremos nuevamente en otra vida,
En algún otro tiempo, lo prometo.
Cuando el infierno nos sirva de abrigo.

Tu ausencia

Se extingue en la tarde,
Se trata de un sórdido y breve vestigio de luz.
Y aniquila toda esperanza de conservarte a mi
lado.
Tu recuerdo sin embargo,
Subyace impregnado por doquier.

Habito bajo las sombras,


Olvidando el propio crimen,
Destrozado,
Fatigado por la batalla.
Tiemblo de miedo,
Soy frágil otra vez.
Y tu ausencia, tu ausencia me ha causado un daño
irreparable.

109
Vino

Sobreviene la noche, la más obscura de todas las


noches.
Descanso… reclinado en mi viejo sillón.
Los libros, las poesías, tu foto, la música…
Afuera la lluvia constantemente picoteando sobre
mi ventana.
Bebo sin remedio, desesperadamente.
Soy un licántropo inmerso en la maldita ciudad.
Crimen.
Permanezco oculto en las avenidas, el bulevar, los
clubs nocturnos,
Los circos, el teatro.
Vino, dulce vino,
Trae a mi memoria el sabor de tus labios, tus
senos,
La fragancia del amanecer en que despertabas
conmigo…
El perfume de tu cabello.
La sinfonía de tu piel sobre mi piel…
Tu sonrisa…
Ahora que no estás… sólo me queda el vino.
Y me embriago…
Desde entonces, las tabernas son mi morada y mi
guarida…
En ellas busco asilo,
En ellas me refugio.

110
Esa horrible habitación (Corto-metraje)

Escena 1: El Asesino

Me gusta observar la noche.


Probablemente esta sea la última vez que pueda
contemplar la profundidad de este inmenso
firmamento bañado de estrellas.
Mañana cuando amanezca habré abandonado
por completo este mundo.
Siento el sabor de mi sangre atravesando mi
garganta.
Estoy mal, pero puedo resistir un poco más. Lo
suficiente como para disfrutar de esta última
noche en la hora final.
¡Mis manos!
¡Están tan frías!
De pronto una lágrima que ha rodado por mi
mejilla se desprende para caer en el suelo.
La rabia se apodera de mi corazón y aprieto las
manos provocándome más daño.

Trato de levantarme, caigo de nuevo. ¡Duele!, la


sangre se confunde con mis lágrimas y aún
consciente de esto, me llego a odiar por sentir lo
que siento.

Su recuerdo me atraviesa el alma, su mirada y el


perfume de su cuerpo son ahora una herida más
en mi corazón. Abatido por la ira, trato de
levantarme una vez más, pero es inútil, he vuelto a
derrumbarme sin control estrellándome de cara

111
hacia el suelo. Ya es inútil tratar de hacer otro
intento. Cierro los ojos y siento una tristeza infinita
por Mí mismo, trato de mantenerme consciente,
mientras el dolor recorre todo mi cuerpo. Cuando
se está muriendo, la percepción de todo aquello
que te rodea cambia…

Ahora eran importantes otras cosas que nunca


hice y, para las cuales es ya demasiado tarde.

Una gota de sangre ha humedecido mi ojo


izquierdo… ya no tengo fuerzas para quejarme o
tan siquiera emitir un sonido de mi boca. Estoy en
peores condiciones de las que creí cuando
emprendí el escape. En un instante creí que cada
herida era pasajera y superficial, que como
siempre, me recuperaría para ser más fuerte. En
esta ocasión presiento que las cosas no serán
iguales. El daño que me he hecho a Mí mismo es
más profundo del que creía.

Me da rabia y quiero llorar, pero empiezo a morir


más rápidamente. Trato de mantenerme
consciente pero mi mente empieza a divagar,
observo recuerdos de detalles insignificantes que
se quedaron guardados en lo profundo de mi
cerebro como si se tratase de imágenes
importantes que debiera recordar en estos
momentos. Mi última batalla es contra el tiempo,
y de repente, una convulsión me agita por
completo. Cierro mis ojos con la poca fuerza que
me resta y espero el final.

112
Aún siento el dolor, sobre todo en la frente.
Puedo razonar, lo que significa que, en teoría sigo
vivo. Puedo rozar los dedos de mi mano derecha.
Trato de abrir los ojos pero me es imposible. ¿De
modo que así se siente?, después de todo es una
experiencia única e interesante. ¡Han llegado
hasta aquí! Mis enemigos están cerca, no pude
evadirlos del todo. Los escucho venir. Se
aproximan cada vez con mayor rapidez. Giro en
torno a Mí mismo, me sorprende que haya
podido hacerlo y abro mis ojos; no quiero perder
detalle. Todo es oscuro y puedo sentir el olor de
la sangre fresca.

Alguien me dice algo que no entiendo. Mis ojos


han vuelto a cerrarse, ahora sé que no volverán a
abrirse nunca más. Intento tragar mi propia
sangre, es mi último esfuerzo. Pierdo lentamente
la consciencia de mis reflexiones. Luego viene un
sueño profundo, infinito y el dolor empieza a
esfumarse.

Escena 2: Consideraciones Preliminares

Nunca creí que pudiese definirme como alguien


bueno o malo. Es más, consideraba un tanto
ridícula la posición de ciertos sujetos cuando
afirmaban ver el mundo en forma bipolar. Hoy
pienso de modo diferente. Mi vida está podrida
por dentro. En mi alma y mi mente siempre
habitó la maldad y, aunque intenté combatirla,

113
todo esfuerzo fue inservible. Estoy muriendo, he
fracasado y he sido derrotado por mis
persecutores. Probablemente esté arrepentido. Y
aunque es demasiado tarde, al menos tengo el
deseo infantil de haber querido un final diferente
para mi vida. Pero es irremediable, un final para
todos.

Imágenes de todo tipo recorren mi mente. Es


posible que no esté actuando bajo las directrices
de la lógica y, por el contrario haya sucumbido a
la locura de quien no espera otra cosa que la
muerte. El sabor de la sangre ardiente atraviesa
mi pecho y, siento cómo poco a poco descanso
de todo. Alguien me habla… ya no importa, ¿qué
puede importar en un momento como este?...
por Mí que todo se vaya al infierno.

¿Qué siento en este momento?


Una rabia asesina al saber que me estoy
muriendo…
¡No me quiero dejar morir!
¡Tengo miedo!

Escena 3: Los Hechos

El asesino por supuesto, intentó huir.


Había sido presa fácil de la locura.
Jamás imaginó que su coartada se vendría al piso.
Fue perseguido por un equipo de cinco agentes.

114
Al verse en esa situación sacó un arma y disparó
varias veces a cuanta persona pudiese haber
visto; asesinó a tres sujetos e hirió a una mujer
que ahora mismo lucha por su vida en el hospital
central.
Uno de los agentes logró dispararle.

Logró penetrar en el abandonado complejo


industrial.
Allí se piensa, se vino abajo impactando su rostro
contra una de las estructuras.
Herido de gravedad en la región torácica se
desplomó varias veces, arrastrándose como pudo
hasta el que se pensaría era su lecho de muerte.
Aguardaría medía hora antes de que pudiesen
encontrarlo.
Desangrado fue conducido al hospital general.
Los médicos luchaban por salvarle la vida, aun
cuando se trataba de un asesino.
En el cuarto de al lado, en el quirófano, su cuarta
víctima acababa de morir.
Las probabilidades de muerte superaban el 70%.
Ahora todo dependía de sí mismo.
Las tres horas siguientes serían críticas.
Antes de las 12:04 murió.

115
Escena 4: El Agente

Disparar un arma, es un caso extremo.


Pude ver cómo se descontroló cuando advirtió
que había sido descubierto.
Nadie pensó que Él mismo era el culpable de los
asesinatos y mucho menos que llevaba un arma.

Incluso parecía la clase de tipo que te proyecta


seguridad y confianza.
Mató a cuatro personas en su intento de escape.

Disparé dos veces, trataba de herirlo, de


neutralizarlo. No quería matarle, aunque fuese un
homicida era un humano.
Le perseguimos hasta el complejo industrial, se
perdió un buen tiempo de nuestra vista, pero su
sangre acabo por delatarlo.
En su rostro se observaba dolor y rabia.
No quería morir.

116
Escena 5: El Hospital

Ahora soy un asesino peleando por su vida en un


hospital.
No tengo buen semblante, y esta idea casi me
hace sonreír.
Casi inconsciente percibo un olor desagradable,
el olor de las drogas, medicamentos…
Pierdo la razón por completo.

Ahora abandono el cuerpo inerte.


Lo observo con detenimiento. Los médicos dicen
que he fallecido.
Una víctima más.
Una víctima menos.
Así son los negocios.
En busca de otra vida.
Más tiempo.
Contemplando los límites de la inmortalidad.

117
Los refugios

Soy eterno.
Estuve antes y estaré después.
Viajo entre vosotros.
Los observo con detenimiento.
Busco refugio en la literatura, el vino, las mujeres
y el cine.
Esta noche he visto el penetrante fulgor de tus
ojos insolentes.
Lo sabes…
Eres felizmente indiferente,
Felizmente estúpida,
Tu una mortal y
Yo un dios.
Pero finalmente, abro mis alas y vuelo hacia Ti.

118
Consecuencias (Cortometraje
experimental)

Escena 1

El sistema solar. Movimiento lento de planetas


suspensos de cuerdos hilos invisibles. Música
clásica, tranquila. Cada cuerpo en perfecta
armonía con la misteriosa danza cósmica del
Universo. Naturalmente, Ud., como espectador es
por el momento un observador simplemente, las
cámaras nos acercan más y más hacia los
pequeños detalles, así por ejemplo,
contemplamos las formaciones rocosas, los
brotes de arena, cráteres de todos los tamaños.
Entonces, lejano de nuestro punto de vista,
aparece tímidamente un pequeño planeta azul.
Atravesamos veloces otras superficies y una vez lo
tenemos de frente, nos percatamos de que cada
vez es más inestable y que algo irreversible y
definitivo está por sucederse.

Escena 2

Toma 032.
Tiempo atrás.
Una casa vieja aparece en primer plano, nos
concentramos en la ventana abierta de cortinas
que se impulsan por las delicadas ondas

119
expansivas del viento. (Sonido inteligible).
Artefacto radiofónico:

“Hemos dispuesto todo cuanto tenemos, recursos


físicos e intelectuales, tiempo y esperanzas. La
situación es única y no admite errores, nuestro
futuro depende ahora mismo de este proyecto.
Como se sabe, la humanidad se ha desarrollado
científicamente a la par que ha destruido los
recursos no renovables de los que depende su
propio sustento, esta contradictoria y
desenfrenada carrera nos ha conducido
indefectiblemente a preguntarnos cuánto más es
posible resistir, pues bien, las mejores mentes de
nuestro tiempo y lo más sofisticado de nuestro
instrumental tecnológico nos sugieren que muy
poco.”

Escena 3

Un hombre yace sentado. Su rostro luce absorto.


La imagen completa nos deja ver que se haya
dentro de una cabina. Pronto, recuerdos de
sonrisas, de manos delicadas, de lágrimas
sobrevienen. (El espectador es deliberadamente
introducido en la mente del personaje, y ahora es
difícil diferenciar quién es quién). No queda más
tiempo, debo marcharme. Activo los controles y
abandono lo que queda de este mundo estúpido
que muere, dejo todo atrás, ahora solo queda el
espacio exterior, infinito, solitario, eterno. Una

120
pequeña nave viajera en busca de ayuda, tal vez
sea demasiado tarde, quizás nada quede ya. He
despegado y gravito sin rumbo fijo, puede que
sea inútil, después de todo ¿qué es una vida más
sacrificada? Es todo lo que queda, solo eso y
nada más.

Escena 4

Las cámaras enfocan con dificultad el espacio


sideral. Un minúsculo punto se retira de la esfera
azul, mientras ésta colapsa irremediablemente.
(Cada vez más distante). Un hombre llora
amargamente en una pequeña capsula donde
subyace como único viajero, solitario,
desahuciado por dentro, desprovisto ya de
ilusiones. Lleva consigo un tesoro de recuerdos,
la mayor parte de ellos tristes, pero consciente de
que fueron un precio justo por los breves
instantes de felicidad en su alma. Un poco más
adelante le espera un enjambre de asteroides
furiosos que sobrevienen ágilmente a su
encuentro. Amenazan no solo con poner en
riesgo la integridad física de la nave, sino también
de los sueños humanos, de las imágenes de una
vida hermosa que terminó apresuradamente. Los
planetas, los astros satélites, los hemisferios y las
galaxias parecen detenerse, una lágrima se
desliza por los poros de su mejilla y sus ojos se
cierran incontenibles, no es posible cambiar el

121
curso del pequeño móvil, así como no es posible
cambiar el curso de la naturaleza humana.

Escena 5

Turbulencia. Comienza la grabación fallida.


Interferencias constantes.

Si alguien me escucha, si alguien en verdad logra


escucharme, aunque sea poco probable… Me
gustaría dejar un último mensaje. (El tablero de
control deja ya de funcionar). Soy el viajero. Tal
vez el único sobreviviente. Acabo de atravesar
una lluvia de asteroides, un campo gravitacional
diferente que ha comprometido la integridad de
la nave, he perdido el curso y atravesado una
“curva en el tiempo”. En vano, he intentado
reponerme de los daños experimentados. En
suma, no hay mucho que pueda hacer. Ahora las
provisiones y el combustible se agotan. Me
hubiera gustado regresar con buenas noticias
para todos, resarcir mis errores, observar el ocaso,
tantas cosas que ahora solamente imagino. No
pudo ser, tal vez ese era nuestro destino, el
resultado de nuestros actos, la consecuencia
natural y evidente de creer ser el centro del
universo, de vivir una vida vacía y artificial. (El
sistema colapsa definitivamente, los pequeños
motores de la maltrecha nave comienzan a
apagarse, el vehículo inicia al fin su violento
descenso).
122
Escena 6

Un brote de luz acaricia la tierra fresca, los


campos verdes, los cielos azules. Una madre
abraza a su hijo, un ave se lanza al vacío y
sobrevuela por vez primera las montañas en el
horizonte. Un campesino cosecha la parcela
como pequeño productor de sueños. Alguien se
sienta junto a la pradera, desea escuchar el
sonido del riachuelo, el canto de los pájaros en el
bosque. Un pintor traza las primeras líneas de un
lienzo. Entonces, el tiempo se detiene. La secreta
danza cósmica del universo permanece
expectante, suspendida. Una perforación, un
objeto, una amenaza. Una ráfaga de energía que
destruye todo a su paso, casas, calles, cultivos…
promesas, dibujos.

La sincronía del Universo colapsa. Punto final. El


escritor se reincorpora y mira el cielo a través de
su ventana.

¡Corten!
Ha quedado.
Esta es la última toma.

123
De bandoneón

Capítulo II

Ebrio.
Camino sobre las ferrovías.
Deben ser, algo así, como las 3 de la mañana.
Por más que intento, no consigo recordar mi
nombre, de todas formas, no viene al caso, si es
que algo viene en realidad.
Supongo que debo tener 34, Poeta sombrío de
una ciudad sombría, soportando el frío
despiadado. Muerto varías veces ya. Músico
marginado, disidente y vagabundo. El vino se ha
extinguido por completo, y de lo irreparable nada
puede hacerse ya. Da igual haberla perdido.

Capítulo IX

Primera anotación.
Sin fecha. Hoy comienzo a trabajar en el bar.
Cuando llegué estaba X con el violín y un par de
partituras. Me sorprende saber que soy el músico
vocalista y guitarrista, casi de inmediato concluyo
que la banda debe ser un desastre. Cae la noche,
bebida, mujeres de piernas largas, dinero, risas,
soledad. Melancólicas canciones compuestas por
Mí. Nadie parece poner atención.

124
Capítulo XXI

Pregunto qué hora es.


Alguien me dice que las 9:30 a.m.
Sentado en la esquina. Sostengo un diminuto
bandoneón. Llevo sombrero negro, cigarro a la
mitad y un libro de poesías. Me gusta esta vida
errante, que viaja desprevenida, sin propósito
aparente, lejos de los convencionalismos sociales.

Capítulo XXXV

Delirium tremens. Escritura y pensamientos


confusos. Un atardecer bonito, cielo de colores y
sol. He compuesto un par de nuevas canciones.
Una de ellas lleva tu nombre, la otra se llama
muerte, pero no te asustes, no moriré. Aprendí a
tocar el bandoneón. Mi público son las calles y los
transeúntes. Soy feliz. No hay preocupaciones.

Capítulo L

Última Anotación. Descalzo. Creo que he perdido


mi diario, no tiene importancia. Me rio. Sepultan
mi cuerpo. Atardece. Retorno. Estoy un poco
ebrio, como siempre. Espero el tren. Mi corazón
humano late más fuerte que nunca. Dicen que
estoy muerto… otra vez, supongo entonces que,
esta es una nueva vida. Está bien, caminaré hasta
el mar ahora. Mientras enfilo mi trayecto, un

125
último acorde de bandoneón. Viajo con una
sonrisa en mi rostro. Estoy en la orilla. Tengo una
nueva libreta de apuntes. Primera hoja. Escribo:
“Capítulo I”.

Ese maldito sujeto frente al espejo

“Supongo que mis detractores puedan emplear más


tiempo en criticarme que en comprenderme”.

Desnudo y con mis alas abiertas de par en par.


Ese extraño fulgor en mis ojos implacables.
Obscuridad.
El vino y la sangre.
Por más que intento
No logro reconocerme.
Una cosa es segura: ya no soy humano.
¿Un demonio?
-Por supuesto-.

Pueblito

Para Melissa

Ha sido un largo viaje... contemplo lejano el


anaranjado ocaso y sucumbo a la suave brisa
veraniega de este pueblo de historias y
recuerdos, y mientras pienso en los trozos de
piedra que cubren las viejas calles, el pequeño
manantial de la infancia y las noches estrelladas
sobre el tejado bajo el canto del abuelo y el
126
sonido de los árboles... me parece que nada es
mejor que la vida... nada más profundo e infinito...
nada más sublime y solo puedo sonreír ante la
grandeza de todo cuanto me rodea.

Vidas

Maquinaciones:

Es viernes, 3 a.m. Me he levantado de mi lecho


abruptamente, sin considerar siquiera por un
instante, si de hecho es la fecha y hora correctas.
Abandono de inmediato las cálidas sábanas,
mientras abrigo la firme convicción de haber
encontrado algo nuevo e inocente, una evidencia
simple de existencia, un rápido rastro de luz en la
oscuridad.

Me aproximo sigiloso hacia la mesa, toda llena de


papeles viejos e inservibles, donde se refugian
relatos inconclusos y desordenados, procedo con
absoluta cautela, al tiempo que enciendo una
pequeña lámpara y humedezco brevemente la
pluma que empuño fuerte sobre la delicada hoja
nueva y blanca, perfectamente templada y
siempre dispuesta para escribir lo que sigue. Una
cruda ciudad plagada de hostilidad es atravesada
por un hombre que viaja presuroso, entre las
maltrechas calles; es bien entrada la noche y
llueve, especialmente de modo tormentoso sobre
el asfalto de la avenida principal, un sombrero

127
desgastado y una gabardina apolillada, por los
años imperdonables, son todo cuanto le
protegen de la adversidad, recorre como puede
las venas tóxicas suburbanas donde se dan asilo
siniestro, las pensiones de mala muerte, los antros
y burdeles, las míseras criaturas enfermas que
aguardan en secreto poder dar alimento a su
oscura sangre, a sus retorcidos pretensiones
decadentes que, comparten esquina entre la
agitación y luces intermitentes.

Son altas horas de la madrugada y la mayor parte


de la acción habrá terminado en un par de horas,
viajeros errantes y vagabundos regresan a casa,
todos se marchan. En breve, el lugar subyace
acondicionado para la desolación, la hostilidad y
el frío salvajes; de repente mi personaje ha sido
consciente de algo inesperado, sus pupilas se
dilatan y giran en torno de sí mismas divisando
cada detalle, contemplando el viejo callejón y los
edificios apenas en pie, que se desmoronan
lánguidamente, el éter en tonos de blanco y
negro, sin providencias, los coches desatendidos,
superpuestos en un cementerio de chatarra.

Escucha atento los pasos de quienes le asechan


indefectiblemente, agudiza su olfato para
capturar el aroma del enemigo, para oler su
miedo irreparable, su temor más recóndito,
aprieta los puños y se dirige hacia Mí, con mirada
vengativa y segura, me observa con furia sin
permitirme hacer ningún movimiento aun cuando

128
soy el escritor, avanza sin tropiezos y dice: -
Entiendo que solo soy un personaje de ficción-
continúa con tono oscuro y grave, - pero no
pienses que por ello voy a desistir, mi empeño
supera en todo caso mis propias limitaciones, de
cualquier forma, a como dé lugar, voy a
asesinarte-.

Ese lugar llamado Hogar:

Jueves 4 a.m. Mañana oscura. Canto de gallo


viejo. Baño de agua fría. Enciende el destartalado
transistor, quizás con la esperanza de
comprender por qué el mundo continúa su
frenético camino hacia la destrucción, el terror y la
miseria de sus habitantes ya no le impresionan
demasiado, aunque duele en el alma. Lava los
platos de barro y prepara los alimentos en el
carbonatado fogón, apenas si tiene tiempo para
distinguir sus manos envejeciendo por la
infatigable faena de cada nueva jornada.

Besa en la frente a sus dos amores, toma ruana y


sombrero y, se enfila de cara al sol para acariciar
el sueño de un nuevo cultivo, en esa extensa
parcela que le aguarda, con los primeros
destellos indefinibles que ha dibujado el alba.
Pica y pala, acompañado por su fiel amigo de
cuatro patas. Juntos recorrerán los pezones de la
tierra, bajo la complicidad de un cielo festivo, que
se descubre entre amables nubes blancas,

129
ligeramente alargadas. Ahora su corazón late más
fuerte que nunca.

Entre tanto la vida florece insospechada,


secretamente. Piensa por un instante en los
pequeños detalles del universo que le rodean, la
caída taciturna de un pétalo, un travieso colibrí
danzando entre tulipanes, el sonido de la fuente
entre pequeñas piedras intermitentes, una semilla
que aguarda paciente, el movimiento de los
planetas y la cálida sensación que produce estar
con vida, la sangre corriendo entre las venas,
saliva que avanza ligera, un par de pupilas
dilatadas, que emergen entre las promesas de
una esperanza joven sobre un futuro mejor,
música que se hace y deshace en el centro del
alma. Este lugar habita lleno de paz, de quietud y
de amor, este lugar es mi casa, siempre lo ha
sido, siempre lo será.

A la Orilla

Viernes 11 p.m. Cierro mis ojos. Escucho el eco


del mar. Arena en mis pies. Noche sin estrellas.
Sentado en la orilla, lejos de la rutina, no llevo
nada más conmigo, solo una pequeña mochila,
no hay espacio para el dinero, ni las
preocupaciones triviales, lo único trascendente
descansa el sonido del mar, la brisa en mi frente
y, por supuesto: Tú, que me custodias tácita, en
esta noche despejada. Mañana despertaré sin Ti,

130
mañana solo estará tu memoria y esta alegría
mezclada con tristeza que tanto disfruto en
secreto.

En cama

Martes 8:45 p.m. Habitación de casita campesina.


Desde el balcón, diviso las pequeñas luces que
sobrevuelan tímidamente cuanto se proyecta ante
Mí. Dejo caer un poema que nadie leerá, que
habla un poco de Mí, un poco de Ti, de nuestra
historia juntos, lo que puedo recordar, ya sabes,
con la edad uno termina olvidando ciertos
detalles. ¡En fin! Hablo de las cosas en las que
creímos, de nuestro tiempo pasado, de aquello
que defendimos y que guardamos celosos.
Puedo sonreír, puedo imaginar que camino entre
la carretera, bajo la lluvia o bajo el sol, cubierto
bajo estrellas o escalando montañas, puedo
amarte a Ti y recordar cada breve trazo de tu
rostro, eso no se me ha olvidado, puedo dormir y
soñar con un mejor mundo para todos, puedo
despertar y comenzar mi jornada como
campesino que desea morir de felicidad, mientras
emprendo mi viaje, mi último viaje. Puedo decirle
al mundo Adiós, puedo agradecer el trozo de
tierra y el tiempo con los hijos que se fueron. La
enfermedad asomó implacable, me ha llevado a
la cama y mi cuerpo yace perezoso, pero sé que
volveremos a vernos, no importa si tienes arrugas,
o hilos plateados en tu cabeza, debes sonreír,

131
sabes que soy más viejo, descuida, solo espero tu
sonrisa, no estoy seguro cómo será, ni de qué
forma, pero sin duda nos reencontraremos. Solo
debes prometerme una sonrisa. Todo estará bien.

Propósito

Miércoles 9 a.m. Como todos aquí busco un


propósito. Algo sublime, algo que derrame sobre
mi espíritu lo necesario para conmover la galaxia
más lejana, algo liberador, de ser necesario,
pueden desgarrar mi cuerpo, pueden comerlo,
pueden tomar este cielo y esta tierra y convertirlos
en refugio para la guerra. Busco entre todos Uds.
un trozo de amor, la esencia de la bondad y de la
vida, los ojos de un recién nacido, el calor de tus
manos, la palabra precisa, busco reparar un daño
que yo mismo también he sufrido, junto con el
mar y las constelaciones, busco la verdad en un
beso, en un viaje sin retorno que me lleve a la
eternidad, quiero pintar tu cuerpo de ángel
vigilante que ha descubierto por vez primera la
longitud de sus alas y que se dispone a volar
entre nosotros, entre demonios y santos que
lucharán sin tregua hasta el final.

132
Soy Yo

Domingo 6 p.m. Redoble de campanas. Tarde


violentamente fría. Sin duda, es un hermoso cofre,
un bello ataúd, esculpido por ángeles, tallado por
las lágrimas de dios, resguardado por demonios
de naturaleza contradictoria, la venus y todo el
olimpo, los humanos y todo el cosmos atestiguan
su último trayecto, ¿quién es?

Soy yo.

Significado

Lunes 7:02 a.m. Este cielo, hijo mío, ya no es más


mi cielo. Esta tierra es ningún lugar. ¡Ya está! mis
manos desnudas han forjado esta pequeña cruz
que despido en el horizonte, no te preocupes,
una parte de Mí seguirá contigo donde quiera
que vayas. Este mundo tan diferente promete
nuevas y exuberantes cosas, no sé si te
encuentres preparado aun, como todos, buscarás
el amor y en esa exploración, te harás daño y tu
corazón vulnerable sufrirá, habrá manos amigas y
enemigas, triunfos y derrotas, vida y muerte. Pero
recuerda, no debes perder la fe, pase cuanto
pase, mantén tu esperanza intacta, no olvides tus
raíces y no dejes nunca tus sueños, lucha con
fuerza y tenacidad por conquistarlos, no te rindas,
no será fácil, lo sé, pero ahora que te has ganado
tu propia existencia debes defenderla como lo

133
más sagrado que se ha sido concebido en el
universo.

Trilogía de Héroes Derrotados

“Se ruega a los lectores de - mentes y espíritus frágiles


abstenerse de abordar la siguiente trilogía, podría
conducirles a insoportables depresiones e incluso
experiencias cercanas a la muerte”.

Francia, fecha desconocida.

Aguardo en esta húmeda prisión mi condena.


(Deliberadamente relato mi historia para que el
espectador se regocije con lo que se suscita en lo
más profundo de mi pensamiento).
Conozco bien al villano que se introduce en tu
mente,
Primero te conoce, explora tus miedos,
Luego te manipula.
Finalmente te invita al suicidio.
Lo ha hecho siempre,
Desde el principio de los tiempos.
Y lo seguirá haciendo hasta que todo termine.
Su única ambición:
Obtener mayor conocimiento.
Imaginará el lector que si por algún instante
tuviese ese tipo de facultad podría convertirse en
un enemigo realmente poderoso.
134
También te conozco a Ti: amigo lector, incauto y
desprevenido.
Sí, te hablo a Ti en este preciso momento…
¿Te sientes cómodo hurgando en los
pensamientos de un pobre moribundo?
Déjame decirte algo…
Ahora mismo, estoy perpetrando mi escape,
Abriéndome paso en tu singular pensamiento.
Tú y Yo… somos uno ahora,
Y tengo malas noticias,
Dentro de poco seré solamente Yo.

II

“Léase preferiblemente cuando se esté solo y ha entradas horas


de la noche con fondo musical ‘Claro de Luna’ de Ludwig van
Beethoven”

La biblioteca aguarda silenciosa. En la más


absoluta de las quietudes. De pronto, una
inesperada brisa de muerte sacude con violencia
las cortinas de la sala principal. Hace tan solo un
instante que, Ud., amigo lector, ha tomado este
ejemplar en sus manos y permanece expectante.
Ha fijado su mirada alrededor buscando algo que
no ha de encontrar ya. Observe con atención el
escenario circundante… fije bien su mirada en
cada detalle. Concéntrese. No me ha visto, pero
estoy tan cerca que podría, ahora mismo, tocarle.
Contemple la vida que pasa en breve… no falta
mucho más para que llegue el final. Estoy en su
mente… he revisado pacientemente sus más

135
agudos secretos y en consecuencia, sé cuáles son
sus debilidades. No tenga miedo, no oponga
resistencia alguna, sin duda he llegado para
matarle. ¡Escapar es inútil!... estamos solos…
mientras afuera, en el universo, todo comienza a
detenerse… las estrellas han iniciado su
infatigable descenso, una frágil hoja seca que
volaba impulsada por el viento se ha precipitado
al vacío ineluctable, soberbio, triunfal. Su
memoria se ha disipado por completo. Recuerde
su cuerpo… cierre los ojos… piense en los
instantes más importantes de su existencia… deje
escapar sus últimas lágrimas… despídase ya de
Ud. mismo, de este mundo, eso es muy relevante,
extienda sus brazos hacia el infinito… disfrute de
este momento, es para Ud. No lo olvide. He
dejado instrucciones precisas para su llegada al
infierno, procure recordarlas, el viaje puede ser,
en principio, desagradable y doloroso. ¡Aguarde
un momento! Puede abrir sus ojos nuevamente.
¡Es imposible!... No hay nada que pueda hacerse
por Ud. Le ruego me disculpe, debe tratarse de
una imperdonable confusión. Simplemente no es
posible. Ud. ya estaba muerto, desde mucho
antes.

III

Interludio musical de Bach - Air on a G String

Réquiem por Ti…

136
Réquiem por Mí…
Amada mía.
Espero, algún día, puedas perdonarme.
Ahora mismo dejo flores sobre tu tumba… y
también sobre la mía.
Solo quería decirte que te amo.
Si un último deseo me fuese concedido antes de
descender al vacío ineluctable, ese sin duda sería
recibir un beso de tus labios.
Ver tus ojos, observarte sonreír.
Cualquier castigo sería soportable.
Ahora sin embargo, debo dejarte, no nos
volveremos a ver.
Deséame suerte, donde quiera que estés.
Debo enfrentar al más temible de los demonios…

137
SEGUNDA PARTE
EL PARAÍSO

138
La mutación inminente

Última anotación.
He llegado al infierno.
Soy un demonio ahora.
Dentro de poco te habré olvidado y no hay
mucho que pueda hacer…
Salvo dirigirme a su trono para combatirle.
Y mientras tu historia parece tener un final feliz…
Yo exploro el otro lado.
La vida pasa y la muerte sobreviene.
Aún conservo tu foto.
Aún sostengo esta guitarra en mis manos.
Aún llevo conmigo las poesías que te escribí.
Soy un poco de la rabia en mi corazón, los golpes
del desamor, las pequeñas y grandes miserias de
lo que fuera, en otro tiempo, mi propia vida.
Soy un poco los sueños y las promesas olvidadas,
los desvelos y el alcohol a tempranas horas de la
mañana.

Soy un poco este futuro siempre incierto, los


besos que me regalaste en invierno, el contacto
con tus cálidas manos, estas ganas de encontrarte
en los lugares menos indicados, los demacrados
rostros de la guerra, los ocasos salvajes y la
primavera fatal.

139
Samurái

El sable sujetado con la determinación de un


noble guerrero implacable y misericordioso.
Una oscura gota de sangre se desliza segura por
el filoso borde hasta perderse fulminada en el
infinito vacío.
La víctima ha sido aniquilada.
Lluvia asesina,
Lejos de casa.
Sin brillo en los ojos.
Humildad y servidumbre.
La guerra.
Tiempos difíciles.

Hospital de mala muerte

Una extraña, perturbadora… pero inquietante


melodía de muerte me asecha, en este antro
donde apenas me hallo recluido, en particular,
me resulta intrínsecamente agradable. Sin ser
consciente de nada en absoluto, la describo
como, no menos que, fascinante. (Y en esta
condición de abominable espectro en la que me
encuentro inmerso, son pocas ya, las cosas que
pueden impresionarme). Lo último que mi
afligida memoria conserva a este mismo nivel,
descansa, según lo creo, en la transfiguración de

140
mi propio ser. Un cambio inesperado e
impactante en mi rostro. Demacrado hasta más
no poder, pálido y envejecido prematuramente
por la ruin enfermedad. Matizado, desde luego,
por el afán y desdén de los médicos que ya no
me afecta más.

Lo inverosímil, lo despiadado de mi posición


converge de bruces, de manera latente e
inexorable con mis ya habituales cavilaciones
sobre los saldos que deja una existencia tan
especialmente imperfecta como esta, que no
obstante, ha podido reconocer la mayor parte de
las ocasiones, la diferencia existente entre el bien
y el mal.

Cerrar los ojos, permanecer inmóvil y no tener la


menor idea de si los volverás a abrir para
contemplar un nuevo día. Ese era todo mi
pasatiempo en el hospital. Postrado en una
maldita cama esperando salir, ya sea de pie o en
una caja. Las cálidas ondulaciones del aire se
filtraban sigilosamente hasta esta sórdida
habitación. Afligido por la ausencia de una mano
amiga, me mantengo a la espera de algo, lo que
fuese, no importa qué… siempre que se tratase
de algo definitivo. (Siento como todo esto se
desmorona, a mí alrededor, muy lentamente).

141
II

De repente… sin esperarlo, sin dar señales de su


llegada, un estremecedor sentimiento de dolor.
Insoportable en realidad. Exhalación. Luego una
paz infinita… total. Me reincorporo, el malestar ha
desaparecido. Puedo abrir nuevamente mis ojos...
es solo que ya no estoy aquí, veo mi propio
cadáver y sé que soy un espectro. Ahora veo todo
en blanco y negro. De alguna extraña forma soy
feliz.

Para después del final

Para cuando todo haya terminado, tengo


planeadas varias cosas. Ya tengo dibujados los
planos, habrá ríos y árboles, un cielo azul y
alegres nubes blancas que lo traspasarán.
Montañas, valles y ocasos de diversos colores.
Caballos galopantes. Noches con estrellas y un
rojo acantilado. Esculpiré tu rostro con empeño,
te daré brazos y piernas y un alma que forjarás en
espíritu. Te daré una compañera para que no te
sientas solo, será inteligente, fuerte y hermosa, te
seguirá y deberás seguirla, será la clave del
futuro.

Dejo mi mundo en tus manos… sé que sabrás


cuidarlo con sabiduría, ahora todo depende de
Ti. Debo marcharme.

142
El Pájaro

Pequeño guardián silencioso,


Vestido de natural obscuridad.
Descansa apacible desde un rascacielos.
Observa fascinado las criaturas que coexisten al
fondo del abismo.
Parece no importarle la lluvia inclemente.
De apariencia frágil y sin embargo,
De corazón fuerte,
Guerrero invencible y solitario.

Alza el vuelo,
Quiere traspasar todas las alturas,
Desea advertir el final de todo límite
Y contemplar por un instante los ojos de Dios en
el cielo.
(Y mientras este trozo de poesía escribo,
Me recibe un pajarito que da saltos por mi
camino a casa).

143
Ese extraño milagro al que llaman amor

“Déjame, apártate de Mí de una buena vez…


Ya no soy Yo y puedo ser peligroso”

Partieron su voluntad,
Tramo a tramo.
En vano, intentó defenderse,
Intentó pedir ayuda,
Desesperadamente.
Y fue derrotado.
Y entonces, cuando todo parecía perdido,
cuando no había más esperanza, entonces,
conoció el amor.

El ciclo del Phoenix

Hoy me propuse escribirte algo hermoso.


Respirar el aliento fresco de esta insolente
madrugada. Pasear por nuestro caminito de rocas
pequeñas y hojas secas de otoño,
Donde tomaba tu mano delicada y tibia,
Donde me estremecía con una sonrisa,
Donde el tímido fulgor de tus ojos era todo el
remedio necesario para ser feliz.

Entonces recordé que ya no estabas aquí,


Que mis días y mis noches se tornan sombríos,
Que la melancolía me invade por completo, el
pedazo de alma que me queda,

144
Que nuestro jardín se ha convertido en el más
desolado de los desiertos,
Un cementerio de flores secas (cortadas para el
ruin comercio).
Que la vida y la esperanza me han sido
arrebatadas.

Por este camino ya no se filtran más los rayos del


sol,
Ni el canto de las aves,
Siempre llueve con furia y el mísero fango
sobreviene con ímpetu agresivo.
Y sin embargo,
Me levanto y continúo mi trayecto.
En busca de una nueva oportunidad.

Rebelión

Tu mente no resistirá mucho más. Definitivamente: No


lo hará.

Esa curiosa percepción del mundo, aquella que


resulta particularmente inquietante, se nos
extingue conforme pasan los años,
sistemáticamente. Aceptamos la realidad
circundante, tal y como se nos presenta. Nuestra
limitada visión de las cosas (y desde luego, de los
hechos que devienen) dirige nuestros destinos,
los destinos del mundo hacia su inevitable
destrucción. Por suerte, tenemos todo por hacer.

145
Las tres versiones de ese extraño que soy
Yo

¿Obra de teatro?
¿Guión de film?
¿Monólogo?
No lo creo,
Más bien me parecen los relatos desordenados de
alguien que ha perdido la cordura por completo y, a
quien no le interesa para nada reponerse

Introducción:

Justo aquí se reclinan tres versiones de Mí mismo.


Quien les habla en este preciso momento se
denominará, de ahora en adelante como el
escritor, quien escucha estos pensamientos es el
espectador o lector, según se considere más
conveniente y, finalmente el protagonista del
relato es quien nos referiremos como el actor.

Primer Acto: Un escritor desesperado

Escribir es lo único que me ata (que me mantiene


con vida [¿?]). Lo único que me permite
sobrevivir. Escribir es toda la cuestión. ¿Fuentes
de inspiración? Ella… su recuerdo y una botella
de vino. Enciendo la pequeña lámpara, su
resplandor misterioso es sobrecogedor. Me
reclino hacia atrás, guardo el delicado equilibrio
por un segundo, me reincorporo. Tomo la pluma,
146
apenas humedecida, y escribo sobre el
impecable papel. “El lector comprenderá que no
es fácil encontrar las palabras exactas para
expresar lo que siento en estas horas bajas, es por
esto que existe el término ‘inefable’, porque no
todo puede exponerse con un lenguaje tan
limitado como el nuestro. La extensión de nuestro
pensamiento limitada por la fragilidad de mi
lenguaje. Con esta advertencia en mente, trataré
de explicar, de forma vaga, los hechos suscitados
esa fría noche de mayo en que se
desencadenaron los siguientes episodios.

Doncellas preciosas y complacientes. Vino y


música. Oscuridad seguida de luces
intermitentes. Soledad y aflicción. Había dejado
de escribir. La he visto. He visto el color de sus
ojos bajo la lluvia en los primeros días de abril
hace ya muchos años. Por supuesto, Ella no logra
recordarme. Ahora que lo reflexiono con calma,
no es de modo alguno conveniente. Un hombre
te ha invitado a salir. Sonríes y delicadamente le
miras con un indefinible destello de tristeza que
no muchos habrán de percibir, que no muchos
darán crédito, que en definitiva, no muchos
podrían comprender. No es difícil imaginar tu
cuerpo desnudo y ahora mismo… bailas.
Escuchas con atención su propuesta, mientras
finges amabilidad, su anhelo y desesperación te
son ya comunes. Eleva la apuesta
considerablemente (también ha visto lo que
todos), tan solo fue necesario un sutil gesto de

147
provocación. Me observas brevemente, ¡Eres tan
bella!... Te toma del brazo mientras asientes.

Tu vestido rojo ajustado, brevemente


transparente ya no me resulta vulgar, tus piernas
largas y ligeramente destellantes me invitan a
detenerte, como si de pronto me abordara un
impulso infantil de amarte para siempre. Me
controlo, necesito una buena dosis de alcohol, te
contemplo en este breve momento tratando en
vano que dure eternamente…
Me miras, como si hubiese sido posible el milagro
de reconocerme. Te marchas. Me quedo rabioso
y angustiado. Por fin me levanto, salgo presuroso,
te busco. Subes a su auto, me aproximo delirante.
El sujeto, que ya me había determinado antes, me
contempla con actitud desafiante, quiero creer
que finges deliberadamente. -¡Espera un
instante!- inclinas sutil tu mirada sobre la mía,
como una bendición, preguntas: -¿Doblarás el
precio?- Tu voz es casi la de un ángel.

Luego…
Sangre.
Me derrumbo.
Esa fría sensación del asfalto gris en mi rostro,
El cálido sabor de la sangre en mi boca,
Cierro los ojos…
Altas horas de la mañana…
Escucho una última advertencia antes de admitir
mi derrota.
-¡Aléjate de Ella, idiota!-

148
Segundo acto: Un lector Embriagado

Al mismo tiempo que escribo los sucesos


acaecidos esa fría noche de mayo, me encuentro
en invierno de diciembre… tres años después.
Mientras elevo los primeros trazos… puedo
escucharla, sí, en efecto… se trata de una
agradable sinfonía. Las precisas notas del piano,
la fuerza inconmensurable del violín, la suave
guitarra dulce, la desgarradora voz de un poeta
ebrio, las imágenes de un pasado joven y rabioso,
mis propias ganas de vivir o de morir. Toda la
historia del mundo puede resumirse en un trago
de amargo licor a las tres de la mañana. Me
gustaría mucho que estuvieses a mi lado. Me
gustaría mucho que pudieses verte como Yo te
observo. Rostro de ángel plateado, cuerpo de
vampiresa fatal. Con los primeros destellos de la
mañana te permites ser una princesa asesina, la
más delicada y tierna de todos los tiempos. En las
noches eres, sin embargo, un demonio del placer
y del deseo. Podría ser feliz a tu lado. Compartes
conmigo esta demente obsesión por el cielo y el
infierno. Y te amo.

(¡Mierda!
¡Ha pasado otra vez!
Una nueva y despiadada alucinación, producto
del vino.
Sigo solo como siempre).

149
Tercer acto: El actor o los oscuros
deseos del espectro

Mientras el escritor guarda sus textos y el lector se


embriaga con dulce vino… soy libre. Puedo
mantenerme oculto bajo este rostro humano, una
máscara que tomé prestada de la vieja galería,
cerca del museo. Así que puedo observarte a
plena luz del día (sí, me refiero a Ti, a Ti que estás
leyendo ahora mismo este fragmento). Pero no lo
dudes, también puedo abandonar mi forma física
y visitarte en silencio durante las noches, ser
completamente invisible mientras duermes, justo
cuando eres más vulnerable. Aguarda, ahora
mismo ha caído la noche y eres especialmente
vulnerable.

Acto Final: Quien fui, quien seré y Yo


mismo que ya no soy Yo porque ahora soy
otro

Cuando me siento triste… tomo una hoja de


papel… escribo todo lo que siento y lo lanzo lejos
de Mí. Ahora he recogido un par de cosas y las
comparto con Uds. ¿Realmente soy Yo?, -Ja, ja, ja-
. Es posible que sea otro totalmente distinto. En
conclusión… estas versiones de Mí mismo son
diferentes, difícilmente se pondrán de acuerdo en
algo, cualquier cosa…
Lo que implica que nunca soy Yo, en realidad
siempre se trata de otro tipo.

150
¿Puedo alterar mi destino?

Es 15 de abril de 2005 y estoy en Madrid… iré de


paseo a Francia, el 27 de octubre de 1994.

Tus ojos se abren por vez primera… son


hermosos, me llenan de paz, de esperanza y de
fe.
El sonido del mar, la tarde… te escribí algunos
bellos pensamientos,

Pero ya no los recuerdo.

Para Mí mismo

“Abrid la mente, solo así podrás forjar el alma y


convertirla en espíritu”.

Entono los primeros acordes, un viejo papel


conserva las notas y los versos, mi arma es una
guitarra, la literatura y el arte. Expulso palabras
explosivas, no necesariamente expreso lo que
deseas oír, pero soy fiel a las diferentes versiones
de Mí mismo. Me acompaña tu recuerdo y una
botella de vino, me secundan una noche sin
estrellas y la ciudad de multitudes confusas y
enfermizas.

Déjame contarte una historia.

151
Un hombre toma la pluma y escribe. Escribe
sobre la ciudad, sobre las luces intermitentes,
sobre las míseras criaturas enfermas que se
refugian en el comercio, el bulevar, las pensiones
de mala muerte, calles y avenidas solitarias. Almas
desesperadas, el falso convencimiento de
felicidad, la distorsionada sensación de amor
basada en la televisión y la publicidad. En su
historia, la idea fundante que, permite el
desarrollo de ejes concéntricos de manera
infinita, estriba en un adolescente con rostro de
niño que se resiste a ser absorbido por la
sociedad de consumo. Ese hombre rememora su
pasado y ambos personajes son versiones
fragmentadas de Mí mismo.

De ese modo, el lector puede advertir una versión


más, se trata precisamente de quien en este
instante se dirige en primera persona hacia Ud. Es
quien planifica la arquitectura del caos. Una vez
señalada mi existencia, debo advertir que no me
interesa, sin embargo, darle un ordenamiento a la
historia que se escribe, tampoco seguir las formas
convencionales, en realidad persigo todo lo
contrario.

Finalmente amigo lector, por si fuera poco, queda


una versión adicional que siempre ha estado
junto a Ti en un papel pasivo. (Un personaje
oculto que no quiere ser más un personaje, que
desea ser real, que intenta apoderarse de Ti). Soy

152
precisamente quien te acompaña en el viaje,
revisando cada palabra como crítico implacable.

Esa intensa sensación de libertad


(Novela gráfica)

Para Luna

I
(Sin Título)

Cuando al fin pude verle estaba recostado sobre


la acera. Pude percibir desde lejos el olor fresco
de la sangre desplazándose lentamente sobre el
asfalto. Se encontraba boca abajo con los brazos
extendidos de par en par. Antes de que la
multitud expectante pudiera seguir satisfaciendo
su retorcida curiosidad fue cubierto por una
manta que, en breve, se teñiría de rojo. Debo
disculparme, soy reportero, fui enviado a cubrir la
tragedia, creo haber llegado tarde a propósito, en
realidad no me agradan este tipo de noticias.
Termino mi columna. Una pequeña nota dentro
de la mayor parte de mentiras e infelicidades que
tanto le gusta comprar a la gente. Camino
solitario hacia mi casa. Veré televisión para
llenarme de la misma basura una y otra vez,
mientras me pregunto impotente: ¿En qué
demonios nos hemos convertido?

153
II
(Diario personal)

Después de los hechos acaecidos en mi otra vida


y mi inesperada llegada a este nuevo mundo en
casi dos siglos, son muchos los cambios aquí y
aunque pudiese colocar todo mi empeño para
que las cosas salgan bien, es innegable que me
haces falta. El problema es que según lo veo,
debes estar muerta y de esto, habrá de ser mucho
tiempo ya. Otra cosa que aflige mi corazón es que
pese a moverme entre las multitudes a voluntad,
me resultan excesivamente insoportables los
centros comerciales, el tráfico de las calles, las
luces parpadeantes, el constante balbuceo
estridente por doquier, la muchedumbre. Si al
menos pudiese volver al pasado… si al menos
estuvieses aquí.

III
(Relato del testigo)

Me encontraba observando la ciudad. Sucede


que soy fotógrafo y hacia unas cuantas tomas
nocturnas. Ya saben estaba con mi chica, más
tarde pensaba tener algún plan divertido con Ella.
En fin, después de unas pocas horas me levanté
para tomar una cerveza, tenía sed. Me acerqué a
la ventana… serían eso de las 3 a. m. cuando lo vi
en el edificio contiguo. Estaba completamente
desnudo, inmediatamente pensé que debía estar

154
ebrio o bajo el efecto de algún alucinógeno. ¿Mi
chica? Ella estaba dormida. Y entonces, el
hombre me observó, sonrió o, al menos eso, me
pareció a Mí. Abrió sus brazos de par en par y se
lanzó al vacío.

IV
(Una transacción más)

El editor en jefe compró las fotografías tomadas


por el joven estudiante bajo la promesa de darle
crédito. Efectivamente así lo hizo. La nota
realizada por un reportero local estaría
acompañada por el relato que el chico brindó a
las autoridades. El Tiraje se incrementaría un 10%
para no sobrepasar las expectativas
conservadoras de los nuevos financieros.

V
(El reporte oficial)

Después de haberse mantenido congelado en


criogenia fue devuelto para reincorporarse a la
sociedad. Habrían pasado cerca de 200 años
desde entonces. Fue asistido por un equipo de
profesionales expertos y estaba en sus primeros
días de prueba. Los resultados globales
efectuados por los analistas diagnosticaron una
profunda sensación de soledad y depresión
causada por haber perdido a sus seres queridos.

155
Al mismo tiempo que se creyó pertinente
establecer contacto con el mundo, también se
dejó claro que se trataba de un proceso lento de
incorporación social. Dentro de sus tendencias de
comportamiento sobresalió una motivación
exacerbada hacia la libertad. Que puede explicar
la forma en que decidió quitarse la vida.

VI
(Lo que en verdad sucedió)

No dormí.
El tic-tac del reloj no me dejaba conciliar el sueño,
luego el sonido de los autos, la música estridente,
la televisión, tu ausencia y unas inesperadas ganas
de volar. Me levanté después de dar vueltas en la
cama una y otra vez. Estaba desnudo. Revisé mi
diario personal y terminé mi última anotación. Me
acerqué a la ventana fascinado por la sensación
de libertad que me produciría volar. Un joven me
observa asombrado… sonrío por última vez. En
breves instantes seré libre. Abro mis brazos de
par en par. Cierro mis ojos, salto al vacío. Esa
sensación… la brisa en mi cara, permanecer
suspendido, flotar, detener el tiempo, pronto me
reuniré contigo.

156
Imágenes

Sus envejecidos ojos acariciaban aun los fulgores


sucedidos en otro tiempo. La frente desnuda,
habitada por exuberantes pliegues, lucía fatigada
por los vaivenes de un nuevo día, sus colosales
labios resecos y desprovistos de afecto parecían
reflejar una molestia corporal que había
aprendido a tolerarse. La rabia en sus puños aun
de hierro, se confundía con la miseria de aquella
casa vieja donde, cotidianamente, asomaba su
rostro por la ventana.

Descuida.
Algo que era importante para Mí se dañó por
dentro, hace algún tiempo, eso es todo.
Desde entonces mi mundo se fue a la mierda.

Cada día despierto con la rabia del amor perdido,


como si mi existencia fuese parte de una
composición poética rodeada de intensa
melancolía.

Poco después, un nuevo universo ha sido


recreado en mi interior. Un nuevo cielo y una
nueva tierra fértil. Una nueva luz sobre el
infatigable mar y sigo aquí, en medio de un
profundo silencio. Ahora me detengo en el sabor
tenue de su fragancia embriagante que propaga
delicadamente la incoherente luz de un astro
desconocido. Veo mi propio rostro con la mirada
perdida. Recostado sobre la pared… a mi lado

157
una guitarra rota y una botella vacía. ¡Tantas cosas
por decir… y las limitaciones de este lenguaje tan
insuficiente! A diferencia de todos Uds., no podré
renacer, definitivamente no volveré, será
entonces mi única existencia, luego
desapareceré. Este pequeño viaje, sin embargo,
me ha dejado varias impresiones y promesas…
ahora que lo pienso con calma me ha sido
imposible destruirme desde el principio de los
tiempos. Afuera algo sucede. El cielo ha
cambiado. En realidad no creo que sea del todo
malo, me he herido como cualquier humano
joven e inexperto. He atestiguado la forma en que
el dolor de los mortales se desplaza a raudales
sobre las ramificaciones del cuerpo y del alma.
Sigo en pié. Como una suerte de ángel o
demonio, no lo sé, pero si estoy seguro de algo:
me estoy volviendo indestructible.

Amor

Esperábamos la llegada de un milagro.


No fue así.
¿Somos demasiado ingenuos o lo
suficientemente estúpidos?
De cualquier forma siempre nos hacemos daño,
una y otra vez.
Aguardamos pacientemente eso que llaman
amor…
Amor… esa palabra que no podemos definir con
exactitud y cuya búsqueda nos conduce

158
fácilmente por las sendas de la felicidad o la
ruina.
El amor humano tan enigmático,
Tan urgente.
No lo conozco.
Porque soy dios
Y no puedo amar como Uds.

Equilibrio

Nuevamente esta extraña sensación de estar vivo,


Esa recurrente propensión hacia el dolor
inesperado.
Ese convencional itinerario hacia el terror que nos
asiste,
Esa demente apuesta contra el tiempo,
Estas ganas de seguir con vida en el infierno,
Estos deseos de besarte sin pedir permiso,
De salir volando por el tejado,
De olvidarte y odiarte,
De tenerte siempre a mi lado.

Este anhelo absurdo de mirarte a los ojos,


De esperar en silencio, de enfrentarme a todo y a
todos,
De quererte tanto.
Estas inexplicables ganas de decir: -lo siento-,
De dedicarte canciones bajo la lluvia mientras
bebo,
Estos inevitables pensamientos de
autodestrucción sigilosa en que me has dejado,

159
Este cuerpo y esta alma en constante conflicto
conmigo mismo.

Este recurrir solitario por demasiado tiempo,


Este temor al futuro incierto,
Ésta obsoleta visión de los hechos,
Este paraíso desolado,
Este vuelo salvaje,
Esta burla del destino,
Este castigo inmerecido,
Esta suplica en abstracto,
Ese aroma inconfundible (como el vino)
El arribo de una hora inevitable,
La mente en blanco,
La piedra en el camino,
La pérdida de lo sagrado,
Lo incontrovertible,
Estas pocas posesiones terrenales y la tumba del
otro lado.

Este temor de que todo sea cierto,


De haber estado siempre equivocados.
Esta lluvia que no cesa,
Este pensamiento insospechado,
Este relato que no termina y ese trayecto
inexplorado.
Esta sensación tan agresiva,
Este acto libertario.

Estas horas bajas,


Este llanto exacerbado,
Un loco suicida y un escape temerario,

160
Tú y tu sonrisa infinita,
Lo que resta de Mí y mi espíritu infectado.
Y contra todo pronóstico te aguardo,
Entre palabras acaecidas y los sueños de verano,
Entre caras conocidas y los rostros de un extraño.
Entre el cielo que he perdido y el infierno que he
ganado,
Entre tus flores ya marchitas y mi propio jardín
desolado.
Entre tu vuelo y mi caída,
Tu mirada cristalina y el mísero fango.

Lo que hay dentro de Mí

¡Mírame!
¿Qué observas tras la carne, la sangre y los
huesos?
¿Qué se esconde tras mi aparente fragilidad de
humano?
Probablemente tu alma y tu mente nunca estarán
preparadas para dimensionar ciertas cosas.

Crimen

Ciudad asesina que perfeccionas tu arte.


Rodeada de cines olvidados, teatros que se
desmoronan, bares y burdeles,
Criaturas enfermas y desesperadas junto al
mísero fango.
Citas clandestinas, clubes nocturnos…

161
La vida perfecta de una sociedad en decadencia.
Ciudad de crimen y pecado.
Hoy asesinaré a alguien… será esta noche.

La visión del Poeta

El poeta escribe en la más íntima de las


soledades, pero de ser necesario, también en
presencia de multitudes. Viaja infatigable,
rodeado de un universo de variadas
percepciones que solo su discreta virtud es capaz
de contemplar. Una conducta inteligente y
bondadosa, es probablemente aquello que,
ahora mismo, requerimos con extrema gravedad.

Locura II

Me despierto por la fragancia inconfundible de la


noche. Ese olor de aire oxidado que replican las
emisiones frías de metano, la lluvia ácida y la
contaminación del transporte terrestre. Me
enfundo mis botas ensangrentadas. Abandono la
ciudad. Enfilo mi rumbo hacia al perímetro.
Mientras me alejo hago dos anotaciones
personales. Dos historias paralelas.

162
1. La silla:

Camina lento y con pequeños pasos cortos y


torpes. Naturalmente no tiene prisa alguna, pero
no cuenta con demasiadas opciones, tampoco le
interesa prolongar mucho más su situación actual.
Es conducido por sus verdugos a la cámara de
torturas donde será despiadadamente castigado.
Será golpeado una y otra vez hasta que las
fuerzas de los justicieros se agoten por completo.
Grilletes en manos y pies, sudor, lágrimas y
sangre. Lo que queda de sí mismo será escoltado
hacia la silla. Sin fuerzas será arrastrado hasta la
cabina de ejecuciones. Apenas consciente sentirá
las correas apretar sus extremidades
furiosamente. Escuchará el interruptor
encenderse, experimentará el flujo de
electricidad abrumadora recorriendo sus nervios,
quemando la carne, el olor de su piel incinerada y
un grito desgarrador que no puede salir por las
obstrucciones recurrentes. Después de unos
segundos un cuerpo inanimado. El personal
médico confirma la pérdida de signos vitales. Los
oficiales liberan el cuerpo mientras comienza el
registro de formularios y demás procedimientos
legales. Horas más tarde el cadáver había sido
conducido al anfiteatro y descansaba inmóvil
hasta la media noche. “Todo lo que recuerdo es
un inmenso dolor, y luego todo se oscureció.
Quedé inconsciente, ahora solo veo a alguien
que lee mis pensamientos en lo que parece un
pequeño libro”.

163
2. Pesadilla:

Abro mis ojos. He despertado. Lo primero de lo


que soy consciente descansa en lo pesado y hostil
del aire. Rápidamente me enfundo mi abrigo y
salgo de la ciudad. Escapo, busco un lugar
retirado, necesito pensar. Saco mi libreta de
apuntes. Me dispongo a relatar mi pesadilla. La
primera parte consiste en una visión donde soy
un convicto condenado a muerte en la silla
eléctrica. En la segunda parte huyo de la ciudad.
¡Espera!... Es una historia cíclica. Creo que estoy
perdiendo la razón. Ahora todo volverá a
comenzar.

Respuesta

Como si el pasado indestructible fuese visionario.


Como una promesa a punto de cumplirse.
Entre lo sagrado y profano de nuestro tiempo.
El delicado fulgor de una tensa lágrima que
acaricia tu recuerdo.
El cálido aliento de una última exhalación. El
indefinible reflejo de una noche toda llena de
fulgores.

Un secreto tuyo que me cuentas al oído en un


ocaso que se extingue,
El suave murmullo de tus palabras y el sabor del
vino en tus labios,

164
La fragancia de tus senos desnudos que son
frenéticamente conquistados por mis temblorosas
manos.

Los versos que te escribo, los fragmentos de una


canción que no he terminado,
Tus dedos entre los míos, el miedo latente de
separarnos, la ausencia insoportable,

El dolor y tu sonrisa…
Somos al fin felices.

Ahora lo comprendo. No podías llegar a mi alma


siendo cualquier mujer,
Tenías que llegar en este preciso momento,
Tenían que suscitarse todos estos eventos de
historias irreversibles, la vida y la muerte, los días y
las noches, el infierno y el paraíso…
Todas las circunstancias se justifican por tu
belleza.
Tú, solo Tú… deliberadamente, mi única
respuesta.

165
Otra vida

“Piénsalo por un segundo: ¿Cuánta gente tuvo que morir


para que Tú y Yo existiéramos en este preciso momento?”

Pulso las cuerdas de mi guitarra.


Dibujo tu rostro con trazos y acordes que
traspasan versos para Ti en una noche solitaria.
Deambulo por las calles, el parque, la fuente…
todo sigue igual… excepto que no estás aquí.

Esta noche soy un licántropo, un demonio, un


escultor de la eternidad.

Entonces las avenidas me encuentran frágil en


esta hora de delirios, donde coexisten el crimen y
el pecado.

Desde aquí puedo divisar tu destino y los rojos


acantilados,
Puedo ver tus sonrisas,

Tus promesas,
Los versos que escribí para Ti…

En otra vida…
En otra mente…
En otro cuerpo…
Bajo otro rostro…
En otra alma y otro espíritu.

166
Transfiguración

Todo comenzó con ese maldito dolor de cabeza.


Eso fue lo que desencadenó todo lo demás, era
particularmente terrible en las mañanas. Un dolor
cada vez más insoportable. En las tardes, sin
embargo, no sé si como producto de la
costumbre o si descansaba para recibirme luego
con más fuerza, como quiera que sea, el malestar
se hacía más llevadero. ¿Qué decían los
médicos?, ¿Qué más da? Siempre decían lo
mismo. -Tiene que ver con el estrés-. De otro
lado, sugerían reposo y uno que otro
medicamento, hacer deporte, y en general, tratar
de llevar una vida un poco más sana. Pese
colocarme como firme propósito seguir al pié de
la letra cada una de sus recomendaciones, la
intensidad y duración del dolor me abordaron
con superioridad. Fue así como empezó todo…
con un maldito dolor de cabeza.

II

En las últimas fechas lo vi esporádicamente, cada


vez con menos frecuencia y ahora que lo pienso
bien, más y más deteriorado. Y un día
cualquiera… tan solo desapareció. Ya era
bastante difícil hablar con Él, pero al final, no

167
consentía siquiera que se le acercasen, me
parecía que podía incluso, tornarse violento, todo
era muy extraño.

III

¿Qué sucedió después? Por favor aproxímese…


observe mis ojos, ¿los ve?... ¡Claro que los ve… su
expresión de espanto lo delata! Se pusieron así
de un momento a otro… rojo sangre. Es por eso
que ahora utilizo lentes. No es del todo malo.
¿Sabe? De alguna forma este dolor me resulta
placentero. Está mutando… lo disfruto, es
agradable.

IV

Habrá sido hace dos días de aquello. Pese lo


sorprendente que pudiese ser… no fue doloroso.
Mi mandíbula se dislocó. No niego que en
principio sentí un miedo terrible, pero no había
dolor… así que continué…

Sujeté con fuerza experimentando el


desprendimiento de cada coyuntura, el crujir de
la carne viva, la separación de cada nervio, la
humedad de la sangre… simplemente se
desgarró… me había extirpado toda la
mandíbula… no hubo dolor. Me observé casi
todo el día en el espejo… fascinado… y

168
entonces… me miré a los ojos… ¿Podría
extirparlos con tanta facilidad también?... ¿Podría
sujetarlos desde lo profundo de sus cavidades y
simplemente expulsarlos?...

Efectivamente. Ahora puedo ver claramente todo,


puedo comprender la belleza de las cosas que
me rodean… y sobre todo… el maldito dolor de
cabeza ha desaparecido.

Origen

Es simplemente inevitable…
Cada vez que algo bello nos asalta,
Sucede que lo echamos a perder.

Me encuentro dentro de este sofisticado


artefacto, con seguridad la cumbre de nuestro
conocimiento tecno-científico. Viajo por el
espacio sideral, y este es mi último trayecto, lo sé
perfectamente, no habrá retorno. He fijado el
curso final.

¿La misión?

Es una máquina del tiempo… la única en su


especie y, ahora me aproximo al principio, al
origen, al punto exacto donde fue concebida
toda existencia. Tengo una misión y debo
cumplirla lo antes posible, todo depende de esto.

169
Un pequeño cuervo

Un pequeño cuervo traspasa el cielo nocturno.


Silencioso… tranquilo. Aguarda paciente bajo la
lluvia.
Vuela hasta Mí…
Aterriza sigiloso en mi hombro.
Juntos observamos toda la ciudad desde este
rascacielos.
Esta ciudad ahora nos pertenece, mi buen amigo,
Estamos preparados.

Memoria caminante

¿Saben una cosa?


El contacto y la brevedad, soy combatiente de
alucinaciones salvajes, se extingue el amanecer,
algo siniestro nos rodea. Conservo mis puños
intactos. Sobreviene primero liquida y luego
efímera; la memoria caminante.
En este planeta todos los habitantes se conocen y
se aman.
Construimos caminos y veredas,
No necesitamos casas,
Cualquier territorio nos acoge en esta tranquila
noche sin estrellas.

170
Nuestra respuesta

Como se comprobará en seguida, esta larga


travesía se aproxima hacia su final.
Nuestras mentes ya no nos pertenecen, ahora
todos formamos parte de una entidad universal,

Nos es imposible reconocernos, nos hemos


diluido y pronto tendremos la respuesta al
principio elemental de la existencia.

A Sueldo

Exuberante revolver al filo de la mesa de noche.


El maldito tic-tac del reloj siempre dispuesto a
recordar que por mucho que se intente, no hay
marcha atrás. Anfetaminas y gotas de sangre. Los
asesinatos sistemáticamente considerados han
producido diversidad de efectos en lo que queda
de la ciudad y en el alma de sus habitantes,
particularmente la mía.

Nudillos lastimados. Ojos rojos en plena


madrugada, heridas por todo el cuerpo.
Resaca permanente.
El miedo a ser asesinado, la frontera rebasada y
descubrir de pronto, que Ella me sigue
pareciendo hermosa, aun después de tantos años
desbastadores.

Momento de debilidad.

171
Probablemente le disguste ver lo que he hecho
con mi vida,
Solo un recuerdo. A continuación una sensación
de prematura libertad.

Amenaza

Primera parte

¿Podría asesinarme?

¿Es posible que un personaje ficticio que


desarrollé entre líneas, que dibujé para matar el
aburrimiento sea capaz de liquidarme ahora?

¿Cómo podría aseverar que no es una fantástica


quimera la sensación de su respiración
desesperada a mis espaldas?

Respiración delirante, amenazante, violenta,


grotesca y suficiente como para estimular el sudor
frío y la angustia recurrente.

¿Cómo enfrentarme a un villano de historieta, de


cine o de libro que asecha cada pensamiento?,
¿Que deliberadamente monitorea cada una de
mis acciones en consecuencia?

172
Es capaz de comprender mis asomos
cognoscitivos más irreverentes sin la esperanza
de poder confrontarle, abierta y francamente.

¿Cómo desaparecerle bajo el trazo de la misma


sombra intimidante que aseguró y gobernó su
propia existencia?

¿Cómo hacerlo si cuando recorro una vocal el


pulso tiembla cuando mis propias frases terminan
siendo las suyas?
¿Cómo advertirme, cuando llevo días sin dormir y
probar bocado cuando mi mente incapaz de
hallar el sosiego necesario, encuentra exilio en los
sobrenatural?

Mi mente se sobrecoge indefensa sin poder


evadir esta clase de fatídicas reflexiones.
He de admitir, en todo caso, que a falta de mejor
argumento, mi pensamiento ha contemplado
proporciones cercanas a la locura y que todo es
producto de mi imaginación…

A diferencia de muchos, parece que fuese


consciente de mi propia locura, que me embarga,
que sacude mi cabeza, embriagadora,
perturbadora, incesante.

¿Soy una suerte de experimento literario que no


pudo resistir la realidad?

173
Creía que podía diferenciar la realidad de la
fantasía, puede ser que no.

Es una situación poco creíble, estoy plenamente


consciente de esto, pero eso no significa que no
esté sucediendo, aun en este instante, sobreviene
una bandada tangente de recuerdos y premisas,
cavilaciones sin sentido. Alguien planea
asesinarme… ¿Podría ser Yo mismo?

De cualquier forma lo hará en la noche.

¡Mierda… Faltan pocos minutos!

Segunda parte

¿Cuándo fui consciente de Mí mismo?

Creo que de inmediato. De alguna forma, mi


realidad, recreada por un escritor sin talento,
intentando vanamente manipular mi
inexpugnable destino me sofocó de forma
irreversible.

Entonces, decidí hacer lo que nadie. Escapé de su


mente. Tomé mi propio rostro, mi propio cuerpo,
y sin ápice de temor, salí a enfrentarlo, enfrentar a
mi propio creador, encontrándolo humano,
vulnerable, intensamente frágil, inapropiado
como para continuar existiendo.

174
Tercera Parte

Mira mi mano.
Se abre.
En este puñado de tierra se dan cita varios
universos, coexisten de forma independiente
pero simultánea. Ahora nos introducimos en el
centro de la ciudad.

Es aburrido.
Son mejores las fronteras. Nos proyectamos
ágiles hacia las afueras donde opera el centro
psiquiátrico. Como comprobaremos en seguida,
hemos penetrado en su interior. En la sala de
observación, justo a nuestra derecha, una joven
paciente nos observa lasciva, mientras que en el
apartado contiguo, un hombre está por impactar
su frente contra la pared y el piso, una y otra vez.
No muy lejos de allí, atravesando el pasillo
principal, un médico luchador despiadado nos
sonríe. Ha observado a quien será su próxima
víctima.

Al final, en una pequeña celda un escritor de


historietas. Un sujeto que dibuja al villano que,
por supuesto, se encuentra medicado en la celda
vecina.

Cierro mi mano.
Los universos viajan conmigo donde sea.

175
La brevedad de un instante o la eternidad
del silencio

De pronto… sus más oscuras sospechas se


confirmaron,
De pronto… sus más ocultos terrores le
sobrevivieron de forma implacable.
Naturalmente, todo esto le tomó por sorpresa,
Como una circunstancia inesperada.
Había sido concebido de forma inconsulta…
estaba por nacer,
Y su precipitada existencia suponía un miedo sin
crédito…
Expulsado al mundo exterior de manera agresiva,
Las fauces sociales representaban un conjunto de
nuevas y peligrosas contrariedades. El pasaporte
a nuevas experiencias desgarradoras y delirantes.
En adelante le asistirían: amor, dolor y vida.
Luego, al final… la muerte.
Abrir los ojos por primera vez y percibir la cálida
sensación de paz que da una madre,
reemplazada luego, por las miradas furtivas, los
besos y las caricias ardientes de la mujer amada
y… después… encontrarse solo sin un mapa que
sirva de guía. Volverse viejo y ver a los hijos en un
mundo más peligroso y destructivo que antes.
Deviene el miedo a la muerte y el descubrimiento
tardío de la belleza en las cosas más simples.
Aferrarse desesperadamente a lo conocido,
regresar la mirada al pasado… suspirar en secreto
y llorar o sonreír.

176
Caminar apacible en medio de la devastación…
reconocer una mano amiga que sobrevive.
Recorrer los cementerios y sentir esa brisa asesina
en la frente de un hombre desprevenido que,
solo hasta entonces, advierte la llegada inminente
de algo que no se puede, de modo alguno
retrasar… de algo inevitable. Perder las
esperanzas… volver a levantarse. Lanzarse al
vacío. Confiar en una desconocida a cambio de
una sonrisa, un gesto sutil o un brillo especial en
los ojos.

Ha llegado el momento. Les revelaré ahora mi


pequeño secreto… soy inmortal, es por eso, que
en realidad, no me preocupo demasiado, solo lo
suficiente.

La última función

Payasos alcohólicos, magos fracasados, criaturas


exiliadas en la obscuridad de la noche. El
miserable público aguarda impaciente.

Se abre el telón… las cortinas de rojo sangre,


sucias, envejecidas por el tiempo.

De repente un triste hombre vestido, un anciano


de rostro amable, con un viejo traje desteñido
aparece en el centro del escenario.

-¡Señoras y Señores!

177
Gracias por su atención, les ruego disculpen la
demora, pero les puedo asegurar que ha valido la
pena, este es el último acto y no los defraudará en
absoluto.-

El hombre se aproxima a los espectadores


mientras ha sacado un arma de su bolsillo. Se
permite brillarla con un paño blanco mientras
revisa que las recamaras estén cargadas.

-Lo que verán a continuación, lo que presenciarán


en seguida, no es de modo alguno un truco de
magia… todo lo contrario, será extremadamente
real.-

El hombre apunta al público… todos están


petrificados… al borde del pánico.
Rápidamente el sujeto apunta directo a su propia
cabeza.

-¡Ha sido un placer!-

Luego… la imagen… el sonido…

Un disparo rápido… certero… no hay nada que


lamentar.

Se cierra el telón.

178
Entre Tú y todo lo demás

Mi existencia es un hecho simple. Un evento más


dentro de una infinita gama de movimientos en el
universo. Mi luz durará poco menos que el brillo
de una pequeña estrella que viaja en el horizonte.
El sonido de la lluvia, la breve oscilación de la
brisa sobre la hierba fresca de la mañana. El tic-
tac del reloj. La mirada curiosa de alguien que
acaba de nacer. Este ocaso que termina. La danza
cósmica de los planetas, la sigilosa batalla entre el
bien y el mal o simplemente un beso prolongado.
Una hoja seca de otoño que sobrevuela frágil por
el bulevar. El secreto de la vida, el enigma de la
muerte. El último vuelo de un ángel, lo
desconocido, el principio de todas las cosas, el
significado de un sentimiento, el amor, el odio y
el destino.
Y nada más relevante para Mí… que tu mirada,
que tu sonrisa.

Por fin ha llegado este momento


definitivo...

¡Por favor!
¡Comprende… debo morir para que sigas viva!

Por fin juntos.


Esperé por ti toda mi vida.
Eres hermosa.

179
No importa el pasado.
Te he encontrado…
Eres perfecta.

Y sin embargo debo asesinarte. Me haces débil.


No puedo permitirlo.
Tranquila… estarás en un lugar cercano al
paraíso… no te preocupes por Mí… Yo ya estoy
en el infierno.

Ahora no hay nada que temer.

Fusilamiento

Lo ataron de las manos. Firmemente.


Colocaron un sucio saco sobre su cabeza.

Temblaba…

El sacerdote se acercó y comenzó el culto de la


absolución.
Dio su bendición después de redimir sus
pecados.
¿Un último deseo?

-No-.

Los hombres perfectamente sincronizados


atendieron la señal del Capitán.
Los fusiles apuntaban.

180
Y aquel hombre de voz despiadada anunciaba la
orden final.

-¡Disparen!-

Mujer

He besado
Por última vez
Ese bello Ángel que descansa entre tus sueños.
De inmediato acarició con sus dulces manos mi
rostro de niño.

Bajo la superficie

Este cielo.
Esta ciudad.
Estos días que pasan.
Estas personas que se desplazan, de aquí para
allá, ocupadas todo el tiempo, en cosas
intrascendentes.
Serán mis testigos.
Añorarás el aire contaminado que solía traspasar
la superficie, recordarás esos viejos días de
aparente alegría y felicidad.
Perderás contacto con el mundo exterior.

Tu cuerpo, tu alma, se hundirán poco a poco en


este horrible lugar, entre gusanos e insectos,
mientras el mundo afuera, te olvida lentamente.

181
¿Quién Soy?
Soy quien ha cavado tu tumba y ahora mismo he
terminado el entierro.

Robaron la primavera

Ayer anunciaron que robaron la primavera, que


con Ella se fueron los nuevos albores de un
naciente espíritu libertario que buscaba la
revolución como un acto genuino.

Dijeron que habías madurado y conseguido


trabajo, que ahora eras alguien importante.
Dijeron que se te olvidaron aquellas viejas
promesas de cambiar el mundo,
Que siendo ave no renunciabas a la prisión,
Que te dijeron cómo actuar,
Cómo vivir,
Cómo amar.
Que ya no combates los regímenes injustos, sino
que te acomodas ágilmente a ellos.
Que no importa demasiado si robaron la
primavera, siempre y cuando haya recursos en la
cuenta bancaria,
Que algunos sueños pueden morir
prematuramente,
Que no importa qué suceda afuera, siempre que
adentro estemos bien resguardados.

182
Percepciones del Poeta

El poeta acude constantemente a la exploración


de los sentidos, las imágenes, la reflexión
filosófica, la historia, el teatro, el cine, la literatura,
la pintura, la música… La vida y la muerte…
Pero todo esto no le es suficiente.
Y explora mucho más allá… donde otros jamás
han llegado.
Frágil criatura recién parida.
En su lecho todo lleno de luz,
Concebido mucho antes de la existencia misma,
Ahora está entre nosotros…
El primer y el último poeta.

El último libro

Protuberante desierto.
Una verdad demasiado horrible para ser
mencionada (es mejor mentirnos).
La lluvia como un baño de esencia sobre vuestras
cabezas infestadas de sutiles sarcasmos.
Mis manos…
Las botas ensangrentadas llenas de polvo y
putrefacción,
Sólo un rayo de luz para los humanos.
Y entre tantos rostros de extraordinaria belleza y
frialdad, al fin uno con una sonrisa,
No obstante se pierde… en este inmundo
pantano.

183
Cuando lo comprendió todo, un frío sepulcral
invadió su alma. La frente agotada y un rostro
demacrado y palidecido; fue de forma inexorable
la primera reacción después de descubrir la
terrible verdad que le había sido ocultada hasta
entonces. Era desde luego, una tarde lluviosa. Se
encontraba sentado junto a la ventana desde
donde divisaba en secreto el mundo. Unas manos
temblorosas e inquietas, un viejo libro cayendo al
vacío poco antes de ser terminado. Apenas si un
minúsculo rayo se filtraba hasta sus ojos
humedecidos… ensimismados y absortos en
pensamientos jamás antes revelados. Una lágrima
en lo profundo del silencio. Perfume de un jardín
lleno de tumbas. Como ese beso furtivo que la
muerte me ha robado…
El semblante desencajado y la mirada perdida…

Una verdad demasiado horrible para ser


soportada. El licor y el cansancio. Tan solo un
momento de eternidad para morir en vida. Estaba
descompuesto y pronto fue víctima de la ira. Un
trago amargo y la rabia. El último libro escrito y
leído… trozos de una botella.
Un hombre fuera de control gritando y
maldiciendo, golpeándose y combatiendo en
medio de la nada. Era parte de una humanidad
equivocada que al final acabó destruyéndose… y
Él… era el último hombre sobre la faz de la tierra.

184
Hambre

Alguien corre frenéticamente entre el


descomunal tráfico meridional.
Emprende el escape, ágil, descalzo.
Sostiene angustiosamente una bolsa de leche y
pan.
Los persecutores son demasiados.
Le dan alcance.
Sangre fresca sobre el asfalto.
Macanas rápidas y precisas.
Dolor.
Un grito que dice entre llantos: ¡Mi hija tiene
hambre!

De lo divino y lo mortal

Poeta en la estación.
Un niño duerme y mi alma se reclina sobre las
musas del silencio, lejano de todo, de todos,
evocando tu ausencia… fuera del paraíso.
Algo se muere en la tierra… pero a nadie parece
importarle.
Viajo como un dios buscando antiguas
pertenencias en el museo.
Solo que ahora no podéis reconocerme.
Camino entre vosotros…
Con un nuevo rostro que parece humano.

185
Días de furia o la Balada de los Tiempos
Difíciles

Los malos tiempos nunca se fueron… nunca


terminaron,
Solo estaban tomando un breve receso.
Ahora han despertado y comienzan aquellos
viejos días de furia.
Días de odio y de dolor,
Días de muerte y destrucción…
Hoy es uno de esos días donde hay que tomar
decisiones irreversibles,
Días de morir o de matar.

Asesina celeste

Ella es el más hermoso ángel.


Pero ahora ha cometido un acto irreparable.
En sus manos se encuentra un puñal
ensangrentado.
Alguien grita que dios ha muerto.
Al mismo tiempo…
El mundo humano se destruye a sí mismo, y de
ese modo escribe su propia historia.
El ángel escapa del paraíso…
Descansa maltrecha…
Ha sido herida mortalmente…
Cae a la tierra.
Allí los humanos acuden como bestias, un mundo
hostil y salvaje.

186
Desgarran sus alas y se alimentan de su cuerpo y
su alma con rapidez.

Suicidio

¡Qué bueno que los veo a todos reunidos está


noche!
Me enorgullece mucho saludarles.
Como pueden observar en mis manos tengo un
arma.
Los he llamado para que me vean morir.

El caos

Puedo introducir deliberadamente un poco de


caos. La más perfecta de las estructuras
matemáticas contempla un elemento de error y
éste preciso factor se convierte con regularidad
en el evento más relevante de nuestro análisis,
porque es allí donde operamos con total libertad
recreando las distorsiones necesarias para
concebir, para alimentar nuestro propósito. El
caos se haya presente como una constante en
nuestra naturaleza de forma irreversible y podría
decirse que de manera implacable. Fluye entre
tus conexiones cerebrales mediante pequeños
impulsos eléctricos que viajan imperceptibles,
que se proyectan ineluctables, llevando consigo
la información que se requiere para suscitar en tu

187
mente el deseo y posterior formulación del
asesinato.

Observemos más de cerca la teoría aplicada a la


práctica:

Soy viejo y dicen que estoy loco. ¡Son unos


idiotas!
Si tuvieran una mínima idea de quién soy y las
cosas que puedo hacer, no se atreverían a
tratarme de esta infame manera. Disfruto verlos
siempre tan confundidos, su primitiva concepción
de la vida me resulta curiosamente mezquina e
infantil.

Llevo recluido aquí algún tiempo, no demasiado,


pero si lo suficiente como para hacerme una
rápida idea de sus alcances y limitaciones, algún
tiempo, sí, pero no mucho más. Podría salir de
este lugar y habitar en otro cuerpo, en otra
mente, en otra alma, y podría hacerlo sin que
nadie pueda percatarse, nadie, incluso la propia
víctima o huésped.

Este humano que lee…

Parece ser alguien interesante, abordémoslo con


cautela, pronto descifráremos todo cuanto
contiene en su interior, es un poco injusto que,
con unos pocos minutos entendamos cosas de Sí
mismo que nunca conseguirá comprender en

188
toda su existencia, pero nadie habló de justicia en
el universo.

La Venus

Si me lo permites me gustaría decirte lo que


seguramente ya sabes…
Eres bella. Bella como el milagro de estar vivo con
todas las probabilidades en contra.
Bella como una flor de intensos colores que se
abre con los primeros destellos del sol formando
un arco iris en el cielo.

Bella como la libertad y el amor.


Bella como el planeta y los astros que circundan
el universo.
Camino bajo la lluvia deseando una taza de café,
tarareando una canción que compuse para Ti.
Eres como un secreto que no quieres develar,
como un misterio que te gusta descifrar poco a
poco.

Tu cuerpo es un templo sagrado que invita a la


seducción.
Tu sonrisa es mi redención, mis deseos de un
futuro mejor.
Tu mirada es la oportunidad para sentirme vivo
por primera vez.

Permíteme observarte, distante, dibujarte


conociendo que no tengo la menor de las

189
esperanzas, permíteme escucharte, no importa
que nunca te dirijas hacia Mí.

Permíteme soñar con un beso en tu mano


delicada y suave, sonreír con el simple hecho de
imaginarte a diario y estar seguro de que he sido
afortunado al conocer el principio y fin de toda la
belleza.

Éxtasis

Te observo.
Las yemas de mis dedos deslizándose por tu
espalda.
Cálida. Suave. Hermosa.

Pronto mis manos recorren tu vientre joven, tus


senos firmes y tu boca húmeda y celeste.
Nos hallamos como frágiles criaturas que se aman
en medio de un mundo, que se cae a pedazos.

Afuera llueve mientras nos fundimos en medio


del fuego, veo tus ojos y siento que somos uno,
luego, casi enseguida nos desintegramos por
completo.
Ahora nuestros cuerpos se separan, el tiempo se
recobra, sale del trance y avanza nuevamente.
Nos volvemos viejos y nuestros pasos se enfilan,
en medio del desierto, en busca de las estrellas.

190
Amanecer

Ella estaba cansada.


Me levanté,
Caminé hasta la ventana y miré el sol,
Un sorbo de cerveza y un cigarro.
Algunas mujeres pierden su atractivo
Cuando se ha logrado lo que se quería.
Me besó el cuello y no pude evitar el fastidio.
Estoy preparado para matar o morir.

Cenizas

¡Observa con atención!


¿No se trata de Aquel a Quien destruyeron esos
demonios?
Se ha levantado y ha comenzado a reconstruirse
de sus cenizas como el Phoenix.

Rápidamente se vuelve más fuerte.


Ahora es capaz de enfrentar nuevamente a sus
enemigos.

Entre tanto el demonio en torno de Mí se agita.


Ha esperado paciente hace ya mucho tiempo.
Y ahora me es imposible reprimirle, si quiera
contenerle.
Irremediablemente será liberado.
Desapareceré en el recuerdo de aquellas almas
olvidadas que gravitan bajo la esperanza de una
segunda oportunidad…

191
Pero lo sé muy bien… no la habrá.

Ya no será más el demonio y Yo, como había sido


hasta hoy…
En adelante solo será Él…

Y aquel que fui… dará un breve paseo por la


eterna inexistencia.

Un héroe en el infierno,
Ciudades lejanas y destruidas.
Y todos los poetas de la historia estarán aquí
conmigo,
Y conspiraremos secretamente
Como una legión de extraños espectros,
Planificando la caída del paraíso (del imperio).

Fue iniciado en su propia virtud,


Tal y como lo habría sido de igual modo un
espíritu inocente.
Fue instruido en todas las artes y las nuevas
promesas que la joven tierra le dejó como
legado.

Ahora, Él camina plácidamente entre las tumbas


infernales de demonios derrotados por
temerarias guerras que ya nadie recuerda.

Ahora viaja por los desiertos heredados de


occidente.

192
Recorre los bosques observando los primeros
fulgores de la primavera y acaba su trayecto en
los últimos días de verano.
Enciende el místico rayo de un cielo atolondrado
y, busca fugitivos entre las cenizas de su terrible
pasado, una verdad demasiado temeraria…

Tiene todo el poder para destrozar la tierra de un


solo tajo.
Y los centinelas están preparados para el
combate.

La edad

Está sucediendo ahora mismo.


Lo ves frente al espejo.
Estás envejeciendo…
Irreversiblemente sobrevienen los daños
acumulados…
La desesperación y la soledad.

El obsequio

La ha asesinado. Premeditada, deliberadamente.


Aun así luce particularmente bella, radiante.
Cuánto tiempo desde tu nacimiento… y morir de
esta forma… tan despiadada, tan miserable.
Sin haber causado daño alguno a nadie.

Él la lleva consigo,

193
Camina por el bulevar en medio de la multitud
presurosa, que como siempre, Nunca se percata.
Se detiene en la galería, junto al antiguo teatro…
luego continua por el prado… atraviesa la fuente
y el parque.
Llega a casa de su amada y le entrega el hermoso
cadáver.

Ella sonríe… lo abraza y le besa prolongadamente


sosteniendo en sus manos un pequeño clavel.

Taberna

Estoy en una miserable taberna.


Dices que bebo demasiado. Excesiva y
enfermizamente.
Sabes amiga mía que te quiero y, que eres mi
ángel.
Siento tu mano sobre la mía y veo la angustia en
tus ojos…
Continúo bebiendo…
No te preocupes…
De cualquier forma tú no existes.

194
Nuestros recuerdos

La capilla, la plaza y la tarde.


Estoy sentado en la vieja acera.
Todo luce apacible.

Recuerdo tus manos frías. Tu sonrisa contagiosa y


feliz.
Tus bellas formas que despertaron mi curiosidad
en la infancia.
Tus besos atrevidos y desesperados…
Esa sensación de sentirse tan amado.
La inexperta búsqueda del placer.

Tu madre…
Los amigos…
La puerta de tu casa.
Las noches en vela.
Nuestros planes inconclusos.
Las promesas de amor.
El aroma de tu cuerpo…
Tú misma… tierna entre mis brazos…
El dolor de separarnos.
Tus lágrimas y las mías.
Las poesías que te obsequié bajo la lluvia.
Las fotos y el desvelo junto a las estrellas… las
constelaciones intermitentes,
Nuestro miedo a la soledad.
Mi excesiva e inexplicable tristeza.
Nuestros dibujos… las horas tendidos sobre la
hierba.

195
El secreto en tus ojos,
Las interminables reflexiones filosóficas…
Tu detestable gusto por aquella horrible música.
Nuestros sueños juntos…

El sonido de las olas, un manto de estrellas y tu


mano sujetando la mía mientras avanzábamos en
medio de la arena.

Las canciones en la radio.


Tus pequeños mensajes en papel.
Tú recostada sobre Mí, en una mañana
apasionada.
La guitarra y tu vida…
La eternidad en la esquina… esperando que
salieras de casa a escondidas.
Tus jardines…
La buhardilla…
Mi genio de mil colores.
Los reclamos y las reconciliaciones.
Tu ausencia y la mía… siempre juntas haciéndose
compañía.
Las películas y tus disfraces.
Nuestros días de teatro… los libros y las tareas.
Tu cara de enojo y mi sonrisa de idiota.
El lienzo que pintamos juntos y la ciudad vista
desde el lugar más alto.
Tus alas de Ángel,

Nuestras ganas de vivir al límite.

196
Hoy que estoy de vuelta… hace ya tanto tiempo…
veo la capilla, la plaza y esta tarde…
Puede ser producto de la nostalgia de mis días
junto a Ti…
Días cargados de intensa felicidad…

Beso de Sangre

He besado por última vez el bello Ángel que me


seduce.
Que descansa plácido entre tus sueños.
Ella es un bello y místico demonio, quizás el más
bello que haya conocido.

Su amor me embriaga.

Su veneno conspira, me llena por completo.


Ahora descansa.

Deja caer su negra y frondosa cabellera entre sus


blancas cerámicas rodillas.
Una falda corta y sus muslos dorados,

Yo exploro sus senos firmes,


Ella me aleja despiadadamente, me ha golpeado
con fuerza justo en los labios y me desplomo.

Siento la sangre en mi boca,


Ella se acerca asustada y me besa
apasionadamente,
Bebe mi sangre

197
Y Yo pruebo su dulce sabor a virgen.

Microcosmos

Elipses desorbitadas viajan discontinuas, exiliadas


celestes por el núcleo compacto que, define
inverosímil los fulgores ancianos de nuestras
prisas repentinas, sigilosas, cómplices.
Cumbres de la civilización y su centinela.

Pronto, reducidas a cenizas,


Suspendida por la gravedad subyacente,
Las acojo inmóvil en el centro de mi pecho,
desmembrado y crudo,
Cuando se proyecten los primeros vestigios de mi
trayecto,
Me hallarás humano.

El vuelo del Poeta

Busco comprender las extensas complexiones


que irradian la naturaleza humana y su corazón
imbatible. Me he propuesto comenzar mi
trayecto, en este mismo instante, deshacerme de
los fantasmas cotidianos que oprimen la libertad.
Escribir nuevas historias y buscar refugio en los
más inhóspitos paisajes, donde me descubra la
noche. Deseo sentir el mar perforando mis
jóvenes pies, mientras la arena converge celeste,
escuchar el sonido de las olas romper,

198
acompañadas del golpe furioso, de la rápida
brisa danzando en mi rostro.

Entender el funcionamiento del micro-cosmos, el


segundo que muere. La sangre que recorre mis
venas. El proceso químico que se produce en mi
cuerpo cuando tus labios se separan de los míos
después de un beso prolongado. Las luces que
se replican intermitentemente en la ciudad
nocturna. La inestabilidad de los procesos
políticos, el cambio de clima y el significado de
esta lluvia que picotea en mi ventana. El fulgor de
tus ojos inocentes que contrastan con tus planes
perversos. La contaminación, la extinción de las
aves y la tala indiscriminada de árboles. Los
ocasos anaranjados, la guerra entre hermanos de
una misma especie, el amor, el odio, el crimen y
el pecado.

Busco comprender el miedo a la muerte, la


existencia y resistencia de Dios, los cielos
nublados, el movimiento de los ríos y el rojo
acantilado, el poder curativo de tu sonrisa, las
oscilaciones del sistema planetario, las ondas
expansivas que una gota de lluvia forma
alrededor de un estanque. La configuración
matemática implícita en cada nota de música, el
patrón sistemático que describe cada uno de
nuestros pasos, el insospechado trayecto de los
trazos del sol, la comunidad de pensamientos
entre dos enamorados, las limitaciones de un
lenguaje estructurado a partir de las palabras, el

199
silencio que pasa, el significado de una poesía, la
fuerza de un disparo, las múltiples versiones de
Uno mismo en tiempo pasado y futuro, la hierba
que crece en medio de la grieta en el asfalto, el
paciente trayecto de una hormiga, la
especulación de los papeles y los designios del
universo.
Busco descifrar las curvas inter-temporales,
cambiar mi destino, salvaguardar mis recuerdos,
predecir tu próximo reflejo, interpretar todos los
símbolos, rehacer a voluntad la arquitectura del
caos, entender el funcionamiento de las galaxias,
la apertura de una flor en la mañana. Advertir con
claridad nuestros errores y fracasos. Busco revelar
tu mapa genético, la génesis de tus sentimientos,
el principio de la existencia, de la vida y la muerte.

¿Cómo hacerlo?
A través de la poesía, por supuesto.

Una breve nota sobre el autor (o los


autores)

Siempre que me veo a Mí mismo (o los otros


sujetos que soy a veces) concluyo que, como es
evidente… existe una excesiva complejidad en
torno mío. Demasiada como para pretender
siquiera explicarme. Es cierto que coexiste una
esencia inocente aun, que continua conmigo y si
bien, en muchas ocasiones me hace frágil, creo
que, si al final he de tener alguna suerte de

200
redención, será por conservar esa versión de Mí
mismo.

Luego viene este sujeto que todo lo sabe, que


todo lo comprende, el tipo que conoce las
respuestas para toda ocasión y presume de
inteligente… y que sin embargo, siempre se
siente algo estúpido al ser incapaz de determinar
lo que sucederá en ese adverso y cruel futuro.

También está ese joven poeta que tanto me


agrada.
Le gusta el rock y la música clásica, lleva el cabello
largo y desordenado, rostro de niño y busca,
como todos, el amor verdadero. Le gusta la
literatura, el cine, escribir y tocar guitarra.

Finalmente está una versión madura de Mí


mismo. Solitario y reflexivo. Alguien que guarda
respeto a todos los órdenes de la vida y, también,
de la muerte.

Ese que me equilibra para continuar cada nueva


jornada y que me aconseja y previene de lo
bueno y de lo malo del mundo.

201
Política de las cosas que no ves

No hablaré de tu sonrisa.
No me referiré al milagro de tu existencia.
Tampoco escribiré sobre el fulgor indescriptible
de tus ojos.
No es este el relato de nuestros vuelos
clandestinos, ni de la magia de tu cuerpo cuando
me seduce. Olvidemos mi dolor por nuestra
separación, por tu ausencia definitiva, aunque sea
un momento.
Te hablaré de aquellas cosas que no ves.

Del rostro del mendigo que prefieres ignorar.


De sus ansias de vicio para evadir la realidad.
Del hombre que te mira con lujuria.
Del amigo fiel al que nunca le darás una
oportunidad.
Del hombre que estudia y trabaja duro y que
rechazas, cuando es tu mejor opción.
Quiero hablarte del dolor y desesperanza que te
rehúsas a ver, porque es más importante la moda
y el entretenimiento.
¿Qué sucederá contigo cuando descubras que el
tiempo ha dejado huellas irreversibles?
¿Qué sucederá cuando descubras que la belleza
y juventud que posees son pasajeras?
Quiero hablarte de las cosas importantes que no
ves…
Pero te aseguro que no prestarás atención a mis
palabras…

202
Lo sé porque te es más cómodo sentirte segura
en tu castillo de cristal evadiendo las oscuras
pretensiones del mundo, evadiendo tu propia
humanidad.

Paraíso

Pupilas dilatadas.
Nervios destrozados.
Un temblor recurrente en las manos.
Caos.
Puños llenos de rabia.
Pánico.

Escucha… ¿puedes oírlo?


Está sucediendo.
El cielo ha sido mortalmente herido.
Se está derramando.
Y el demonio que habita dentro de Mí se agita y
sale al descubierto.
Debo enfrentarlo.
Es mi propio combate espiritual.
Debo derrotarle.
No habrá otra oportunidad.
Si he de ser redimido… debe ser ahora, en este
preciso instante.

La calma (antes de la tormenta).


El mar ha dibujado los primeros trazos de su
última composición y anuncia que es para Ti.

203
El lienzo y la música son un film en constante
movimiento.
La batalla comienza.

Origen y desaparición del Universo

Introducción de bella sinfonía en piano clásico.


La sala del museo ha sido adecuada para el
combate.
Dos Guerreros místicos habrán de enfrentarse en
una única y sórdida batalla.
Ambos tienen la fuerza necesaria para remodelar
la vida y la muerte.

El primer impacto de sus Katanas será suficiente


para expandir una estela de energía que,
gradualmente recreará todo el espacio-tiempo y,
en consecuencia, el movimiento de universos
infinitos, de dimensiones paralelas y de mundos
alternos, durante este breve instante, el hombre
tendrá la posibilidad de existir y buscar el amor,
de encontrar la razón de su propia esencia y de
transformar su destino conforme lo exige, esta
única oportunidad que le ha sido dada de
manera privilegiada. Lo anterior, sin embargo,
debe llevarse a cabo antes del segundo impacto,
porque con el mismo será suficiente para
destruirlo todo.

204
Atardecer

Una legión de ángeles dispuestos al ataque.


Me hallo a Mí mismo siendo un demonio. Bebo lo
que queda de vino y tomo mi lanza.

Lo que fui en otra vida, no me concierne ahora.

Decidí empacar mis pocas pertenencias y


lanzarlas al mar.
Abandonar mi vida anterior…
Y ver la caída de la tarde.

Réquiem por la metrópoli

Hombres de negocios que dirigen los destinos de


la ciudad.
Adolescentes idiotas sufriendo por falta de amor,
Mendigos en busca de alimento,
Prostitutas vendiendo sus míseros cuerpos al
mejor postor, calmando la soledad, la ansiedad.

Intelectuales atormentados y demasiado


confundidos,
Gobernantes corruptos y una muchedumbre
indiferente a la que nada importa… excepto, tal
vez, su propio dolor.

El asfalto todo lo cubre, la tierra, los gusanos, las


raíces.

205
Prófugo

Ha sucedido algo irreparable. En lo que puedo,


huyo de la Ciudad. He cometido un asesinato. La
lluvia desciende rabiosa sobre la carretera. Frio en
mis manos, sudor en mi frente. Mientras
conduzco enciendo la radio. Aun no se dice nada
acerca de Mí o acerca del crimen. Por donde
quiera que vaya… todos parecen observarme con
mirada acusante, trato de mantener la calma,
pensar en algo diferente, distraer mi mente, ver
por ejemplo, el lejano horizonte; ¡Mierda!, ¡Es
imposible! Continuo mi trayecto, en fin, no tengo
destino, solo intento olvidarlo, dejar atrás incluso
mi propia consciencia. ¿Por qué lo hice?, ¿Por
qué mataría lo que más amo en la vida?, Es lo que
hacemos siempre, ¿cierto?, una y otra vez.

Una con el universo

Mi pequeña damita,
Por fin te tengo a mi lado.
No debes temer… ahora Yo te protegeré.
Es cierto, tardé un poco en llegar hasta Ti… lo sé,
espero puedas disculparme, no fue fácil
encontrarte en medio de tanta gente.

En el camino aprendí muchas cosas,


Por ejemplo,
Que un simple abrazo puede ser suficiente para
combatir la mayor adversidad.

206
Que la belleza no siempre implica bondad.
Aprendí que el tiempo y el espacio son
dimensiones de la mente,
Que la soledad y la ausencia pueden ser males
necesarios para sobrevivir,
Que la muerte es igual de importante que la
propia vida,
Que prefiero perderme en la paz de tus ojos y
Saber que eres solo un poco más tímida que Yo.
Que me gusta tomarte de la mano y saber que
estamos juntos.
Que puedo confiar en Ti como sabes que puedes
confiar en Mí.
Que toda huella del pasado fue un paso
necesario para este momento.
Sé que no hay nada más delicado, que alivie mi
alma que tu beso.
Que aunque no pueda bailar
Me siento seguro contigo,
Que te amo tanto como a Dios,
Que junto a Ti no hay nada que temer.
Que los cielos son infinitos y nuestro hogar es
hermoso y sagrado,
Que las constelaciones sonríen si te ven
desprevenidamente feliz…
Que siempre estuviste allí,
Y que este último tramo de mi existencia es para
Ti.

207
Nuestro Juego

Mis manos tiemblan…


Siento tanta energía dentro de Mí que,
No estoy seguro si pueda resistir por mucho más.
Entre nosotros no es posible definir si existe amor
u odio,
Pero en este mismo instante, en la brevedad de
estas últimas horas,
No quiero, ni puedo estar junto a Ti.
Prometo no regresar, y perderme a Mí mismo sin
hacer una tragedia de esto,
Ya no soy más Yo.
Ahora soy otro,
No lo conoces aún,
Y Yo mismo también lo desconozco.

II

Nuestro experimento científico sin duda alguna,


resultó más atractivo para Ti que para Mí.
Intentamos determinar la capacidad de
resistencia al dolor humano, o Tú o Yo,
Uno de los dos sería el sujeto de análisis.
Tu plan: enamorarme para luego dejarme solo.
Mi plan: Hacerte creer que lo hacías bien
mientras, en secreto planificaba hacerte víctima
de tu propia venganza injustificada.

208
Mi aliento tibio sobre tu cuello húmedo,
Tus manos sobre las mías llenas de placer,
Nuestros cuerpos desnudos bajo la lluvia.
El dolor, el placer y la muerte.
No quería asesinarte, pero era preciso,
Tu sangre aún fresca sobre mis manos, mientras
permanezco inmóvil,
Presa fácil del terror y la reflexión poco después
de un acto despiadado.
Creíste que la vida siempre sería un lugar donde
todos, absolutamente todos te debían
irrestrictamente sumisión y respeto,
Pues bien, hoy descubrí que soy un asesino en
potencia y que estas cosas que odio me
conducen de forma inexorable a la práctica.
Es un narcótico,
La sangre caliente,
Tus besos al morir,
He ganado este juego.

III

En ocasiones observo el mar…


Lejano.
Paso todo el día esperando ver el ocaso,
La muerte del sol,
A veces viene la lluvia,
No importa.
Pienso en Ti de vez en cuando.
No te conozco, no sé si te conoceré algún día,

209
Puede que hayas existido hace mucho
O estas esperando hacerlo dentro de poco,
De todas formas,
Hay algo que no puedo negar:
Te amo en la peor de las adversidades.

Ruleta Rusa

Lacrimosa de Mozart

Temblor en las manos, es comprensible, apenas


un acto natural. El índice presiona suavemente el
gatillo, casi como una caricia. Puedes sentir el
mecanismo interno del arma desenvolverse por
dentro. Enfilas el cañón directo a la cien, aguardas
lo necesario para observar todo cuanto te rodea.
El impacto, de ser preciso, y así conviene que sea,
bastará para enviarte directo al otro lado, es tu
pasaporte, el juego exige que seas precavido, al
final, solo uno de los participantes en la mesa
sobrevivirá.

Tres hombres observan el arma. “licor, cigarrillos,


drogas y una frenética expectativa”, literalmente
es un juego de vida o de muerte.

El terror es algo involuntario, y de cierto modo


necesario, entre los principiantes.

Como una visión, viene a Mí, la idea obscura,


sombría, dantesca de un arma plateada y brillante
210
que yace sobre una pequeña mesa de noche.
Alrededor de este concepto se crea el personaje
principal, se trata de alguien que apenas se
sostiene emocionalmente, así que, el juego actúa
como una suerte de catalizador, de filtro inyector
de vida al límite de la muerte. Un hombre sentado
al borde de la cama, su expresión sugiere que se
mantiene a la espera de algo, un milagro quizás;
en la recamara aguarda paciente la única bala, en
lo que se define como un eje circular que
mantiene vacías las cinco capsulas restantes, su
resplandor se oculta en la pequeña cabina que en
cualquier momento habrá de atestiguar la presión
con que será expulsada al exterior, como un
cohete que asciende a las estrellas, una vez fuera
se proyectará indefectible, linealmente,
rompiendo el aire en su trayecto y no se detendrá
incluso, habiendo alcanzado su objetivo,
penetrará la piel, los tejidos, las terminaciones
nerviosas y cruzará hasta el otro lado, solo para
incrustarse en una sólida estructura de concreto.

Es curioso que aquellas cosas que le dan sentido


a la vida, sean también las que nos matan.

211
Abismo

Un inocente en el fuego.
Grita furiosamente.
Al percatarse que todo esfuerzo es inútil… se
resigna.
Paulatinamente pierdo el contacto con la
realidad.

Trato en vano de mantener la cordura cuanto me


es posible.
Pero no lo consigo.
No es la primera vez que sucede.
Tengo miedo a la realidad, al desamor, a la
locura…
Temo acostumbrarme como todos los demás…
Ayer me arranque el rostro.

Cena

Concebido para satisfacer tu deseo.


Alimentado por tus miserias.
Asesinado brutalmente para tu entretenimiento.
Su único pecado, por así decirlo, fue existir…
Ahora que lo tienes servido a la carta,
Espero que disfrutes de tu cena.

212
Conversación con un fantasma

Para Vanessa

Soy un escritor (o al menos eso intento)… me


encuentro aquí completamente solo en ésta, la
más obscura y horrible de todas las habitaciones y
si he de deciros la verdad, debería confesaros
que soy un prisionero y, que en todo caso, estoy
condenado por toda la eternidad. Permitidme
dulcísima Señora mía, explicaros mi suplicio. Se
suscitó un día cualquiera, como ese tipo de
eventos cuya génesis se hace efectiva sin
proponéroslo. Una suerte de fantástica inclinación
literaria, desconocida hasta entonces por Mí. Una
perturbación fantasmagórica hacia las letras, que
ahora... me controlan y, sin remedio, aconteció
entonces que, de la noche a la mañana, no podía
dejar de escribir.

Es cierto, una prisión que frente a Mí se


presentaba como una quimera, un monstruo
formidable e irreversible, intocable y siempre
gentil. Una celda de la que hace ya varios años no
he podido salir... aun cuando sus puertas de par
en par, permanecen abiertas para Mí

¿El amor?

¿Preguntáis aun en los bosquejos deshilvanados


de la inocencia sobre la compleja naturaleza del
amor? ¿Sobre su etérea estructura densa e

213
inmóvil? Disculpad Señora mía, pero tal
sentimiento me es perfectamente desconocido.
Esa es una definición propia de los humanos y
esta condición, mucho me temo, la he
abandonado hace algún tiempo, y es que Yo
mismo he de precisaros que, justo en este
instante, me encuentro más allá del bien y del
mal. Así que, al menos por ahora, solo soy un
condenado más, no exclusivamente a ésta eterna
y decidida propensión por la tinta, el papel y la
metáfora que tanta satisfacción me traen, sino al
hecho evidente de que mis sentimientos no son
más los de un ser humano convencional y frágil,
soy alguien totalmente diferente que, de
momento, descansa abandonado a los suplicios
irreparables del desamor implacable y debo
advertiros que esto me resulta desagradable y me
vuelve sumamente peligroso.

Bella dama, prestad atención os ruego, será cosa


de unos segundos. Ya que esta sobrecogedora
aflicción es superior a mis propios dominios, os
imploro contempléis la posibilidad de advertiros
que de modo alguno fue conveniente esa
intensión de dejar de lado mi vida anterior, mi
humanidad misma. Os aseguro que todo ápice,
todo vestigio de sensibilidad humana ha sido
extirpado de mi alma, si es que aún poseo una, y
tan solamente vago silencioso como un espectro
reflexivo. Amable mujer, os demando un último
perdón por tan repentina interrupción en el seno
mismo de vuestro hogar y quietud

214
convencionales. Seguramente sois alguien que ha
ganado un espacio en medio de Ángeles; en su
lugar, mi atormentado espíritu aguarda paciente
el segundo inminente de la desaparición que
habrá de consumirse pronto. Únicamente
deseaba manifestaros mi gratitud por darme el
honor de platicaros y que escuchéis tan
consideradamente estas desordenadas y
estropeadas cavilaciones.

Vaya infortunio mío. Es del todo triste que nuestro


encuentro se haya producido de forma tan
tardía… pues debéis saber antes que ninguna
otra cosa… que Yo estoy muerto y que Ud., se ha
topado con las últimas reflexiones de alguien que
ya no existe más y, que sin embargo, ha
planificado previamente dejaros escritas para
cuando vuestra inigualable belleza en el alma
fuera al fin posible de ser concebida, un puñado
de poesías que, capturaron las impresiones de un
mundo en tu ausencia.

He muerto mucho antes de que Ud., hermosa


princesa, hubiese siquiera nacido.

De modo alguno mi voluntad sería dejarla, menos


después de haberos encontrado, en otro tiempo
tan lejano y adverso como éste. Por favor, no
malinterpretéis mis confusos pensamientos, es
solo que mientras Ud. tiene vida, Yo ya no la
poseo, según lo creo es una suerte de milagro o
hechizo, porque hace poco dormía en un sueño

215
profundo y ahora me encuentro a Mí mismo entre
Uds. En verdad os confieso... que esta ha sido una
hermosa y extraordinaria velada, más me aflige
que sea esta una circunstancia tan inverosímil. Sin
duda lo es... pero la vida misma nos ha
demostrado con innumerables ejemplos que los
sueños por más inalcanzables que parezcan son
necesarios para sobrevivir en la peor de las
tempestades. Probablemente querida lectora
este texto nunca existió... así como quien te habla
o escribe... incluso tu misma debes cuestionarte
permanentemente sobre tu propia existencia... a
veces es la única forma de sentirse vivo.

“Imaginemos juntos un lugar hermoso... y quizás


estemos en él”.

Podría ser por ejemplo, un bosque rojo bañado


de todos los fulgores y duraciones, lejos de los
destellos y las intermitencias de la ciudad y un
poco más cerca de los misterios del universo
todo. Y podría suceder que sea posible descubrir
en una noche frágil los secretos que rigen nuestro
propio destino, la fragilidad de las cosas simples y
contemplar por un breve instante la esencia de la
vida.

¡Oh! señora mía... tantas versiones de Uno mismo


y todas tan contradictorias y fascinantes que la
historia del mundo humano no hubiese sido
posible sin cada una de ellas… Versiones
insospechadas que pueden coexistir en una

216
batalla permanente, sin que el exterior tan
siquiera lo note. Me parece que debo
manifestaros mi sorpresa ante tal afirmación,
puesto que en mi condición actual creí ser
invisible al ojo avizor... sí... Soy aquel sujeto que
hace parte de Mí... pero no soy realmente Yo...
porque en realidad Soy otro. Es posible que me
encuentre... fragmentado... confuso...
contradictorio... ha sido siempre mi fortuna o
martirio a veces vivo... a veces muerto... racional o
irracional...

Amable dama de tímidos trazos, debo volver a mi


mundo, a mi sueño inconsciente… a la
inexistencia, a su ausencia inexorable, al segundo
eterno, le deseo una bonita noche y una vida feliz,
me disculpo por este hermoso momento que le
he robado sin consulta previa, pero era algo que
el cielo me había prometido antes de
desaparecer para siempre.
¿Preguntas cuál es el principal propósito de la
humanidad?

Es obvio: La búsqueda del amor.

¿Qué se esconde bajo estos globos oculares, de


mi cabello largo, de la piel, los tejidos, la sangre, y
los huesos?...

El Universo y mi alma, solo eso… el universo y mi


alma, nada más.

217
El Pasillo

“Porque todas las formas individuales de pensamiento,


constituyen aun en secreto, una comunidad que describe por
completo la historia misma de la humanidad”

Cuando perpetró el escape ya no sería más el


joven inocente y enamorado que siempre había
sido, eso nunca más. Ahora era un hombre
atormentado por la confusión y la sangre. Estaba
demasiado nervioso y no era para menos, se
presentaron con posteridad, una amplia gama de
eventos que se confabulaban en su contra, la
soledad, la quietud de la noche y el ladrido de los
perros bajo la luna llena, lo irreparable y una
sensación de dolor y tristeza indescriptibles.
Aunque colocaba todo de sí mismo, era incapaz
de dar crédito a lo que había sucedido. Asomó
frente al espejo para descubrir su rostro
desencajado, pálido y absorto, algo había
cambiado para siempre. Apenas si tuvo fuerzas
para sentir el agua correr entre sus dedos,
atravesó el pasillo que conducía a su habitación,
su refugio, tenía que pensar, interpretar lo que
había sucedido, poner en orden su cabeza…
mientras recorría el lugar, su mente iba
recordando lentamente una serie de episodios
anteriores…

218
II

Una fiesta, amigos y una hermosa chica, muy


hermosa. Solo había un problema… Ella ya tenía
alguien a su lado y bailaba feliz. ¿Qué quedaba
por hacer entonces? Supongo que embriagarse.
Tomé lo suficiente como para llevar a cabo un
osado plan que empezaba a cobrar forma en mi
mente. Huir con Ella, decirle que siempre la había
querido y que dedicaría toda mi vida para hacerla
feliz. ¿Los obstáculos? Mínimamente tres.
Primero: Mis amigos, estaban casi o más ebrios
de lo que Yo, no hacían sino invitarme a
profundizar los abismos de la inconsciencia, si lo
hacía, entonces todo quedaría en teoría. Había
que evadirlos momentáneamente. Segundo:
Cierta chica que siempre había demostrado una
propensión de querer estar a mi lado. Sucede
que había podido evitarla durante los últimos
años, pero como era la despedida del colegio,
parecía creer que era el mejor momento para
intentar conquistar su objetivo y, por supuesto
que lo hacía insistentemente. Debía escapar en lo
que se distrajera. Tercero: El novio de la chica. No
la dejaba sola ni un segundo, el muy cabrón
incluso la escoltaba hasta el baño, además
parecía celarla incluso, con sus propias amigas.
Por si fuera poco a Ella… no le disgustaba en
absoluto que el estúpido príncipe azul, en medio
de su inseguridad, se mostrase tan “galante”.
Había que bloquearlo de algún modo.

219
¿Probabilidades de fracaso?
60%, quizás más…
¿Valía la pena arriesgarse?
Claro que sí. Lo hubiese hecho hasta con un 80%.

No soy idiota… el principal reto era que la


hermosa chica accediera a estar conmigo un
momento, que pudiese escucharme, que al
menos supiese de mi existencia en el mundo. Lo
había intentado en el pasado, pero había
fracasado miserablemente, en efecto, siempre
que me había propuesto el escenario perfecto
algo sucedía, la mayor parte de las veces o lo
arruinaban mis amigos o la chica que no me
gustaba o, algún estúpido novio. ¿En qué se
basaban mis esperanzas entonces? Sucede que
soy un tipo muy apuesto. Soy modesto en
realidad, pero no puede desconocerse por
ningún motivo que pese todo lo malo que pueda
decirse de Mí, es innegable que soy la clase de
sujeto bien parecido. Esto, y el hecho de que
hace poco menos de dos meses pude charlar con
Ella, habían incrementado las posibilidades de
éxito de 0 a 40%.

¿Qué charlamos?,
¿Qué sucedió?

En primer lugar la hermosa chica se había pasado


de casa, cerca, muy cerca de donde Yo vivía. De
otra parte, hace una semana que pasaba por el
parque, vi cómo se le cayó un papelito que se

220
llevaba la brisa, Ella tenía unos libros y le era
imposible rescatar lo que parecía una notica,
seguramente de alguna amiga o quién sabe.
Ágilmente la puse a salvo y se la entregué, estaba
feliz, muy agradecida, me dejó acompañarla a
casa, preguntó si tenía novia, le dije que no, que
no era tan afortunado, Ella sonrió. Le pregunté si
iría al baile. Me dijo que sí y prometió guardarme
una pieza. Le di un beso, en realidad fue algo
muy rápido, pero lo suficiente para que se
quedara estupefacta. Me fui, esa tarde estuve muy
contento, satisfecho por haber sido tan valiente,
solo que en la noche un amigo me contó que Ella
tenía un nuevo novio. Maldita sea, la felicidad, si
es que llega, no dura nada.

III

Estaba feliz.
Era el amor de mi vida y lucía tan formal, apuesto
que todas mis amigas me envidiaban en secreto.
En aproximadamente, media hora saldríamos a la
fiesta. Él había llegado a casa para recogerme. No
lo podía creer, era muy feliz a su lado. Será casi
dos meses que me envió la primera notica, fue
muy tierna, realmente conmovedora, decía que
me amaba, que siempre lo había hecho y que
eternamente lo haría. Sus dulces palabras, la
delicadeza de sus sentimientos al descubierto me
habían conquistado, definitivamente era alguien
vulnerable, pero al mismo tiempo fuerte y

221
desprovisto de maldad en el corazón. Amor, te
busqué toda la vida y ahora sé que estás aquí,
junto a Mí, por fin te he podido encontrar.

IV

Lo sé.
Es la chica más hermosa de todo el Instituto. En
consecuencia, es también la más codiciada. De
seguro muchos imbéciles estarán tras Ella en la
fiesta, por eso debo estar siempre atento. Al
menos hasta que las cosas duren, por supuesto.
Si las cosas salen bien, está noche habré
conquistado mi propósito y puede suceder así,
antes de lo que esperaba, si no, tendremos que
aguardar, el secreto intrínseco en esta clase de
proyectos reside precisamente en eso, en saber
esperar.

Mientras caminaba por el pasillo recordé ese


último beso… ¿Había valido la pena? Era según lo
recuerdo el acto más importante de mi vida.
Ahora me desplazaba a través de este
interminable pasillo, sin tener la certeza de llegar.

222
VI

¿Por qué no puedo ver la televisión tranquilo?

Debo abandonar la sala, para atender la puerta…


¿Quién podría ser a esta hora?, ¡Ah!, ¡sí!, uno de
esos estúpidos jóvenes que intentan fastidiar a mi
hija. Supongo que es algo inevitable.

¡Pero por Dios, que imbéciles son!


¿Tienen que ser tan estúpidos?
“Estúpidos jóvenes, sin ambiciones en la vida”.
Atravieso el corredor, abro la puerta, allí está, no
podría tener un semblante más idiota, porque
simplemente no sería posible. ¿Qué se supone
que debo hacer?, ¿Debo invitarlo a seguir?...

A continuación avanza un sujeto desgarbado,


despeinado, de pantalones ridículamente caídos,
el clásico perdedor que no quieres para tu hija y
te preguntas… ¿Cómo un tipo así podría
garantizarle felicidad a alguien por quien has
dado todo?... y Ella, pobre de Ella, enamorada… y
ruegas que se valga por sus propios medios, que
conozca a alguien con porvenir en la
Universidad… ¡Demonios! Ha tomado mi
periódico, no para ver lo que pasa en el mundo,
sino para entretenerse con esas estúpidas
caricaturas. Mucho me temo que un chimpancé
tendría no solo más inteligencia, sino sentido
común. ¡En fin! ¿Qué se puede esperar en este

223
mundo moderno tan caótico?, ¡Demonios, ha
tomado mi periódico!

VII

¡Este estúpido anciano!


¡No sé qué demonios se cree que es!
Un fracasado asalariado, que tiene una hijita con
cierta gracia y ya, nada más, un perdedor que
aguarda jubilarse o morir. Se siente en su mirada
un cierto aire de superioridad, ínfulas, delirios de
grandeza… ¿De qué?... He tocado a su puerta, he
fingido ser amable, y sin embargo, no ha
ocultado el desprecio que le produce verme.
Anciano miserable, pero aquí estoy sentado en tu
estúpido sillón, tomando tu maldito diario,
esperando en tu casa, por tu hija… Ja, ja, ja, al
menos deberías disimular la rabia…

VIII

Nota del escritor


Es Domingo, junio 3 de 2012, estoy escribiendo
embriagado, no importa, hoy he comprobado
que una de mis aficiones, precisamente, el arte de
la fotografía me ha permitido conservar la belleza
de un instante. “Árbol en la Ciudad”, esto
originará un pequeño poema en algún punto del
tiempo. (Pausa para beber), ahora continuo con el
relato.

224
XI

Atravieso el pasillo. Voy a la fiesta. Me he


colocado el traje nuevo, según lo creo debo
verme como un agente secreto, es
definitivamente un buen diseño. Al fin termino el
largo tramo que me separa de la calle. Me
proyecto ágilmente, no muy lejos me esperan mis
amigos, no tengo ni idea de lo que va a suceder
esta noche, pero lo cierto es que promete mucho.
Los veo desde la esquina, tienen cervezas, han
decidido comenzar una ronda sin Mí, al llegar me
ofrecen lo que me corresponde, empuño la
botella con valentía, luego viene el cigarrillo, una
bocanada que dibuja figuras concéntricas
efímeras en el aire.

Pedimos un taxi.
En quince minutos hemos llegado. Miro mi reloj,
¿Estará aquí? Entramos. Pista de baile, parejas
que lucen sus mejores trapos, algunas felices,
otras simplemente girando con pasos torpes. La
busco… aún no ha llegado. Una chica, sin
embargo me ha visto. ¡Maldición!, soy la victima
de alguien. Bailamos. Se aferra a Mí como una
especie de garrapata. Me aguanto estoicamente.
Soporto las burlas de mis amigos y los
comentarios de las niñas. Ella no es fea, es solo
que no me gusta. Y ese plan abierto y comentado
a todo mundo, hacen que esté en el ojo del
huracán… como si todos se preguntaran…
¿Podrá escapar? En lo que puedo me esfumo.

225
Estoy cerca del parqueadero esperando que
llegue la hermosa chica. Efectivamente los veo
llegar. La hermosa pareja de la noche, brillan con
luz propia, bajan del auto que, le han obsequiado
los excéntricos padres al cabrón que, como
mantienen trabajando tanto tiempo fuera del País
compensan al bebe con costosos regalos.

Enciendo un cigarrillo, pretendo hacerme el


interesante, me ha visto, pero su expresión se
mantiene constante, indiferente. Él la abraza, Ella
sonríe. ¡Maldición! Estoy perdido.

XII

¿Él?

Era un chico lindo, inocente y muy gentil.


Recuerdo que caminaba junto al parque, rumbo a
casa. Hace algunos días que mi familia se había
pasado. Me ayudó a recuperar la notica de mi
novio que se me había caído. Se ofreció
acompañarme el resto del trayecto. Le pregunté
si tenía novia y me dijo que no, creí verle
sonrojado, lo que me pareció muy tierno. Era
demasiado dulce y parecía de buen corazón. Le
dije que bailaríamos en la fiesta. Entonces, sin
que pudiera advertirlo me incrustó un beso. ¿La
verdad?... me conmovió, pero no podía darle
esperanzas.

226
Mi novio. Papá lo recibió, me imagino que como
lo hace cada vez que arriba cualquier joven de su
edad. Lo malo de mi Papá es que nadie le parece
lo suficientemente adecuado, considera que su
clásica visión de las cosas es siempre la correcta y
que, nunca podría estar equivocado. De todas
formas le advertí a mi novio que mi padre era una
persona de carácter fuerte… Prometió
comportarse como un ángel.

XIII

¡Cagada!. ¡Este Man es muy cagada! Tras de que


lo vamos a recoger a la casa se nos pierde por ir a
ver a esa vieja que ni caso le hace. Se necesita ser
muy hueva en esta vida para creer que semejante
hembrita le va a parar bolas a un tipo con cara de
yo no fui. Eso de que le dio un beso si es puro
cuento, Yo si le fui diciendo que se deje de
maricadas, que esa vieja ya tenía novio, que allí
no había nada que hacer, que mejor nos
embriagábamos, que le haga caso a la flaca, que
esa vieja si daba la vida por Él. Pero es que éste
Man si definitivamente es muy pelota. ¡Va la
madre!, nos dejó abandonados, ¿Sabe qué?,
suerte es que le digo.

227
XIV

Tal y como lo esperaba. Ella había quedado


impresionada por lo del auto. Lo sabía. Sabía a la
perfección que eso causaría el impacto deseado.
Esa perturbadora sensación de sorpresa, ese aire
de superioridad y confort. Durante el trayecto
coloqué deliberadamente su música favorita,
creando así la atmosfera necesaria para lo que me
había propuesto aquella noche, de modo que
hasta el momento, el clímax, el proceso de
inducción marchaba de acuerdo al plan.
Considerar hasta el más pequeño detalle (buenas
flores, ir bien perfumado, un beso suave, usar el
tono de voz apropiado, palabras gentiles y tener
buen estilo) resultaba clave.

Llegamos.

Justo en el parqueadero se encontraba uno de


esos sujetos que quieren echarlo todo a perder,
el muy idiota estaba fumando y su forma
exageradamente teatral de hacerlo no solo
resultaba absurda sino que, rayaba en lo ridículo.
Lo evadimos, pero noté, ligeramente, que Ella
había sonreído muy sutilmente, esa expresión casi
imperceptible al ojo vulgar sin embargo, no había
quedado registrada fuera de mi radar. Si ese
idiota quería problemas los iba a tener, nadie
estropearía dos meses de duro trabajo.

228
XV

Entramos. Fue lindo estar en el auto y que


hubiese colocado la música que tanto me gusta.
Parecía impaciente por algo. Sentí cómo asomó
de repente una sensación de duda, como un
escalofrío y me siento insegura. No importa, ya
pasó, Él me ama tanto como Yo, y estamos en la
fiesta. El chico tierno… lo veo, está fumando…
¡Qué pena, ya no me parece tan tierno! Aparecen
mis amigas, le digo que será un segundo, me
dice que me quede tranquila, sonríe, dice que
cuidará celosamente de Mí, me da un beso y de
nuevo, sonríe.

XVI

Termino mi cigarrillo. Observo el cielo estrellado.


De pronto ya no me siento el ganador que creía.
Tal vez deba volver dentro y embriagarme. Mis
amigos deben estar esperándome. Con un poco
de alcohol es posible que la chica que me
persigue no me resulte tan desagradable. La
chica hermosa… sigue hermosa, está aquí
adentro… está con sus amigas, enciendo un
cigarrillo, me mira por un instante y aunque me ha
observado como con lástima, mi estúpido
corazón se agita. Veo a mis amigos, me acerco…
ha llegado el momento de embriagarse. Todos
bailan. Me quedo sentado. La persecutora ha
desaparecido… un amigo mío también… no me

229
preocupa. Ella baila en el centro de la pista,
sonríen, todos aplauden, se ven felices… Mi plan
se va a la mierda.

Inicio la retirada. Derrota inminente.

Esa es una de esas noches en que uno, tiene esa


sensación de que puede definir su destino. La
pareja deja de bailar, se sientan, Ella está cansada
pero sonríe, Él se acerca y se besan. Tengo ganas
de irme. Largarme en secreto, sin despedidas,
tomo lo que queda de licor, todos parecen
felices, estoy solo en medio de la multitud,
invisible. ¡Me largo de aquí! Afuera uno de mis
amigos sostiene por el talle a la garrapata
mientras se besan. Desde este ángulo no se ve
tan garrapata, sonrío y prosigo mi retirada, mi
propio destierro. No me he alejado lo suficiente
todavía cuando de la nada un vagabundo me
asalta. Pide mi reloj y se lo entrego
despreocupadamente, huye ágil, nervioso, no
tiene ni idea de que se trata de una vulgar
imitación que se dañará irreversiblemente en 73
horas a partir de ese instante.

Giro para ver el colegio y no veo ni a mi amigo, ni


a la garrapata. Para mi sorpresa está Ella, la
hermosa chica y luce definitivamente hermosa,
está sola y justo me ha visto. Es ahora o nunca.

230
XVII

Miraba las estrellas, supongo que para


tranquilizarme. Estaba cerca de uno de los
pequeños balconcitos del colegio. Era una noche
hermosa y sin embargo, era también amarga. Me
habían herido. Hace tan solo unos momentos
bailábamos felices a lo largo y ancho de la pista.
Nos sentamos y unimos nuestros labios en lo que
fuera un suave, dulce y delicado beso. Y
entonces, se encontró con ELLA… una ex-novia,
sobre la que me dijo no había nada ya, y con la
que se habían besado como con normalidad. Salí
enfadada. Intentó en vano detenerme, de seguro
mi mirada debió expresar muy bien lo que sentí
como para que considerara siquiera algo. Ahora
deseo respirar, calmarme, estar sola. Y entonces
lo veo. Es el chico tímido, el joven poeta, le
entrega algo a un hombre que sale corriendo…
gira sobre si mismo… me mira… me manda un
beso volado… finjo capturarlo, sonríe y me hallo a
Mí misma sonriendo también. Se dirige hacia Mí.
Le hago señas de que aguarde. Voy a salir.

231
XVIII

Un grito aterrador. Eso fue lo que escuchamos.


Un ruido estrepitoso y estremecedor. Se trataba
del amor platónico de nuestro amigo, el mismo
que nos había abandonado. Ella pedía auxilio
impotente, mientras la víctima era golpeada
salvajemente por su novio en un ataque de
cólera, de celos, de furia y de miedo. Apenas si
nos alcanzaron las fuerzas para separarlo, sus
puños estaban húmedos por la sangre caliente y
espesa de quien, apenas unos segundos besaba
a su novia en la quietud de una noche tranquila.
Al reincorporarse sorpresivamente, el joven
poeta, parecía algo así como un sobreviviente de
la guerra, y con actitud irreverente recriminó a su
rival haberlo abordado por la espalda y,
alardeaba de la inutilidad de sus ataques. El
alboroto había llamado la atención de los vecinos
que salían temerosos por las ventanas en el acto
común de observar todo detrás de las cortinas,
para luego asomarse a través de sus pórticos.
Alguien llamó a la policía. -¡Unos jovencitos, unos
pandilleros, gente peligrosa, este era antes un
lugar seguro, vengan rápido!-

232
XIX

En realidad fueron tres golpes en la cara y uno en


la espalda. El muy imbécil no había
desaprovechado la ocasión, pude ver cómo
inspeccionaba todo, era parte de un plan. Ella, su
víctima, mi novia, estaba celosa de una chica
amable y algo cariñosa. Dejé que saliera en lo
que me pareció un acto circense, verla enojada y
hermosa, y bueno, mi amor del pasado estaba
radiante también. Hablamos rápidamente de un
par de cosas, dijo que mi pareja le parecía bonita,
pero algo infantil, sonreí y besé sus labios, era
solo un gesto de amabilidad. Al salir, se hallaban
juntos, Él tomaba de su cintura y forcejeaba con
Ella, solo acudí como cualquier persona
respetable habría hecho.

XX

Nota del escritor (II)


El licor se ha terminado.
Apenas si un rayo de intermitente luz se filtra por
las persianas danzantes, mientras observo el
reflejo confuso de mi propio rostro estacionario.
¿Estoy solo aquí?, ¿De qué se trata en realidad?,
¿Qué es eso que se nos oculta tan celosamente?
Retrocedo. Giro sobre la Silla. Me reclino. Cierro
los ojos. Respiro profundamente. Observo mi
habitación. Intento un par de acordes en la vieja
guitarra. He perdido habilidad. Supongo que es

233
natural. A menudo, cuando no practicas lo olvidas
casi todo. Enciendo un cigarrillo. La fumarola, esa
pequeña estela circular, esa indefinible, efímera y
excesivamente débil nube avanza de manera
ascendente entre la oscuridad que todo lo rodea
y, con Ella se va algo de mi vida, poco a poco, en
este instante en el que estoy solo y no soy nada
más que Yo. Prosigamos con la historia.

XXI

Cuando se aproximó me abrazó con fuerza.


Quedé sorprendido. De inmediato, supe que
algo había pasado. Ella intentó besarme y antes
de que pudiera lograrlo le pregunte si lo hacía
por amor o desamor. Permaneció en silencio y
entonces juntamos nuestros labios como quien
junta dos promesas hacia Dios. Apenas si sostuve
su cintura y luego el dolor… ataque por la
espalda, golpeado en el suelo.

Aguardé en el piso, después de todo, la fría


sensación del asfalto me resultaba especialmente
acogedora… aplacaba cuanto ardía por dentro.
Ese sabor a sangre en mi garganta como oxido,
como metal líquido. Esa impresión espesa y
caliente. Puedes sentirlo. Abrí los ojos y giré
sobre Mí mismo, me reincorporé como el Phoenix
que renace de sus cenizas. Sí; pueden
atestiguarlo con quien sea, no es producto de mi

234
imaginación, no es un hecho exagerado, ni
mucho menos.

Estoy de pie. Soy más fuerte de lo que creyeron.


Es probable que la escandalosa sangre me haga
lucir ciertamente temerario para mis enemigos,
una suerte de adversario imbatible para todos
ellos; mientras que las chicas podrían
considerarlo como algo repulsivo y, a la vez,
enigmáticamente atrayente. Está bien. Hace poco
que mis amigos lo sujetaron. Estamos frente a
frente, el muy cabrón me había sorprendido con
un puño por la espalda. Aprovechando que la
besaba, golpeó traicionera y eficazmente. Luego
caí e impactó dos o tres veces sobre mi cara. El
sujeto era más alto e indudablemente más fuerte,
eso no lo niego, pero me encontraba muy
enfadado. -¿Eso es todo?, ¿Golpeas a traición y
retrocedes?- Le grité a viva voz, entonces mi
cuerpo emitió una señal de dolor que
evidenciaba, que pese a la férrea voluntad que mi
espíritu combativo lideraba, los huesos y la carne
se encontraban destrozados por completo. Era
casi un milagro que me hubiese levantado y
permaneciese con actitud desafiante.

Ella ya no me observaba con lástima. Su mirada


reflejaba una inquieta curiosidad propia de quien
se sorprende de ver un sujeto tan fuerte. Y
entonces, justo cuando lo tenía en la mira,
escuchamos el sonido de las sirenas, una patrulla.
El sujeto sale corriendo, todos corren, todos

235
huyen, incluso lo que queda de Mí, escapo
agitado.

XXII

Es cierto, no puedo mentirme a Mí mismo.


En el fondo no soy otra cosa que alguien lleno de
temores, igual que todos aquí (igual que Tú, por
ejemplo). Tengo miedo, miedo de Mí mismo, de
aquello que puedo hacer por odio o por amor.
Terror de contener durante más tiempo estas
inexplicables ganas de autodestrucción, como si
de pronto alguien se apoderara de todo y me
invitase a morir. Terror de descubrir en Mí…
quién en realidad soy. Por ahora, mi refugio
seguro, estriba en el placer.

Le había dado su merecido al oportunista, me


sorprendió que se reincorporara tan rápidamente
y me desafiase de un modo tan temerario. No
quería hacerlo, pero su insolencia reclamaba una
nueva lección y, entonces, las sirenas… todos nos
dispersamos. La tomé de la mano y nos enfilamos
a casa. Y, sin embargo, Ella, nuevamente dirigió
su mirada sutil, buscando entre la multitud a
alguien que había desaparecido. Le di un beso
sintiendo rabia y, Ella lo interrumpió. Era por Él.
Le reclamé y la empujé sin querer. No era Yo
mismo.

236
XXIII

Si están leyendo esto, entonces, podemos


concluir con absoluta certeza que estoy muerto.
¿Por qué tanta seguridad en este hecho?

Es simple…

Lo estoy escribiendo ahora, mientras aguardo mi


último juicio. Entre tanto, les relataré lo que
sucedió después.

Tras escuchar las sirenas me oculté cerca de los


arbustos. No la perdí de vista, pero sí la perdí de
mi lado. Él la abrazó y se dirigieron rumbo hacia
el sur, en principio supuse que se aproximaban al
parqueadero, pero no fue así. El sector donde
vivíamos quedaba en el norte. ¿Hacia dónde la
llevaba?, ¿Qué planes tenían?, ¿Por qué no la
acompañaba a casa?

Casi que como un acto involuntario mis lágrimas


salieron a flote. Se besaron una vez más y,
mientras mi tonto corazón se desmoronaba bajo
el frío de la noche y me sentía el ser más imbécil
del mundo, al filo de mi retirada, de mi derrota
inminente y contundente, justo cuando me
disponía a dar la media vuelta y regresar a casa,
pude escuchar cómo Él le gritó y empujó
violentamente.

237
Las palabras son insuficientes para describir lo
que sentí, algo superior a la rabia, a mi propio
dolor, la última percepción de que algo sagrado
está siendo profanado.

XXIV

Estaba confundida y asustada.

De repente, la magia de una noche donde todo


era perfecto se había transformado,
inusitadamente en una serie de eventos para los
cuales solo una cosa era clara, nunca conoces a
alguien por completo. El chico tierno me besaba
muy suavemente y entonces sobrevino el ataque.
Parecían animales salvajes. Ahora, esa sensación
de duda, se había apropiado de mí alma. El
sujeto perfecto era alguien diferente de quien Yo
creía y el joven poeta se había transformado en
un demonio.

XXV

El sonido de una ramita que se quiebra en el


bosque. Eso fue lo que llamó su atención. Yo la
había pisado sin querer…

Mientras camino por este pasillo aproximándome


al fin, recuerdo los últimos momentos. Ella lo
abandonó a mitad de la calle. Y entonces me

238
vieron entre los arbustos. Él corrió hacía Mí y me
golpeó con lo que parecía una pequeña piedrita,
mi frente se llenó de sangre… Mientras me
derribaba… todo gradualmente se iba
obscureciendo, incluso el frío de la noche se
desvanecía. Escuché la voz de la hermosa chica,
me hablaba angustiada, pero por más que
intentase ya no me era posible concentrarme.
Todo se apagó sin que nadie me dijera nada.

El pasillo era más extenso de lo que debiera…


esta vez no me conduciría a mi cuarto, ni nunca
más lo haría…

Al fondo… una pequeña luz intermitente, por fin


lo había comprendido, estaba muerto…

Así fue como entonces, me fui de este mundo.

239
Protagonista

Mis dedos acarician la pluma, la sostienen aun en


el aire, juguetean en la brevedad del instante,
justo antes de escribir. Antes de tocar el papel y
dibujar con palabras las raíces de cada escena, de
cada vida, de cada ciudad edificada o destruida,
de cada universo que está por venir. Hace tres
décadas, estas manos se juntaban en el vientre de
mi madre, mientras Ella sonreía celeste. Dentro
de 500 días habré de ser sepultado. Escribo la
obra, su protagonista, una joven poeta la
interpretará por primera vez en un pequeño
teatro en Inglaterra, eso sucederá en 37 años a
partir del instante en que se escribió la primera
oración. Se abre el telón. Un pianista entona una
suave obertura, mientras Ella se reincorpora y
danza armónicamente. Se acerca a una pequeña
jaula y abre la puerta, su pequeño habitante vuela
libre ahora, Ella sonríe. El corazón humano es
capaz de grandes cosas, incluso de vivir para
siempre. Ahora siembra una semilla. En tan solo
unos días brotarán los primeros esbozos de lo
que será un inmenso árbol. Se desnuda para ser
libre, y en medio del bosque pinta cielos y
caminos que conducen hacia el centro del alma.
Se cierra el telón. Pero la obra nunca acaba, la
vida continua como un milagro, como el hecho
de saber que la protagonista de esta escena
combate guerrera por ser feliz a cada momento.

240
Lo que nos aguarda

¡Aguarda un momento!
Solo unas cuantas horas más adelante nos
separan de la muerte.
¿Qué hacer?

Podría pensarse que perder el tiempo, también


podría interpretarse como mis reflexiones acerca
de la vida, de la muerte y de todo lo demás.

Justo a punto de morir es que me reincorporo.


Sigo en pie, con las botas puestas, dispuesto a
continuar la batalla, seguir combatiendo en busca
de mi destino, de forjar mi alma, de convertirla en
espíritu, de ser algo más de lo que puedo ser.

¿Qué ya estoy muerto?,


¿Qué no sobreviví al último ataque?,
¿Quién lo dice?

No porque mi cuerpo permanezca inmóvil


significa que me haya rendido. Nunca lo haré. En
realidad, para Mí, la ofensiva apenas comienza,
no se trata de un asunto de vivir o morir, de ganar
o de perder, se trata de defender las cosas que
amo y en las que indudablemente siempre
creeré.

Me mantengo a la espera, etéreo. ¡Escucha! Es


precisamente el canto de la lluvia que nos asiste
como algo definitivo. Ahora que por fin he

241
despertado del letargo, conservo aun en mi
mente el firme propósito de llevar a cabo el plan
que, tantas veces había acariciado en mis horas
más bajas, en el más absoluto de los secretos.

Digámonos la verdad de una buena vez, ahora


que eres feliz, mi dolor y mi intensa tristeza no
deberían importarte.

Por supuesto, permaneces pálida y absorta,


ensimismada en tus pensamientos, buscando
refugio en ese mundo perfecto que inventaste
para evadir la realidad. Pretendamos que todo
está bien, que las cosas importantes subyacen
intactas del dolor, que se encuentran a salvo del
sufrimiento, de la guerra y del desamor. ¿Eres
Tú?... Tengo la leve impresión, la ineluctable
sospecha de haber recreado en mi alma y en mi
mente alguien diferente basado en Ti. Y entonces,
lo siento. Allí está otra vez… tranquilo mi tonto
corazón, ya estás agitado, palpitando
involuntariamente más y más rápido, manos que
sudan, voz temblorosa, ese nerviosismo al verte.
Sin duda estoy enamorado. Y sin embargo, amar
supone una de mis formas favoritas de infringir
dolor. Es curioso, al menos en estas cosas,
cuando encuentras un espacio para la libertad…
acabas convirtiéndote en un esclavo. ¡Al
demonio!, ¡Por fin lo has conseguido!, soy una
persona tranquila pero ha sido suficiente, has
desatado mi furia. Te lo dije, estabas llegando al
límite. Olvidemos por un instante que existe algo

242
de bondad en mi maltrecho corazón y miremos
qué pasa.

Pintura

Como un Gobierno en decadencia, como las


flores que se cortan en la madrugada, como tus
manos sobre las mías, como un cielo enrojecido.
Como el aroma de tu cuello, como el cansancio
del humilde campesino, como la risa de los niños
juguetones, como saliva y silencio. Como caminar
bajo el sol, bajo la lluvia, sin destino, sin
preocupaciones, como descubrir que estoy vivo y
que puedo volver realidad mis sueños, como la
noche, como la vida, como Tú, como la casa de la
infancia y las promesas de amor eterno, como
regresar a los mejores momentos de la vida,
como sonreír, como darte un beso.

243
Boxeador

Primer round.

Flash de cámaras enceguecedoras. Euforia.


Apuestas. Afuera el público aguarda impaciente.
Aprieto los guantes. Manos vendadas debajo.
Puños al aire. Los sueños de un hombre en un
cuadrilátero. Un último calentamiento. Pequeños
saltos. ¡Es hora! Estás completamente solo, que
nadie te diga lo contrario, siempre estás solo, el
equipo asistente no te protegerá durante el
asalto. Subo al ring. Escucho mi nombre por el
altavoz. Golpeo el aire y alzo los brazos. Tengo
miedo. Protector bucal. Azoto los guantes.
Entonces, el sonido de las campanas. El enemigo
viene hacia Mí. Danza ágil, rápido, luce furioso y
asustado. Impacta con fuerza, es preciso. Intento
en vano, defenderme, retrocedo, es inútil. Me
estoy volviendo viejo y lento. Me cubro lo que
más puedo pero sus ataques resultan
demoledores. Me recuerda cuando joven. Pronto
ese sabor a sangre oxidada, inconfundible. Pienso
en la familia, el abuelo escuchando el combate en
el viejo transistor de la sala, sin perder detalle.
Mamá encerrada en la cocina junto al pequeño
altar improvisado, orando, aferrada a sus
desgastadas estampas de santos, dejando
escapar sus lágrimas en secreto. Mi hijo y su
madre abrazados, angustiados.

244
Empujo a mi rival, me abro camino, ataco por vez
primera, estoy mareado. Esquiva mis brazos con
facilidad. Puede intersectarme. Conoce mis
movimientos. Observo a la multitud que reclama
nuestro dolor para su propio regocijo. Pienso en
el dinero de las taquillas, las apuestas en contra,
arrojo mis puños, he conseguido lastimar su
rostro, siento desfallecer, estoy cansado. Viene a
castigarme, suenan las campanas. Termina el
primer asalto. Agua en mi boca. Estoy sentado en
la esquina, inmóvil. Entrenador que me insulta,
mujeres hermosas, comentaristas que todo lo
saben, toalla ensangrentada, cubo de hielo.

Escupo sin fuerzas.

Sexto Asalto.

El sujeto ha demostrado todo su vigor, ha


descargado todo lo que tenía, ahora está
exhausto. Sin embargo, algo lo mantiene en pie,
no se da por vencido, es valiente. Tengo un ojo
totalmente inservible, ensangrentado a más no
poder, la quijada medio desencajada, las costillas
moreteadas, brazos adoloridos, piernas estáticas,
no escucho nada, no veo nada, intento olvidar el
dolor, intento soñar con una mañana junto a Ella,
hundirme en su pecho, olvidar los horrores de la
guerra y la miseria de los malos tiempos. Golpe
en mi rostro. Alguien cambia de canal, Yo no
puedo. Debo luchar hasta donde me sea posible,

245
es tarde para pensar en cambios, debo continuar.
Lanzo mi ataque con fuerza, una y otra vez, soy
una máquina que combate, no importa mucho
más.
El adversario se tambalea, esquiva lo que puede,
encaja sus puños hasta donde le es posible, está
agotado, como Yo, Avanza como Yo, no se quiere
dar por vencido, como Yo, seguramente tiene
cosas en la vida por las cuales continuar, como
Yo. Se reincorpora, avanza sublime, se proyecta
fuerte. De pronto, las voces se apagan, el público
enmudece, alguien pierde el equilibrio, alguien
se derrumba, se desploma irreversiblemente,
alguien impacta contra la superficie del
cuadrilátero.

La cuenta: 9, 8, 7…

Intenta levantarse.

Realmente lo intenta.

Se llena de recuerdos y de lágrimas, quiere


continuar, hay razones muy poderosas para
hacerlo.

…5, 4, 3…

Se desploma, fue el último intento.

El cuerpo no responde. Daños severos.


Melancolía. El público entra en éxtasis. Los

246
comentaristas hacen sus análisis, explican al
público cuanto ha sucedido. Alguien levanta las
manos, ha sido el ganador.

Y entonces descubro que soy mi propio


asesino

Después de mucho pensarlo, de tomarlo con


calma, decidió tomar el puñal, la crónica de un
asesinato a punto de cometerse. Una parte de Mí
continúa escribiendo, la otra se levanta y camina
por la habitación, repasa cada uno de los objetos,
la música, las fotos, la guitarra, todo en absoluto.
El escritor redacta estas mismas palabras que Tú,
amigo lector, estás recorriendo. El otro sujeto,
que también soy Yo mismo, toma una botella de
dulce vino y se embriaga sin remedio, tiene un
puñal y se dispone a asesinarme… eso significa
que cuando Ud. termine de leer este pequeño
fragmento, una parte de Mí, en cierto modo,
habrá muerto. Sólo le pido al asesino que me
deje poner punto final.

247
Del autor, la obra y sus personajes

El autor de estas breves memorias acerca de su


estadía en el cielo y el infierno,
Deja la tinta y el papel.

Ahora avanza con sigilo a través de esta noche


que asoma irreductible,
Busca asilo en la literatura, la pintura, la música y
el cine,
Las vidas y las muertes de los personajes que en
este mundo
(A veces claro, a veces sombrío) se desenvuelven.

Halcón

El último vuelo de un anciano Halcón, en medio


del frío y la lluvia violenta. En busca de alimento.
No ha habido fortuna. Demasiadas ciudades y
asfalto. Largas horas de vuelo. Atraviesa
torpemente las nubes, las escasas montañas,
extiende sus alas en ese basto universo en las
alturas, pronto llegará la primavera, lo sabe.
Dentro de poco, los cálidos rayos del sol ya no
atestiguarán su indescriptible existencia, comenzó
un día siendo joven y fuerte, y pronto su vuelo por
encima de verdes praderas o gigantescos
nevados se alternó con enormes rascacielos y
tumultuosas avenidas. Se extendió infinito en el
horizonte, rápido y poderoso. Pero han llegado
nuevos días. Enfrenta el descenso impostergable,

248
mientras percibe el final. Aterrizaje forzoso, falla
cardiaca aún en pleno vuelo. Un último ocaso en
el espacio, el cielo se tiñe de rojos fulgores, un
ave cierra sus ojos para siempre, alrededor la vida
continua.

Viaje en bus

“Ese sujeto, aquel… Parecería ser Yo”

Mujer hermosa…
Sube al bus. Finjo no verla pero Ella se ha
percatado. En consecuencia evitará sentarse a mi
lado. Efectivamente ha tomado otro lugar.
Sigo solo.

Observo por la ventana.


Alguien camina despreocupadamente con los
cordones de sus zapatos sueltos. Tropezará a solo
15 pasos.

Una chica hermosa sentirá lástima por Él. Le


ayudará a reincorporarse.
Un ejecutivo cruza la calle, desde lejos saluda a
un conocido, va apresurado y prepotente, una
chica modesta que se encuentra a la mitad se ha
confundido y responde al saludo, su
equivocación la hace sentirse como una idiota.

Un viejo simula estar casi ciego y viaja de aquí


para allá en busca de nuevas víctimas.

249
El bus se detiene en un semáforo.

Mientras aguardo me concentro en el viejo


cafetín… allí alguien toma un capuchino y
escribe... Se trata de una versión de Mí mismo
diez años después de estos eventos. Ambos nos
observamos estupefactos por algunos segundos,
pretendemos que fue un juego de la memoria.

Diez años más tarde comprobaré que no fue así y


escribiré lo que diez años antes estaba pensando
en este momento.
“Así como nuestras vidas, todas las canciones
podrían ser una”

Nuestro bosque

Como la belleza de las cosas simples o nuestra


complicidad en un bosque de rojos fulgores,
donde se vierte la dulce fragancia que emana tu
vida. Como una tenue visión del mundo futuro o
la siempre precipitada idea de perfección. Mi
propia carne, sangre y huesos, una noche
tranquila en el desierto.

Fundirme contigo en un delicado acto violento y,


luego escucharte explicar tus contradicciones
intrínsecas. Olvidar, por un instante, los actos
recientes y recuperar nuestra historia. Apenas si te
conozco y, no tienes idea de lo que significas en
mi vida.

250
Arcano primaveral

Se arquea ligera, casi imperceptible, en la


extensión de la palabra compleja, y con el abrigo
que nos conduce al camino de la seducción.
Luego, nos requiere sin demora, una suma y
sagrada gravedad de la que no tenemos idea
aún. Entonces, la mente se abre por completo y
me encuentro reflexivo. Posiblemente mis
audaces quimeras, sean cada vez, más y más
inverosímiles. Después, Ella nos asiste desnuda,
desde antaño. Como seguramente ya sabes,
primero asoma indeleble, sublime, poco después
fatigada, a continuación insospechada y acaricia
bajo nuestra piel cada uno de sus intensos
placeres, ceremonias indulgentes. Mañana, muy
temprano, regresaré a la tierra que te prometí.
Noche de Jazz.

Los licántropos se apoderan de la ciudad. Siglos


de evolución y fotografías a mitad de la noche,
palacios, el aroma de las vanas prohibiciones y
sus efectos colaterales. Soberana y humilde,
desterrada con todo su ejército de promesas. No
hay contratos en el infierno, solo demonios
danzando en la noche, embriagados; mientras
afuera todo es quietud, mientras afuera el mundo
se destruye. Es obvio, siempre preferiremos
nuestras dudas desintegradas al calor de la
vanguardia, independiente de frágiles corceles.
¡Apurad!, ¡Es hora! ¡Nos tomaremos por sorpresa
el pantano y sus míseros destierros!

251
Humanidad

Apenas seducen las cálidas notas de su viejo


piano. Olfateo el sabor de tu piel, así como la
naturaleza filosófica que se redime en tus
pensamientos, que sin embargo, se ocultan en el
único refugio posible en medio de los disparos,
las ráfagas fulminantes y la depresión infatigable.

Una lágrima de sangre recorre tu rostro ahora, y


soy uno, con la sinfonía que dispuse. Tus colmillos
sobrevienen estrepitosa y lánguidamente, en lo
que parece, desde lejos, un torrente de deseos
incontenibles, para quien se apoya en la esencia
de las horas más bajas. Te encuentro soberbia,
como la mítica venus, celosa y callada.

Toda llena de abismos, rabiosa aceleras nuestro


último trayecto y reconoces sin demora, la
profundidad de mis heridas, la extensión de mis
alas aun jóvenes. Pronto te preparas para el
combate mientras tu cuerpo voluptuoso dirige
comarcas triunfales hacía Mí, justo después de
una noche precedida por otra y otra que, nos
conduce fatalmente hasta el principio de los
tiempos, y sabes, desde luego que, como
siempre saldré imbatible, exuberante e
implacable en medio de la guerra, entre la
fragilidad de las almas humanas, entre su letargo,
nuestro precipicio y el brillo de una noche
celeste, la escena que se suscita con tu ausencia,
mi exilio, mi destierro insoslayable, la frialdad y

252
quietud propias de sus inmerecidos corazones,
los pequeños actos violentos y despiadados de su
frágil alma, la última oportunidad, el miedo como
respuesta involuntaria, la tímida tempestad
recurrente que aguarda impaciente, el último
destello de sus ojos que enfilan curso al
horizonte; el rojo acantilado, las promesas que se
diluyen en lo que, su efímera existencia acontece,
como un acto perpetrado por las sombras de ejes
celestes, que se desvanecen, justo mientras
danzan rumbo a occidente, el temblor
intermitente en sus manos, sus labios fríos que
me invitan al pecado. Adoctrinada en su mítico
viaje, en el imposible trayecto, el final seguro, la
muerte confiable. Atrapada, seducida, esperando
por alguien.

Entonces deviene el caos cíclico, atemporal,


subsecuente, una cadena infinita de eventos que
nos funden en la búsqueda del amor, la salvación
universal, la pequeña huella libertaria de felicidad
en lo profundo del mar, la concepción, la
inmutable búsqueda de una respuesta, el celoso
intento de una pregunta y precisamente después,
la anarquía; la muerte de un ángel y tu propio
nacimiento.

253
Árbol en la Ciudad

“¿Modernidad?... vienen a mi mente más autos y más


autopistas... más contaminación y asfalto estéril sobre
lo que antes fuera tierra viva.”

Sus moribundas ramitas se moverán


delicadamente en las noches bajo esta lluvia
tranquila. No obstante, en la mañana, se
sacudirán con fuerza, violentamente por el frenesí
de los autos y el caos de esta ciudad turbulenta.
Igual que nosotros aquí, permanece solitario en
medio de la multitud, de los centros comerciales,
del estilo de vida moderna en medio de la
riqueza y la pobreza en extremo, de lo
despiadado y brutal, de lo indescriptible y triunfal
de la existencia, del confort y lo sofisticado de
nuestro elíptico instante en la historia del mundo.

Es un pequeño arbolito que se adaptó a la


contaminación, al tóxico de los autos, al
recubrimiento de los bosques por asfalto, único
sobreviviente de la tala inconsciente y la
equivocada idea de progreso.

Hoy habrá de morir y su muerte pasará


inadvertida para la mayoría. Mientras cae su
última hoja, hombres de negocios se desplazarán
en autos de lujo, jóvenes confundidos recreando
una distorsión del amor, ancianos que esperan la
muerte, para la mayoría no significará nada en
absoluto. Consumismo, dinero, política… son
254
cosas más importantes y, mientras el mundo se
desploma, un último sobreviviente se da por
vencido.

El paraíso de los demonios

Su belleza me seduce instantáneamente, sin


proponérselo hacen presa fácil de Mí. Son
capaces de detener el tiempo y el espacio con un
sutil movimiento involuntario. Basta una palabra
amable, un gesto delicado, una simple sonrisa o
una mirada furtiva y penetrante para enamorarse
completamente, para caer en los abismos del
dolor, para transitar las avenidas del olvido o los
implacables senderos de la desesperación. Por un
único beso puedes entregar toda tu vida, todos
tus sueños, todo lo que eres y lo que tienes, lo
que ambicionas y arriesgarte incluso a Ti mismo,
sin importar las irreparables consecuencias de
cada uno de los actos previos o posteriores, todo
a cambio de nada.

La suave oscilación de sus cabellos por la brisa


fresca de verano, el resplandor cristalino de sus
ojos como manantial en los desiertos, el fuego de
sus labios en una noche sin estrellas, sus cálidas
manos entre las mías a altas horas de la noche.
Sus piernas largas e irresistibles entre las sábanas
que trastocan mis más recónditos pensamientos,
mis reflexiones metafísicas más irrelevantes…

255
Luego viene lo efímero de hallarse a la merced de
sus brazos sobre mi pecho abyecto, el dulce
aroma de su piel joven, la singular sensación de
sentirse amado sobre todo aquello que en
secreto rodea al mundo, la libertad de abrir las
alas de par en par y volar hacia el cielo sin límite
alguno, descubrir de pronto que sigo vivo y que
no hay nada que no sea posible.

Solo queda este sujeto solitario que soy Yo en un


mundo de matices en blanco y negro. Pasan los
días rápidos escribiendo unos cuantos versos y
leyendo poesía. Bares, clubes nocturnos, vino,
altas horas de la noche, actúan como distractores
del dolor… pero es listo… no se deja engañar
con facilidad. Su recuerdo sobreviene
constantemente; está allí con cada tic-tac del
reloj. Puedes combatir contra poderosos
demonios en el infierno, puedes ver la Ciudad
desde lejos en el horizonte, justo cuando
atardece y detenerte brevemente en el
firmamento anaranjado, puedes quitarte la
máscara para ver quién en realidad eres, si es que
no te mientes a Ti mismo, cuestionar las leyes del
tiempo y el espacio e indagar azaroso sobre cuál
es tu destino, cuál es tu propósito, qué es lo que
hace de tu vida algo diferente… y concluir que,
consciente o inconscientemente eres un frágil
humano como todos aquí, sobreviviendo en
medio de la lluvia inclemente, de los horrores del
mundo, llevando a cuestas el peso de la soledad

256
y los errores del pasado, buscando el amor como
una última oportunidad de felicidad.

Morir joven.

Imaginar que el mundo se conmueve y sufre tu


pérdida irreparable. Que ahora que no estarás
más, se descubrirá en el corazón mismo del
universo lo importante que eras y que, ya es
demasiado tarde para todos, te has ido muy lejos
y ya no puedes regresar. Imaginar que Ella
derrama todo su llanto frente a tu tumba y
percibe en medio de la amargura y la desolación
que te amaba con todas sus fuerzas. Que su
sentimiento de culpa nunca cesará y que no
habrá consuelo en esta tierra para tanto dolor
sino hasta el final de sus días cuando se reúna
nuevamente contigo.

Tiempos de poesía, de tristeza, de soledad, de


música y de vino. Donde me dedicaba a la
pintura, la guitarra y la contemplación infinita del
universo. La búsqueda del conocimiento y la
verdad. Largas horas de mi vida estudiando
filosofía, entregado a la comprensión de la
naturaleza humana, al entendimiento de nuestros
demonios y el paraíso recreado en la tierra. Y en
cada pensamiento hermoso que acude a mi
mente, en medio de mis más caóticas
cavilaciones, siempre aparecías Tú, como un
nuevo y antiguo milagro. Tú… portadora de luz,
enseñándome un camino de amor y de dolor. Un

257
bello pensamiento inteligente que sin embargo,
no puedo explicar y se me queda en el olvido; el
lugar en que se refugian mis ideas más brillantes y
mis anhelos de hacer de este mundo un lugar
mejor (Para ti, para Mí y para los hijos que no
vendrán).

Planificar tu propia muerte puede ser una tarea


interesante. Preparar cada detalle, encajar cada
pieza sigilosamente, dentro de una gama de
eventos deliberadamente acaecidos, para
obtener un objetivo central. Mirar al cielo
nocturno y preguntarse si el universo seguirá allí
cuando todo termine, si tu alma se conmoverá de
verdad. ¿Qué es un hombre menos en el
planeta?, ¿Seguirá el mundo su infatigable
marcha sin tan siquiera inmutarse?

Dibujar tu rostro en el lienzo. Escribirte los últimos


versos y obsequiarte una canción de café y de
lluvia. Salir a caminar sin temores, perderle el
miedo a estar vivo y probar un poco más de
muerte. Tomar una máscara de la galería o del
museo (para ocultar que me he arrancado el
rostro y que puedas ver lo que en verdad soy)
exhibir el sufrimiento humano como si fuese una
obra de arte. Abandonar mis días de calma en la
tierra y planear una última batalla en el infierno.

¿Quién eres?

258
¿Acaso eres mis ganas de vivir, morir y regresar
del abismo en el intento?

Eres ese adiós que procuro prolongar. Eres mi


angustia recurrente, el sobresalto a altas horas de
la noche, mi esperanza cuando no creo en nada y
me por perdido. Eres mi musa, mi astilla en el
alma, mi refugio y mi tormento. Eres el poema
que no puedo escribir por mucho que me
esfuerce. Eres todas las posibilidades y ninguna,
el silencio interrumpido, la inminente llegada de
algo irreparable. Perderte es intentar salir con
vida, es refugiarse de la guerra, ser prisionero,
caer en una emboscada, darse por vencido,
entregarse sin oponer resistencia a tus brazos, al
calor de tus senos y al sabor de tus besos.

¿Qué es morir?

Morir es abandonarse, dejarlo todo atrás,


escuchar el sonido de la brisa que desprende las
hojas secas de los árboles en otoño. El canto de
los pájaros en la lejanía del bosque mientras los
tenues rayos del sol se funden en el infinito
horizonte. Morir es acariciar tu rostro por última
vez. Contemplar el vacío mientras se apaga el
brillo de mis ojos. Camuflarse entre las sombras,
aguardar en silencio, sentir una inmensa tristeza
por perderte, confusión y miedo, observar todo
cuanto te rodea difuminarse en matices de blanco
y negro. Morir es dejar atrás la memoria y
aferrarse desesperadamente a tu recuerdo. Morir

259
es ese lugar desconocido al que todos le
tememos. Morir es desear despertar y no poder
hacerlo, es viajar sin regreso, continuar sin
trayecto, ser un nuevo viajero, comenzar el
destierro, verse al espejo y confirmar que se es un
espectro. Morir es perder el sentido del olfato y
pese intentar recordar, una y otra vez tu propio
nombre, no poder hacerlo.

A diferencia de la vida, cuando mueres no


percibes ese poder de controlar tu propio destino
de forma tan clara, tan nítida. Estar muerto es
tener todo el tiempo del mundo para evidenciar
sobre la naturaleza de eventos que, atrás fueron
considerados como insignificantes y que ahora
resultan ser esenciales, como el nacimiento de
una estrella o el despertar de una flor. A decir
verdad, la muerte es un poco aburrida, a veces
tienes demasiado tiempo y no sabes qué hacer.
Generalmente los muertos no charlamos entre sí.
Es por eso que escribo. Escribir me permite que
pueda darle alas a mi alma para impulsarla a
volar.

¿Y sobre qué escribo?

Sobre la suave brisa de verano que juguetea con


las hojas secas de los árboles en otoño. Sobre
dibujar con letras rebasando el viejo lienzo para
explicarte de mí ausencia en primavera o
simplemente describirte el violento tránsito de
estos días de furia cuando invierno nos sirva de

260
abrigo. Escribo sobre una vida inacabada, sobre
las promesas incumplidas, sobre esa versión de
joven poeta que cayó al abismo, sobre un paraíso
que se convirtió en infierno. Escribo sobre la
oportunidad perdida, sobre las pequeñas y
grandes miserias de este proyecto de sociedad y
de vida de nuestro tiempo donde el caos es amo,
señor y verdugo. Escribo acerca de ti, de lo que
conozco y lo que ignoro, escribo sobre Mí, sobre
ese extraño en una nueva tierra desconocida,
escribo sobre la herida en el cielo, sobre Dios y
los demonios que enfrentamos a cada instante,
hasta el fin de los tiempos. Escribo sobre las cosas
que pasaron antes de ser arrojado a la vida y
escribo sobre aquellas cosas que aún no se han
suscitado cuando arribe el inexorable final que
sobreviviré.

Parpadean mecánica, deliberadamente. Se


mueven orquestando una maquiavélica sincronía.
Son las luces de la Ciudad. La publicidad y la
música. Nuestros más bajos placeres y de pronto
la felicidad en una cuenta bancaria. Los dulces
narcóticos prohibidos, estupefacientes para
evadir la realidad. El amor que se compra y se
vende. Los regalos y las fechas comerciales, los
tumultos y la moda. Tú misma, tu ropa, tu forma
de hablar, tu perfume, las banalidades y los
talentos. Distractores todos. Distractores de una
verdad lo suficientemente horrible como para ser
siquiera pronunciada. Algún día la vida misma o
la propia muerte nos quitarán algo irrecuperable.

261
Entre tanto, puedes replicar la conducta de la
muchedumbre, entregarte a las trivialidades de
esta sociedad que se desmorona entre
glamorosos rascacielos y portadas de revista.

Mis mejores conversaciones sobre la vida, el


mundo y la muerte las he tenido con ese
desconocido que se para frente mío en el espejo
en sus distintas versiones anteriores, presentes y
futuras. Ahora soy un portador fantasma de un
mensaje violento que traigo para Ti. Así como tú,
la distancia y el vuelo de un ángel que se
proyectan hacia un momento decisivo y
extremadamente sangriento.

Brindemos.
Por todas las cosas que terminaron (antes y
después de tiempo), por los sueños salvajes, por
todas las horas despiadadas que se enfilaron
entre mis manos temblorosas sin dedicarme un
instante para Mí mismo y para vivir como es
debido, por las reflexiones vagas y fundamentales
de un pasado feroz y del futuro incierto, por los
tímidos fulgores de occidente y las promesas más
insospechadas de oriente, por los excesos y las
libertades, por mi silencio más evidente, por mi
faceta más paciente y mi espíritu decidido y
combatiente, por ésta: la más obscura de todas
las noches y el más dulce de los vinos. Por ti: mi
enemiga más valiente y por Mí… tu único asesino.

262
Mi pecho desnudo de cara al cielo, refugio de la
lluvia y las luces festivas de diciembre. Tratado de
árboles secos y de primavera en las manos. Tus
caderas como ríos caudalosos de miel, es música
que conspira contra mis destierros. Éxodo.
Sombras del apocalipsis, torso ensangrentado,
nacimiento doloroso, pasión y sepulcro. Bestias
nocturnas que escriben versos fractales.
Condiciones adversas para la vida y la muerte. La
intromisión de un nuevo extraño. Un monstruo
fantasma en una tierra salvaje. Cubierto de piel
humana, hijo del precipicio y la caída
subsecuente.

Un salto cuántico en el tiempo nos ha sido


revelado, como una suerte de premonición, como
buscando una salida desesperada. Una respuesta
inmediata y exacta. Para este punto descreo de
todo cuanto pretendemos ingenuamente
conocer, del poder de la ciencia y el espíritu
progresivo. Evolucionamos hasta la destrucción.
Soy el joven poeta rebelde, iconoclasta y
visionario… y prefiero la belleza de unos pocos
versos a la idea de modernidad y centros
comerciales.

En este preciso instante respiro profundamente,


mientras observo el cielo, extiendo mis brazos,
estoy tranquilo y me agrada estar vivo… o
muerto… o lo que sea que esté. El mundo se
destruye por completo y nada podría interrumpir

263
este momento de libertad interior, abro mis alas y
despego hacia la eternidad.

Esta frenética y absurda carrera para llegar al final,


pronto terminará. El desenlace de todas las
historias del mundo y del universo inexplorado.
Le sobreviviré eternamente. Cuando todo haya
acabado buscaré refugio en el espacio sideral,
me embriagaré con vino tinto y escribiré uno o
dos versos cuya trayectoria enfilarán hacia el sol.
En la tierra es viernes en la noche… Ella me
espera ansiosa en algún lugar; prefiero la
inmovilidad de quedarme aquí, en esta maldita
taberna mientras destruyo y reconstruyo a
voluntad los planetas, las galaxias y el universo.

Hoy camino por la casa vieja.


El recuerdo de los padres y los juegos de niño.
Tiempo de felicidad y de amor. Hoy la casa se cae
a pedazos y ya nadie la habita. El jardín de mamá
se ha marchitado y la fumarola que salía de la
chimenea se ha desvanecido. Atrás quedaron los
cielos azules, la primavera y los rayos del sol,
ahora solo un sombrío firmamento y la lluvia
asesina hace presencia. El pequeño manantial en
que jugábamos cuando niños se ha secado por
completo. Donde podías ver el verde de las
praderas, los árboles silenciosos, las voluptuosas
montañas por donde corríamos, han sido
reemplazadas ya… en su lugar el brillo
intermitente de una ciudad en decadencia. Y en
medio del asfalto, una pequeña hierba que

264
sobresale entre las grietas como un asomo de
vida resistiéndose a la muerte. Lo convencional en
nuestra época es que la vida misma se abra paso
en las más adversas condiciones: la pobreza, el
terror de las guerras o tan simplemente nuestras
hondas angustias existenciales, sin embargo algo
es seguro, no es un tiempo para no ser
inteligentes, aunque es posible que sea ya
demasiado tarde.

Me desplazo sigiloso por la casa vieja, cuanto


queda está en ruinas. La cocina, el patio, la
pequeña antesala, el cuarto de mis padres. Una
rápida imagen viene hacia Mí… “Toda la
habitación ha sido destruida… la música, los
archivos personales, los expedientes y los
registros históricos… pero ha valido la pena…
hemos encontrado las cartas del poeta”.

Me dijeron que esperara aquí. En realidad no


tengo idea de quién se haya tratado y no sé qué
signifique. Igual no tengo nada más que hacer, así
que espero. Mientras tanto hablo conmigo
mismo, contigo (paciente lector) o con Ella, sin
saber si quiera si hay alguien allí, incluyéndome,
podría ser que estuviese perdiendo el tiempo,
pero como estoy muerto y algo aburrido, no
importa. También me dijeron que lo olvidaría
todo. No me gustaría olvidarla. Imagino que
alguien puede leer estas cosas que pasan por mi
mente, es imposible, lo sé, pero de todas formas
recreo un escenario donde todo aparece

265
desorganizado en un pequeño libro… ¿Cómo lo
titularía?, seguramente: “El Paraíso de los
Demonios”.

Haces lo que todos. Primero abres los ojos, te


percatas que estás vivo. Te levantas, te duchas y
vas al trabajo, al estudio o a lo que sea que te
dediques con regularidad. Te das cuenta que se
ha hecho tarde. Mecánica, rutinariamente,
aceptas las condiciones sin oponer demasiada
resistencia, amedrentado y pasivo, como
tranquilo sujeto del caos. Hemos perdido algo
irrecuperable, pero estamos demasiado
distraídos en lo intrascendente de lo cotidiano,
como para siquiera advertirlo. Nos han
arrebatado algo, era algo importante, pero ya no
sabemos lo que es. Demasiadas estúpidas reglas,
demasiada miopía, demasiado desapego de
aquello que se supone somos en realidad. A
medida que avanza nuestra “comprensión de las
cosas” sucede que, aceptamos esa imposición de
mundo moderno, de sociedad perfecta…
sumisamente renunciando de tajo a cualquier
posibilidad de ser la diferencia.

¿Lo que en verdad sucedió?


¿En verdad quieres saber sobre los últimos días?

Cuando te vi, no pude menos que advertir que,


hasta entonces y para siempre, la pobreza del
lenguaje humano no era suficiente para describir
siquiera de lejos, lo sobrecogedor de tanta

266
belleza. Joven y desprevenida. Como un milagro
naciente que llega justo cuando piensas echar
por tierra todo lo que te rodea. La hermosa chica
cuyo brillo puede pasar inadvertido si así lo
desea, espontánea, natural, sin complicarse
demasiado y positiva aun en la peor de las
adversidades. Tu voz eternamente suave, como
quien desea trasmitir un poco de calma en medio
del caos, como deseando transferir una dulce
sensación de paz en tiempos violentos, introducir
una dosis de quietud entre tantas perturbaciones.
Vestías de jean y camisa. Pelo medianamente
recogido y lentes. Una pequeña mochila y algún
libro entre tus manos. De sobra conocías cuan
inteligente eres, pero siempre fuiste una persona
sencilla y prudente. Fascinada por la naturaleza,
en particular por el vuelo de las aves y el
movimiento de los árboles. Te gustaban las
noches de fogata y las canciones con guitarra
entre buenos amigos. Amante de la danza clásica,
la poesía anglosajona y las artes plásticas. Cinéfila
empedernida de fin de semana, adicta a las fresas
y los dulces. Me amabas… siendo tan bella y
perfecta me amabas, ¿Qué conclusión podía
extraer de semejante contingencia?, ¿Eras un
ángel enviado por Dios?, ¿La promesa de un
futuro mejor?, ¿La oportunidad de perdonarme y
ser feliz?

Ese día comenzó con una mañana gris. Desperté


de inmediato, apenas si tuve tiempo de
percatarme que ya era tarde. En segundos,

267
éramos el tráfico de la pequeña metrópoli y Yo,
camino a la Universidad, conductor de bus
destartalado, música desagradable, pasajeros
que de pronto se hallaban enfilándose como
mercancía que se lleva sin el menor cuidado. Lo
bueno de estar muerto es que puedes
desplazarte sin problemas de un lugar a otro.
Deberían ver mi apariencia el último día de vida.
Rostro barbado, pálido y ojos rojos.

Llegué tarde. Te busqué inconscientemente, mi


frágil corazón humano necesitaba, como siempre,
verte. Mis amigos me decían que eras una chica
corriente, sus pensamientos, desde luego,
gravitaban alrededor de eventos convencionales
como la nota de un parcial o el final de un partido
de futbol. Tú significabas para Mí, a cada instante,
poco más que todo mi universo y el sentido de mi
existencia y, por eso, dejaba mi mundo en tus
manos.
Al salir de la primera cátedra me dirigí a la
biblioteca, tuve tiempo de tomar uno de esos
libros donde el autor te habla como si estuvieses
allí con Él… (Como precisamente hago ahora con
ese lector imaginario que eres Tú, no creas que
no sé de tu existencia y que no me he percatado
que sigues allí). Poco después me quedé en la
cafetería, recordando esa sensación de amor
único que Ella me profesaba y que, desde esos
instantes, ya no estaría más conmigo. No asistí a
mi segunda clase. Preferí una taberna. Una
perversa combinación de música, licor en exceso

268
y dolor por su ausencia fueron más que
suficientes para enviarme al otro mundo, sin tan
siquiera advertirlo, como cuando te pierdes en lo
profundo de un sueño, pero sin poder despertar.
¿Dictamen médico? Insuficiencia cardiaca. Mi
primer recuerdo de muerto fue ver todo en
blanco y negro… y ese sentimiento de tristeza y
frustración de ni siquiera poder haberme
despedido de Ella.

¿Mi funeral?

Fue un domingo. Un día triste en horas de la


tarde.
Desde entonces una lluvia constante…

Muchas personas que pensé que asistirían


simplemente no lo hicieron, te aterrarías saber
para quién eres importante. Quién es un amigo y
quién en realidad no. ¿Ella?... Ella no fue. Se
quedó en casa… sola en su habitación, muy triste.
No derramó demasiadas lágrimas… la procesión
estaba por dentro. Me gustaría haberle dicho que
sentía todo, habernos separado, las pequeñas y
grandes peleas, los errores… debí haber sido una
mejor persona. Ser más amable y apreciar lo que
tenía. Debí haberla abrazado y nunca haber
permitido que nada nos separara.

Me fui. Dejé todo atrás. Renuncié a Ella y a las


personas que amé. Acepté, por fin, que estaba
muerto. Abandoné todo cuanto significaba algo

269
en mi vida, no fue fácil pero tuve que hacerlo, ya
no pertenecía más aquí. Sin embargo, nunca
acaricié la idea de perder mis recuerdos. Las
memorias de cada efímero instante, aquello por
lo que me reincorporé y continué una nueva
jornada. Fuimos abruptamente separados, desde
el principio de los tiempos y, nos prometimos
volver a encontrarnos, ya sea en ese breve
instante que es la vida o lo que dure esto que
llaman muerte. Esos son mis recuerdos.

Me dirijo silencioso al final. Supongo que esta


sensación que experimenté después de haber
muerto es el purgatorio. Me dicen que han
pasado cerca de dos centenares de años
humanos desde mi llegada. Ha parecido poco
tiempo en realidad. Entre el cielo y el infierno… a
punto de olvidarlo todo…

Convencionalmente un ser humano que se


enfrenta a la vida debe dejar un legado, una señal
de que hubo un tiempo, un espacio y un cielo
que le asistieron su propia existencia. Y siempre
estará ese instante, antes del que todos los demás
instantes fueron imposibles, el momento exacto
donde se suscitó el primer asomo de vida, y
aunque la génesis de los tiempos se acometió
mucho antes, ese minuto fue nuestro primer
minuto. Alguien me llama, me anuncian que mi
espera se acabó. Acto seguido continúo mi
trayecto. Una luz suave me recibe… ante Mí: Una
luz al final del túnel.

270
Epílogo

¡Es cierto!, ¡Estuve muerto!


Ahora he vuelto.

Las heridas de guerra descansan en su lugar,


algunas han cicatrizado, otras seguirán allí.
Un hombre que murió ha regresado,
Caminante tranquilo que pasea silencioso, como
uno más entre todos aquí, bajo la lluvia que
parece al fin detenerse. Una historia más entre
esa infinidad que se acontecen entre la multitud.
Una nueva vida y un nuevo rostro… el rostro del
poeta.

¿Cuántas veces más deberé morir hasta


encontrarte?...
¿Cuántas veces más deberé encontrarte para
perderte?

Como siempre no sé de cuánto tiempo


dispongo…
Pero puedo abrir mis ojos y advertirme vivo… con
un legado de fracasos, alegrías y tristezas y
aquello que aprendí y desaprendí.
De pronto alguien sonríe.

Tal vez seas Tú...

¡Estoy vivo y soy humano otra vez!

271
El Paraíso de los Demonios:
Memorias de un Joven Poeta.
Se terminó de imprimir y encuadernar en octubre
de 2020
En San Juan de Pasto, Colombia.
© Julio César Riascos.

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