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CRIMINOLOGIA Y DERECHO PENAL ASPECTOS GNOSEOLOGICOS DE UNA RELACION NECESARIA EN LA AMERICA LATINA ACTUAL por Rosa del Olmo Rosa del Olmo, Profesora de Criminologia ¢ Investigadora en el Instituto de Ciencias Penales y Criminologicas, Facultad de Ciencias Juridicas y Politicas, ¥ Profesora de la Escuela de Sociologia, Facultad de Ciencias Econémicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela, “Hoy las relaciones entre criminologia critica y derecho penal suponen un derecho penal critico, es decir, un pe- nalista que no sélo reflexione conceptualmente sobre el contenido de la norma penal sino que al mismo tiem- po haga una revision critica de su origen, de sus presu- Puestos y efectos; que se plantee el derecho penal co- mo un aspecto del proceso de control y criminaliza- cién del Estado y por tanto indisolublemente unido a todos los demas aspectos de ese Estado. Criminologia critica como investigacién def problema criminal y derecho penal critico como inyestigacién de ese pro- blema criminal implican una conjugacién de ambos, el criminélogo critico serd un penalista critico y ef pe- nalista también un criminélogo crftico”. Juan Bustos Ramirez INTRODUCCION Si bien es cierto que el discurso de la criminologia no ha sido una de mis inquietudes fundamentales —ni he pretendido jamés construir teorfa sobre ese discurso— en estos momentos me siento en la necesidad de compartir con ustedes algunas preocupaciones que me ha suscitado el reciente desarrollo del discurso de la criminologia critica en Améri- ca Latina. . No podia haber tenido una mejor oportunidad que la que me brin- da la invitacion que me hicieron los colegas y amigos colombianos pa- ra intervenir en este Seminario sobre “El Derecho Penal y la realidad la- tinoamericana” organizado por la Universidad Santo Tomas de Bogo- 75 76 Rosa del Olmo ta. Considero que Colombia, en estos momentos, es el pais latinoameri- cano donde se esta reflexionando con mds seriedad sobre el objeto de la criminologia para América Latina; prueba de ello son los numerosos articulos que se publican en sus multiples revistas asi como la serie de sorprendentes trabajos de grado para optar al titulo universitario de abogado, que se ocupan de la criminologia critica. Con satisfaccién he podido comprobar que éste no es un pais de individualismos criminoldgicos sino de equipos criminoldgicos (piénse- se, por ejemplo, en las reuniones anuales de profesores de criminolo- gia como la que se acaba de celebrar en enero en Barranquilla), De ahi que la tan irreparable desaparicién de Alfonso Reyes E. y Emiro Sando- val H. no significé la desaparicién de la criminologia colombiana; todo lo contrario, porque Alfonso y Emiro son de los muertos que nunca mueren, Desde hace algin tiempo he sentido inclinacién a intervenir en el discurso sobre la criminologia critica en América, porque a pesar de no haberme ocupado del mismo, me siento en parte responsable por haber publicado en 1973 —en el primer nimero de Capttulo Criminoldgico, Ja revista del Instituto de Investigaciones Criminolégicas de la Universi- dad del Zulia, Maracaibo, Venezuela— un: breve articulo llamado “Por jué la necesidad de una Criminologra Critica”, as{ como haber interve- nido; en 1974, en un seminario que se celebra anualmente en Venezuela con unas reflexiones sobre “El Problema de la Criminologia en Améri- ca’Latina” y en 1975 con una ponencia sobre “El Grupo Europeo pa- ra el Estudio de la Desviacién y el Control Social”, en el cual tuve la oportunidad de participar desde su creacion en 1973". Es decir que encier- to modo y quiza sin darme cuenta, fui una de las que comencé el discur- so en América Latina sobre criminologia critica; aunque debo confesar, y asi creo que lo reflejan mis libros, que siempre me ha preocupado mas el ser de la criminologia que el deber ser y de ahi mi poco interés por el discurso normativo como tal, pero a eso volveré mas tarde, “A pesar de estos anteaedentes, han sido hechos mds recientes los que me han Ilevado a elaborar este breve trabajo. Mencionaré algunos. En primer lugar, la lectura del interesante debate publicado en la revis- ta argentina Doctrina Penal, entre los distinguidos amigos Eduardo No- voa y Lola Aniyar, al cual se sumé recientemente Roberto Bergalli. En segundo lugar, la lectura de una serie de obras recientes de crimindlogos y penalistas latinoamericanos, y muy especialmente, las reflexiones de los colombianos Jesis Antonio Mujfioz, Ivan Villamizar Luciani, Maria Cristina Mosquera, Edwin Paz Garcia, Luis Fernando Garcia Mahecha y — 1. Estos articulos estan recogidos en mi libro Ruptura Criminologica, Ediciones de la Bi blioteca, Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1979. Criminologia y Derecho Penal 7 Gilberto Tobon Sanin, y del argentino Carlos Elbert; e! importante ii- bro Elementos para una Critica y des-mistificacién del Derecho del pe- nalista chileno Eduardo Novoa Monreal, asi como la magistral obra, que he tenido el privilegio de leer en borrador, Criminologta: Aproximacién desde un Margen, del penalista-crimindlogo (éo criminélogo-penalista>) Ratl Zaffaroni. En tercer lugar, las cartas de mi amigo ccuatoriano Al- fonso Zambrano y de mis amigos argentinos Roberto Bergal Garcia Méndez y Elias Neuman. En cuarto lugar, mi participacién en el I Seminario de Criminologia Critica, celebrado en Medellin en 1984, y en el Ultimo Seminario celebrado en la ciudad de La Habana en 1986. En quinto lugar, mi compromiso con la nueva generacién de crimindlo- gos y penalistas latinoamericanos, a quienes debo el haberme puesto a reflexionar sobre este problema, Y por Ultimo, aunque no por ello me- nos importante, la situacién actual de América Latina. No pretendo en este breve ensayo reconstruir la historia del discur- so de la Criminologia Critica en América Latina. He preferido en este sentido incluir en la bibliograffa algunos de los trabajos que tenia a ma- no, para quienes estén interesados en seguir su desarrollo, Me concentra- ré mas bien, por los momentos, en el Debate Novoa-Aniyar-Bergalli pa- ra llegar a mis reflexiones sobre la relacién necesaria entre criminologia y derecho ‘penal. Limito el andlisis a este Debate porque no creo que se deba citar fuera de contexto frases determinadas, ni tampoco mezclar a todos los que se consideran “‘crimindlogos criticos” en América Lati- na. Para ello habria que escribir un libro y no un ensayo. Y deberia ha- cerse porque és muy importante el hecho de que crimindlogos y pena- listas con formacién de-abogados en América Latina hayan logrado inte- grar a su paradigma variables sociolégicas como el control social y se Preocupen por lo procesos de criminalizacion, Y precisamente por lo trascendental es que he querida ingresar en el debate a pesar de mis li- mitaciones como “teérica”. Quiero sin embargo, antes de proseguir, sefialar una de mis preocu- paciones centrales del actual discurso de la ‘“criminologia critica” en América Latina, llamada también Teoria Critica del Control Social, En mi libro América Latina y su Criminologta traté de demostrar la mar- cada dependencia que ella tuvo siempre en América Latina del Derecho Penal, expresada en sus claras relaciones de subordinacién. Con el sur- gimiento del movimiento critico, la situacién se invirtié al punto de Ile- gar a calificar al Derecho Penal como “filosofia de la dominacién” y a plantear la necesidad de “‘la liberacién” de ese Derecho. Pero tengo la impresién de que el discurso sigue encadenado, ya no al Derecho Penal sino a la Filosofia del Derecho. Ello se observa en la marcada influen- cia, y muchas veces repeticién, del discurso que un grupo de europeos 78 Rosa del Olmo ha iniciado desde la filosofia del derecho, y que ellos denominan “cri- minologia critica”. Su maximo exponente es el brillante y distinguido profesor Alessandro Baratta. Admiro cnormemente el pensamiento de Sandro y su capacidad reflexiva, ademas de que me unen a él una serie de vinculos afectivos muy especiales. Recuerdo, por ejemplo, que su primera corrida de toros la vio conmigo y Linda, su compafiera en aquel momento, cuando estabamos en Barcelona, Espafia, hace diez afios y cémo lo disfruté con su caracteristico entusiasmo. Creo que sus aportes sobre la Cuestién Criminal y sus criticas a la ideologfa de la Defensa So- cial son fundamentales, como también sus reflexiones marxistas; pero veo con alarma la idolatria que ha despertado entre algunos de nuestros estudiosos, Su pensamiento ha sido asimilado acriticamente al discur- so que se est4 construyendo en América Latina a pesar de que en nues- tro contexto puede correr el riesgo de quedarse en simple retorica, Comprendo, sin embargo, que como discurso se presta a canalizar las inquietudes de quienes estan conscientes de las injusticias en que vive la mayorfa de nuestro continente, pero a veces se adopta sin profundi- zar en su contenido. S¢ ignora de este modo el peligro que puede sig- nificar el divorcio entre la teoria y la praxis. Teorfa que pareciera mds bien teologia con un lenguaje privado de los creyentes y para los cre- yentes (0 de los “iniciados” como se consideran ellos mismos) con muy pocas posibilidades reales en la actual coyuntura de América Latina de que “difundida en la masa contribuya a desmistificar las ideologias ocultadoras de los mecanismos de ese control social”?. Pero vayamos al debate. I. __ El debate Novoa-Aniyar-Bergalli A. El planteamiento de Eduardo Novoa Monreal En un articulo que denomina “éDesorientacion Epistemoldgica en la Criminologfa Critica?”’? el Profesor Novoa comienza planteando las dificultades que atraves6 la criminologfa desde su origen por falta dé-au- tonom(a frente al Derecho Penal. Sefiala brevemente las ideas innovado- ras “brotadas principalmente en el intcrior de la disciplina” (p. 264) pa- ra destacar como el nuevo enfoque criminolégico “se desplaza desde las causas de la criminalidad a la critica de la sociedad y sus ficciones delic- tivas, con lo cual nos encontramos ante una criminologia radical o una 2. Lola Aniyar: “El movimiento de la teoria criminolgica y evaluacion de su estado actual”, Cuadernos Panamenos de Criminologia, No. 14, Panamd, 1985, p. 45. 3. Ver Doctrina Penal, No. 30, Buenos Aires, abril-junio, 1985, pp. 263-275. Criminologia y Derecho Penal .. 79 criminologia critica” (p. 265). Elige a Baratta como ejemplo de esta po- sicién en Europa, por su gran influencia entre nosotros y por la difusion que ha tenido esa criminologfa critica en el medio criminolégico lati- noamericano. El objeto central de Novoa, sin embargo, es detenerse en el discur- so de la criminologia en América Latina, tomando como ejemplo lo planteado en dos reuniones. En primer lugar, la celebrada en México D.F. en 1981, donde se presenté el Manifiesto para elaborar una “teorfa critica del contro] social” para América Latina y, en segundo lugar, el I Seminario sobre Criminologia Critica celebrado en Medellin, Colom- bia, en 1984, A Novoa le preocupan algunos aspectos de lo planteado en esas reuniones, que trataré de resumir: 1. Que se haya continuado con la confusién entre criminologia y control social; 2. Que en ciertos momentos sc confunda el campo de una investiga- cién considerada cientifica con el de la lucha social; 3. Que se corren riesgos cuando se lleva la critica del propio conoci- miento a la demostracién de su insuficiencia para propugnar su complementacién con conocimientos nuevos; y 4. Que la confusién de materias puede causar un enorme daiio espe- cialmente en el plano epistemoldgico. Novoa sostiene que hay tres 4mbitos del control social: el Ambito de lo juridico-penal estricto, dentro del cual se ha movido buena parte de la criminologia; el 4mbito muy amplio que corresponde a los varia- dos medios de control: social que una’sociedad emplea para la socializa- cién acabada de sus miembros Y, por ultimo, el Ambito que se realiza mediante normas ¢ instituciones juridicas no penales (p. 269). Pero re- chaza que el crimindlogo pueda llegar hasta el segundo, es decir el que comprenderia el control social mds vasto, aunque cree que la actual cri- minologia puede abarcar el tercer 4mbito, es decir las normas juridi- cas en general. De ahi que insista que la novedad de la teoria critica estarfa en haber abandonado el campo exclusivo de lo jurfdico-penal (p. 268). Al referirse a la reunién de Medellin, aun cuando menciona a va- tios de los expositores, le dedica especial atencidn a la ponencia de Ro- berto Bergalli sefialando que éste propone “equivocadamente la revision historico-epistemoldgica de la criminologia y la cooperacién en la cons- truccién de una teoria politica en la cual todos los elementos son to- mados en cuenta”, relaciondndolo con unas palabras de Lolita, cuan- do expresa “si esto corresponde o no al nombre de criminologia, no nos interesa demasiado” (p. 270). 80 Rosa del Olmo Creo, sin embargo, que la preocupacion central de Novoa —ya que la repite con insistencia— es que la criminologia no puede abarcar todas las formas de control social que é1 considera ‘‘vastas e imprecisas” (p. 272), para enumerar a continuacién varias tesis que objeta en este dis- curso porque las considera basadas en ideas utépicas, como por ejem- plo: “a) que el derecho penal va a desaparecer alguna vez en una socie- dad mejor; b) que la transformacion profunda de las estructuras socia- les vaya a obtenerse por medio de investigaciones y deliberaciones aca- démicas; c) que los oprimidos, los marginados y los pobres van a estar de acuérdo en verse acompafiados en su propia misidn historica por uni- versitarios de elite que usan un lenguaje para ellos incomprensible; y d) que la tarea de la transformacién social profunda pueda ser realizada desde vistones.sectoriales” (p. 272). Y para finalizar, Novoa plantea lo que debe ser para él esa crimi- nologfa insistiendo en que debe comprender criticamente lo que es el derecho en general, pero “una vez realizada la denuncia la tarea pasa a otras manos, la de los luchadores sociales” (p. 275). B. La respuesta de Lola Aniyar En un articulo intitulado “El Jardin de al Lado o Respondiendo a Novoa sobre la Criminologfa Critica”* , Lola Aniyar inicia su respues- ta mencionando a varios penalistas que han preferido “seguir siendo pe- nalistas aunque ahora adjetivados al menos desde afuera como ‘penalis- tas criticos’ at dar mayor acento al momento juridico o normativo de una reflexion que no puede ser mds que socio-politica”, destacando que hay algunos que también estan reflexionando sobre el control social en general como lo hace la denominada criminologia critica (p. 305). Para ilustrar su planteamiento menciona en particular a Zaffaroni, pero insis- te en que “hay un camino conjunto entre juristas y crimindlogos cri- ticos... y una trampa en la especialidad o en el objeto de estudio” (p. 305). Considera Lola que el problema de Novoa es que quiere establecer diferencias entre el penalista y el criminélogo y de ahi que ella emplee la metdfora “el jardin de al lado”; posteriormente desmiente a Novoa en algunas de sus afirmaciones, como por ejemplo en relacién con la au- torfa del Manifiesto de México, pero lo excusa porque no vivid los suce- sos referidos y porque “no se ha hecho una relacion total de los avances de la criminologia critica en América Latina ni en el mundo” (p. 307) para sefalar que “el material estd muy disperso y sélo los iniciados pue- den ubicarlo en las publicaciones respectivas” (p. 308). Ver Doctrina Penal, No. 33/34, Buenos Aires, enero-junio, 1986, pp. 305-313. Criminologia y Derecho Penal .., 8 A continuacién Aniyar aclara a Novoa que “el haber asumido cpis- temolégicamente la filosofia critica para interpretar los hechos del con- trol social... la cuales una posicién comprometida con el cambio, no puede estar desvinculada esta ciencia de la lucha social” (p. 308). Pe- ro aclara que no se debe confundir el compromiso con la pretension de ser una vanguardia. Insiste en este sentido en “el reiterado Ilamamicnto a la confederacién interdisciplinaria para la construccién de una teoria critica del control social” (p. 308) y da como ejemplo el I Encuentro Interdisciplinario sobre la Liberacién, celebrado en Maracaibo cn abril de 1985. Admite a continuacién Lolita que la criminologia propuesta’cn México que denominaron “de la liberacién” era la teoria critica de todo el control social y que en este sentido Bergalli en Medellin hizo un re- troceso de su posicién de México cuando diferenci el genus control so- cial del typus control social y propone una “sociologia del control pe- nal”. Pero ajiade, “‘sospecho que la discrepancia (con Bergalli) podria star motivada por el hébito mental de la especialidad y las dificultades practicas de un tratamiento interdisciplinario sin duda muy complejo” (p. 310), Prosigue la autora contestando a Novoa que “nadie en la crimino- logia critica latinoamericana ni en otra que conozcamos en Europa ha hablado de la desaparicién del Derecho Penal. Por el contrario, se ha in- tentado reflexionar sobre un control social alternativoqueauncuandoten- derfa a minimizar el recurso.a lo penal no prescindirfa de él totalmente’’(p. 310). Senala a continuacion que “uno de los mayores esfuerzos actual- mente. hechos por la criminologtfa critica est4 centrado precisamente en la biisqueda de un ‘referente material del delito’ cuya delimitacion permitiria precisar mejor ‘ese vago enunciado de comportamiento so- cialmente negativo’ que sefiala Novoa” (p. 310). Cita como uno de los mayores esfuerzos en este sentido el de Baratta ¢ introduce el tema de los derechos humanos para afadir que como vivimos en sociedades con- flictivas “cualquier imposicién que de él se hiciera ser‘a una forma de violencia... porque no creemos en lo bueno y en lo malo como entida- des jusnaturalistas” (p, 311). Luego mds adelante sefiala que “la crimi- nalizacién seria en definitiva el objeto central de la Teorfa Critica del Control Social” (p. 311). Para concluir, Lolita sefiala que no hay ninguna relacién entre lo gue se esta haciendo y lo que antes se llamd ceiminologia y que su intencién no es hacer una teoria criminoldgica sino més bien una antiteoria... la teoria critica no es enemiga del poder pero quiere ser su contralora. La caracteristica de este movimiento ¢s que le ha perdido el respeto a la ciencia, tal como era, al menos, entendida por el Positivismo y no cree- 82 Rosa del Olmo mos en verdades absolutas o en respuestas definitivas” (p. 312). De ahi que para la autora son muchos y muy variados los cami- nos de esta nueva ctiminologia y concluye mencionando el Proyecto Control Social en América Latina, que pretende “retratar la historia de América Latina... la historia de la dominacién; por lo tanto, de sus controles y de las luchas por la liberacién” (p. 313). C. La réplica de Novoa En un segundo articulo llamado “Lo que hay al lado no es un jar- din: mi réplica a L. Aniyar”’, el Profesor Novoa vuelve a intervenir en el debate para criticar algunas de las respuestas de Lolita. De inicio re- sume 16 planteado en su primer articulo, sefialando su inquietud por “el equivocado enfoque de las relaciones de varias ciencias sociales con el derecho” (p. 316), pero sobre todo por “la conversién total de la cri- minologia en un indefinido control social general y contra Ja confusion entre investigacién cientffica y lucha social” (p. 317). Posteriormente retoma las respuestas de Aniyar. Argumenta Novoa, para evitar confu- siones conceptuales, ‘la necesidad y la conveniencia de fijar el objeto de cualquier ciencia.., traténdose de conocimientos que tienen el mismo objeto convenga separarlos cuando se los persigue con un enfoque diver- so. Tal es el caso de la criminalidad que sirve de objeto comin a la cri- minologia y al derecho penal, pero que es examinado desde un punto de vista normativo, por este tiltimo y desde un punto de vista natural y factico por aquella” (p. 317). Pero se niega Eduardo a seguir profundi- zando en este punto, por considerar que no esta preparado en materia filoséfica. Sefala a continuacién que no le quedé muy clara la respuesta de Lolita. en relacién “al estudio de un control social genérico” (p. 318), siendo ese el principal origen de la discrepancia porque para Novoa “esto significa extender en términos ilimitados ¢ imprevisibles el obje- to de condcimiento de la disciplina criminolégica Hevando a la inclu- sion de materias variadas y dispares que parecerfa no haber forma de juntar” (p. 319). Pero para este autor, Lolita ha recapacitado porque a) para desarrollar sus argumentos ... se refiere insistentemente a la ‘criminologia critica y sdlo en forma accidental a un control social gene- ral; b) al colocar el Derecho Penal y la criminologfa como patios veci- nos reconoce su comin objeto de estudio: la criminalidad, y recomien- da un camino conjunto de juristas y crimindlogos criticos ... cosa ente- ramente incompatible con la idea de una ciencia general de todo control social y ¢) su llamado a'la interdisciplinariedad” (p. 319) que Novoa 5. Ver Doctrina Penal, No, 33/34, enero-junio, 1986, pp. 315-322. Criminologia y Derecho Penal ... 83 entiende como que aquellos que trabajan en criminologia critica se mantendrén como especialistas en los problemas de Ja criminalidad. Afiade, sin embargo, que su afirmacién de que Lolita ha rectificado pue- de suscitar dudas, porque el discurso de ésta es confuso y él sdlo ha in- tentado aproximarse (p. 320). A continuacién Eduardo vuelve a retomar las palabras de Lolita “sobre compromiso militante con la lucha social”, para sefialar que esas palabras “‘causarin mas dafio que bien a los estudiosos jovenes mientras no se precise que el conocimiento y la investigacién cientifi- cos s€ tornan tanto més exactos y fructiferos cuanto més- objetivos, frios y libres de cargas an{micas (incluso politicas e ideoldgicas) se aprehenden.(p. 320). Para apoyar esta afirmacion Novoa cita a Lenin €n una nota al pie de pagina. Para concluir sostiene que Lolita utiliza la palabra “teorfa” de muy diversas.maneras, pero que sus explicaciones, o las de cualquier otro criminélogo critico “no es una teoria sino apenas una tesis que Propone la explicacién del vtelito desde un-punto de vista enteramente nuevo. Falta ahora construir la teorfa que indique su contenido, lo desenvuelva y lo sistematice. ...Me niego a ver una teoria en'un campo practicamente virgen” (p. 320). Por ultimo Novoa afirma que “no hay un jardin de al lado sino un terreno extenso. Para serlo necesitaria la teorfa que desarrollar sobre la base de ia tesis” (p. 322). D. La intervencién de Roberto Bergalli Con un articulo que ha llamado “Una intervencién equidistante, pero en favor de la sociologia del control penal”®, Roberto Bergalli in- terviene en el debate Novoa-Aniyar porque lo considera trascenden- tal en el momento actual del pensamiento social y politico latinoameri- cano y porque no quiere estar ausente ya que “desde sus comienzos ha estado en lo que supuso en Latinoamérica un esbozo para abrir el rigi- do compartimiento de Ia cuestién criminal” (p. 1). Considera Roberto que “debe insistirse en el reconocimiento de la quiebra de la hegemonia jurfdica (es decir ideoldégica) sobre la cues- tion criminal y el control social en general .., que ha ejercitado un sé- lido apoyo para el autoritarismo” (p. 2), pero que’se va a limitar a los aspectos de la polémica. En este sentido, coritradice a Lolita cuando ésta sefiala que no ha habido tiempo para escribir lo que ha sucedido en América Latina, ya que Roberto considera que en solo diez afios se ha 6 Conozco sélo la versién a maquina de este trabajo Porque Roberto me la envid, pero debe salir -o estar ya en imprenta— en un préximo némero de Doctrina Penal de Buenos Aires. 84 Rosa del Olmo desarrollado una importante produccién reflexiva en torno a la crimino- logfa en nuestro continente y para ello cita una serie de obras. Sefala a continuacién que ni él, ni Novoa, ni Aniyar desconocen “el valor que ¢l factor juridico tiene en cualquier sistema de control so- cial (p. 5), pero que la pregunta es éCudl derecho?” (p. 6). Para ello re- toma la critica que le hiciera Novoa en el sentido de que no toma en cuenta controles de naturaleza juridica ajenos al control juridico penal para insistir que, reconociendo aquellos, su preocupacién concreta es es~ te tiltimo, aftadiendo para defenderse de una observacién de Novoa, que da por sentado que “el control es connatural de toda forma de convi- vencia social” (p. 7). Volviendo a su punto central, Bergalli afirma que el quid de la cuestion sociologia del control penal es : “El Movimiento de la Teorfa Criminolégica y Evaluaci6n de su Estado Actual”, Cuadernos Panamefios de Criminologia, No. 14, Panam, 1985. —————~~ : “Fundamentos, aportes y lineas de désarrollo posibles de una criminologia de la liberacién”, Nuevo Foro Penal 29, Bogota, julio-sept., 1985. : “Derechos humanos, modelo integral de la ciencia penal y sistema social subterraneo”, Revista del Colegio de Abogados Penalis- tas del Valle, Vol. VII, No. 13, II Semestre, 1985. ——~-~-— + “El Jardin de al lado o respondiendo a Novoa sobre la Criminologia Critica”, Doctrina Penal, No. 33/34, Buenos Aires, ene- ro-junio, 1986. 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