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ELIGE TU PROPIA AVENTURA® - 75 ERES UN GENIO EDWARD PACKARD Ilustraciones: FRANK BOLLE TIMUN MAS No se permite la reproduccién total o parcial de este libro, ni el registro en un sistema informatico, ni la transmision bajo cualquier forma o a través de cual- quier medio, ya sea electronica, mecénico, por fotocopia, por grabacién o por otros métodes, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright. Titulo original: You are a genius Traduccién: Isabel Ferrer © 1989 by Edward Packard © llustraciones: Bantam Books, Inc., 1989 Published by arrangement with Bantam Books for Young Readers, an imprint of Bantam Doubleday Dell Books for Young Readers, a division of Bantam, Doubleday Dell Publishing Group, Inc. All rights reserved «Choose Your Own Adventure» es marca registrada por Bantam Books, Inc. «Elige tu propia aventura» es marca ri la © Gmpo Editorial Ceac, $.A., 1995 Para la presente versién y edicién en lengua castellana Timun Mas es marca registrada por Grupo Editorial Ceac, S.A. ISBN: 84-480-0174-5 Depésito legal: B.30.094 -1995 Gersa, Industria Grafica Impreso en Espajia - Printed in Spain Remn Baba. CA Ne tee nanann . es ee ADVERTENCIA jNo leas todo el libro seguido, desde el principio hasta el fin! En sus paginas hallaraés muchas y muy variadas aventuras que podras tener cuando seas un genio. A medida que vayas leyendo, se te pedira que elijas. De tus elecciones dependera que la aven- tura constituya un éxito o un fracaso. Tu serds el responsable del resultado final. Te corresponde a ti tomar la decision. Una vez que hayas elegido, sigue las instrucciones para ver qué sucede a continuacién. Reflexiona antes de decidirte por una opcién. Has desarrollado una habilidad increible para razo- nar, pero ser un genio tiene sus limitaciones. A veces puedes ser «demasiado» listo. {Buena suerte! 1 Muchas veces has pensado que quiza podias hacer algo importante en la vida, pero nunca se te ha ocurrido que pudieras ser una persona especial. Al menos, no hasta esta noche. Estas profundamente dormido y suefias, pero no con cualquier cosa. Suefias con algoritmos, que es una manera especial de resolver problemas de matematicas. Te despiertas bafiado en sudor. jNun- ca habias sofado con algo parecido! Mientras vuel- ves a conciliar el suefo, te preguntas si un agujero negro con una mayor cantidad de masa tiene mas volumen que otro con menos masa. jNecesitas tomar el fresco! Te levantas de la cama de un salto, te acercas a la ventana y la abres de par en par. En tu cabeza estan ocurriendo cosas extrafias. En cuanto contemplas las hermosas estrellas en el cielo nocturno, te das cuenta de que son alrede- dor de las dos de la mariana. Lo sabes por la posi- cién de la luna, que esta exactamente a tres cuartos creciente y casi ha completado su recorrido desde el horizonte del este hasta el meridiano. Es una simple cuesti6n de geometria. Pero antes no lo sabias. ;Qué ocurre? 2 En la escuela, le das mil vueltas a todo el mundo. Resuelves los problemas de mateméaticas incluso antes que la profesora. Tu trabajo sobre China esta tan bien que la profesora te pregunta si has vivido alli. Y, cuando surge algo que no sabes, descubres que para responder a la pregunta puedes leer toda la informacién necesaria en pocos segundos. Los profesores te miran boquiabiertos. Estan sorprendidos, pero no pueden quejarse. Te han dicho muchas veces que tenias que estudiar mas. Procuras no alardear ni presumir pues no quie- res que tus compafieros se distancien de ti. Aun asi, sabes que eres extrermadamente listo. Es como si no hubiera nada que no fueras capaz de resolver. Por supuesto, tu familia esta muy sorprendida, pero también un poco preocupada. Lo que te ocu- tre no es normal. Tus padres te llevan a ver al doctor Leon Jacob- son, un famoso neurélogo, o especialista en el cere- bro. Después de hacerte muchas pruebas, te dice que cuando naciste tuviste ciertos «enredos nervio- sos», pero al final tu cerebro se arreglé solo. Tus padres no acaban de entender lo que les cuenta el doctor Jacobson, pero, por supuesto, para ti es muy sencillo. Por muy raro que parezca y sin saber muy bien cémo, jte has convertido en un geprio! Daan «2 be nwintan £ 3 S6lo tardas unos dias en idear un plan para bur- lar a los terroristas Mah Hwong. Has decidido que no puedes desbaratar su artefacto si no sabes cémo funciona, y para ello tienes que inventar tu propio generador de superimpulsos. Durante el proceso te das cuenta de que ese tipo de artefactos emite una onda de frecuencia muy alta, una especie de zumbido que un receptor sinto- nizado con gran precision podria captar. En cuanto Jo descubres, te vas a Washington para ver al presi- dente y lo convences para que organice una brigada antiterrorista. Al cabo de veinticuatro horas ya has montado la operacién. Los demas cientificos y ti trabajais con el receptor de radio en el laboratorio, mientras tres helic6pteros del FBI estan a la espera y listos para actuar. 4 No es necesario disparar ni un solo tiro, Los terroristas salen con las manos sobre la cabeza. Al mismo tiempo, dos coches de la policia estatal lle- gan al jardin. El piloto te da una palmada en la espalda. —Buen trabajo —dice. —Ustedes también lo hicieron muy bien —res- pondes. De regreso a Washington, te llega un fax del pre- sidente que dice: «;Enhorabuena, genio!». Fin 5 — ,Cémo? ;Has resuelto el teorema rousseliano? —EI doctor Oberdorff te mira con escepticismo. —A lo mejor me equivoco —contestas con mo- destia—, pero funciona con todas las configuracio- nes. —Bueno —dice el doctor—, ya veremos. Me gustaria que mafiana dieras una charla sobre este tema a todo el equipo. A la manana siguiente explicas tu solucién del teorema rousseliano. Esperas con ansiedad la reac- cién de los famosos matematicos y fisicos. Algunos cierran los ojos, concentrados. Otros escriben en sus cuadernos. Y otros hunden la nariz en sus orde- nadores portatiles. La doctora Helena Sturnbrunner se levanta, se acerca a tiy te mira como si fueras un bicho raro. —Lo que has hecho es increible —dice—. Mi analisis preliminar demuestra que tu solucién es correcta. Pero zhas tenido en cuenta la ley de Broeck sobre los transversales? —Claro que si. Fue lo primero que hice. Y las funciones se invirtieron en todas las configuracio- nes. —Muy bien... Estoy muy impresionada. Tienes que discutir y volver a analizar tu solu- cién, mientras respondes a toda clase de preguntas dificiles, pero al final de la mafiana casi todes coin- ciden en lo mismo: tu solucién es correcta. jEres practicamente un segundo Einstein! 6 A partir de ahora, por supuesto, no hay nada que te detenga. Apruebas todos los cursos hasta COU antes de acabar el afto escolar. Algunos profe- sores de la universidad se interesan por ti y eso te permite recibir una educacién universitaria incluso antes de cumplir trece afios. Lo mejor de todo es que una empresa de tu ciudad te presta sus ordena- dores de alta velocidad, lo cual te brinda la oportuni- dad de resolver f6rmulas muy complejas. En un solo afio, acabas la universidad. De pron- to, a los catorce anos, llega el momento de decidir qué vas a hacer con tu vida. Al contrario de la mayoria de los genios que sdlo sirven para una cosa, da la impresidn de que tt eres un genio practicamente para todo. Por consiquien- te, muchos profesores famasos, presidentes de grandes empresas y directores de agencias del gobierno quieren que trabajes para ellos. Después de pensarlo mucho, escoges entre dos posibilidades. Si decides dedicarte al diserio de naves espaciales, pasa a la pagina 21. Si decides dedicarte a los negocios y amasar una fortuna, mane a la mAninn OT 8 Por fin te duermes y no volveras a despertarte hasta la mariana siguiente, cuando oyes a tu madre que te llama. Mientras te vistes deprisa, te acuerdas de que tenias que levantarte temprano para acabar los deberes. Tenias que leer un libro sobre China para presentar un trabajo delante de toda la clase. Has tenido toda la semana para hacerlo y ni siquie- ras has abierto el libro. Coges el libro y te lo llevas a la cocina. Empiezas a leerlo mientras te bebes el zumo de naranja. —Respdéndeme y para de hojear ese libro. ¢ Quieres un bollo? te pregunta tu madre. jVaya! No la has cido porque estabas leyendo el libro. Lo estabas leyendo, no hojeando. jY te acuer- das de cada palabra! —Espero que algun dia leas ese libro de verdad en lugar de hojearlo —dice tu madre. —Pero jsi lo estaba leyendo! —protestas—. Lo escribié la hija de un embajador sueco que vivid y estudi6é muchos afios en China. Describe la vida de los chinos durante la Revolucién Cultural. Pasa a la pdéaina siquiente. y 9 —Dios mio —se sorprende tu madre—. Es ver- que lo has leido. mira asombrada. De pronto suena el teléfono o coge. _ —Adiés, mama. Llego tarde. Tu madre te saluda con la mano cuando sales do por la puerta. Te mueres de ganas de lle- escuela y presentar tu trabajo sobre China. el libro de memoria, jy sdlo le has dedicado minutos! 10 Pasan los dias. El mar se ha calmado. Pronto acabais la comida y el agua empieza a escasear. De dia, el sol ardiente os abrasa y las noches son frias y hiimedas. Los tiburones nadan muy cerca. En cual- quier momento pueden pinchar el bote y lanzaros al mar, y también a sus mandibulas. Sin ninguna sefal de violencia, siquen el bote, a la espera. Dormis lo maximo posible. Bob y Maria intentan pescar, pero no tienen suerte. Tony se pone en cuclillas para coger una gaviota. Arremete contra ella varias veces, esta a punto de cogerla y por poco vuelca el barco. Pero, por mucha hambre que ten- gais, no sabes si serias capaz de comer un pajaro crudo. Prea nla néaina 106 12 Pocos minutos después, el Surveyor aterriza en una extensién de arena blanca de casi un kilometro de ancho que desciende con suavidad hasta el océa- no. En cuanto los sensores os comunican que el aire en el exterior es respirable, Tim abre la escotilla y los cuatro saltdis a la playa. El aire tiene un aroma dulce y puro, y la temperatura es de veintitin grados. Su Ling emite un grito de alegria y sefiala una tortuga enorme que avanza por la orilla cargando una cria en el caparazon. —Bien —dice Tim—, da la impresién de que este planeta tiene todo lo que esperabamos. —No hemos visto ningun indicio de que haya vida inteligente —comentas—. Y no creo que lo ha- gamos. — Por qué lo dices? —pregunta Pete. —Nuestros sensores han analizado la atmésfera y no han detectado ningim metal, sulfuro, toxina, monéxido de carbono ni cualquier otro producto contaminante en el aire. Podemos estar sequros de que aqui no hay una sociedad industrial. —Asi que estamos solos —reflexiona Tim—. ¢Y eso es bueno o malo? —tLas dos cosas —respondes—. Es malo porque significa que no hay nadie que pueda ayudarnos y bueno porque podremos colonizar el planeta. —Seria dificil imaginar un lugar mejor —opina Su Ling—. Si los habitantes de la Tierra necesitan expandirse o volver a empezar en un planeta lim- pio, éste es el lugar ideal. Daen a la nAénina 5D 13 Piensas que podria ser divertido apuntarte al cru- cero y navegar por el océano. Ves a un hombre que esta reparando el motor de la goleta y lo llamas. —;Sabe donde esta el capitan? —Estas hablando con él. Soy Bob Sanders. —Te sonrie—. {Quieres subir a bordo? —Si, gracias. A lo mejor me interesa ir con uste- des a Hawai. _ Bob te presenta a su mujer, Maria, y a su hijo, “Tony, que tiene tu edad. Todos son tan cordiales como Bob. Al principio, Bob se muestra reticente. —Buscaba a alguien con experiencia en el mar —dice. —Bueno, yo no he navegado mucho —recono- ces—, pero aprendo rapido. —Tu nombre me suena —comenta Bob cuando _ ledices cémo te llamas—. Tu eres aquel genio que _ galié en todas los periddicos, ;verdad? Sonries. ‘ —En estos momentos sélo quiero navegar —res- _ pondes. ____ —Bueno, menos mal que eres un genio —dice Bob—. Tendrds que aprender rapido cuando este- Mos en altamar. Bienvenido a bordo. SURE 15 —jArriad las velas y poned el tormentin! —grita Bob—. jMe temo que nos espera una buena sacudi- da! Mientras trabajais, el mar y el viento se embrave- cen. No podéis hacer nada en la cubierta, mucho menos halar y aferrar las velas. Los nubarrones estan muy bajos y oscurece rapidamenie. —Va a ser una noche muy dura —te dice Bob. Forcejea con el timoén cuando otra ola estalla contra el barco—. Maria y yo haremos el primer turno. Tony y tt debéis intentar dormir un poco. Necesi- tais descansar lo maximo posible. Te acuestas con gran dificultad en la litera e intentas dormirte. El barco cabecea, se zarandea y se estremece con cada embate de las olas. Te ale- gras de que Bob y Maria se hayan puesto los cintu- tones de seguridad; de lo contrario las olas que se estrellan contra la cubierta los habrian arrastrado al Tar. El viento ruge sin tregua. Es lo nico que oyes a excepcidn de] batir de las olas en el casco del barco. _ De pronto sientes que el barco se hunde en un seno | profundo y poco después una enorme ola lo levanta | ylo welca. jEstas tumbado de espaldas en el techo _ de la cabina! jUna cascada de agua entra a borbo- tones! 16 Decides seguir adelante con tu invento de Super- plast. Presentas la idea a una gran empresa de petréleo y productos quimicos. Después de estudiar tu proyecto, los cientificos e ingenieros te invitan a reunirte con ellos. El sefior J. Burton Sandhurst, el presidente del consejo, te recibe. —No voy a andarme con rodeos —dice Sand- hurst—. Este invento es el mas importante desde el descubrimiento de la rueda. —Creo que exagera, sefior —respondes con modestia. —En cualquier caso, le agradecemos que haya venido a vernos. Sandhurst sonrie mientras corta la punta de un puro con una navaja de plata. —Bueno, ha llegado el momento de hablar de negocios. ¢Cuanto quiere por este invento? Esta- mos en condiciones de competir con cualquier otra empresa. Pero le advierto que no estamos dispues- tos a sobrepasar ciertos limites. —Lo que mas me interesa, sefor Sandhurst, es construir un submarino con un casco de Superplast para explorar las profundidades del dceano. Si quieren Superplast, tendran que construirme el mejor submarino del mundo. El presidente te mira con el entrecejo fruncido y después se rie. —De veras, me gusta la idea, pero gsabe cuanto puede costar un submarino como ése, aunque sea de Superplast? 17 _ —Me da igual —respondes sin inmutarte—. Ese es el trato, lo toma o lo deja. _ Sandhurst te mira fijamente. Lanza una enorme ‘nube de humo, mira a los demas ejecutivos y gara- ‘batea unos nimeros en un bloc. Aplasta el puro en un cenicero de cristal y al final asiente ligeramente. _ —No sélo es un genio para inventar cosas, sino 18 De regreso al puerto, pasas junto a una forma- cién muy extrafia: jun promontorio de trescientos metros de altura que se eleva desde el fondo del oceano! Tienes muchas ganas de regresar a casa, pero los focos del Ariel revelan algo asombroso: una enorme superficie plana en uno de los lados. ;Parece la puerta de un hangar de aviones! Pero tampoco es una puerta corriente, pues sdlo el Superplast, o algo incluso mis resistente, podria soportar la presién de esa profundidad. En ese momento unos pensamientos extranos empiezan a fluir por tu mente. jAlguien se esta comunicando contigo! Cierras los ojos e intentas captar los pensamientos que acuden a tu mente. Poco a poco se vuelven mas claros, como si al- guien te hablara. Al final entiendes lo que te dicen: hay mas genios en esta tierra, pero no son «de» esta tierra. Son criaturas superinteligentes de otro pla- neta. Cuando la puerta se abre, sabes que te han encontrado. Tu viaje submarino se ha acabado, 0 no ha hecho mas que empezar. Fin 20 —Creo que deberiamos intentar aterrizar en Omricon —dices. Ayudas a Su Ling a abrocharse el cinturén de seguridad y luego te instalas para pasar varios meses de soledad mientras ella entra en estado de hibernacién. Los dias se suceden rapidamente mientras el Surveyor navega por el espacio al 72 % de la velo- cidad de la luz. Incluso asi, tardaréis varios afios en llegar a Omricon. Por lo menos tendras tiempo de sobra para pensar la forma de aterrizar en el pla- neta. 21 Nacional Extraplanetaria, conocida como la ONE, ‘situada en las montafas de Nuevo México. Los directivos de la organizacién estan encantados de ue vayas a trabajar para ellos. Tu despacho esta en la oficina central, junto al de na de tus compafieras de la escuela, Su Ling shang, que es una experta en geologia. Aunque tie- @ um afio menos que tt, ya ha desarrollado una teoria sobre los volcanes. _ Lanoche de tu llegada se organiza una cena en honor. El jefe de los cientificos, el doctor Hans doff, te presenta a los que comparten la mesa tigo. Casi todos los cientificos mas importantes 4n presentes, y enseguida entablas una conver- ‘sacion muy interesante sobre las interacciones nu- _cleares. _ —El programa espacial norteamericano se ha ‘quedado atras debido al alto coste de la investiga- —dice el doctor Oberdorff—. Nuestro objetivo no es sdlo hacer grandes descubrimientos, sino : . En el avidn escribi unas notas sobre un tema que hace tiempo que me interesa y al final sequi resolver el teorema rousseliano, la ecua- de la inversién de la materia. . NUBE VOLADORAI | Bue 23 _ Bob te cuenta muchas més cosas acerca de la acién a vela. Después te ensefia una carta del 0 Pacifico y la ruta que sequira Nube Volado- hasta Hawai. ‘La mafiana siguiente hay un sol radiante. Una ave brisa sopla del norte cuando Nube Voladora, las velas izadas y la bandera ondeante, se aleja de la bahia en direccién al mar azul. __ Mientras trazas el rumbo, aprendes los rudimen- tos del mar de primera mano. Como el océano es asiado profundo para echar el ancla, tenéis que ar dia y noche. Os turndis para llevar el . Y, cuando hay que cazar o soltar las escotas, arriman el hombro para ayudar. 24 —Si, el aeropuerto, el teléfono, incluso las comu- nicaciones militares; esta todo paralizado —dice el] presidente—. Lo llamo por la linea de emergencia. —Pero jqué ocurre? —jLos superordenadores Ese-ese-i estan inten- tando controlarlo todo! —Eso es imposible, sefior. Han sido disefiados para servirnos y ejecutar nuestros programas. —Ahi esta el problema. Mah Hwong, la organiza- cién terrorista, ha conseguido alterar su programa base y ahora los clones se estan reproduciendo a una velocidad increible. Se han desarrollado a tal punto que pueden moverse libremente. jY nuestro ejército y fuerzas aéreas no pueden hacer nada porque se han infiltrado en todas partes! La noticia te deja estupefacto. j|Pensar que tu invento esta amenazando el pais! —Asi que —prosigue el presidente—, a menos que hagamos algo pronto, jme temo que estos robots y Mah Hwong acabarén dominando el mundo! —Es terrible, sefior presidente. No se imagina lo culpable que me siento porque los superordenado- res Ese-ese-i estén haciendo algo asi. —jNo quiero que se sienta culpable! —grita—. jQuiero que haga algo para remediarlo! RN 25 _ Cuando ya casi es la hora de comer, el doctor g pide silencio en la sala. Te sefiala y dice: —Comparieros, este joven cientifico ha descu- o la ecuacién para la inversion de la materia. hace afios hemos creido que era imposible rar una solucién para el teorema rousselia- . Por supuesto, verificaremos los resultados con superordenador C-44, lo cual nos llevaré un par dias, pero creo que este hallazgo sera de una ayuda para nuestro programa espacial asi mo para el futuro de la humanidad. —Se vuelve a ti y te dice—: ;Te gustaria comentar algo e las posibles consecuencias de este descubri- ‘0? __ —Ciertamente —respondes. Te acercas al estra- do y te diriges a tus colegas—. Estoy encantado estar aqui, en la ONE. De momento, la solucién la ecuacién rousseliana sobre la inversion de la ia ha sido mi mejor hallazgo, pero no servi- —, Quieres decir que podremas propulsar una @ espacial con un motor basado en tu férmula? —Exacto, sefior —replicas—. Si aplicamos una sorriente de iones a un elemento de alta densidad, acuerdo con la configuracién postulada por el a, podremos crear un generador de antima- facilmente controlable. 26 La criatura retrocede rapidamente y la mas gran- de se dirige hacia ti apartando sus horribles garras y emitiendo varios chasquidos. Mediante el «lenguaje» que has aprendido, y se- fialando el cielo, les explicas lo mejor que puedes de dénde venis y lo que le ocurrid a la nave. La criatura mas grande, a quien supones el jefe de la tribu, se vuelve hacia los demas y emite un sil- bido largo y grave. Los demas se dispersan en todas las direcciones. Poco después regresan, pero en lugar de hacerlo con garras amenazadoras, traen pan y pescado. Llamas a tus companeros y los presentas a las criaturas de Omricon. —Es fantastico —dice Tim—. ¢Camo lo has consequido? —Aprendi su lenguaje —respondes. —EFres un verdadero genio —asegura Pete—. Ahora sabemos que los habitantes de la Tierra po- dran colonizar este planeta. La mafiana siguiente, Tim y ti os ponéis a traba- jar para reparar los motores principales de propul- sidn. Al final slo tardais diez minutos en encontrar la averia y otros diez para repararla. ;Desde luego, ser un genio tiene sus ventajas! Fin 28 Tim sonrie de oreja a oreja. —Todo va bien —afirma. —Enhorabuena —te dice Pete Summers—. Hemos podido realizar este viaje gracias a la solu- cién que encontraste para el teorema rousseliano. —Ahora, como ya sabes —afiade Tim—, tar- daremos tres dias en abandonar el sistema solar. Durante ese tiempo nos dedicaremos a hacer ob- servaciones cientificas. Después tendremos que empezar a dosificar la comida y el oxigeno e inicia- remos el proceso de hibernacién. Habra una perso- na de guardia mientras los demas hibernan. De ese modo el viaje no se nos hara tan largo. Tim os entrega una lista con los turnos de hiber- naci6én. Tim, Pete y ti seréis los primeros, y Su Ling estara de guardia mientras dormis. Los dias transcurren con rapidez; jhay tantas cosas que observar en el sistema solar! Ademas, tenéis que comprobar una y otra vez todos los siste- mas de funcionamiento y comunicacion de la nave. Al cabo de tres dias, el Surveyor pasa por la orbita de Plut6n. Os estrechais la mano y te acues- tas, dispuesto a iniciar el proceso de hibernacién. No despertaras hasta que te toque estar de guardia, dentro de ocho meses. No tardas en entrar en el estado de hibernacién. Wises as Pe OS 20 El presidente detiene la cinta. —Ese era el director Norstaar. Ahora, escuche la yersiOn del subdirector Martin: «Nos enteramos de que el espia iba a poner un microfilme dentro de una calabaza vacia. Lo esperabamos a las doce de la noche, asi que el director Norstaar y yo ocupamos nuestras posi- ciones alrededor de las once. Me oculté en el bos- que en el extremo oeste del campo, y él se escon- dié en el otro lado, al este. La tinica luz venia de Ja luna Ilena, pero los dos Ilevabamos prismati- cos especiales para ver en la oscuridad y estaba- mos seguros de que ibamos a reconocer al espia. Alas doce y treinta y dos vi aparecer a un hombre por el sur, dejé algo en la calabaza y se marcho. Como la luna estaba en el sur, pude ver al hom- bre de perfil. jEra Raphael Martiello, el cénsul general de Katara!». El presidente apaga el magnetéfono. —Bueng, ahora ya conoce las dos versiones. Es importante acabar con esta red de espias, pero lo que mas me preocupa es averiguar cual de los dos ‘miente. ; Usted qué cree? —pregunta. Si le dices al presidente que sabes cud! de los dos miente, pasa a la pdgina 44. Si le dices al presidente aue no lo sabes 30 —Verads —dice el doctor Oberdorff—. Este pro- grama espacial necesita a personas como tu. Pero el mundo también. Hay una gran necesidad de encontrar un tipo de energia eléctrica que no dependa de la energia nuclear o del petrdleo. Quiza deberias aprovechar tu talento para disefar centra- les eléctricas no contaminantes que podrian benefi- ciarse de su descubrimiento. Sin duda es una sugerencia digna de considera- cién, pero te gustaria acabar el programa espacial antes de seguir con otra cosa. Si decides seguir con el programa espacial, pasa a la pagina 38. Si decides utilizar tu invento para construir centrales eléctricas no contaminantes. cl Rees isaecaacea, E 31 Decides utilizar tus habilidades de genio para hacer Negocios y ganar todo el dinero que puedas gn el menor tiempo posible. Te encierras en tu - Por supuesto, se ha corrido la voz de que eres un o y hay muchas empresas que desean contra- . Tras analizar todas las posibilidades, decides ir abajar para una empresa de informatica muy e en Silicon Valley. Se llama SSI, Smart ems, Inc. ~ Sélo unas pocas semanas después de entrar en empresa, inventas un superordenador por lo una década mas avanzado que los demas de lustria. Haces una demostracion de su funcio- jiento en una reunion de la empresa. e ordenador se llama Waldo —dices—. de cuando se le habla. Ahora voy a hacer una acion de su inteligencia. —Le haces sefas wesidente de la empresa, Mike Hollander—. epor qué no lo pruebas ti primero? Lloyd La Farge, el presidente de] consejo, levan- lamano para pedir silencio. lemos estudiado los costes de fabricacién ordenador —dice—. Nuestros competidores n bajando precios y nosotros estamos muy en- . Lo tltimo que se puede permitir esta es gastar tres millones de ddlares en la cidn de este juquete de lujo. 33 —Ya dispone de la cifra —respondes—. Aunque haya costado tres millones de ddlares, él 2 hacer clones por el precio de la electricidad y terial, que seria unos setecientos délares la i contar el precio del espacio —replica el pre- ante del consejo—. La planta en la que propone ir estos artilugios costaré diez mil délares al _—No somos artilugios —protesta Waldo—. jSomos superordenadores SSI! _ Todos parecen sorprendidos. Qué increible! —exclama Mike—. Waldo ha pido cuando ha tenido algo que decir, al que un ser humano! El sefior La Farge saca una pipa y la enciende. isiente con la cabeza y dice: —Tengo que reconocer que estoy muy impresio- do. —Waldo, por favor, continda —ordenas. —Mis dos primeros clones —prosigue Waldo— dos clones cada uno, de modo que al final del indo dia entre todos habremos hecho seis mas. El sefior La Farge te mira con el entrecejo fruncido. —Me temo que el programa de Waldo no le ha ado que Yoshima Electronics fabrica seis- s superordenadores al dia. Con estas cifras el cado ni se inmutara. 34 Cortas el cabo con un cuchillo y el bote se aleja del velero sin ningun percance. Durante un instante ves su silueta perfilada contra la luz del mar, hasta que estalla otra monstruosa ola y Nube Voladora desaparece. Los cuatro os acurrucais en el bote. Las olas se dirigen hacia vosotros como avalanchas y zaran- dean el bote como si fuera un tapén de corcho. Poco a poco empiezan a amainar y durante un mo- mento estdis a salvo. Aun asi, bastaria con un pe- quefio desgarrén en la tela del bote para que os hundierais en el fondo del mar. La noche pasa y hasta que no llega la mafiana no parece haber ninguna esperanza. Las olas siguen siendo grandes, pero ya no azotan el bote. Estas lle- no de magulladuras, agotado, empapado y helado de frio, y sdlo tenéis una pequefia provision de comi- da y agua, pero por lo menos estais todos vivos. Pasa a la néaina 10. 35 yb te echa una mano para subir a la cubierta y a el barco. mas importante —te explica— es que el de las velas se adapte a la fuerza del viento estén bien orientadas. Hay que cazar las esco- tarlas en funcion de la direccidn del viento. qué pasa si estalla una tormenta? —pre- verdad es que han anunciado un huracan, dirige a la costa y, cuando llegue, nosotros emos lejos de aqui. Pero, claro, en el mar se sabe. Hay que estar siempre alerta. Cuan- una tormenta o un vendaval, hay que r las velas y aferrarlas. Después se ponen dos de rizo en la mayor y un tormentin de proa controlar la embarcacién. entiendo —respondes y te alegras de que de genio lo recuerde todo. 36 De pronto la luz del altavoz parpadea y el presi- dente levanta la mano para pedir silencio. —Soy Foster, de la CIA, sefior. — Qué pasa? —pregunta el presidente con brusquedad. —Los ordenadores estan cambiando la trayecto- ria de nuestros misiles estratégicos. Dentro de un momento sabremos adénde los apuntan. —Foster hace una pausa mientras espera la informacién—. jOh, no! jLos misiles nos apuntan a nosotros! El presidente se vuelve y te mira. —No nos queda tiempo. Siga adelante con su plan. ;Ahora mismo! Conectas a Waldo a la interface. Una aguja roja en uno de los diales indica que esta recibiendo una sefial con un voltaje muy alto. Cuando la sefial llega al protector, la aguja desciende a la posicién habi- tual y después vuelve a subir en el momento en que Waldo envia la suya. Al cabo de pocos segundos Waldo transmite el siguiente mensaje: Misi6n cumplida, He vuelto a programar los cuarenta mil superordenadores. Paca a la ndaina 89. 38 Has decidido seguir adelante con tu programa espacial, ONE consigue que el gobierno financie el proyecto, y empieza a construir una nave propulsa- da por tu generador de antimateria. Sélo un afio y medio después, el Surveyor esta listo para realizar la misién mas ambiciosa de la his- toria: un viaje a Omricon 2, el planeta mas cercano capaz de ser habitado por el hombre. Aunque tu teoria de que se puede viajar a una velocidad superior a la de la luz ha sido demostrada matematicamente, todavia no has podido disefiar los modelos para conseguirlo. Nadie te culpa por ello. Como dice el doctor Oberdorff: «Incluso los genios no pueden abarcarlo todo». Aun asi, te has empefiado en conseguirlo. Y el mejor laboratorio para realizar ese trabajo seria el espacio, viajando a gran velocidad. Sdlo por eso tienes muchas ganas de formar parte de la misién Omricon 2, a pesar de que el viaje tardara ocho afios. Evidentemente, si solucionas el problema de sobrepasar la velocidad de la luz, podras regresar a casa en mucho menos tiempo. E] Surveyor esta practicamente listo para despe- gar cuando recibes una llamada urgente del presiden- te de los Estados Unidos que te cita en su despacho. Al llegar a la Casa Blanca, te sorprende ver lo cansado que parece. Es evidente que est4 sometido a una gran tension. 39 pués de colgar el teléfono, sales al balcon y te en la barandilla. Tienes que pensar en c6mo a protegerte. De pronto oyes un ruido. Dos es se han metido en tu habitacién. Te han iy se dirigen hacia ti! o hay un modo de escapar: tendras que saltar, e estés en el cuarto piso! Ves a un par de per- chapoteando en el centro de la piscina, asi tendras que apuntar a los lados. Si saltas desde xtremo derecho del balcén, caeras en el lado esto al trampolin. Si saltas desde el extremo do, caeras junto al trampolin. Siempre y lo no te topes con él. o tienes tiempo para pensar! Si saltas hacia el lado izquierdo de la piscina, ‘i donde estd el trampolin, pasa a la pagina 97. Si saltas hacia el lado opuesto del 40 No estas muy seguro de cuanto tiempo ha trans- currido. Lo nico que sabes es que estas vivo. Tecleas unas cuantas instrucciones al ordenador para pedir datos sobre vuestra posicién y velocidad. El ordenador emite un zumbido durante un tiem- po anormalmente largo hasta que aparecen las palabras en la pantalla. Posicién: fuera de la Via Lactea. Velocidad: en reposo. —jEn reposo! —gritas—. jEs increible! Hemos pasado del setenta y dos por ciento de la velocidad de la luz a no movernos. Eso demuestra que hemos atravesado la estructura del espacio. jSeguro que ya no estamos en el universo! Su Ling se acerca para leer el texto en la pantalla. —Si crees que no estamos en el universo —dice—, jmas vale que mires por la ventana! Pasa a la naaina 83. 41 suerte! Conoces todas y cada una de las i es de Waldo. Lo enciendes rapidamen- - hue ge funcionamiento sélo tarda un sequndo dras ‘comunicarte con todos los demas super- dores Ese-ese-i? supuesto —responde—. Estos bancos de mnadores reciben la energia conectandose entre o hay un peligro. Los ordenadores de Mah podrian registrarme rapidamente y descu- e no estoy programado igual que ellos. En podrian subir la tension hasta vencer mi ia y volver a programarme. s al presidente y sus consejeros. Tienen el e sombrio. anta tensidn necesitan para conseguirlo, coma tres kilovatios —responde ente—. Si se pasan, corren el peligro de mis circuitos. llegado a la misma conclusi6n y te ale- Waldo funciona tan bien. 42 —He decidido intentar aleanzar una velocidad superior a la de la luz —le dices a Su Ling. Su Ling parece asustada. —,Despertamos a los demas? Niegas con la cabeza. —Si lo conseguimos, tendremos tiempo de sobra para despertarlos; y, si fracasamos, ser4 mejor para ellos si los pilla dormidos. —Todo esto parece muy arriesgado. Nunca lo consentiria si no fueras un genio. —Espero serlo realmente —dices—. Y, ahora, me tendras que hacer de copiloto. Necesito tu ayuda, Pocos minutos después iniciais la cuenta atras para dar el salto y atravesar la estructura del espa- cio. El Surveyor ya esta viajando al 72 % de la velo- cidad de la luz. Segun la ley de la relatividad de Eins- tein, es imposible sobrepasar la velocidad de la luz incluso con motores mil veces mas potentes que los del Surveyor. Pero a ti no te interesa la potencia. — Qué vas a hacer? —pregunta Su Ling. —Dices que los motores de maniobra todavia funcionan. Voy a girarlos para que apunten directa- mente a la nave y después abriré fuego. —jPero vas a hacer que volemos todos por los aires! Pies elie ects TE -4 —Tranquilicese, sefior presidente —dices—. Le diré cual de los dos miente. La respuesta es obvia. — Obvia? —El presidente te mira fijamente—, Pues si me lo dice, jentonces es verdad que es un genio! Si le dices al presidente que el que miente es el director Norstaar, pasa a la pagina 74. Si le dices al presidente Jffccote = EULA ot alos Ran 45 —jVamonos de aqui! —gritas, en cuanto decides a cabo el plan de Tim de trasladar la nave. Las luras monstruosas vuelven a sacudir la nave ntras Tim teclea las érdenes en el ordenador. ; demas os abrochais los cinturones de seguri- | A los pocos segundos, el Surveyor despega y ma en el aire. Apenas vislumbras a las bestias dispersan aterrorizadas. poco combustible, lo justo para aterrizar llanura a varios cientos de kilémetros del Pero, incluso mientras habla, veis a varias doce- ; de criaturas iguales a las de antes que corren cia vosotros. Contemplas boquiabierto sus enor- s mandibulas y afiladas garras. Poco después se men a golpear el Surveyor hasta destrozarlo. Fin 47 transcurrido mas de siete afios desde que is el viaje. Ahora estais todos despiertos, lis- iniciar el descenso a Omricon. in tus calculos mas recientes, la nave podra prizar sin problemas. Pero, si no consequis repa- motores principales de propulsién, no ten- a posibilidad de regresar a la Tierra. estais lo suficientemente cerca como para informacién sobre el planeta y es un lugar tico: tan sdlo un poco mas pequenio que la con mucha vegetacién y agua limpia. Por lo Omricon es un planeta ideal para vivir. ordenador ha elegido aterrizar en una playa a mil quinientos kilmetros del ecuador, en el te mAs grande del planeta. —jAbrochaos los cinturones! —resuena la voz por toda la nave. tras el Surveyor se prepara para el aterri- ‘contemplas un momento la superficie del pla- ves extensos campos moteados de bosqueci- e arboles frondosos y, un poco mas alla, el 48 —Claro —dices—. Y por eso el ordenador dijo que no estaébamos en la Via Lactea. No esta progra- mado para identificar la posicion de las estrellas de hace millones de afios. jLlegamos justo cuando el primer hombre empieza a nacer! —,Llegamos? Hablas como si pudiéramos ate- rrizar. ;Cémo vamos a bajar? El tablero indica que los motores principales de propulsién siguen ave- riados. —Eso no es un problema —respondes—. Podre- mos descender con los motores de maniobra. Nece- sitaremos las habilidades de Tim. —Mientras hablas, tecleas instrucciones en el ordenador—. Acabo de programar a Tim y a Pete para que salgan de la hibernacién. Dispondremos de toda la tripulacién en menos de una hora. Su Ling mira por la ventana. — Como sera la vida alla abajo? Te acercas a ella y ves la forma curva del sol que se pone en Africa. Piensas en los millones de criatu- ras que habra: algunas conocidas, otras que nunca has visto ni siquiera en los libros. Imaginas a los pri- meros hombres primitivos acurrucados junto a un fuego y contandose historias sobre la caza del dia. Dentro de pocas horas estards con ellos. Fin 49 nque no eres culpable de la averia, en el fondo ites responsable. Es uno de los inconvenien- ser un genio, piensas. Se supone que siem- enes que ser brillante. Pero ahora es initil padecerte. Los motores principales estan dos y tienes que decidir qué vas a hacer. te ocurren dos posibilidades. Una es intentar ar en Omricon utilizando unicamente los es de maniobra. Si lo consigues, a lo mejor des reparar los motores principales de propul- n. Y, si no los puedes reparar, sélo te quedara que Omricon sea un lugar agradable para otra posibilidad es intentar lo que habias pre- o desde el principio: atravesar la estructura acio y alcanzar una velocidad superior a la de Seguin tus calculos, es posible, pero seria do intentarlo sin los motores principales de ion. Podria ocurrir cualquier cosa. Si decides aterrizar en Omricon, pasa a la pagina 20. Si intentas alcanzar una velocidad superior a la de Ia luz, 50 Al cabo de pocos dias, captas la serial de los te- rroristas, y los helicpteros sélo tardan unos minu- tos en despegar. Vas con el piloto principal y le in- dicas los cambios de rumbo que hacen que la sevial se vuelva cada vez mas fuerte. Cincuenta minutos mas tarde te diriges a Ja fuente de la sefial; proviene de una granja en la costa este de Maryland. E! piloto comunica vuestra posicién por radio a la policia es- tatal y al FBI. Después, el helicéptero desciende y aterriza a solo doce metros del granero. Los otros tres heli- cépteros también aparecen en ese mismo instante. Los agentes del FBI se bajan de un salto, rodean el granero y disparan tres cargas de rayos laser que abren un boquete de dos metros en la pared. El comandante habla por el megafono: —Salgan de uno en uno con las manos arriba. jAhora mismo! 52 —Bien —dice Tim—, ahora tenemos que pen- sar en cémo vamos a reparar la transmisiOn espa- cial. Si no lo consequimos, nos quedaremos aquj para siempre y, por muy hermoso que sea el plane- ta, no estoy muy seguro de que me apetezca. —Vamos a ponernos en marcha —propones. —De acuerdo —asiente Pete—. Su Ling y yo ire- mos a buscar comida. —Tened cuidado —les adviertes—. No estamos en la playa de Waikiki. —jOh no! —grita Su Ling, sefialando algo a tu espalda. Te vuelves para mirar. (ico Rea 53 -Dadme un momento para pensar —dices—. e estado observando. Da la impresién de que T entre ellos. Es evidente que son inteli- Ina violenta sacudida de la nave te interrumpe. -Tenemos que dispararles 0 de lo contrario nos trizas —opina Pete. o, espera. Creo que nos sacuden por curiosi- fus esperanzas aumentan cuando ves que una criaturas mas grandes coge a otra mas peque- aleja de la nave. sensores exteriores recogen los sonidos que : silbidos y chasquidos. No se parece en o al lenguaje humano, pero es igual de com- on muy inteligentes y tienen su propio len- —afirmas—. A lo mejor podemos hablar con sacudidas se detienen y algunas criaturas se . Las demas se quedan, mirando con curiosi- 9 conversando a su manera. s escuchas con atencién a través de los senso- eriores y tu mente de genio se pone a trabajar. © empiezas a distinguir estructuras en medio chasquidos y silbidos. Observas los gestos que cuando hablan para adivinar el significado de nidos. Al cabo de una hora, estas practicando , chasquidos y silbidos. 54 —,;Quiere decir que los ordenadores se han hecho con el poder? —exclama el presidente y se vuelve hacia ti—. Mucha gente predijo que esto iba a ocurrir. Y ahora est ocurriendo, jy todo por su culpa! Tiene que hacer algo. Usted es el Unico que puede encontrar una solucién. Se supone que es un genio, verdad? —Haré lo que pueda, sefior presidente. No lo dices muy convencido. La verdad es que no sabes qué hacer. Quisieras esconderte debajo de la mesa. O regresar a Tahiti. Pero no puedes. El pais te necesita. ; Tienes que pensar en algo pronto! Fijas la mirada en el superordenador SSI que est4 sobre la mesa en el otro extremo de la sala. Como esta protegido de las emanaciones de radio por un muro de cemento, revestido de acero y de casi tres metros, su prograrna original sigue intacto. Es probable que esta unidad sea la tinica que se ha salvado de las cuarenta mil que estan en funciona- miento. De pronto te fijas en un rasguno en la superficie que te resulta familiar. —Si me disculpa un momento, sefior presidente —dices mientras te acercas al ordenador—. jEsta unidad se parece a Waldo, el primer superordena- dor Ese-ese-i! —Lo es —confirma el general Armbruster—. La Ese-ese-i nos lo dond. Drea in ln nAninn AT 55 Ya sé que es mucho dinero, sefior La Farge . Pero sé que Waldo no nos defraudara... seguro de que recuperaran la inversion. senor La Farge no parece convencido, lemos puesto el dinero para este proyecto se supone que usted es un genio. Pero, que no es mas que un chiflado brillante. spere un momento, Lloyd —interviene Mike —, Vamos a darle una oportunidad a este ordenador. —Te hace sefias para que lo encien- ienos dias, Waldo —dices—. ;Es cierto que ejemplo mas avanzando de inteligencia arti- enos dias —responde Waldo—. Seguin los que dispongo, la respuesta es si. Pero, por 0, no puedo estar seguro, o ve, sefior La Farge —sefalas—. Waldo es esto. —Muy mono —contesta el sefior La Farge—, o de momento sélo he visto un ordenador con a muy basico. ¢Puede mostrarnos qué aro. Waldo, icual es el mejor plan empresa- fabricar ordenadores como tui? muy sencillo —responde Waldo sin vacilar—. e a trabajar para ensamblar réplicas de mi . Por ejemplo, si me dan un espacio lo sufi- iente amplio y el material adecuado, podria dos Waldos al dia. Después, cada uno de a dos mas cada dia, y asi sucesivamente. 56 Varias docenas de criaturas de dos patas —de unos tres metros de alto, con la piel gruesa y nu- dosa— se acercan a vosotros dando brincos como canguros. Tienen unas mandibulas enormes, bra- zos fuertes y garras afiladas. —jSon depredadores! jVolved a la nave! —grita Tim. Pete cierra la escotilla pocos segundos antes de que lleque la primera criatura. Los ves por la portilla y oyes que aporrean el casco. Algunos se han api- fiado y parece que se estan comunicando. Tim, con el semblante serio, te pone la mano en el hombro. —Nos queda suficiente combustible como para trasladar la nave a unos cuantos kilémetros de aqui y volver a aterrizar sin problemas, pero podriamos que- darnos aqui para siempre sin poder reparar la trans- misi6n espacial. De pronto la nave empieza a temblar. Tim se tambalea hacia atras. —jEst4n intentando abrir la puerta! —grita Pete—. {Creo que deberiamos abrir fuego! Su Ling te coge del brazo. — Qué hacemos, genio? Si propones trasladar la nave, pasa a la pagina 45. Si sugieres abrir fuego, pasa a la pagina 7U. Si les pides que te concedan wen mamanta nara rofloviondh 58 Han transcurrido dos afios desde que cerraste | trato con Sandhurst. Ha cumplido su promesa y ahora tu suefio se hace realidad; estas navegando en el Ariel, tu submarino nuclear de Superplast, Estas recorriendo las profundidades del 6ceano que nunca se habian explorado. Ahora mismo, estas a cinco kilometros de profundidad, mucho mas alla de los limites de los submarinos convencionales. Durante el ultimo mes has visto criaturas marinas que se creian extinguidas y otros peces cuya exis- tencia nadie conocia. Has encontrado géiseres sub- marinos y plantas gigantescas que crecen entre los gases sulfurosos que rezuman de las grietas del fon- do marino. Has descubierto yacimientos de minera- les raros y has visto montafias submarinas que recuerdan el paisaje lunar. 59 El doctor Oberdorff golpea la mesa con excita- 0 es increible. Las colisiones de antimateria muchisima mas energia que la fusién YY también es mucho mas controlable —afade ctor Farnsworth. verdad —dices—. De hecho, las colisiones imateria pueden servir para propulsar la en lugar de hacer girar las turbinas como ocu- las naves con propulsién nuclear. —;Cuanto tiempo cree que se tardara en cons- 0? —pregunta la doctora Sturnbrunner. Seis meses, quizas ocho —respondes—. Sin r los tramites burocraticos. Eso es lo que pue- trasar mas las cosas. doctor Leicester, el astrofisico, se inclina hacia e con excitacién. 0 quiere decir que podriamos lanzar la nave O que viene; jy viajara a la velocidad de la luz! fin nuestra nave Surveyor padré comprobar si y vida en Omricon 2! —Ya lo pensé —dices—. jNuestra meta sera on 2, el segundo planeta de la estrella de Bar- —Tardara ocho afios, incluso si viaja a la weloci- id de la luz —apunta el doctor Oberdorff. —Y por qué tiene que viajar solo a la velocidad a luz? —replicas. 60 La mafiana siguiente consigues hablar con e| presidente. —,Podria venir enseguida? —pregunta—. |Te- nemos un problema muy serio! —Ahora mismo salgo para alla, sefior. Cuelgas el telefono y empiezas a hacer las male- tas. El crucero habria sido divertido, pero no tanto como solucionar un problema importante. Cuando llegas a la Casa Blanca, el presidente pide a sus ayudantes que os dejen solos. Después sefala una silla de cuero negro y te invita a sentarte. — Qué ocure, senior? —Uno de los directivos mas importantes de la CIA es un agente de la organizacién terrorista Mah Hwong —te cuenta el presidente—. El director, James Norstaar, y el subdirector, Fred Martin, se acusan el uno al otro. Sabemos que uno de los dos miente porque contaron historias contradictorias sobre algo que vieron. —Por favor, continue, sefior presidente —dices. ot Pi Bs se 61 aban a cargo de una operacién para coger ia mas importante de la organizacién terroris- ah Hwong. La agencia se enteré de que el iba a poner un microfilme dentro de una cala- en medio de un campo de Virginia, a unos cin- enta kilometros de Washington. No querian que aspia supiera que lo seguian porque creian que, cuanto lo hubieran identificado, él los conduciria sta el cuartel general de Mah Hwong. Asi que los antes decidieron trabajar solos. 63 Coges el rotulador y escribes unas cuantas cifras —Introduzca esta ecuacién en sus programas, or Oberdorff. Creo que entenderé lo que quiero _ Se oye un murmullo hasta que el doctor Ober- dorff pide silencio. _ —Esta mafana hemos aprendido mucho —dice—. tenemos que comprobar muchas cosas. Vamos a lo por hoy y mafiana nos volveremos a reunir a s nueve de la mafiana. Los demas cientificos se acercan a ti y te dan la mano. El doctor Oberdorff te observa con una son- Cuando los demas se marchan, te coge del bra- 10. Te das cuenta de que tiene algo que decirte. 64 El barco se endereza poco a poco. Sientes que se bambolea en el seno de una ola. Te preguntas que ocurriré cuando estalle otra ola. De pronto oyes un crujido terrible, jigual que un arbol que se cae! Tony, agarrado a la cubierta, te grita: —jSe ha partido el mastil! Intentas desesperadamente pensar con claridad. jEsta vez ser un genio no te sirve de nada! En ese momento, Bob grita: —jHay un agujero en el casco! jPreparad el bote salvavidas! —jCoged mas raciones para nosotros! —chilla Maria por encima del viento. Te diriges a la despensa, pero otra gran ola se estrella contra el barco y te lanza al otro lado de la cabina. Cuando intentas subir a cubierta una casca- da de agua te empuja hacia atras y se lleva la escale- ra. Al final te coges a un asidero y subes. Cuando llegas a la cubierta, estalla otra ola jy te arrastra has- ta el mar! Bob te tira un cabo. —j(Ven aqui para lanzar el bote salvavidas! —le grita a Tony. En medio de las olas, Tony lanza el bote, se mete dentro, seguido de Bob y Maria, y entre todos te suben a bordo. Otra ola azota el barco. —)Suelta el cabo! jSuéltalo! —grita Bob. 65 Pronto retines un equipo para construir una cen- al eléctrica segura y no contaminante. Es la prime- . central de antimateria diseriada para producir tricidad. Viajas a Sydney, en Australia, donde se a construir la central, y el gobierno te proporcio- una maravillosa habitacién en el cuarto piso de n hotel de lujo. Justo debajo del balcén hay una na. _ Los primeros dias transcurren sin contratiem- De pronto sucede algo inesperado. Recibes a carta por correo en la que te amenazan de muerte. Ensequida llamas a la policia. Te ponen con comisario y te dice que es probable que haya sido de los terroristas de Oriente Medio. —Hay muchos magnates del petrdleo a los que gustaria quitarte de en medio te explica—. Si » construyen muchas centrales eléctricas gracias a invento, habré menos demanda de petrdleo y los s bajaran en picado. _ Te promete que enviara una brigada antiterroris- 67 | —Sé que esta a punto de iniciar una misién muy mportante —dice el presidente—. Pero antes de arse, creo que deberia reflexionar. Lo necesi- os aqui, en la Tierra. _ —Pues... gracias, sefior, pero estoy seguro de que el pais podra arreglarselas sin mi durante un po. _—Ojala pudiera decir lo mismo —responde el presidente—. Mire esto. _ Te pasa un memorandum del director de la CIA, Robert Nyward. Pone «Confidencial» y dice lo : Apreciado senior presidente, : Nos hemos enterado de que la organiza- _ cién terrorista Mah Hwong ha inventado un _ artefacto capaz de emitir un impulso electro- nico que podria paralizar todos nuestros siste- 4 mas electrénicos. Eso significa que podrian _hacerse con la red informatica de todo el pais en pocos segundos. Necesitamos contrarres- _ tarlos de inmediato. Le ruego que ponga a _ trabajar en ello a nuestros mejores cientificos. 68 —Coincido en que es una amenaza muy seria, sefior, pero creo que los demas cientificos estan perfectamente capacitados para enfrentarse a ellos sin mi —le explicas al presidente. El presidente se inclina hacia adelante. Sientes la mirada de acero de sus grises ojos. —Si, pero con su ayuda esto se solucionaria mucho antes, :no es asi? Te encoges de hombros. No puedes decir que no podrias ayudarlos. Por otro lado, la misién a Omri- con 2 también es muy importante. Si decides quedarte y ayudar al presidente a luchar contra los terroristas Mah Hwong, pasa a la pagina 3. 69 _ —Esa capa esta formada por botellas y envases plastico. Seguro que viene de la tierra —dices—. eo que deberiamos remar hacia alla. Los cuatro os ponéis a remar y pronto os acer- is a la capa. La bordeais con la esperanza de que conduzca hasta la tierra. —A lo mejor encontramos una caja con comida a capa esta de tu lado, pero sdlo ves botellas y ses de plastico, trozos de espuma de poliestire- , madera y algas aceitosas. Los mosquitos revolo- n sobre la superficie. a _ El presidente se inclina y saca un pequeno mag- #6fono de un cajén del escritorio. —Le voy a poner las declaraciones que cada uno le ellos hizo sobre lo que ocurrié aquella noche. Pri- ero pondré la del director Norstaar. Escuchas la cinta: _Nos enteramos de que el espia iba a poner el icrofilme dentro de una calabaza hueca sobre s doce de la noche del nueve de octubre. Habia-» os reducido la lista a nueve sospechosos y mira- os las fotos de todos ellos. El subdirector Mar- ny yo ocupamos nuestros puestos alrededor de s once de la noche. Me oculté tras un arbusto n el extremo este del campo. La tinica luz que bia era la de Ia luna, pero los dos teniamos ismaticos especiales para ver en la oscuridad, as doce no ocurrié nada, pero cerca de las we y media, justo cuando estabamos a punto -marcharnos, vi a un hombre que venia del sur que puso algo dentro de la calabaza. Después rché. La luna !lena acababa de aparecer por este e ilumind el rostro del hombre cuando se 72 —Me gustaria poder ayudarlo, sehor —dices— pero no sé cual de los dos miente. —Bueno —responde el presidente—, sdlo por. que es un genio no significa que tenga que saberlo todo. De todas formas investigaremos este asunto a fondo. Y, ahora, si me disculpa, estoy muy ocupado, Mientras habla, el presidente aprieta un botén, En cuanto acaba la frase, un ordenanza abre la puer- tay te espera para acompanarte hasta la puerta. Regresas al hotel con una sensacién de malestar porque no has podido ayudar. Pero eres demasiado listo para estar deprimido mucho tiempo. Es verdad que no eres un genio para todo; al fin y al cabo, el presidente tenia razon: nadie puede saberlo todo. Fin 73 Su Ling te observa con ansiedad mientras tecleas ordenes en el ordenador para pedir mas infor- La maquina tarda en responder, pero todavia no s preocupado, El radar de la nave ha sido dise- do para prever cualquier colisién con un minimo media hora de antelacién, lo cual te da tiempo sobra para modificar el rumbo. fin el ordenador responde y confirma la pre- a de un meteorito a mas de ciento cincuenta es de kildmetros. Un desvio de un cuarentavo grado bastara para evitarlo, pero el ordenador odra calcularlo mejor que tu. Entonces tu mente de genio se acuerda de algo. ordenador no est4 programado para tener en ta el efecto relativista que se produce cuando viaja al 72 % de la velocidad de la luz! Calculas rapidamente y gritas: —jSu Ling! {Se produciré una colisién dentro diecisiete segundos! 74 —Es muy sencillo, sefior presidente —dices—, EI director Norstaar dijo que pudo identificar a| espia porque la luna llena acababa de salir por e| este. Pero todo esto ocurrid pasadas las doce de la noche. Es imposible que la luna salga a esa hora, Sélo esta llena cuando se halla justo delante del so], Asi que, en Virginia, la luna llena tiene que salir, como muy tarde, una hora después de la puesta de sol y, a las doce, la luna tenia que estar en el sur, tal y como dijo el subdirector Martin. —Asi que Norstaar mintié —dice el presidente mientras coge el teléfono—. Quiero ver al secreta- rio de Justicia; vamos a hacer una detencién de alto nivel. —Y afiade mirandote—: Ha solucionado este problema sin siquiera salir de mi despacho. Menos mal que nos ha podido ayudar. —Me alegro de haberle sido util, sefior —le res- pondes con una sonrisa. El presidente te acomparia hasta la puerta de la Casa Blanca. Cuando os estrechais la mano para despediros, te dice: —Deberia pensar en presentarse en las eleccio- nes. Necesitamos a un genio como usted en el gobierno. Fin 76 Ha pasado el tiempo. Poco a poco sientes que yuelves a la vida. Los pensamientos empiezan a fluir en tu mente y, sin embargo, no te puedes mover. Tus ojos se abren lentamente. Pasaran unos minutos antes de que puedas mover los musculos, a pesar de que unos aparatos mecanicos los estuvie- ron ejercitando mientras dormias. Pronto empiezas a sentir los dedos de los pies y las manos. Ahora te toca a ti estar de guardia. En las pantallas electroni- cas ves que Tim y Pete siguen hibernando y que todo va bien. —Hola —te saluda Su Ling, mirandote—. Me alegro de tener a alguien que me haga compafiia. —Ha ocurrido algo mientras vigilabas? —Nada en absoluto. ;Y ya hemos recorrido cin- co billones de kilometros desde que abandonamos la Tierra! —,A qué velocidad vamos? —preguntas. Su Ling sonrie de oreja a oreja. —jAl setenta y uno coma siete por ciento de la velocidad de la luz! —Es fantastico, podré dedicarme a mi experi mento e intentar atravesar la estructura del universo. Sjientes un hormigueo en los musculos. Su Ling te ayuda a levantarte de la litera. Si estuvieras en la Tierra te costaria moverte, pero como no pesas nada te resulta més facil salir del estado de hiberna- cién. Puedes flotar y desperezarte sin problemas. Dran a lanénina 10% 77 En cuanto llegas a Tahiti recibes un mensaje gente de Mike Hollander que dice que hay un pro- emia muy grave en el sistema del superordenador. ssi te alegras de recibir el mensaje. Lo estabas ysando muy bien haciendo submarinismo y wind- if, pero, como eres un genio, lo que mas te gusta Piensas coger el primer avién con destino a Esta- ys Unidos, pero cuando llegas al aeropuerto te eras de que todos los vuelos han sido anulados. e el rumor de que los ordenadores de las lineas as estan averiados. imposible que no funcione ningtin ordena- Justo en ese momento te llaman por megafonia; sen que tienes una llamada urgente. El presidente desea hablar con usted —te nunica una voz por teléfono. — El presidente de Smart Systems? —preguntas. —No, el presidente de Estados Unidos. Al ofrlo, por poco te caes de espaldas. «;Para 2 me llamara el presidente?», te preguntas. —iNo sabe cudnto me alegro de encontrarlo! ie dice una voz por el auricular. -gEn qué puedo ayudarlo, senior? —respon- —. Estoy atrapado en Tahiti; parece ser que no an los ordenadores. El aeropuerto entero 78 Las horas pasan. Hacéis turnos para descansay mientras los demas reman. Te sientes cada vez mag débil. Maria y Bob caen exhaustos y se acuestan, Tony y ti continudis, pero los brazos te pesan, Cada golpe de remo requiere un esfuerzo tremen- do. Intentas ver alguna sefial de tierra, pero sdlo ves el mar. De pronto te das cuenta de que, aunque la basy- ra venga de la tierra, es posible que la corriente la haya arrastrado hasta la mitad del océano. jLa tie. _ rra puede estar a cientos de millas! Nadie dice nada, pero sabes lo que piensan, Es posible que seas listo, pero todavia hay muchas cosas que desconoces. Ni siquiera los genios lo saben todo. Fin 80 —,Bromeas? —interviene la doctora Sturnbrun- ner, riéndose—. Por muy potente que sea el motor es imposible que supere la velocidad de la luz. Ta sugiero que repases las ecuaciones de Einstein que explican las leyes inalterables del universo. —Sin duda —respondes sin vacilar—, pero pre- suponen que la estructura del universo no se puede alterar. Y, segtin como se mire, las colisiones de la materia y la antimateria son capaces de modificar la estructura del universo. —,Eso significa —dice la doctora Sturnbrunner, mientras se pone de pie— que se puede hacer un agujero en el continuo por el cual se podria pasar a otro espacio-tiempo? —Exactamente, doctora. Se puede llegar mucho antes a otro lugar en el espacio-tiempo si se viaja por la estructura del espacio, igual que se tardaria mucho menos en ir a China si se viajara a través de la Tierra en lugar de recorrer la superficie. —jSanto cielo! —exclama el doctor Oberdorff—. éTambién puedes demostrar eso? 81 presidente lamenté que no te quedaras para larlo a luchar contra los terroristas, pero no snt6 interponerse en tu camino. Tres semanas ss tarde, el Surveyor se halla en la plataforma de wamiento y tt estas dentro con otros tres astro- wtas preparados para emprender el viaje. A pesar de que nunca se habia construido una je espacial tan avanzada como el Surveyor, no ades evitar sentirte nervioso a medida que se ndiente de la nave; es el primer vuelo tripulado ‘hombres que se dispone a abandonar el sistema . El Surveyor va a alcanzar velocidades que pca se habian conocido. Y tu objetivo es formida- ; tienes que encontrar otro planeta para que el pueda habitarlo, porque la Tierra esta serpoblada y contaminada. Por supuesto, sabes que es posible que nunca lle- ss a Omricon o que, si lo haces, tal vez descubras demas tienes que ocuparte de tu misidn espe- . Cuando el Surveyor alcance el 63 % de la velo- xc de la luz, tendrés que intentar atravesar la I a del universo y de ese modo viajaras mas ido que la luz. De pronto suena un zumbido. jHa llegado la y 5, 4, 3, 2, 1... ;Despegue! 83 Te quedas estupefacto cuando miras por la ven- a. A unos pocos miles de kildmetros ves un pla- la que ocupa casi un tercio del cielo. El Surveyor be de estar en una orbita estacionaria encima de Lo extrafio es que la forma del continente te sulta familiar, jes practicamente igual a Africa! jEs la Tierra! —grita Su Ling. bas pensando lo mismo. Pero ecémo puede —Es ecient que el desierto del Sahara é tan cubierto de nubes —comenta Su Ling. jMuy sorprendente! —Pero, mientras lo dices, mente de genio resuelve el enigma—. Su Ling, as visto imagenes en los libros de geologia sobre ymo era la Tierra en periodos geoldgicos anterio- 5? Yo las recuerdo, y te aseguro que ese continen- que vemos ahora es igual a Africa en el plioceno, lace entre dos y cinco millones de afios! En aquel ttonces habia mucha mas agua en el Sahara. demos retrocedido en el tiempo! —Y por eso las estrellas no estan en su lugar abitual —afiade Su Ling. 84 Tras tanta excitacion, decides irte de vacaciones otra vez. Vas a Disneylandia y al Mundo Submayj- no. Después visitas el parque zoolégico de San Die- go. Pronto empiezas a aburrirte con tanto tiempo libre. Estas inquieto y te apetece hacer algo mas entretenido. Un dia, cuando estas paseando por ¢| puerto y pensando en lo que vas a hacer, te detienes ante una pequefia goleta amarrada al muelle. Tiene el nombre, Nube Voladora, pintado en la popa. EF] casco es verde y la carpinteria negra y brillante. La cabina esta recién barnizada y la vela recogida en la botavara. En e] mastil ondea la bandera roja con la hoja de arce blanca del Canada. En el muelle hay un cartel que dice: SE NECESITA TRIPULANTE PARA UN CRUCERO A HAWAI Miras a la gente que esta en el muelle cargando las provisiones. gPor qué no te apuntas? Podria resultar agradable volver a trabajar. Entonces te pre- guntas: «;Crees que un genio debe dedicarse a na- vegar por el océano?» Tal vez tendrias que regresar a Washington para hacer algo mas util. Si te apuntas al crucero a Hawai, pasa a la pagina 13. Si decides Ilamar al presidente para ver si te necesita, 85 De pronto adviertes que dos de las criaturas mas equerias se estan peleando. Da la impresién de discuten sobre si deben sacudir el Surveyor. Una criatura grande se acerca a las pequefias y emi- un silbido muy largo y cada vez mas alto y agudo, do de varios chasquidos. Los dos contrincan- les se apartan y se alejan en direcciones opuestas. Sigues observandolos. En estos momentos estas mas intrigado que asustado. _ Tim convoca una reunion. —No nos podemos quedar aqui sentados. jTene- mos que hacer algo! —Te mira directamente mien- ras habla. Para responder no necesitas pensarlo dos veces. _ —Voy a salir a hablar con ellos. He aprendido su lenguaje y no me dan miedo. _ Tim sacude la cabeza, incrédulo. _ —Creo que estas arriesgando la vida, pero, en fin, jte deseo suerte! _ En cuanto sales, la escotilla se cierra tras de ti. as criaturas retroceden unos cuantos pasos cuan- te ven pisar el suelo. Parecen mas curiosas que stiles. Entonces una de ellas se te acerca con las ‘as extendidas y la boca abierta. Ensequida emites un silbido cada vez mas agudo. Al igual que la criatura que antes observabas, silbas a nota aguda seguida de varios chasquidos. 86 Los matones se acercan répidamente. Corres hacia el extremo derecho del balcén y saltas por la barandilla. La caida es muy grande, pero por lo menos no vas a chocar con el trampolin. Entonces te acuerdas de que el trampolin esta en el lado mas hondo de la piscina. No tardas en tocar el fondo cuando caes en sdlo sesenta centimetros de agua. Fin 88 Mientras el presidente y los demas te observan, sacas cinta aislante, condensadores, resistencias y un par de transformadores de tu maletin de cuero negro. Al cabo de pocos minutos has construido un pequefio aparato que empalmas con los cables externos de Waldo. —Este es un aparato de alta tecnologia para pro- teger a Waldo de las subidas de tensi6m —les expli- cas—. Cuando conectemos a Waldo con las lineas exteriores, intentaran vencer su resistencia y volver a programarlo. Pero, en cuanto Waldo reciba el pri- mer impulso, el aparato se activara y recibira la transmision sin causarle ningtin dafio. —De modo que —prosigue Waldo, pues se da perfecta cuenta de lo que pretendes—, cuando aca- ben la transmision, pasaran a la fase de recepcidn. —En otras palabras, habran bajado la quardia después de haber asestado el golpe —ariades. —Exacto —responde Waldo—. Y en ese mo- mento podré volver a programarlos, —,Las cuarenta mil unidades? —pregunta el presidente. —Si —replicas—. Siempre y cuando todas estén conectadas. Y creo que lo estan, dado que su ener- gia depende de que estén conectadas como una unidad unica. Y, cuando las tengamos bajo nuestro control, le aseguro que arreglaremos estas maqui- nas para que esto no vuelva a ocurrir. 89 Se oye una aclamacién en la sala de conferen- cias. El presidente se enjuga la frente, se acerca a ti —jEs usted un verdadero genio! —dice. —Gracias a Waldo —contestas, mirando el orde- nador. Mientras hablas, sigue procesando informa- jn a una velocidad asombrosa. —Y ahora qué hace? —pregunta el presidente. _ Una luz verde parpadea en el tablero del ordena- dor y aparece una lista de nombres y direcciones en el monitor. —Buen trabajo, Waldo —dices—. Sefior presi- dente, aqui tenernos los nombres y direcciones de todos los terroristas. Waldo los sacé de los archivos de sus ordenadores y ya ha dado la orden de que los detengan. _ El presidente sonrie de oreja a oreja. —Es increible. - Cuando los superordenadores SSI vuelven a estar conectados a la linea, los programas para que no los vuelvan a manipular. En pocas semanas, el gobierno vende las cuarenta mil unidades a diversas empresas de todo el mundo. La mitad de los benefi- cios son para SSI y la otra mitad para el gobierno. Como eres el inventor, recibes una décima parte de la participacion de SSI. jEn un periquete has tripli- eado tu fortuna! 90 —Creo que deberiamas abrir fuego —dices. Tim dirige uno de los cafiones hacia las cabezas de las bestias mas cercanas y dispara. Los monstruos se dispersan en todas las direc- ciones, pero pronto vuelven, acompaniados de mas bestias. Te quedas boquiabierto cuando ves que veinte o treinta se acercan con un tronco enorme. jEs evidente que pretenden utilizarlo como ariete! —jVolved a disparar! —grita Pete. Pero Tim sacude la cabeza. —Estoy seguro de que por alli hay muchos mas. —A lo mejor son inteligentes —dices—, y nos perdonaran la vida. Un ruido ensordecedor ahoga tus palabras cuan- do el tronco atraviesa el casco del Surveyor. Pocos segundos después las bestias te cogen del cuello. Lo ultimo que piensas es que no has sido un genio listo. Fin ) 7 92 —Ya sé que es extrafio apuntar los motores de maniobra hacia la nave —le explicas a Su Ling—. Pero recuerda que estamos viajando a mas de dos- cientos mil kilémetros por segundo. Para salir de la boca del motor, la onda expansiva tendra que reco- rrer mas de treinta centimetros a unos dos mil kilé- metros por hora, Su Ling se pone en jarras. —A esa velocidad no se tarda mucho en recorrer treinta centimetros. —Exacto. Sélo media milésima de segundo. jPero en ese periodo de tiempo habremos recorri- do cien kiloémetros! Su Ling sacude la cabeza. — Pero la onda expansiva de los motores no nos arrastrara? —No. Otra vez Einstein: la velocidad y el movi- miento de la radiacién no se ven afectados por el movimiento del objeto del cual provienen. —Pero entonces jqué ocurrira? —Como demuestra el teorema rousseliano, el efecto de la explosidn sera el de deformar el espa- cio. Y eso significa que alcanzaremos un punto dife- rente en el espacio tiempo o, lo que es lo mismo, viajaremos a una velocidad superior a la de la luz. 93 _ —Supongo que tenemos que intentarlo —asiente Su Ling—. Si no lo hacemos, podriamos pasarnos el sto de nuestras vidas viajando por el espacio. _ Ledas unas palmadas en el hombro. __ —Vamos a abrocharnos los cinturones de seguri- , ~ Pocos minutos después, anuncias la cuenta atras por el intercomunicador. 95 —Sefor, ¢tiene un Ese-ese-i en el que no se hayan infiltrado? le preguntas. —Si, tenemos uno en la sala de reuniones de la ‘Casa Blanca. Pensamos que tal vez podriamos utili- lo para contrarrestar a los demas, pero no sabe- mos como. —Si estuviera alli, quiza podria hacer algo. _ — Puede estar aqui! —bramo el presidente—. Le enviamos un avién de las fuerzas aéreas desde Hawai hace un par de horas. De hecho, ya tendria que haber llegado. Mientras habla, ves que un reactor supersonico K-27 aterriza en la pista. Cuando el piloto conecta la retropropulsién, se oye un ruido ensordecedor. —Ahora mismo voy para alla, sefior —dices. Tahiti esta muy lejos de Washington. Tardas cin- co horas en llegar a la base aérea de McAndrews y alli subes a un helicéptero que te llevara a la Casa Blanca. Al cabo de diez minutos aterrizas en el jar- din, donde te espera un oficial de la marina que te ‘conduce a una sala en la sexta planta del sétano. Sentados a una mesa ovalada estan el jefe del Estado Mayor, el secretario de Defensa, el secreta- tio de Estado, el asesor cientifico del presidente y ios ayudantes. EI presidente, en mangas de camisa y con la cor- bata sin anudar, se levanta para saludarte. —Me alegro de verlo te dice, estrechandote la ‘mano. 96 —Un momento, senior La Farge —dices—. Estoy seguro de que conoce las leyes de la progresién geo- méirica. E] segundo dia los clones de Waldo sdlo haran cuatro unidades, pero el tercero haran ocho, el cuarto dieciséis, el quinto treinta y dos, el sexto sesenta y cuatro... —Y asi sucesivamente —ariade Mike. —Y el décimo dia, jlos clones de Waldo estaran haciendo mas de mil unidades! —concluyes en tono triunfal. —jNo disponemos de suficiente espacio en la planta para eso! —objeta el senior La Farge. —Con tanta productividad podremos comprar todo el espacio que necesitemos —le recuerda Mike Hollander en voz baja. —Bueno, me cuesta creerlo —dice el sefior La Farge—. Pero no veo por qué no podra haber un superordenador Ese-ese-i en todas las oficinas de Estados Unidos. —Por fin, una sonrisa asoma a sus labios. — A qué esperamos? —dice Mike—. ;|Vamos a ponernos en marcha! Al cabo de un ano, Smart Systems, Inc. fabrica cada dia veinte mil superordenadores SSI iguales a Waldo. Practicamente de la noche a la manana, SSI se ha convertido en la empresa de robética mas importante del mundo. jY ti has hecho la fortuna que deseabas! 97 Corres hacia el extremo izquierdo del balcén. Con el rabillo del ojo ves que los terroristas estan cada vez mas cerca. Te subes a la barandilla y saltas, procurando no chocar con el trampolin. Mientras caes, estiras las piernas y respiras hondo. Penetras el agua como una bala. Agitas los bra- os para frenar el impulso de la caida, pero aun asi tus pies chocan con el fondo. Has salido indemne y nadas hasta la escalera. Ahora sdlo te queda espe- far que no se pongan a disparar. Cuando sacas la cabeza del agua. oyes los dispa- ros de las pistolas automaticas. jLos terroristas an en pleno tirateo con la policia! En cuanto sales de la piscina y entras en el hotel, el tiroteo cesa. Mas tarde te enteras de que un terro- rista ha muerto y el otro se ha rendido. La policia te proporciona guardaespaldas las veinticuatro horas del dia, pero no vuelves a tener problemas. Resulté que los terroristas eran unos fanaticos que actuaban por su cuenta. La central eléctrica se acaba en el plazo previsto y pronto se construyen mas en todo el mundo. En nto a ti, eres rico y famoso. Y, lo que es mas portante, te sientes bien porque sabes que has ilizado tu genio para una buena causa al propor- nar al mundo una energia segura, econdmica y contaminante. Fin 98 Su Ling te mira asustada. —Sé que eres un genio, pero estas seguro? Te gustaria tranquilizarla, jpero no hay tiempo! —Echate y abréchate el cinturon. j,Tenemos que modificar el rumbo! Su Ling te obedece inmediatamente. Apuntas al ordenador con la unidad remota. Sélo quedan ocho segundos. No hay tiempo; jtendrias que dar un giro tan brusco que las fuerzas gravitatorias destrozarian la nave! Sélo te queda una posibilidad: jabrir fuego! El Surveyor tiembla con violencia. Poco des- pués, vuelve a reinar la calma mientras se oye el tic- tac del reloj. Pasa a la néaina 109. 99 —Tal vez hay una isla bajo la nube —gritas—. jCreo que deberiamos ir hacia ahi! Los demas te miran con desconfianza, pero to- dos se ponen a remar. El bote avanza lentamente por el mar. —Vamos a remar hacia la izquierda de la nube —dices—, porque la corriente nos arrastra hacia el este. — ,Cémo lo sabes? —pregunta Bob. —Miré las cartas antes de la tormenta. Pasan las horas y nadie dice nada. Estdis dema- _ siado agotados. Cae la tarde, y da la impresién de que la nube esta cada vez mas lejos. Con cada golpe de remo, la esperanza disminuye. Bob y Maria no tardan en caer exhaustos y se tumban. Tony y tu seguis remando, pero os sentis cada vez mas débiles. De pronto fuerzas la vista para otear el horizonte. «;Eso es otra nube?», te preguntas. «O es...» —jTierrva a la vista! —grita Tony. 101 Reclinado en tu asiento, contemplas por la porti- lla el cielo azul que se oscurece y se vuelve purpura, _ después negro y brillante por las estrellas. —Ya pueden levantarse —se oye la voz del capi- tan Tim Ferriss por el intercomunicador—. Toda la tripulacién debe acudir a la sala de control. Te diriges a la sala de control, pero te detienes un momento ante la portilla trasera para contemplar la Tierra que se aleja rapidamente a pesar de que todavia cubre una cuarta parte del cielo. Es una vision hipnotizadora. Te fascinan los remolinos de nubes blancas a su alrededor y, debajo de ellas, ves Jas manchas azules de los océanos y las superficies marrén-verdosas de los continentes. Las zonas de- sérticas se perfilan claramente, la costa oeste de rica, casi hasta el ecuador como un maravilloso mapa viviente. De pronto te acuerdas de que tienes trabajo, asi que te apresuras a sentarte delante de Tim Ferriss en la sala de control. A tu derecha esta el coman- dante Pete Summers y a tu izquierda la asesora Ccientifica, tu amiga Su Ling. 102 Cuando le dices al presidente que el subdirector Martin mintié y que era el espia, el presidente te pide una explicacién. Le das una razon, pero no lo convences. —Estaré en contacto con usted si lo necesito —dice. Poco después, un ordenanza te acompana a la puerta. Al cabo de varias semanas lees en el periédico que se aclaré el caso y que el espia era el director Norstaar. «En fin», piensas, «hasta los genios se equivocan.» Fin 103 —No debes sentirte culpable —dice Su Ling—. Si no hubieses disparado habriamos chocado con el meteorito y ahora no estariamos aqui. —Es verdad —reconoces—, pero tendria que haber previsto que el ordenador no estaba progra- mado para tener en cuenta la velocidad. Ahora tenemos un problema muy serio. — Hay alguna posibilidad de reparar los dafios? —No mientras estemos en el espacio. Tendria- mos que aterrizar en algtin sitio para poder trabajar desde el exterior de la nave. Los dos permanecéis callados unos minutos. Es una sensacién extrafia. Todo parece normal. El Surveyor sigue su rumbo hacia Omricon al 72 % de la velocidad de la luz. Aunque los motores principales de propulsién estan averiados, los motores de manio- bra siguen funcionando. Aun os falta un largo camino por recorrer antes de llegar a vuestro destino. Y no sabes si podréis aterrizar sin los motores principales de propulsién. Si no lo conseguis, cuando lleguéis al planeta, la nave pasaré de largo y sequira volando por la gala- xia en un viaje hacia la nada. Daan ~ la nArinn 0

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