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Danza contemporánea
Es una danza muy versátil que posee varios estilos, música y formas, pero en
esencia trabaja de manera disciplinada el alineamiento natural del cuerpo y el uso
eficiente de la energía para expandir las posibilidades de expresión.
Los inicios de esta danza se remontan a finales del siglo XIX. Surge sobre las bases
del ballet clásico como una reacción a la rigidez del mismo y además como una
expresión de libertad corporal
Los bailarines de danza contemporánea tienen que tener un excelente dominio
técnico a la vez que una gran versatilidad y una buena capacidad para improvisar.
La pieza está centrada en el suelo, trabajando la gravedad y el peso del cuerpo.
Generalmente se baila con los pies descalzos. El aprendizaje incluye técnicas y
movimientos del ballet clásico, así como nuevas expresiones de la danza moderna.
El objetivo es explorar los movimientos en relación con el piso y a la vez aplicar
algunas técnicas de consistencia del cuerpo.
ISADORA DUNCAN
Su estilo de danza era completamente nuevo y rompía con la rigidez del ballet
clásico, además de utilizar música de concierto, que originalmente no había sido
compuesta para ser bailada. Isadora, fue pionera en su ramo y alcanzó la perfección
siendo su propio maestro, en el que para ella, el cuerpo debía ser translúcido para
proyectar el alma y el espíritu. Sus enseñanzas y personalidad son ahora parte
importante del desarrollo de la danza.
Su primer debut profesional fue en 1899 en Chicago, al que le siguieron giras por
Europa y Estados Unidos. Daba recitales de danza y estableció escuelas cerca de
Berlín (1904), París (1914) y Moscú (1921). El baile de Duncan se caracterizaba por
movimientos libres y fluidos enmarcados en la máxima expresión emocional interna.
Isadora estaba convencida de que no era su cuerpo el que bailaba, sino su esencia,
su alma, su interior.
Era amante de los cánones de belleza de la antigua Grecia, de tal modo que en sus
actuaciones se vestía con una túnica transparente, con los pies, brazos y piernas
desnudos, y con su largo cabello suelto. A pesar de que los críticos no soportaban
ver a una mujer irreverente que bailaba descalza, con una túnica y sin maquillaje,
admitían que en su danza había un arte original y apasionado.
Su estilo de danza era completamente nuevo y rompía con la rigidez del ballet
clásico, además de utilizar música de concierto, que originalmente no había sido
compuesta para ser bailada. Debido a su rechazo por las técnicas formales y a la
utilización de los movimientos naturales, la danza de Duncan parecía una constante
improvisación. A través de la ejecución de su baile suscitó en el coreógrafo ruso
Mijáil Fokine, una enorme influencia en el ballet del siglo XX, así como a coreógrafos
estadounidenses como Ruth St Denis y Ted Shawn. La escuela pronto se extendió y
fundó compañías de danza en varios países europeas, incluyendo Alemania, Francia
y Rusia.