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FRONTERA-PM 40, oct-dic 2006

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SIGNOS DE LOS TIEMPOS

Ética y verdad política

Marc Antoni Adell

Podría parecer que se trata de dos con- cos –algunos de nuestros políticos– pare-
ceptos antitéticos: la ética que remite a la cen ir en sentido contrario: el “todo vale”
moral y las buenas costumbres, de un para conseguir el poder y el despotismo
lado, y la política, cuya “verdad” no y otras argucias para mantenerlo una vez
siempre es presentable éticamente, de conseguido, parecen guiar la intenciona-
otro. Pero no. Una y otra son perfecta- lidad y las prácticas de más de uno. Y es
mente articulables, aunque no siempre que, a la “erótica” del poder, suele aña-
desde parámetros matemáticos –de exac- dirse la componente dineraria, entre los
titud total–, porque todo se puede mejo- objetivos “políticos”.
rar y hacemos camino, caminando, como Por eso no es de extrañar que alguien
decía el poeta. Me explicaré: según se confesara, sin rubor, aquello de: “voy a
me alcanza como ciudadano –que no meterme en política para forrarme”. Y
experto en una ni ejerciente de la otra–, todo apunta que –hasta el momento al
los presupuestos éticos –lo que Adela menos– al tal personaje le va la mar de
Cortina califica de “ética mínima”– han bien, ya que después de haber ocupado la
de impregnar la vida de las personas y de presidencia de una comunidad autónoma
los pueblos. Así, pues, la moralidad no es durante largo tiempo y una cartera minis-
sólo una cuestión relegada al ámbito per- terial –durante un tiempo no tan largo–,
sonal, sino que presenta una dimensión continúa en activo como portavoz parla-
social consistente y, por ende, política. mentario. Y aunque los políticos no han
Entendida la política como la forma de de arruinarse en el ejercicio de su res-
gobernarse la sociedad, participadamen- ponsabilidad cívica, ni pagar de su bolsi-
te, democráticamente, al servicio de la llo lo que corresponde al erario público,
ciudadanía y, por tanto, éticamente. Es sino que han de recibir una justa com-
decir moralmente presentable. pensación económica por su dedicación
Pero los hechos –algunos hechos– de a la ciudadanía y a gestionar los proyec-
los que son protagonistas nuestros políti- tos de gobierno, de eso a “forrarse” hay
__________
Marc Antoni Adell Cuevas, Universidad de València.

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un buen trecho que lo marca la decencia. pio país. Pero la lista de políticos –algu-
La ética, en suma. nos “de casa”– que mintieron descarada-
Porque lo que un ciudadano de a pie mente para “justificar” guerras e inva-
espera de sus gobernantes –algunos pi- siones a países que (¿también como
den milagros, pero no es el caso– es, ellos?) fabricaban armas de destrucción
además de una mínima preparación para masiva y otros episodios bien tristes que
el ejercicio de las responsabilidades pú- están en la mente de todos –la tragedia
blicas, un grado de moralidad contrasta- del 11-M, por ejemplo–, es larga.
ble. Lamentablemente, en más de una Algunos –y algunas– de ellos siguen
ocasión, está ausente una y otra cuali- apareciendo en los media, jaleados por
dad: los episodios en determinada loca- ciertos periodistas “independientes”,
lidad costera –pero no la única– de pre- intentando hacernos comulgar con rue-
varicaciones, sobornos, desfalcos, mal- das de molino. Pero no. Los ciudadanos
versaciones y complicidades inconfesa- –y en eso empezamos a parecernos a los
bles lo avalan, evidenciando que algu- norteamericanos– podemos perdonar
nos o algunas políticos ejercen de mario- que un político no sea una “lumbrera” o
netas o elementos “decorativos” –bien que cometa errores, pero no que nos
“forrados”–, al servicio de tramas de mienta descaradamente y sin rubor,
dudosa catadura ética. tomándonos por pardillos o menores de
No es el único (mal) ejemplo: en la edad: eso empieza a pasar factura en
costa o en el interior, en la política muni- forma de elecciones perdidas –o a perder
cipal, autonómica o estatal –y europea y próximamente– aunque ellos, haciendo
hasta mundial–, la falta de respeto por buena la frase clásica sostenella y no
los principios y valores que tendrían que enmendalla, se mantienen en sus trece
ser el referente del ejercicio público del sin ningún rubor, ensayando el gesto de
poder, comienza a ser norma habitual de sorprendidos y hasta de ofendidos, por
conducta, aunque por suerte –gracias a la “conspiración” de los otros, es decir
Dios decimos nosotros– no se ha gene- del resto del universo político local o
ralizado y quedan (buenos) ejemplos de planetario. Mantienen la esperanza en la
ejercicio responsable en la actividad técnica goebbelsiana de repetir hasta la
política. saciedad una mentira, para que aparezca
Pero algunos, por desgracia, hacen como verdad, técnica que si no “coló” en
gala de una peculiar interpretación de la época de su acuñador, podría hacerlo
doctrina de Maquiavelo y convierten la ahora que es tiempo de relativismo y
mentira en práctica habitual: el episodio nada es lo que parece…
más emblemático y aún reciente –pero Los adictos a una tal práctica añaden
no el único, lamentablemente– lo hemos otra para descalificar a quienes no les
vivido en el caso del primer ministro siguen la corriente: “proyectan” en los
húngaro, quien confiesa y se jacta, a la demás –¡ay, Freud!, que se quedó corto,
vez, de haber mentido a la ciudadanía en su diagnóstico del inconsciente más
durante la campaña electoral que le aupó profundo– sus propias neuras y los acu-
al poder. Lo que ha provocado la (justa) san de lo que protagonizan ellos: la
indignación de los ciudadanos de su pro- manipulación descarada, las medias ver-

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dades, las mentiras encubiertas… y todo to es que ellos son los profesionales de
–dicen de los demás– por intereses per- la enseñanza, pero no los únicos respon-
sonales, egoístas, inconfesables, parti- sables: los padres, los adultos, los jóve-
distas… E insisten, porque saben que nes que van delante de los adolescentes
hay gente que, por más que reconozca y los adolescentes que van delante de los
que mienten, les seguirá votando, senci- más pequeños, tienen que hacer su apor-
llamente porque aquella parte de la ciu- tación a la tarea –harto complicada y
dadanía piensa como ellos y en eso cada día más– de formar personas. Y no
están. sólo la formación de los escolares
Sin embargo no parece que la mayo- requiere la complicidad de todos y una
ría de la sociedad esté dispuesta a acep- profesionalidad vocacionada y compe-
tar unos comportamientos que, además tente de los maestros –desde la escuela
de venales, hacen gala de un cinismo infantil a la universidad–, sino la educa-
más que notable. Y es que el mundo, a ción permanente de todos y cada uno de
pesar de los bandazos que da, avanza los miembros de la colectividad: todos y
–bien que trabajosamente– en el camino todas estamos en edad de aprender (más)
de lo que Paulo Freire llamaba “con- y los políticos –con sus mensajes, pero
cientización”: la gente empieza un lento también, o más, con su conducta– están
despertar hacia la conciencia de lo que le llamados a desarrollar una cierta peda-
está pasando y de lo que ocurre a su gogía social o socializadora que, a buen
alrededor y hasta los más humildes e ile- seguro, mejoraría el nivel de conviven-
trados se dan cuenta de las maniobras de cia y moralidad de nuestra sociedad…
los grupos de presión y de los políticos siempre que fuera razonablemente ejem-
que les hacen el juego, que aún preten- plificante y moralmente presentable. Y,
den insinuar que las desgracias que desde luego, no sólo “correcta”.
aquejan a la humanidad –hambre, mise- La frase “políticamente correcto” ha
ria, guerras, cataclismos…– además de sido acuñada con una buena dosis de
ser inevitables (!), son culpa de quienes cinismo, porque lo que se está diciendo
las padecen (?). Pero no: algunas perso- es, sencillamente, “oportuno” –oportu-
nas pueden no tener estudios, pero em- nista más bien–, “que no compromete”,
piezan a pensar y, en buena medida, les que “queda bien”… Con razón cuando
“ayudan” sin quererlo –más bien preten- alguien se desenvuelve airosamente,
den lo contrario– los comportamientos sabe esquivar las situaciones comprome-
disparatados de algunos políticos vena- tidas, disimula con gracia y halaga al
les. Y tampoco habría que exigirles la auditorio, se suele decir que “hará carre-
perfección suma, bastaría con revestirse ra como político”, porque parece que la
de humanidad –los políticos– y dedicar- política se ha convertido en el arte de
se, honestamente y con un razonable aparentar, de disimular, de quedar bien,
grado de competencia, al bien público al aunque sea a costa de faltar a la verdad.
que se comprometieron a servir, cuando Y no; la mentira es una mala conse-
pedían el voto a los ciudadanos. jera también en política y se acaba pa-
A menudo se atribuye sólo a los do- gando, lástima que a veces demasiado
centes la condición de enseñar y lo cier- tarde y cuando tiene difícil remedio el

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desaguisado cometido. La verdad no 5. Y menos hacer de la agresión y la


siempre es cómoda, pero es transparente descalificación –”tú más”– de los
y acaba ayudando a quienes hacen de oponentes: si se tiene programa, se
ella la opción de su quehacer, también presenta y se defiende civilizada-
político: lo políticamente correcto es lo mente.
políticamente ético. 6. Ni ir sistemáticamente a la contra
Así, pues, sugerimos no la creación –“¿qué dices?…¡me opongo!”– , que
de una escuela de políticos –como la hay es síntoma de vacuidad de ideas y
de jueces u otras–, pero sí la incorpora- proyectos.
ción de determinados parámetros pe- 7. Mantener el contacto con la realidad
dagógicos para el reclutamiento de la y los votantes, es una buena medida
clase política, su entrenamiento previo para no caer en la tentación de
al ejercicio de la actividad pública, la inventársela.
confección de programas electorales
creíbles, su publicitación en campaña y 8. El ejercicio de la política es una de
la consiguiente puesta en marcha si se las actividades humanas que no cabe
ganan las elecciones o su defensa como profesionalizar: tiempo limitado, ser-
alternativa de gobierno, en la oposición, vicio prestado y paso a otros. De otra
si se pierden. manera pudiera parecer que, si deja
el cargo, ya no hay donde “caerse”.
Veamos algunos de aquellos paráme-
tros, en forma de decálogo: 9. Y hasta saber renunciar puede resul-
tar honorable, si las presiones apun-
1. Hacer política es una cosa muy impor- tan a comprar voluntades, a tergiver-
tante y no sirve cualquiera, menos sar situaciones y a servir intereses
aún si se opta por la política ante la mendaces y poco o nada éticos.
falta de éxito en la vida profesional.
10. ¡Ah! Y si algunos –o algunas– han
2. A la preparación específica hay que equivocado la “carrera” aún están a
añadir, necesariamente, un cierto gra- tiempo de rectificar: que se dediquen
do de ilusión: ni gestores estrictos ni al circo o a hacer malabarismos. A la
utópicos militantes. política no.
3. El servicio a la “cosa pública”, requie- Claro que hay quien piensa que aque-
re una moralidad también pública –la llos planteamientos son irrealizables en
privada cabría suponerla–. Así que la el mundo competitivo y sin entrañas en
verdad y la honestidad han de ser que vivimos actualmente. Pues cambie-
referentes obligados de los que con- mos el mundo entre todos –los políticos
duzcan los asuntos de los ciudadanos. al frente–, para que la política no contri-
4. Como nadie es perfecto, reconocer los buya a hacerlo aún más competitivo y
propios errores y limitaciones y pedir más sin entrañas: los ciudadanos nos
disculpas por ello, no debería horrori- merecemos algo mejor… Por ejemplo,
zar a la clase política. un mundo humano y habitable.

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Profesionales cristianos:
un servicio al diálogo

Inmaculada Franco

D esde hace tres años, en Madrid, 2006-2007, al hilo de la actualidad,


Profesionales Cristianos convoca unos hemos decidido abordar El proceso de
Foros de debate sobre temas de la actua- paz, La memoria histórica: la Iglesia
lidad social y religiosa. El curso pasado ¿víctima o verdugo? y La Iglesia en la
2005/2006, hemos situado esos Foros Europa del futuro.
bajo el signo del diálogo. ¿Por qué con-
vocar sólo a los que piensan como noso- Las razones del diálogo
tros o defienden posiciones que espera-
mos más cercanas, si como cristianos no Además de la oportunidad social y
dejamos de reclamar la necesidad de política del diálogo en estos momentos
aceptar “al otro”? Diálogo, por tanto, precisos, nosotros tenemos razones de
especialmente sobre aquellos temas más fondo para empeñarnos en ese esfuerzo.
conflictivos en la relación de la Iglesia “El diálogo y el respeto conforman
con el mundo, o aquellos otros que por nuestro talante hacia otros movimientos
su novedad suscitan inquietud y respues- eclesiales, hacia los creyentes de otras
tas muy diferentes en el interior mismo confesiones y hacia los no creyentes”,
de la comunidad cristiana. dice la presentación de Profesionales
Desde ese convencimiento, estos Cristianos, resumiendo una reflexión
fueron los temas tratados: La Finan- más profunda de nuestro Documento de
ciación de la Iglesia; Los Cristianos y la Identidad, que sitúa ese diálogo en el
Política; Reproducción asistida y mani- corazón mismo de nuestra vocación:
pulación de embriones; Mujer, Cristia- “También nos dirigimos al mundo de
nismo e Islam. En otras diócesis, Profe- la increencia dentro de nuestro ámbi-
sionales Cristianos ha organizado tam- to cultural. El diálogo con ese mundo
bién Foros y reuniones similares a las forma parte de nuestra vocación y de
convocadas en Madrid. Para este curso nuestra tarea evangelizadora.
__________
Inmaculada Franco (Madrid), miembro de Profesionales Cristianos.

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Creemos que el diálogo entre las joven y el mundo de las profesiones, en


visiones religiosas y no religiosas del el que nos movemos precisamente noso-
mundo es necesario y enriquecedor tros.
socialmente; y que la escasez o debi- Por eso no basta con afirmar nuestra
lidad de ese diálogo es uno de los voluntad de presencia y diálogo con el
talones de Aquiles de la cultura mundo. Hay que reconstruir las condi-
moderna. ciones de ese diálogo. O lo que es lo
Como ciudadanos y como cre- mismo, trabajar para que la palabra cris-
yentes consideramos que no se puede tiana sea entendida, primero. Y para que
ignorar el hecho religioso sin debi- los cristianos y la Iglesia resulten, si no
litar el diálogo social. Por eso nos aceptados, al menos fiables. Sin esas
comprometemos tanto a mantener condiciones, estamos abocados a un diá-
una reflexión de carácter religioso, logo de sordos. O a una afirmación ins-
que consideramos irrenunciable y titucional de los grandes principios cris-
necesaria, como a hacerlo en el res- tianos que no penetra en el cuerpo
peto hacia otras opciones. social.
Haciendo todo esto realizamos Además del testimonio individual,
nuestra vocación de creyentes com- los profesionales cristianos tenemos que
prometidos. Y cumplimos una doble ser capaces de mostrar que el cristianis-
aspiración: la de contribuir a fomen- mo tiene vigencia hoy precisamente en
tar el diálogo fe-cultura y la de for- relación con los grandes desafíos de
talecer la sociedad civil como ele- nuestro mundo y nuestras profesiones;
mento esencial de una democracia tenemos que presentarlo como una pala-
solidaria”. bra actual y significativa para el hombre
de hoy. Tenemos, en definitiva, que in-
Presencia pública como cristianos tentar hacer comprensibles para nuestros
compañeros y conciudadanos las gran-
Los cristianos tenemos que hacernos des afirmaciones de nuestra fe.
presentes en el mundo, se nos recuerda La otra tarea en la reconstrucción de
en todos los documentos. Pero, para que las condiciones del diálogo fe-cultura es
nuestras palabras sean significativas la de convertirnos en interlocutores fia-
deben cumplir dos requisitos: han de ser bles para el mundo de la no creencia, del
comprendidas y han de resultar fiables. agnosticismo, la indiferencia o el ateís-
Dos condiciones que se ven amenazadas mo.
porque ya no vivimos en un universo El diálogo permanente entre esos dos
cultural cristiano, o las huellas de ese mundos, que ha dado tan buenos frutos
humus cristiano en el que se asienta la en la cultura europea, ha de retomarse.
cultura occidental no son evidentes para Con un esfuerzo por parte de los cristia-
un número creciente de ciudadanos. Y, nos que no se limite a reclamar o que
por otro lado, la palabra cristiana es reci- pueda ser leído como la añoranza de la
bida con recelo, sospecha o rechazo influencia perdida. Debemos afirmar y
directo en amplios sectores; entre ellos, demostrar con nuestro trabajo que el
y por su especial relevancia, el mundo cristianismo, hoy, puede y debe ser bue-

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no para la democracia. No basta con pañeros de equipo, tratamos de descu-


recordar que los valores evangélicos han brir la presencia viva de Dios entre
servido de sostén a la cultura política nosotros, de encontrar la respuesta a su
occidental, basada en el respeto a los llamada, de revisar los compromisos
derechos humanos. Hay que verificar concretos a que nos lleva el seguimiento
que hoy siguen siendo acicate, motiva- de Jesús. Poniendo el foco en nuestra
ción y razón última para una presencia realidad concreta de periodista, médico,
humanizadora del cristianismo que los profesora o abogado… en este momento
no cristianos pueden aceptar también, en concreto que me ha tocado vivir. Fe y
una relación de colaboración crítica y vida, siempre juntas. El compromiso,
constructiva para el bien común. hundiendo sus raíces en el reconoci-
Pero, en la presencia pública del cris- miento de filiación que cada uno hace-
tianismo lo que está en juego no es nues- mos cuando, desde lo más hondo, deci-
tro prestigio sino nuestra fe. La fe tiene mos: “¡Señor mío y Dios mío!”.
siempre una dimensión pública necesa- Pero las sociedades modernas tienen
ria. Su reducción al ámbito privado ex- pocas herramientas para hablar del fenó-
clusivamente acaba por matarla; la expe- meno religioso, porque han decidido
riencia cristiana es, desde Jesús, una fe limitarlo al ámbito privado, lo que ha
vivida en el hoy y ahora concreto; hay dejado sin sentido la reflexión sobre el
que vivir la fe con otros; también expre- mismo. Sin embargo, es en ese contexto
sarla y confrontarla, dejándonos interpe- en el que nosotros debemos seguir afir-
lar por otras visiones de la vida, en un mando la trascendencia para el hombre
proceso de búsqueda permanente. No de la propuesta cristiana que da sentido
hacerlo sería como renunciar a la aporta- a nuestras vidas: el encuentro con el PA-
ción más original y decisiva del cristia- DRE que nos acoge y nos perdona siem-
nismo que es la encarnación. Podemos pre; el seguimiento de su HIJO Jesús, que
discutir los modos y los instrumentos de nos mostró el camino, amando al hom-
la presencia pública, pero no renunciar a bre hasta sus últimas consecuencias; la
ella sin comprometer la fe misma. presencia permanente del ESPÍRITU entre
nosotros, al que invocamos, para soste-
Experiencia de Dios ner nuestra experiencia humana.
Las verdades más profundas sobre el
La presencia pública de los cristianos hombre sólo se pueden abordar desde la
no tendría sentido si no es fundamentada humildad, con voluntad de diálogo y
en una experiencia personal de Dios. Por aceptación del otro, y con capacidad de
eso, los Foros y otras actividades son encajar la crítica ajena. Lo que significa
una de las patas de nuestro trabajo, la aceptar que las experiencias religiosas y
que nos hace más visibles y da cuenta de las instituciones que las sustentan pue-
nuestro talante. Pero estaríamos cojos den criticarse en la plaza pública, como
sin el otro apoyo fundamental: la refle- se hace en democracia con todas las
xión sobre nuestra vida a la luz de la fe. experiencias humanas y sociales. Pero,
Lo hacemos en pequeños grupos: sin dejar por ello de exponer nuestras
con sencillez, con la ayuda de los com- razones y de afirmar que la condición

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SIGNOS DE LOS TIEMPOS

religiosa del hombre no es algo a elimi- hombre en el centro y respete su


nar o extinguir, que puede no entender- dimensión religiosa.
se, pero debe respetarse en su radical Creemos que la fe siempre tiene
originalidad, porque atañe al ámbito más una dimensión pública necesaria, lo
íntimo del hombre. que nos lleva a tomar postura colecti-
vamente, especialmente desde y hacia
¿Para qué un movimiento? nuestro mundo profesional, en rela-
ción con las prácticas y valores que
Para los desafíos del momento pre- van conformando nuestra cultura”.
sente, la presencia individual de los cris- Hoy, en la época del individualismo
tianos en el mundo profesional es insufi- feroz, también en lo religioso, el formar
ciente. La complejidad creciente de parte de un movimiento viene a ser con-
nuestras sociedades, su pluralismo y los tracultural y revolucionario. Nosotros
nuevos desafíos éticos, científicos, so- hemos hecho una opción clara por la
ciales y religiosos, nos piden un bagaje organización; una organización, como
de formación grande, unos apoyos per- decimos en nuestro Documento de Iden-
sonales y religiosos fuertes en nuestra tidad, que “debe reflejar nuestras opcio-
vida diaria y un marco desde el que pro- nes y nuestro talante. Por eso la quere-
nunciarnos como colectivo sobre los mos sencilla, flexible, descentralizada y
grandes temas en los que se juega la cul- basada en un reparto muy amplio de
tura. tareas”. Pero organización, al fin y al
Para todo eso hace falta una organi- cabo: por necesidad personal, por efica-
zación: para formar, para promover la cia social, por eclesialidad.
reflexión, para acompañar la vida de fe,
para darle su sentido más amplio inser- Siempre en Iglesia
tándola en la comunidad eclesial, para,
en definitiva, cumplir la tarea que nos Nos reconocemos en la Iglesia, la
pone la Christi Fideles Laici: “La Iglesia sentimos como nuestra casa. La Iglesia,
pide que los fieles laicos estén presentes, gracias a la cual hemos recibido el men-
con la insignia de la valentía y de la saje de Jesús, es, por lo que tiene de obra
creatividad intelectual, en los puestos humana, siempre imperfecta. Sabemos
privilegiados de la cultura… La ruptura que sus faltas y deficiencias son también
entre Evangelio y Cultura es, sin duda, las nuestras. Pero la queremos siempre
el drama de nuestra época” (Ch L, 44). mejor, más evangélica. Tratamos de vi-
Éstas son las razones que impulsaron vir en ella en fidelidad, trabajando, con
la creación de Profesionales Cristianos humildad, por la comunión y aceptando
(PX) que, tomando como base el ejerci- las tensiones inevitables y a veces nece-
cio de nuestras profesiones “quiere sarias. También queremos vivirla con la
influir en el ámbito de la cultura” desde libertad de los hijos de Dios, con sentido
el respeto y el dialogo. crítico y con esperanza. Lo que equivale
“…Tratamos de contribuir como cre- a decir que si disentimos, disentimos
yentes al ejercicio ético de la profe- siempre “en” Iglesia, no “de” la Iglesia.
sión y a una ética social que sitúe al También en la Iglesia es necesario man-

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tener siempre un esfuerzo de diálogo, un movimiento especializado de la


dejarnos interpelar e interpelar, constru- Acción Católica Española. Desde los
yendo una comunión que ha de ser más primeros balbuceos estuvimos vincula-
circular que vertical. dos a ella porque muchos de los funda-
Nuestro ser Iglesia nos empuja al dores del movimiento fueron, en su
mundo. Los cristianos hemos estado de- juventud, miembros de la JEC. Pero
masiado tiempo mirando hacia el inte- hubo también una opción reflexionada
rior de la Iglesia, gastando dentro de ella para integrarse en ella.
la mayor parte de nuestras energías; La Acción Católica “asume como
también nuestro esfuerzo crítico se ha propia la misión evangelizadora de la
dirigido sobre todo a la institución; Iglesia”. Nosotros no tenemos otra voca-
nosotros situamos hoy fuera de la Iglesia ción ni otro carisma especial que el ejer-
la prioridad de nuestro trabajo; eso es la cicio de esa misión. No tenemos un fun-
evangelización. La presencia de los cris- dador ni una espiritualidad particular: la
tianos en el mundo es una tarea tan gran- de la misma Iglesia nos parece suficiente-
de que requiere un esfuerzo nuevo. Y mente rica; como nos parece necesaria la
una reorientación en la dedicación de inserción en las parroquias y las estructu-
nuestro tiempo, siempre escaso. ras normales de las diócesis, en las que
Finalmente, en la actualidad nosotros tratamos de vivir la comunión eclesial.
no creamos estructuras propias para
intervenir en el mundo: tratamos de Algunos acentos para nuestra tarea
hacernos presentes en las que ya existen,
1. Opción por los pobres y vocación de
sean eclesiales o civiles. Si convocamos
servicio:
a un seminario a periodistas, tratamos de
contar con las Asociaciones de la Pren- Somos “un movimiento de profesio-
sa; si hablamos de los cuidados paliati- nales cristianos con vocación de servi-
vos en un hospital, buscamos que los cio a los más necesitados. Queremos
médicos o el propio hospital acojan la poner nuestro saber y nuestra formación
iniciativa como un servicio; si convoca- al servicio de una sociedad más solida-
mos un Foro de debate, lo hacemos en ria… Y queremos llevar esa inquietud al
una parroquia que a su vez se beneficia ámbito profesional del que formamos
de la iniciativa; o en una sala que acoge parte”.
otras iniciativas ciudadanas. No nos Es una exigencia en la que nos que-
oponemos a crear estructuras propias de damos cortos, sin duda, pero que se
intervención de los cristianos, pero, de manifiesta ya en la atención al mundo de
momento, haciendo de la necesidad vir- la marginación, de la inmigración, de los
tud, andamos ligeros de equipaje y nos parados y los trabajadores precarios den-
decantamos por hacer nuestra aportación tro de nuestras profesiones. Más que a
cristiana saliendo al mundo antes de que una tarea única, situarse en la perspecti-
el mundo venga hasta nosotros. va del que menos tiene, también de los
Profesionales Cristianos fue recono- países del sur, nos obliga a una lectura
cido oficialmente por la Conferencia distinta de la profesión y de la realidad
Episcopal en diciembre del 2003 como social.

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SIGNOS DE LOS TIEMPOS

2. El ejercicio ético de las profesiones Š El respeto por la dimensión espiritual


Es nuestro campo específico. Todo lo del hombre y la visión cristiana de la
que en él sucede nos afecta doblemente: vida.
como profesionales y como ciudadanos, 3. Ser plataforma de encuentro
porque sabemos que en el ejercicio de la Profesionales Cristianos no es sólo
profesión se van configurando compor- una organización integrada por peque-
tamientos y prácticas sociales importan- ños grupos de reflexión que hacen Re-
tes. visión de Vida. Quiere ser también una
Por eso apuntamos algunos princi- Plataforma de encuentro, reflexión y
pios a tener en cuenta en el ejercicio pro- acción de profesionales creyentes de
fesional: ámbitos diferentes. Aunque tengamos
Š La preocupación por el bien común y que sacrificar protagonismo. En una so-
la opción preferencial por los pobres, ciedad y una Iglesia muy fragmentadas,
frente al triunfo individual y el bene- creemos que en eso consiste nuestro ser-
ficio como únicos faros-guía. vicio a la comunión.
Š El respeto al individuo, a su dignidad 4. El papel de lo cristiano
total, ante cualquier amenaza y/o en las sociedades democráticas
abuso por parte de los profesionales. Asistimos desde hace años a un pro-
Š El ejercicio responsable de la profesión ceso que se ha definido como “la tercera
como vocación, como servicio y como muerte de Dios” (Glucksman). En las
realización personal, frente a otras sociedades occidentales avanzadas Dios
concepciones puramente utilitarias. parece cada vez más irrelevante. Es
constatable cómo aumenta la incom-
Š La consideración social del profesio-
prensión del hecho religioso, lo que,
nal (médico, maestro, periodista…),
junto a los fenómenos de fanatismo,
que debe ir pareja con el sentido de
hace necesario repensar el papel de lo
responsabilidad social de los profe-
religioso en una democracia, sus dere-
sionales.
chos y sus límites. Pone de manifiesto la
Š Las condiciones dignas de ejercicio relevancia (y la dificultad) del diálogo
del trabajo, frente a los abusos de interreligioso. Y evidencia que no hay
poder, la precariedad y los contratos- diálogo posible de civilizaciones sin diá-
basura. logo religioso.
Š La participación en las organizaciones En un momento de desafección hacia
sindicales y profesionales para que la Iglesia por amplios sectores, los cris-
sean verdaderos foros de reflexión tianos no podemos conformarnos con
sobre las responsabilidades y los reclamar derechos históricos o el cum-
derechos de sus miembros. Su crea- plimiento de los acuerdos con la Santa
ción, si no existieran. Sede. Debemos entrar en el debate so-
Š La defensa de la libertad de expresión cial y político con argumentos que sean
y de conciencia en el ejercicio de la relevantes para todos; ayudar a que se
profesión. comprenda, por ejemplo, la necesidad y

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SIGNOS DE LOS TIEMPOS

la importancia del hecho religioso y es- religiones hacen a “la emergencia del
pecíficamente de la aportación cristiana; rostro de Dios en la conciencia de la
y aceptar sin temor el que se discutan los humanidad” para mantener un contacto
derechos y los límites de la expresión respetuoso y cordial con ellas.
religiosa en una sociedad democrática y Trabajemos para que el cuestiona-
pluralista. miento de lo religioso sea para nosotros
5. Diálogo entre religiones una oportunidad de repensar la presencia
Por otra parte, la creciente presencia cristiana, de obligarnos a un testimonio
de otras religiones entre nosotros, espe- más valiente y mejor fundamentado,
cialmente del Islam, convierte en tarea capaz de dialogar y de expresarse sin
inaplazable, pero no sencilla, el diálogo temor ni complejos ante otras visiones
interreligioso. Quisiéramos que tuviera del hombre y del mundo.
en cuenta a los hombres y mujeres con- Por otra parte, en un mundo “deshue-
cretos en su relación con Dios antes que sado de creencias” (Sartori), los cristia-
la pretensión teórica de verdad. Sin re- nos tenemos una tradición y unas pro-
nunciar a la revelación cristiana como puestas de vida que ofrecer. Tenemos la
manifestación plena y definitiva de responsabilidad de hacerlas llegar. La
Dios, sabemos que “el Señor no es de afirmación cristiana sobre el hombre, la
nadie y por eso es de todos”, por lo que, novedad radical que representa el men-
como recuerda Torres Queiruga, no po- saje de Jesús en la historia ¿no sonará
demos “apoderarnos” de la experiencia ahora más nuevo que nunca, más claro y
cristiana que no es nuestra, sino don para diáfano a los oídos de quienes nunca lo
la comunidad humana entera. Y debe- han escuchado?
mos aceptar la aportación que las otras madrid@profesionalescristianos.com

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