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Cuento: Mili La Pequeña Sirena
Cuento: Mili La Pequeña Sirena
"¡Una sirena!" dijo la niña maravillada, abriendo los ojos de par en par,
ojitos que brillaban.
"¡Oh! Hola pequeña, y si... soy una sirena. Me llamo Azul. ¿Tú eres?"
"Soy Mili, mucho gusto, señorita sirena."
La sirena sonrió y siguió conversando con Mili, la pequeña le contó cómo
le iba en la escuela, le contó que mañana cumplía siete años, cantaron,
chapotearon y rieron. Así pasaron las horas hasta la puesta del sol.
"Es hora de que vayas a casa Mili, me encantó pasar este bello momento
contigo. Cuando te sientas sola, ven a verme, solo canta y yo escucharé."
Dijo la Sirena dándole un abrazo de despedida a Mili.
"Pero... no quiero irme, quiero quedarme aquí contigo. Siempre estoy sola
en casa, mis padres nunca tienen tiempo para mí" el rostro de Mili ahora
era triste, no quería volver a su realidad.
"Oh, pobre pequeña, sufres mucho para ser tan niña. Pero hay una forma
de que ya no estés sola. Yo puedo convertirte en sirena, y podemos vivir
juntas en el fondo del mar, conocerás a mis demás amigos, nunca más
llorarás.... pero tus padres te extrañarán mucho."
"¡No! Eso es mentira, ellos no me van a extrañar, yo no les importo. Por
favor, quiero ser una sirena como tú"
"Piénsalo pequeña...son tus padres. Ve a casa, yo estaré aquí. Adiós"
La sirena se alejó y la niña salió del mar muy pensativa, así fue todo el
camino a casa, sin saber qué hacer. ¿Ser una sirena y ya no estar sola o
seguir soportando que sus padres la ignoren y llorar siempre? pero ella
también los extrañaría, a pesar de todo....
"¿Qué pasó, pequeña Mili? ¿Por qué estás así el día de tu cumpleaños?"
preguntó la sirena.
"Mis padres no me quieren, se olvidaron de mi cumpleaños, se olvidaron
que tienen una hija" contestó la pequeña llorando.
"No vas a sufrir más, pequeña... tus padres no te merecen, y tú solo debes
ser feliz" La sirena arrulló a Mili entre sus brazos.
"Llévame contigo, quiero ser una sirena como tú, Azul"
"Cierra los ojos, pequeña, cierra los ojos, dame tus manitos y desealo con
todas tus fuerzas. Juntas haremos la magia"
Azul y Mili se tomaron de las manos y cerraron los ojos, destellos
empezaron a aparecer, pequeñas luces, brillos. En un abrir y cerrar de ojos
la niña ya tenía una hermosa cola de sirena.
"¡Soy una sirena!" gritó maravillada Mili.
"Lo eres, y ahora vivirás feliz en el mar. Vamos pequeña"