La cruz de Cristo siendo tan importante y central en la fe cristiana,
necesita una comprensión adecuada a los condicionamientos
sociales. Hoy tenemos que dejar de vivir el lado de sufrimiento y resignación que puede verse en la cruz, condición que las mujeres son más propensas a vivirlo de esta manera precisamente por los condicionamientos sociales, políticos, religiosos, etc. Y enfocarnos en descubrir y asumir ese lado de profecía y compromiso que fue lo que hizo que Jesús fuera condenado a la muerte en cruz. Cuando se mira la cruz desde esta dinámica se comprende que la predicación de la cruz tiene que tener más el aspecto de compromiso que el de aguante y resignación a su suerte.
“Si alguno quiere acompañarme que no se busque a sí mismo”
Comprométete con tu prójimo: Por tanto, el Dios cristiano es el Dios del amor, y el amor cristiano nos hace débil ante el ser amado. Porque ante el ser amado nosotros no podemos tomar una postura de fuerza y no podemos tomar una postura de dominio, y si la tomamos es que no lo queremos. Ante el ser amado nosotros perdemos la autosuficiencia, perdemos el engreimiento, el egoísmo, porque cuando nosotros queremos a alguien, queremos transmitirle vida, alegría, esperanza. Es por ello que nos toca despojarnos de nosotros mismos, perder para encontrar en el otro, en ese ser amado. La experiencia de Dios que implica y complica