CRITICA COMUNICACIONAL EN LATINOAMERICA

Estudiante : Antonio Núñez

El pensamiento comunicacional latinoamericano tiene su origen en la década de los 60’s

y 70’s. Época que estuvo marcada por la rebeldía latinoamericana de la región. Desde el
descubrimiento, la salvaje colonización y la imposición del modelo colonial, hizo que
latinoamérica se una por solidaridad en un mismo pensamiento, la lucha contra el
sistema oligárquico y antiimperialista logro su origen en los 60’s y 70’s con un
pensamiento critico que todavía no es reconocido en algunas universidades
internacionales.

Ya en la década de los 70’s se impulsó un movimiento de las políticas en comunicación

en latinoamérica, Luis Ramiro Beltrán presentó las “políticas nacionales de
comunicación”. Estados Unidos no estuvo de acuerdo con la propuesta latinoamericana
por lo que renunció a la UNESCO. Se habló de un nuevo orden en la información
internacional, en 1980 la UNESCO creo el NOMIC nuevo orden mundial de la información
internacional y comunicación, que permita democratizar la comunicación.

La América rebelde empezó a generar muchas cuestionantes a lo largo del proceso de

emancipación del modelo colonial y de lo establecido por las corrientes
estadounidenses y europeas, dejó el complejo de inferioridad y comenzó a proponer
nuevas e independientes formas de pensamiento económico político y social en la
comunicación con teorías reformistas.

América Latina fue institucionalizándose en un proceso que mostraba sobre todo un

desapego y contestación al coloniaje que tuvo subyugada a la región durante décadas.
Con la creación del CIESPAL (Centro Internacional de Estudios Superiores de Periodismo
para América Latina) lationamerica ya producía su propia crítica comunicacional y se
fomentaba es desanclaje de la región.

Se comenzó a la articulación de especialistas en la critica de los modelos

comunicacionales, se propuso modelos de comunicación con identidad propia de la
región de latinoamérica, Beltrán, Freire, etc. La crítica comunicacional en América Latina
tiene un estructura y su legado que debe ser continuado por los nuevos investigadores
y comunicólogos de nuestro continente.