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Julio 2022
Colombia en el siglo XX
Presentado por:
Julio 2022
INDUSTRIALIZACIÓN Y TECNOLOGÍA
La apertura del siglo XX colombiano con la Guerra de los Mil Días afectó el desempeño
del país en materia económica. El estancamiento en la inversión, la hiperinflación, la
destrucción de parte importante de la infraestructura de transportes, y la depresión del
sector externo como resultado de la intensidad del conflicto en Santander y Cundinamarca,
sumieron la economía colombiana de los albores del nuevo siglo en profunda recesión. Sin
embargo, había tan poca industria entonces, que no pudo ser muy afectada por la guerra.
A principios de siglo era evidente el relativo atraso de la industria colombiana no sólo con
respecto a Inglaterra y Estados Unidos, sino con otros países de la región. Este era el legado
del siglo XIX que, en cuanto a la acumulación de capital en la industria, había sido
precario, dejando a la guerra poco por destruir.
Según Poveda, hacia 1900 el número de fábricas que exhibían características semejantes
era de 12 en Bogotá, 10 en Antioquia, una en Boyacá, otra en Bolívar, y un puñado más en
Santander y el Valle. Sectorialmente, éstas se concentraban en industrias livianas de
consumo no duradero, como alimentos, bebidas, calzado, textiles, tabaco, fósforos y velas;
y otros productos como cemento, vidrio, loza, hierro, muebles y enseres.
¿Cuáles eran las causas del atraso industrial? Los factores más importantes eran dos.
Colombia, como cualquier país cuyo progreso industrial no se basaba en el desarrollo
autóctono de innovaciones tecnológicas de bienes industriales y de sus procesos de
producción, estaba destinada a importar parte de su industrialización. Dicha transferencia se
veía condicionada por el dinamismo de su sector externo, que definía la capacidad de pago
de las importaciones de maquinaria, equipos e insumos estratégicos de la producción
industrial. Pero no sólo habían sido las experiencias exportadoras colombianas del siglo
XIX muy volátiles, sino que gran parte de los ingresos derivados de ellas se dedicaban a
importaciones de bienes de lujo, frustrando así esa transferencia efectiva.
La otra causa residía en el tamaño relativamente pequeño del mercado para productos
manufacturados, fragmentado claramente por economías regionales aisladas por costos de
transporte altísimos; y donde además, la demanda estaba condicionada por un ingreso por
habitante magro y de lento crecimiento.
La fuerza dinamizadora del crecimiento industrial de los años 10 y 20 no fue entonces
resultado de la política proteccionista que había reforzado el general Reyes, ni de la fiscal
del Gobierno de Ospina, sino del despegue de la economía cafetera.
El auge exportador originado en el occidente del país generó varios efectos positivos para el
sector industrial: primero, la atomización de las rentas cafeteras representó un crecimiento
en los ingresos de una clase media emergente que se materializó en una demanda interna
sostenida por artículos de consumo, un caso típico de crecimiento smithiano (la división y
especialización del trabajo conducen a mayor productividad y riqueza trazando un círculo
virtuoso); segundo, el mejoramiento de la infraestructura de transporte tanto vial y férrea
como fluvial, así como de las adecuaciones portuarias redujo los costos de fletes y por ende
de multiplicidad de bienes; igualmente integrando más los mercados regionales y
perfilando uno de carácter nacional; tercero, una parte significativa de los nuevos capitales
industriales encontró su origen en la producción y comercialización del café, como lo
ilustran los casos de importantes compañías manufactureras como Coltejer, Fabricato,
Cervunión, Coltabaco y Noel. La aceleración industrial de los años 20 sin embargo, se vería
truncada por la Gran Depresión de 1929.
A pesar del descalabro que produjo la apertura económica, la política industrial en nuestro
país sigue los mismos lineamientos que nos empobrecieron
Los Antecedentes
El desarrollo del tejido industrial en nuestro país, fue el reflejo de la implementación del
modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones ISI, impulsado por la
CEPAL.
Dicho modelo hizo propicio el desarrollo de algún tejido industrial hasta los años setenta,
aprovechando las ventajas que la protección trae y favoreciendo el desarrollo industrial a
partir de la protección y no la innovación. Lamentablemente, las limitaciones del mercado
interior generaron una barrera muy clara a la industria colombiana y la protección que en
un primer estado de industrialización es un fenómeno positivo se convirtió en un fenómeno
desastroso para la economía nacional.
Los resultados obtenidos fueron los opuestos, las economías emergentes son cada vez más
pobres y su participación en el comercio mundial es más limitado. Los países como
Colombia pierden terreno en el ámbito mundial y la apertura de los mercados nos hace más
vulnerables a las crisis mundiales y al comportamiento de los precios de bienes primarios
quienes a pesar de la apertura siguen dándonos el pan de cada día en nuestro país.
En términos industriales el resultado fue bastante difuso, solo sobrevivieron algunas firmas
especializadas, y el grueso de las industrias en nuestro país sufren de enormes dificultades
para seguir adelante.
La política industrial del actual Gobierno parte de los mismos supuestos que destrozaron el
tejido industrial con la apertura económica, el crecimiento mostrado por la industria
nacional en los últimos meses es un fruto de la devaluación de la moneda más no de
políticas activas de mejoramiento de la competitividad, infraestructura física, eliminación
de costos de transacción etc. Lamentablemente se siguen defendiendo intereses muy
particulares y aparte de defender a las industrias existentes no existen políticas para el
nacimiento de nuevas empresas con recursos realmente importantes.
Lo que resulta paradójico es que mientras el Gobierno dice apoyar a la industria, aumenta
los costos de transacción mediante el aumento de recaudos por impuestos, no se esfuerza
por mejorar la seguridad, no le brinda estabilidad a la inversión y no mejora la calidad en el
transporte, con un sistema de inteligencia de mercados ineficiente. Factores que al sumarse
impiden el desarrollo de una industria competitiva, sin ineficiencias en la distribución y
para todos.
En una sociedad en guerra, con casi tres millones de personas desempleadas, bajo una
recesión económica inclemente, no es aceptable una política industrial que se limita a
defender la poca industria que queda, que no invierte en ciencia y tecnología y que a pesar
de basar su política en el aparato exterior no apoya realmente las nuevas potencialidades de
la economía colombiana. Mucho ruido y pocas nueces, por favor: ¡no tanta mediocridad!
URBANIZACIÓN EN COLOMBIA
Generar una sostenibilidad económica, que beneficie a todos, ha sido uno de los grandes
percances de los proyectos de desarrollo para las ciudades. ONU-Hábitat trabaja con
gobiernos locales en Colombia para viabilizar esta realidad y busca, por medio de la
convocatoria Ciudad Más, identificar proyectos que quieran fortalecer las capacidades
económicas y financieras de proyectos en las ciudades intermedias colombianas.
Colombia es un ejemplo claro de un país que hace frente a la urbanización galopante.
Desde la mitad del siglo pasado, 75% de la población dejó el campo para establecer
residencia en una de las 40 ciudades con más de 100 mil habitantes. Según proyecciones de
la Misión Sistema de Ciudades del DNP, en 2050 vivirán en los centros urbanos cerca de
52,6 millones de habitantes, equivalentes al 86% del total de la población. Además, se
estima que para esta fecha alcanzará 69 ciudades con más de 100.000 habitantes y siete con
más de un millón.
Colombia no es la excepción. Cada vez más los gobiernos locales a nivel mundial contraen
un mayor número de responsabilidades hacia sus ciudadanos con el paso del tiempo. Sin
embargo hay una paradoja entre la provisión de servicios y la sostenibilidad financiera.
Los gobiernos locales carecen de capacidades técnicas, así como de instrumentos legales
que les permitan alcanzar un equilibrio entre ingresos municipales y provisión de servicios
a sus ciudadanos. Esta realidad conlleva a consecuencias importantes en el desarrollo de
proyectos orientados a mejorar el bienestar de los ciudadanos.
Para responder a este contexto, ONU-Hábitat ha lanzado una convocatoria para fortalecer
las capacidades económicas y financieras de proyectos en las ciudades intermedias
colombianas. Los ganadores tendrán la oportunidad de trabajar en conjunto con
especialistas de la unidad de finanzas y economía urbana de ONU-Hábitat, donde
identificarán las brechas existentes y delinearán una serie de recomendaciones para
garantizar la sustentabilidad y factibilidad del proyecto. El plazo para postular termina el 10
de junio.
La convocatoria tiene el objetivo de identificar y promover nuevos modelos económicos
con potencial para transformarse en modelos de una urbanización sostenible, incluyente, y
que promueva oportunidades para todos.
EJEMPLOS PRÁCTICOS DE URBANIZACIÓN EQUITATIVA
La biodiversidad puede existir en las ciudades y mejorar la salud física y mental de las
personas al reducir la escasez de agua, mitigar los efectos del cambio climático, aumentar la
seguridad alimentaria y proporcionar estímulos espirituales.
En Colombia, los esfuerzos por construir ciudades biodiversas aún son tímidos. Solo en el
año 2000 las ciudades comenzaron a mirar en dirección a su naturaleza. Bogotá y Medellín
son las únicas que han adoptado la Política Nacional de Biodiversidad. Actualmente los ríos
de las grandes ciudades han sido canalizados y convertidos en cloacas. Los humedales
fueron desecados y rellenados para construir viviendas en ellos. Las ciénagas son propiedad
de terratenientes que se establecen con actividades ganaderas y agrícolas.
Hoy la tarea es revertir estas actividades, porque la naturaleza, año a año, nos está pasando
su cuenta de cobro mediante fenómenos naturales extremos, como inundaciones, incendios
forestales y sequías.
AVANCE DE LA GLOBALIZACIÓN
El tema de la globalización y sus efectos ha sido abordado por diferentes autores, algunos
de los cuales se presentan en este apartado. La permanente búsqueda de condiciones más
favorables para los inversionistas se ha convertido en noticia en casos de interés público,
como sucede con deportistas famosos (caso de Leonel Messi (Pérez, 2015) y con políticos
de diferentes países (caso de los Panamá Papers (Stefoni, 2016). Por otra parte, la
globalización de la economía ha ocasionado que sea mayor el protagonismo que en las
últimas décadas han adquirido las Normas Internacionales de Información Financiera
(NIIF) y las Normas Internacionales de Contabilidad (NIC) (Cano, 2013). El gobierno ha
adoptado también medidas para facilitar la constitución de empresas, que puedan competir
en el mercado global; algunas disposiciones incluidas en la ley 1258, coinciden con la
tendencia internacional de flexibilizar y simplificar la constitución de sociedades, de
acuerdo con la Cámara de Comercio de Bogotá (2010). La globalización también genera
impacto sobre las aspiraciones y expectativas de los habitantes del país (Jurado &
Tobasura, 2012). No solamente los empresarios compiten a nivel internacional, sino que los
empleados colombianos están compitiendo con los de China o Estados Unidos. (Kessler,
2015).
El fenómeno de globalización también ha sido observado con interés en Europa; en el 2001
ese continente se vio afectado por los problemas internacionales de seguridad como
consecuencia del ataque terrorista a las Torres Gemelas en New York, a miles de
kilómetros (Fuentes & Parra, 2012). En 2008, fueron los hechos de carácter económico
originados en Estados Unidos los que terminaron afectando a los bancos y aseguradoras de
Europa, como consecuencia de la globalización de ese tipo de empresas (Álvarez, 2010).
El proceso que se vive en Colombia no es algo exclusivo del país, y se refleja no solo en la
economía, sino en la política, en las transacciones financieras, en la migración de personas,
en la seguridad nacional, etc. Colombia se caracteriza por su posición geográfica y
potencial en factores de producción, es un país privilegiado frente a las posibilidades que la
globalización ofrece en el marco de los tratados de libre comercio. Sin embargo, resulta
indispensable identificar algunas de las necesidades fundamentales para lograr un
crecimiento económico sostenido, basado en la explotación del potencial exportador y una
balanza comercial superavitaria mediante el aprovechamiento de las ventajas competitivas
propias del país.
La globalización requiere de zonas o espacios económicos, sobre las cuales se aprueban
beneficios comunes mediante convenios o pactos. Eric Tremolada Álvarez reconoce
estamentos para la integración económica “Preferencias arancelarias, zona de libre
comercio, unión tarifaria o unión de consumidores y unión aduanera.” (Álvarez, 2013) En
cuanto a los efectos de la globalización se ha considerado que para el caso de los países
latinoamericanos “pueden alcanzar un proceso de desarrollo integral mientras persiguen un
proceso de puro crecimiento, o si tendrán que buscar otro modelo para asegurarse de un
progreso más auténtico.” (Mateus, 2002) La globalización como variable de la organización
social actual resulta impactando o impactada por los marcos de regulación y las
proyecciones económicas, bases para la expansión del capitalismo y del consumismo.
Por otra parte, es frecuente recordar que en estos procesos de globalización han existido
relaciones de dependencia, siendo una causa y a la vez consecuencia de este proceso
mundializado. “…En cada una de estas épocas no solo emergen conflictos y acuerdos, sino
que también y sobre todo hibridaciones” (Rovira, 2003).
La globalización ha sido el medio de integración e interdependencia por el cual se han
modificado los procesos económicos, políticos, culturales, sociales y tecnológicos, dando
lugar a un mundo más interconectado.
Es un proceso dinámico que resultó del capitalismo en la búsqueda de acrecentar la
producción, comercio y consumo, que a su vez se ha visto favorecido desde la aparición del
internet.
Colombia entró a esta nueva ola de globalización, en los noventa, importando de todo,
como el mundo esperaba: carros, ropa, tecnología y hasta políticas públicas. Pero lo que el
mundo no esperaba era todo lo que Colombia les iba a mandar.
Se nos conocía por el café, los bananos, y podíamos exportar petróleo y carbón. Después, el
famoso estudio ‘Monitor’ dijo que podíamos exportar flores y ropa interior femenina, lo
que causó que la industria de las rosas hoy sea una de las más importantes del mundo y la
lencería sea reconocida a nivel mundial.
Pero lo que el mundo no esperaba era la colombianización a la que Colombia sometería al
mundo: hoy, nuestros futbolistas juegan en los mejores equipos de mundo, hay muchos
científicos en la Nasa, profesores en las universidades más prestigiosas del mundo,
directivos en organismos multilaterales, actores en diversas instancias de Hollywood, y
acaban de nombrar a un colombiano como director de la orquesta de Viena. Hasta,
tristemente, varias series exitosas hablan de la historia del narcotráfico colombiano, como
se hablaba de Cosa Nostra en el pasado.
Los asiáticos están enloquecidos con la panela, las uchuvas son un éxito en Europa del Este
y el ‘jean’ sin bolsillo se tomó a América Latina; nuestra música arrasa en Europa, América
y Estados Unidos, llevándose los principales premios y con enorme presencia en las
emisoras y señales de ‘streaming’; al mismo tiempo que muchos autores colombianos son
traducidos a más de 20 idiomas, para poder leer sobre esas maravillas de las que tanto
hablan.
Cada vez llegan más extranjeros a conocernos, a vivirnos, a sentirnos, a invertir, a hacer
negocios y aprender de nosotros. Y a enseñarnos cosas que valoramos y apreciamos para
desarrollar muchas más industrias que la del turismo, la academia y la banca.
Hace 30 años era muy difícil que un colombiano pensara que podía comprar un televisor de
última tecnología en un supermercado, con garantía y todo. Y hace 30 años, muchas
personas del mundo no se imaginaban que cantarían nuestras canciones, endulzarían su
vida con la panela, reirían con nuestras historias y declararían el amor con nuestras rosas,
porque solo nos veían como el país que producía el café más suave del mundo.
El mundo entero no solo nos felicita por el proceso de paz, sino que nos pregunta cómo
hicimos para hacer tanto teniendo tan pocas opciones, y solo nos queda decirles que en esa
esquinita del mundo, que entró tarde a la globalización, hay 50 millones de personas que le
pueden aportar tanto al mundo que nos tocó desatrasarnos rápidamente, y por eso ven desde
paisas alquilando camellos sobre las arenas de Egipto hasta científicos colombianos
metidos en el fondo del cerebro, estudiando nuestra humanidad.
A veces hay que elegir las batallas con las que uno quiere ganar la guerra”, decía Bolívar.
En una situación como la actual, esto cobra mayor relevancia. Ante la restricción de
presupuesto y de capacidades de gestión con las que nos enfrentamos, cada vez se hace más
apremiante definir como país cuáles son los problemas que queremos resolver hacia el
futuro.
La asignación de subsidios es un claro ejemplo de ello. Existe consenso en que buena parte
de las ayudas que entrega el Estado, en las distintas áreas (educación, pensiones, salud,
servicios públicos, vivienda y atención a la pobreza y a la primera infancia), no
necesariamente están llegando a quienes más los necesitan.
En tal sentido, una mejor focalización de los subsidios puede contribuir de manera
significativa a la reducción de la pobreza, sin que esto implique necesariamente un aumento
en los recursos asignados.
or otro lado, el hecho de que por esta crisis se puedan perder muchos de los avances
logrados en política social en las últimas décadas nos debe dejar inquietudes sobre los
mecanismos que se estaban empleando para ayudar a las personas a salir de la pobreza.
Muchos de los que lograron avanzar hacia una clase media vulnerable, incrementaron sus
ingresos, pero aumentaron, de igual forma, sus gastos y, en algunos casos, su
endeudamiento, sin generar patrimonio.
Cuando se elevan los niveles de ingreso y gasto de manera paralela, se gana en bienestar en
el presente, pero no necesariamente en tranquilidad y seguridad en el futuro. Es el ahorro,
por el contrario, el elemento fundamental para que las familias vulnerables puedan salir de
la pobreza.
Aprovechar la revolución tecnológica debe ser otra prioridad nacional. Hoy, tenemos
debilidades significativas en conectividad y en formación de competencias digitales.
La mayoría de las empresas exitosas que se crearon en el mundo en los últimos años son de
naturaleza tecnológica. La demanda de talento en inteligencia artificial, análisis de datos,
entre otros, ha aumentado de manera importante. Actualmente, el país está en capacidad de
contratar a 150.000 desarrolladores de código, pero hay pocas personas con esa
competencia.
Además, formalizar el empleo y las empresas es otra de las batallas importantes que debe
librar el país. Tener la mitad de la economía en la informalidad afecta tanto a la sociedad
como al Estado.
Por una parte, la formalización del empleo les asegura a los más vulnerables cobertura en
las redes de protección social y, por otra, empresas formalizadas le garantizan al Estado un
aumento importante de los ingresos fiscales.
Actualmente, los impuestos que dejamos de recibir por evasión superan al dinero que se
pierde por cuenta de la corrupción.
En materia de política social, es prioritario volver a enfocar los esfuerzos en las necesidades
básicas como determinantes de la salud, del aprendizaje, de la reducción de la pobreza,
pero, sobre todo, de la dignificación del ser humano.
Entre las inversiones que generan las tasas más altas de retorno están: una adecuada
nutrición, el acceso a agua potable, atención en primera infancia y vacunación.
Nos permite tener una visión de futuro compartida, en la que el Estado cumple con su
función, los hogares están mejor preparados para afrontar las crisis, las nuevas generaciones
se retan a alcanzar las demandas del mundo moderno, y donde contar con unas condiciones
de vida básicas dignifican a los que viven en situaciones vulnerables.
EL PLAN COLOMBIA
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, los cultivos de
coca aumentaron.
Incremento de las víctimas del Conflicto armado interno en Colombia.
Aumento de violaciones a los derechos humanos y falsos positivos.
Incremento de la minería ilegal.
La amenaza de las Bandas y grupos emergentes.
Militares colombianos como mercenarios.
Fracaso de la exportación del plan.
Sobre un modelo económico existen también diferentes acepciones, pero desde el punto de
vista de la economía política: “aquel proceso que es orquestado por un gobierno para
organizar la actividad económica y buscar un vínculo armónico entre las empresas y el
resto de los actores sociales”. Para determinar el modelo económico de Colombia, primero
se debe analizar los modelos económicos de intervencionismo y neoliberalismo:
4. Proteger los recursos naturales y buscar una forma de explotación sostenible de los
mismos.
2. Es un modelo que no ha todos los países le es ideal, tenemos como ejemplo a Argentina
que en el 2000 tuvo una crisis por haber tomado parámetros dictados por el Fondo
Internacional Monetario, ellos ingenuamente creyeron que abriendo mercados al libre
comercio, con pocos o incluso sin restricciones tarifarias y sin intervención estatal se
lograría su desarrollo ideal, pero eso no sucedió;
3. A pesar de quienes lo defienden buscan generar un camino al crédito estable, solo genera
ganadores y perdedores, sin tener los agentes o factores necesarios para hacer posible el
maximización de su utilidad;
Teniendo en cuenta las características de estos dos sistemas económicos, podemos decir
que Colombia pertenece al sistema neoliberal. Esta política ha sido implementada en
Colombia a partir de 1991, pero eso ha generado como en otros países una crisis en todos
los sectores. El desempleo, la quiebra por doquier de nuestras empresas es un hecho
cotidiano y el Estado siempre tendrá que ponerle freno a esta política que en el fondo no es
más que el llamado “capitalismo salvaje”. Sin embargo, durante el periodo de 2002 a 2009
Colombia da la sensación de ser un lugar más seguro para los habitantes como para los
inversionistas extranjeros pasando de ser la séptima economía más fuerte de Latinoamérica
a ocupar el puesto número cuatro, debido también al gran aporte de turistas extranjeros que
contribuyen con grandes cantidades de inversiones de capital a Colombia, fomentando el
desarrollo de la economía.8 El modelo económico de Colombia no es 100% neoliberal, de
hecho, en países como Estados Unidos, donde son capitalistas salvajes, existen situaciones
que obligan al Estado a tomar medidas que van más allá de la privatización y economía
particular. Igualmente, en Colombia el Estado no es 100% neoliberal, pues el gobierno
tiende a implementar cada vez más proteccionistas a sectores vulnerables, implementa
acciones tendientes a regular medidas que protejan a inversionistas que fomenten el
empleo, creación de estructuras públicas y fomentar la participación de particulares en
asuntos de política económica publica y mixta. Economistas como Eduardo Sarmiento
opinan que en los sectores del país, “solo la minería está dando frutos”, otros como la
infraestructura, agricultura, medio ambiente e innovación no se ha profundizado sobre los
elementos e instrumentos para llevarlas a un buen camino, e incluso opino que la
implementación del TLC, si bien es cierto que permite la compra de bienes más baratos en
el exterior, esto también ocasiona pérdidas de empleo en el país y resulta costoso al no
haber más trabajo en la industria.
Por otro lado, existen estadistas que opinan que Colombia está en una economía cada vez
más emergente; es decir, un país que se encuentra en vías de desarrollo, y comienza a
crecer con su propio nivel de producción industrial y sus ventas al exterior. De esta manera,
aparece como competidor de otras economías más desarrolladas”. Finalidad que Colombia
siempre ha querido, y de hecho uno de los motivos por los cuales había firmado el tratado
de libre comercio (TLC). Desde mis apreciaciones personales, considero que Colombia es
un Estado neoliberal, de economía emergente, con miras al desarrollo, con un énfasis en el
mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes, sin embargo, hay que señalar que
existen múltiples problemas en el país, algo muy común en diferentes naciones sobre todo
en vías de desarrollo, pero con expectativas de un mejoramiento y una solución a las
problemáticas en un futuro.
https://www.portafolio.co/economia/finanzas/industria-siglo-xx-251144
https://www.gestiopolis.com/realidad-politica-industrial-colombia/#:~:text=La%20pol%C3%ADtica
%20industrial%20del%20actual,de%20mejoramiento%20de%20la%20competitividad%2C
https://www.urbangateway.org/es/news/la-urbanizaci%C3%B3n-en-colombia-sirve-como-una-
oportunidad-para-la-creaci%C3%B3n-de-ciudades-incluyentes
https://www.elespectador.com/ambiente/colombia-urbanizada-y-biodiversa-article-572840/
https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/camilo-herrera-mora/la-globalizacion-
colombiana-es-un-hecho-205540
https://www.eltiempo.com/politica/gobierno/los-retos-que-tiene-colombia-para-el-futuro-507670
https://es.wikipedia.org/wiki/Plan_Colombia
file:///C:/Users/Yuli/Downloads/portalderevistas,+87-90.pdf