Está en la página 1de 9

1.

1 Antecedentes del problema

Desde la llegada de la pandemia COVID-19 a El Salvador, dio un gran


impacto al sistema educativo, causando así un gran cambio en la forma de cómo
se desarrollan las clases, los docentes tuvieron que dejar los salones y optar por
un entorno virtual, para lo cual los docentes no poseían las competencias ni el
recurso para desarrollar el proceso de aprendizaje.

Según la UNESCO, “Antes de la pandemia el personal docente de la región


contaba con pocas oportunidades de formación para la inclusión o para el trabajo
con estudiantes en contextos menos favorecidos y de mayor diversidad.” (2020)

Por ello podemos afirmar que “En El Salvador el 100% de la comunidad estudiantil
fue afectada por la pandemia, más de un millón 300 mil estudiantes desde
primaria a secundaria tuvieron que seguir las clases por la modalidad virtual y
alrededor de 190 mil estudiantes de educación superior. El cambio de modalidad
educativa dejó ver las enormes brechas de desigualdad social en el país y la
vulnerabilidad de algunas instituciones de educación”. (Manzano, 2020)

Considerando la encuesta realizada a los docentes por parte del MINED-DUCYT


durante la pandemia COVID-19 en esta se refleja que solo el 17.21% de 32,135
encuestados poseen una computadora como un recurso tecnológico para
desarrollar sus clases y 25.6% utilizan un celular, dichos porcentajes es un poco
preocupante cómo afrontan los docentes esta situación de transición a los
entornos virtuales.

Por consecuencia de esta gran desigualdad social que está presente en El


Salvador, causó una gran problemática en la transición a los entornos virtuales
tanto como los docentes, alumnos y sus familias, muchos de ellos no lograron
comprender la nueva metodología era un poco confusa o de poco interés, la falta
de recursos didácticos género la negativa de muchos, ya que estos preferían la
modalidad presencial por que señalan a las clases virtuales de no lograr aprender,
ni adquirir las competencias a diferencia de las clases presenciales.

Así la UNESCO afirma que “La desigualdad en el acceso a oportunidades


educativas por la vía digital aumenta las brechas preexistentes en materia de
acceso a la información y el conocimiento, lo que va más allá del proceso de
aprendizaje que se está tratando de impulsar a través de la educación a distancia,
dificulta la socialización y la inclusión en general.” (2020)

Para la UNESCO “La acción pedagógica y las nuevas demandas encuentran al


personal docente con una formación y una disponibilidad de recursos que tienden
a ser insuficientes para los retos que supone adecuar la oferta y los formatos
pedagógicos a estudiantes en entornos desfavorecidos.” (2020)

Por ello los entornos virtuales han traído consigo problemas con la falta de
herramientas y acceso para poder desarrollar el proceso de enseñanza
aprendizaje. Por tal razón en la última Encuesta de Hogares de Propósitos
Múltiples (EHPM) de la Dirección General de Estadística y Censos del Ministerio
de Economía, asegura que en 2017 un 1.8 millones de salvadoreños tuvieron
acceso a Internet. Ese mismo año, 303,815 hogares tenían conexión a Internet, lo
que equivale al 16.59 % del total de hogares del país.

A nivel mundial el modelo de educación virtual propicia espacios de intercambio


entre docentes, estudiantes, investigadores, especialistas de cualquier ámbito; las
Tics se consideran un fin y no como un medio, debido a que estas siguen
aplicándose con una pedagogía tradicional, sin lograr el avance en el proceso de
enseñanza aprendizaje (Villaverde, 2013)

Por ejemplo, en la investigación de prácticas de docencia tradicional en entornos


de educación virtual se afirma que “El modelo de educación virtual expuesto se
encuentra inmerso en un ambiente curricular escolarizado integrado por métodos y
unidireccionales de la función docente. Puede ser valiosa la intención de llevar al
ámbito virtual prácticas, formas de evaluación y otros componentes curriculares
que son del contexto de modelos presenciales exitosos. Sin embargo, esa
intencionalidad, al estar fuera de tono con los criterios pedagógicos fundamentales
y mediadores de la educación virtual, hace difusa la relación docente-estudiante
con consecuencias que se evidencian en una alta deserción” (Castrillón, 2020)

Los docentes para poder desarrollar el proceso de aprendizaje en entornos


virtuales, deben incluir técnicas de evaluación como lo que son debates, foros,
cuestionarios, mapas conceptuales, trabajo de investigación y defensas y otros
similares, para lograr cumplir objetivos y resultados anhelados, integrando a la
evaluación on-line en ciertos aspectos deben ser constructivista, basado en
recursos, colaborativo y basado en resolución problemas, entre otras.

Según la investigación de la Universidad Nacional de La Patagonia, de los


Instrumentos de evaluación de aprendizaje en entornos virtuales afirma que se
requiere una evaluación congruente con la concepción del proceso de aprendizaje.
De esto la importancia de interesarse por los fundamentos pedagógicos y de
incluir la evaluación en los cambios metodológicos asociados al uso de estrategias
centradas en el alumno mediante tecnología de la información y la comunicación.
De nada sirven éstas si no se producen cambios también en la evaluación.
(Lezcano & Vilanova, 2017)
Sabemos que la evaluación es parte fundamental del proceso de enseñanza
aprendizaje, en entornos virtuales no solo se refiere a la transferencia de modelos
tradicionales, puesto que el principal objetivo de la evaluación es el retroalimentar;
Esto significa que los datos obtenidos en la evaluación servirán para los docentes
y alumnos en forma directa para mejorar las deficiencias que se presenten y la
calidad del proceso.

En el artículo La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19 la UNESCO


menciona que “Las actividades de educación a distancia han reafirmado la función
formativa de la evaluación. La información sobre el aprendizaje individual de cada
estudiante, a través de ejercicios de diagnóstico y de seguimiento, permite a las y
los docentes proporcionar retroalimentación a sus estudiantes y modificar sus
estrategias pedagógicas para que sean más efectivas.” (2020)

En la Universidad Dr. Andrés Bello, como otras universidades en nuestro país, la


pandemia COVID-19, fue la razón de la implementación de los entornos virtuales.
En el dialogo con el Lic. Luis Alexander Ayala. Coordinador de la Facultad de
Ciencias Económicas, que la universidad ya poseía espacios virtuales, pero no
eran utilizados de manera principal, cumplían la única función de servir como
repositorios de información, por la situación de la pandemia comenzaron a
utilizarlos para el desarrollo el proceso educativo, en los estudiantes de esta
facultad, la transición a lo virtual no fue aceptado por los estudiantes siendo esto
la causa de una deserción estudiantil, por no lograr una adaptabilidad a los
entornos virtuales, la falta recursos tecnológicos y conectividad.

Se tiene en cuenta que para el año 2020 la población estudiantil de la facultad de


ciencias económicas era de 490, se contabilizo una deserción de 72 estudiantes
de las diferentes carreras y técnicos que posee dicha facultad, resultando un
14.70% de deserción estudiantil. Por ello, en los próximos ciclos se detectó un
menor número de estudiantes inscritos.

Para los docentes en general existieron dificultades debido a la transición a los


entornos virtuales, uno de ellos fue la falta de competencias tecnológicas puesto
que poseían un currículo completo, pero no se adaptaron al uso de las
herramientas digitales para desarrollar su proceso de enseñanza y aprendizaje.
La Facultad de Ciencias Económicas contaba con 32 docentes, las autoridades de
dicha universidad tuvieron que tomar medidas para afrontar dicha crisis por la
emergencia de COVID-19 en nuestro país, tomando en cuenta la deserción
estudiantil que se detectó, por lo tanto, se redujo 19 docentes, se unifico las
materias con las demás regionales de la universidad, donde los estudiantes de las
regiones compartían sus clases.
1.2 Situación actual del problema.

A partir de diciembre de 2019 a marzo de 2020 las instituciones educativas


se vieron obligadas al uso de dispositivos tecnológicos como medio para impartir
sus clases y aunado a esto el uso de herramientas tecnológica. La revolución
tecnológica ha cambiado la manera de entender todo el entorno de evaluación a
través de medios tecnológicos y el uso de herramientas tecnológicas.

Las nuevas generaciones viven una realidad muy distinta de la que existía hace
más de 40 años atrás, muy probablemente, en pocos años nada de lo que
conocemos tendrá que ver con lo que existe ahora. Los cambios son muy rápidos
y la educación debe facilitar la adaptación de los alumnos a ellos. Para ello, la
utilización de EVA “entorno virtual de aprendizaje” puede ser una herramienta de
gran utilidad.

Los entornos virtuales de aprendizaje (EVA) exigen nuevas formas de evaluar.


provocando desde mediados de marzo del 2021 la disminución o anulación de la
aplicación de la forma tradicional de enseñar, la cual estaba centrada en la
recopilación de información y la aplicación de los conocimientos adquiridos,
utilizando pruebas de rutinarias (papel y lápiz), en estos entornos el docente debe
usar su creatividad, buscar las técnicas y métodos, los cuales despierten el interés
en el estudiante siempre con el objetivo de evaluar las competencias y habilidades
adquiridas de una manera más profunda y la práctica de los conocimientos en
situaciones reales y complejas.

Así mismo mencionan Chávez y Martínez en cuanto a que “En las modalidades a
distancia ha sido escasa la práctica de evaluación educativa que trascienda el
objetivo de valorar solo el aprendizaje del alumno con fines de otorgar una
calificación” desconsiderando la evaluación con propósitos formativos,
especialmente con enfoques auto evaluativo y coevaluativo, indispensables en
entornos virtuales de formación. (2006, pág. 45)

Si es ejecutada de esa manera la práctica evaluativa se desaprovechan las


oportunidades que ofrece la virtualidad desde una perspectiva educativa, como
con el docente y del propio estudiante, por ello debe ser enfocada en la mejora
continua donde pueda verificarse si cumple con las condiciones necesarias para
garantizar una formación adecuada, las practicas evaluativas siempre han sido un
tema de controversia en el ámbito de los educadores, pues ciertamente en los
entornos virtuales de aprendizaje, el docente enfrenta un compromiso evaluativo
como en la modalidad presencial por lo tanto debe aplicar algunos de sus
procedimientos y herramientas para concebir técnicas que permitan adaptarse en
mejorar el proceso evaluativo en los EVA.

Según García Gutiérrez citado por Nury Mercedes “Sin lugar a dudas, las
tecnologías “están ahí”, y resulta estéril, a estas alturas, el debate entre tecnófilos
o tecnofóbicos, ya que lo verdaderamente relevante es el sentido y los espacios
(escuela, familia, personales, etc.) que educativamente concedemos a las
tecnologías; qué valores nos permiten promover y qué tipo de relación educativa
nos condicionan, ya que la tecnología, en ningún caso, nos ahorra el esfuerzo
pedagógico de tener que reflexionar sobre el sentido de la acción educativa”
(2022)

En este sentido tiene toda la razón el autor, no es lo mismo invertir media hora o
una hora preparando una clase para impartir de manera presencial a tener que
invertir de 3 a 5 horas preparando una clase virtual, saber que técnicas
implementar, las ideas o creatividades que debe utilizar para mantener a sus
alumnos activos para que no desconecten o se duerman durante la clase, desde
marzo 2020 los docentes y alumnos han tenido que enfrentar esos retos y
acoplarse a las circunstancia que los medios han permitido continuar con el
proceso de enseñanza aprendizaje. Resulta fundamental abordar las prácticas
evaluativas en los entornos virtuales que se vienen implementando como
parte de su proceso de legitimación y valoración, así como de los resultados de
aprendizaje que han sido mediados con el apoyo en las TIC.

Por su parte, la Universidad Católica de El Salvador realiza esfuerzos para


solventar la ausencia de competencias digitales entre los docentes de asignaturas
semipresenciales, pero estos no son suficientes. Aun cuando la institución cuenta
con profesionales capacitados en cuanto a la temática de la asignatura, el
deficiente manejo de los EVA que estos manifiestan limita las prácticas evaluativas
tanto para ellos como para los alumnos, generando poca explotación de los
recursos disponibles.

Por lo tanto, es difícil determinar la eficacia de la evaluación virtual, ya que


algunos entornos virtuales solo son utilizados para colgar folletos, libros y enviar
tareas; y por ende las altas calificaciones de los estudiantes en la plataforma
virtual no necesariamente apelan a un aprendizaje significativo. Ante estos
elementos deben considerarse también otros aspectos posibles como: un mal
diseño de la evaluación por parte del profesor o la falta de autonomía del
estudiante para autorregular su aprendizaje. “Un punto débil de estudiantes y
profesores es no comprender que el conocimiento dentro de los entornos virtuales
de enseñanza aprendizaje debe construirse conjuntamente. Para ello se debe
partir de prácticas de estudios diferentes a las implementadas en el ámbito
presencial, por ende, es necesario mejorar la comunicación entre actores de los
EVA, especialmente en el desarrollo de actividades evaluadas.

En cuanto a la Universidad Dr. Andrés Bello Regional San Miguel el proceso de


transición a los entornos virtuales en el ciclo 1 del 2020 la problemática más
presente fue la falta de competencias tecnológicas por parte de algunos docentes
para el control de las evaluaciones fue algo complicado ya que no había un
lineamiento especifico en su momento y el docente utilizaba plataformas de redes
sociales para compartir documentos o recibir tareas y evaluación por estos medios
no se tenía un canal donde se podría estar monitoreando las competencias
adquiridas por los estudiantes, y esto se prestó a que muchos estudiantes
obtuvieran altas calificaciones y no comprendía o no tenían desarrolladas las
habilidades de los diferentes contenidos desarrollados en clases.

La dificultad de muchos estudiantes era el recurso digital para recibir las clases y
la conectividad, por ello bajo un 10% la población estudiantil de la facultad de
ciencias económicas de la Universidad Andrés Bello, regional San Miguel.

Actualmente la problemática que está presente la falta de compromiso y


responsabilidad por parte de los estudiantes a la hora de presentar sus tareas o
evaluaciones, puesto que atribuyen a los entornos virtuales un poco más
tolerantes que el proceso educativo de manera principal, sabiendo que dicho
proceso tiene la misma responsabilidad y compromiso de manera virtual o
presencial.

También podría gustarte