mejillas rosadas y tez suave, creo recordar su boca, dadora de besos dulces y susurros de fuego, creo recordar sus ojos claros, ni verdes ni cafés, hipnóticos, recuerdo eso sí, su toque, sus abrazos cálidos y manos suabes, su cintura, que rodeaba con mis brazos e interrumpía aquella seria mueca de concentración al leer, mientras caminaba en círculos por la sala, recuerdo también, la forma en que su cabeza encajaba perfectamente en mi cuello, el como sus manos y las mías parecían la una de la otra… un par perfecto, recuerdo su risa, su abrazo, su beso, su sabor, su dolor, sus penas, relatos que me hielan, cada uno mas frio que el anterior, que cada noche de terrores nocturnos me revelaba otro trozo de su pasado, con partes tristes, devastadoras, inimaginables para aquel que la conozca, y ella aun mantenía su sonrisa, incluso aquel ultimo día, el día en que la deje ir…