Suazo (2006), manifiesta que de convenio a Gardner y su Teoría de Inteligencias Múltiples, todo el mundo
somos inteligentes de diversas y desiguales formas.
INTRODUCCIÓN
La inteligencia musical es un talento que aparece desde los primeros momentos de la vida. Cuanto más en contacto con la música
esté una persona, más hábil se volverá para distinguir ritmos y sonidos. Este tipo de inteligencia se relaciona también con la
coordinación, con el entender estructuras y patrones, con los conceptos culturales y con la capacidad lógica para resolver
problemas. La inteligencia musical está constituida por personas sensibles al ritmo, a la melodía, al tono y a la armonía. Se
relaciona con las habilidades y afinidades que se tengan con respecto a la música y otras formas de expresión rítmica. El hemisferio
derecho del cerebro desempeña un papel importante en la percepción y producción musical.
Armstrong (2001) señala que las niñas y los niños se identifican de inmediato por su forma de moverse y cantar cuando están
oyendo música, tienen opiniones claras a cerca de sus preferencias musicales, son sensibles a los sonidos no verbales en el
ambiente oyendo cosas que los demás pasaron por alto. La música se constituye en un medio de expresión de sentimientos y
emociones, las niñas y los niños son probablemente las personas que utilizan más la música como medio para descansar, jugar,
disfrutar o realizar cualquier actividad de aprendizaje; es un acto espontáneo que los motiva a poner ritmo a lo que hacen.
Walkman (citada por Gatgens, 2003) recalca que la inteligencia musical ocasiona un gran impacto en el estado del cerebro humano,
y que los primeros años de la niñez se consideran los más cruciales para el crecimiento del desarrollo musical.
¿Qué es la inteligencia musical ?
Concepto:
Se define como la habilidad para crear e interpretar formas musicales, así como el ser sensible a la hora de escuchar y reconocer
timbre, tono y ritmo. Se sitúa en el hemisferio derecho del cerebro y se relaciona con la competencia clave “Conciencia y
expresiones culturales”.
De acuerdo a la teoría de las inteligencias múltiples propuesta por el psicólogo estadounidense Howard Gardner (1943) en 1983, la
inteligencia musical es una de las distintas formas posibles de inteligencia humana, relacionada con la capacidad del individuo de
percibir, discriminar y expresarse a través de la música y las formas musicales.
La inteligencia musical pertenece al modelo de inteligencias múltiples divulgado por el psicólogo estadounidense Howard Gardner,
y es un concepto que alude a las capacidades y sensibilidades que tienen que ver con la sensibilidad musical, a la hora de producirla
y de percibirla como tal con todos sus matices. Es totalmente independiente de la capacidad auditiva, y por tanto atañe solo a la
capacidad de procesar la información sonora de piezas musicales simples o muy complejas, y tampoco tiene por qué estar plasmada
en géneros musicales concretos. Lo que define a la inteligencia musical es la total libertad para crear y apreciar la música.
Infancia temprana y desarrollo musical
Para Benitez, Díaz & Justel (2017), todos los seres humanos son capaces de hacer música (Peretz, 2008). En este sentido, Gardner
(1999) identifica la música como una de las múltiples inteligencias que el ser humano debería desarrollar y Kemple, Batey y
Hartle (2004) exponen que es en la infancia temprana, como período crítico de la formación humana en todos los órdenes, en
donde la aptitud musical comienza a desarrollarse.
En la mayoría de los casos, los niños son generalmente expuestos a la música desde muy temprana edad. Esto ocurre al escuchar
canciones de las voces de sus padres y/o sus maestros y, especialmente, a través de la influencia musical de los medios de
comunicación social. Si las experiencias musicales iniciales son reforzantes, éstas pueden modelar e influenciar el aprecio de los
niños hacia la música (Denac, 2008).
Sensibilidad a la hora de identificar el ritmo, el tono, la melodía y el timbre de una pieza musical.
Relativa facilidad a la hora de componer o interpretar piezas musicales originales, y a la hora de reproducirlas o
adaptarlas teniendo como referencia otra pieza musical.
Facilidad para encontrar recursos con los que plasmar estados emocionales o ideas a través de la música.
Facilidad para reconocer piezas musicales enmascaradas que parecen ser simple ruido.
Habilidad para reconocer los diferentes géneros musicales que influyen en una pieza musical.
Facilidad para crear melodías haciendo sonar varios objetos de manera improvisada.
Esto, sumado al hecho de que la inteligencia musical podría estar muy vinculada con la inteligencia lógico matemático y las habilidades
relacionadas con el pensamiento creativo. hace que ciertos colectivos reivindiquen la necesidad de que en las escuelas se dediquen
esfuerzos a ayudar a mejorar este tipo de inteligencia utilizando programas de estimulación de la inteligencia musical.
Importancia de la inteligencia musical
A lo largo del desarrollo humano, la música que escucha el bebé, dentro del ambiente intrauterino, actúa como capacidades bio-
síquicas-culturales, que vinculan el ritmo, el balance, el tono, el equilibrio, los espacios y los signos para el desarrollo apropiado de
la integralidad humana, desde la filogenia (origen y desarrollo desde el vientre materno), con el propósito de fundamentar la
conciencia corporal para producir en el ser humano procesos de autonomía, de libertad, de autorregulación, frente a una
determinada normatividad cultural.
La música desarrolla coordinaciones sensorio-motoras-cognitivas, desde la infancia, que se convierten en el prerrequisito
fundamental para el desarrollo de la conciencia humana. A nivel funcional, los movimientos corporales que provoca la música no
sólo desarrollan el plano sensoriomotor del niño, sino que le permite la construcción de conceptos tan complejos de adquirir como
son el tiempo y el espacio. Éstos se construyen cuando el sujeto a través del ritmo (tiempo), construye imaginariamente recorridos
en forma geométrica sobre el suelo, al compás del ritmo de la música (espacio). En síntesis la inteligencia musical fortalece las
actitudes y las actitudes frente a las diferentes formas de la música para desarrollar habilidades innatas que tienen todos los seres
humanos frente a la estética musical. En esta inteligencia se deben diferenciar tonos y ritmos para poder reproducir y construir
sobre ellas nuevas formas musicales.
La música desarrolla coordinaciones sensorio-motoras-cognitivas, desde la infancia, que se convierten en el prerrequisito
fundamental para el desarrollo de la conciencia humana. Los niños y niñas que desarrollen esta inteligencia se convierten en
personas creativas, innovadoras y capaces de expresar sus sentimientos y emociones. La música le permite al niño procesar mejor
sus conocimientos, aprenden a escuchar, a crear y trabajar en el grupo, logra expresarse con mayor facilidad.
Estos son solo algunos de los beneficios de la educación musical:
Aporta un ambiente muy positivo al aula.
Favorece la integración entre los compañeros de clase.
Enseña a respirar correctamente.
Potencia la atención.
Impulsa el razonamiento espacio-temporal y ayuda con la memoria.
Mejora el aprendizaje de la lectura, las matemáticas y otras materias.
Enriquece el vocabulario.
Enseña a valorar el silencio personal y ambiental.
Refuerza el desarrollo motor.
Mejora la psicomotricidad
Mejor percepción auditiva
Refuerza el lenguaje
Fomenta la creatividad y la capacidad de la memoria.
Estrategias para estimular la inteligencia musical
Las niñas y los niños disfrutan de la música y del movimiento, por lo que se les debe proporcionar un ambiente alegre que les permita
exteriorizar toda la energía que tienen en su interior; para ello se les debe invitar a que reflexionen por medio de la audición acerca de
los diferentes sonidos, ritmos y canciones que escucha.
Walkman (citada por Gatgens, 2003) menciona la importancia de promover actividades de canto, baile, escucha de grabaciones, así
como la creación de instrumentos musicales, con el objetivo de que los estudiantes se expresen mediante la música. También
recomienda que el docente utilice música de fondo, mientras los estudiantes trabajan. La estimulación musical en los niños favorece
los procesos de escritura, redacción, ritmo, coordinación visual y motriz, a la vez que transfiere cultura, identidad, conciencia,
recreación, sensibilización, autoestima e integración, entre otras.
Conclusiones:
La música cobra especial importancia en la educación sensorial del niño, debido a que comienza a interactuar y desarrollar su
pensamiento a través de los sentidos. Las sensaciones que aporta la música, permiten al niño descubrir el mundo que le rodea y
conocerse a sí mismo desarrollando con ello su inteligencia emocional. La música hace que la imaginación del niño/a viaje por
diversidad de mundos diferentes, que viva experiencias y emociones que hacen que enriquezca su mente.
Los sonidos musicales tienen un gran poder, brinda una agradable experiencia de aprendizaje, ya que estimula la imaginación
en los niños y niñas, además crean vínculos entre padres e hijos mientras comparten momentos musicales, los cuales le servirá
al niño para establecer relaciones fuertes y sanas con otras personas durante su vida. La música crea un habiente rico que
fomenta la autoestima y promueve el desarrollo social, emocional e intelectual. La música nos acompaña en todas las etapas de
nuestra vida y, afortunadamente, hoy en día la comunidad educativa tiene claro el papel clave que juega la música en la
formación global de los alumnos y tanto los padres como la sociedad en general comprenden que las materias artísticas son
importantes para el buen desarrollo de los niños.
Dentro de un ambiente escolar, la música puede hacer varias aportaciones especialmente en edades tempranas, ya que mediante
el desarrollo de actividades musicales los niños y niñas van a relacionarse de una mejor manera y también divertida. El
desarrollo de la inteligencia musical ayuda a que los niños puedan en un futuro ser unos grandes músicos, compositores o
cantantes, pero en el ámbito educativo el desarrollo de actividades musicales ayuda en varios ámbitos porque mediante la
música los niños pueden aprender una mejor manera y así el aprendizaje se vuelva muy fácil y divertido. Es valioso destacar
que el uso de la música es una herramienta importante para que los infantes interaccionen en el medio que se rodean, ya que la
música propicia un ambiente agradable en todo momento y en el ámbito educativo para dejar atrás una educación tradicional.
Un punto interesante de lo propuesto por Gardner, es el reconocimiento de la diversidad cultural. Esto genera que a lo largo del
mundo, se produzca una variedad de “líneas” del desarrollo de la inteligencia musical que se dirigen hacia diferentes
direcciones (ritmo, canto, habilidad instrumental etc.). Gardner postula que todos tenemos la capacidad de desarrollar algún
tipo de inteligencia. No hay una norma sobre los atributos que uno debe poseer para ser considerado inteligente en un campo
determinado. Es posible que una persona no sea capaz de leer, pero que, a pesar de ello, su inteligencia verbal/lingüística esté
muy desarrollada porque tiene una gran habilidad para narrar cuentos o un vocabulario muy desarrollado.
Recomendaciones:
De 0 a 2 años:
Propiciar espacio para los niños, de preferencia acostados o sentados en una alfombra, donde noten audiciones de diferentes tipos
de música: clásica, marimba o infantil.
Llevar al salón un baúl mágico con latas, ollas, paletas e instrumentos musicales y permita que los manipulen e identifiquen como
fuentes que producen sonido.
Cantar canciones de cuna e infantiles a lo largo de toda la rutina de los niños.
De 3 a 6 años:
Realizar diariamente juegos y actividades de movimiento y baile al ritmo de la música.
Durante la rutina diaria, dejar que escuchen y canten música variada a su elección.
Permitirles realizar sus propios instrumentos utilizando latas, botellas, semillas y diversos materiales con los que puedan producir
sonidos y música.
Planificar frecuentemente juegos tradicionales y rondas para llevar a cabo con ellos.
Las docentes deben ejecutar sus actividades musicales tomando en cuenta los temas que se vaya a tratar y que esté de acuerdo a la
planificación para que de esta manera se desarrolle la imaginación para lograr un aprendizaje significativo con aciertos en la
expresión vocal, auditiva y corporal.
La música y las emociones tienen una estrecha y fuerte conexión. Por lo tanto, tocar música durante la clase ayuda a crear un
ambiente positivo propicio para que se den efectivamente los procesos de aprendizaje (Hall, 1999).
La formación y capacitación musical de los docentes del nivel de educación inicial es fundamental para poder implementar la
Pedagogía Musical en aras de cimentar en los preescolares la motivación intrínseca que los impulse a aprender y desarrollarse
integralmente, garantizando el éxito académico y en su vida como futuro ciudadano.