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INTRODUCCIÓN
Como
una
contribución
para
el
uso
racional
de
medicamentos
es
oportuno
divulgar
el
concepto
de
medicamento
esencial,
su
historia,
el
propósito
y
la
amplitud
de
construir
una
lista
de
medicamentos
esenciales,
los
criterios
de
selección
de
esos
fármacos,
los
desafíos
y
las
expectativas
que
surgen
después
de
que
se
haga
tal
iniciativa.
Por
ejemplo,
en
Brasil,
la
RENAME
(Relación
Nacional
de
Medicamentos
Esenciales)
es
considerada
“…base
para
la
organización
de
las
listas
provinciales
y
municipales…”6
e
“instrumento
que
contribuye
con
la
racionalización
de
las
acciones
en
el
ámbito
de
la
asistencia
farmacéutica”.7
La
clave
para
una
política
de
uso
racional
de
medicamentos
es
la
cuidadosa
selección
de
medicamentos
esenciales.
Los
criterios
de
esa
selección
son
predefinidos
y
repasados
a
cada
instante
por
los
miembros
del
comité
de
selección
para
que
las
inclusiones
en
la
lista
no
escapen
de
la
definición
de
esencialidad.
El
aspecto
principal
en
la
selección
es
el
proceso
comparativo,
diferentemente
del
usado
por
el
órgano
regulador
para
aprobar
un
determinado
medicamento
en
el
país.
Entre
fármacos
registrados,
los
representantes
de
una
misma
clase
terapéutica
son
sometidos
a
análisis
con
base
en
elementos
comparativos,
de
modo
que
el
elegido
determine
real
y
relevante
beneficio
clínico
para
el
paciente.
Actualmente,
cada
grupo
farmacológico
posee
varios
representantes,
cuya
diferencia
está
concentrada,
muchas
veces,
en
aspectos
de
la
farmacocinética.
Algunas
veces,
éstos
repercuten
favorablemente
en
la
terapéutica
(absorción
en
el
tracto
digestivo,
permitiendo
la
elección
de
la
vía
oral;
media-‐vida
mayor
que
propicia
aumento
de
intervalo
entre
las
administraciones,
con
mejoría
de
la
adhesión
al
tratamiento),
pero
ello
no
ocurre
con
frecuencia.
Así,
considerándose
los
efectos
de
clase,
se
elige
un
representante
con
base
en
fuerte
evidencia
de
eficacia
y
seguridad,
comprobados
por
amplios
ensayos
clínicos
randomizados,
con
fuerte
base
metodológica
y
resultados
de
alta
relevancia
clínica,
generadores
de
resultados
generalizables
y
aplicables
a
las
condiciones
usuales.
Muchas
veces
el
representante
es
seleccionado
por
ser
usado
en
más
de
una
enfermedad.
El
alto
coste
no
excluye
un
medicamento
de
la
lista,
si
este
representa
una
mejor
elección
para
una
condición
especifica.
Él
debe
tornarse
disponible
para
todos
los
pacientes
que
efectivamente
lo
necesiten.
En
una
lista
de
medicamentos
esenciales,
se
evita
incluir
agentes
con
similar
eficacia
y
seguridad.
Menor
número
de
representantes
facilita
la
práctica
médica
y
todos
los
aspectos
de
la
gestión
de
los
servicios
farmacéuticos.
Si
el
objetivo
consiste
en
hacer
de
la
lista
un
instrumento
orientador
de
la
práctica,
ella
debe
ser
única,
organizada
por
grupos
farmacológicos,
no
presentada
por
orden
alfabética,
pero
en
secuencia
lógica
de
pensamiento.
La
repetición
de
medicamentos
con
múltiples
indicaciones
clínicas
en
diferentes
grupos
en
los
cuales
se
incluyen,
muestra
una
mejor
idea
del
arsenal
terapéutico
disponible.
Así
la
lista
asume
un
foco
clínico
y
se
torna
herramienta
educativa.
Muchos
prescriptores
y
demás
profesionales
de
salud
tienen
insuficiente
conocimiento
sobre
la
clasificación
de
los
medicamentos.
Luego,
pueden
aprender
con
la
lista
cuando
fármacos
con
misma
indicación
están
reunidos.
Por
ejemplo:
medicamentos
indicados
en
el
control
del
dolor
(anestésicos
generales,
anestésicos
locales,
analgésicos
no
opioides,
analgésicos
opioides)
o
fármacos
que
controlan
disturbios
neurológicos
o
psiquiátricos
(antiepilépticos,
antiparkinsonianos,
antidepresivos,
antipsicóticos,
hipnóticos).
También
son
seleccionadas
formas
farmacéuticas
para
uso
de
adultos
y
niños,
con
las
respectivas
concentraciones.
En
principio,
se
eligen
las
menores
concentraciones,
pues
es
más
fácil
administrar
múltiples
de
una
forma
farmacéutica
sólida
que
partirlas.
Otro
aspecto
adecuado
es
indicar
el
nivel
de
atención
de
la
salud
para
lo
cual
se
indica
cada
medicamento.
También
se
puede
referir
la
fuente
de
financiamiento
para
diferentes
medicamentos
(recursos
federales,
provinciales
o
municipales).
Esas
informaciones
pueden
auxiliar
en
los
aspectos
de
gestión.
DESAFÍOS Y EXPECTATIVAS
El
segundo
desafío
es
garantizar
amplia
diseminación
de
la
lista,
incluyendo
todos
los
niveles
de
gestión
pública
de
salud,
el
mayor
número
posible
de
prescriptores,
los
sectores
académicos,
los
servicios
de
salud
y
los
organismos
profesionales.
El
soporte
político
también
es
crucial
para
que
todas
las
acciones
se
armonicen
con
la
lista
nacional
de
medicamentos
esenciales:
lista
provinciales
y
municipales,
listas
hospitalarias,
guías
y
protocolos
clínicos,
elencos
de
los
seguros
de
salud
nacionales
etc.
Sin
tal
soporte,
puede
ser
imposible
la
implementación
de
la
lista.
Los
recursos
necesarios
al
suministro
de
los
medicamentos
esenciales
es
deber
de
la
administración.
Los
pacientes,
a
su
vez,
no
creen
en
los
medicamentos
recibidos
del
sector
público,
siendo
muchas
veces
instigados
por
propaganda
de
medicamentos
hecha
por
los
medios
de
comunicación
o
presiones
de
organizaciones
de
pacientes.
Les
falta
adecuada
y
completa
información
sobre
los
tratamientos
que
les
son
prescriptos.
Así
ocurre
uso
incorrecto,
que
es
responsable
por
pobre
respuesta,
reforzando
la
descreencia
sobre
los
medicamentos
suministrados
por
el
sector
público
y
forzando
el
empleo
de
productos
no
incluidos
en
la
lista.
Cada
vez
más,
los
gestores
de
salud
tienen
interés
en
fundamentar
sus
elecciones
clínicas
y
políticas
en
evidencia
científica
que
proviene
de
análisis
exento
sobre
lo
que
mejora
la
calidad
del
cuidado
a
la
salud
de
la
población
dentro
de
los
recursos
disponibles.
La
investigación
clínica
puede
auxiliar
en
las
decisiones
sobre
lo
que
es
prioritario
en
el
cuidado,
desarrollo
de
infraestructura
y
financiación.12
Las
decisiones
basadas
en
evidencias
deben
ser
adaptadas
a
los
recursos
financieros
disponibles,
considerando
las
necesidades
y
valores
de
la
población.13
El
mayor
desafío
es
generalizar
e
internalizar
un
nuevo
paradigma
–
lo
de
las
conductas
basadas
en
evidencias
–
en
todos
los
profesionales
de
salud.
Por
ser
forma
de
pensar
con
poco
más
de
15
años
de
experiencia,
algunos
de
sus
precursores
así
se
expresan:
“La
medicina
basada
en
evidencia
recorrió
un
largo
camino,
pero
los
desafíos
remanentes
sugieren
que
su
segunda
década
será
más
excitante
que
la
primera”.14
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