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Esta obra es el resultado de las reflexiones sobre la condicién moderna surgidas a lo largo de la experiencia docente del autor en la Carrera de Sociologia de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. El objetivo principal es explicar el significado de la secularizacién, re- flexionando sobre la moderidad desde el punto de vista de la sociolo= gia y aplicando el saber de esta disciplina a la problematica del poder. Qudeba wmccudebacomar Hi exseteadtorat ASofia. Presentacién Bier ado. te libro consta de dos partes. La primera es una reflexion acerea | significado de la modernidad, valorizando el punto de vista de la socio- ja segunda, es una a si se quiere, del saber de la fa segunda parte jo a una lectura acerca de 1a modernidad, espero que sea de el final de su vida para darse cuenta de que cede en el momento de la tragedia es un resultado o una consecuencia de ciones, mientras que el hombre moderno, a diferencia del héroe trégi- ¥e de antemano que él es una consecuencia de sus acciones (Luhman, verca del hombre nbre moderno sabe por lo menos sospecha que es una consecuencia de sus actos. Con esta de la tragediia, -donde los héroes, tienen que pasar la vida y enfrentarse con la muerte (trégica supuesto) para darse cuenta que todo lo que han hecho desencadend ese smano que son la conseeueneia de sus propios actos. Asi de s asi de complicado, pues sospechamos que pensando o reflexionando acerca de Io que puede suceder se evi tros propios actos. Sabemos los modernos, que podemos estab! con cierto rigor cientifico que nos permitiran, a partir de que yo reflexiono ‘que me rodea, hacer de este algo cada vez més previsible. iad se levanta el estogan con el que nace la (798-1857): Saber para prever. de la Condicién io se Desvanece es “La modernidad, ayer, hoy y Individuo y la Libertad” ida por él, donde Marx (1818-1883), reflexionando acerca del signi lad dice que en ella: aire, tenia fuerza, consistencia y p Berman al problema de la moderni dela produceién intelectual, de la una reflexién sobre textos fundamentales y sobre la tuales que idera mas significativas del Art En tal sentido toma al Manifiesto Comunista como a un t concepto este tiltimo que explicaré més adelante, Hay también una reflexion acerca del Fausto de Goethe (1749-1832), texto que también considera den- icin modernista, ste, ademas, sugiere curiosos recorridos de la ciudad. Este La primera afirmaci6n, que hac global acerea de este mundo al qui es afirmar, guiendo a Berman, que se trata de tna época que tiene aproximadamente quinientos afios de a ), pensando siempre por supuesto en términos de procesos y no de los. Aunque es cierto que se tiene joria de la humanidad, hay un referi en esta entrada literaria, gene- tra cosa. Ni detectar a forma de vida, una la propuesta que hace Giddens (1990) en su fad y en este caso se trata de una lectu- ¥y politicos que dan cuenta de este momento hist6rico. Es una ca, insisto, que pone especial énfasis, en indicar que cuan- is de sociedad, no nos referimos a cualquier forma de ire los hombres, sino que hablarmo izacion, Porque el hombre no vivid si yr naturaleza. Esta idea, que sera oportunamente retomada al segunda parte, puede tomarse si se quiere como la Primera I por naturaleza, en sociedad, porque, haya sociedad, tiene que haber diferenci in basica que hay entre Ia comunidad y la sociedad, in por semejanza, mientras que la segunda es una union por dife- ‘Ademés, la idea de sociedad dentro de un contexto historico, polit vo tiene que ver con la presencia del Estado y de la Naci6n; as icin entre Sociedad, Estado y Nacién, nos introduce, a la manera we- jana, en la idea segin la cual para la existencia misma de la sociedad se ita monopolizar legitimamente la fuerza en un territorio determinado. idea de sociedad desde el punto de vista individual se relaciona cor presencia del La ciencia esta comprometida cot 10 puede renunciar para no dejar de ser; es en este espiritu rruye su objeto, a saber: la sociedad. wn, para que haya sociedad tiene que haber Estado y Naci6n, jopolio de la fuerza en un territorio determinado, Pero, ademas la mejor forma que los hombres es la forma social llamada sociedad. Sociedad, aunque esti en con " de pensar y reflexionar sobre otras formas de rel las compara con una forma ideal de vida; desde luego, es un valor. Es mas, si no hay sociedad, e al sentido se vera en este mismo texto, que Ia reflexin de la teorta soviolbgica no solamente es una reflexin acerca de de organizacién que tiene que ver con n. Cabe la siguiente pregunta, jugando Como va.a ser el orden cuando no haya mis Estado ia dea dacouposcin de un Hea. Aa, abernce por ejemplo que nuestro Estado, se consolida como tal, com fuerza, lo que significa poder hacer que una orden Fuego hasta La Quiaca, haya cierta monopol economia, a parti menos a partir del golpe de Estado del ailo 1955. Por otra parte no saber muy bien hasta dénde puede legar dicha descomposicion. Por otra parte nnuestras teorias y observaciones tienen aiin cierto Jo tanto: impresionista, Sealeanzan, es cierto, a advert con los inmigrantes. Esos sinto- del aparato estatal, que en términos Ita de normas, a saber: con la anomia. Recuerdo que en esta introduccién presento a la modemnidad desde el punto de vista cultural bajo la dialéetica modernismo-modernizacién que ya vamos a ver de qué se trata, y una reflexién de tipo sociolégica de la mo- dernidad acerea de la idea de sociedad como un conjunto de instituciones que comienzan a partir del siglo XVII y que tienen que ver ademas con la presencia del Estado y de la Nacién. 12 lo creado a la vez que observa y analiza el sentido q actores le dan a su vida. En este senti rasitaria o de segunda tebrico? Estimo que hay un supuesto los hombres viven de acuerdo con ciertas cor dad, es decir que construyen un determinado sent determinado momento. reflexién sobre su orgai ‘o mejor dicho sobre centre la creencia y el orden pesé sobre nuestras concepciones del ido. Tema que veremos en la segunda parte pero ahora dejamos formu- ir que sobre algo inmaterial, im falso, se construye un mundo objetivo, tangible. Por ota parte la presencia de la rel vez més en lar Alo que se suma la idea, también bajo influencia curialese sible convener a los otros de que lo muestro es verdad. eval, horizonte ideologico de la sociologta fu cree en que el n terrenal es una copia profana del orden celeste. Mientras que desde 1. Ver Nisbot (1968) y Fort (1958). 13 izconde, en sintesis siempre hay algo que se parece de otro modo, no es que Dios le dijo al hombre; “Mi ue fue el hombre ~no se sabe muy bien por qué para vivir debajo de ellos, los necesita, la idea por ej ie probablemente nos ‘ol6gicos del podery de la pol jue el concep de lo sagrado, di rciologta, que como toda ciencia es racio- \e atin en e] comportami te racionales. Dicho de ot cl comportamiento mis racional, esti presente la “ereencia’ ra a Weber (1864-1920), por ejemplo, cuando Ja raz6n, o del carisma de la razon.s En relacion con lo anterior digo, que si bien es cierto que la razén ‘de llevarnos a descreer y que el pensamiento riguroso, sistemitico, nos ” y esta idea 2. Ver Hume (1757) 3. Ver Marramao (1994). 4, Maquiavelo (1513), {8 “La glorificacién carismatica de laRazor’ (que encontré su expreskin caracteristica ena apoteosis de Robespirte) es la itima forma que ha adoptado al canema dentro ‘de sus multiple posbitiades" (Weber, 1922037). Cr. También Breuer (1994) 4 lo de que si le la puedo convencer de hacer lo que yo quiero, es una esa segunda parte como pierden eficacia en la moderni- produce, la que nos permite entrar al mundo del 'e pereibimos lo injusto que es el mundo que se ‘y asf nos preguntamos sencillamente: épor qué sera otra manera? 10S por ello y a partir de esta conciencia del sufti rss de significado para Ahi est la ide- rtir de que no nos va del todo bien construimos un mun- segiin el mificado para entender a la vez de justificar. La reli 10, nace asi. Aunque las apreciaciones del marxismo a pro ser que lo més natural de la reli- 10. Cada Dios protege alli, por ejemplo, siguiendo a me es producto de la filosofi ~gar hasta la le un Dios tinico.* Al sa smo Hlegamos hasta la idea ‘olo Dios, bueno, entre invisible y que no se deja ver, que no tiene de~ ‘ado que ver con las cosas mundanas y nos promete una x0 lado. Veremos, en relacién con lo anterior y tambiéi 84. 6. VerHume (1757), Parte, como aparece esta idea de un lugar de privilegio en el mas al sustituye al del héroe. En tal sentido, es posible pensar que en un universo heroico se le podia decir: “Imi ", pero no es sencillo icontrar a un padre catélico que desee para su hijo la erucifixién. Ejemplo dicho sea de paso, muestra la factura neurética o desencantada de una religion monotefsta. Secularizaci presencia de un Dios, que la bondad infin ‘compren todos los idos que se los regalen en 0, de gran utilidad, visién general que libro entonees per comprender una también, darle cierto orden ala sy mAs 308 nos hacemos, por eso no egtin advierte Hume, desde luego. Agrego ruptura de sofia y que si filosofamos 10s creyentes. Pero estas observa- resar en cierto espiritu nntras que el libro ayuda a grabarla, ‘tragedia, que fue preso del incesto y se arranca los ojos, cum- plienco con el sino, recorrié paso a paso la cireularidad que el Oriculo le indieé al comienzo, Mientras que el hombre moderno esti en condiciones epistemologias, psicoanalista mediante, de tomar todas las prevenciones del’ caso para evitar la tragedia. hombre moderno sabe, a diferencia del héroe trigico, que el mun- do no tiene encanto, y que por lo tanto, es consecuencia de sus acciones. Ademés, lo més probable es que el futuro, aunque incierto, tenga mucho que ver con las decisiones que tomamos hoy.’ Esta afirmacién la hacemos, al finalizar un siglo que parece ser el del genocidio y que segiin parece lo que ha sucedido ha tenido bastante que ver con las decisiones que tomaron miles de personas en cada coyuntura. Conclusién que afirma la posi de la existencia misma de la Sociologia y su preter hacer que el mundo sea en algo, previs ro ademas tiene que ver con otro asunto que deseo sefialar, Digo que estoy conveneido de que una de las peores inversiones que hay es la fotocopia 0 cosas parecidas. Se trata de un mal negocio para el estudian- te, el investigador o el intelectual en general. Por lo tanto, agrego, que los, 7. Vor Luhmann (1992), 1 El pensar y el decir: Ser socidlogo Sabemos con arreglo a raz6n y experiencia, que nuestras elecciones tienen algo que ver con los traumas infantiles. Ser sociélogo, por ejemplo. ‘Voy a contar algo personal. Resulta que hace varios aifos dietaba un cur- 0 sobre Max Weber para la Maestria en Ciencias Sociales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y en una oportunidad un ‘lumno me comento su deseo de hacer un trabajo monogeifico sobre la re- lacién que existe entre el saber y el mal. El pedido de este alumno me trajo asf un recuerdo infantil que paso a relatar: Yo ten{a mas 0 menos nueve o diez afios y cursaba el tercero o el cuar~ to grado, cuando nos visitaron miembros de la polieia para dar una clase {e educacién vial. En esa época recuerdo que la gente solia decir que: Policia tiene que preocuparse més por perseguir a los ladrones”. Recuerdo en un momento de su exposicion: “Hay gente en ver. de hablar tanto tiene que perseguir més a tos ladrones”. Escuché esta afirmacién en forma de pregunta, es decir, eref ‘que estaba preguntando: “éHay alguno que piensa que la policfa en vez de ‘Petseguir a los ladrones, habla?”. Levanté la mano ante la mirada de todos y uedé con la mano levantada mientras el policia al acerearse hasta mi, dijo: “Usted no tienen idea de lo que hace la policia”. No puedo asegurar que en ‘se momento decid ser socilogo, pero si que recuerdo haber quedado con ‘Bu dosis de incertidumbre que con el tiempo se convirti en una inquietud Propésito de la relacién entre el saber y el poder. Porque, si esto es lo que todo el mundo y yo le pregunto a la persona que es supuestamente la $Petiene que informar acerca de la certeza o error de lo que pienso y al con- ‘mula la pregunta, es porque debe haber algan problema en el mismo punto de partida. Bueno, después con los afios vino todo lo que vino, por preguntar tanto, y uno cada ver. pregunté menos. El tema es el de la razén y el del compromiso con la verdad que se toma quizé desde la eleccién misma de una carrera cientifica. Asi es que ‘conocemos la incomodidad que nos produce preguntarnos acerca de la con- ciencia y no por “una cuestiOn de puja de intereses”, de ser asf, serfa mas sencillo. Es porque no se aleanza a comprender del todo si se puede vivir ‘mas o menos cémodamente con o sin conciencia acerca de. Pero se trata al fin, de una cuestién acerca de la fe en la razon que me hizo volver a recordar el trauma infantil que esté ligado también a la sensacién de perplejidad que lo cotidiano suele producir. Dijimos més arriba que en la modernidad reduce su magnitud, la idea de destino. Asf, cuando leemos un texto original y fundante de la moderni- dad como lo es El principe de Maquiavelo, sucede que Maquiavelo tiene la perplejidad de un hombre que descubre algo nuevo. Ni mas ni menos. No es que sea “maquiavélico”, es que esté deseubriendo algo nuevo, como si descubriera el oxigeno y se preguntara “équé es esto?”. El, como veremos més adelante, esté tratando de nombrar lo que ve. A veces, es frecuente que la verdad cientifica o lo que se propone serlo, revuelve los cimientos del sue- lo en donde se estaba parado y se la rechaza. Siguiendo con el ejemplo de EL Principe, todavia hoy se insulta a un politico diciéndole “maquiavélico”. A pesar de que descubramos que el comportamiento de un politico bastante que ver con lo que sefialé Maquiavelo hace més o menos quinien- tos afios, seguimos asombrados ante la demostracién cotidiana de aquella impresién. 2. La antigiiedad de la modernidad: Sentido y forma Dijimos en el inicio que el mundo moderno es secular. da cuenta centralmente de la separacion entre religiOn y politica. Habiamos sefialado también dos posibilidades para caracterizar a la modernidad y mencionamos a propésito dos autores: Berman y Giddens (1938...). Asi, primero hace una mirada cultural de la modernidad, mientras que el se~ gundo caracteriza sociolégicamente a la época en cuestién. Por lo tanto no coinciden en la apreciacién acerca de su antigiiedad, Berman le atribuye a la modernidad una antigiiedad de més 0 me- ‘os quinientos afios, mientras Giddens (1990) nos habla de las institucio- nes europeas que surgen a partir del siglo XVII en adelante, En el primer sentido se puede decir que se trata de un punto de vista cultural, al pensar en aquellas cuestiones novedosas que aparecen en la reflexién. Recordemos aqui que le otorgamos, es cierto, un peso significativo al hablar de cambios, transformaciones, modos de pensar, a un grupo en particular, a un estamen- to." Extiendo el misterio y digo que hay un grupo de personas que tiene en la historia de la humanidad una funcién relevante en el destino del hombre y de las sociedades. Estas personas han observado, por ejemplo con atencién ala Iglesia, que también por otra parte es una creaci6n del mismo estamen- to. 2Quiénes son esos sefiores?: Los intelectuales. 1. Grupo de prestigio Los intelectuales son un estamento, cuyo prestigio se apoya pre cisamente en la supuesta capacidad que imaginamos tienen para medir la dimensi6n y el significado que el pensamiento tiene sobre las transforma ciones sociales. Apreciacién que implica a la vez. considerar que los pensa- mientos dicen algo acerca de lo que le pasa a la gente y que los intelectuales dicen algo acerca de ello. Asi, y prestando atencién alos intelectuales, se pu- ede llegar a decir que la modernidad tiene una antigiiedad de casi quinientos afios. Agrego ademas que el libro de Berman es del afio 1982, casi quinien- tos afios después del viaje de Colon.’ En tal sentido, se puede decir que la modernidad comienza navegando en las carabelas y sigue navegando por Internet. Agrego, a propésito de los intelectuales y la relacién de este estamen- to con la Iglesia, que Antonio Gramsci (1891-1937) por ejemplo, observaba con admiracién y respeto a esos nifios que ingresaban a los monasterios para aceeder simultineamente al saber y al estamento del clero, lo que en gran parte de los casos significaba ascender socialmente. En El Nombre de la Rosa (Eco, 1980), se observa también la vinculacién entre el saber y el poder si recordamos como el bibliotecario, Jorge De Burgos, envenenaba las paginas y los monjes, morian en el intento de saber si en la segunda parte de la Poética de Aristételes, Cristo rie. Pero eso “no se podia saber”. Por lo tanto, durante muchos siglos y sigue vigente, la idea de que hay un oculta- miento del saber, y que hay algnien que puede legar a matar para que algo no sepamos, porque gracias a que “se sabe se puede dominar al mundo”, como piensa Cerebro. Incluso, cuando algiin grupo social acta de manera transparente, tiende a desarticular la misma posibilidad de interpretacién y discurso. Bs decir, cuando no se oculta, no tenemos argumento, cuando se acttia de manera transparente, nos quedamos sin discurso. Si observamos a ese estamento, podemos darle a la modernidad una ‘antigiiedad de més 0 menos quinientos afios, Colén incluido. Ahora, si ob- servamos a las instituciones, la ubicamos en el siglo XVII siempre, recuer- do, de manera aproximada. Por lo tanto, si hablamos de quinientos aiios de antigiiedad, pensamos en un acontecimiento que dio sentido a la mo- dernidad, a saber: el Renacimiento. Decimos que si ubicamos al origen de 2, No sé si Berman fue conscionte de esta relacién 3. Personaje de un dibujo animade de Steven Spielberg, "= Miguel Ange! Forte Ja modernidad en el Renacimiento, damos cuenta del momento del indivi- dualismo porque el hombre descubre la voluntad de la distineién, es decir: ‘Ser diferente del otro. Lo que significa, pensando en Simmel (1858-1918), la diferencia aparece bajo la forma de un deseo infinito de distinguir- ‘me del otro (Simmel, 1917). Por lo tanto y por ejemplo: hay que firmar los ‘eaadros, lo que implica ademas de afirmar la propiedad del punto de vista, a del objeto cuadro. Estos dos aspectos combinados inspiraron a los pinto- res renacentistas a llevar a cabo estrategias de marketing, de las que Rafael ‘Sanzio (1483-1520) fue un maestro y quiza quien introduce el marketing en las artes plisticas. Pero también habia hombres que eran deficientes en el ‘uso de aquella estrategia, como Leonardo Da Vinci (1452-1519), por ejem- plo.« En tal sentido puede decirse que Rafael era el que tenfa una vision més acabada del mundo que venfa, en el sentido de que en la modernidad los ob- jetos dejan de valer, para costar, con lo cual se abre otro inconveniente con la Iglesia, enemiga hist6rica del objeto que seculariza por la via del mercado: el dinero. Por lo tanto si, mercado mediante, las cosas comienza a costar, para dejar de valer, pasa a ser el dinero el objeto mAs corrosivo, subversivo yrevolucionario que el hombre invent6. Es asf que segiin Simmel, el dinero esel objeto més moderno de la modernidad porque separa y fragmenta, all fin cosifica, o si se prefiere seculariza (Simmel, 1900, Cap. 1). Si hay algo ‘moderno, y lo vamos a ver més adelante con el tema del desanclaje, eso es el dinero. Adelanto aqui que el dinero tiene la virtud de permitir relacionarnos sin establecer vinculos. Ahora bien, si en cambio tomamos la idea de Giddens de carécter so- ciolégico y pensamos en las formas‘de la modernidad, establecemos aprox- imadamente en el siglo XVII el comienzo de la época, porque es a partir del siglo XVIT cuando los estados europeos, fundamentalmente Francia e Inglaterra, comienzan a adquirir cierta estructura burocratico-racional.* Pero también la apreciacién de Giddens se relaciona con un mito fundacio- nal de la modernidad desde el punto de vista politico-institucional; a saber: la Revolucién Francesa de 1789. Asi, es que aprendimos desde Ia escuela 4. Ver Merezkovshi (1903) 5. La cioroncia que establezco entre sentido y forma se inspiran en Lefort (1982), 6. Me refieo a esto mas en detalle en el timo punto dela segunda part ba el titulo “La forma Estado: Max Weber’ primaria y a pesar del policfa de educacion vial, que la Revolucién Francesa ‘metié en la modernidad una idea sobre si misma, pues al ligarla a ella, le dio a la época significado revolucionario, Dicha revolucién, a su vez circulé por el planeta ligada a la igualdad, a la libertad, y a la fraternidad, o dicho de otro modo: la idea misma de revolucién qued6 ligada a partir de 1789 a Ja fundaci6n de un orden nuevo, Porlo tanto, agregamos al mundo renacen- tista de la diferenciacién desesperada, parafraseando a Simmel, la idea de igualdad que conviviré en tensién con respecto de la anterior. Porque éebmo sees diferente, distinto y a la ver igual si la diferencia misma desiguala? Es entonces como el sentido de la revolucién se pone en forma de burocracia , si se prefiere, es la Revolucién Francesa y todas las revoluciones que con su modelo anduvieron por el planeta a posteriori, las que asociaron a la revolucién con la burocracia, haciendo que en definitiva fueran lo mismo, La burocracia, es la puesta en forma de la igualdad y desde el punto de vista sociol6gico es un hecho inseparable de aquella. Sin entrar aqui desde luego, en el problema de la metafisica de la revolucién, aunque agrego que si bien implica un cambio, la revolucién significa la presencia de un principio ab- soluto, tal vez més absoluto de aquel del orden anterior que la revolucién subvierte. Raz6n por la cual la revolucién como tal puede ser una idea al fin: Conservadora Relacionado con lo anterior, Hanna Arendt (1906-1976) en Sobre la Revolucién (1963), orienta su mirada hacia Inglaterra para ver qué sucedi6 en términos politicos y sociales en las tinicas colonias de Europa que ha triunfado en América: Estados Unidos y Canada. A propésito de Estados Unidos observa que la Revolucion Americana no se llama a si misma revolu- jn hasta después de la Revolucién Francesa yen ese momento los ameri- anos se dan cuenta de que habian hecho una revolucion. Aunque més que una revolucién, habjan hecho un cambio lento, pausado para independi- zarse de una monarquia moderada e igualarse en tanto ciudadanos con sus colonizadores. No fue una revolucién contra una monarquia absoluta como era Francia, donde los revolucionarios fundan un nuevo orden (Arendt, 1963, Caps. Ly ID. La modernidad, pensada como el avance en la organizacién de los Estados, la ubicamos siguiendo a Giddens aproximadamente en el siglo XVIT y sia esto le agregamos el triunfo de la idea de igualdad y su forma, Ja burocracia, la ubicamos en el Siglo XVIII tomando asi a la Revolucién Francesa en su cardcter fundante de la politicidad moderna, pero aqui, mas sii de las ilusiones jacobinas, pensamos en la importancia de aquella para “triunfo de la burocracia. Por lo tanto, la revolucién y la burocracia juntas e jnseparables, constituyen el triunfo de la igualdad. O sie prefiere: la revolu- ‘éény la burocracia son Jo mismo (Breuer, 1994:11-61). Agrego de paso, que to hemos podido inventar hasta el dia de hoy una organizacién més igua- fitaria que la burocracia. Se aceptan ideas. Mientras que si en cambio, con esplritu renacentista, decimos que la modernidad tiene quinientos afios mas ‘omenos, hablamos de una profunda, nueva y desconocida preocupacién de la Filosofia por el “Yo”, y como observa Simmel, a partir del Renacimiento podemos decir que: {la] voluntad de poder, de distinguirse, de ser notado y famoso se extendié entre los hombres en un grado desconocido (1917:271) ‘Tenemos, por lo dicho anteriormente, dos entradas posibles al senti- do de la modernidad que permiten comprender su significado, esto es: una entrada por la diferencia y una entrada por la igualdad, teniendo presente que la modernidad en tanto época de diferenciacién es anterior a la idea de igualdad que toma forma en los acontecimientos de la Revolucién Francesa, quea la vez fue modelo de las revoluciones posteriores. Por lo tanto, todo lo ‘que sea cambio, transformacién va a estar ligada a la idea de un pueblo en la calle ejerciendo presién sobre el Estado para que este de forma ala peticién, de una forma racional y legal. El éxito se produce cuando el triunfo politico ena plaza, se convierte en un papel o en una nueva oficina. ; Es la burocracia aquella organizacion que nos iguala. Ella permite en ‘su generosidad que podamos compartir espacios sin saber de qué sector so- ial provenimos cada uno de nosotros Si por ejemplo, compartimos un espa- cio universitario, las diferencias surgiran a partir del rendimiento académi- 0, que se burla de nuestro origen de clase. Si la burocracia es la revolucién puesta en forma, es en ese espiritu que Max Weber sefiala a la Revolucion Francesa como el triunfo de la burocracia y de una profesi6n: los abogados.” ‘Aunque también podemos agregar a los militares. Asi como veremos en la 7. CF Weber (1822: 865, 887, 1065), Puede verse también, en Economia y sociedad, las relerencias ala Revolucén francesa. 97 segunda parte, el Estado tiene raz6n pero apunta con las armas por si hay alguno que esta equivocado. E] resultado exitoso de la Revolucién en el mundo modemno se ex- presa en el triunfo de la igualdad, y el triunfo de la igualdad se expresa en tuna forma particular de organizacién del Estado y de la Sociedad, a saber: la burocracia. Bs cierto que en este punto podemos compartir la inquietud de Tocqueville al preguntarnos eon él acerca de por qué los hombres son capaces de decapitar a un Rey, para después someterse a un empleado que est detrés de un mostrador, 0 por qué los hombres preferimos, en vez de hablar con un Rey o con un duque, ir a una oficina para que nos sellen un Papel y esperar. Pero quizé sea itil distinguir en este punto, siguiendo a Lefort, la puesta en sentido, de la puesta en forma. En tal sentido, la puesta en sentido da cuenta del mundo de los principios y la puesta en forma nos da la organizacién, la institucién como tal. Es cierto que las formas nos resultan extrafias cuando pensamos y las comparamos con sus principios fundantes (Lefort, 1982). 28 3 Modernidad: Modernismo y modernizacion Berman sugiere que podemos comprender el significado de la moder- nidad si la pensamos como una dialéctica entre el madernismo y la moder nizaci6n. En tal sentido, cuando hablamos de modernizacién, damos cuenta de los cambios y de las transformaciones que se produjeron en la economia, en el Estado, en la sociedad. Como asi también, bajo este concepto, hace- mos referencia a los cambios cientificos y tecnolégicos que se produjeron en un momento hist6rico, principalmente en los siglos XIX y XX. Mientras, que cuando decimos modernismo, hablamos de una tradicién intelectual no conformista, que se caracteriza por preguntarse por el lugar del hombre en ese proceso de transformacién. Asi, esta cultura modernista, criticando a la modernidad, fund6 al fin los valores de la época (Berman, 1982:1-27). Es modernista Marx (1818-1883), por ejemplo, cuando habla acerca de la “alienacién”, en el sentido de que las mismas fuerzas que posibi ron el cambio y la transformacién son las mismas que esclavizan al hom- bre. Pero también lo es porque piensa que esa alienacién es producto de ‘una forma particular de organizacién, en una época que no culmina. Por lo tanto, esta linea de progreso, es posible llevar adelante para que el hombre ‘ea auténomo, es decir consciente de lo que produce y de lo que hace. El Manifiesto Comunista, en la lectura de Berman, es un texto modernista que se pregunta sie] hombre puede dominar aquello que el mismo produce pero Que se escapa del control humano, como le sucede al Aprendiz de Brujo. Y Berman considera que si, pues para Marx, segin Berman, el hombre esta en condiciones de manear al curso de la historia porque esta fragmentacién, esta situacién de pérdida de conciencia acerca de lo que produjo, para qué Jo produjo y para quién, puede ser resuelta si se transforma la economia, Es 29 entonces en la modernidad, y por las caracteristicas propias de la época, que podrd producirse el cambio (Berman, 1982:81-128). Mientras que por el contrario hay autores mas cercanos a la Teoria Sociologia,’ como Weber por ejemplo, que piensan que la posicién del hom- bre moderno esta alienado, fragmentado, porque al pretender saber mas acerea del mundo lo que hace es abrir otra esfera de conocimiento y perder asi progresivamente la idea de totalidad. Por lo tanto, dicha alienacién es una condicién de la época, es el cardcter de una civilizacién. Weber, mod- emno aunque escéptico, pensaba que el hombre de este tiempo se encontraba inmerso en un proceso de racionalizacién y burocratizacién, prisionero en la “jaula de hierro”. Lo que significa que en la modernidad, al extraviar su anclaje religioso, el hombre pierde sentido tiltimo y también, en consecuen- cia, segin Weber (1918), pierde su libertad. Como buen roméntico que era, Weber cree que el hombre moderno esta inexorablemente condenado a vivir en la esclavitud de la buroeracia y por lo tanto se trataba, segiin Berman, de ‘una visin pesimista y cerrada de la modernidad, Decimos que el espiritu moderno es critico porque siempre cabe la posibilidad de la expansién de la subjetividad, si recordamos a Hegel cu- ando decia que “la modernidad es la libertad de la subjetividad”.* En tal sentido se puede decir que la libertad que el modernista descubre es la del Pensamiento, pues descubre que la puesta en forma defrauda al sentido. Por lo tanto, aquella expansi6n de la libertad de la subjetividad no se cierra, esto es: no se agota bajo ninguna instancia de orden. Es la critica al orden, la sustancia de la que esté hecho el mundo moderno. La lectura que hace Berman de Marx, es original en el sentido de que es visto como un autor ‘modernista que en su condicién de tal, explora acerca del significado de una época en particular, que se caracteriza por la produccién infinita de sentido. Dicha libertad subjetiva, que se relaciona directamente como vimos con el modernismo, también se vincula con la modernizacién, ya que esta es el resultado del descubrimiento de la potencialidad de la subjetividad. 1, Rovordemos que Marx no simpatiza con la “clencia social’, en el Monifosto, vendo se refere a los socialstas llemadas “ulépicos” dice que: *.tionen una Pedanteria sistematica y una fe supersicosa fandtica en la eficaca milagrosa de ss clencia social" (Mare y Engels, 1848), 2. Ver Hegel (1820), y Berman (1996-11), donde cta a Hegel: “The principle of the modem word is freedom of subjectivity” 30 jr que un hombre pensando descubre también que lo que él piensa wo ome subjetividad, Sino que se puede plasmar en proyectos fausticos? de transformacion del mundo, porque es modernista pensar -y nos cuesta reconocer- que ningin camino de organizacién entre los hombres es impo- sible.. Y esto también esta dentro del espiritu modernista. En tanto que el final del siglo XX se caracteriza por que la modernidad perdié conciencia de sus propias rafces filos6ficas que fueron construidas precisamente por sus iticos (Berman, 1982:1-27). as fc la pregunta acerca de si la sociologia es 0 forma parte de la tradicién modernista de la modernidad. A lo que respondemos que el so- cilogo, por lo general, tiende a suspender el oficalismo del tiempo. En tal sentido, la sociologia trata de interpretar las condiciones de racionalidad que los hombres construyen para poder asi interpretar, ordenarse y con- vivir. El socidlogo reflexiona, sobre el orden, mas o menos desde Comte, para quien en cada estadio, a saber teol6gico-militar, abstracto-metafisico y,en el futuro, el cientifico-positivo, el hombre vive en un mundo que apa renta ser como se explica. Pero, el positivismo fundacional de la sociologia, si recordamos a Saint-Simon (1760-1825), puede ubicarse por su proyecto de transformacion en términos de desarrollo y progreso en el espiritu de la ‘modernizacién. Pero también la ciencia pierde en la sociologfa fundacional ‘su aspecto critico ya que es pensada como sustituta de la creencia religiosa (Forte, 1998). Mientras que el modernismo coloca al pensamiento como tal en conflicto con la realidad, por lo tanto no legitima al arden. Aunque desde luego, el modernismo no es una critica que en su radicalidad rechace Ja modernidad a la manera posmodernista (Berman, 1996:7-9). El modern- ismo reivindica a la esfera de la raz6n, al conocimiento, al saber y a la cien- cia. Mientras la critica conservadora a la modernidad acusa a esta de hacer perder al hombre su esencia. La critica conservadora a la modernidad ha sido recogida en parte por el posmodernismo, que es una critica radical a Ja modernidad, euya factura nos reeuerda a las reacciones romanticas del siglo XIX (Berman, 1996). Es la libertad de la subjetividad aquello que el modernista toma como principio, y el posmodernista como incomodidad. 3. Ch. Borman (1982:28-20). 3 4. El individualismo de la distincién: La marca renacentista de la modernidad. Leonardo y Maquiavelo Hemos hablado acerca de los distintos significados que pueden darse ala modernidad, mientras ahora nos ubicamos nuevamente en la idea de individuaci6n que es, como vimos, de factura renacentista. También habla- mos acerca de la importancia que le otorgamos al rol que tuvo un estamento particular, los intelectuales. Bn tal sentido recordamos que Max Weber in- vestigé sobre dos asuntos que deseo sefialar, estos son: a la religion, como universo de significado, y a los intelectuales, como aquellos que en diferen- tes momentos histéricos han interpretado. Cabe en este momento la defini- ci6n de la Sociologia comprensiva segin Weber que es: tina ciencia que pretende entender interpretndola, la accion so- cial para de esta manera explicarla causalmente en su desarrollo ¥ efectos (19225) Para interpretar el sentido de la aecién como intelectual, el sociélogo observa y otorga sentido a lo que los hombres hacen. Mientras el intelectual en general, por su postura reflexiva frente a la realidad es modelo porque observa desde fuera, y por eso puede interpretar, en tanto imputa sentido. Asi, el intelectual es un modelo de actor que puede interpretar la accién en Condiciones ideales de racionalidad. Dijimos que la modernidad esta ligada a un deseubrimiento, que re- ‘eordemas tiene que ver con el sentido mismo de la modernidad y es el des- ubrimiento de un nuevo problema para la Filosofia, a saber: el problema 33 del Yo,’ que para la sociologia implica reflexionar sobre la relacién entre el riesgo y la expansién del yo, dado que, las experiencias de la modernidad tienen bastante que ver con las experiencias yoicas. Es una relacion dialée- tica, decia el profesor que no sabia la causa, en el sentido de que aquello que implica desarrollo y crecimiento de la autonoméa personal, implica a la vez un riesgo. As lo que puede ser ganancia en el futuro, mejor posicionamien- to, esto es: autodeterminacién y crecimiento personal obligan en el presente a exponerme ante lo desconocido y por lo tanto sentirnos desprotegidos. Si me niego al progreso en la modernidad, corro menos riesgos, pero también evito el desarrollo. Esto sucede hasta en los acontecimientos cotidianos e jinmediatos y que son patrimonio del sentido comin. Cuando por ejemplo le ‘ensefiamos aun chico a cruzar la calle, lo estamos exponiendo ante el riesgo de cruzarla, si por el contrario, no le ensefiamos y lo Hevamos de la mano, posiblemente reduzeamos el riesgo pero a la vez, al evitarle la exposicion al peligro, minamos el camino hacia un nuevo conocimiento; y ast, detenemos su evolucién, piaggetianamente hablando. Por lo tanto, todo lo que implica tun salto, un cambio, una transformacién, un progreso, una modificacion, implica tn riesgo: Un riesgo personal. Esa dialéctica entre riesgo y expan- sign esta ligada al mismo sentido de la modernidad (Giddens, 1991). Siguiendo en el problema del sentido de la modernidad que luego il ustraremos con un didlogo entre Leonardo Da Vinei y Nicolis Maquiavelo, extrafdo de la novela del escritor ruso: Dimitri Merezkovsqui (1865-1941), FI Romance de Leonardo. El genio del Renacimiento (1903), ahora anal- izo un pirrafo de Simmel? de El individuo y la libertad en el que habla 4. Cf. Arendt (1988:325-421). 2. Recuerdo aqui que Georg Simmel fue un contemporéneo de Weber. Cada vez que ‘Weber dice cosas como por ejemplo: “hay gente mucho mas capaz que no tiene a3 posbiligades que tuve yo en la Universidad”, por lo general, con una dosis de cups, ‘be rier a Simmel. Porque Simmel, agrogo, era segin cuentan. bilan, intigente ¥ ereativo, pero tenia en Alemania dos problemas: era judio y de izquerda, A e338 {os cosas juntas en la Alemania de su tiempo solo les faltaba la mecha, Entonces ‘cada vez que a Weber le da culpa y dice: "nay gente mucho més capaz que yo." €® ‘Simmel, Aunque a veces puede tralarse de Robert Michels (1876-1836), con el ave Weber hizo una prueba que le valid una culpa mas. Weber tenia Ia idea de que tiscipulos no tenlan que hacer carrera en la Universidad del propio meesto, cosa ave ‘ora muy frecuento en Alemania, Asi, cuando envia a Michels a una Universe fue" 34 precisamente del significado que el Renacimiento ha tenido en el origen de la modernidad. Dice Simmel: Es la opinién europea general que la época del Renacimiento ita liano ereé aquello que denominamos individualidad, el desprendi miento externo e interno por parte del individuo particular de las formas comunitarias de las Edad Media (1917:271). ___ La Edad Media se relaciona asi con una forma particular de organi- zacién entre los hombres que es la comunidad. Vineulo que por otra parte redescubre la sociologia y le permite explicar la sociedad (Nisbet, 1966). Continia Simmel inmediatamente después del pérrafo cit diciendo: a tate aque habjan ligado su configuracién vital, funciones y rasgos esenciales en unidades niveladoras. Con esto habian hecho des- vanecerse, en cierto modo, los contornos de la persona y habian refrenado el desarrollo de la libertad personal, ta unicidad que descansa sobre si, la autorresponsabilidad (1917:271). Agrego que en la Edad Media aquel que pertenecia a un estamento ‘no tenia movilidad social en su vida, salvo algunas guifiadas de ojo que se bacian entre fos estamentos para dar cet dinamismo a large del or medieval y producir alga tipo de cambio. La Iglesia mediante el saber, la nobleza mediante la guerra, abrian cierto horizonte al destino personal, pero en general era rigido y por lo general las posibilidades de cambio que tna persona podia encontrar alo largo de sw vida eran bastante escasas, como tambien sola ser escasos os desplazamientos geogéficos. hom de la Edad Media recorria a lo largo de su vida, pocos kilometros. En tal Seatido el orden comunal es un orden de lo cercano, no existian pot lo tanto donde estaba Weber, todos ponsaron, indo a sonido comin, que en eaiéas lo queria sacar de encima, asi al querer beneficiro lo perudico. ‘Vida familiar y en la economia domestica. =) 35 Jos desplazamientos geogrificos que vinieron después del descubrimiento de América.* Agrega Simmel: toda la realizacién del Renacimiento y sobre todo en las formas de que la voluntad de poder, de distinguirse, de ser notado y fa- ‘moso se extendié en los hombres en un grado desconocido (1917: 27). Distincién, diferencia, imposicién sobre los otros como individuos, caracteristicas modernas que sintetiza Simmel (1900) al decir que en el Renacimiento se produce: “El individualismo de la distincién”. E] “individualismo de la distinci6n” implica ser tinico, ser un indi- viduo separado de la comunidad, por lo tanto el que se distingue firma su cuadro, por ejemplo. Cito ahora un dislogo entre Leonardo y Maquiavelo aproximadamente del afio 1500. Digo que se trata de un dislogo creado por Merezhkovski, que es un intelectual que a su vez construye un diélogo entre dos intelectuales, a saber: Leonardo y Maquiavelo, Aunque en realidad no sabemos si fue asi, pero no importa porque el pasado y el futuro se arman partir del sentido que le imputamos a un presente. O, si se prefiere, la for- ma del presente pesa sobre las concepciones que hagamos tanto del pasado como del futuro. Un ejemplo de esto tiltimo antes de entrar en el dialogo, es la mutacin estética que en cada época sufre la ciencia-ficcién. ‘Si comparamos, pongo por caso, la serie Viaje a las Estrellas, Primera Generacién con la pelicula Interestelar, observaremos que las visiones del futuro estan ancladas a la época en que ellas se erearon. Viendo Interestelar pensaremos seguramente en los problemas ecoldgicos de hoy proyectados hacia el mafiana, que nos llevarian a dejar la Tierra en el futuro, y cuando ‘vemos Viaje a las Estrellas, Primera Generacién, recordamos como eran los afios sesenta y cOmo ese afio prefiguraba el futuro de chicas con minifalda y sefiores con poleras. Es decir que un presente, tiene incluido la vision de futuro, que se construye en el presente. 4, Agrego: més modemas somos, més viajeros. Deciamos entonces, a propésito de Merezhkovski y del peso de los jntelectuales para comprender el sentido de una época, que El romance de Leonardo, se trata de una novela historica, en el sentido de que reconstruye ‘un momento histérico con personajes histéricos. Pero recuerdo ademas que enel texto de Freud en donde analiza el suefio infantil de Leonardo (Freud, 43910), utiliza esta novela como fuente. Dice Merezhkovski: Ala mafiana siguiente redoblé la tempestad. El guia rehus6 subir, asegurando que con semejante tiempo un hombre honrado no ha- ria salir ni a un perro, El artista tuvo que quedarse en la posada otro dia. Para entretenerse, trat6 de adaptar al hogar de la cocina ‘un asador de su invencién que giraba solo: se trataba de una gran rueda de radios oblicuos que ponia en movimiento el aire calien- te de la chimenea que, a su vez, hacia girar el asador. Con este aparato -explicaba Leonardo a los asombrados espectadores-, el, cocinero no tiene que temer que se le queme el asado, porque el calor le da por igual; si éste aumenta, el asador gira mas deprisa; si disminuye, el asador va mds despacio. El artista colocaba este asador perfecto con tanto cuidado y amor como las alas humanas (1902:448), El autor aqui nos es describiendo entre otros, el tema del aprove- chamiento del tiempo y su relacién con el uso de la energia, temas que desde Tuego se van a ir desarrollando de manera creciente en la modernidad. Pero Leonardo, si recordamos sus recetas de cocina (Da Vinci, 1987) tenia un pro- bblema y era precisamente: el tiempo. Para el caso el que demandaba termi har de preparar la comida y cocinarla. Porque se trataba de la preparacion Brandes comilonas, por lo tanto, cuando por ejemplo, se finalizaba de pe- larlas diltimas papas, las primeras se pudrian. Era necesario inventar apara~ tos que pudieran aprovechar el tiempo, darle forma. Por lo tanto Leonardo Pasaba horas y horas pensando en cémo inventar una multiprocesadora que ‘evitara que el tiempo jugara en su contra y para el caso le pudriera las papas. Leonardo incluso invent6 una cortadora de papas que también sitvi6 como Méquina de guerra (Da Vinci, 1987). Como aprovechar la energia para la Preparacién de la alimentacién de un conjunto de personas y aprovechar el a tiempo para que la comida rindiera, estaba entre los suefios de Leonardo, ademas del suefio de poner un restaurante. Continua Merezhkovski diciendo: En la misma sala, meser Nicolo explicaba a los j6venes sargentos de la artilleria francesa, jugadores empedernidos, una regla que pretendia haber encontrado en las mateméticas abstractas y que permitia ganar a los dados con seguridad, triunfando, segan su. expresi6n, de los caprichos de “esta picara fortuna’, Exponia esta regla con inteligencia y elocuencia, pero cada vez que trataba de ponerla en prdctica, perdia, con gran sorpresa por su parte y pérfi- da satisfaccién de los espectadores; se consolaba siempre pensan- do que habia cometido alguna falta en la aplicacion de una regla jjusta. El juego terminé con un desenlace desagradable para meser Nicolo: cuando Ileg6 el momento de pagar, encontré que su bolsa estaba vacia, y jugaba sobre palabra (1902:448). Se trata de dos intelectuales modernos, uno trata de inventar el spie- do y el otro intenta ganar en el juego, mientras trata de encontrar alguna regla que, al estar “oculta’, no logra demostrar su existencia ante la audien- cia. En tal sentido, cuando eguemos a Maquiavelo en la segunda parte de este libro, veremos en El Principe como explica cuanto de fortuna y cuanto de previsibilidad puede haber en la accién humana. Pero volviendo al juego, decimos que si descubria la regla oculta seguro que nos quedabamos sin Maquiavelo. O mejor dicho, si Maquiavelo ganaba, hubiese sido un jugador an6nimo del Renacimiento. El hecho de perder sisteméticamente quiz, lo llev6 a reflexionar sobre cuanto de azar y cudnto de previsibilidad hay en el destino de los hombres. Afirma Merzhkovski: Anochecido y acompaiiada de gran cantidad de paquetes y cajas, seguida de numerosos servidores, pajes, palaireneros, bufones, negras y de diversos animales grotescos, se presenté la noble cor- tesana veneciana, la “magnifica prostituta’, Lena Griffa, aquella misma que falt6 poco para que, en Florencia, fuera atacada por el ejército sagrado de los pequefios inquisidores de fra Girolamo Savonarola. Dos afios después de este incidente, siguiendo el ejemplo de muchas de sus amigas, monna Lena se retiré del mun- do, transformé en Magdalena arrepentida. Se hizo religiosa a fin de poder, como consecuencia, aumentar su precio en la célebre “Tarifa de cortesanos 0 reflexiones de un conde extranjero donde estan indicados los precios y cualidades de todas las cortesanas de ‘Venecia con todos los nombres de sus mediadores”. De un oscuro capullo religioso, salié una brillante mariposa; Lena Griffa se elevé répidamente al uso de las cortesanas de alto vuelo, la mammola de las calles de Venecia se compuso un pomposo érbol geneal6gico, segiin el cual descendfa ni més ni menos que del hermano del du- que de Milén, por rama ilegftima, el cardenal Ascanio Sforza. Al mismo tiempo se convirtié en la amante oficial de un viejo carde- nal, inmensamente rico y casi infantil. Era precisamente para reu- nirse con él por lo que Lena Griffa iba de Venecia a Fano, donde ‘monsefior la esperaba en la corte de César Borgia. El posadero se encontraba en un aprieto: no se atrevia a negar alojamiento a una persona tan ilustre como “Su Reverencia’, la amante del cardenal, pero no tenfa ninguna habitacién libre. Al fin consiguié legar a 1un acuerdo con los mercaderes de Ancona que, con la promesa de una reduccién en la factura, accedieron a pasar Ia noche en la fragua, cediendo su habitacién al séquito de la noble cortesana. Para ésta reclamaba la alcoba de meser Nicolo y sus compafieros, los caballeros franceses d'Ivres y Allegre, y les ofrecié que fue- sen también a acostarse en la fragua como los mercaderes. Nicolo se enfadé e irritado, pregunté al posadero si sabia quién se lo iba a ceder, y si tenia raz6n para permitirse, a causa de la primera “arrastrada” que llegase, semejantes impertinencias con gentes honradas (1902:449). Este pasaje da cuenta de un mundo secular en el que el orden est algo alterado por cierto, por lo tanto no se sabe ni dénde empieza ni donde termina la legitimidad de nada. En tal sentido esa sefiora es una meretriz, ero del Cardenal. Por lo tanto se debe poner especial cuidado sobre donde Sela pone a la cortesana del Cardenal... cosa que pasa con frecuencia. _— ‘Seguimos con la novela moderna: Pero entonces intervino la patrona: era una mujer locuaz y bulli- ciosa “que no tenia pelos en la lengua”. Advirtié a meser Nicolo que en lugar de jurar y hacer tanto ruido seria mejor que pagase su comida, la de su criado y la de los tres caballos y ademiés, devol- ver los cuatro ducados que su marido le habia prestado de buena gana el viernes iltimo. ¥ como hablando consigo misma, pero con voz lo suficientemente alta para que los asistentes pudieran oirla, dese6 malas Pascuas a estos fulleros, a estos bergantes que andan errantes por los caminos, echdndoselas de personajes de impor- tancia, pero que vienen sin pagar un sueldo y se atreven todavia a levantar la nariz a las gentes decentes. En las palabras de esta ‘mujer, habia sin duda algo de verdad, por lo menos meser Nicolo se calmé enseguida, bajé los ojos ante la acusadora mirada de la patrona, buscando visiblemente eémo batirse con decoro en reti- rada (1902:450) El dinero es sagrado en un mundo secular, el simbolo de la moderni- dad segiin Simmel y por lo visto més “maquiavélico” que Maquiavelo, Continiia Merezhkovski: Ya los criados sacaban del cuarto su equipaje, cuando el horrible mono, favorito de monna Lena, que venia helado del viaje, hacia gestos lastimeros, salté sobre la mesa de meser Nicolo, cargada de apeles, plumas y libros, entre los que se encontraban las Décadas, de Tito Livio y las Vidas de hombres ilustres, de Plutarco. —Meser —dijo Leonardo, dirigiéndose a él con graciosa sonrisa— siosagrada compartir mi albergue, seria para mi un honor prestar a Vuestra Gracia tai Nicolo se volvié hacia él con alguna extraiieza, turbandose més to- davia, pero enseguida se repuso y agradeci6 con dignidad. Pasaron al cuarto de Leonardo, donde el artista tuvo euidado de reservar al nuevo compaiiero el mejor sitio. Cudnto mas observaba a este hombre, més curioso y atrayente le encontraba. Este dio su nom- bre y titulos: Nicolo Maquiavelo. Seretario del Consejo de los 40 - Miguel Angel Ferte Diez de la Repiblica Florentina. Hacfa unos tres meses, la astuta y prudente Sefioria habia despachado a Maquiavelo para confe- renciar con Cesar Borgia, a quien esperaba que sobrepasaria en trapaceria, respondiendo a todas sus proposiciones de alianza de- fensiva contra sus enemigos comunes, Bentivoglio, Orsini y Vitel con protestas de amistad, platonicas y ambiguas. En realidad, la Repiiblica tenia al duque y deseaba tenerle por amigo ni por ene- migo. Meser Nicolo Maquiavelo, privado de todo mandato real, no estaba encargado més que de obtener para los mereaderes flo- rentinos libre acceso al mar Adriético a través de las posesiones del duque ~asunto que no dejaba de tener importancia para el co- mercio, “esta nodriza de la Repiblica”, segtin la expresién emplea- da en la carta de la Sefioria~. Leonardo se present6 también y le dio cuenta del oficio que cumplia en la corte del duque Valentino. Charlaron con esa soltura y confianza de las gentes solitarias y me- ditativas, aunque de eardcter opnesto. —Meser —confes6 enseguida Nicolo y esta franqueza gust al ar- tista—, evidentemente he oido decir que es usted un gran maestro. Pero debo prevenirle que no entiendo nada de pinturas y que, in- cluso, no me gustan; bien es verdad que este arte podria respon- derme lo mismo que Dante a un patoso bufén que en la calle Ie ensefiaba un higo: “no daria uno de los mios por cien de los tuyos”. Pero también he ofdo decir que el duque Valentino os considera como profundamente versado en la ciencia militar, y por esto tenia ganas de hablar un dia con Vuestra Gracia. Siempre me ha pare- ido que este asunto es tanto mas importante y digno de atencién or cuanto la grandeza civil de los pueblos reposa sobre su poderio militar, sobre la cantidad y calidad de sus ejércitos permanentes, como lo demostraré en mi libro acerca de monarquias y repibli- cas, donde las leyes naturales que rigen la vida, el crecimiento, decadencia y muerte de todo Estado estardn determinados con la misma precisién con que las matematicas precisan las leyes de los mameros y los naturalistas las leyes de la fisica y la mecénica. Ya que debo deciros que todos los que han escrito sobre el Estado.. Pero se detuvo e interrumpié con una sonrisa: —Perdén meser. Me parece que abuso de vuestra amabilidad: quizé la politica os interese tan poco como a mf la pintura (1902:552). Delo que nos habla el autor es acerea de un proceso de individuacién ue trae el Renacimiento como vimos anteriormente, pero también ese pro- ceso de individuacién implica una creciente separacién de campos de saber, signo también de la modernidad y es lo que dice Max Weber en el prologo de 1a Etica, al mencionar la separacién de esferas en el Renacimiento (Weber, 1904-1905:5-22). Habla Merezhkovski de la pintura, del Estado, del poderio military sobre la posibitidad de hacer a esos conocimientos, precisos, lo que implica decir que la modernidad se caracteriza por el despliegue de un pro~ ceso ereciente de racionalizacién. Y asi continua nuestra novela: —No, no, al contrario —dijo el artista—. 0, més bien, os hablaré tan francamente como vos lo habéis hecho meser Nicolo. En efec- to, no me gustan los comentarios habituales sobre la guerra y los asuntos de Estado, porque esas conversaciones son, generalmen- te, vanas y engafiosas. Pero vuestras opiniones son tan distintas de la opinién general, son tan nuevas y tan poco corrientes, que os escucho, ereedlo, con gran placer (1902:451) Se trata de un intelectual que se encuentra con otro intelectual y des- pliegan un pensamiento critico que para el caso significa que va en contra dela corriente, de lo que se da por sentado. Esto es: un pensamiento critico or propio. Entonees: —Vamos, cuidado, meser Leonardo, —dijo Nicolo riendo (...)—,no vaydis a arrepentiros. No me conocéis todavia: es mi conversacién favorita. Si me embalo no me detendré hasta que no me ordeneis callar. Me quedaria sin comer por poder hablar de politica con un hombre inteligente. Pero esa es mi desgracia ¢dénde encontrar las, gentes inteligentes? (1902:452), Agrego que esto altimo no es desde Iuego un problema exclusive de la modemidad, Pero si todas las personas fuesen como le gustaria a Nicolo, es decir si un intelectual construyese a las personas en funcién de lo que cree que es una persona inteligente, no habria intelectuales. Serian todos intelectuales y no existiria el intelectual como tal. Asi cor dos modemos renacentistas: 42 ei Nuestros magnificos sefiores no quieren saber més que de la cculacién de la lana y de la seda y yo, (...) la voluntad del destino ha querido, sin duda, que, no sabiendo disertar sobre pérdidas 0 ganancias, ni de la industria de la lana ni de la seda, haya tenido que elegir entre estos dos partidos o callarme o hablar de los asun- tos de Estado. El artista le aseguré una vez més y para reanudar la conversaci6n, que realmente le parecta interesante y pregunt6 —Acabafs de decirme, meser que la politica debe ser una cien- cia exacta, lo mismo que las ciencias naturales basadas sobre las Matematicas y que su veracidad deriva de la experiencia y de la observacién de la naturaleza éHe comprendido Eso es, —dijo Maquiavelo (...)— Acaso no sea yo capaz de ello continué, pero quiero decir a los hombres lo que nadie jamais les ha dicho sobre los asuntos humanos. Platén en su Repiblica, Arist6teles en su Politica, San Agustin en su Ciudad de Dios; nin. guno de los que han hablado sobre el Estado han visto lo prinei- pal: las leyes naturales que rigen la vida de todo pueblo y que se encuentran (...) més alld del bien y del mal. Todos han hablado de lo que parece ser bueno 0 malo, noble o vil, imaginando a los. gobiernos tales y como debian ser y eémo en la realidad no existen ni pueden existir. Pero yo no me conformo con lo que debe exis- tir, ni con lo que parece existir, sino con lo que existe en realidad. Quiero estudiar la naturaleza de esos grandes cuerpos que Haman reptiblicas y monarquias sin amor y sin odio, sin alabanza ni cen- sura, como el matematico estudia la naturaleza de los nimeros y el anatomista la estructura del cuerpo. Ya sé que es dificil y peli- {groso, pues en nada tanto como en la politica los hombres temen laverdad y se vengan de ella; pero, sin embargo, diré la verdad aun cuando me quemen en la hoguera (...) Con involuntaria sonrisa, Leonardo observaba el rostro de Maquiavelo y en sus ojos, que brillaban con extraordinario fulgor, casi demente, advirtié una expresién de resolucién profética y al mismo tiempo de travesura infantil y pens6 “icon qué emocién habla de calma y con qué pasién de impacibilidad"”. [Por momen- {0s recordamos la conferencia sobre la ciencia como profesién de Weber]. an —Meser Nicolo, ~dijo el artista—, si logrdis poner vuestro proyee- to en ejecucién, vuestros descubrimientos tendran una importan- cia no menos grande que la geometria de Euclides y las indagaci nes de Arquimedes sobre la mecanica. Leonardo estaba realmente sorprendido de la novedad de lo que deefa meser Nicolo. Recordaba que, trece afios antes, al terminar un album de dibujos que representaban los érganos del cuer- po humano, habia afiadido al margen: “Que el altisimo me ayu- de a estudiar la naturaleza de los hombres, de sus costumbres y habitos como estudio la estructura interna del cuerpo humano” (1902:452-453). Es el momento de definir el concepto de racionalizaeién diciendo con Habermas, interpretando a Weber, que es: “Toda ampliacién del saber em- pirico, la capacidad de prediecién y del dominio instrumental y organizativo sobre procesos empfricos”, y que: “con la ciencia moderna los procesos de este tipo se tornan reflexivos y pueden quedar institucionalizados en el sub- sistema social llamado ciencia (1981:216). Si pensamos aqui en un autor como Max Weber, dicha racionalizacién deja una fisura existencial, por lo tanto la modernidad es mirada por él con ‘melancolia, en el sentido de que el mundo modemo alejado de la religién y de la magia, ha perdido encanto, no se puede retornar y queda planteada la pregunta acerca de si valié la pena. Aquella ampliacién del saber empirico, la modernizacién y la ciencia, nos hablan de un mundo secular que en este sentido significa Ciencia vs. Religién o, si se quiere, Ciencia vs. Creencia. En tal sentido, el saber em rico erosiona la ereencia y con la ciencia se produce un tipo de posiciona- miento que suspende, de manera sistematica, todo aquello que no tenga una confrontacién con el mundo de los hechos y de los fenémenos. Para Weber esto implica el desencanto del mundo. Es decir que el mundo aparece encantado, en tanto el hombre explica ‘menos lo que vive. Si por ejemplo no lueve, y el nativo danza que te danza para que llueva, y llueve: el mundo es encantador. Ahora, si al que danza lo parte un rayo, el incidente seguramente tendré también por parte de la tribu algin tipo de atribucién magica. Aunque en esa danza los sociélogos y los antrop6logos estimardn seguramente que al haber atribucién es probable que exista algin tipo de racionalidad 0 como dicen los psicoanalistas: ya Miguel Ange! Forte hay neurosis. O dicho de otro modo, al atribuir se establece algin tipo de “cadena causal’. A su vez si hay racionalizacién también hay organizacion y evando los hombres se organizan se desencantan indefectiblemente, Recuerdo aqui que Weber dice que en las religiones occidentales en son desencantadas las mismas imagenes del mundo. Es decir que Es decir, son prisioneras originalmente de la hermenéutiea y por lo tanto ante la pregunta sobre donde esta Dios, la respuesta es “No lo sé” 0 lo que elo mismo “En todo lugar”. Hay duda. Si por ejemplo vamos en la proce- sion “hacemos como que” la virgen est ahi, porque se trata de un juego de imagenes, no de un juego de realidades. Al representar se desencanta. La religion al no ser magia, sino un producto al fin de la Filosofia, es una cons- truccién de sentido. La magia, en cambio, vive en el espiritu de la tribu, en la solidaridad mecénica como diria Durkheim, En la tribu al nacer se per~ tenece a una totalidad sin individuacién. Para que haya principio de indivi- duacién, a lo Weber, tiene que haber un principio religioso que lo posibilite. La religién occidental habilita el despliegue del proceso de individuacién. Mientras que dentro de una lectura habermasiana y atea de Weber, decimos que primero esta la adversidad y después la construecién del uni- verso religioso. Weber, en cambio, tiende a colocar primero lo religioso y n el universo de sentido donde esté el desencantamiento original del mundo. en la misma factura religiosa. En sintesis, para Weber, lareligion es desencantada. En tal sentido, Dios no est en el Totem, esta re- presentado en un conjunto de objetos, en una iconologia plastica y dinémica al servicio de la interpretacin del fil. Decfamos a propésito de la racionalizacién, que los procesos de ese tipo se toran reflexivos y se organiza a su vez en un subsistema social que se lama ciencia, Esta diltima observacién tiene un aire kantiano, en tanto que €l saber no me permite solamente comprender el mundo de las cosas, sino ‘Que me permite poner al saber cémo objeto. Esto es: se torna el saber auto- Treflexivo, No solamente es entonces un saber que me permite comprender al mundo que me rodea, sino que es un saber sobre el saber y por eso se toma reflexivo, No solamente se separan entre sf: a politica, la matemética, labiologia, el arte, sino que a su vez se separa el conocimiento cémo objeto. an 5. Sociedad: Secularizacién y racionalizacién En la modernidad se producen tres revoluciones epistemolégicas, 0 si se prefiere la secularizacién deja el legado de tres heridas narcisfsticas, por- {que en términos psicoanaliticos significaron distintas amenazas al hombre respecto de su posicién omnipotente. Podemos ubicar a la primera en los, descubrimientos y las hipotesis copémnico-galileanas' en las que se dice, ni ‘més ni menos, que no somos el centro del universo y que la tierra gira al re- dedor del sol. Por lo tanto, o Dios no existe 0 en todo caso somos un pequerio casillero de su agenda. No estamos seguros por lo tanto de que podamos es- tar tranquilos en sus brazos. Recuerdo aqui que existe la idea, como vimos, de que la ciencia, al descubrir, deja el legado del desencanto. O que, dicho de otro modo, existe la idea de que el hombre vive ebrio de gozo, hasta que llega el cientifico y le dice: “Mira, un poco mejor lo que te rodea’ y a partir de alli, comienzat para el hombre la desdicha. Mientras que la segunda herida es la que produce la hipétesis de Carlos Darwin (1809-1892), cuando nos dice algo asi: “Usted es un mono, mire sino que parecido que es al mono”. ¥ es més, si nos dibujan en una cadenita evolutiva desde el mono hasta el hombre, vemos como nos ender- ezamos sin pensar en los problemas de columna que tal posicién ocasiona. Pero al fin, el hombre se trata de un mono medio loco al que un dia se le ‘currié saltar del érbol, empezar a andar y comerse todo lo que tenia a su al- cance, como hacemos ahora en MeDonald’s: agarrar, morder y agregar algo dulce por unos pesos més, si lo deseamos. El hombre es omnivoro y por ‘comerlo todo, es lo que es. Segunda revolucién epistemol6gica: Darwin que 1. Nicolés Copémico (1473-1543), Galileo Gall (1564-1642) 47 nos habla del hombre como de un animal que suftié cierta evolucién, pero un animal al fin. Asi omnivoros y descentrados legamos a la tercera, a saber: la de Freud y el Psicoanilisis. Eso que encontramos bajo el ropaje del cauto y ordenado padre de familia o en las poluciones nocturnas de Max Weber, es decir el peso del inconsciente sobre nuestra vida y la pequefiez y el desam- paro individual y social del cogito. Galileo, Darwin, Freud, son tres grandes, revoluciones epistemoldgicas que son a la vez tres heridas narcisisticas, y por lo tanto nos sacan de la omnipotencia. Dejamos de pensar en que somos elegidos, nos vemos como animales con eiertas caracteristicas, descubrimos que la capacidad de conocer requiere adiestramiento, rigurosidad, y perse- verancia en la lucha interna contra los obstaculos al saber, que se relacionan con la infinita capacidad de destruir absolutamente todo lo que nos rodea. Pero la condicién humana es producto de la adversidad. El hombre como es- pecie es el resultado frente a un mundo que le es adverso. iEppur si muove! Dijimos que la modernidad puede ser pensada atendiendo a su sen- tido y a su forma, Asi, en tanto sentido, le dimos una antigiiedad de mas 0 ‘menos quinientos afios. Dicha apreciacién recordamos, se relaciona con el citado libro de Berman, Este autor también, al hablar de la modernidad, reflexiona acerca de las producciones intelectuales de la época que cre- aron la tradici6n moderna a través de la eritica y de la reflexién acerca de la posicién del hombre en las transformaciones de la modernizacién. Citamos también un ejemplo paradigirdtico que nas permitié ver a dos intelectuales, Leonardo y Maquiavelo, tedricos de la modernidad, producir el significado de un mundo en sus comienzos. Y¥ a propésito de la lectura del texto del Berman, recordamos a la modernidad, como una dialéctica entre modernismo y modernizacién. Asi, el modernismo era la reflexi6n y la produecién estética y literaria acerca del significado de la época, mientras la modernizacién era él concepto que daba cuenta de las transformaciones cientificas, tecnologicas y econémicas mod- ernas, También Berman nos habla acerea de la época diciendo que es una. experiencia vital de tiempo y espacio que comparten millones de personas y que se trata de una “unidad paradéjiea” (1982:1), porque es una unidad de la desunién, como vimos, desde su origen. Si pensamos nuevamente aqui, en el texto de Simmel acerca del descubrimiento de la posibilidad de dife- renciarse y distinguirse que implica la modernidad, ella implica la presencia de un descubrimiento porque se trata de un nuevo problema en la historia 48 dela Filosofia, a saber: el problema del Yo. Idea que para la sociologia impli- careflesionar acerca de lo productiva que puede ser la subjetividad cuando se emancipa, cuando se libera de las ataduras religiosas y morales. Asi, no s6lo se puede interpretar el mundo, sino que se lo hace. Es en tal sentido la lectura que Berman hace de Fausto. ¥ al calor de la dialéctica entre modern- ismo y modernizacin la modernidad tiene més 0 menos quinientos afios porque el problema esté planteado desde el comienzo de la época, Pueden distinguirse en relacién con lo anterior, diferentes etapas en la modernidad, asi Berman diferencia entre una primera etapa que comien- zen el siglo XVI y llega hasta finales del XVILL, que la ejemplificamos con eldialogo entre Leonardo y Maquiavelo y que se caracteriza por la biisqueda de conceptos porque atin no hay conciencia clara, acerca del carécter de la ‘época en la que se esta viviendo. En tal sentido, y lo veremos nuevamente en la segunda parte, cuando leamos por ejemplo El Principe de Maquiavelo, en- ‘contraremos a un autor que al reflexionar acerca de la politica, la esta descu- bbriendo como tal, como una esfera diferente a la vez que trata de ponerle un nombre a una modalidad del comportamiento humano y las consecuencias de este sobre una esfera nueva. Esta primera etapa de la modernidad como ‘sefiala Berman, se caracteriza por la biisqueda de conceptos. La segunda etapa, siempre en Berman, es la revolucionaria de la mod- emidad que se relaciona con el texto de Giddens, cuando nos habla de las instituciones del mundo moderno. Asi, esta segunda etapa comienza para Berman con la Revolucién Francesa y con la irrupcidn de grandes sectores de la poblacién en la participacién politica y publica, Asi, la modernidad Somienza a relacionarse con la democracia en tanto la expansién de la vie Bencia o la lucha por la vigencia de los derechos humanos. En esta segunda ‘tapa el paiblico experimenta ~como sefiala Berman~ la sensacién de estar Participando de una época revolucionaria. Tema que retomaremos cuando ‘rabajemos la cuestién del poder, pues la idea de revolucién le da un caracter Particular al desarrollo de la politicidad moderna, en el sentido de que a par- {rde este acontecimiento revolucionario, la politica es pensada en términos de opuestos. Esto es lo que Laclau explica al decir lo que dicha revolucién jiauura: la forma hegeménica de la politica. Asi, los opuestos: ciudadanta 3 zntiguo régimen se van llenando de significado a lo largo de la expansion esta revolucién democritica, que toma a Ia Revolucién Francesa como ontecimiento inaugural (Laclau y Mouffe, 1985), 7 49 Mientras es en el siglo XIX, cuando, segiin Berman, se experimenta por primera vez la sensacién de ser moderno y, a su ve2, es el siglo que da entrada a lo que él caracteriza como “tradicién modemnista”. Es decir, las reflexiones acerca de la modernidad como un problema particular y la re- flexién acerca del lugar de! hombre en estas transformaciones crecientes a Ia luz del progreso cientifico, teenolégico y econémico. El siglo XX, a su ver, se caracteriza, por ser una época donde paradéji- camente se han perdido las raices filos6ficas de la modernidad, lo que para este autor significa que la época perdié su potencia critica. Pero agrego, que la modernidad se caracteriza precisamente pot ser una época donde, producto del proceso de racionalizacién, existe una creciente separacion de campos de saber de su sentido original, de su contenido inicial, al fin quiza el olvido de sus raices culturales, sea una més de las caracteristicas de la modernidad (Berman, 1996:21-27). Citando a Nietzsche dice Berman que en la modernidad el individuo se atreve a individualizarse (1996:9). Esta individuacién que la modernidad produce, esta expansién creciente de la libertad subjetiva, que menciona- ‘mos al mencionar a Hegel (1770-1831), es lefda por los distintos autores de luna manera mas o menos esperanzada. Leida de manera esperanzada en autores como Marxo en la desesperanza de autores como Weber, para quien la época se caracteriza porque el hombre al perder el sentido diltimo de las cosas, pierde también su libertad. Mientras para la tradicién modernista, ‘en Marx por ejemplo, siempre en la lectura de Berman, la modernidad of- rece la posibilidad de realizar las puestas en forma de nuestra subjetividad emancipada, porque se trata de una época en la que todo lo que nosotros pensemos es posible. Asfla modernidad, no seré necesariamente una ‘jaula de hierro” como diria Weber, sino que el futuro ser4, resultado de lo que no- sotros hagamos. Porlo tanto, el hombre moderno se ha liberado del destino. Aquella heridas narcisisticas, nos han liberado del destino y descubrimos {que la vida en la modernidad tiene infinitas posibilidades y a su ve7, riesgos Dicha subjetividad emancipada, ese “atrevimientoa individualizarse” tiene distintas versiones pues los autores han llamado a esto de maneras diferentes y han reflexionado criticamente acerea de la posicién individual- {sta del hombre frente al mundo. Esta idea de subjetividad del hombre, de su capacidad de transformacion y de su posicién existencial en un proces creciente de modernizacién, ha inspirado la elaboracién de diversos con ceptos. En tal sentido recordamos, por ejemplo, lo que es el coneepto de Miguel Ange! Forte alienacién en Marx, que implica una inversién del progreso y el hombre se siente ajeno de los otros hombres, de los objetos que con otros hombres pro- ‘duce y siente al fin que nada le pertenece. Pero, segiin Marx, esto es posible de transformar, aunque hizo pocas referencias acerca de cémo seria la vida sin alienacién. Podemos recordar también el concepto de anomia en Durkheim (4858-1917), pues si este proceso creciente de individuacién que la mod- emidad supone no alcanza a hacer del individualismo un culto que actiie como algiin anclaje de sentido en la secularizaci6n, se puede producir una crisis, donde la falta de normas desintegra al fin la sociedad (Durkheim, 1897:255-301). Por otra parte Weber, el mas pesimista de los tres, habla del desen- cantamiento del mundo y de la famosa “jaula de hierro". Cree Weber que en tun proceso creciente de racionalizacién, en el que el célculo se aplica sobre todas las esferas de nuestra vida, donde a la vez predomina la racionalidad a fines y el mundo se torna cada vez més previsible: la alienacién es una ‘aracteristica del conocimiento de una época particular. Es decir, que no se esti alienado por la economia, se esté alienado porque el episteme de época implica que cada vez. que queremos conocer, aislamos algo del res- toy renunciamos al todo; y, recluidos en nuestra subjetividad conocemos ‘blo una parte. Siguiendo a Weber, todo es posible de conocer porque el Saber esté fragmentado y organizado, por lo tanto conozco algo solo cuando ‘ey un especialista en un fragmento de la realidad al que a su vez elijo, con arreglo a valores, pero renuncio a conocer el todo. Perdiendo asi la idea de {otalidad que tenia forma de solidaridad mecénica a la manera de Durkheim ‘euando habla acerca de un tipo de lazo automatico incorporado en la vida misma de la tribu. Asi, nacer es estar formando parte de esa totalidad indi- ferenciada, donde desde luego esté ausente la idea de individuacidn, por lo ‘tanto: La totalidad es (Durkheim, 1893, cap. II). En el caso de la moder- se renuncia al todo para conocer una infima parte. Esto es, en fin, el iesencatamiento del mundo, o si se quiere Ia alienacién entendida como ae pa Agrego aqui que Weber pensaba que la pérdida de sentido ap Ja pédida de libertad, pero es por momentos un confeto Pann ial que no tiene que ver tanto cm la ciencia, sino con cierto espritu mantico de época por momentos cercano a Nieztsche. Un conflicto en de- ont "la modernidad del mundo moderno, Ast, por momentos hay en ‘una idea segéin la cual si nos separamos de la religiosidad, no se sabe . 7 7 muy bien qué nos puede pasar en la vida. Es cierto, no obstante, que en el mundo moderno (como vimos desde el principio) se van separando distin- tas esferas de saber. Pero esta observacién esta dentro de cualquier espirity kantiano, como también la aceptacién de que cada una de las esferas de sa- ber genera su propia légica y que es posible, a su vez, observarla desde fuera, comprenderla y profundizar. Pero, esto no genera ningiin politeismo como dirfa Weber, ni tampoco un conflict necesario. Es decir, se puede andar tranquilo por la vida, dedicéndose a una sola esfera, nadie se muere por e30, con un buen analista ademés, no es tan grave. El mismo Weber podria haber ido, porque estaba bastante cerca de Freud... geograficamente. ‘También Gramsci, cuando habla de crisis organica, se refiere a la po. sibilidad de descomposicién social que puede producirse cuando ningin grupo alcanza a imponer la cohesién necesaria como para dar integridad social al conjunto o, si se prefiere, ningtin grupo alcanza la hegemonia. O cuando Baudelaire (1823-1867) nos habla del spleen de Paris, al dar cuen- ta del estado animico que la modernidad produce al combinar el tedio con la melancolia. Recordemos que cada vez. que Boudelaire se enamoraba de alguna sefiorita, pensaba no en su desnudez sino en cuando la muerte hicie- ra de tal belleza tal calavera. Aunque fuera un asunto subjetivo y personal, tratado con talento genera un mundo de significado. Es posible que de eso se trate el genio. En tal sentido, si por ejemplo pensamos en Franz Kafka (1883-1924) podemos reconocer en él la presencia de un conflicto edipico como el de cualquiera de nosotros que pasamos horas y horas hablando de “mamé” con un desconocido. Pero, por qué Kafka y no otro, logra llevar ese conflicto a la produecién de significado y construir un universo, es lo que no sabemos. Agrego aqui que al spleen de Baudelaire, a la alienacién de Marx, a la anomia de Durkheim, al desencantamiento del mundo en Weber y a la crisis orgénica de Gramsci, podemos sumar la neurosis en Freud y también Tocqueville (1805-1859), con su idea de “disminucién del hombre”. En de- finitiva estas ideas, remiten a un conflicto, esto es el conflicto con el sentido de realidad y al fin con la existencia misma. ‘Veamos ahora en un ejemplo como funciona esta relacién entre sen- tido de realidad y existencia. Supongamos que estamos en una caverna hace miles de afios y alguien sale a cazar por la maiiana y al correr por la llanura de pronto cae por un precipicio. Tal personaje cae, conozea 0 no conozca la ley de gravedad. Ahora al conocerla, va perdiendo la vida, es cierto, él 52 4 ‘encanto que la magia de la ignorancia brindaba, mientras al atribuir una causa se cuidara de no caer y aquellas fascinantes majianas serdn recorda- das como un paraiso perdido. Habiamos dicho que la modernidad implica un proceso ereciente de racionalizacién, lo que significa en parte la aplicacién del calculo en todos los érdenes de la vida. Lo que a su vez también se relaciona con la concien- cia, pues cada paso dado, sirve para conocer el tramo que atin nos falta. Si xno arranco, por puesto, no tomo conciencia de lo que falta. La pregunta es: Qué es mejor? Sobre esto, weberianamente se contesta: lo qué es mejor 0 Jo qué es peor, no se puede contestar desde la ciencia. Los que somos ilumi- nistas, pensamos que el desarrollo del saber mejora, pero son cosas de los ‘uministas y hay gente que no lo es. Nada obliga a serlo, se puede ser otra cosa. Pero, si somos iluministas, pensamos que el saber hace bien y el darse quenta de lo que nos pasa, mejora. Si uno sabe a lo que se tiene que enfren- tar, se posiciona de mejor manera. Pero es al fin una cuestién de valores, La racionalizacién estaba definida como toda ampliacién del saber empirico. Es decir que la ampliacién del saber empirico circula por todos Jos campos de saber. Si por ejemplo una persona esta enferma, se tiene que demostrar en un anélisis clinico, para ganar las elecciones hay que obtener Yotos y contarlos. Todos los campos del saber, repito, estan exigidos por la base empirica. Mientras la capacidad de prediceién implica la posibilidad ‘de calcular las consecuencias de la accién, sobre la base de un modelo ideal ‘de acci6u racional. Esto es; si se actiia de tal manera, se puede producir tal cual consecuencia. Pero a la ver de la ampliacién del saber empfrico y de Ia capacidad de prediccién, existe el desarrollo instrumental y organizativo ‘sobre procesos empiricos. No solamente se trata de saber, sino de ‘organizar {bs instrumentos del saber. Hay que desarrollar instrumentos y ala vez bu- ecratizarlos, si con la ciencia moderna todo se torna reflexivo y la ciencia Como tal, se organiza como un susbsistema particular a la vez que es el mo- Selo tipico de racionalidad. é_,_ La ciencia moderna, como subsistema ciencia, permite observar re- lente al proceso mismo de racionalizaci6n. O si se prefiere, el saber 2 S0lamente sirve para saber sobre las cosas del mundo -si se me permite ‘expresién— sino que sirve para saber sobre el propio saber. Por lo tanto Somos kantianos, mucho més de lo que creemos. En tal sentido, y por ejem- » en Tos actos mismos de la comunicacién, cuando no queremos contes- ‘ar, solemos poner en duda la legitimidad misma de las preguntas que se nos 53 formulan, Asi, decimos por ejemplo: ZY por qué me decis eso? Nos metemos asi con el sentido mismo de la comunicacion, Decimos: ésalimos hoy? ¥ épor {qué me llamas a esta hora? Es la comunicacién como tal en este caso a que se torna reflexiva. Lo parasitario que dice Giddens que esla Sociologia, es en realidad un parasitismo fundacional del proceso de racionalizacién mismo, Esto es que se es reflexivo y autorreflexivo sin ser socidlogo. Pero recorde- ‘mos ademas que el intelectual como tal, es el modelo de cémo se racionaliza, yy sobre esa base se le dice al resto cémo piensan sin darse cuenta “Entonces, el trabajo de sociélogo implica reflexionar sobre el mundo, alavez que sabemos que aquellas se realizan sobre las reflexiones ya hechas. acerca de él, ¥ este proceso no se agota porque de esa forma se construye fl sentido mismo de realidad, pues la realidad no se dice sola, no es sos- tenible un empirismo radical, porque lo empirico para ser debe constituir tun sistema, Asi, un dato ya es una construccién sobre aquello que es obser- vable. Cuando la definicién de racionalizacién dice que aquellos procesos se tornan reflexivos, significa que pueden ser pensados y analizados como objetos. Agrego aqui que, la construccién del sentido de realidad, yla idea de reflexividad, hacen juntas a la idea de orden, que en este contexto no se en- tiende como coaccién sino como reglas aprendidas aunque no cristalizadas para vivir. Dichas reglas son también materia de reflexin. La modernidad construye entonces un particular sentido de realidad, sabiendo que la época est signada por la libertad de la subjetividad. Hemos reflexionado entonces acerca de la posicién del hombre mo- demo y su sentido de realidad, al tiempo que lo relacionamos con el con~ cepto de racionalizacién. Sabemos que ese es en definitiva un proceso de aprendizaje, que se lleva a cabo en todos los planos de la vida, en todas Tas disciplinas del saber y que dicho proceso, desde su propia gestacion hizo afines a las distintas disciplinas del saber, como lo vimos en el dialogo ima- ginario entre Leonardo y Maquiavelo. Hablando acerca del sentido de la modernidad y del peso que le débamos a los intelectuales en ese proceso, entramos ahora a la modernidad ubieada a partir de las institueiones centro europeas, a partir del siglo XVI. ‘Siguiendo a Giddens, definimos a la modernidad, como aquellos “mo- dos de organizacién social que surgieron en Europa a partir del siglo XVIT yy que se han extendido por el mundo” (1990:15). Hay entonces una local zacion original geogréfica, esto es en Occidente y en Europa. Apreci {que también podemos leer en un autor que ha inspirado mucho a Giddens 54 't Miguel Angel Forte yal que hemos citado: Weber. Este autor, en la "Introducein” de la Btica }rotestante.., enumera a un conjunto de factores que se han producido solo fen Oceidente y que coinciden con el significado de la modernidad (Weber, 1904-1905). El texto de Giddens, sefiala que toda la desorientacién reinante en el mundo moderno, sobre la dificultad de caracterizar a la 6poca moderna, no Gan cuenta sobre la presencia de otra época, sino de una bisqueda impe- tiosa por llamar a esta, de una manera diferente, aunque no ha cambiado Ja modernidad, sus rasgos estructurales bésicos, es sobre esto iiltimo que se apoya la idea sociol6gica que considera pertinente llamar hoy a esta época: Moderna. Giddens, en este texto, critica a la idea de posmodernidad atendien- do a lo siguiente. Si la posmodernidad se presenta como aquella postura que considera a la época actual como un tiempo en el que “han muerto los grandes relatos” y por lo tanto el fin de las utopfas, que en el espiritu de la ‘modernidad, se hicieron a propésito de la vinculacién entre el progreso y la perfectibilidad del hombre y de la sociedad, es razén suficiente para pensar que vivimos hoy, de acuerdo a nuevos significados que escapan al sentido de la modernidad. Pero para Giddens, la época actual pone de manifiesto en realidad la radicalizacién del sentido original de la modernidad misma, esto es: el proceso de secularizacién, que sigue estando presente incluso en las pos bilidades para nombrarla de maneras distintas. Sobre este punto, Giddens coincide con Luhmann (1992, cap. 2) por ejemplo, que considera incluso queen realidad no se puede hablar de otra época sino que la posmodernidad da cuenta de un rasgo casi exclusivo de la modernidad y es que esta encuen- tra la forma de ponerse nombres distintos a la misma realidad, lo que dicho sea de paso es un rasgo exclusivo de la modernidad. Para comprender la época que nos ha tocado, no hace falta crearle ‘un nombre nuevo, si lo que estamos viviendo no es ni més ni menos que la Tadicalizacion de la modernidad. Asi, el proceso de globalizacion que vivi- ‘mos, es ni mas ni menos que un sentido posible de la radicalizacion de la ‘modernidad. ___ La modernidad, comparada con el orden tradicional se expresa en el ritmo y la intensidad de los cambios. En tal sentido y siguiendo a Giddens, se puede decir que el cambio, o si se quiere la capacidad de cambio, esta in- Corporada a la propia dinémica institucional. O si se prefiere, podemos decir 55 que el cambio es no solamente susceptible de ser observado en las transfor- maciones de las instituciones, sino que las propias instituciones, en su razén, de ser, incorporan el cambio. “Ahora bien, Giddens toma distancia de la postura clasica del evolu- cionismo en el sentido de que esta dinamica, esta idea de transformacién y de cambio no es continuo, sino que por el contrario es discontinuo y despa- rejo. No se trata de una linea ininterrumpida hacia el progreso, a la Comte por ejemplo y su realizacién del orden y del progreso necesarios, sino que ‘es discontinua, paradéjica y contradictoria, como también advertimos en et texto de Berman. Recordemos también que la idea moderna de sociedad esta ligada a la idea de Estado y Nacién. En tal sentido hay sociedad cuando un Estado ejerce el monopolio legitimo del uso de la fuerza fisica en un territorio. Si bien Giddens mantiene la idea de que la sociedad permanece unida ala idea de Estado y Nacién para hablar de sociedad, reconoce la presencia hoy de ‘una dependencia generalizada, una mercantilizaci6n ereciente, en el actu proceso de globalizacién "Agrego ademas que cuando la sociologia habla de sociedad piensa por lo general en la ciudad, pues en el mundo moderno cada ver, se vive mas en ella, cada vez hay mas gente que opta por la ciudad. En tal sentido, el hom- bre se aleja de la vida comunal de lo cercano, de 1o conocido, donde todo es en realidad una prolongacion del nticleo familiar, hacia la forma social, ciudadana y desconocida. Pero todo cambio implica que, como veiamos, al aumentar las posibilidades, aurmenta el riesgo. Es elegir entre la pocibilidad de ser anénimo en la sociedad-ciudad 0 no tener ninguna posibilidad de vivir en el anonimato como en la comunidad-campo. Aparentemente, en la modernidad tendemos a optar por la primera. 2, Agrogo aqui que las tendencias sefaladas en el parafo anterior pueden leerse incluso en un texto predictive como el Manifesto Comunista. Puede verso alli est tendencia crecionte @ la globalizacién e interdependencia, como asi también la relacion que existe enre la ciudadania y el trabajo asalriado, Esto es’ Tener trabaio ‘asalariado implica ser cudadano, Asunto que se puede leer en autores ditintos come ‘Mace y Adam Smith, Esto 6s la posibiidad de ofrecer ol trabajo como una mercanci& ‘otorga 2 su vez la condicién chudadana, En este sentido, una de as preguntas que Noy os hacemos es acerca de que sucede 0 suceders con dicha condici6n cuando 5° texting el trabajo salariado (N. del A). 56 El poder ser anénimos, cuando lo deseamos, es una ventaja que otor- gaclorden moderno, ciudadano y societario. Es posible quizé que los hom- Fees modernos, de manera creciente, nos hemos ido separando de To Tocal familiar hacia lo desconocido ciudadano y anénimo. Es decir que la vida ‘gudadana seria lo que més se parece a la igualdad. En la ciudad, por otra , han mejorado las condiciones de vida, a pesar por supuesto de la mel- Pncolia ecologista. Més alld de dichas posturas, que tienen seguro su cuota Ge raz6n, de manera visible en la ciudad, el hombre la pasa mejor. Hasta el mis pobre y miserable de los hombres la pasa mejor en la ciudad que en el medio rural. E| mendigo incluso tiene acceso a los medios de comunicacion. Puede mirarel partido del iltimo mundial en la vidriera de cualquier cadena de electrodomésticos. ‘Agrego ademas que en los censos de poblacién puede observarse que jes ciudades son ciudades tomadas, en tanto que los habitantes de la ciudad ‘riginales son pocos sobre la poblacién total y que gran parte de los habitan- es provienen de otros lugares. Se trata de un ciudadano que se ha hecho en elespacio y en el tiempo, producto a la ver de otra realidad que se ha hecho tema de la Sociologia: la movilidad social, que a su vez, se relaciona con la ‘movilidad geogrétfica amplia, extendida y reconocida como posible. Por eso ‘es que en realidad, a pesar de las concepciones elitistas que tenemos los ‘Biudadanos originarios de las ciudades, estas han cambiado su fisonomia ‘original a raiz de las transformaciones que se han producido por aecién de Jas personas que originalmente no vivian ahi, pero que vieron en Ia ciudad * gn lugar donde se mejora. Ademis se la pasa mejor, pienso, por la ambiva- Aencia del anonimato. Es decir, el que no nos conozca nadie es un problema, ero a la vez es una ventaja, entre otras cosas, porque la modernidad se aracteriza en lo que hace a la vida cotidiana por la liberacién del cuerpo la intensificacién del trétfico sexual. En tal sentido, el hombre y la mujer Inodernos descubren, en resumen, que es posible intercambiar sexualmente ‘ton mayor cantidad de personas, con menos censuras sociales y culturales. El tréfico sexual es a la vez un ejemplo también de una mayor lib- €raci6n del cuerpo en la modernidad. Aunque hay aspectos disciplinarios, que algunos autores han subrayado, pero en realidad en las précticas, se ‘Puede observar que las personas cada ver son més propietarias de su cuer- Po. Propiedad del propio cuerpo que trae, a la larga, transformaciones, por Sjemplo en la demografia. Si para el caso, las posturas feministas aumentan _ £1 su intensidad, aumentaré o redueird la tasa de natalidad segin sea el 57 deseo de las mujeres acerca de To que hacer con su euerpo. En tal sentido también, la cultura puede tomarse como una variable fuerte y hasta deter- minante. El mundo moderno es una vez. més, producto de las decisiones de aquelios que lo habitamos. La modernidad tiene doble filo. Asf, por un lado existe cierta seguri- dad frente al peligro y fiabilidad frente al riesgo. Creemos asi en la eficacia de los sistema expertos, que aunque no los conocemos en su I6gica interna porque no somos especialistas, sabemos que la racionalizacién moderna esta metida, si se me permite la expresién, en todas las disciplinas de saber, Por lo tanto confiamos, sin pensar demasiado en cémo esté armado cada uno de estos sistemas en particular. Es decir, por ejemplo, que sabemos y por lo tanto prevemos cuando contratamos a un seguro médico. Pero siem- pre hay una cuota de fiabilidad porque aunque no sepamos nada de fisica igual viajamos en colectivo y confiamos en que el chofer al respetar las leyes de la fisica y del transito, cuidaré al tiempo nuestras vidas durante el viaje, Suponemos que llevard a cabo un conjunto de acciones que permitirén hac~ eros llegar a sanos y salvos a destino. Suposicién que es la més delicada del dia en nuestra ciudad. Pero también, y siguiendo a Giddens, existe el “lado oscuro de la mod- emidad”, producto de los trastornos eeoldgicos que han traido las mutacio- nes industriales y el desarrollo del capitalismo en el mundo moderno, que se hermané con el desarrollo militar. Hay que agregar a la industrializacién de Jaguerra ya la guerra metida en la logica del desarrollo capitalista, las muta- ciones totalitarias del orden politico que han sido fendmenos no percibidos por los elisicos de la modernidad. Aquello que no pudo ser pereibido por el intelectual constituye el lado oscuro de la época. Esto es un razonamiento iluminista por parte de Giddens al que adhiero plenamente. ce 6. Sociologia de la modernidad: Peligro y espanto Dice Giddens que el mundo en que vivimos, dicho de una manera weberiana, es “espantoso y peligroso” (1990:2), en parte porque se perdié la fe en el progreso en sentido comtiano. Esto es, que el desarrollo cientifico y tecnol6gico suponia a la par la perfectibilidad del hombre y de la sociedad. Pero dicho desarrollo se produjo sin implicar, necesariamente, el mejora- miento del hombre y de la sociedad, o si se quiere el lema de Comte, orden Yy Progreso se vacié del contenido utdpico. Si atin conservamos la idea de historicidad radical en el sentido de que para explicar los acontecimientos personales y sociales necesitamos ubicarlos en el tiempo y el espacio, por Jo tanto historicamente, la idea misma de historia en el hombre moderno, ‘luminismo mediante, se aprende asociada con el mejoramiento humano. Amplfo aqui la explicacién del significado de la historicidad radical partien- do della siguiente pregunta: éQué quiere decir que el hombre moderno cons- ‘truye sentido sobre la base de esta idea de historicidad radical? Quiere decir que todos los acontecimientos personales y sociales son leidos en una cadena de causalidad historica. En tal sentido, yo soy el re- sultado de una biografia particular que a su vez se relaciona con la historia de la sociedad argentina en particular. Mis impresiones acerca de la histo- tia de mi Nacién serén, por lo tanto, personales, més o menos originales Segiin el caso, Otro podré dar una versién diferente. Pero, lo que seguro Comparto con este otro imaginario es la idea de historicidad. Esto es, que los, Acontecimientos son entendidos dentro de una cadena de causalidad hist6- rica y por lo tanto existié el pasado, hay presente y habré futuro, en sintesis, ‘compartimos la idea de historicidad radical. Pero, la conclusién del hombre moderno, a diferencia de los fundadores del sentido moderno es que para Rosotros, hoy la historia no conduce a ninguna parte. Hay una historicidad radical en tanto y en cuanto los acontecimientos son lefdos porque estén en. tuna cadena historica, pero la conclusién tiende a ser pesimista a diferencia del optimismo de cufo iluminista (Giddens, 1990:28-32). Se trata de una mutacién pesimista de aquella vision historica opti- mista del mundo. Si como afirma Giddens la historia no conduce a ninguna parte, hay una incertidumbre sobre el mafiana, Podemos incluso ensayar una historia de la historicidad radical, si observamos en cada momento his- t6rico particular, como los hombres hemos construido una visién del pasa do, una visién del presente y una visi6n del futuro. Pero, la vision del pasado ‘como la visién del futuro que en un presente los hombres construyen, nos sirve para leer el presente de aquella sociedad, al fin el pasado. Dicho de otra manera, dentro de la tradicién iluminista, pensamos a Ja modernidad en un sentido de la historia. Es decir, lo que le da sentido a los acontecimientos es precisamente el que estén metidos en una cadena de acontecimientos que pueden ser reconstruidos en una linea historica. Asi compartimos, que hubo un pasado, que hay un presente y que habré un futuro. Ahora bien, es esta visién del futuro lo que en la actualidad de la mo- dernidad toma la forma de incertidumbre, cambiando el futuro de ilusion ‘modernista en desesperanza posmoderna. Pero es que al fin todos eompar timos un mismo almanaque, un mismo reloj y todos sabemos més 0 menos Jo que quiere decir que legamos al 2000, que comienza el siglo XI y el tercer milenio. Ahora bien, si observamos la vision que una comunidad ha tenido acerca de cémo fue su pasado, cémo es su presente y como imagina su fu- turo, lo que en realidad estamos leyendo es su presente y en el presente de todos esté la visiOn acerca del pasado y acerca del futuro. Pero, ni el pasado ni el futuro existen en lo inmediato, son construcciones de sentido. Por lo tanto, lo que leemos es una visién con las caracteristicas del presente. @Por qué cambian en el tiempo las visiones del futuro? Porque el pre- sente de aquellas miradas fue distinto. Por ejemplo, en las primeras peli- culas de Flash Gordon, este navegaba enlatado. As{ era todo: lata y alguna Jamparita. Se pensaba que ese seria el material del futuro porque no se podia advertir lo que iba a suceder. Entonces, si las visiones de todo presente tie nen incluidas las visiones de futuro y decimos cosas tales como “el futuro es incierto” o “en el futuro seguro nos espera una tragedia”, lo més probable es que en el presente logremos el futuro, que es en definitiva, deseo. 60 a ‘Si, podemos reconocer que no es lo mismo el pasado que el futuro. E: decir, no es el mismo nivel de incertidumbre. En tal sentido podemos estar pastante seguros de que existieron los dinosaurios. Pero sobre lo que habra mafiana no se sabe con certeza. Pienso entonces que aquellos que hablan sobre el futuro, son los que logran separarse de la inmediatez y captar el sen- tido de una época. Decir por ejemplo: “todo lo solido se desvanece en el aire” ycien afios después seguir encontrindole significado. Asi, es lo que nos hace pensar en autores como Comte, como Marx, como Weber o como Durkheim yy preguntaros en que han acertado. Han acertado al pensar que son las so- iedades las que construyen la racionalidad posible, es decir, toda sociedad. se comprende a si misma hasta lo que ella misma soporta comprender. Los hombres nos caracterizamos por ser condicionados, es decir: de- pendemos de nuestras propias creaciones a las que ademas le damos au- ‘tonomia. En tal sentido, habfamos dicho que la Sociologia lo que hace es estudiar las distintas condiciones de racionalidad que las sociedades crean a propésito de si mismas y asi llegar a un orden, esto es, aleanzar la cohesion entorno de algin sentido de realidad. También dijimos, mas arriba, que una sociedad en un presente construye un significado con el que interpreta su pasado y se proyecta hacia el futuro. Enrelacién con lo anterior, dijimos que el futuro es fruto consecuen- ia del conjunto de decisiones que tomamos hoy y que el presente incluye las visiones que tenemos acerca del futuro y acerca del pasado. Asi, cuando aparece un acontecimiento realmente nuevo por lo desconocido, (re) sig- nifica al conjunto de Ia interpretacion de la historia, Esto es tan humano. Cuando por ejemplo, un artista plistico como Lucio Fontana (1899-1968) hace un tajo sobre la tela en blanco, se vuelve a interpretar a la totalidad de Iahistoria del arte. Siguiendo en la esfera estética, pensemos en el momen- to en que Duchamp (1887-1968) coloca un mingitorio en funcién de “obra de arte”, genera un malestar al incorporar asi, la idea de contexto para la interpretacién. En otro orden de cosas, pero en el espiritu del parrafo anterior, pen- semos en los revolucionarios franceses de 1789, cuando salen a la calle a combatir, digimoslo asi, le dan un sentido diferente a la interpretacion de Ja historia y por supuesto, a la interpretacion de la politica. Pero fundan ‘un imaginario sobre el cual todavia hoy, seguimos ereando o, si se quiere, Tepitiendo. 6 La pregunta que surge ahora es: éQué es lo que tiene que pasar para producir un cambio del cardcter de los anteriormente mencionados? La res- puesta seria que el acto tenga la magnitud del mingitorio de Duchamp, de la tela de Fontana o de la Revolucion Francesa. A propésito de esto Furet dice que se trata de puntos cero de la historia. Porque se comienza de nuevo a interpretar y aquello que se crefa conocido, que se daba por sentado pasa a ser desconocido, Se trata de creaciones en acto pero que estuvieron primero en la cabeza (Furet, 1978). Dijimos anteriormente con Giddens, que los clésicos de la Sociologia no reflexionaron. sobre las consecuencias negativas de la modernidad, Sefialamos en aquel momento a la guerra, al industrialismo de la guerra, al capitalismo asociado con la inversién bélica y mencionamos también a los desastres ecolégicos que el industrialismo provocé, Pero, como vimos, las reflexiones acerca de las consecuencias de los cambios que la vida mo- derna industrial produce, pertenecen también a aquella reflexi6n acerca de Ja posicién del hombre en la modernizacién, recordemos: el modernismo. Preguntarse una vez, més acerca del extrafiamiento del hombre en la mo- demizacién, implica pensar nuevamente en autores como Marx y Ia idea de alienacién, el desencantamiento del mundo en Weber o en la anomia de Durkheim, las que por momentos se emparentan en cierto pesimismo si se quiere, cuando se preguntan sobre el ser en un mundo industrial, desarro- lado y, al fin, Progresista Micntras Ia reflexion de la Sociologia es, siguiendo a Giddens, una “doble hermenéutica”. Es decir que reflexiona sobre la realidad y es autore- flexiva al preguntarse acerca de la pertinencia de si misma; asf, sobre esos dos momentos clabora sus teorias y construye sus métodos. Pero agrego una ver mas que aquella realidad ya fue interpretada por el lego. Aunque el socidlogo, por el cardcter mismo de la diseiplina, aunque parezea mentira y lo disimule, tiene cierta ventaja con respecto del resto de las ciencias. Porque el socidlogo valoriza mas a la idea segin la cual aquel proceso reflexivo que hace la Sociologia, lo hacen de alguna manera el con- Junto de las ciencias. Por lo tanto, si pensamos que existe relacién entre la construceién del mundo y la vida en ese mundo, los sociélogos nos permiti- mos decodificar el significado creado desde cualquier esfera de saber, aun ‘que dichos cédigos no le pertenezean a la Sociologia como tal, més lo que el sociélogo sabe, es que aquel proceso de racionalizacién del que hablamos 62 se despliega en todos los émbitos de la vida y es esta conviceién, quiz’, la matriz de la disciplina. Recuerdo aqui que la sociologia, surge asociada con una postura po- Iitica de sesgo conservador que tematiza sobre la posibilidad de alcanzar un tipo de sociedad, no individualista, sino orgénica, s6lidamente enhebrada por el sentido, tal vez como toda sociedad conocida; y poniendo en duda al individualismo, al capitalismo y al mercado como garantes de cohesion social. En tal sentido (re)descubre el paraiso perdido del mundo medieval corporativo y lo presenta como inspirador de organizacién hacia el futuro de la ut6pica sociedad cientifica y positiva, cuyo ethos sera la ciencia mis- ma (Forte, 1998). Pero a los fines de esta seccién del libro destacamos el cardicter autoreflexivo de la Sociologia en relacién con aquella caracteristica del hombre moderno, recordamos: Saber sobre el propio saber. A propésito de lo cual sefialamos el rol que la sociologia, por ejemplo, le otorga a los intelectuales. Giddens nos presenta Jo que él llama: “dinamismo de la moderni- dad”, para caracterizar al conjunto de sus “fuerzas dominantes” (1990:28). En principio, desarrolla el tema de la separacién entre espacio y tiempo inspirado en la historia y en la fenomenologia; por lo tanto, por un lado ‘nos presenta la posibilidad de pensar separadamente el tiempo y el espacio coincidiendo con la vulgarizacién del uso del reloj mecénico alrededor del siglo XVIII (1990:29), por lo tanto el reloj, es una sefial simblica. Mientras ‘que, desde el punto de vista fenomenolégico, el hombre y el tiempo se unen al recoger la fenomenologia los supuestos del catolicismo agustiniano si re- cordamos aquello que decia Agustin (354-430), “el hombre existe para que haya comienzo”. Agrego que si el hombre existe para que haya comienzo, el tiempo es el hombre y el hombre es el tiempo, Lo que dicho de otra manera es: no hay nada més que subjetividad. Separacién de tiempo y espacio que ‘5 quizé por lo tanto la consecuencia més significativa del proceso de sepa- tacion de esferas de la modernidad sefialada por Weber en la “Introdu de La Kitica Protestante' y en el Excurso (1915). 1. Recordemas aqui 9 aquellaInquisicidn de Borges cuando dice: “El tiempo es la ‘sustancia de que estoy hecho. tiempo es un rio que me arrabata, pero yo soy el fo; 6 un tore que me destraza, peo yo soy el tigre; es un fuego que me consume, ero yo soy e! fuego. EI mundo, desgraciadamente, es real: yo, desgraciadamente soy Borges" (1952771) 63 Dicha separacién de tiempo y espacio es la condicién, segiin Giddens, para la articulacién de las relaciones sociales en ambitos extensos de tiempo yespacio hasta llegar a incluir sistemas universales. Tal separacién, como la ‘que se produce entre el espacio y el Ambito de lo local, fomenta las relaciones entre ausentes. Asi es como el hombre moderno durante su dia vive relacio- nes fantasmagoricas, alentadas por el uso de objetos paradigmiticos como lo son el teléfono, el fax, la PC y sus redes, etc. Prescindimos por lo tanto en el orden social de la sociedad, del vinculo pensado como hermandad. Asi es que podemos compartir espacios sin conocernos. Sin saber nada acerca de nosotros podemos compartir por ejemplo, un espacio institucional aca- aciones, deberes y derechos que hacen posible, en parte, que a. Pero, el sociélogo le da una vuelta de tuerca més al mirar ad institucional, para el caso, porque nada es del todo lo que dice acerca de sf, Pensamos en que una situacién depende de aspectos por lo ‘menos del mismo espesor de los aspectos formales. Es decir, en este caso parafraseando a Weber, esa relacién que tiene carsicter social y racional por lo tanto burocratico, cuenta a su vez con dos componentes que no pertene- ‘cen necesariamente al orden moderno, ello son: el carisma y la tradici , dicho de otro modo, no existe ninguna obligacién, en diltima instancia, para que una situacién académica por ejemplo, se produzca si aquellos que estan involucrados no ponen voluntad. Esta, a su vez, se mueve motivada no solo por aspectos formales, sino también por la tradici6n y/o el carisma. Si cu una relacién institucional académica entre docente y alumno no esta presente el aspecto tradicional, apoyado sobre la conviccién de que el saber pertenece a alguien y se transmite a otro y en el corazn del alumno no hay hacia el profesor un sentimiento de amor y odio que no es ni mas ni menos que el componente carismatico, no sale la situacién académica formal. Deciamos lo anterior en relacién con Ia separacién del espacio del Jugar, pues al fomentar la modernidad, relaciones entre ausentes, hacen por Jo tanto que los intercambios tengan ese cardcter fantasmagérico que les asigna Giddens, pero el ejemplo elegido intenta agregar que tal fantasmago- ria ocurre en el horizonte de la organizacién racional y burocritica, donde la solidaridad se produce, no por los vineulos, sino por las funciones y los roles. Au vez, sefialo nuevamente el otro componente de la modernidad: la historicidad radical. Pues el hombre moderno, piensa su vida en funcion de una historia. Somos asf, consecuencia de una historia, tenemos por lo tanto 64 presente, pasado y futuro que aunque es incierto existe como parte de un modo de pensamiento: el pensamiento moderno. Por otra parte, y desarrollando las caracteristicas del dinamismo de a modernidad, nos habla Giddens de lo que denomina con el nombre de mecanismos de desanclaje, Mediante estos se logran disociar, la interac- ci6n de las peculiatidades de lo local. Podemos asi relacionarnos con otras petsonas sin limites territoriales, hasta que este conjunto de interacciones constituyen un sistema universal. En tal sentido la globalizacién del mundo actual permite captar el significado de estar relacionados prescindiendo de las caracteristicas de lo local. Lo que en realidad, decimos en forma casi cotidiana, por ejemplo, con cosas tales como “cada vez el mundo es més in- terdependiente”. En sintesis, cada vez podemos establecer mayor cantidad de relaciones entre ausentes mas lejanos. El desanclaje se despliega ademas en dos mecanismos, a saber: la ere- acion de “sefiales simbélicas” y el establecimiento de “sistemas expertos’, cuestiones que en parte hemos visto, Las sefiales simbélicas son medios de intercambio que pueden ser pasados de unos a otros sin considerar las car- acteristicas de los individuos o grupos que lo manejan en una coyuntura. Son medios simbélicos de intercambio que no tienen una fisonomia propia ero si, nos dan una pista de lo que esti detras de lo visible, que es el sistema experto definido como “sistemas de logros téenicos o de experiencia profe- sional que organizan grandes éreas del entorno material y social en el que vivimos” (Giddens, 1990:37). Si pensamos en la expresién del intercambio probablemente mis comin de “sefiales simbélicas” que es el dinero, sobreentendemos cual es lsignificado de ese objeto cada vez que intercambiamos monedas. Se trata de un medio de intercambio que niega el contenido de bienes y servicios al sustituirlos por un signo impersonal. Como decfa Marx: “el dinero es la Puta universal” porque como aquella (sin ofender) toma la fisonomia que Feclama el poseedor circunstancial. La modernidad parte de su pluralidad, diversidad, separacién de es- feras, desvinculacién, preseindencia de las relaciones cara a cara vy la exis- fencia del Estado y la Nacién que permiten dar cuenta sobre la existencia a organizacién social moderna a la que llamamos sociedad; agrego que ¢lhombre moderno se relaciona con los valores de manera a Compromisos militantes cotidianos con un eonjunto de valores. Lo cual sig- nifica que opta, cuando no suspende la racionalidad para creer y confiar para 65 hacer asi posible en definitiva el sistema de la sociedad moderna. Pero, esto es posible segiin la sociologia con los matices particulares de cada escuela 0 corriente solo si se cree en los valores. Asi por ejemplo cuando un hombre ‘moderno saca un crédito ~como la palabra lo indica~ est creyendo en el sistema econ6mico que también cree en él. No hay otra forma mas eficaz de ‘medir la creencia en un sistema econdmico que no sea la apuesta sistemiti- a, cotidiana y no del todo racional a una modalidad econémica en particu- lar. Es mas, gran parte de las decisiones cotidianas del hombre moderno ac- tual pertenece a la esfera econémica. Creemos en la economia cada vez que sacamos un billete del bolsillo 0 cuando en su defecto tomamos coneiencia de que no tenemos ninguno. Tal vez es cuando no tenemos ningtn billete en el bolsillo cuando més creemos en la economia. Es més, expresiones como “No tengo un mango”, contienen un universo de significado que desde luego trasciende a Ja esfera econdmica original. La economia en el orden modemno suele presentarse como metéfora de todo, pero metéfora al fin. El dinero no es real, es un simbolo del sistema experto que en su materialidad nos mues- tra la presencia de una esfera particular de saber que es la economia. Relacionado con lo anterior, pero en el orden politico, si por ejemplo se dice que cuando la gente vota piensa en aquello que le garantiza la estabi- lidad del monto de la cuota de la enceradora, tal decisién es racional, aunque nos desencantemos otra vez al comprobar la crisis del sentimiento heroico, pero se cree cuando se apuesta y se apuesta con dinero. Probablemente sea el dinero el objeto que mejor expresa el significado del “sistema simbolico”, hay otros, pero el dinero es quizés el més interesante de observar. Esté planteado el tema de la creencia y del activismo, al que obligan los valores en la societiad moderna, Es asf como si tomamos una decision, a sabiendas de que, por ejemplo, no podemos pagar a fin de mes la cuota con Ja que nos comprometimos, no es un problema del que me esté vendiendo el objeto sino un problema seguramente para los que tomamos el compromiso en cuestién, Para decirlo de otra manera, fuimos nosotros los que desde el principio cometimos una transgresién desde el punto de vista ético. Es por To tanto nuestro problema. Asi es como creemos, tomamos una decision y la ‘traducimos en simbolos y dicho simbolo vaa tener en nuestra vida peso real ‘Agrego aqui que no hay cultura alguna que posea algin Dios del dinero, tal vez porque sea el dinero la més humana de las creaciones o que el Dinero sea dios lo cual para el caso seria lo mismo. 66 Miguel Angel Forte ‘Algo parecido a lo anterior sucede con el tiempo perdido, pues no sabemos del todo por qué razén tomamos la decision de emplear una canti- dad de horas en algo. Pregunta que nos ubiea en la definicién del concepto de hegemonfa que més me atrae. Es la que da Raymond Williams cuando i La hegemonta constituye todo un cuerpo de practicas y expectati- vas en relacién con la totalidad de la vida: nuestros sentidos y do- sis de energia, las percepciones definidas que tenemos de nosotros mismos y de nuestro mundo. Es un vivido sistema de significados y valores -fundamentales y constitutivos- que en la medida en {que son experimentados como préeticas parecen confirmarse reci- procamente. Por lo tanto es un sentido de realidad para la mayoria, de las gentes de la sociedad, un sentido de lo absoluto debido a la realidad experimentada més alld de la eual la movilizacién de la mayoria de los miembros de la sociedad —en la mayor parte de las {reas de sus vidas se torna sumamente dificil. Es decir que, en el sentido més firme, es una “cultura”, pero una cultura que debe ser considerara a si misma como la vivida dominacién y subordina- cidn de clases particulares (197:131-132).” Si recorremos las ideas que desarrollamos desde el comienzo de este texto, podemos advertir como construian tun eampo eomiin de signifieado os intelectuales como Leonardo Da Vinci y Maquiavelo. Por lo tanto, aun- ‘que pertenecian a diseiplinas diferentes podian, gracias a que los dos utilizan alaciencia como modelo de racionalidad, comprender de qué est hablando lotro. Es la ciencia la que comienza a formar parte de la vida cotidiana. A la vez, es el clculo que interviene de manera creciente en todos los érdenes, Jos seres humanos hacemos célculos, entre otras cosas, para sobrevivir. Célculo, previsibilidad, presencia de la ciencia en todos los érdenes de nuestra vida. La utilizacion del reloj, por ejemplo, nos permite dividir el dia en zo- 2as, al punto de llegar a decir cosas como: “Son las siete de la tarde, por lo tanto no hay sol”; como si fuera el movimiento de las agujas del reloj las que 2, Los resatacos son props. 67 mueven el sol, conservando asi, cierto animismo que nos leva de vuelta a latribu. Ahora bien, si elegimos relacionar Ia cercania y la lejania en funcién del sentido, se relativiza lo que podemos llamar como distancia en el tiem- po. Cuando por ejemplo leemos textos de autores como Marx 0 Comte, lo que ellos hacen es organizar el tiempo o si se quiere dar forma y sentido al paso del tiempo. Marx nos habla de una secuencia en la que el comienzo es el Comunismo Primitivo y luego el Esclavismo, Feudalismo, Capitalismo, Socialismo, Comunismo verdadero. Es decir que parten de un lugar de in- tegracién a otro lugar de integracién, casi una idea aqui de tiempo circular. Ahora bien, como el tiempo es uno, no hay idea de tiempo separada del yo y por lo tanto del significado, Los modernos reflexionamos sobre el tiempo ligado a la pregunta misma sobre el ser. Porque: no hay tiempo separado de la angustia de saber que se trata de pasar, con la certeza de que es por ‘nica vez y por un hecho fortuito. No casualmente cuando hablamos de “sentido” podemos hablar acerca del significado, de la orientacién en el tiempo y en el espacio a la vez que del gusto, del tacto, del olfato, de la vista o del oido; pero probablemente ros conduzean los diversos significados de “sentido” a la idea de “significa do” al que entendemos solo, cuando el sentido nos ubica en relacién al es- pacio y al tiempo al usar “sentido” en la segunda acepeién, pues nos permite saber dénde estamos parados y hacia donde queremos caminar... en todo sentido. Y a través de que nos damos cuenta? A través de los sentidos. En el espiritu de lo anterior euando hablamos de algin personaje de! pasado, para el caso Robespierre (1758-1794), tratamos de ver si el sentido de realidad que construyé es igual o diferente del mio. éPor qué? Porque la idea mas aproximada que nosotros tenemos de comprender el significado de un tiempo es mediante el recuerdo de aquellas personas cuyas aceiones modificaron el sentido del tiempo y de la historia. Es decir, cuando inno- vamos, por ejemplo, en el territorio de la politica, al inventar por ejemplo un régimen, o en las artes plisticas cuando se crea una estética particular Jo que hacemos en los dos casos, como dijimos, es modificar el significado ol sentido de la totalidad de los fenémenos que hasta ahi se produjeron ¥ los que se van a producir a partir de ese acontecimiento. Es decir que la le- Jania o la cereanfa con los que han pasado depende casi exclusivamente del sentido que dieron y de que en aquel nos reconozcamos. De esto se trata Ia distancia, porque el acercamiento o el alejamiento dependen del significado. ig del sentido que se comparta 0 no lo que se esta diciendo. Asi mos “Esto es un clisico”, es porque parece que estuviera hablando hoy y de hoy, por lo cual e eguramente més cerca que el diario de ayer. Cuando Marx dijo: “Todo lo sélido se desvanece en el aire” resulta novedo- so, pes parece que en la modernidad nada es tan poderoso como dice serlo 0 parecerlo. En el caso de los clisicos parece que la distancia en el tiempo no necesariamente nos coloca en relaciones fantasmagéricas con el pasado. Relaciones que al fin pueden quizé ser menos fantasmales de las que nos habla Giddens y que abundan en nuestro presente y entre ausentes. Te Sociedad: Tiempo, forma y sentido de la modernidad Hablaremos en este punto acerca de las instituciones de la moderni- dad, recordando siempre que el rasgo mas significativo de la época es el de la secularizacién. Sin olvidar tampoco que, como vimos, aquella es relati- va, en tanto y en cuanto reconozcamos el peso significativo de las ereencias para el mantenimiento del orden. Y podemos pensar hasta qué punto esti separada la religion de la politica, y hasta qué punto la religion no sigue ppesando hoy en la interpretacién que los hombres hacen acerca del mundo. De hecho, el mitico aiio 2000 es el resultado de una cuenta que se realiza a partir de un punto cero, para el caso significa la mutacién simbélica que Significo el nacimiento de Jess. Esto es, que en realidad junto al afio 2000, cella Iglesia Catélica aquella institucién que cumplié dus mil afivs. O dicho de otro modo, el 1 de enero de ese afio festejamos el cumpleaiios dos mil de la Santa Madre. Pero, aceptemos que la religién y la politica estan separadas en la mo- dernidad y que la secularizacién afecta a la organizacién de la vida y que también implica un determinado sentido de realidad construido en funcién de aquello que las sociedades soportan saber acerea de si mismas. Por lo tanto “Ilegan” hasta donde les permite su conciencia y no solo la conciencia, Por lo tanto es trabajo del cientista social distinguir lo que la gente cree, de Joque la gente piensa, de aquello que le parece y de aquello que la gente hace ‘egiin su interés, su comodidad. Sabemos que, hipocresia mediante, existe la sociedad, es decir, que la Sociedad no es ni més ni menos que aquella organizacién que nos permite ‘mostrarnos segtin deseamos ser vistos (Arendt, 1963:99-109). Dicha hipo- resfa permite convivir. Es més: si no permitimos que el individuo muestre 4a mascara que él considera mas adecuada para presentarse en sociedad, seria insoportable el orden. Orden que es posible si no miramos al otro de- masiado tiempo a los ojos, porque si lo hacemos, interpretando a Berger y Luckman, dicha posibilidad de hipocresta reduce (1965:48). La idea de secularizacién es aquella que nos permite comprender en parte el significado de un mundo, que tiene una antigiiedad aproximada de quinientos afios. Mundo moderno que se caracteriza eomo vimos por la pre- sencia de un proceso creciente de racionalizacién. Proceso que permite al hombre moderno interpretar sus acciones sobre la base de la separacién de tres esferas de sentido de accion. Una esfera que es el mundo de lo cognitive ¢ instrumental, lugar donde se despliegan la ciencia y la técnica como to- das aquellas acciones que tienen que ver con la posibilidad de establecer en nuestros actos una relacién entre medios y fines, esto es por ejemplo: éCual esa consecuencia de mi aecién, qué es lo que voy a hacer, qué es lo que va a pasar si hago tal o determinado acto? Otra esfera practico moral, es aquella que da cuenta de que existe una ética regida por principios, y segiin Weber, en iltima instancia, anclada en la religién A la vez de una tercera esfera: la estética expresiva. Esta esfera es el mundo de Eros y del arte auténomo, cuya autonomia es quizés uno de los ejemplos més nitidos para ver el significado de la modernidad, porque solo alli existe, “el arte por el arte”. Visto el aspecto cultural de la racionalizacién, damos entrada a la ra- cionalizacién social para referirnos a los aspectos institucionales de la mo- dernidad que ubieamos en aquellas formas de organizacién social surgidas en Europa a partir del siglo XVII y que tiene en el siglo XVIII un aconte- cimiento paradigmatico para el sentido de la modernidad, recordemos: | Revolucién Francesa y el significado social de la igualdad triunfante en la forma de la organizacién burocritica Agrego que las instituciones que le dan forma a la modernidad son el Estado buroeratico y el Estado Nacional, a los que se suma la economia capitalista 0 mejor dicho: la empresa capitalista. Esta racionalizacién social va acompafiada desde el punto de vista cultural y politico de los principios fundantes de la politica moderna que trajo el Tuminismo y la Revolucion Francesa que han triunfado al extenderse por todo del planeta. Las dimensiones institucionales de la modernidad aparecen en el tex to de Giddens, tratadas en relacién con el caracter capitalista e industrial de la sociedad. Ast el capitalismo es definido por Max Weber como: “La orga~ nizaci6n racional-capitalista del trabajo formalmente libre” (1904-1905:12)- ‘Trabajo que, recordamos, es trabajo asalariado y que a su vez, en su forma asalariada, garantiza la pertenencia misma a la sociedad, esto es: ala condi- ccidn ciudadana. Es més, sobre esos dos pilares, trabajo asalariado y ciuda- danfa, se construye la economia clasica y para el caso la Teoria Sociologica. ‘Trabajo asalariado que a su vez tiene poco tiempo de antigiiedad y que al pa- recer puede llegar a ser la relacién socio-econémica mas corta de la historia Elcapitalismo se define como la organizacién racional del trabajo for- ‘malmente libre, es decir que en la sociedad capitalista nadie obliga a traba- jar, de aqui lo de “formalmente libre”, Por otra parte, hoy sabemos que hay algo peor que ser explotado, y es no serlo. Porque asi se pierde también, ‘como dijimos en el parrafo anterior, la condicién ciudadana. Mientras Giddens define al capitalismo como: .un sistema de produecion de mercanefas, centrado en la relacion centre la propiedad privada de capital y una mano de obra asalaria- da desposefda de propiedad siendo esta relacién la que configura, el eje principal del sistema de clases (1990:60). Y agrega: La empresa capitalista depende de la produccién dirigida a mer- cados competitivos, en los que los precios son las sefales para los inversores, los productores y los consumidores indistintamente (2990:60-61). Lo que se nos muestra ademas del producto como tal, es su precio, y on él nos dan mas datos de lo que se trata. Los precios, son sefiales ~y voy ‘ agregar, simbélicas - para los inversores, los productores y los consumi- dores, indistintamente. La revolucién de la sociedad moderna con el eapita- lismo incluido, consiste en haber hecho un mundo en el que los objetos no tienen en si mismo valor, sino que lo adquieren mediante el preeio en un espacio social simbélico como el mercado que permite comparar objetos. ‘Nadie dice por qué una cosa tiene un precio ms alto que otra, sino que esto Sucede porque se esté comparando con otro objeto, porque en la moder- nidad los objetos también se han secularizado, o dicho de otro modo: las, Cosas ya no valen, tan solo cuestan, En este orden, si cuando gastamos el dinero pensamos en todo el esfuerzo que euesta ganarlos, probablemente no

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