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LAS AROMAS

AROMAS SE QUEMEN DE PLACIDO OLOR DELANTE DEL NIÑO DERRAMENSE FLORES,


ADÓRENLE REYES Y POBRES PASTORES Y CANTOS ENTONEN A DIOS SALVADOR, Y
CANTOS ENTONEN A DIOS SALVADOR.

Son bellísimos tus ojos y rizados son tus cabellos. Como el alabastro tu cuello, pura tu boca
infantil.

Tu linda y cálida madre, te da besos y te mira, te acaricia y suspira, pensando en Getsemaní

En dónde apagaste el rayo, en dónde dejaste el trueno, amor te acostó en el heno, te ha


desarmado el amor.

Mira ese pequeñuelo, que tiene atada las manos, pues a griegos y romanos, y al mundo
dominará.

Los héroes y los monarcas, son insectos a tu lado, y sobre el cielo estrellado, los luceros
pisaras.

Si los ángeles volando, viajando de estrella en estrella, una criatura tan bella, no han de poder
encontrar.

Acostado sobre hierbas, esta ceñido de pajas, Tú que al orbe desencajas en las horas de
furor.

Que agraciados son tus brazos, tus manos tan delicadas, suavísimas tus miradas, como las
auroras de abril.

Desde tus rubios cabellos, hasta tus gloriosas plantas, eres hermoso y encantas, el cielo, la
tierra y el mar.

Más una lágrima pura, moja tu rostro, oh, niño, es el llanto del cariño, es el llanto maternal.

Juega en tu boca preciosa, cierta e inocente sonrisa, cual suele jugar la brisa, con el botón de
una flor.

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