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pendientes legislativos
¿Porque hay quienes de manera tácita lo hacen propio y esto da sustento para enarbolar la
bandera de una mayor represión?
Para todos aquellos que son considerados enemigos del estado o bien a quienes apuntan a
las críticas, argumentando que tales medidas son propias de estados totalitarios.Para
asumir cualquiera de las dos posturas es menester reflexionar solo sobre algunos tópicos
previamente.
La delincuencia organizada siempre ha existido pero surge como concepto jurídico a partir
de que el legislador uniforma el significado y lo plasma en una ley; anteriormente se le
llamaba mafia, asociación delictuosa, pandillas, etcétera; expresiones que en términos
generales o coloquiales tender a referir más o menos a lo que hoy significa la delincuencia
organizada. Sin embargo este concepto ya delimitado, incluso en la propia Constitución ha
definido o ha buscado una categoría muy particular y es el de ubicar el fenómeno como un
problema de seguridad nacional buscando con esto producir un comportamiento de rechazo
colectivo o mayoritario generando una operación propia del control social activo. Asimismo
la creación del concepto permite representar a la delincuencia organizada como una
amenaza latente del estado, lo que justifica el diseño de una política criminal específica para
su combate.
Es importante tomar en consideración que la política criminal que adopte un estado debe
ser acorde a la filosofía de su modelo constitucional en este sentido cabe la pregunta ¿Qué
modelo de estado es el estado mexicano? Por imperativo constitucional México es un
estado social, democrático y de derecho, esto resulta el engarce lógico jurídico de los
artículos 34, 16, 14, 27 y 123 de la propia constitución; lo antagónico a un estado social
democrático y de derecho es precisamente un estado totalitario; mientras que en un estado
social, democrático y de derecho su eje rector es la libertad de un estado totalitario, la base
de su discurso jurídico político es la necesidad de mantener la seguridad y no se entienda
esto como que en un estado social democrático y de derecho no debe existir seguridad, la
seguridad está supeditada y subordinada precisamente a cuidado de la libertad, ante mayor
seguridad mayor restricción de derechos y todo bajo un discurso persuasivo de la necesidad
y la emergencia.
Así pues bajo premisas consideramos que la realidad conceptual normativa establece que
la delincuencia organizada se integra de la siguiente manera: según la constitución política
de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 16 señala que “Por delincuencia
organizada se debe de entender a una organización de hecho de tres o más personas para
cometer delitos en forma permanente o reiterada en los términos de la ley de la materia”.
Según la ley federal contra la delincuencia organizada en el artículo 2 señala que “Cuando
tres o más personas se organicen de hecho para realizar de forma permanente o reiterada
conductas que por sí o unida a otras tienen como resultado cometer algunos o algunos de
los delitos siguientes, serán sancionados por ese solo hecho como miembros de la
delincuencia organizada, esto es lo que señala la normatividad”. Esta es la visión formal de
lo que debemos entender por delincuencia organizada; sin embargo en el mundo fáctico la
delincuencia organizada se integra de otras maneras podríamos citar solamente algunos
elementos, podemos decir que la delincuencia organizada se integra con carteles
propiamente dichos.
Se eleva a rango constitucional el arraigo sin que puede exceder de 40 días, sin embargo
este plazo podrá prorrogarse siempre y cuando el ministerio público acredite que subsisten
las causas que dieron origen en todo caso la duración total del arraigo no podrá exceder de
los 80 días; se destinan centros penitenciarios especiales lo que conocemos como las
cárceles de máxima seguridad una antesala del infierno, el juez ordenará la prisión
preventiva de manera oficiosa en los casos de delincuencia organizada, es decir, aquí no
podríamos presumir la presunción de inocencia propiamente dicha sino en todo caso lo que
podemos presumir es la culpabilidad; restricción de comunicaciones con terceras personas
salvo con su defensor. Una vez dictado el auto de vinculación a proceso puede el procesado
ser puesto a disposición de otro juez que lo reclamen en el extranjero suspendiendo los
plazos para la prescripción de la acción penal; además se establece la figura de extinción
de dominio.
Como es conocido el delito de delincuencia organizada es un tipo penal autónomo cuyo
bien jurídico tutelado obedece a la seguridad del estado, sin embargo existen grandes
pendientes en la agenda legislativa que abordaría a brindar una opción real a ese gran
problema que tiene la sociedad que incluso fue capaz de organizarse al margen de la
legalidad para delinquir.
La sociedad hoy se está organizando al margen de los estándares jurídicos de lo que el
propio estado tiene como fin para estar alcanzando fines totalmente personales, ante una
cultura en donde lo rentable es el egoísmo encontramos que la sociedad se está
organizando al margen de la legalidad para alcanzar sus propios fines, sus propios
objetivos; hoy nos enfrentamos a una tendencia de inflación legislativa desmedida en donde
casi todos se pretende resolver con base en el derecho penal, como si los registros
históricos no hubieses demostrado que el incremento de las amenazas punitivas del Estado
no han sido capaces de inhibir las conductas delictivas de aquellos que por ambición o por
necesidad desafían sistemáticamente con expresiones delictivas del del estado y es que
antes la marginalidad y el subdesarrollo no sólo económico sino también de conciencia, no
se podrá justificar en un estado social, democrático y de derecho como por imperativo
constitucional lo es del estado mexicano conductas que contravengan el pacto político,
jurídico y social.
No se trata de crear más leyes sólo por crearlas, por conveniencia o para justificar ciertos
modelos; no es sano duplicar procedimientos. Es necesario en todo caso depurar y
fortalecer figuras jurídicas que ya se tienen para darles una mejor operatividad y mejores
argumentos jurídicos a los agentes del ministerio público, a los señores jueces y por
supuesto también una mayor certeza para él gobernar. Las propuestas de estrategias que
en algún momento se han planteado para el combate de la delincuencia organizada han
sido reiteradamente expresadas por muchos expertos en la materia y se podrían resumir en
las siguientes:
● Combatir a las personas físicas por supuesto a los miembros de los cárteles, pero
también es muy importante atacar de fondo la corrupción política, atacar los
cimientos patrimoniales fundamentales; mientras no se ataque los cimientos
patrimoniales de las organizaciones delictivas seguiremos padeciendo este tipo de
problemas.
● Establecer una verdadera política de prevención para la delincuencia.
● En conclusión es importante recordar que el derecho penal no debe ser considerado
como el único ni el primer instrumento jurídico con el cual se puede combatir a la
delincuencia organizada en un estado social, democrático y de derecho como lo es
el estado mexicano.
Se debe ponderar que el derecho penal tiene que seguir guardando su lugar como la última
instancia que el estado se reserva para mantener el orden social, de no ser así se estaría
evidenciando el fracaso rotundo de las políticas públicas y medios jurídico alternos qué se
supone fueron diseñados con la finalidad de prevenir delitos y dar propuestas de vida digna
a los miembros de la sociedad; pero lo más grave, se estaría optando ante tal fracaso por
los medios jurídicos propios de Estados totalitarios bajo el mismo tenor podría señalar que
es de considerar que la capacidad punitiva de un estado social, democrático y de derecho
para que tenga una verdadera eficacia y alcance los fines que se persiguen debe estar
complementado por una capacidad de prevención del delito.
Se deben fortalecer políticas públicas que permitan un verdadero y sustentable desarrollo
sociedad que propongan dentro de sus causas legales alternativas de vida dignas para las
personas.