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LA ESCULTURA PRECOLOMBINA DEL ÁREA


INTERMEDIA. APROXIMACIÓN AL ESTUDIO
ESTILÍSTICO, ICONOGRÁFICO Y ESPACIAL DEL
GRUPO ESCULTÓRICO DE EL CAÑO.

Julia Mayo
Smithsonian Tropical Research Institute. Pamamá.
Email: mayoj@si.edu

Carlos Mayo
Smithsonian Tropical Research Institute. Pamamá.
Email: mayoc@si.edu

Vicky Karas
Museum Conservation Institute, Smithsonian Institution. Estados Unidos.
Email: karasb@si.edu
Producción de bienes de prestigio ornamentales y votivos de la América antigua

L a Cuenca de Río Grande de Coclé,


Panamá, es popularmente conocida por el
za-El Hatillo (1300-1550) y en el que se
describen también niveles de ocupación
descubrimiento de las tumbas de Sitio con restos propios de espacios destina-
Conte en las cuales se excavaron los en- dos a la vivienda (Lleras y Barillas 1985).
tierros de algunos de los jefes más pode- Pasado un tiempo, en 1988 se realizaron
rosos de las llanuras aluviales del Golfo de nuevo excavaciones en el área de los
de Parita, tumbas múltiples en las que se montículos (montículo 3 y 4). Los resulta-
depositaron centenares de artefactos de dos de estas excavaciones indican que
oro y tumbaga y cerámicas de vistosos éstos fueron construidos sobre niveles de
diseños y colores (Lothrop 1937; 1942; pisos de ocupación domésticos en los
1976; Hearne y Sharer 1992; Sánchez que además se depositaron algunos en-
2000). Tristemente el área es conocida tierros primarios (Fitzgerald 1992). Con
además por la destrucción de los yaci- posterioridad sobre estos pisos de ocupa-
mientos a manos de los huaqueros y el ción doméstica se acrecentaron y eleva-
comercio ilegal desde hace más de cien ron los montículos con nuevas capas de
años de valiosísimas piezas arqueológi- rellenos los cuales fueron de igual modo
cas. El Caño (Na-20) se encuentra en es- usados para depositar entierros secunda-
ta misma cuenca, 2 km río arriba de Sitio rios (Fitzgerald 1992). En relación a los
Conte. Éste es un yacimiento multicompo- alineamientos de monolitos, en 1986 se
nente con depósitos y estructuras perte- realizaron algunas excavaciones cuyos
necientes a etapas de entre 700 y el 1550 resultados no fueron publicados
d.C. Algunas de ellas son visibles hoy en (Fitzgerald 1992). Diecisiete años des-
superficie --alineamientos de monolitos pués la Dra. Julia Mayo y su equipo inicia-
basálticos, una calzada y un conjunto de ron un nuevo proyecto en el parque. En
montículos— los cuales representan una 2005 y 2006 se realizaron prospecciones
pequeña muestra de una realidad históri- geofísicas gracias a las cuales se en-
ca mucho más compleja. El lugar ha pasa- contró una necrópolis circular de 80 me-
do por varias reconstrucciones más o me- tros de diámetro (Mojica et al 2007; Mayo
nos acertadas y por el expolio de coleccio- 2007) 50 metros al oeste del lugar en que
nistas y la destrucción de montículos. Ori- Verrill excavó la colección de esculturas
ginalmente acogía al menos 67 esculturas que analizamos en este reporte. A pesar
precolombinas que fueron excavadas por de que las investigaciones arqueológicas
Hyatt Verrill entre los años 1927 y 1928 no han finalizado, en principio es evidente
(Verrill 1927a; 1927b). Con posterioridad, que el conjunto de alineamientos de co-
de 1983 a 1985 la Organización de Esta- lumnas basálticas, las esculturas y las
dos Americanos (OEA) y el Instituto Na- tumbas están espacialmente vinculados
cional de Cultura (INAC) organizaron cur- (Figura 1).
sos y tres campañas de excavación en Uno de los elementos de mayor rele-
los montículos 3,4 y 5 del yacimiento, cu- vancia del conjunto son las esculturas.
yos manuscritos inéditos fueron usados Fueron encontradas en 1927 y enviadas a
para redactar uno de los pocos documen- la antigua sede de la Heye Foundation y
tos publicados (Lleras y Barillas 1985) en al American Museum of Natural History
el que se describen los componentes es- en New York, institución a la cual Verrill
tratigráficos, en su mayoría tumbas del acudió en búsqueda de financiamiento
Período Cerámico Tardío acompañadas una vez que la Heye Foundation se negó
de ajuares Conte (700-900 d.C) y Mendo- a seguir apoyando su proyecto en Pa-

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1. Localización regional. El Caño se encuentra en el Distrito de Natá, provincia de Coclé, en Panamá. Los sitios de El Caño, Sitio
Conte y Cerrezuela, catalogados inicialmente como tres yacimientos arqueológicos independientes forman pudieran formar parte en
realidad de un extenso complejo con elementos estructurales de piedra tales como calzadas y alineamientos de monolitos (Cooke
1972).

namá. Ha sido sumamente complicado original por lo que no contamos con infor-
darles seguimiento, puesto que una vez mación de contexto. El objetivo específico
enviadas a los Estados Unidos fueron en del estudio de esta colección es investigar
algunos casos canjeadas o revendidas a sobre su significado o función, el cual
otros museos o coleccionistas dentro del creemos puede ser inferido por los temas
país y el extranjero. En la actualidad, de representados y su ubicación relativa con
todas las piezas neoyorquinas sólo dos se respecto al resto del conjunto. Su estudio
encuentran en exhibición en los museos nos ayudará en última instancia a inter-
National Museum of American Indian en pretar el complejo del cual formaban par-
Washington, Museo del Oro de Bogotá y te.
en el Museo Rietberg de Zürich. Conoce-
mos además la reventa de una de las es- Metodología
culturas a un coleccionista privado de
nombre Nasli M. Heeramaneck. No hemos Las esculturas se encuentran entre los
encontrado registro gráfico de esta pieza, artefactos arqueológicos más codiciados
aunque sabemos por el catálogo del mu- por los coleccionistas. Las excavaciones
seo, que era una escultura del tipo ilegales o poco profesionales efectuadas
“monumental” zoomorfa. En Panamá las hasta bien avanzado el siglo XX, auspicia-
esculturas excavadas en el Caño se en- das por iniciativas privadas o museos,
cuentran en el Museo Antropológico Reina han ocasionado la destrucción y pérdida
Torres de Arauz, en el Museo de Peno- de información de innumerables yacimien-
nomé y en el Museo de “El Caño”. tos arqueológicos americanos. Este pro-
blema se acentúa debido a que durante
Objetivos mucho tiempo los museos se intercambia-
Las esculturas son parte de la gran va- ron o vendieron parte de sus piezas, de
riedad de restos arqueológicos que se en- manera que localizar todos los artefactos
cuentran en el yacimiento de El Caño. sustraídos de un yacimiento puede llegar
Estas piezas fueron sustraídas de su lugar a convertirse en una verdadera odisea.

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En nuestro caso, una vez identificadas un


buen número de esculturas de El Caño en
Panamá y el exterior, iniciamos el análisis
y clasificación iconográfica y estilística de
las mismas con objeto de investigar sobre
su ubicación original así como la posición
relativa de cada una de ellas con respecto
al conjunto, dado que creemos que existe
la posibilidad de que al menos algunas
pudieron haber formado parte de una es-
cena. Para ello hemos tenido en cuenta
lo siguiente: A
1) Las fotografías de campo y los dibu-
jos de Verrill, responsable de las excava-
ciones, aunque cabe señalar que estos
documentos no sólo son pobres en deta-
lles sino que además son poco fiables te-
niendo en cuenta el perfil del autor y sus
circunstancias1.
2) La clasificación temática, estilística
y tecnológica de las esculturas, entendien-
do que éstas no estaban distribuidas de
manera aislada sino formando grupos o B
conjuntos. Para ello en primer lugar se
2. A) Sistema de almacenaje del Cultural Resource Center de
realizó un análisis estilístico con objeto de Smithsonian en Washington; B) Vicky Karas escaneando una
agrupar aquellas piezas pertenecientes a de las esculturas de El Caño que se encuentran en el lugar.
(Fotos: J. Mayo).
un mismo momento y aquellas que repre-
sentaban una temática similar o comple- Arauz y en el Museo de El Caño. Para
mentaria. Para el estudio de la tecnología ello usó un escaner Breuckmann triTOS,
aplicada en la talla y acabados y también un sistema topométrico que usa el princi-
con objeto de identificar detalles no visi- pio de la triangulación óptica en combina-
bles a simple vista, Vicky Karas del Mu- ción con la estructura lumínica para obte-
seum Conservation Institute del Instituto ner registros en 3D.
Smithsonian realizó el escaneado de vein- El escaneado de estas esculturas nos
te (20) de estas piezas que se encuentran ha proporcionado imágenes en tres di-
expuestas o almacenadas en el Cultural mensiones y permitido manipular fácil-
Resource Center del Smithonian en Was- mente para su estudio piezas muy pesa-
hington, en el Museo Reina Torres de das (Figura 2).

1. Hyatt Verrill no era arqueólogo sino un coleccionista y aven- Descripción de los grupos formales
turero. Expolió muchos yacimientos de la cuenca de Río Gran-
de. En relación a su perfil y ética profesional, hemos tenido la
ocasión de leer algunas cartas que envió a la Heye Foundacion Según los planos de Hyatt Verrill, el
y el Museo del Indio Americano de Nueva York, cartas en las
que es evidente que existe por su parte un intento de magnifi- Templo de los Mil Ídolos estaba compues-
car sus descubrimientos con objeto de garantizar la financia- to por dos conjuntos de alineamientos de
ción de sus “trabajos” en Coclé. Esta actitud nos ha obligado a
utilizar con prudencia sus notas de campo. Superficie calculada 21 y 26 esculturas monumentales, un
teniendo en cuenta el número y tamaño de las esculturas y número no determinado de ídolos, 2 alta-
considerando además una separación de medio metro entre
ellas. res, columnas basálticas esculpidas con

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Tabla 1. En esta tabla se expone el número total de piezas identificadas según el tipo de artefactos, variedades y temática tanto de
las esculturas de Panamá como aquellas que se encuentran en museos en el extranjero.

bajo relieves (2) y cantos rodados coloca- Penonomé I y II- que pueden ser producto
dos a los pies de cada una de estas pie- de distintas etapas cronológicas o por el
zas. Nosotros hemos localizado y analiza- contrario coetáneas pero con diferencias
do 37 esculturas del tipo monumental, 26 estilísticas fruto de la existencia de dife-
ídolos, los dos altares y 2 columnas deco- rentes talleres. El estilo Penonomé I, se
radas con relieves (Tabla 1). caracteriza por una talla en bajo relieve,
A continuación se describen los cuatro sin que el cuerpo de la figura se despren-
tipos diferentes de artefactos escultóricos da totalmente de su forma columnaria y
de la colección: por presentar las piernas sinuosas
Esculturas monumentales. Parte de “snakelike” (Figura 3 a y b). En algunas
la colección de esculturas de El Caño está ocasiones el relieve se acentúa, siendo
compuesta por piezas de 1 a 1.70 metros evidentes las formas de las extremidades
de alto que por su envergadura hemos (el ejemplo más destacado es la escultura
llamado “monumentales”. El único estudio del museo Rietberg) o la escultura antro-
de las esculturas monumentales de El Ca- pomorfa con la efigie de un caimán que
ño precedente a nuestro trabajo fue reali- se encuentra en el Museo del Caño
zado por Haberland (1973). Éste estudió (Figura 3c) en cuyo caso estaríamos an-
el conjunto escultórico en su complejidad tes un estilo de transición entre Peno-
formal e iconográfica señalando la exis- nomé I y II.
tencia de dos estilos diferentes – Las esculturas pertenecientes a Peno-

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A B

3. A) Esculturas del tipo monumental antropomorfa, B) Estilo Penonomé I; C) Estilo de transición entre Penonomé I y II (según Haber-
land [1973]). (Imágenes: Vicky Karas).

A B C

4. Esculturas de estilo Penonomé II según Haberland (1973). A) Ave rapaz con animal entre las garras; B) Armadillo (Dasypus sep-
temcincus); C) Tigrillo (Leopardus wiedii). (Imágenes: Vicky Karas).

nomé II se caracterizan por ser unas figu- suele ser angosta y redondeada, utilizada
ras más naturalistas que descansan sobre en forma de cuña para ser anclada en el
pedestales siendo el propio pedestal el suelo, características que los unen a las
elemento característico de este estilo monumentales. La mayoría de estas pie-
además de existir una mayor diversidad zas fueron esculpidas en tobas, en con-
de temas (Figura 4). En la mayoría de los traposición a las grandes esculturas
casos estas esculturas representan ani- hechas en rocas más duras. Hay pocos
males o escenas. ejemplos de ídolos en el istmo. Se han
Ídolos. Los ídolos son figuras que no reportado piezas similares en Chiriquí
superan los 20 cm de altura, la mayoría (McCurdy 1918), Toro Bravo (Dade 1960)
de ellas pequeños antropomorfos en bulto y Tumba Vieja (CZ-26) en el lago Alajuela
redondo (Figura 5). Siguen los patrones (Mitchell 1962). En nuestra excavación de
rectilíneos anteriormente mencionados en la temporada 2008 en El Caño encontra-
los ejemplos “monumentales” y la base mos un ídolo zoomorfo en una de las uni-

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A
B

C
7. Columnas basálticas con motivos de serpientes o saurios
5. Ídolo antropomorfo. Estas miniaturas presentan algunas emplumados. A) Fragmento de columna del Museo del Caño,
fórmulas de representación similares a las vistas en las escultu- Panamá.; B) Columna basáltica del Cultural Resource Center,
ras monumentales en sus tres variedades estilísticas descritas Suitland, Washington (Imágenes: Vicky Karas); C) Plato estilo
por Haberland (1973), tales como las crestas o trenzas dobles Conte (700-900 d.C.) con el diseño de una serpiente empluma-
y/o triples, o los brazos de codos flexionados y pegados al da (Foto: Carlos Mayo).
torso. También poseen, al igual que las monumentales, las
bases redondeadas preparadas para ser ancladas en el suelo.
(Imágenes: Vicky Karas). (Figura 7b). En ambos casos se repre-
senta, con incisiones sinuosas el cuerpo,
de una serpiente emplumada, un motivo
muy utilizado en la decoración de las va-
sijas de cerámica de estilos Conte (700-
900 d.C) y Macaracas (900-1100 d.C)
(Figura 7c).
El motivo de cuadrados o triángulos
en guirnalda que delinea a la figura es
una representación esquemática de plu-
mas muy utilizado en los diseños de aves,
híbridos y penachos o tocados de las re-
presentaciones antropomorfas de la cerá-
6. Altar con un lagarto en relieve en uno de sus lados mica pintada al sur de la cordillera en la
(Imágenes: Vicky Karas).
región central y costa del Golfo de Pa-
dades estratigráficas (relleno) de la necró- namá a partir del 250 d.C. (Ichon 1980;
polis. Lothrop 1942; Lothrop 1976; Sánchez
Altares. Son grandes moles de roca 1995; Sánchez 2000; Sánchez y Cooke
con relieves en los cantos laterales. Estas 1997; Sánchez y Cooke 2000; Mayo
piezas no presentan las huellas de uso o 2004). Las piezas aparecen esculpidas en
desgastes típicos de metates o morteros. ambos lados por lo que podríamos consi-
Por este motivo pensamos que más que derarlas como falsos bultos redondo.
para ser utilizadas para procesar alimen-
tos, los altares sirvieron para exhibir ofren- Análisis espacial y temático de la co-
das (Figura 6). lección
Columnas de basalto con bajorelie-
ves. Contamos con dos ejemplos de estas El análisis espacial y temático de es-
columnas con relieves idénticos las cuales tas piezas tiene como objetivo conocer el
se encuentran ubicadas en el Museo de El tipo de actividades que se realizaban en
Caño (Figura 7a) y en el Cultural Resour- el lugar. Partimos de la idea de que estas
ce Center de Smithsonian en Washington esculturas formaban parte de un conjunto

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8. (A-B) Plano y perfil (sección oeste-este del templo) en que se representa la posición original de las esculturas según Verrill; (C)
Imagen de las excavaciones. Este es el único documento veraz sobre la posición original de dos de las piezas de esculturas monu-
mentales del estilo Penonomé II según Haberland (1973). Los documentos originales (croquis de planos y perfiles así como fotograf-
ías), se guardan en el Departamento de Antropología del American Museum of Natural History de Nueva York.

y que este conjunto representaba algo. sección del Templo de los Mil Ídolos te-
Por desgracia, dado que el sitio no fue ex- niendo en cuenta además las fotografías
cavado por profesionales, no contamos originales y las piezas que nosotros
con datos de campo fiables para poder hemos tenido ocasión de estudiar y clasi-
realizar un análisis espacial correcto. Los ficar.
datos de las cartas, publicaciones y pla- En relación al espacio, el plano mues-
nos o croquis dejados por Verrill (1927a; tra un conjunto simétrico compuesto por
1927b; 1928; 1953; 1963) contienen una dos grupos de esculturas, ídolos y altares
información muy poco fiable, alejada por colocados en no más de 200 metros cua-
supuesto del rigor científico al que esta- drados. (Aquí va la nota de pie de página
mos acostumbrados en la actualidad. Sin No 2 que dice: Superficie calculada teniendo en
embargo hemos tomado en cuenta esta cuenta el número y tamaño de las esculturas y conside-
rando además una separación de medio metro entre
documentación intentando analizar todos ellas.
estos documentos con prudencia y des- El grupo oeste está compuesto por
echando aquellos datos que nos resultan dos alineamientos interiores formados por
especialmente poco fiables. A continua- ídolos y un alineamiento exterior com-
ción realizamos un análisis del plano y

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Producción de bienes de prestigio ornamentales y votivos de la América antigua

puesto por esculturas del tipo monumental


(Figura 8). Al norte del primer alineamien-
to interior de ídolos se ubicaba un altar. Al
sur de este grupo se localizaba un segun-
do conjunto dispuesto de manera similar y
en el que además se excavaron dos filas
de ídolos más -una de ellas compuesta
por antropomorfos y la otra por zoomorfos
- localizados al sur del alineamiento de
esculturas monumentales. En el área in-
termedia entre los dos grupos se encon-
traba una gran columna rodeada por cua-
tro ídolos.
9. Espacio en el que supuestamente se ubicaba el Templo de
La única evidencia documental de la los Mil Ídolos. Este conjunto fue restaurado por la Dirección
colocación relativa de estas piezas son las Nacional de Patrimonio Histórico en 1973 en base al plano de
Verrill (Foto: Carlos Mayo).
fotografías de campo que al igual que los
planos se guardan en el American Mu- mientos situados a escasos 50 metros del
seum of Natural History de Nueva York. “templo”. Creemos que esta pieza de la
En una de estas fotografías aparecen dos colección vincula el espacio de las escul-
antropomorfos del tipo monumental dis- turas con los alineamientos de monolitos
puesto uno al costado del otro (mirando al y las tumbas dado que según nuestra in-
frente) (Figura 8c). terpretación ésta representa a un cautivo
Las fotografías muestran además que atado a una de las columnas basálticas
Verrill no abrió excavaciones en área sino que componen los alineamientos de mo-
trincheras lo que podría indicar que efecti- nolitos. En el siglo XVI era común en el
vamente algunas de las esculturas, sino istmo hacer esclavos a los individuos de
todas, aparecieron alineadas. No pode- comunidades vecinas o rivales:
mos certificar sin embargo que éstas estu- “Deste caminio en que se descubrió
vieran agrupadas de la manera que indica este río grande de Sanct Joan, se ovo al-
el plano (Figura 9). gun oro que se halló en poder de caçi-
El análisis iconográfico es el que nos ques de la comarca, é se ovieron algunos
ha proporcionado una mayor información indios, salteándolos segundo costumbre
sobre el uso del espacio inmediato. Con- de gente de guerra [...] Y los mismos caci-
tamos con dos grupos de esculturas. ques daban á los españoles algunos indi-
Aquellas que representan a personajes os que entre ellos tienen por esclavos, y
desarrollando algún tipo de actividad o en se sirven dellos que los han avido en la
las que se representan escenas y escultu- guerra, la qual nunca falta entre los indios
ras de personaje único. Las que más in- unos con otros; y al ques esclavo lláman-
formación nos brindan son aquellas en las le paco, y cada caçique tiene sus esclavo
que describen actividades o en las que herrados con su señal diferençiada en el
aparecen explícitas ciertas situaciones braço ó en la cara, y algunos tienen por
(primer grupo). Uno de los casos más so- señal sacarle al esclavo un diente de los
bresalientes es la de “El Cautivo”, hombre delanteros de la boca” (Oviedo 1853:8).
atado a un poste de sección cuadrada ¿Pero pudieron haber sido algunos de
(Figura 10), similar a las secciones de las estos esclavos realmente sacrificados?
columnas basálticas de los complejos En varios yacimientos del istmo incluidos
“columna y canto rodado” de los alinea- Sitio El Caño, Cerro Juan Díaz y Panamá

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10. (A) “El Cautivo” atado a una columna (Imágenes: Vicky Ka-
ras); (B) Alineamiento de monolitos (complejo monolito-canto) de
El Caño (foto: J. Mayo).
B

Viejo, se han encontrado algunas partes tos estuvieron vinculados a las tumbas y
del esqueleto –mandíbulas, cráneos, etc-- más específicamente a los rituales fune-
intencionalmente enterradas los cuales ha rarios que se desarrollaban durante los
sido interpretados como depósitos de reli- entierros (Figura 10).
quias de los antepasados y no como pro- Además de la escultura de “El Cauti-
ducto de hechos violentos (Briggs 1989: vo” existe una segunda pieza que podría
20-63; Cooke 2001; Cooke et al. 1998; muy bien hacer referencia a la práctica de
Díaz 1999; Ichon 1980; Isaza 1993). Cree- sacrificios. Se trata de una escultura en
mos sin embargo que las evidencias en el que se representa a un hombre a punto
caso particular de El Caño, un yacimiento de ser devorado por un felino. Otras dos
ya en si muy particular, debemos buscar- figuras, tocando flautas, evocan de igual
las en el interior de sus tumbas múltiples. modo la ejecución de eventos festivos-
Los trabajos en este punto no han finaliza- rituales (Figura 11).
do. De momento tan sólo podemos apun- No se han encontrado en excavacio-
tar que además de la representación de nes en El Caño restos de instrumentos de
un esclavo atado a un monolito y de la huesos o madera aunque si pequeños
presencia de tumbas múltiples en el com-
plejo funerario de El Caño –alineamiento,
altar, tumbas-, contamos con el ejemplo
cercano de un complejo similar, en Sitio
Conte en el que además de las tumbas
múltiples, algunas bien conocidas como la
24 o la 11 (Lothrop 1937; Hearne y Sharer
1992) también se excavaron alineamien-
tos de monolitos, esculturas y cantos ro-
dados similares a los de El Caño. Cree-
mos que en ambos casos los alineamien- 11. Representación de un felino devorando a un hombre
(Imágenes: Vicky Karas).

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A B

12. (A) Flautistas (Imágenes: Vicky Karas); (B) Flauta recuperada en una tumba en
Coco del Mar, cerca de las ruinas de Panamá Viejo (foto Diana Mojica) (C) Pito elabo-
rado a partir de una falange de venado (Odocoileus virginianus) recuperados en la
Operación 8 de Sitio Cerro Juan Díaz, Los Santos. (foto Richard Cooke). C

co de Barriles, Chiriquí, la única colección


del istmo de Panamá que contiene como
hemos visto grandes esculturas. Además
de las diferencias estilísticas existentes
entre ambas por tratarse de un producto
procedente de dos regiones culturales di-
ferentes, existen otras dos diferencias cla-
ras. Por una parte, las piezas más repre-
13. Escenas de bailes. A) Escultura zoomorfa (ave); B) Pedes-
sentativas de la colección Barriles – jefes
tal en el que se encuentra grabado un lagarto (Cocodrilus acu- sentados a hombros de esclavos—hacen
tus) y tres figuras antropomorfas con las manos entrelazadas referencia a la existencia de un marcado
(danzantes). Ambas esculturas se encuentran en el Cultural
Resource Center del Instituto Smithsonian en Suitland, Was- rango social, y esta es una proyección
hington DC (Foto: Carlos Mayo). que no encontramos en el conjunto de El
pitos de cerámica hasta la fecha. Conta- Caño. Existe una segunda diferencia en
mos sin embargo con muestras de instru- cuanto a los grupos formales, dado que si
mentos musicales elaborados con hueso bien en El Caño se excavaron altares, es-
en el basurero-taller de Cerro Juan Díaz ta colección no presenta grandes metates
(Mayo 2004:75) y en una entierro en Coco esculpidos como los característicos meta-
del Mar, cerca de las ruinas de Panamá tes gigantes de Barriles (Linares et al
Viejo (comunicación personal Juan Gui- 1975:141; Graham 1985). Por lo tanto la
llermo Martín Rincón, 2008) (Figuras 12 y intencionalidad de ambos grupos es dife-
13). rente. Mientras que para nosotros, por las
La colección de El Caño es hasta el razones descritas con anterioridad, el
momento, junto con el conjunto escultóri- conjunto escultórico de El Caño tiene una

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proyección funeraria, para Linares y cola- de la Casa Museo del Parque Arqueológi-
boradores (1975) el conjunto de Barriles co El Caño por la ayuda prestada durante
asocia símbolos de rango con atributos de el trabajo de escaneado de las esculturas
la agricultura del maíz dando al maíz y a que se encuentran en estos dos museos.
las cosechas un protagonismo especial. Quisiéramos agradecer muy especial-
mente el interés y apoyo prestados por el
Conclusión Dr. Julio Escobar, Secretario General de
la Secretaría Nacional de Ciencia y Tec-
De las cerca de cien piezas del conjun- nología de Panamá y al Dr. Charles
to escultórico de El Caño tan sólo seis (6) Spencer, conservador del Departamento
se encuentran en el parque. Estas escul- de Antropología del Museo Americano de
turas son fundamentales para interpretar Historia Natural por su amabilidad, sus
el conjunto de las estructuras y depósitos consejos y cordial recibimiento en la ciu-
del yacimiento, y el hecho de haberlas dad de Nueva York.
sustraído de su contexto original ha oca-
sionado una pérdida de información incal- Referencias
culable además de haberle restado atrac-
tivo al parque como tal. En relación al Cooke, R. 2001. Cuidando a los ancestros: rasgos
mortuorios precolombinos en cerro Juan Díaz, Los
aporte de esta aproximación al estudio de Santos. En Panamá: Puente Biológico, S. Hecka-
la colección de esculturas de El Caño, don-Moreno, pp. 54-62. Instituto Smithsonian de
hemos podido ver como el análisis temáti- Investigaciones Tropicales, Panamá.
co revela que algunas piezas como “El
Cautivo”, el felino devorando a un hombre Cooke, R. G., L. A. Sánchez H., I. Isaza A., A.
Pérez Y. 1998. Rasgos mortuorios y artefactos
y los flautistas nos hablan de eventos o inusitados de Cerro Juan Díaz, una aldea preco-
celebraciones que incluían la música, bai- lombina del ‘Gran Coclé’ (Panamá central). La
les y muy probablemente los sacrificios. Antigua (Panamá) 53:127-196.
El hecho de haber encontrado estas pie-
zas y los alineamientos junto a una exten- Dade, Phipip L. 1960. Rancho Sancho de la Isla.
Panama Archaeologist. Vol III. N°1. Pág 65-87.
sa necrópolis con grandes tumbas indica
que estas celebraciones formaban parte Díaz, C. 1999. Estudio Bio-Antropológico de Ras-
de rituales de entierro. gos Mortuorios de la Operación 4 del Sitio Arque-
ológico Cerro Juan Díaz, Panamá Central. Tesis
Agradecimientos de Grado, Universidad de los Andes, Santa Fé de
Bogotá.
Quisiéramos expresar aquí nuestro
agradecimiento a Vicky Karas y al Mu- Dockstader, F. J. 1964. Indian Arts in Middle
America. Greenwich. Connecticut.
seum Conservation Institute por gran tra-
bajo realizado con el escaneado de las Fitzgerald, C. 1992. Informe preliminar sobre las
esculturas. De igual modo queremos ex- excavaciones arqueológicas en el Caño (NA-20)
tender nuestro agradecimiento a la direc- temporada 1988. En El Caño, comunidad y cultu-
tora del Cultural Resource Center del Ins- ra, pp. 33-79. Centro de subregional de restaura-
ción y cultura OEA-INAC, Editorial Mariano Arose-
tituto Smithsonian, Suitland, Washington mena, Panamá.
D.C., Dra. Pat Nietfeld por la atención y
asistencia brindada durante nuestra es- Graham, M. M. 1985. The Stone Sculpture of Cos-
tancia en Washington. Agradecemos de ta Rica: The Production of Ideologies of Dominan-
igual modo al Dr. Tomás Mendizábal, di- ce in Prehistoric Rank Societies”. Ph D. Disserta-
tion, University of California, Los Angeles.
rector del Museo Antropológico Reina To-
rres de Arauz y a Mercedes Meneses, jefa

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